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Anales de la Facultad de Medicina

Print version ISSN 1025-5583

An. Fac. med. vol.78 no.3 Lima July/Sep 2017

http://dx.doi.org/10.15381/anales.v78i3.13769 

ARTÍCULO DE REVISIÓN

Sepsis en pediatría: nuevos conceptos

Sepsis in pediatrics: New concepts

 

Pedro Michael Baique-Sánchez1,2

1 Médico Asistencial, Servicio de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, Lima, Perú

2 Médico, Maestría de Docencia e Investigación en Salud, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú


Resumen

La sepsis es una de las principales causas de mortalidad en adultos y en niños. El impacto es negativo en la salud de la población, y los gastos generados en el sistema de salud se los calcula en varios miles de millones de dólares. La muerte infantil a nivel mundial representa por décadas una compleja y progresiva enfermedad inflamatoria secundaria a un agente infeccioso, la cual origina disoxia tisular y eventualmente falla celular y orgánica, sin necesariamente pasar por hipotensión en etapas tempranas sino en etapas tardías de enfermedad. En la presente publicación se actualiza las definiciones realizadas a partir del Tercer Consenso de Definiciones de Sepsis y Choque Séptico y las Campañas Internacionales Sobreviviendo a la Sepsis, tomando como referencia un mejor entendimiento de la patobiología de la enfermedad. Se aborda la necesidad de usar un puntaje de disfunción de órganos en niños para valorar y predecir la mortalidad de una mejor manera y realizar ensayos clínicos. El objetivo de este artículo es dar a conocer el estado actual del conocimiento en la parte operacional de definiciones y la sugerencia de adaptar los conceptos a las guías clínicas nacionales.

Palabras clave: Sepsis; Choque Séptico; Disfunción Multiorgánica, Puntaje.


Abstract

Sepsis is one of the leading causes of mortality in adults and children. It has a negative impact on the population's health, and the expenses for the healthcare system are estimated at several billion dollars. Worldwide, infant death has represented for decades a complex and progressive inflammatory disease secondary to an infectious agent, which causes tissue dysoxia and eventually cell and organ failure, without necessarily going through hypotension in the early stages but in later stages of the disease. This review updates the definitions from the Third Consensus on Definitions of Sepsis and Septic Shock and the International Surviving Campaigns, which provide us a better understanding of the pathobiology of the disease. It elaborates on the need to use a score of organ dysfunction in children for better appraisal and prediction of mortality, and to conduct clinical trials. The objective of this article is to present the current status of knowledge of the operational definitions and to suggest the adaptation of the concepts in the national clinical guidelines.

Keywords: Sepsis; Septic Shock; Multiorgan dysfunction; Organ Dysfunction Score.


INTRODUCCIÓN

Sepsis proviene del griego (σηψιç) y se empleaba para la 'carne podrida'. Se la conoce desde hace mucho tiempo y se tiene registro de esa palabra en la Ilíada de Homero (siglo VIII a.C.)... "doce días lleva de estar tendido, y ni el cuerpo se pudre, ni lo comen los gusanos que devoran a los hombres muertos en la guerra"(1).

A fines del siglo XVII, Antonie van Leeuwenhoek comunicó sus primeras descripciones de bacterias (animalcules) (2), pero deben pasar dos siglos hasta que el nexo entre infección y bacteria fuese efectuado por algunos de los fundadores de la microbiología moderna y medicina, como Ignac Semmelweis (3), Joseph Lister (4), Louis Pasteur y Robert Koch (5).

En el año 1914, Hugo Schottmüller abrió el camino para una definición moderna de sepsis, señalando que "la sepsis está presente si un foco se ha desarrollado, desde el cual bacterias patogénicas constante o periódicamente invaden el torrente sanguíneo de tal forma que causan síntomas subjetivos y objetivos" dando origen al entendimiento moderno del término sepsis (6).

En 1989, el Dr. Bone dio una definición de sepsis que es válida hasta estos días: "una invasión de microorganismos y/o sus toxinas en la sangre junto con la reacción del organismo contra la invasión" (7).

No se ha definido clínicamente hasta finales del siglo XX, debido a que los pacientes no sobrevivían lo suficiente como para poder ser estudiados. A medida que los servicios de salud y los resultados del tratamiento fueron mejorando, se evidenció la necesidad de utilizar una terminología más precisa. Es así que en 1991 se cristalizaron los esfuerzos a través de la American College of Chest Physicians (ACCP) y la Society of Critical Care Medicine (SCCM), publicando una declaración de consenso que definió el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SIRS), la sepsis, sepsis grave y el choque séptico. Posteriormente se realiza una revisión en el 2001, donde se precisa la importancia de los biomarcadores.

Durante la última década, aproximadamente, la epidemiología de la sepsis en pediatría se ha visto afectada drásticamente por la introducción de vacunas eficaces contra las causas más frecuentes de sepsis adquirida en la comunidad en niños. Iniciando con la introducción de la vacuna HiB (Haemophilus influenza tipo B), vacuna de rutina en calendario de vacunas desde la década de 1990, y la posterior introducción de la vacuna meningococo C (serogrupo C meningocócica) y después de las vacunas 7 y 13-valente contra el neumococo y la reciente introducción de la vacuna meningococo B (serogrupo B meningocócica), es así que todo el patrón de ingresos en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) con sepsis ha cambiado por completo (8).

Cada vez es más común que los pacientes ingresados en UCIP con sepsis en esta era actual posterior a la vacuna son los que tienen la prematuridad extrema, comorbilidades preexistentes o que están inmunológicamente comprometidos de alguna manera (9). Debido a este cambio en la epidemiología, la comprensión de la fisiopatología de la sepsis pediátrica ha demostrado ser más difícil, y las intervenciones racionales para interrumpir la "cascada de sepsis'' han demostrado ser menos eficaces de lo previsto, probablemente debido a que estos niños no son previamente sanos con sepsis adquirida en la comunidad, sino que son una mezcla heterogénea de pacientes con diversas patologías. Actualmente reconocemos que la sepsis es una entidad clínica grave, que produce una alta morbimortalidad en la población infantil (10-15).

La prevención sigue siendo una estrategia trascendente para disminuir la mortalidad. Los principales componentes de este enfoque son el continuar con los esfuerzos para la identificación de la población de riesgo (14,16,17), ampliar la cobertura de inmunización, la administración de profilaxis antibiótica (18) y la permanente educación del equipo de salud para la identificación precoz y tratamiento de esta condición (19,20). Además, cada vez hay más conciencia de que los pacientes que sobreviven a la sepsis tienen a menudo discapacidades físicas, psicológicas y cognitivas a largo plazo, con importantes implicaciones sociales y de atención de la salud (21).

El objetivo de esta publicación es actualizar el estado del conocimiento en el paciente con sepsis, así como los acuerdos internacionales en las definiciones de febrero del 2016 de la European Society of Intensive Care Medicine (ESICM) y SCCM, la campaña "sobrevivir a la sepsis' de la American College of Critical Care Medicine (ACCCM) y la Global Pediatric Sepsis Initiative de la World Federation of Pediatric Intensive Care (WFPIC), y sugerir su implementación en las guías nacionales.

Los métodos seguidos para la actualización y la revisión del tema se basaron en lo descrito en la literatura. A grandes rasgos esto incluyó seguir 3 pasos: 1) buscar la literatura en relación al tema; 2) revisar críticamente la evidencia encontrada; y 3) resumirla para emitir conclusiones y recomendaciones. Para la actualización se buscó evidencia del más alto nivel (guías de práctica clínica, revisiones sistemáticas y conferencias internacionales) publicadas entre 1991 y 2017, tanto en idioma español como inglés, consultándose las siguientes bases de datos o sitios de internet: Medline, ScienceDirect, Comunidad Virtual de Medicina Crítica de UNINET, Organización Mundial de la Salud (OMS), Scielo, Infomed, National Guidelines Clearinghouse (NGC), National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE), Scottish Intercollegiate Guidelines Network (SIGN), Open Library, Google Books y Google. El periodo de búsqueda comprendió del 2014 a 2017, de estudios primarios y revisiones sistemáticas; para las búsquedas en Medline y ScienceDirect se emplearon los términos "sepsis" "pediatric sepsis" "children sepsis" "septic shock" "critical illness" "sepsis consensus" multiorgan failure" "multiorgan dysfunction"; para las búsquedas en UNINET, OMS, Scielo e Infomed se usaron los términos "sepsis" y "sepsis en niños" ; las búsquedas de Guías Clínicas de Sepsis se realizaron en NGC, NICE, SIGN; y los estudios y definiciones de sepsis realizadas antes de 1991 se buscaron en Open Library y Google Books. Finalmente se eligieron 70 artículos y/o referencias bibliográficas: 56 artículos de Medline, 1 artículo ScienceDirect, 2 artículos de UNINET, 3 artículos de OMS, 1 artículo de Scielo, 1 artículo de Infomed, 2 artículos de Open Library, 3 artículos de Google Books y 1 artículo Google.

CONCEPTOS DE SEPSIS EN PEDIATRIA

Hasta 1991 no se disponía de una terminología unificada. En los años previos se presentaban diferentes definiciones para sepsis, shock séptico y falla multiorgánica en estudios multicéntricos (22-25). Una primera conferencia de consenso definió los conceptos de SIRS, sepsis, sepsis grave, choque séptico y disfunción o fallo multiorgánico (26).

En el año 1996, como respuesta a las características de la niñez, Fisher y Fanconi proponen la adecuación de los parámetros para las diferentes edades a tener en cuenta para establecer el diagnóstico de SRIS y de sepsis (27).

En el año 2001, en el Segundo Consenso Internacional de Definiciones para Sepsis y Choque Séptico, convocado por la ACCP y SCCM y otras sociedades científicas, se concluyó que no había ninguna prueba que apoyara un cambio de las definiciones de sepsis, pero halló que los signos y síntomas son más variados que los criterios iniciales establecidos en 1991, dando mayor importancia al uso de los biomarcadores para el diagnóstico precoz de sepsis (28). Durante el debate se planteó el desarrollo de un sistema que caracterizara la progresión de sepsis (sistema PIRO: Predispositi on, Insult, Response, Organ Disfuncti on), que estratificó a los pacientes sobre la base de sus condiciones de predisposición (comorbilidad, factores genéticos, otros), insulto de la infección (patógenos y foco, otros), la respuesta del sistema (SIRS, choque, proteína C reactiva, interleucina, factor de necrosis tumoral, procalcitonina, otros) y el grado de disfunción orgánica (Sequenti al Organ Failure AssessmentSOFA, apoptosis, Pediatric Logisti c Organ Dysfunction-PELOD, otros) que identificara estadios de progresión en los pacientes sépticos.

Para el año 2008, se definía sepsis como la respuesta inmunológica del huésped a la infección. Esta respuesta, iniciada con fines defensivos, en algunas ocasiones es desmesurada y provoca lesión hística en el huésped. La sepsis comprende estadios progresivos de la misma enfermedad, en la cual la respuesta inflamatoria sistémica es secundaria a la activación de diferentes mediadores inflamatorios, que pueden llevar a la disfunción orgánica (29).

En el 2016 se realizó el Tercer Consenso Internacional de Definiciones para Sepsis y Choque Séptico, donde se reconoce la necesidad de actualizar los conceptos (30). De esa manera, el grupo formado por expertos en el tema de la ESICM y de la SCCM definieron la sepsis como: La disfunción orgánica causada por una respuesta anómala del huésped a la infección que supone una amenaza para la vida (31,32), además que puede ser amplificada significativamente por factores endógenos (33,34).

En pediatría se hace difícil el diagnóstico de este cuadro clínico, puesto que la hipotensión es un signo tardío en niños con sepsis (35,36); en muchas ocasiones se sobrevalora o subvalora la situación del paciente séptico, lo cual pudiera entorpecer el diagnóstico, tratamiento y evolución.

CONCEPTOS A PARTIR DEL TERCER CONSENSOINTERNACIONAL DE DEFINICIONES PARA SEPSIS Y CHOQUE SÉPTICO 2016

El grupo de trabajo del Tercer Consenso Internacional de Sepsis reconoció que la sepsis es un síndrome sin, en la actualidad, un criterio validado estándar de prueba diagnósti ca. Actualmente no existe un proceso para operacionalizar las defi niciones de sepsis y choque sépti co, un défi cit clave que ha provocado grandes variaciones en las tasas de incidencia y mortalidad reportadas. Determinaron que existí a una necesidad importante de característi cas que pudieran ser identificadas y medidas en pacientes individuales y trató de proporcionar tales criterios para ofrecer uniformidad. Idealmente, estos criterios clínicos deben identificar todos los elementos de la sepsis (infección, respuesta del huésped y disfunción orgánica), ser fáciles de obtener y estar disponibles rápidamente y con un costo razonable. Además, los criterios clínicos deben estar disponibles para proporcionar a los profesionales en los hospitales, salas de emergencias y salas de hospitales una configuración con la capacidad de identificar mejor a los pacientes con sospecha de infección con probabilidad de progresar a un estado potencialmente mortal. Este reconocimiento temprano es particularmente importante, porque la pronta administración de los pacientes sépticos puede mejorar los resultados (37).

Recomendaciones

A pesar de su importancia mundial, la concientización pública sobre la sepsis es pobre (38). Además, las numerosas manifestaciones de complicación son difíciles de manejar, incluso para los médicos experimentados. Es por ello que la comunidad necesita una definición comprensible de sepsis, mientras que los profesionales de la salud requieren mejoras clínicas y enfoques diagnósticos para facilitar la identificación temprana y una cuantificación precisa del impacto así como del pronóstico de la sepsis.

Sepsis

Se define como una disfunción orgánica potencialmente mortal, causada por una respuesta del huésped desregulada a la infección. En términos convencionales, la sepsis es una afección potencialmente mortal que surge cuando la respuesta del cuerpo a una infección daña sus propios tejidos y órganos (31). Los pacientes con una posible infección que probablemente tendrían una estancia prolongada en cuidados intensivos o en el hospital podrían ser identificados con el uso del PELOD- 2 estando en su cama, es decir, con alteración en el puntaje (score) para falla de órganos; el reconocimiento temprano es parti cularmente importante porque el manejo rápido de los pacientes sépti cos puede mejorar los resultados (37). Esta nueva defi nición hace hincapié en la primacía de la respuesta no homeostáti ca del huésped a la infección (cardiovascular, neuronal, autonómico, bioenergético, metabólico y coagulación) (33,39,40). La letalidad potencial es considerablemente superior a la de la infección de la comunidad y por lo tanto la necesidad de reconocimiento urgente. Los criterios SIRS no específicos como fiebre o neutrofilia continuarán ayudando en el diagnóstico general de la infección. Estos hallazgos complementan las características de infecciones específicas (ejemplo: erupción cutánea, consolidación pulmonar, disuria, peritonitis) que centran la atención en la probable fuente y en el organismo infectante. Sin embargo, SIRS puede reflejar simplemente una respuesta apropiada del paciente que sea con frecuencia adaptable. La sepsis implica la disfunción de órgano, indicando que la patobiología es más compleja que solamente infección más una respuesta inflamatoria que la acompaña. El énfasis del grupo de trabajo es la disfunción de órganos que amenaza la vida. Esto es consistente con la visión de que los defectos celulares subyacen anormalidades fisiológicas y bioquímicas dentro de sistemas de órganos específicos. En esta terminología, la "sepsis severa' se vuelve innecesaria. Por lo tanto, la sepsis generalmente debe garantizar mayores niveles de monitoreo e intervención, incluyendo la posible admisión a cuidados intensivos o salas con monitoreo constante.

Choque séptico

El choque séptico es un subconjunto de sepsis en el que las anomalías circulatorias y celulares / metabólicas subyacentes son lo suficientemente profundas como para aumentar sustancialmente la mortalidad (31).

EPIDEMIOLOGÍA

La sepsis es una de las principales causas de muerte en los niños en el mundo, resultando en un estimado de 7,5 millones de muerte anualmente (41,42). La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reportado las 4 causas más frecuentes de mortalidad en los niños: neumonía, diarrea, malaria y sarampión (43). En los Estados Unidos se reporta 72 000 niños hospitalizados por sepsis, con una tasa de mortalidad de 25% y un costo económico estimado en $ 4,8 billones de dólares (41,44,45), llegando a más de $ 20 billones de dólares con una representación del 5,2% del total de costos hospitalarios en los Estados Unidos en 2011 (46). Se desconoce la verdadera incidencia; las estimaciones conservadoras indican que la sepsis es una causa principal de mortalidad en el mundo (47). Sin embargo, a pesar del tremendo impacto, ha habido un enfoque limitado a los datos en sepsis pediátrica y la mayor parte del tratamiento actual se extrapola a partir de estudios en adultos.

En el año 2005, la OMS señaló que 73% de la mortalidad en niños menores de cinco años de edad a nivel mundial era causada por seis enfermedades, de las cuales cuatro se relacionaban directamente con infecciones: neumonía (19%), diarrea (18%), malaria (8%) y neumonía o sepsis neonatal (10%). Un 53% presentaba como comorbilidad la desnutrición. Estas cifras eran similares en diversas regiones a nivel mundial, a excepción de la malaria, donde un 94% ocurre en el continente africano (48,49).

En el 2010, se reportó que las infecciones causaban un 68% de la mortalidad en los menores de cinco años de edad, liderando nuevamente la neumonía con 18%. El 49% de todas las muertes ocurrían en cinco países: India, Nigeria, República Democrática del Congo, Pakistán y China (50).

Los factores fisiológicos únicos en los niños hacen que los criterios usados en adultos para sepsis no sean de ayuda. Adultos y niños difieren en fisiología, enfermedades predisponentes y sitios de infección, con necesidades de criterios diagnósticos y estrategias de manejo diferentes. Entre los niños que desarrollan sepsis en todo el mundo, el 49% tiene una condición comórbida que los hace vulnerables a la infección (51). Las comorbilidades más comunes en niños que desarrollan sepsis son: la edad, infantes con enfermedad pulmonar crónica o enfermedad cardíaca congénita, los niños de 1 a 9 años con enfermedad neuromuscular y adolescentes con cancer preexistente (51). A pesar de esto, el ensayo (SPROUT) sobre la prevalencia, resultados y terapias de sepsis encontró que solamente el 42% tenía concordancia entre el diagnóstico médico y los criterios diagnósticos actuales utilizados para su inclusión en estudios de investigación (43). Adicionalmente, con el advenimiento de los registros médicos electrónicos (ERM), las tecnologías informáticas, y las herramientas para procesar grandes volúmenes de datos, vamos a tener una capacidad cada vez mayor para el diagnóstico de sepsis e identificar las subpoblaciones de pacientes que tienen más probabilidades de beneficiarse de ciertas terapias inherente a la "medicina personalizada'.

El dilema con el direccionamiento para sepsis en cualquier grupo de edad es la heterogeneidad inherente al estado de la enfermedad y la población de pacientes. La definición de sepsis de adultos ha experimentado la revisión continua para mantener el ritmo con la gran cantidad de investigaciones publicadas; sin embargo, es solo recientemente que se ha prestado atención al paciente pediátrico y las muchas diferencias que separan al paciente pediátrico del adulto. Antes de 2005, no había una definición estándar para la sepsis pediátrica, lo que dio lugar a una falta de uniformidad entre los estudios de la sepsis. En 2005, el Congreso de Consenso de Sepsis Pediátrico (CCSP) se realizó para estandarizar la definición de la sepsis; sin embargo, como se ve con los adultos, la definición requiere reconsideración continua y modificación paralela al crecimiento de la investigación. La definición de la sepsis en el paciente pediátrico se hace más difícil debido a los signos vitales específicos de la edad y su enorme reserva fisiológica, por lo que a menudo se enmascara la gravedad de su condición (52). La edad dividida en el CCSP en seis categorías distintas para tener en cuenta la edad es de vital importancia, así como los factores de riesgo específicos de la edad para las infecciones invasivas que, a su vez, afectan a las pautas de cobertura antibiótica (52) (tabla 1). La determinación de la fisiología alterada requiere de la especificidad de los signos vitales que son dependientes de la edad (tabla 2)

En relación a la mortalidad por choque séptico, existen estudios que mencionan la oscilación entre 20 y 80% (54), otros plantean más de 40% (55).

DIAGNÓSTICO

Identificar pacientes con sepsis o criterio clínico

El grupo de trabajo reconoció que ninguna medida clínica actual refleja el concepto de una respuesta del huésped desregulada. Sin embargo, como lo señaló el Consenso del 2001, muchos hallazgos en el examen físico y los resultados de las pruebas de laboratorio de rutina son indicativos de inflamación o disfunción de órganos (28). Por lo tanto, los criterios clínicos que identificaban mejor a los pacientes infectados con mayor probabilidad de tener sepsis, abarcaban la evaluación del sistema respiratorio, sistema cardiovascular y el estado mental del paciente (56).

Tamizaje para pacientes con PELOD-2

Un modelo clínico-laboratorial desarrollado con regresión logística multivariable identificó 10 variables que valoran la disfunción de 5 órganos (tabla 4). Los investigadores en el 2003 habían desarrollado un puntaje de predicción de mortalidad con evaluación de disfunción de órganos (57,58) y en el 2010 ya habían demostrado que no era necesario obtener los datos de todos los días para el puntaje de disfunción de órganos (PELOD) (59). Se recolectaron datos sobre las variables consideradas para la puntuación de la PELOD-2 durante la estancia de la UCIP hasta ocho puntos de tiempo: días 1, 2, 5, 8, 12, 16, 18 y el alta del servicio. Para cada variable considerada para la puntuación PELOD-2, se recogió el valor más anormal observado durante los puntos de tiempo. La discriminación (áreas bajo la curva característica de funcionamiento del receptor = 0,934) y la calibración (prueba de chi-cuadrado para el ajuste = 9,31, p = 0,317) de la puntuación del PELOD-2 fueron buenas (56,60). La puntuación ahora incluye la presión arterial media y la lactacidemia en la disfunción cardiovascular y no incluye disfunción hepática (56). Este puntaje es libre y se sugiere el uso en hospitalización pediátrica y UCIP, así mismo la aplicación en estudios de investigación y poder tener en cuenta los valores de mayor importancia y tal vez llegar a demostrar como en adultos que la elevación de puntos en el puntaje SOFA tiene asociación alta con la mortalidad (61,62), y construir un puntaje simplificado de impacto como el qSOFA.

a. Todas las variables deben ser recogidas, pero las mediciones pueden hacerse solo si se justifica por el estado clínico del paciente. Si una variable no se mide, debe considerarse normal. Si se mide una variable más de una vez en 24 horas, el peor valor se utiliza para calcular el puntaje. FiO2: fracción inspirada de oxígeno.

b. Disfunción neurológica. Escala Coma Glasgow: utilice el valor más bajo. Si el paciente está sedado, registre el puntaje de coma de Glasgow estimado antes de la sedación. Evalúe solo pacientes con enfermedad aguda conocida o sospechada del sistema nervioso central. Reacciones pupilares: las pupilas no reactivas deben ser > 3 mm. No evaluar después de dilatación pupilar inducida.

c. Disfunción cardiovascular. Frecuencia cardiaca y presión arterial media: no se evalúan durante una agitación.

d. Disfunción respiratoria. PaO2: solamente medición arterial. La relación PaO2/FiO2 se considera normal en niños con cardiopatía cianótica. PaCO2 puede medir a partir de muestras arteriales, capilares o venosas. Ventilación invasiva: el uso de ventilación con máscara no se considera ventilación invasiva.

Logit (mortalidad) = -6,61 + 0,47 x puntaje PELOD-2

Probabilidad de fallecimiento = 1/(1 + exp [logit (mortalidad)]).

Criterios clínicos para identificar choque séptico

La mayoría (n = 14/17; 82,4%) de los miembros del grupo de trabajo que votaron al respecto acordaron que la hipotensión en adultos debería ser denotada como una presión arterial media menor de 65 mmHg de acuerdo con la decisión pragmática de que esto fue registrado con mayor frecuencia en conjuntos de datos derivados de pacientes con sepsis (31). Por el momento, sería razonable que en edad pediátrica se siga utilizando los valores establecidos para la presión arterial en el consenso del 2005 (52) (tabla 2). Incluso conociendo que la hipotensión es un signo tardío en niños, podría valorarse el llenado capilar, que es un signo temprano de alteración cardiovascular. Una mayoría (11/17; 64,7%) del grupo de trabajo estuvo de acuerdo, mientras que 2 (11,8%) no estuvieron de acuerdo con que un nivel elevado de lactato refleja la disfunción celular en la sepsis, aunque reconoce que múltiples factores, como entrega deficiente de oxígeno, alteración de respiración aeróbica, glicólisis aeróbica acelerada y reducción del funcionamiento hepático, también contribuyen (31). La hiperlactatemia es, sin embargo, un marcador razonable de la gravedad de la enfermedad, con niveles más altos predictivos de una mayor mortalidad (63-67). Los criterios para la "˜reanimación con líquidos adecuados o necesidad de terapia vasopresora' no pueden especificarse explícitamente porque son muy dependientes del paciente; así mismo, de modalidades del monitoreo de variables y de objetivos hemodinámicos para el tratamiento (68).

El grupo de trabajo reconoce que la medición de lactato es común pero no universal, en especial en países en vías de desarrollo. No obstante, los criterios clínicos para el choque séptico se desarrollaron con hipotensión e hiperlactacidemia en lugar de uno solo, porque la combinación tanto de disfunción celular como compromiso cardiovascular está asociada con una mortalidad significativamente mayor ajustada por riesgo (69). Esta propuesta fue aprobada por mayoría (13/18, 72,2%) de los miembros con derecho a voto (70), y es aplicable para adultos y niños.

IMPLICANCIAS

En febrero del 2016 se publicó la tan esperada y controvertida tercera definición de consenso internacional para la sepsis y el choque séptico (Sepsis-3), que sustituye a las definiciones de 2001. El comité guía de alto nivel nos recuerda la carga de la sepsis es continua e inaceptable para la salud pública. Como tal, las definiciones de consenso deben ser vistas como una oportunidad para que todos adopten y apliquen las recomendaciones que contienen.

A lo largo de los últimos 30 años, los avances en la comprensión de los mecanismos fisiopatológicos subyacentes que conducen a la sepsis y el creciente entendimiento clínico de que no todos los pacientes sépticos demuestran SIRS, han llevado a una necesidad urgente de una nueva definición de sepsis que refleja estos y promueve el desarrollo de terapias dirigidas específicamente a los mecanismos subyacentes. Entendiéndose que la sepsis de por sí ya es un concepto que implica gravedad y no es necesario tener un subgrupo denominado anteriormente como sepsis grave; por ello es necesario eliminar dicho subgrupo de las guías nacionales.

La definición resultante enfatiza que la sepsis es una disfunción orgánica secundaria a una respuesta desregulada del huésped a la infección. La inclusión de la palabra 'desregulado' es parte integral de la conceptualización de la patobiología del síndrome. La pérdida de SIRS de la nueva definición de sepsis es quizás el salto conceptual más importante para la mayoría de los clínicos implicados en el cuidado de pacientes gravemente enfermos. Un gran análisis de bases de datos y experiencia clínica nos dice que no todos los pacientes sépticos montan una respuesta inflamatoria sistémica agresiva a la infección; sin embargo, las manifestaciones clínicas de un resfriado común, es decir, SIRS más infección, tendrían, bajo definiciones previas, los criterios para el diagnóstico de sepsis. El punto de inflexión aquí es que con un resfriado común, la disfunción orgánica está ausente y por lo tanto el riesgo de mortalidad es baja.

El diagnóstico sigue dependiendo de la sospecha clínica y las observaciones. Se construyó un puntaje para adultos, el SOFA, para evaluar la validez predictiva de la mortalidad intrahospitalaria y mejor que SIRS, hallándose que un cambio agudo en la puntuación SOFA de 2 puntos o más se tomó como la representación clínica de la disfunción orgánica potencialmente mortal; en el grupo pediátrico debería utilizarse el PELOD-2 y comenzar a realizar estudios de predicción en los hospitales del país. Para la posible sepsis fuera de la unidad de cuidados intensivos, los autores desarrollaron una nueva puntuación clínica para los adultos con sospecha de infección que tienen más probabilidades de tener los malos resultados típicos de la sepsis (SOFA rápido o qSOFA), derivada de las observaciones clínicas fácilmente disponibles que de nuevo se comportaron mejor que SIRS en la predicción de la mortalidad, donde se medía la presión arterial, frecuencia respiratoria y estado mental. En base a estos tres parámetros se recomienda, fuera del ámbito de hospitalización, evaluar en la población pediátrica el llenado capilar, la frecuencia respiratoria y el estado mental; valorando la parte clínica, más aun teniendo en cuenta que en nuestro país solo los hospitales de nivel II y III cuentan con exámenes laboratoriales que podrían permitir a utilizar el puntaje PELOD-2, y aun así existe dificultad en realizarlos, por escasez de reactivos e insumos laboratoriales. Esta evaluación permitirá una detección clínica precoz de la sepsis y con alto riesgo de mortalidad, permitiendo iniciar un tratamiento temprano y oportuno.

LIMITACIONES Y CONTROVERSIAS

Hay cambios inherentes en la definición de sepsis y choque séptico. Estos han ido aplicándose y optimizando a medida que se entendía la patobiología de la enfermedad. En primer lugar, la sepsis es un término amplio aplicado a un proceso incomprendido. Todavía existen criterios clínicos poco sencillos y ambiguos; así mismo no existen características biológicas, de imágenes o laboratoriales que identifiquen de forma única a un paciente séptico. Se requiere compromisos, haciendo hincapié en la generalización y el uso de identificadores fácilmente medibles que pudieran captar la actual conceptualización de los mecanismos subyacentes. La nueva definición de sepsis refleja una visión actualizada de la patobiología, particularmente en lo que se refiere a lo que distingue la sepsis de la infección no complicada.

Así como en adultos, un puntaje abreviado donde se evalúa 3 aspectos -respiración, estado mental y el aspecto cardiovascular-, también en niños se suele aplicar esta triada evaluativa. Esta simple evaluación de cabecera puede ser particularmente relevante en entornos de escasos recursos en los que los datos de laboratorio no están fácilmente disponibles y cuando la literatura sobre la epidemiología de la sepsis es escasa o nula. Los criterios del SIRS pueden seguir siendo útiles para la identificación de la infección. Algunos han argumentado que la medición del lactato debe ser manejada como un identificador bioquímico positivo de la sepsis en un paciente infectado, pero no se podría justificar la complejidad y el costo añadidos de la medición del lactato junto con estos sencillos criterios de triada evaluativa (31). Sin embargo, las recomendaciones no deben limitar la vigilancia del lactato como respuesta aguda y terapéutica a un indicador de la severidad.

CONCLUSIÓN

Estas definiciones actualizadas y los criterios clínicos deben aclarar dudas presentes y facilitar el reconocimiento precoz y la gestión más oportuna de los pacientes con riesgo de disfunción de órganos. Eliminar el concepto de sepsis grave e introducir la valoración fuera del ámbito hospitalario del llenado capilar, frecuencia respiratoria y estado mental; así mismo, dentro del ámbito hospitalario implementar el puntaje PELOD-2 para la población pediátrica en las guías nacionales. Sin embargo, este proceso sigue siendo un trabajo en progreso.

RECOMENDACIONES

  • Incluir las nuevas definiciones de sepsis y shock séptico en las Guías Nacionales.

    Identificar y evaluar a los niños con sospecha de sepsis, la fuente de infección, así mismo los factores de riesgo.

  • Implementar la valoración clínica como detección de sepsis en niños y utilizar el puntaje PELOD-2 para predecir mortalidad.

  • Iniciar el tratamiento temprano y oportuno de sepsis en niños.

 

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Contribución del autor: Ha participado en la concepción del artículo, recolección de datos, su redacción y aprobación de la versión final.

Conflictos de interés: Ninguno.

Fuente de financiamiento: Propio.

Correspondencia:

Pedro Michael Baique-Sánchez

michaelbaique@hotmail.com

Av. Breña 134, Dpto. 402. Breña

Celular: 974622354

 

Recibido: 10 mayo 2017

Aceptado: 29 mayo 2017

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