Figura 1 Dr. Oscar Frisancho Velarde (1949 - 2021) 

Recientemente nos dejó físicamente el Dr. Óscar Eduardo Frisancho Velarde, eminente gastroenterólogo peruano, past presidente de la Sociedad de Gastroenterología del Perú, causando hondo pesar en la comunidad médica nacional, pero dejando una profunda huella por su fructífera trayectoria.

El Dr. Frisancho nació en la ciudad de Puno el 13 de octubre de 1949, siendo sus padres el Dr. David Frisancho Pineda y la Sra. Julia Velarde Solar. Tuvo 3 hermanos: Sonia, Carmen y Armando. Cursó sus estudios primarios y secundarios en la Gran Unidad Escolar San Carlos de Puno y estudió medicina en la Universidad Peruana Cayetano Heredia perteneciendo a la Promoción Fernando Porturas Plaza, egresando en 1975. Al año siguiente, hizo su Servicio Rural y Urbano Marginal de Salud (SERUMS) que en aquel entonces se denominaba SECIGRA (Servicio civil de graduados), en el hospital Manuel Nuñez Butrón de Puno, lo cual demuestra el gran amor que sentía por su tierra.

Posteriormente contrae nupcias con la dama trujillana Moraima Rodríguez Espejo, con quien tuvo 5 hijos: Miguel, Patricia, David, Samuel y Mónica. Asimismo, en la actualidad, cuenta con 3 adorados nietos: Giuliano, Marcelo y Lucía.

Su padre, quien fue también un destacado médico puneño, dedicado principalmente a la cirugía digestiva influyó en él, decidiéndose a realizar la especialización en Gastroenterología en el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins a través de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, entre los años 1979 y 1982. Unos meses después de concluir la residencia fue nombrado como médico asistente en el Departamento del Aparato Digestivo del Hospital Rebagliati donde llegó a ser jefe del Servicio III.

Fue miembro de las Sociedades de Medicina Interna y de Gastroenterología del Perú, donde llegó a ser presidente en el bienio 2005-2006, desempeñando una gran labor en la difusión del conocimiento actualizado de nuestra especialidad a nivel nacional y estimulando a los Jóvenes gastroenterólogos a la obtención de becas y realización de pasantías de capacitación en el extranjero.

Fue docente de las Universidades Cayetano Heredia y Ricardo Palma, tanto en pre grado como post grado, siempre ejerciendo su labor educativa con pasión y gran entusiasmo, estimulando a sus alumnos constantemente a investigar y publicar, ya que era un convencido de que las publicaciones permiten llegar a muchas personas en diversas latitudes, fomentando el intercambio de experiencias y estimulando a nuevas investigaciones que permiten el avance científico y mayor creación de conocimiento.

También ejerció la actividad privada en el Centro Peruano de Gastroenterología San Lucas, el cual se ubicaba en la Av. Angamos, a una cuadra del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas hasta el año 2000 y posteriormente en la Clinica El Golf, siendo muy apreciado y querido por sus pacientes. Se interesó en todos los aspectos de la gastroenterologia, pero especialmente en Intestino Delgado y Grueso, así como en las diversas patologías esofágicas que ameritaban tratamiento con dilatación, técnica en la cual, fue uno de los pioneros conjuntamente con el Dr. Carlos Contardo.

Su vehemencia y ansia de conocimiento lo llevó a participar en múltiples ensayos clínicos y realizar numerosas investigaciones las cuales publicó en diversas revistas nacionales y extranjeras. Soy testigo de excepción, ya que tuve el honor de acompañarlo en varias de ellas y doy fe de su acendrado espíritu inquisitivo en busca del conocimiento. Fruto del esfuerzo y pasión por la investigación obtuvo diversas distinciones entre las cuales destacan:

A. Primera mención honrosa en la rama quirúrgica del concurso de la Fundación Hipólito Unanue por el trabajo: "Enfermedad Diverticular del Colon:prevalencia en aumento en Lima. Aspectos epidemiológicos, clínicos, quirúrgicos y anatomopatológicos", en 1984.

B. Premio Roussel 1987 por el trabajo: "Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida: predominancia de las manifestaciones digestivas en su perfil clínico de presentación en Lima".

C. Mención honrosa en medicina del concurso de la Fundación Hipólito Unanue 1989 por el trabajo: "Vólvulos intestinales en la altura", del cual fue coautor junto a su padre Dr David Frisancho Pineda.

D. Mención honrosa a la mejor edición científica sobre Ciencias Médicas 1998 del concurso de la Fundación Hipólito Unanue por el libro "Gastroenterología", otorgado en 1999.

Como podemos apreciar, él fue un gran apasionado de la medicina, pero también de la filosofía, historia (especialmente del Perú, pero también Universal) y fotografía. Entre sus pasatiempos favoritos estaban la lectura de literatura médica y no médica, nacional y extranjera, destacando Vargas Llosa, García Márquez y Humberto Ecco entre sus autores preferidos. También disfrutaba mucho la música folclórica, clásica y tropical. Recuerdo en más de una ocasión haberlo visto gozando de veladas y bailando alegremente en la Asociación Cultural Brisas del Titicaca la Diablada puneña que recientemente fue declarada patrimonio cultural de la nación y asistía cada 2 ó 3 años a la Festividad de la Virgen de la Candelaria, en su ciudad natal, la primera semana de febrero.

Su esposa lo recuerda como un ser excepcional, cariñoso, atento, alegre y gran compañero de vida, complementándose ambos casi perfectamente. Sus hijos siempre lo recordarán como un padre protector, justo, bondadoso, que supo guiarlos con cautela y discreción; inculcándoles unión, respeto por las personas, honestidad y la educación como elemento cardinal para su desarrollo personal y profesional. Los motivó a ser diligentes en la realización de sus actividades y en la toma de decisiones, siempre viendo el lado positivo de las cosas. Asimismo les contagió su pasión por viajar, conocer nuevos horizontes y vivir cada experiencia intensamente.

Por mi parte, tuve la fortuna de trabajar junto a él gozando de su amistad y sabias enseñanzas en los últimos 25 años. Reafirmo todas las cualidades vertidas por su esposa e hijos, y agrego la puntualidad, orden y disciplina en la labor asistencial, docente y de investigación. Realmente fue un ser humano excepcional, en toda la extensión de la palabra: como médico, docente, compañero de trabajo, jefe, hijo, esposo, padre, hermano y amigo. Su aún reciente partida, nos causó gran consternación y deja un gran vacío, pero al mismo tiempo innumerables gratos recuerdos y enseñanzas. Por todo ello, su ejemplo nos iluminará cual faro en el horizonte y su recuerdo inmarcesible permanecerá en nuestros corazones gozando de nuestra imperecedera gratitud. Descanse en paz, Maestro y amigo.