Sr. Editor,

Recientemente hemos leído con gran interés el artículo titulado “El impacto de la pandemia del COVID-19 en la educación médica: adaptabilidad y experiencia con enseñanza a distancia de la Sociedad Médica Peruano Americana” Valdivieso y col. ¹ donde se relata la valiosa experiencia de empleo de las plataformas tecnológicas a distancia como estrategia de afrontamiento de crisis en la educación de profesionales de la salud. Es menester aprovechar esta iniciativa como aliciente para mejorar el empleo y la adaptabilidad de la tecnología en el aprendizaje y evaluación de competencias en pregrado, posgrado y educación médica continua.

Diversas publicaciones comparten el impacto negativo que tuvo la pandemia en el cumplimiento de las actividades asistenciales y académicas de los estudiantes de pregrado y residentes, sobre todo de especialidades quirúrgicas, lo cual ha generado déficits de aprendizaje importantes ^2,3,4,5. Es imprescindible el empleo de la tecnología combinada con la reforma de los servicios para afrontar estas brechas de aprendizaje acumuladas durante los meses de la pandemia, así como en los programas de pregrado y especialidades desarrollados en campos clínicos limitados. A la fecha no tenemos conocimiento de alguna institución que haya planificado programas de remediación de competencias o similares para residentes y estudiantes de pregrado.

La inversión en tecnología no implica necesariamente la adquisición de nuevas tecnologías, sino hacer mejor uso de las disponibles, como es el caso de las diversas aplicaciones en educación de profesionales y atención de pacientes a través de la simulación, telesalud y telemedicina.

Un estudio canadiense destaca los tres roles críticos que la simulación puede cumplir para identificar el enfoque más seguro y eficiente en la respuesta a diversas situaciones de emergencia: desarrollo de protocolos y evaluación del sistema, educación del personal y entrenamiento basado en equipos para reforzar comportamientos positivos y elevar la moral del personal ⁶.

El entrenamiento y la evaluación de las habilidades clínicas prácticas y de comunicación no pueden ser reemplazados por formatos sin la observación del rendimiento, la que puede hacerse con los evaluadores, estudiantes y pacientes simulados o maniquíes en ubicaciones remotas o de manera virtual. Los ECOE pueden transformarse en VECOE (ECOE virtual), los pacientes simulados a distancia pueden facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje de habilidades de razonamiento clínico, comunicación y autoconfianza ^7,8,9.

Será vital la recolección de las evidencias generadas por estos cambios y adaptaciones, así como las percepciones de los estudiantes, docentes, pacientes e instituciones a fin de identificar cuáles áreas de aprendizaje y evaluación de competencias representan un punto de quiebre y la posibilidad de mejora ¹⁰.