INTRODUCCIÓN
Los niveles de estrés entre estudiantes de medicina veterinaria son significativos, y están directamente relacionados al intenso nivel de entrenamiento impartido en las escuelas de medicina veterinaria. Entre los principales estresores destacan: las relaciones familiares, insuficiencia financiera, excesiva carga académica, privación crónica de sueño y nostalgia del hogar, entre otros (Chigerwe et al., 2014). El Síndrome de Burnout (SBO) académico es considerado como una respuesta excesiva e inapropiada a estresores y sistemas de soporte insuficientes, caracterizándose por sentimientos de agotamiento emocional (AE), cinismo (C) y baja autoeficacia académica (AA) (Nakandakari et al., 2015; Hederich-Martínez et al., 2016).
El AE hace referencia a la sensación de cansancio relacionada al estudio, los alumnos afectados se sienten emocionalmente exhaustos e incapaces de hacer frente a diferentes situaciones; el C es entendido como el desenvolvimiento de una actitud de distanciamiento con el estudio, donde los estudiantes encuentran sus tareas frustrantes y estresantes; mientras que la baja AA describe la percepción de ser incompetente en sus actividades académicas, los alumnos se sienten faltos de creatividad y encuentran difícil concentrarse (Maslach et al., 1996; Estela-Villa et al., 2010; Hederich-Martínez et al., 2016; IQEHC, 2018).
EL SBO académico parece estar relacionado a que las instituciones educativas no facilitan el desempeño académico del estudiante universitario al no proveer suficientes recursos, a la existencia de dinámicas nega-tivas de estudio y la excesiva exigencia académica (Hederich-Martínez et al., 2016). Se ha reportado su asociación con síntomas físicos, psíquicos, comportamentales y defensivos (Lopes y Guimaraes, 2016). Entre los físicos y psíquicos, destacan las cefaleas, disturbios de sueño, falta de atención y labilidad emocional, mientras que dentro de los comportamentales y defensivos se reporta el comportamiento suicida, irritabilidad, ausentismo y aislamiento, entre otros (Pereira, 2002).
La prevalencia de SBO en estudiantes universitarios es significativa y varía entre el 8 y el 57%, según la población estudiada (Loayza-Castro et al., 2016). En el Perú, se han reportado diferentes prevalencias de SBO en estudiantes de pregrado de distintas profesiones. Para la carrera de Medicina Humana (MH) se encontró una prevalencia del 57.6% en estudiantes de pregrado (Nakandakari et al., 2015), mientras que para el caso de la carrera de Odontología se encontró que el 30.7% de estudiantes padecían SBO en grado severo y 23.6% en grado moderado (Hafen et al., 2006).
Los estudios de determinación de prevalencia del SBO en estudiantes de pregrado de Medicina Veterinaria (MV) son escasos, pese a que se ha reportado que estos alumnos presentan mayores niveles de ansiedad y depresión en comparación con aquellos de MH (Hafen et al., 2006). Un reporte de la Universidad de California Davis mostró un nivel SBO moderado en todos los estudiantes de primer y segundo año de MV (Chigerwe et al., 2014).
Algunas relaciones entre el SBO y los factores de estrés o las variables sociodemográficas han sido analizadas. Para el caso de estudiantes de MV, se ha reportado que vivir con otro estudiante previene significativamente el SBO (Chigerwe et al., 2014). En el Perú, para el caso de alumnos de odontología, se evidenció una mayor prevalencia en hombres y menor en aquellos que viven solos (Piccaso-Pozo et al., 2012).
En los estudiantes de MV, la exigencia académica y otras situaciones de tensión pueden causar SBO.Anivel mundial, las investigaciones respecto al SBO en estudiantes de MV son escasas, siendo nulas a nivel nacional, lo cual no ha permitido reconocer grupos en riesgo ni realizar intervenciones oportunas en este tipo de población. En este sentido, el objetivo del estudio fue determinar la prevalencia y factores asociados al Síndrome de Burnout, evaluado como una variable dicotómica y multidimensional, en estudiantes de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (FAVEZ-UPCH).
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio fue realizado en la FAVEZUPCH durante el periodo de estudios 2017-1 e incluyó a la totalidad de estudiantes de la FAVEZ que estaban matriculados en dicho semestre académico, pero sin incluir a los que se encontraban en el ciclo de rotaciones (prácticas finales). El estudiante fue incluido en el estudio después de haber aceptado participar voluntariamente y haber firmado un consentimiento informado. Se excluyeron aquellas encuestas en las cuales no se había respondido la totalidad de alguno de los dos cuestionarios.
La investigación fue de tipo descriptiva y observacional. Como instrumento de medición, se utilizó el Maslach Burnout Inventory -Student Survey (MBI-SS), versión española, tomado de Hederich-Martínez et al. (2016), basado en el MBI-SS descrito por Schaufeli et al. (2002). Este instrumento contiene una escala válida y fidedigna, que presenta los requisitos necesarios en cuanto a consistencia interna y validad factorial para ser utilizada en la evaluación del SBO en estudiantes universitarios (Picasso-Pozo et al., 2012), así como un adecuado nivel de confiabilidad, probado en estudiantes peruanos de odontología (Hafen et al., 2006).
El instrumento consta de 15 ítems que evalúan las tres dimensiones del SBO académico: AE (5 ítems), C (4 ítems) y AA (6 ítems). Los ítems están escritos a manera de enunciados sobre sentimientos personales o actitudes y son respondidos en términos de frecuencia en la que el participante los experimenta en una escala del 0 (nunca) al 6 (todos los días).
Para determinar la prevalencia del SBO, se utilizó el criterio «Agotamiento emocional más uno» (Brenninkmeijer y VanYperen, 2003), avalado por Christina Maslach, inventora del MBI (Maslach et al., 2008; Dyrbye et al., 2009). Este criterio considera a un individuo con SBO clínico cuando obtiene una puntuación alta en elAE, en combinación con un alto nivel en alguna de las dos dimensiones restantes.
Para la evaluación multidimensional del constructo se utilizaron los datos normativos recomendados en la Nota Técnica de Prevención 732 (NTP732) del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo de España (INSHT) (INSH, 2000), los cuales son usualmente asumidos para la interpretación del MBI-SS (Hederich-Martínez et al., 2016). Para favorecer al entendimiento de los resultados, se agruparon las subescalas muy bajo y bajo en un único nivel denominado «bajo», las subescalas medio (bajo) y medio (alto) en «moderado», y las subescalas alto y muy alto, en «severo».
Los factores asociados al SBO fueron evaluados mediante el «Cuestionario sociodemográfico y de factores asociados al SBO» diseñado especialmente para este estudio. Este cuestionario tomó en cuenta los principales factores asociados al SBO encontrados en la bibliografía revisada. Consta de nueve ítems con preguntas de opción múltiple y desarrollo.
La recolección de datos se realizó a través de visitas a cada aula de clases. Las encuestas fueron entregadas a los estudiantes para ser desarrolladas al interior del aula. El tiempo disponible para completar la misma fue de 15 minutos como máximo. Los estudiantes fueron informados sobre la finalidad de la investigación y recibieron instrucciones sobre el correcto llenado de los cuestionarios. En primera instancia, recibieron un consentimiento informado, el cual fue recogido antes de entregar los cuestionarios, con la finalidad de mantener el carácter anónimo de la encuesta.
El análisis descriptivo multidimensional y dicotómico del SBO se realizó mediante tablas de distribución de frecuencias, mientras que para evaluar las relaciones entre la presencia de SBO y sus dimensiones con las variables consideradas como factores asociados y alteraciones fisiológicas, se empleó la prueba de Chi cuadrado de Pearson con un nivel de significancia del 5%.
RESULTADOS
Se obtuvo 277 encuestas, de las cuales ocho participantes no completaron alguno de los dos cuestionarios, quedando 269 encuestas válidas. La prevalencia de SBO clínico encontrada de 32.3% (n=87) (Cuadro 1).
El análisis multidimensional, con relación a las variables sociodemográficas, mostró asociación entre el año de estudio (p=0.038), sexo (p=0.019), arreglo de vivienda (p=0.039), horas de sueño (p=0.000) y la práctica de deportes (p=0.042) con los niveles de AE (Cuadro 2). Asimismo, el año de estudio (p=0.040) y el consumo de tabaco (p=0.033) se asociaron a los niveles de C (Cuadro 3). No se encontró asociación alguna entre las variables en estudio y el nivel de AA.
En cuanto a la evaluación dicotómica, se encontró asociación entre la práctica de deportes (p=0.004) y la presentación del SBO clínico. Asimismo, dentro de las alteraciones fisiológicas evaluadas, se determinó que alteraciones psicosomáticas (p<0.001y gastrointestinales (p=0.007) están asociadas con la ocurrencia del SBO clínico.
DISCUSIÓN
El análisis multidimensional demostró que existe asociación entre el año de estudio, sexo, arreglo de vivienda, horas de sueño, práctica de deportes y el nivel de AE. Con respecto al año de estudio, era de esperarse que los años superiores presentaran mayor AE debido a la carga académica que poseen. Asimismo, se esperaba que los alumnos de primer año, quienes recientemente iniciaron su formación universitaria y están experimentando exigencias académicas superiores a las escolares, se vieran particularmente afectados. Pese a ello, mientras el 44.4% de los estudiantes de primer año presentaron un nivel severo deAE, en el segundo año, el 63.8% se encontraba dentro del mismo nivel. Una frecuencia de 44.4% de AE severo puede considerarse alta; por otro lado, la diferencia entre el primer año y los años siguientes podría deberse a que los estresores académicos universitarios son superiores a los que confieren dejar la etapa escolar.
Se determinó que las mujeres son más propensas a desarrollar un alto nivel de AE. Este hallazgo concuerda con lo descrito por la NTP 732 (INSH, 2000), en la cual determinaron que las mujeres trabajadoras españolas son más propensas a desarrollar niveles altos de AE. Pese a ello, las asociaciones entre el género y SBO no han sido muy consistentes (Hernández, 2003).
La asociación entre el arreglo de vivienda y el AE se asemeja a lo descrito por Picasso-Pozo et al. (2012) y Chigerwe et al. (2014), quienes mencionan que vivir solos o con otro estudiante disminuye el riesgo de sufrir SBO, respectivamente. En este estudio, los estudiantes que reportaron vivir solos o con otro estudiante, presentaron las prevalencias más bajas de AE severo, en comparación con los demás arreglos de vivienda. Este fenómeno podría sugerir que la presión que ejercen las figuras paternas sobre los estudiantes es significativa y puede afectar negativamente a su salud emocional.
Se encontró asociación entre las horas de sueño y el nivel de AE, siendo aquellos estudiantes que dormían menos de ocho horas al día, quienes presentaron mayores niveles de AE. Este hallazgo guarda relación con lo descrito por Blasco et al. (2002), quien encontró una correlación positiva entre los problemas de sueño y la severidad del SBO. Asimismo, en el estudio prospectivo de Söderström et al. (2012) se encontró que aquellos trabajadores que dormían menos de seis horas al día tenían mayor riesgo de sufrir SBO. Ekstedt et al. (2009) investigó la importancia del sueño y su repercusión en el SBO clínico, encontrando que la recuperación del AE estaba relacionada a la reducción de «micro despertares» durante el sueño. Además, Sonnenschein et al. (2007) demostró que pacientes con SBO clínico y deterioro del sueño subyacente mostraron niveles más altos de AE durante su recuperación que aquellos que no presentaban esta alteración del sueño.
El estudio encontró asociación entre la práctica de deportes y el AE; mostrando que aquellos estudiantes que manifestaron practicar deportes alcanzaban niveles menores de AE. Incentivar la práctica de deportes es una herramienta común entre las medidas correctivas del SBO (Lavrova y Levin, 2006). Esta medida contrasta con lo ocurrido en deportistas profesionales, quienes debido a las demandas físicas y psicológicas del deporte, frustraciones y exigencias de alto rendimiento por parte de la población, ha hecho que algunos deportistas desarrollen SBO (García-Jaramillo et al., 2015).
Con respecto a la dimensión C, se encontró que existe asociación con el año de estudio y consumo de tabaco. La prevalencia de alumnos con un nivel severo de C parece incrementarse conforme transcurre la formación académica, incrementándose de 6.9% de nivel severo en los estudiantes de primer año a 29.6% cuando llegan a quinto año.
Las actitudes cínicas podrían llevar a la deserción universitaria, ya que un alumno que duda de la importancia de sus estudios y que no posee interés ni entusiasmo por su carrera, probablemente la abandonará. Así, se podría entender al C como un indicador de deserción universitaria. Esta idea se basa en la estrecha relación que guardan estas actitudes con causas reconocidas de deserción universitaria, tales como la falta de claridad vocacional, baja motivación e insatisfacción con la carrera (Universidad de Chile, 2008; Mori, 2012).
El estudio evidenció que la frecuencia de consumo de tabaco está asociada al nivel de C. En este sentido, Neuvonen et al. (2014) encontraron que los niveles altos de «desconfianza cínica» en adultos mayores de 71 años se encuentran relacionados a factores socioeconómicos y conductas como el hábito de fumar; asimismo, encontraron que estas personas están más propensas a sufrir de demencia. De estar relacionado, los estudiantes con niveles altos de C estarían poniendo en riesgo su integridad mental y física; que de perdurar este fenómeno, podrían sufrir consecuencias tan severas como la demencia al llegar a edades tardías.
Ningún factor sociodemográfico evaluado en el estudio presentó asociación con la dimensión de AA. Este hallazgo podría sugerir que la percepción de qué tan académicamente competentes son los alumnos sería muy íntima, influenciada por otros factores más personales que los evaluados.
En cuanto a la evaluación dicotómica, el SBO clínico solo mostró asociación con la práctica de deportes. Este acontecimiento concuerda con lo descrito por Maslach et al. (2008), quienes sugieren que para estudiar las relaciones entre posibles factores de riesgo y el SBO se debe emplear un análisis multidimensional; ya que cuando se relaciona directamente al SBO con los factores de riesgo, se podrían omitir factores que pueden guardar relación con alguna de sus dimensiones. Por otro lado, distintas investigaciones sostienen que la práctica de deportes benefi-cia a los procesos mentales, de socialización, rendimiento académico y la calidad de vida de las personas (Ramírez et al., 2004).
En adición a los factores sociodemográficos, se analizó la asociación existente entre posibles alteraciones fisiológicas y el SBO clínico. Se encontró que existe asociación entre las alteraciones psicosomáticas y gastrointestinales con la presencia de SBO clínico. Entre las alteraciones psicosomáticas más reportadas figuran: ansiedad, depresión, dolor de cabeza, migraña y nerviosismo, mientras que en las gastrointestinales se presentan: diarrea, gastritis y estreñimiento. Este resultado concuerda con lo descrito por Pereira (2002) y Saliba-Garbin et al. (2012).
CONCLUSIONES
Se reporta una alta prevalencia de Síndrome de Burnout (SBO) académico en alumnos de medicina veterinaria, tanto en la evaluación multidimensional como dicotómica, reflejando una posible problemática de bienestar académico.
Las instituciones académicas deben tomar en cuenta los factores asociados identificados en el estudio al momento de definir las medidas correctivas y preventivas correspondientes, haciendo énfasis en la promoción del deporte y descanso (horas de sueño).