INTRODUCCIÓN
Se observa un creciente interés en el bienestar animal a nivel global, especialmente en animales de granja. La crianza intensiva y el manejo de estos animales previos al beneficio puede ser motivo de maltrato y causarles altos niveles de estrés, factores que pueden llegar incluso a afectar la productividad y causar pérdidas económicas (Mora, 2011). Por otro lado, los consumidores de carne bovina vienen exigiendo que la calidad del producto no solo esté determinada por la calidad e inocuidad de esta, sino además, por la percepción del estado de bienestar que haya tenido el animal (Huertas, 2006).
La falta de preocupación por evitar el sufrimiento de los bovinos en la etapa de sacrificio, así como el desconocimiento sobre las implicaciones que tiene sobre el bienestar de los animales, calidad e inocuidad de la carne, es un problema común en muchos países sudamericanos (Romero et al., 2012b).
Esto se refleja en el manejo de los animales de algunas plantas de beneficio, sea en el desembarque, pesaje, encierro y en el momento del sacrificio donde las prácticas de manejo no son las más adecuadas, ocasionando cansancio y estrés a los animales (Torres et al., 2017). En Colombia se tiene una legislación establecida y completa en cuanto al bienestar animal (Ley 1774 de 2016; Decreto 2113 de 2017); no obstante, ciertos manejos en las plantas de beneficio como es el desembarque de los animales o la insensibilización previa al sacrificio no es una actividad especializada, y los operarios no se encuentran capacitados para el adecuado manejo de los animales dentro de los patrones del bienestar animal (Romero y Sánchez, 2012). La carencia de un desarrollo adecuado en las buenas prácticas de manejo animal que ponen en riesgo el bienestar de los animales ha sido demostrado en investigaciones hechas por De Luque y Dussan (2009), Muñoz (2014), Romero et al. (2011a,b, 2012, 2013), Romero y Sánchez (2012) en Colombia.
El bienestar de los animales destinados a la obtención de productos cárnicos en Colombia ha sido cuestionado y se ha planteado como un problema, debido a las deficiencias de las instalaciones, el maltrato y sufrimiento de los animales y el estrés que sufren previo al beneficio, donde pueden ocurrir lesiones corporales, como cortes y hematomas, pudiendo llegar incluso al decomiso de canales o sus partes (Tafur y Acosta, 2006). La efectividad de la insensibilización y desangrado de los animales en las plantas de sacrificio puede ser evaluada a través de indicadores conductuales (Grandin, 2010). Los resultados de estas investigaciones pueden identificar prácticas de manejo inadecuadas, deficiencias en las instalaciones y trato inadecuado de los trabajadores con los animales (Romero et al., 2012a).
Si bien se han desarrollado investigaciones relacionadas al bienestar animal en diferentes ciudades de Colombia, no hay estudios relacionados al tema en el departamento de Boyacá. En la planta de beneficio INFRIBOY, en Sogamoso, se desconoce si durante las etapas de sacrificio existen condiciones en el manejo de los animales que amenacen su bienestar animal, a pesar de estar certificada y clasificada como Clase II por el Instituto Nacional de Vigilancia de MedicamentosyAlimentos (INVIMA).Con base a esto, el objetivo de este estudio fue evaluar las conductas de los animales y las condiciones de manejo por parte de los operarios hacia los bovinos destinados al sacrificio, con el fin de determinar prácticas de manejo que afecten el bienestar.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se trabajó con 100 bovinos (machos y hembras) destinados al sacrificio, con edades entre 1 y 5 años, de tipo Bos taurus (Holstein y Normando) y Bos indicus (cebú) que fueron recibidos en la planta de beneficio Industrias Frigoríficas de Boyacá (INFRIBOY) del municipio de Sogamoso (Boyacá). En esta planta de beneficio se sacrifican 150-500 bovinos por día. La evaluación se hizo en un periodo de dos días, donde se evaluaron indicadores de bienestar relacionados a la conducta, antes, durante y después de la insensibilización (Cuadro 1). Adicionalmente, se aplicó una encuesta a 25 operarios de la planta (18 hombres y 7 mujeres) encargados del sacrificio. La encuesta consistió en un formato de seis preguntas con respuesta abierta donde se preguntó el grado de escolaridad, experiencia en la planta de beneficio, empatía por su trabajo, conocimientos de bienestar animal, capacitación y actitud hacia el trabajo. El formato fue revisado por dos personas conocedoras del tema de bienestar en plantas de sacrificio.
1 Según criterios establecidos por Grajales (2010), Grandin (2010) y Romero et al. (2012a)
Los parámetros evaluados antes, durante y después de la insensibilización fueron consignados en un formulario, de acuerdo con una metodología modificada y aplicada anteriormente (Grajales, 2010; Grandin, 2010; Romero et al. 2012a,b). Los parámetros en estudio fueron clasificados como excelentes, aceptables, no aceptables y graves, según el porcentaje de ocurrencia propuesto por InstitutoAmericano de la Carne (Grandin, 2010).
El análisis estadístico se llevó a cabo mediante un estudio descriptivo, calculándose el porcentaje de presentación de los indicadores de bienestar animal conductuales antes, durante y después de la insensibilización. Los resultados de las encuestas fueron tabulados y sentados en forma descriptiva.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Antes de la Insensibilización
Se observó que 11% de los animales cayeron y 17% resbalaron (Cuadro 2) antes de que ingresaran al cajón de insensibilización. Los resultados, comparados con los parámetros establecidos por el InstitutoAmericano de la Carne, indican un nivel de problema grave. Silva et al. (2014), trabajando en dos plantas de beneficio brasileras, demostraron que 24.3% de los animales resbalaron y 5.7% cayeron durante el manejo de conducción, debido a deficiencias en las instalaciones y manejo inadecuado de los animales. En este caso, las caídas y resbalones pudieron deberse al diseño de la manga que conduce al cajón de insensibilización, ya que era en forma de «U» y las paredes estaban divididas por varillas de acero, y no en forma curva, con paredes cerradas y sin salientes, como recomienda la literatura (Grandin, 1998). Por otro lado, Romero et al. (2013) han señalado que cuando se presenta una proporción mayor del 1% de caídas, se recomienda revisar las prácticas de manejo y las características de las instalaciones, principalmente los pisos.
Muñoz et al. (2012) evaluaron los indicadores de bienestar animal en 1025 bovinos de plantas de beneficio, encontrando que 17.2% de los animales vocalizaron durante el arreo al cajón de insensibilización. En este estudio, las vocalizaciones se presentaron en el 23% de los animales, (Cuadro 2), lo cual se considera un problema grave, al igual que en el estudio anteriormente mencionado. Por otro lado, para Grajales (2010), las vocalizaciones en el ganado se presentan por acciones que les generan dolor y estrés, tales como el uso de picana eléctrica u otro objeto, además de las caídas y resbalones. Esto podría indicar una inadecuada relación entre el operario y el animal por deficiencias en el manejo, situación que genera miedo y estrés en los animales, favoreciendo los resbalones y caídas y, por lo tanto, aumentando las lesiones y hematomas, así como accidentes de trabajo (Romero et al., 2012b).
El 61% de los animales fueron arreados con el uso de la picana eléctrica u otro instrumento (palos de acero) (Cuadro 2), lo cual les obliga a correr y golpearse entre ellos. El uso de elementos eléctricos para la movilización de los animales es un factor de estrés y esta práctica está prohibida en caballos, ovejas y cerdos pequeños (OIE, 2012). Para Grandin (2006), el uso de picana eléctrica es el método preferido en algunas plantas por encima del uso de otros implementos para golpear un animal; sin embargo, señala también que la inadecuada manipulación previa al sacrificio es perjudicial para la calidad de la carne por los niveles altos de lactato que se generan (Romero et al., 2011b), favoreciendo que el pH de la carne resultante sea superior a 6.2, situación que facilita el desarrollo de bacterias contaminantes y deterioro de la carne durante su almacenamiento (Chambers et al., 2001).
La OIE solo autoriza el uso de estos elementos cuando son accionados por batería y con voltaje no superior a los 30 v (Romero et al., 2013). Basados en estos lineamientos para plantas de sacrificio a nivel internacional, el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia junto con el Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (MINSALUD e INVIMA, 2015), han establecido que los animales deben ser conducidos en grupos, sin presiones ni hacerlos correr, evitando golpes, castigos o uso de la picana eléctrica, así como de otra cualquier práctica que pueda producir temor o excitación de los animales. De igual manera, especifica que, en caso de usarse la picana eléctrica, esta debe ser usada solamente en no más del 25% de los animales y la intensidad no debe ser de más de 20-35 v y por no más de 2 segundos, debiendo ser aplicada en el cuarto trasero. En el presente estudio no se pudo determinar el voltaje de la picana utilizada, pero fue utilizada en un porcentaje mayor de animales a las recomendaciones vigentes.
Durante y Después de la Insensibilización
El 93% de los animales fueron aturdidos correctamente mediante un solo disparo a nivel frontal de la cabeza, mientras que el 7% tuvieron un aturdimiento fallido, requiriendo dos disparos. Sin embargo, el 6% de los animales correctamente aturdidos presentó reflejos de incorporación, vocalizaciones y respiración rítmica, debido a que el tiempo entre la insensibilización y la sangría superó los 60 segundos. Este resultado es considerado como No Aceptable bajo los estándares del Instituto Americano de la Carne. En este sentido, Gamón (2018), trabajando en mataderos en Bolivia, encontró intervalos entre el aturdimiento con un solo disparo superiores a 60 segundos, existiendo casos de hasta seis disparos y cinco minutos para la sangría, lo que causaba el retorno de la sensibilización de los animales. Patiño et al. (2019) han señalado que cuando los porcentajes del primer disparo (noqueo o insensibilización) se encuentran por debajo de lo recomendados (9598%), se considera como una debilidad a corregir.
El método de aturdimiento empleado en la planta fue la pistola de perno cautivo penetrante, donde se notó que algunos animales no quedaban insensibilizados al primer disparo, porque se movían fácilmente, ya que no tenía cajón de aturdimiento con sujeción de la cabeza.Algunos centros de beneficio cuentan con sistemas de inmovilización con sujeción de la cabeza de los bovinos para que el disparo sea más certero (Hultgren et al., 2014). Sin embargo, en el trabajo de Gallo et al. (2003), en una planta faenadora de carnes en Chile con un cajón de insensibilización que contaba con un dispositivo de sujeción de la cabeza, solo se logró una insensibilización correcta en el 89% de los animales con un solo disparo. Esto pone en evidencia que aún si se tiene la infraestructura adecuada, es importante que los operarios sepan utilizarla.
Grandin (2010) afirma que el punto de entrada de pistolas de perno cautivo penetrante varía entre el ganado Bos taurus y el Bos indicus. Con respecto a esto, se observó una gran diferencia en el aturdimiento entre las dos especies bovinas, dado que el ganado cebú no era aturdido correctamente, Para aumentar los porcentajes de insensibilización se tendría que capacitar y mejorar las habilidades de la persona encargada del aturdimiento de los animales (FAO, 2007).
Al observar los reflejos en el piso y el riel de desangrado, el 87% de los animales fueron insensibilizados completamente, sin signos de retorno a la insensibilización, mientras que el 12% presentaron reflejos de incorporación o respiración rítmica (Cuadro 3), indicando un nivel No Aceptable. No hubo una relación entre la efectividad del aturdimiento (93%) y la insensibilización completa de los animales (87%) debido al largo intervalo entre la insensibilización y la sangría. En este sentido, Grajales (2010) encontró que 91.6% de los animales fueron insensibilizados completamente, 5.3% presentaron respiración rítmica y 2.1% tuvo intentos de enderezamiento, en una planta de beneficio de Veracruz, México, siendo el porcentaje óptimo menos de 1 reflejo por 100 animales. Para Gregory (2007), la respiración rítmica revela que la función medular fue parcialmente afectada, reduciendo las probabilidades de que ocurra una falla cardiopulmonar, en tanto que el reflejo de enderezamiento o incorporación se considera un signo importante para el retorno de la consciencia. En este estudio, el 6% de los animales presentaron signos de enderezamiento, lo cual indica una insensibilización inadecuada.
Encuesta a los Operarios
El 64% de los operarios (n=25) tiene una educación a nivel de bachillerato, mientras que el 24% de primaria y el 12% era técnico o tecnólogo. Estos resultados coinciden con el estudio de Bohórquez y Theran (2016) en una planta de beneficio de Sucre, Colombia, donde se encontró que el 72.4% de los trabajadores tenían un nivel de educación correspondiente a primaria-bachillerato y el 27.6% al nivel de técnico-profesional.
El tiempo que llevan trabajando los operarios en la planta se presenta en la Figura 1, donde se demuestra que la mayor parte de los operarios tienen experiencia en su trabajo. Así mismo, en el estudio de Bohórquez y Theran (2016) se encontró que el 89.7% de los trabajadores llevaban trabajando ente 8 y 18 años, concluyendo que la mayor parte tenían amplia experiencia en las labores y que habían recibido capacitaciones relacionadas al trabajo, aunque no necesariamente específicas a sus actividades diarias.
El 36% de los operarios tomaron la decisión de trabajar en la planta por gusto propio, mientras que para el 32% fue una oportunidad laboral y para el 28% por necesidad económica (Figura 2). Para el caso de los conductores de camiones de transporte de ganado, Pérez et al. (2017) reportó que el 83% de 20 conductores lo hacían por falta de empleo y necesidad económica y solo el 17% porque les motiva y es de su agrado.
El 80% de los trabajadores indicaron haber escuchado sobre el tema de bienestar animal, mientras que el resto no lo ha escuchado o no sabe lo que significa. Por otro lado, el 96% de los operarios respondieron que han sido capacitados en su trabajo. De estos, el 36% fue capacitado en bienestar animal, mientras que el resto en otras actividades o funciones propias de la empresa. Según Schwartzkopf et al. (2008), se debe concientizar a los operarios de las plantas de sacrificio que los animales son seres sensibles y que los consumidores esperan que se les preste especial cuidado durante su estadía en las plantas, independientemente de su valor económico.
El 64% de los operarios manifestaron que el sacrificio de los animales no les genera ningún tipo de emocionalidad, mientras que el 16% manifestaron que las prácticas llevadas a cabo en la planta les genera tristeza, dolor (8%) u otros tipos de sentimientos (Figura 3). Por otro lado, el 72% del personal valoraron como buenas las prácticas que se realizan durante el desembarque y corral de descanso, y el 76% consideró como buenas las prácticas en el cajon de insensibilización (Figura 4). No obstante, las prácticas observadas para la movilización de los animales, la insensibilización y la sangría muestran falta de conocimiento desde el punto de vista de bienestar animal.
Por último, el 52% de los operarios considera que el decomiso de las canales y la mala calidad del producto final no conlleva a pérdidas económicas para el mercado, lo cual es indicativo de que no son concientes que las acciones inadecuadas en el manejo y trato a los animales afectan el mercado y la percepción del público sobre el maltrato animal que ocurre en las plantas de beneficio.
CONCLUSIONES
Existen problemas de bienestar aniamal en la planta de beneficio en estudio, toda vez que indicadores conductuales como caídas, resbalones, vocalizaciones, uso de picana eléctrica u otro instrumento, efectividad de la insensibilización y los reflejos en el piso y riel de desangrado se encuentran fuera de los niveles internacionalmente aceptados.
Los operarion requieren de una mayor y mejor capacitación sobre prácticas adecuadas de manejo y bienestar animal.
Agradecimientos
A la planta de beneficio Industrias Frigorificas de Boyacá por la oportunidad que brindaron para realizar el estudio.