INTRODUCCIÓN
Las instalaciones e implementos para la crianza de cuyes (Cavia porcellus) deben ser diseñadas para mejorar su productividad y mantener un nivel de tecnología competitivo. El rango de temperatura debe estar entre 15 y 18 ºC, aunque el cuy es tolerante al frío (Solórzano, 2014; Huamani, 2017). Por otro lado, Chauca e Higaonna (1998) indican que fuentes de calor en épocas de frío intenso reducen la mortalidad en un 7%.
El uso de cerca gazapera en la época de parición brinda un ambiente especial a las crías, protegiéndolas de los golpes y aplastamiento por las madres y permite que dispongan de alimento exclusivo sin competencia con los adultos (Chauca et al., 1994, Chauca e Higaonna, 1998), obteniendo una mayor tasa de sobrevivencia en las crías (Caycedo, 2000). En este sentido, el INIA y CIID (1994) reportan que la mortalidad de gazapos de 7080 g de peso vivo en crianza sin cerca gazapera fue de 23%.
Los gazapos de 15 días de edad consumen concentrado si es suministrado a temprana edad. La edad propicia para el destete puede variar con las condiciones de crianza. Así Moreno (1989) recomienda hacerlo a los 21 días, mientras que Aliaga (1993) recomienda entre los 10 días y 15 días de lactación. Por otro lado, Sarria (2014) recomienda realizar el destete a los 14 días para cuyes mejorados, cuando los gazapos están alrededor de 200 g de peso.
Moreno (1989) menciona que los cuyes en crecimiento pueden incrementar de 4 a 10 g diarios, mientras que Chauca y Ordoñez (1995) indican que los gazapos duplican su peso hasta el destete; siendo los incrementos mínimos los primeros cinco días, alcanzando hasta 10.2 g/día a partir del sexto día. Por otro lado, Peruano (1999) observó que los incrementos de peso varían según tamaño de camada reportando valores de 12.0, 10.0, 8.9, 8.1, 6.6 g/día con partos de 1, 2, 3, 4 y 5 crías, respectivamente. Con respecto a la mortalidad en el periodo del nacimiento al destete y bajo un sistema de empadre permanente, se reportan tasas entre 6.8 y 13.6% en cuyes con raciones de inicio con y sin inclusión de forraje verde, respectivamente, sin diferencias entre tratamientos (Mamani, 2016) y entre 9 y 29% (Mendoza, 1980).
En trabajos con suplementación, Sarria et al. (2019) reportaron ganancias de peso de 12.6 y 13.0 g/día en cuyes alimentados con raciones de energía digestible (ED) de 2700 y 2900 kcal/ kg y sin inclusión de forraje verde, respectivamente. Por otro lado, Hancco (2017) evaluó el efecto de cuatro densidades nutricionales, utilizando raciones con niveles de energía metabolizable (EM) de 2550, 2700, 2850 y 2920 kcal/kg y de proteína de 17.70, 18.74, 19.78 y 20.82%, respectivamente, sin encontrar diferencias significativas para ganancia de peso y consumo de alimento en cuyes al destete.
Con la finalidad de hacer un aporte a los sistemas de crianza de cuyes, el presente trabajo tuvo como objetivo evaluar el uso de un concentrado de inicio y cerca gazapera sobre el incremento de peso y el porcentaje de mortalidad en crías de cuyes al destete.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente trabajo de investigación se realizó en las instalaciones de la Granja de Animales Menores del Programa de Investigación en Carnes de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), ubicada en la provincia y departamento de Lima, Perú. Las muestras de alimento concentrado y forraje se analizaron en el Laboratorio de Evaluación Nutricional de Alimentos del Departamento Académico de Nutrición, Facultad de Zootecnia, UNALM.
El experimento se realizó en un galpón de material noble de 6.20 m de ancho, 35 m de largo y 2.80 m de altura. Se utilizaron nueve pozas experimentales de 1.0 m de largo por 1.0 m de ancho y 0.37 m de alto, con un área total de 1.0 m2 por poza. El piso de cemento de cada poza fue cubierto con una capa de coronta de maíz como material de piso absorbente. En cada poza se colocó un comedero de arcilla con capacidad para 500 g de alimento concentrado convencional para las madres y otro pequeño de 60 g de capacidad para concentrado de inicio dentro de la cerca gazapera con excepción del tratamiento control. Las cercas gazaperas de forma triangular fueron ubicadas en una esquina apoyadas sobre las paredes de la poza a una altura de 26 cm. La cerca medía 50 cm de lado y 70 cm de hipotenusa, lo que hacia un área de 0.125 m2, exclusiva para los gazapos lactantes.
Se utilizaron 45 hembras de 2° y 3° parto (5 por poza) del genotipo Cieneguilla y 9 machos (1 por poza), procedentes de la Granja de Cuyes de Cieneguilla de la UNALM. Las crías permanecieron con sus padres hasta el destete a los 15 días de edad. El concentrado tipo comercial de los padres contenía un aporte proteico de 18.8% y 2781 kcal/kg de energía digestible (ED) y para las crías fue un concentrado de inicio con 20.0% de proteína y 2888 kcal/kg de ED (Cuadro 1). Los concentrados fueron preparados siguiendo las recomendaciones del Comité de Nutrición del National Research Council (NRC, 1995). Así mismo, se suministró 1.5 kg de maíz chala verde por poza (250 g/cuy) diariamente. La composición química nutricional del maíz chala se muestra en el Cuadro 2.
Se evaluaron tres tratamientos con tres repeticiones cada uno (5 hembras gestantes y 1 macho por repetición). Los cuyes fueron distribuidos al azar en los siguientes tratamientos, TI: Concentrado convencional (CC) y sin cerca gazapera, TII: CC y con cerca gazapera, y TIII: CC + concentrado de inicio y con cerca gazapera. El agua se administró a discreción en pocillos de porcelana de 200 ml de capacidad.
Se evaluó la ganancia de peso vivo, calculada como la diferencia entre el peso al destete y el peso al nacimiento de cada cría. El consumo de alimento para TII y TIII fue calculado semanalmente mediante la diferencia de alimento suministrado y el residuo. No se controló el consumo de los gazapos en TI (con dieta convencional), dado que no se utilizó la cerca gazapera. La mortalidad se determinó en base al conteo de los gazapos muertos, expresado en porcentaje. Se registró el número de nacidos muertos por camadas y de crías muertas por tratamiento.
Los datos se procesaron utilizando un Diseño Completo al Azar con tres tratamientos y tres repeticiones cada uno para la evaluación de ganancia de peso vivo. La comparación de promedios se hizo mediante la prueba de Duncan con una probabilidad de 5%. Para la evaluación del consumo de alimento entre TII y TIII se utilizó la prueba t-Student pareada con dos colas con una probabilidad de 5%.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El peso al nacimiento fue similar entre tratamientos, dado que las condiciones de manejo y alimentación durante la gestación fueron similares para todas las madres. No obstante, tampoco hubo diferencias significativas en el peso al destete (Cuadro 3). Asimismo, tampoco se encontró diferencia significativa entre tratamientos en la ganancia de peso vivo entre el nacimiento y el destete a los 15 días (Cuadro 3), aunque con una tendencia a mayor ganancia de peso en TI. Similar comportamiento del cuy con el uso de raciones con dos niveles de energía, y con y sin inclusión de forraje verde, fueron reportados por Sarria et al. (2019); en tanto que Peruano (1999) reportó ganancias de peso superiores a los 8.81 g/día.
a Valores dentro de columnas con igual superíndice indican que no existen diferencias significativas
TI: Concentrado convencional (CC) y sin cerca gazapera, TII: CC y con cerca gazapera, TIII: CC + concentrado de inicio y con cerca gazapera
En lo que respecta al consumo de alimento, en el Cuadro 4 se muestran los promedios de consumo de alimento del nacimiento al destete, en el cual se observa que no existen diferencias significativas entre tratamientos.
a Valores en columnas con igual superíndice indican que no existen diferencias significativas
1 TII: Concentrado convencional (CC) y con cerca gazapera, TIII: CC + concentrado de inicio y con cerca gazapera
El consumo de alimento al destete fue estadísticamente similar entre TII y TIII, y similares a los reportados por Correa (1988) y Moreno (1989), quienes reportan variaciones entre 8 y 30 g/día. En el experimento, asimismo, se observó que las crías preferían consumir el concentrado convencional de las madres, posiblemente como un comportamiento natural de imitar a los padres. Este consumo de concentrado por las crías en los comederos de las madres no fue medido, pero se presume que debió haber sido mayor en las pozas de TIII, pues el concentrado de inicio ofrecía un nivel energético y proteico mayor, lo que podría haber reducido este consumo (Aliaga, 1993).
El aporte de nutrientes, tanto de la leche materna como del concentrado convencional y de inicio, satisface los requerimientos recomendados por la NRC (1995); sin embargo, no se midió el consumo de forraje (maíz chala), el cual podría causar una variación en el consumo de fibra. No obstante, el rango recomendado de fibra en la dieta de cuyes es de 6 a 18% (Aliaga, 1993). Entre ambas raciones, la de inicio tiene un mejor nivel de nutrientes excepto la fibra, lo que puede haber desfavorecido su consumo y aprovechamiento como mencionan Moreno (1989) y Aliaga (1993).
La mortalidad al nacimiento fue de 12.1% (Cuadro 5), valores similares a los reportados por Moreno (1989) y Mamani (2016), en tanto que, Peruano (1999) obtuvo una mortalidad promedio al nacimiento de 4.35%.
TI: Concentrado convencional (CC) y sin cerca gazapera, TII: CC y con cerca gazapera, TIII: CC + concentrado de inicio y con cerca gazapera
La mortalidad al destete fue de 11.5, y 8.0% para los tratamientos I, II y III, respectivamente (Cuadro 5). Al respecto, Peruano (1999) reporta que la mortalidad durante la lactación fue de 14.55% en el 3° parto, siendo mayor la mortalidad en las crías de bajo peso. Similar respuesta al uso de cerca gazapera fue observada en el trabajo del INIA y CIID (1994) con una densidad de 1:6 cuyes y con tasas de mortalidad de 7.1 y 14.4% con y sin cerca gazapera, respectivamente.