INTRODUCCIÓN
La medicina tradicional basada en las plantas se ha mantenido a través de la historia, máxime en zonas rurales remotas o entre minorías étnicas de la sociedad moderna, como complemento del hombre con pocos recursos económicos o como alternativa a la asistencia médica inaccesible (Mostacero et al., 2011). El acceso a la medicina tradicional en los países en vías de desarrollo es, en ciertos casos, una opción viable de tratamiento (Pérez-Nicolás et al., 2017). Por ejemplo, en Latinoamérica, la OMS reporta que el 71% de la población de Chile y el 40% de la población de Colombia utilizan la medicina tradicional al menos una vez al mes (WHO, 1999).
En el caso del Perú, y más concretamente en la región andina del país, se han realizado diversos estudios etnobotánicos sobre plantas medicinales (Bussmann y Glenn, 2010; Gonzales et al., 2014). No obstante, estos estudios suelen centrar su atención en enfermedades y dolencias del humano, mientras que las referencias sobre indicaciones médicas veterinarias son escasas (De la Cruz et al., 2007). El aislamiento geográfico y el factor climático son algunas de las limitaciones para el desarrollo agrícola y ganadero en muchas zonas rurales del país (Reyes-García et al., 2016), forzando en algunos casos el éxodo rural a las ciudades, lo cual provoca que la transmisión del conocimiento tradicional (CT) entre generaciones quede fragmentada (Corroto et al., 2019). Esto ha sido observado en territorios poco desarrollados del continente (Campos et al., 2015), y más específicamente en las regiones andinas (Paniagua-Zambrana et al., 2016), lo que pone de manifiesto la necesidad de rescatar, entre otros, los conocimientos etnoveteri-narios.
Los bosques montanos del noreste de Perú son unos de los más altamente endémicos de toda América Latina. Según León et al. (2006). En este sistema existen varias regiones ecológicas, como el «Bosque Muy Húmedo Montano», entre los 1500 y los 2500 msnm, y la región «MesoAndina», entre los 2500 y los 3500 msnm. Estas dos regiones, en la zona donde se desarrolla el presente estudio, está situada en la caída de los Andes Orientales peruanos hacia la selva, conjugadas principalmente bajo la denominación de ceja de selva. La ganadería en esta área es una de las actividades socioeconómicas de mayor importancia (Quispe et al., 2019), sin embargo, el acceso a la atención médico-veterinaria es limitado y en muchos casos, no es accesible desde el punto de vista económico para los ganaderos. Esto desemboca en reducciones de la productividad y la rentabilidad ganadera, además de las consecuencias negativas que puede tener en la salud de los consumidores (Salvatierra et al., 2015).
El presente estudio tuvo tres objetivos:
(i) presentar y discutir los usos veterinarios registrados en las dos principales cuencas ganaderas del departamento Amazonas (Leimebamba y Molinopampa); (ii) comparar el uso de plantas medicinales para animales entre estas zonas; y (iii) comprender la transmisión del CT entre grupos etarios. La hipótesis es que las personas con menores recursos económicos tendrán mejores registros de CT sobre plantas medicinales para animales, especialmente en Molinopampa por su mayor aislamiento geográfico; así mismo, se espera que los más mayores de 60 años muestren los mayores registros de CT sobre plantas medicinales para uso animal con base a la progresiva acumulación de conocimiento a lo largo de sus vidas.
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de Estudio
El estudio se llevó a cabo en los bosques tropicales montanos del departamento de Amazonas, Perú (Figura 1). Se trabajó en dos cuencas ganaderas, específicamente en los distritos de Leimebamba y Molinopampa, provincia de Chachapoyas. Estas zonas, corresponden a las ecorregiones de Bosque Muy Húmedo Montano (BMHM) y a la región Mesoandina (MA), respectivamente. En cada distrito se trabajó en tres localidades. Ambas ecorregiones presentan un clima estacional, con una estación húmeda entre noviembre y mayo, y una estación seca entre junio y octubre.
En el distrito de Leimebamba, la temperatura media anual es de 19 ºC y la precipitación media anual de 900 mm, mientras que en la MA es de 14 ºC y 780 mm, respectivamente (SENAMHI, 2018). El BMHM está compuesto por diversos tipos de plantas, donde las familias mejor representadas son Rubiaceae, Lauraceae, Melastomataceae, Moraceae y Piperaceae (Schjellerup et al., 2009). Por otra parte, la MA del distrito de Molinopampa se caracteriza por presentar mosaicos aislados de vegetación, con matorrales y árboles dispersos, dominados por formaciones de varios géneros de la familia Fabaceae, que forman estratos entre 5 y 10 m de altura.
La población del BMHM es mestiza, dedicada a la crianza de ganado bovino, complementada con cultivos de maíz, frijol, papa y hortalizas a pequeña escala. Se tiene restricciones de acceso a los servicios de salud y educación, aunque el valle está favorecido por el creciente fomento de atractivos turísticos como Kuelap y el Centro Mallqui, relacionados a la cultura Chachapoyas. La población en MA también es mestiza, con ocupaciones agrícolas y ganaderas y condiciones a nivel sanitario y educativo similares. Sin embargo, no existen explotaciones turísticas cercanas, lo que se traduce en problemas derivados de la precaria condición del mantenimiento de la red vial.
La población en las tres localidades del distrito de Leimebamba (Pomacochas, Palmira y Leimebamba) se estima en 2028 habitantes, mientras que en las tres localidades del distrito de Molinopampa (Pumahermana, Ocol y Molinopampa) era de 1037 habitantes (INEI, 2015).
Toma de Datos
El trabajo de campo se realizó entre enero y junio de 2018. Se realizaron 120 entrevistas semiestructuradas para recopilar información sobre el uso veterinario en ganado bovino de plantas medicinales en las localidades antes mencionados. Estas entrevistas siguieron el formato establecido por Bonet y Valles (2007), con modificaciones realizadas por los autores para adaptarlas al área de estudio. En cada distrito se trabajó con dos tipos de informantes: expertos y generales. Los informantes expertos (6 en BMHM, 9 en MA) fueron elegidos por los líderes de cada distrito en las reuniones de presentación del estudio, como aquellos que tenían un mayor conocimiento de las plantas medicinales para uso veterinario de su ecorregión.
Los informantes generales fueron 54 en el BMHM y 51 en la MA. Los expertos fueron en su mayoría hombres (82%) y mayores de 41 años (86%). Los informantes generales fueron seleccionados buscando un equilibrio en términos de edad dentro de cada distrito. Así, los informantes se dividieron en cinco grupos etarios: 18-30, 31-40, 41-50, 51-60 y mayores de 60 años.
Se utilizó la metodología «walk-in-thewoods» (Phillips y Gentry, 1993) para la recopilación de información etnobotánica en el campo y, así, facilitar el acceso a un mayor número de especies que con un muestreo estratificado. Las entrevistas con informantes expertos se extendieron entre 1 y 3 días de trabajo de campo para reconocer las plantas en sus hábitats, anotar sus nombres vernáculos locales, hacer las colecciones botánicas correspondientes y anotar la información sobre su empleo: indicaciones medicinales, partes de las plantas utilizadas, así como formas de preparación y de administración. Posterior a esto, se procedió a las entrevistas con los informantes generales en sus hogares o lugares de trabajo (mayormente en sus fundos/fincas) con el fin de indagar sobre las especies identificadas por los informantes expertos y sobre los usos medicinales que conocen. Paralelamente, se realizaron entrevistas estructuradas con todos los informantes sobre factores socioeconómicos que pueden influir en sus conocimientos tradicionales, como es el nivel de desarrollo del área (proximidad a lugares turísticos, hospitales, carreteras en buenas condiciones, mercados y abastecimientos de agua vigilada).
Los especímenes de las plantas medicinales recolectadas se identificaron en colaboración con botánicos locales del Herbarium Truxillense (HUT) en Trujillo, Perú, quedando depositados en dicha institución, con duplicados en la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza (Amazonas). Los nombres científicos de las plantas se verificaron con The Plant List (2019), mientras que la clasificación taxonómica de las familias siguió el Angiosperm Phylogeny Group (Byng et al., 2016).
La investigación se llevó a cabo de acuerdo con el Convenio de Diversidad Biológica (SCBD, 2011). El consentimiento in formado de todos los participantes se obtuvo verbalmente antes de realizar las entrevistas, y la aprobación ética y el consentimiento por escrito se obtuvieron de cada alcalde de distrito del área de estudio en reuniones previas. Además, el estudio fue aprobado por el comité de ética de la Universidad Autónoma de Madrid (Código CEI 73-1327).
Análisis de Datos
Los registros de uso medicinal citados en las entrevistas se clasificaron siguiendo el criterio internacional desarrollado por Cook (1995), con las modificaciones adicionales propuestas por Macía et al. (2011). Cabe señalar que, en este caso, al tratarse de un estudio sobre el uso veterinario de plantas medicinales, la categoría medicinal sobre la que se estructura esta investigación es la de «Veterinaria».Así mismo, se define como «uso medicinal» el uso de una parte de cada especie asociada con una subcategoría medicinal (Macía et al., 2011).
Para determinar la influencia de los factores socioeconómicos de desarrollo en cada distrito sobre los usos veterinarios de las plantas medicinales, se calcularon dos indicadores de conocimiento etnobotánico: (1) registros de uso de plantas medicinales (RU), que representan la suma de todos los usos medicinales informados por un informante para todas las especies conocidas, y (2) especies de plantas medicinales útiles (PU), que representan la suma de todas las especies útiles que cada informante mencionó. En un análisis inicial, los indicadores de los dos distritos mostraron fuertes correlaciones (Pomacochas r=0.74; Palmira r=0.72; Leimebamba r=0.66; Pumahermana r=0.72; Ocol r=0.64; Molinopampa r=0.61). Debido a estos resultados, se decidió utilizar solo el primer indicador (RU) como variable dependiente en los análisis posteriores.
Con el objetivo de visualizar si las seis localidades estudiadas entre los dos distritos se agrupan según su nivel socioeconómico de desarrollo y su CT, se realizó un escalamiento multidimensional (EMD) basado en la disimilitud de Bray-Curtis, trazando los resultados en diagramas de dispersión.
Para el análisis de la transmisión del CT sobre los usos veterinarios, se buscaron patrones de uso con el porcentaje promedio de los RU registrados en cada localidad. Para ello, se utilizaron modelos lineales mixtos generales (no generalizados) y la prueba post hoc de múltiples comparaciones de LSD Fisher, a fin de determinar posibles diferencias significativas entre los cinco grupos etarios en las seis localidades. Todos los análisis se realizaron con R 3.4.0. (R Development Core Team, 2017).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Especies y Usos Medicinales
En total, de las 72 especies de plantas medicinales registradas a partir de las entrevistas y las salidas de campo, se obtuvieron 66 géneros, pertenecientes a 33 familias de plantas vasculares (Cuadros 1-9). La familia con mayor número de especies citadas fue Compositae con 17 especies, seguida de la familia Leguminosae con siete especies, y la familia Lamiaceae con seis. Además, se citaron 5 y 3 especies en las familias Amaranthaceae y Poaceae. Estas cinco familias representaron el 52.0% de las especies mencionadas. La mayor parte de estudios sobre plantas medicinales desarrollados en realidades andinas reportan a especies de las familias Compositae, Leguminosae y Lamiaceae como las más usadas en dolencias y desórdenes del humano (Monteiro et al., 2011; Gonzales et al., 2014). El gran número de especies (72) registradas en esta investigación y considerando que solo se enfocó los usos medicinales sobre el ganado bovino, refleja que el conocimiento etnoveterinario continúa siendo reconocido y utilizado (Wanzala et al., 2005). A pesar de esto, no existen estudios específicos ni exclusivos sobre uso veterinarios de plantas medicinales en estas áreas andinas.
Se registraron 27 indicaciones medicinales, clasificadas dentro de la categoría de «usos veterinarios», que eran utilizadas para curar o aliviar enfermedades y dolencias del ganado bovino (Cuadros 10, 11). Este número de indicaciones médicas fue similar a otras reportadas en otras latitudes sobre animales en explotaciones ganaderas (Teklay et al., 2013; Verma, 2014).
IM: Indicación medicinal
PU: Parte usada = Pa: Parte aérea; Br: Brote; Cz: Corteza; Ec: Exocarpo; Pe: Planta entera; Fl: Flor; Fr: Fruto; Hj: Hoja; Lx: Látex; Rz: Raíz, Sm: Semilla; Tl: Tallo
PP: Preparación = Dc: De cocción; Fm: Fermentado; Fs: Fresco; If: Infusión; Jg: Jugo; Lc: Licuado; Nn:
Ninguno; Ct: Calentado
MA: Modo de administración = Bñ: Baños; En: Enema; Sb: Sobado; Or: Oral; Em: Emplasto; Lg: Latigado FC: Frecuencia de citación
IM: Indicación medicinal
PU: Parte usada = Pa: Parte aérea; Br: Brote; Cz: Corteza; Ec: Exocarpo; Pe: Planta entera; Fl: Flor; Fr: Fruto; Hj: Hoja; Lx: Látex; Rz: Raíz, Sm: Semilla; Tl: Tallo
PP: Preparación = Dc: De cocción; Fm: Fermentado; Fs: Fresco; If: Infusión; Jg: Jugo; Lc: Licuado; Nn: Ninguno; Ct: Calentado
MA: Modo de administración = Bñ: Baños; En: Enema; Sb: Sobado; Or: Oral; Em: Emplasto; Lg: Latigado FC: Frecuencia de citación
IM: Indicación medicinal
PU: Parte usada = Pa: Parte aérea; Br: Brote; Cz: Corteza; Ec: Exocarpo; Pe: Planta entera; Fl: Flor; Fr: Fruto; Hj: Hoja; Lx: Látex; Rz: Raíz, Sm: Semilla; Tl: Tallo
PP: Preparación = Dc: De cocción; Fm: Fermentado; Fs: Fresco; If: Infusión; Jg: Jugo; Lc: Licuado; Nn:
Ninguno; Ct: Calentado
MA: Modo de administración = Bñ: Baños; En: Enema; Sb: Sobado; Or: Oral; Em: Emplasto; Lg: Latigado FC: Frecuencia de citación
IM: Indicación medicinal
PU: Parte usada = Pa: Parte aérea; Br: Brote; Cz: Corteza; Ec: Exocarpo; Pe: Planta entera; Fl: Flor; Fr: Fruto; Hj: Hoja; Lx: Látex; Rz: Raíz, Sm: Semilla; Tl: Tallo
PP: Preparación = Dc: De cocción; Fm: Fermentado; Fs: Fresco; If: Infusión; Jg: Jugo; Lc: Licuado; Nn:
Ninguno; Ct: Calentado
MA: Modo de administración = Bñ: Baños; En: Enema; Sb: Sobado; Or: Oral; Em: Emplasto; Lg: Latigado FC: Frecuencia de citación
IM: Indicación medicinal
PU: Parte usada = Pa: Parte aérea; Br: Brote; Cz: Corteza; Ec: Exocarpo; Pe: Planta entera; Fl: Flor; Fr: Fruto; Hj: Hoja; Lx: Látex; Rz: Raíz, Sm: Semilla; Tl: Tallo
PP: Preparación = Dc: De cocción; Fm: Fermentado; Fs: Fresco; If: Infusión; Jg: Jugo; Lc: Licuado; Nn: Ninguno; Ct: Calentado
MA: Modo de administración = Bñ: Baños; En: Enema; Sb: Sobado; Or: Oral; Em: Emplasto; Lg: Latigado FC: Frecuencia de citación
IM: Indicación medicinal
PU: Parte usada = Pa: Parte aérea; Br: Brote; Cz: Corteza; Ec: Exocarpo; Pe: Planta entera; Fl: Flor; Fr: Fruto; Hj: Hoja; Lx: Látex; Rz: Raíz, Sm: Semilla; Tl: Tallo
PP: Preparación = Dc: De cocción; Fm: Fermentado; Fs: Fresco; If: Infusión; Jg: Jugo; Lc: Licuado; Nn:
Ninguno; Ct: Calentado
MA: Modo de administración = Bñ: Baños; En: Enema; Sb: Sobado; Or: Oral; Em: Emplasto; Lg: Latigado FC: Frecuencia de citación
IM: Indicación medicinal
PU: Parte usada = Pa: Parte aérea; Br: Brote; Cz: Corteza; Ec: Exocarpo; Pe: Planta entera; Fl: Flor; Fr: Fruto; Hj: Hoja; Lx: Látex; Rz: Raíz, Sm: Semilla; Tl: Tallo
PP: Preparación = Dc: De cocción; Fm: Fermentado; Fs: Fresco; If: Infusión; Jg: Jugo; Lc: Licuado; Nn:
Ninguno; Ct: Calentado
MA: Modo de administración = Bñ: Baños; En: Enema; Sb: Sobado; Or: Oral; Em: Emplasto; Lg: Latigado FC: Frecuencia de citación
IM: Indicación medicinal
PU: Parte usada = Pa: Parte aérea; Br: Brote; Cz: Corteza; Ec: Exocarpo; Pe: Planta entera; Fl: Flor; Fr: Fruto; Hj: Hoja; Lx: Látex; Rz: Raíz, Sm: Semilla; Tl: Tallo
PP: Preparación = Dc: De cocción; Fm: Fermentado; Fs: Fresco; If: Infusión; Jg: Jugo; Lc: Licuado; Nn: Ninguno; Ct: Calentado
MA: Modo de administración = Bñ: Baños; En: Enema; Sb: Sobado; Or: Oral; Em: Emplasto; Lg: Latigado FC: Frecuencia de citación
IM: Indicación medicinal
PU: Parte usada = Pa: Parte aérea; Br: Brote; Cz: Corteza; Ec: Exocarpo; Pe: Planta entera; Fl: Flor; Fr: Fruto; Hj: Hoja; Lx: Látex; Rz: Raíz, Sm: Semilla; Tl: Tallo
PP: Preparación = Dc: De cocción; Fm: Fermentado; Fs: Fresco; If: Infusión; Jg: Jugo; Lc: Licuado; Nn:
Ninguno; Ct: Calentado
MA: Modo de administración = Bñ: Baños; En: Enema; Sb: Sobado; Or: Oral; Em: Emplasto; Lg: Latigado FC: Frecuencia de citación
Las especies más representativas fueron Stachys arvensis, citada por 63 de los 120 informantes, Otholobium glandulosum y Ambrosia arborescens citadas por 57 informantes, Matricaria recutita citada por 53 informantes y Minthostachys mollis citada por 52 informantes. Las especies con mayor versatilidad fueron Minthostachys mollis y Aloe vera, donde cada una fue registrada como remedio para nueve indicaciones medicinales; especialmente para «Diarrea en [bovinos] adultos», indicadas por 26 y 16 informantes, respectivamente. Otra especie citada con gran versatilidad fue Matricaria recutita, con una mayor relevancia para «Diarrea con sangre» (27 informantes). Llama la atención que las especies Matricaria recutita y Minthostachys mollis se encuentran, además, entre las más mencionadas y versátiles en estudios sobre plantas medicinales para uso humano y para propósitos similares (Bussmann y Glenn, 2010; Mathez-Stiefel y Vandebroek, 2012).
El mayor número de especies (n=22; 30.5%) de los registros fueron usadas para «Diarrea en adultos», resultado similar a los encontrados en este tipo de estudios en la zona anida para el humano, donde la categoría médica con mayor número de citaciones es la de desórdenes y dolencias del sistema digestivo (Corroto et al., 2019). Esto está relacionado con la baja calidad de agua de consumo, que provoca problemas gastrointestinales tanto en el humano como en los animales (Rodríguez et al., 2012).
Entre las especies de mayor citación para las diversas indicaciones médicas se encuentran las siguientes:
21 especies (29.2 %) para «Mastitis», especialmente Schinus molle, citada por 10 informantes.
15 especies ´para «Gusanera en heridas» y «Gusanera en ombligo» (20.8% en ambos casos), especialmente Minthostachys mollis (14 informantes) y Ageratina glechonophylla (11 informantes).
12 especies (16.7%) para «Sarna», donde destaca Phaseolus pachyrrhizoides (13 informantes). También
11 especies para «Garrapatosis» (15.3%), destacando Ambrosia arborescens (12 informantes)
Además, especies como Ageratina glechonophylla y Ambrosia arborescens que son utilizadas para curar dolencias y desórdenes comunes, tanto en humanos como en animales (Romero-Cerecero et al., 2009; Ulbricht, 2013).
Partes de la Planta Usada, Formas de Preparación y Modos de Administración
Las hojas (3.1% del total de registros), la parte aérea (16.2%) y el fruto (5.3%) fueron las partes de la planta más frecuentemente usadas, seguidas de la raíz (4.9%), el tallo (4.2%) y las semillas (3.7%). Asimismo, otras partes de menor frecuencia de uso fueron la corteza, las flores y el látex. La mayoría de los remedios se prepararon en forma de infusión (62.7%), seguido de material fresco usado directamente, con o sin preparación previa (18.1%), mientras que otras formas fueron bajo la forma de decocción, jugo, fermentado y licuado.
El modo de administración más utilizado fue oral (52.0%), seguido de baños (27.3%), y emplasto (18.1%), entre los más destacados. Otras formas de menor frecuencia fueron como latigazos en la zona dolorida y en enema. El uso mayoritario de las hojas y la preparación de infusiones para administración oral son realidades comunes en investigaciones etnoveterinarias (Masika yAfolayan, 2003).
Factores Socioeconómicos de Desarrollo
Se documentaron 47 especies de plantas medicinales y 19 indicaciones medicinales en Leimebamba y 58 y 24, respectivamente, en Molinopampa. Es conocido que el gradiente altitudinal tiene un papel clave en los ecosistemas terrestres, y que la diversidad de especies disminuye con el piso altitudinal (Gentry, 1988). En concordancia con ello, algunos estudios desarrollados en áreas andinas reflejan un mayor conocimiento en comunidades situadas a menor altura (Monigatti et al., 2013); sin embargo, tam bién está demostrado que las sociedades andinas a mayor altitud tienen una larga historia de actividad antropogénica y, por tanto, mayor conocimiento tradicional atesorado (Vandebroek et al., 2004), así como otros de carácter socioeconómico.
Los resultados del escalamiento multidimensional separaron los dos distritos al cruzar los factores socioeconómicos y los registros de uso veterinario (Figura 2). Se observa en un solo conjunto a las tres localidades del distrito de Leimebamba (Poma-cochas, Palmira y Leimebamba), las cuales presentan características comunes con respecto al nivel de desarrollo, dado que se encuentran cerca de un mercado de entidad situado en la vecina localidad de Yerbabuena, que se desarrolla cada domingo y reúne a comerciantes de todo tipo en un espacio de confluencia regional, lo cual facilita el aprovisionamiento de productos por parte de la sociedad adyacente y la venta de los productos trabajados. Además, Leimebamba se encuentra dentro del circuito turístico de la cultura Chachapoyas, desarrollado al sur de la provincia homónima (Pacifico y Vogel, 2012). También cabe destacar las buenas condiciones de la carretera que une con la capital regional (Chachapoyas) y acceso a su hospital en un viaje de dos horas en auto. Por último, las tres localidades tienen sistemas de suministro de agua tratada para el consumo humano y animal.
El segundo grupo reunió las tres localidades del distrito de Molinopampa (Pumahermana, Ocol y Molinopampa), grupo que muestra un nivel de desarrollo inferior, dado que no tienen algún mercado de entidad en las cercanías ni se encuentran cercanas a centros turísticos, y por consecuencia, las condiciones de las carreteras no son las óptimas. Además, solo la localidad de Molino pampa disfruta de un sistema de suministro de agua vigilada para consumo humano y animal. A su favor cuenta con que el hospital más cercano se encuentra en la ciudad de Chachapoyas, a una hora de distancia. La división de los dos grupos en el gráfico MDS agrega un peso empírico a la aceptación de la hipótesis que indica que los niveles de desarrollo son inversos a los niveles de conocimientos tradicionales en las sociedades rurales (Sandlos y Keeling, 2015).
Transmisión del Conocimiento Tradicional Intergeneracional
Los porcentajes promedio de registros de uso en relación con los cinco estratos etarios grupos muestran diferencias significativas entre ellos en las seis localidades (Figura 3). El reparto del conocimiento entre los grupos etarios es reconocible en ambos distritos y en la mayoría de las localidades. Se observó un claro aumento en el CT con la edad, especialmente entre el grupo de 18-30 años con el de 51-60 años. Esta dinámica se repite en otros trabajos etnobotánicos (Srithi et al., 2009; Paniagua-Zambrana et al., 2016). Sin embargo, el grupo mayor de 60 años mostró una disminución en el porcentaje de registros en todas las localidades, siendo incluso significativamente diferente menor al grupo inmediato anterior (51-60 años), a excepción de la localidad de Leimebamba (Figura 3C). Esto podría explicarse por circunstancias tales como la pérdida gradual de facultades mentales y la pérdida de contacto con el campo al tener mermadas sus facultades físicas. Esta tendencia curvilínea implica que el conocimiento botánico debe ser transmitido a las generaciones venideras antes de que la generación anterior se retire de la actividad cotidiana (Ayantunde et al., 2008).
Dentro de los cinco grupos de edad, y teniendo en cuenta a las seis localidades estudiadas como un todo, el grupo correspondiente a los informantes que se encuentran entre 51 y 60 años fue el que mayores porcentajes de registros de uso obtuvo con respecto al total (24.7 %). En muchos casos, la adquisición de estos conocimientos puede estar supeditada a la aparición de nuevas responsabilidades entre los grupos de menor edad, como es la formación de una familia y el cuidado de la salud de los hijos (Eddouks et al., 2017). En otros, la falta de recursos económicos para acceder a los servicios médicos convencionales puede ser un hándicap para iniciarse en el aprendizaje del conocimiento tradicional (Van Andel y Westers, 2010).
CONCLUSIONES
Se registraron 72 especies de plantas medicinales usadas en 27 indicaciones médicas, principalmente en desórdenes y dolencias del sistema digestivo del ganado bovino.
Las localidades con menor desarrollo económico están relacionadas con un mayor conocimiento tradicional sobre plantas medicinales de uso veterinario.
Los pobladores del grupo etario de 51 y 60 años son los que mostraron mayor conocimiento sobre el uso de las plantas de efectos benéficos para el tratamiento de dolencias del ganado bovino.
El conocimiento tradicional en los grupos más jóvenes es menor pero la transmisión de estos conocimientos tradicionales continúa.