INTRODUCCIÓN
Hoy en día, el perro se ha vuelto indispensable como compañero en la vida de muchas personas. Los perros han diversificado su utilidad desde el rastreo, cacería, instrumentos de guerra, escuadrón de detección de bombas, la detección de delincuentes y la guía de personas invidentes (Bargujar et al., 2011). En vista de la necesidad de los perros, es inevitable estudiar las diversas enfermedades que afectan a esta especie. Entre las enfermedades virales predominantes se encuentran la infección por parvovirus canino, el moquillo canino, la infección por corona virus, la hepatitis canina, la parainfluenza canina y la rabia (Fauquet et al., 2005).
La parvovirosis canina (PVC) constituye, a nivel mundial, una de las principales causas de diarrea sanguinolenta en perros. La mortalidad puede ser elevada, particularmente en animales muy jóvenes (Hoelzer y Parrish, 2010; Jaime et al., 2015; Mauro, 2015). La PVC tiene mayor presentación en temperaturas extremas, tanto en los meses más cálidos como en los más fríos (Castro et al., 2007), aunque en ocasiones no se ha encontrado asociación entre la época del año y la PVC (Godsall et al., 2010).
En Cuba, la enfermedad fue descrita por primera vez en 1981 y su introducción en el país está relacionada con las importaciones de caninos. La incidencia de casos de parvovirosis en perros es creciente y la mortalidad es elevada, aunque hay que destacar que en los primeros cinco años de reportada la enfermedad en el país, los valores de mortalidad y letalidad eran superiores al 80%, motivado por la plena susceptibilidad de los caninos jóvenes y la gran virulencia de las cepas (Merino et al., 1982; Fresneda et al., 2015).
Por otra parte, no se ha cuantificado la magnitud de la asociación entre la PVC y los factores de riesgo que la desencadenan (Jaime et al., 2015). El estudio de estos factores permitiría aportar nuevos conocimientos sobre la epidemiología de la enfermedad y trazar estrategias para su prevención. Así, el objetivo del presente trabajo fue determinar los factores de riesgo asociados a la presentación de la parvovirosis canina en cuatro localidades de Cuba.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó entre septiembre de 2018 y marzo 2019 con una muestra de 87 caninos de varias razas y edades, positivos o no a PVC, en cuatro localidades de la región centro-oriental de la isla de Cuba (municipios Ciego de Ávila, Camagüey, Morón y Gaspar), provincias Ciego de Ávila y Camagüey. La zona presenta un clima de llanuras, principalmente interiores, con humedecimiento estacional, alta evaporación y elevada temperatura del aire.
El diagnóstico de la PVC se realizó mediante la aplicación del método clínico (Cuesta et al., 2007). La edad de los animales se determinó en meses, por medio de la anamnesis al propietario del animal. El estado físico se determinó mediante la evaluación del índice de condición corporal (CC) en la escala de 1 al 9 (Laflamme, 1997, German y Holden, 2006) y del índice de condición muscular (ICM), siguiendo los procedimientos descritos por Michel et al. (2009). Se registraron todos los datos de la reseña y anamnesis de los animales, a partir de los cuales se obtuvieron los factores de riesgo relacionados con el tipo de alimento, el consumo de carne y hueso, el confinamiento, la vacunación y la época del año.
Con los datos obtenidos se determinaron las medidas de asociación [Odds ratio] (OR), y la significación estadística para cuantificar los factores de riesgo que provocan la PVC. Se utilizó como procedimiento analítico la regresión logística binomial. Se determinó la validez del modelo a través de la prueba de Chi-cuadrado. Para la estimación del Exp(B) u Odds ratio (OR) de cada variable independiente del modelo, con intervalo de confianza de 95% se utilizó el programa SPSS v. 23 de Windows. En todos los análisis estadísticos se empleó un nivel de significancia de 5%.
RESULTADOS
Los factores de riesgo que se identificaron para la PVC se presentan en el Cuadro 1, destacándose como principales factores de riesgo la alimentación y la vacunación. En este análisis, la variable edad es considerada como variable predisponente para la presentación de la PVC; debido a que los cachorros son inmunológicamente inmaduros y la mayoría ha perdido los anticuerpos maternos a las 12 semanas de edad.
DISCUSIÓN
Los principales factores de riesgo para contraer la PVC coinciden con el estudio de Jaime et al. (2015). Las pérdidas elevadas de agua y electrolitos a través del intestino, como ocurre en la PVC, es considerada una de las enfermedades diarreicas que constituyen una causa de muerte frecuente. Generalmente las diarreas se acompañan de vómitos, lo cual contribuye a agravar el cuadro al incrementar las pérdidas de agua.
La alimentación y la vacunación del animal fueron los principales factores que incrementan el riesgo de contraer el PVC en los caninos de los municipios del estudio. A partir de estos resultados se sugiere eliminar el suministro de carne cruda en cachorros (Mokhtari et al., 2018). Por otra parte, la pérdida de agua a través de la diarrea y vómito conlleva a una deshidratación hipernatrémica con hipopotasemia y acidosis metabólica (Riverón y Mena, 2000; Cárdenas, 2015; Trujillo et al., 2016).
Los demás factores de riesgo bajo evaluación no fueron significativos. No obstante, algunos autores (Castro et al., 2007; Godsall et al., 2010; Jaime et al., 2015) plantean que factores como el sexo, la raza y la zona geográfica son factores de importancia en la PVC, aunque con resultados contradictorios, lo cual indica la necesidad de profundizar en estos estudios.