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Anales de la Facultad de Medicina

versión impresa ISSN 1025-5583

An. Fac. med. vol.78 no.2 Lima abr./jun. 2017

http://dx.doi.org/10.15381/anales.v78i2.13198 

ARTÍCULO ORIGINAL

La infidelidad femenina como producto de la violencia intrafamiliar

Female infidelity as a result of domestic violence

 

Holguer Romero 1, Lenin Romero 2, Johanna Arellano3

1 Doctor en Psicología Clínica, Máster en Salud Mental y Clínica Social, PhD (c) en Ciencias de Salud. Docente Titular en la Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Estatal de Milagro, Ecuador; Orcid.Org/0000-0002-0877-0339

2 Interno de Medicina humana, Facultad de medicina, Universidad Politécnica del Chimborazo, Ecuador

3 Psicóloga Clínica, Máster en Gerencia Educativa, Docente Ministerio de Educación, Distrito de Milagro, Ecuador


Resumen

Introducción. La infidelidad es producida por la ruptura de los acuerdos de la pareja; cuando existe violencia intrafamiliar, provoca en la mujer sintomatología psicológica que perturba su comportamiento afectivo, produciendo efectos colaterales en la familia en sus diversos contextos. Objetivo. Determinar las causas que producen infidelidad en las mujeres violentadas. Diseño. Estudio mixto de integración de procesos, de tipo exploratorio secuencial, derivativo. Lugar. Consejo de la Judicatura, Santa Elena, Ecuador. Participantes. 220 mujeres que acudieron a denunciar a su pareja por agresión. Intervenciones. Durante los meses de febrero a diciembre del 2015, se utilizó una entrevista a profundidad, con cuyos datos se elaboró el instrumento cuantitativo, que fue validado por jueces y expertos. Principales medidas de resultados. Infidelidad en el hogar e infidelidad en el trabajo. Resultados. En el proceso se identificaron dos categorías: infidelidad en el hogar e infidelidad en el trabajo. De los datos se obtuvo la sintomatología que determinaba las causas por las cuales las mujeres eran infieles en cada uno de los contextos. Un 43% de mujeres tenía un amigo con quien compartía su vida, 20% sufría insatisfacción sexual, 71% consideraba que sus relaciones sexuales eran aburridas, 29% era infiel por mantener su condición socioeconómica. Conclusiones. El contexto violento proporciona en la mujer vulnerabilidad emocional que le induce a buscar compensación a través de ilusiones que le conducen a la infidelidad, pero se mantiene con su pareja para conservar el bienestar personal y familiar.

Palabras clave: Agresión; Abuso Físico; Maltrato Conyugal; Divorcio; Violencia Doméstica; Violencia de Pareja; Trastornos Mentales.


Abstract

Introduction: Infidelity is the product of breaking couple agreements. Family violence causes psychological symptoms that impact the woman’s affective behavior and cause collateral effects in the family. Objective: To determine the causes that produce infidelity in battered women. Design: Mixed design study of process integration, sequential exploratory, derivative type. Setting: Judiciary Council, Santa Elena, Ecuador. Participants: 220 women who reported aggression by their partner. Interventions: From February to December 2015, in-depth interviews were applied, and with this data the quantitative instrument was developed and validated by judges and experts. Main outcome measures: Infidelity at home, and infidelity at work. Results: Two categories were identified: infidelity at home, and infidelity at work. The symptomatology determining the causes for women being unfaithful on each context was obtained. 43% of women had a male friend to share life with, 20% were sexually dissatisfied, 71% reported that their sexual relations were boring, and 29% were unfaithful in order to maintain their social economical condition. Conclusions: For women, the violence context produced emotional vulnerability that induced them to find compensation through diverse illusions conducing to infidelity; even so, they remained with their partner to keep personal and familiar welfare.

Keywords: Aggression; Physical Abuse; Spouse Abuse; Divorce; Domestic Violence; Intimate Partner Violence; Mental Disorders.


INTRODUCCIÓN

Durante el desarrollo de la violencia intrafamiliar, la mujer se ve sometida a diversas situaciones que alteran su estado emocional, con la aparición de sentimientos de hostilidad y remordimiento que se reflejan en su vida (1). El rencor se convierte en parte de su vida, abandona la mística de la feminidad, se ve obligada a elegir entre el amor y su trabajo. Su pareja le obliga a dejar su trabajo y su familia de origen para convertirse en una empleada al interior de su casa, con la permisión del uso de su cuerpo; es obligada a tener sexo sin amor. Esto crea dependencia de tipo afectivo, sin la fuerza suficiente para abandonar un contexto de suplicios permanentes. Cuando consigue producir y alcanza su solvencia económica, el hombre presiente el cambio, e incrementa el control y la agresión sobre ella (2). El trabajo cambia a la pareja y su relación amorosa, en especial cuando los dos tienen que trabajar. Pese a estos conflictos, la calidad de las interacciones entre los padres y los hijos se fortalece y enriquece, si existen acuerdos previos entre ellos. Pero la trasmisión del conflicto puede alterar el desarrollo psicosocial de los hijos (3).

En América Latina, el machismo se generaliza y crece, y se educa a la juventud en un contexto de violencia. Se ve normal que se le exija a la pareja permanecer en casa para criar a sus hijos y cumplir las tareas domésticas, mientras ‘el macho provee’. Durante ese tiempo, la mujer presenta deprivación afectiva, tendencias a la ansiedad o depresión, convirtiéndose en un instrumento de placer sexual. La baja autoestima y su capacidad de resiliencia la inducen a buscar un mejor estatus en una nueva relación; siente la necesidad de ser feliz y mantener su comodidad psicoemocional y la de sus hijos (4). Busca trabajo fuera de su casa y obtiene autorrealización, cambiando su estilo de vida; produce distanciamiento del sufrimiento en el hogar. En su pareja, ella deja atrás la falta de respeto y la infidelidad masculina, entre otras (5). La infidelidad ocurre cuando la relación afectiva está disminuida, cuando no se cumplen los acuerdos previos, o ingresa a conflictos de intereses personales (6). Dentro de la relación de pareja con violencia, la mujer es considerada como objeto de pertenencia y de satisfacción sexual (7).

La percepción social de la infidelidad y los estilos de amor tienen diferentes conceptos que son analizados de acuerdo al contexto social y cultural; una relación puede ir desde un compromiso sencillo e incluso llegar hasta el sufrimiento. La infidelidad se interpreta como un acto para evitar frustraciones y rechazos ante una separación abrupta (8).

En la época actual, las relaciones afectivas se disuelven con relativa facilidad, porque no se cumple con los acuerdos que se establecen entre sus integrantes; son tan sensibles que no pueden ser sometidas a presión por la sociedad y su cultura (9). En la sociedad posmoderna hay fragilidad en los vínculos humanos (10). Las relaciones se dan en base del olvido y el desarraigo afectivo, que se convierte en un condicionante para aceptar el éxito; pero, la separación de una relación negativa es indispensable para crecer (11).

Se ha realizado anteriormente una investigación con una muestra de 200 estudiantes universitarios de diversos niveles, en Puerto Rico. La muestra fue seleccionada por la disponibilidad. Como resultado, 37,5% de los varones y 45% de las mujeres eran infieles a sus parejas, correspondiendo la mayor infidelidad a la mujer (12).

Las mujeres agredidas se mantienen en una infidelidad permanente, buscando cubrir un déficit psicoafectivo, y para ellas no tiene el mismo significado la ruptura de reglas pactadas (13).

Varios autores consideran que el origen de la infidelidad está dado desde el inicio de la monogamia (14). Por lo que se debe cultivar la castidad de la mujer para asegurarnos que nuestros hijos son nuestros (15). Esta verdad científica se mezcla con la opinión de la abuela de la familia, que afirma que solo el hijo de mi hija, es mi nieto.

Los psicoterapeutas confirman que el objetivo de las relaciones extramaritales no es sexual; ellas buscan amistad, apoyo, comprensión, respeto, atención y cariño, que es lo que el matrimonio o la unión no les da (16). Es conocido como un mito que la mujer perdona las infidelidades, pero no las olvida. El hombre olvida las infidelidades, pero no las perdona (17).

Cuando existe infidelidad en la pareja, cada quien debe entender que la relación de ellos llegó a un límite. En esta definición se comprueba que cuando las circunstancias biológicas, sociales y psicológicas se dan, en la pareja solo es uno el que intenta mantener la relación, y adopta un papel en contra de su bienestar. En la mayor parte de los casos es la mujer que adopta el rol complaciente basada en necesidades económicas, por su propio bienestar y el de sus hijos (15).

Durante la historia, el hombre ha creado una imagen de la mujer bajo la sumisión, como verdaderas criaturas andróginas. Hoy ya se ve una democracia donde la mujer tiene determinada libertad para buscar su felicidad, para lo cual los dos deben haber alcanzado el máximo punto de su evolución, y entender que si quiere seguir creciendo más allá del límite del desarrollo humano, necesita hacerlo en una relación con otro (18). Según la igualdad de género, tanto el hombre como la mujer tienen la misma capacidad para ser felices, pero la sociedad crea un mito del matrimonio romántico, al punto de esperar que la exclusividad sexual y la permanencia duren para siempre (11). El hombre influye en la sociedad, y esta a través de la religión y cultura denigra a la mujer y enaltece al hombre en una vanidad, basado en su pensamiento y en la proyección de su imaginación de miedo a la soledad y la traición (19). Cuando disminuye el amor, aparece la duda y la necesidad de posesión; y por temor a perder el afecto de mujer, para mantenerla; surge la violencia contra la mujer.

Para que una relación prevalezca y dure por muchos años, hasta criar a sus hijos, se debe reunir una serie de cualidades individuales que se desarrollan en base a las necesidades de la otra persona (20). Es a veces difícil explicar con exactitud lo que sucede cuando una mujer es infiel al esposo o su pareja. Las razones son tan diversas y multiformes que resulta difícil formular descripciones precisas de la infidelidad femenina (21).

Pese a que en el contexto psicosocial de este estudio no se determina el tipo de violencia en la que se desarrolla la pareja, existe una prevalencia de agresión psicológica; el 62% de los sujetos supera la puntuación indicadora de violencia psicológica grave. En el caso de la violencia física, el porcentaje es 46%. La violencia psicológica no es denunciada, y con el tiempo se vuelve una forma de vivir (22), llegando incluso al crimen pasional, que se comete bajo los efectos de una gran tensión emocional, inhibición de la conciencia, capacidad intelectiva disminuida, con prevalencia instintiva, fuerza y voluntad propia. Todos estos síntomas actúan desprendidos de la red de interacciones humanas, acto repentino e imprevisible, donde los afectados en un alto porcentaje son los hijos de la relación (23).

El propósito de la presente investigación ha sido identificar los factores causales de la infidelidad, específicamente en la mujer agredida, analizando la influencia de las necesidades de tipo material, social, político y religioso, psicológico. Fundamentar el proceso de adaptación de la mujer a un sistema familiar de violencia. Y describir el contexto de mayor riesgo para la infidelidad en la mujer.

MÉTODOS

El estudio se realizó en el Consejo de la Judicatura de la Provincia de Santa Elena, Ecuador, centro gubernamental donde acudieron a denunciar, entre otros delitos, la violencia intrafamiliar. Se hizo la evaluación cuantitativa en 220 mujeres y la evaluación cualitativa en 33 mujeres, entre 22 y 55 años, que concedieron la entrevista. Se las agrupó por profesiones y actividades, en base a la edad.

La metodología utilizada fue un diseño mixto de integración de procesos, de tipo exploratorio secuencial, derivativo. En la cualitativa, se utilizó la entrevista a profundidad, con un cuestionario semiestructurado para obtener resultados descriptivos en base a sus vivencias personales. Se estativo. En la cuantitativa, se usó un cuestionario validado por jueces y expertos. La muestra fue no probabilística.

Antes de iniciar la entrevista se solicitó la firma de las participantes a un consentimiento informado. En base a la recolección y análisis de los datos cualitativos, se elaboró un cuestionario de tipo cuantitativo, a fin de analizar y confirmar los datos obtenidos. La interpretación final fue producto de la comparación e integración de resultados cualitativos y cuantitativos. Se estudió exclusivamente a mujeres violentadas que emitieron un criterio descriptivo sobre sus convivientes.

RESULTADOS

Un 43% de las mujeres del estudio refirió haber tenido un amigo confidente que compartía eventos sociales y circunstancias emocionales. En las relaciones sexuales de pareja, se halló un 20% de insatisfacción sexual y 6% no tenía placer psicosexual. Mantenían relaciones sexuales por obligación, por buscar una estabilidad económica o social, por no perder el hogar, para que no se vaya el marido. El 85% de las mujeres infieles mantenía relaciones sexuales con diferentes personas. El 38% reconoció que eran incompatibles en la actividad sexual con su pareja formal. El 73% entendía que tener relaciones sexuales con otra persona no afectaba su relación formal y sus sentimientos. El 30% mantuvo una relación con sus compañeros de trabajo durante los viajes organizados o eventos institucionales. El 35% tuvo un romance estando en una relación de compromiso afectivo. Un 49% buscaría otro hombre que le diera afecto si su pareja no le daba la atención necesaria o la abandonaba. De las mujeres entrevistadas, 39% fue infiel a su pareja emocional o íntimamente.

En las experiencias vividas de las mujeres violentadas, se encontró sintomatología psicopatológica asociada a la falta de resiliencia, como depresión y ansiedad. Hubo infidelidad en dos contextos específicos:

a. Infidelidad en el hogar, categoría 1 (tabla 1); la relación afectiva con su pareja fue un factor determinante para la infidelidad, al igual que la falta de atención; el aburrimiento de la pareja produjo el deseo de búsqueda de sensaciones diferentes. Se sintetiza en la tabla 1; en la columna subcategoría se describe la intensidad y la frecuencia con que se repetía la actitud; el código estuvo representado por los síntomas y signos que mostró la mujer durante el proceso anterior a la infidelidad. En sus discursos manifestaron. "… nada de lo que hago en la casa está bien…". "…más tiempo se pasa trabajando que en casa con nosotros…". "Siempre está de mal genio y no se puede ni conversar…". "… En las noches está cansado y se queda dormido, no me hace caso…". "… Cuando tiene ganas de sexo, se sube y se baja, no se preocupa nunca por mí…".

b. Infidelidad en el trabajo, categoría 2. Es sintetizada en la tabla 2. Se describe las posibles causas de infidelidad en el área laboral. En sus discursos, las mujeres violentadas manifestaron: "… en mi trabajo estoy tranquila, ahí valoran lo que hago; por lo menos se dan cuentan cuando estoy triste y me dan apoyo; mis compañeros son atentos y hasta se acuerdan de mis cumpleaños, hay un regalito y un abrazo siempre…". "… En las reuniones y en los paseos del trabajo uno no tiene recelo de ser criticada, puede hacer lo que uno quiera, sin reclamos de nadie…". "…siempre tengo quién me escuche, me dé ánimo, y mucho cariño…", "… Prefiero estar en mi trabajo, me arreglo bien para sentirme bien, ahí me miran…"

DISCUSIÓN

Vivir en medio de agresiones no es nada saludable en un tipo de relación, pues el resultado de este trato negativo es la aparición de sentimientos de hostilidad y remordimiento que en algunos casos se reprimen con la consiguiente falta de respeto y de consideración (1). La mujer que vive en un sistema violento desarrolla una serie de síntomas que son fáciles de identificar. En las investigaciones de referencia se confirma las diferentes causas de la infidelidad, comprobando que existe variedad en las mujeres de otros países latinoamericanos. Lo mismo ocurre en Ecuador, las mujeres del sector costa con las mujeres de la sierra. En el litoral o costa, el sector se ve influenciado más por el aspecto económico, con una actitud liberal; a diferencia, las mujeres de la sierra son más espirituales y sumisas. En el sector donde se realizó la investigación, las mujeres profesionales son pocas, trabajan en empresas pequeñas; en su conducta no se observa diferencias significativas en los datos obtenidos; la diferencia radica en que todas las mujeres de esta investigación han sido violentadas de forma física, psicológica, patrimonial.

Mientras madura la relación, cada miembro de la pareja se preocupa el uno por el otro. Los acuerdos en la forma y tipo de relación la definen juntos, incluyendo la exclusividad en el acto sexual. La pareja busca el crecimiento individual y tiene una concepción filosófica hedonista. Busca la satisfacción inmediata de las necesidades, en la que resaltan las relaciones con escaso nivel de compromiso, siendo este principio elemental para el inicio de la infidelidad (6). Con el tiempo, los dos llegan a adaptarse a este tipo de vivencia, pero por temor de perder la afectividad y seguridad surge la violencia; la mujer que recibe vilipendio en su hogar pierde el romance, e invierte más tiempo en su trabajo y su autorrealización. Muestra descuido de sus hijos y atención a su pareja sentimental, siendo estos factores que influyen en los conflictos de la pareja moderna. Sin embargo, en gran parte las parejas se adaptan a este tipo de convivencia y continúan una vida de inestabilidad y deprivación afectiva.

Durante la investigación se ha tenido como limitante el temor de la mujer violentada que denuncia a su pareja; la mayoría desea que no se prosiga con la demanda en contra de su pareja, porque temen por ellas y por sus hijos. Las entrevistadas ocultan su conducta de infidelidad por temor a perder sus parejas propias; los consideran sus proveedores, su seguridad integral, como personas, seres humanos, familia y sociedad. Después de vivir todo el proceso psicológico y legal por las agresiones recibidas, las mujeres agredidas vuelven con sus agresores.

Según el estudio en la ciudad de Guayaquil por Zamora Gonzales, las relaciones afectivas requieren atención permanente, y exige variedad en la vida sexual (6). En la investigación realizada en Puerto Rico y tomada como referencia, se determinó que 71% de las mujeres consideraba que sus relaciones sexuales con su pareja actual eran aburridas. (12) Con el presente estudio se comprueba que una de las razones para la infidelidad es la monotonía sexual.

En conclusión, entre las causas determinadas de infidelidad en la mujer violentada se encuentran la vulnerabilidad emocional, la amistad de sus compañeros, inestabilidad afectiva en su hogar, la seguridad, autorrealización, el ambiente de paz y sosiego en el área laboral, excesiva tensión en el hogar, temor por su integridad y la de sus hijos, actitud en busca de recompensa por el maltrato en su hogar, búsqueda de estabilidad emocional, social y económica, la atención que recibe de sus compañeros y amigos, insatisfacción integral en su hogar o con su pareja. El tipo de infidelidad que prevalece entre las mujeres entrevistadas es la de tipo emocional. El proceso de adaptación a un sistema de infidelidad se da como mecanismo compensatorio. Soporta las agresiones de su con-viviente por el bienestar de su familia, sus anhelos y sueños que dejaron con el tiempo; los dos llegan a adaptarse a este tipo de vivencia pasada. La falta de resiliencia impide que se libere del dolor de las agresiones permanentes; busca ser infiel para disminuir su sufrimiento y mantenerse en un estatus social falso. Su estado emocional se equilibra cuando es infiel. El contexto de mayor riesgo para que la mujer violentada sea infiel es en el área laboral.

AGRADECIMIENTOS

A la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y a la Facultad de Medicina San Fernando de dicha universidad, por la posibilidad de divulgar los resultados de esta investigación. De manera especial al Dr. José Pacheco, por su ardua labor en el perfeccionamiento de los resultados. A la Universidad Estatal de Milagro, por el tiempo empeñado en la elaboración de este informe de investigación. Al Consejo de Judicatura de Santa Elena y a sus autoridades de turno, por permitirnos trabajar en esa institución. A todas las mujeres que, pese a su temor de ser agredidas por sus parejas, participaron en la investigación.

 

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El contenido del material contenid o no ha sido publicado, ni hasido remitido a ninguna revistabiomédica, tiene origen en unainvestigación sobre violencia contra mujer, sus datos provienen de una investigación diferente. Para la investigación se contó con la autorización del señor Director Provincial del Consejo de la Judicatura de la Provincia de Santa Elena, la colaboración y el apoyo del comité de ética del Hospital Liborio Panchana Sotomayor. Todas las personas que asistieron a denunciar violencia y agresiones, acudieronpor su propia voluntad, se solicitó su colaboración para la investigación y firmaron un consentimiento informado, para fines legales.

Conflictos de interés: Ninguno.

Fuente de financiamiento: Propio.

 

Correspondencia:

Holguer Romero
rholguer2006@hotmail.com
Dirección: Milagro: Imbabura 107 y Esmeraldas, Ecuador.
Tel. cel. : 0997511878.

 

Recibido: 22 octubre 2016

Aceptado:1 diciembre 2016

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