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Anales de la Facultad de Medicina

versión impresa ISSN 1025-5583

An. Fac. med. vol.76 no.4 Lima oct./dic. 2015

 

VEINTE AÑOS DE GESTIÓN EDITORIAL EN ANALES

 

Renacer de Anales de la Facultad de Medicina - mayo de 1995

Renaissance of Anales de la Facultad de Medicina - May 1995

 

José Leonardo Piscoya Arbañil1,a; Segundo Eleazar Aliaga Viera1,b

1 Departamento Académico de Medicina Humana, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú.
a
Profesor Principal de Medicina Interna;
b
Profesor Asociado.

 


Resumen

Se hace un recuento sobre la re-edición de Anales de la Facultad de Medicina en mayo 1995, las dificultades y oportunidades confrontadas, la formación del Comité Editorial y los logros alcanzados durante los 5 años de gestión.

Palabras clave. Anales de la Facultad de Medicina; Historia de la Revista; Artículos de Revista

 


Abstract

An account on Anales de la Facultad de Medicina re-edition in May 1995, difficulties and opportunities found, conformation of the Editorial Staff, and achievements attained during those five years is done.

Keywords. Anales de la Facultad de Medicina; History of the Journal; Articles of the Journal.

 


"No nos detendremos en el análisis del porqué esta tradicional publicación se detuvo en 1971 o porqué sólo apareció un número en 1989; eso sería estéril. Nuestro compromiso se presenta con el número actual Vol. 56 N° 1, Julio – Setiembre 1995, que se continuará con el N° 2 Octubre – Diciembre y así sucesivamente. El reto lo tenemos todos los San Fernandinos comprometidos con el liderazgo académico que nos corresponde por antonomasia y que es menester preservar con un trabajo en equipo, que privilegie los aspectos científicos, sociales, éticos y deontológicos que caracterizan a nuestros antecesores." Así editorializaba el número de Anales de la Facultad de Medicina que menciona en el párrafo literal (1), veinte años después intentemos evocar en una visión panorámica el entorno nacional e internacional de la época.

Fue en abril, que se gestó el nacimiento de la re-edición de Anales de la Facultad de Medicina con la finalidad que apareciera el primer número julio – setiembre, y el segundo número octubre –diciembre, de ese volumen 56. Hubo un poco de pesimismo inicialmente a la aprobación, pues tambien se gestaba la publicación de Alma mater, otra publicación de la Universidad. Sin embargo, había un gran interés de parte del Decanato de la Facultad que esta idea se cristalizara y una gran perseverancia porque la publicación reapareciera. Necesitábamos una motivación para impulsar la corriente de investigación en la Facultad. Se procesaba una reingeniería del modus operandi de la Facultad con la creación de los Comités de Gestión Académico y Administrativo, lo que habia hecho despertar del marasmo a las Facultades con iniciativas realmente innovadoras para movilizar la estructura universitaria.

La decisión se sustentó finalmente en el Plan Estratégico de la Facultad de Medicina (2) aprobado por el Consejo de la Facultad de Medicina mediante acuerdo N°1589 y Resolución de Decanato 358-FM-95 (sesión LXXXVI del jueves 17 de agosto de 1995), que incluía entre sus metas prioritarias impulsar el desarrollo de la investigación y garantizar su difusión oportuna. En una de sus acciones estratégicas iniciales señalaba: "…reanudar la publicación de Anales de la Facultad de Medicina en forma trimestral", lo que se viabilizó con la emisión de la Resolución de Decanato 365-FM-95 (3) que designó a los integrantes del Comité Editorial de la Revista Anales de la Facultad de Medicina, presidido por el Dr. Alberto Perales Cabrera e integrado por los docentes Eleazar Aliaga Viera, Efraín Félix Hinojosa, Emilio Marticorena Pimentel, Pedro Mendoza Arana, Manuel Núñez Vergara, José Pacheco Romero, César Sánchez Schwartz. El Dr. Perales no asumió el cargo por razones personales y fue reemplazado por el Dr. José Leonardo Piscoya Arbañil.

El 24 de mayo de 1995 ocurrió el atentado de Tarata contra el Hotel María Angola, con lamentables pérdidas. Al día siguiente, el Congreso declaró en ‘reorganización’ a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Antes, el 07 de febrero de 1992 delincuentes terroristas dinamitaron una tanqueta policial en la "canchita de San Fernando" (4). Señalo hitos que recordamos con los integrantes del Comité Editorial en conversaciones periódicas, para mostrar el contexto en que se desarrollaban las labores docentes, administrativas y de investigación, tanto en la facultad como en la universidad. Destacando, por el tema que revisamos, el compromiso de todos y cada uno de los integrantes del Comité, que se mantuvo invariable en los cinco años que me honré en conducirlo.

Reunido el comité en su sesión de instalación, fue relevante el entusiasmo de todos y cada uno de los integrantes, reconociendo lo complejo del reto asumido por la facultad y lo que significaba el encargo de reiniciar la publicación en estándares internacionales, pues los nacionales no eran el mejor referente. Teníamos brechas generacionales; el profesor más antiguo era Don Emilio Marticorena Pimentel, le seguíamos Efraín Félix, José Pacheco, César Sánchez Schwartz y José Piscoya; de una siguiente generación, con una década de diferencia, Eleazar Aliaga, Pedro Mendoza y Manuel Núñez, de las promociones más recientes de docentes en la facultad. Ello no fue óbice para que se constituyera un equipo sólido y eficiente, compartiendo el alto sentido de responsabilidad ante la tarea encomendada.

¿Cómo se diseñó el primer número? Nos reunimos en la facultad de medicina, aún con el uso de la tecnología de la información y comunicación incipiente en el uso rutinario. Concordamos un cronograma que nos permitiera asegurar cumplir con el compromiso de publicar el primer número en setiembre, asignando tareas y tiempos máximos de cumplimiento a cada uno de los integrantes, siendo el más significativo el cierre de recepción de trabajos a publicarse el viernes 15 de setiembre (5). Como todos podrán imaginar, el escepticismo entre los docentes investigadores ante el pedido de remisión de trabajos con urgencia, los colocaba en la disyuntiva de apostar por una revista inexistente en la práctica frente a las tradicionales que por lo menos publicaban con alguna periodicidad (la única revista indizada en ese entonces era la Revista de Gastroenterología del Perú). Pasaban los días y no avanzábamos en el número de artículos originales (que fue la idea central, para poder lograr en los plazos mínimos establecidos la indización de la revista). Todos los docentes integrantes del comité editorial tenían una recargada labor académica administrativa y de investigación, lo que dificultaba el reunirnos con la periodicidad que la jornada laboral ameritaba; por lo que, de común acuerdo, decidimos alternar las reuniones de trabajo en los domicilios o consultorios de los editores.

Con la convicción de que era posible cumplir con el compromiso, el comité acordó pedir un esfuerzo máximo a sus integrantes para que contribuyeran con el logro de la meta. La respuesta inmediata hizo que cuatro de los miembros remitieran artículos, consiguiendo publicar el primer número en el mes de setiembre, con un tiraje de 1 000 ejemplares. Este incluía 5 trabajos originales, 4 artículos de revisión, un caso clínico, uno de historia de San Fernando y una semblanza. Lograda la meta, el comité demostró a los miembros del claustro que estábamos frente a la reaparición formal de la primera revista médica del Perú.

El segundo número de la nueva era, puso a prueba el diseño de procesos concordado por el comité editorial. Ratificando el método y las responsabilidades de cada uno, se puso en circulación el siguiente número trimestral de octubre a diciembre, con ocho trabajos originales, un artículo de revisión, dos casos clínicos, uno de historia de San Fernando, uno de semblanza y una reproducción de un fragmento de libro español.

El profesor Marticorena (fallecido) nos sorprendía con su vitalidad. Fanático de las caminatas, terminábamos pasada media noche en las reuniones del comité, sobre todo antes del cierre de la publicación, y él se negaba a que lo movilizáramos a su domicilio. Incluso, a mucha insistencia, aceptaba acompañar a alguien, pero no para ir a su casa, sino para regresar caminando a la suya. Durante los cinco años que circunscribe esta revisión el comité se mantuvo invariable en su composición y con el alto sentido de responsabilidad de sus miembros.

Para el tercer número consecutivo (toda una proeza, además en edición trimestral exacta), se hicieron algunas variaciones tanto en el diseño como en la logística, se incluyeron temas de debate, logramos tener más artículos aprobados que los que podíamos publicar y les informamos a los autores que los iríamos publicando en números sucesivos. En el ámbito económico financiero, los dos primeros números fueron financiados por la facultad. Descartamos la suscripción, por la necesidad del restablecimiento progresivo de la credibilidad, por lo que optamos por la financiación con publicidad privada, lo que fue otro motivo de orgullo del comité pues en ningún momento se dio el conflicto de intereses, manteniendo la publicación los estándares que la revisión de artículos garantizara.

Con la publicación del tercer número del Volumen 57, en octubre de 1996, el comité pudo decir misión cumplida, pues en catorce meses se había publicado según la previsión un número trimestralmente, esto es cinco números en catorce meses; coincidió también en este número que incorporáramos la revista a la versión en internet (http://www.unmsm.edu.pe/medicina/anales/anales.htm). Concluímos el año 1996 con la publicación de seis números consecutivos (desde julio de 1995), con un agradecimiento a todos los participantes con artículos y una mención especial al gran número de docentes revisores de artículos que desinteresadamente y en un perfil bajo nos garantizaban la idoneidad de la publicación.

Un hito en el posicionamiento de Anales de la Facultad de Medicina en los estándares internacionales, fue la dedicación del primer número del año 1997 al Primer Simposio organizado por la Facultad de Medicina denominado ‘Calidad Total en Salud’, en el cual se desarrolló durante tres días un abordaje multidisciplinario con reconocidos ponentes nacionales y la destacada participación de los Drs. Martín Taylor (Canadá), Beatriz Zurita (México), Allison Frater (Reino Unido), un interesantísimo temario que inició y actualizó los conceptos sobre Calidad en Salud con tres tendencias diferentes, por los sistemas de salud de los países de los participantes internacionales. El desarrollo en el Hotel Oro Verde (hoy Swissotel), recién inaugurado dos semanas antes, le dio el marco que la primera Facultad de Medicina del Perú ameritaba. Hay que resaltar que fuimos los primeros en hablar sobre el tema en salud, estableciendo las pautas posteriores para el desarrollo.

Siempre atenta al estado del arte en educación médica, la revista publicó en el tercer número del año 1997, un artículo sobre el significado y aplicación para los criterios de la acreditación de facultades de medicina, en el cual se analizan los 48 estándares clásicos del Comité de Consenso sobre Educación Médica (LCME = Liaison Commitee on Medical Education), que preludiaba el impulso que la facultad le daría al tema en los siguientes años.

Iniciando el año 1998, el Comité Editorial decide retomar una antigua práctica de la revista en su primera época, esto es incluir la publicación íntegra de las mejores tesis de bachiller e incorporar adicionalmente la publicación del mejor trabajo de investigación de los estudiantes del Programa de Segunda Especialización en Medicina Humana (médicos residentes)

El segundo número de 1998 nos permite un importante logro, la indización de Anales de la Facultad de Medicina en la base de datos Literatura Peruana en Ciencias de la Salud (LIPECS) y Literatura Latinoamericana en Ciencias de la Salud (LILACS), la base de datos más importante en Ciencias de la Salud de Latinoamérica. El año 1998, además del apoyo de los estudiantes en la digitacion y diagramacion de la Revista, convocamos a la Srta. Bertha Huarez, quien nos ayudó incansablemente en el desarrollo de la Revista, constituyéndose en asistente del equipo editorial.

Inequidad, análisis de riesgo, oportunidades de vida, focalización y gestión pública en salud, son algunos aspectos que desde diferentes ópticas se revisan en el número final del año 1998, mostrando opiniones disímiles que resaltan la razón de ser de una publicación universitaria, constituir un espacio de reflexión para sus lectores del mundo globalizado.

El año 1999 nos muestra a la revista consolidada. Con su volumen 60 número 4 se completan dieciocho números consecutivos entregados con una rigurosa periodicidad trimestral, antes de que concluya cada trimestre. La tarea continuó. Hemos reseñado aspectos específicos de lo que significó relanzar una revista prestigiada, pero que encontramos aletargada. La continuidad del comité editorial del período comentado, así como el indesmayable derroche de energías ha posibilitado esta tarea, por cierto aunada a la participación de todos los miembros del claustro universitario: autoridades, docentes, estudiantes de pre y post grado, autores invitados. A nombre de los miembros del Comite Editorial del 95 al 99, agradecimientos imperecederos.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Piscoya J. Anales de la Facultad de Medicina. 1995;56(1):5.

2. Piscoya J. Boletín San Fernandino. Setiembre 1995;3(2).

3. Piscoya J. Anales de la Facultad de Medicina. 1995;56(1):63-6.

4. Paredes M. Memoria del rectorado 1995 – 1999.

5. Piscoya J. Boletín San Fernandino. Setiembre 1995;3(2):4.

 

Conflicto de intereses: Los autores declaran que no existen conflictos de intereses en el presente manuscrito.

Correspondencia:

Dr. José Leonardo Piscoya Arbañil
Correo electrónico: jlpiscoya@gmail.com