INTRODUCCIÓN
La pezuña es la estructura anatómica cuya función principal radica en el soporte de los tejidos subyacentes y la disipación de la fuerza y presión que se producen cuando el dedo impacta contra el suelo. La podología es la rama de las ciencias veterinarias que se encarga de estudiar las pezuñas, su anatomía y biomecánica, así como los procesos patológicos que las afectan, ya sea debido a traumas, infecciones o desórdenes metabólicos. Las consecuencias de estas afecciones se pueden reflejar en los parámetros productivos y reproductivos, especialmente en vacas lecheras (Nan Monte y Galotta, 2006).
En la conformación de las pezuñas se ha destacado el efecto de la genética y la interacción genotipo-entorno como factores que inciden en la adaptación a condiciones ambientales especiales y específicas (Rodríguez et al., 2019). Por otro lado, en la casuística de patologías podales, varios autores han reportado mayor frecuencia sobre las pezuñas laterales del miembro posterior y las mediales del miembro anterior (González y Ramos, 2002; Nan Monte y Galotta, 2006). Esta predisposición, tiene un fundamento anatómico y biomecánico, vinculado a una menor capacidad de amortiguación en las pezuñas laterales del miembro pelviano debido a la rígida unión ilio-sacral, mientras que, en las pezuñas mediales del miembro torácico, a la posición que adoptan los animales al momento de consumir el alimento, propiciando una mayor presión sobre ellas.
Las afecciones originadas a partir de lesiones traumáticas, infecciosas o por desbalances dietéticos, se traducen por lo general en cojeras; sin embargo, algunas lesiones pueden no evolucionar hasta el estadio en el cual causen claudicación o bien encuentran resolución a través de un apropiado desvasado (Greenough, 2009). En cualquier caso, demandan gastos en medicinas y mano de obra para el tratamiento, así como mermas en la producción de leche y rendimiento reproductivo (Toledo, 2006; Larson et al., 2015). Al respecto, se han reportado pérdidas de 20-25% en producción láctea por animal y 10% en producción cárnica (Cardona y Cano, 2003). En este contexto, el objetivo del trabajo fue evaluar la asociación entre los tipos de patologías podales y los indicadores de producción láctea de vacas en lactación, criadas en establos con cama de compost.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se desarrolló en tambos lecheros de sistema de cama de compost ubicadas en el departamento de Caaguazú, Paraguay, ecorregión del Bosque Atlántico del Alto Paraná (Bartrina, 2007). La zona presenta precipitaciones entre 1500 a 1600 mm por año y temperatura media de 22.5 ºC.
La colecta de datos fue realizada entre setiembre de 2019 y enero de 2020. Se evaluaron 50 vacas Holstein Friesian de tercera y cuarta lactancia con patologías podales diagnosticadas dentro de la fase descendente de la lactancia, hayan presentado o no signo de claudicación. Los animales fueron evaluados en la caja de operaciones, clasificando el tipo de patología podal de acuerdo con su localización anatómica en patologías de la suela, zona interdigital, tapa, línea blanca y talón, así como por su evolución en leve, moderada, severa y grave, teniendo en cuenta la profundidad y amplitud de la lesión al considerar el compromiso del tejido epidérmico, dérmico, o bien la pérdida de la conformación normal de la pezuña por afectación de los tejidos más profundos, verificados al examen externo (Toledo, 2006). Las lesiones fueron tratadas, según parecer del profesional veterinario responsable, atendiendo el cumplimiento irrestricto de las normas de Bienestar Animal, contempladas en la Ley N.° 4840/13, vigente en el país.
Paralelamente, se recuperaron los datos relacionados a la producción láctea (PL) y se realizó una toma de muestra de leche de forma aleatoria del cuarto mamario del animal posterior al ordeño mediante repaso manual. Las muestras fueron mantenidas a 4 °C y remitidas al laboratorio de la Federación de Cooperativas de Producción «Fecoprod Ltda.» (Asunción), donde se utilizó el equipo CombiFoss™ 7 para la determinación del tenor graso (G) y proteico (P) por el método de espectrometría infrarroja (ISO, 2013), así como para el recuento de células somáticas (RCS) por el método de citometría de flujo (ISO, 2006).
Los datos fueron analizados con el programa estadístico Infostat v. 2018e (Di Rienzo et al., 2018). Se determinó la distribución de frecuencias de patologías podales, miembros y zonas anatómicas afectadas, así como los indicadores productivos (bajo, medio y alto), según el número de lactancia. Los valores del RCS fueron transformados a logaritmo en base dos para corregir la asimetría y obtener un acercamiento a la distribución normal (Cerón Muñoz et al., 2007).
Se aplicó el test de Friedman, considerando los grupos de observación equivalentes a las categorías conformadas según los días de lactancia dentro de la fase descendente en Categoría 1 (92-137), Categoría 2 (138-182), Categoría 3 (183-227 días). Los bloques estuvieron constituidos por el número de lactancias (3ª y 4ª lactancia). Finalmente, mediante herramienta multivariada, se aplicó análisis de correspondencias múltiple (ACM), a fin de determinar la asociación entre los tipos de patologías podales que afectan a vacas en lactancia y los indicadores de producción láctea.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La mayor frecuencia de afecciones en el miembro pelviano se presentó en la pezuña posterior lateral (92%), mientras que los dedos medial y lateral del miembro anterior solo concentraron el 12% (Cuadro 1). Estos resultados son congruentes con la biomecánica del apoyo del pie descrita por Greenough (2009) y con el reporte de Toledo (2006), quién indica que el 90% de las afecciones podales en vacas lecheras se localizaron en el miembro posterior, mayormente en la pezuña lateral. Al respecto, la pezuña lateral del miembro posterior es de mayor dimensión, mientras que, en el miembro anterior corresponde a la pezuña medial (Rodríguez et al., 2019). De igual manera, Perusia (2001) refirió resultados equivalentes con relación al número de casos de patologías en las pezuñas del miembro torácico, aunque mayor en la pezuña medial en relación a la lateral; sin embargo, el recuento de casos en el miembro posterior estuvo por debajo de los valores obtenidos en la presente investigación.
Las patologías podales y su localización anatómica se muestran en el Cuadro 2. La suela presentó la mayor diversidad y frecuencia de las patologías (48%), especialmente por hemorragias; seguida por la zona interdigital (30%) con lesiones mayoritariamente a causa de dermatitis. En este sentido, tanto Perusia (2001) como Tavares (2015) señalaron una mayor casuística en la suela y la pared, seguida por la zona interdigital y talones, en coincidencia con los hallazgos obtenidos.
Las patologías en las pezuñas posteriores fueron clasificadas según su evolución tomando en consideración su mayor frecuencia (Cuadro 3). Los dedos con menor número de lesiones fueron los mediales (III dedo), tanto izquierdo (78% negativos) como derecho (66% negativos); mientras que, el más afectado, fue el derecho lateral. Esta circunstancia coincide con el estudio de Confalonieri et al. (2008) 2008, quienes indicaron mayor incidencia de patologías en las pezuñas del lado derecho.
Si bien la frecuencia de alteraciones registradas en el miembro posterior fue elevada, es menester acotar que en su mayoría cursaron con evoluciones de carácter leve. Esta circunstancia podría estar en consonancia con el sistema de cama de compost utilizado en los establecimientos evaluados, atendiendo el hecho que una cama dura, con suelos abrasivos y resbaladizos aumentan el riesgo de lesiones y cojeras (Temple et al., 2016)
En cuanto a los componentes lácteos, los valores esperados en vacas Holstein oscilan entre 3.5 y 4.7% para el tenor graso, y 3 a 4% para proteína (García et al., 2014). En el presente estudio, los valores promedio en animales de tercera y cuarta parición en las categorías uno y tres se encontraron dentro de esos rangos, mientras que los demás grupos descollaron en el límite superior (Cuadro 4). En todas las categorías, la proteína se halló dentro de los márgenes señalados, excepto los de cuarta parición, segunda categoría (138-182 días de lactancia) cuyo registro fue inferior (2.95%). Al respecto, se conoce que la grasa es más susceptible a presentar cambios, mientras que las concentraciones proteicas tienden a mantenerse constantes en vacas clínicamente sanas, independientemente del tipo de dieta, número de parto o momento dentro de la fase descendente después del pico de lactancia (Cañas et al., 2011); por otro lado, en este caso tratándose de un estudio de corte transversal, cabe considerar que conforme a lo manifestado por García et al. (2014), la eficiencia en la utilización del nitrógeno por parte de la vaca lechera puede alcanzar alrededor del 25%, con desviaciones del 10 al 40%. situación que podría explicar la variabilidad observada entre ciertos grupos. Paralelamente, la relación grasa: proteína de 1.05 a 1.18 reportada por el mismo autor, fue verificada en este estudio, aunque de manera más acentuada.
Los valores del recuento de células somáticas, tras su transformación a logaritmo en base dos, se agruparon en el rango de 16.71-19.97 RCS_Log2 cél/ml, equivalente a 106 834 1 030 562 células por mililitro. Al respecto, en casos de ausencia de infección mamaria, las células somáticas pueden osci lar entre 200 000 a 300 000/ml, mientras que, recuentos superiores a 800 000 suelen estar asociados con infecciones persistentes (Cerón Muñoz et al., 2007).
Los resultados del test de Friedman sobre las frecuencias de patologías podales y las variables productivas tras su categorización (Cuadro 5) evidenciaron que, la casuística a nivel de las pezuñas anteriores no difirió durante los tres periodos de la fase descendente (p<0.05); no así en las pezuñas del miembro pelviano, donde animales con 183 a 227 días, que fueron los más distantes del pico de lactancia, presentaron la menor frecuencia de casos (p=0.0102). Esta situación es coherente con lo referido por González y Ramos (2002) al señalar la flexibilidad que otorga la unión músculo-ligamentosa entre el miembro torácico y la pared lateral del tórax (synsarcosis), constituyendo el factor amortiguador que disminuye la casuística de cojeras en el miembro anterior en virtud del reparto más homogéneo de las cargas.
Respecto a las variables productivas, Cañas et al. (2011) reportaron variaciones entre partos y durante la lactancia, que no fueron observadas en este trabajo, debido a que la frecuencia de animales con niveles bajo, medio y alto durante los diferentes periodos de observación y lactancia fueron similares. De otra parte, Pinedo (2014) tampoco detectó disimilitudes en la producción lechera en bovinos con problemas podales.
Mediante el análisis de correspondencia múltiple, se asignó a cada categoría de variable un peso o inercia que aportó en la constitución de dos nuevos ejes o variables sintéticas utilizadas para representar el total de asociaciones. Tal como se observa en el Cuadro 6, las modalidades de variables relacionadas a las características productivas que contribuyeron con mayor inercia en el eje uno,
fueron las categorías dos y tres para días de lactancia; uno y tres para tenor proteico, así como dos y tres para tenor graso. En cuanto a la contribución en el eje dos, estuvieron involucradas la categoría uno para tenor graso; uno y tres para recuento de células somáticas y uno y tres para producción láctea.
En el Cuadro 7 se detalla la contribución de las diferentes categorías de patologías podales y su evolución. Para el eje uno, la hemorragia de suela y el flemón interdigital junto con las modalidades de evolución leve y severa fueron de mayor relevancia; mientras que, para el eje dos, presentaron mayor inercia la enfermedad de la línea blanca y la úlcera de suela.
La Figura 1 muestra la disposición de las modalidades citadas y sus asociaciones atendiendo la cercanía a cada eje. En ese sentido, los animales con 183 a 227 días de lactancia (próximos al periodo seco), estuvieron asociados a la mayor frecuencia de hemorragia de suela, evolución leve y categorías de tenor graso y proteico clasificadas como altas. A la izquierda del plano cartesiano se agruparon vacas pertenecientes a la categoría dos para días de lactancia (138 a 182 días) con presentación de flemón interdigital, evolución severa y disminución del tenor proteico (categoría uno, bajo) así como nivel medio de contenido graso.
Las modalidades de categorías próximas al eje dos y distantes de cero, agruparon animales con enfermedad de la línea blanca, asociados al menor recuento de células somáticas (categoría uno, baja) y mayor volumen de producción láctea (categoría tres, alta), hecho a partir del cual se podría desprender que esta patología no impactó de manera negativa en ambos estándares de producción. Por otro lado, en la parte inferior del plano cartesiano se agruparon animales con úlcera de suela, evolución grave, mayor recuento de células somáticas (categoría tres, alto) y menor volumen de producción (categoría uno, bajo).
CONCLUSIONES
La mayor frecuencia de alteraciones en las pezuñas se presentó en el miembro pelviano, siendo la suela y la zona interdigital las más comprometidas, con elevado número de hemorragia de suela y dermatitis interdigital.
La frecuencia de patologías podales fue menor en animales próximos al periodo seco.
Los indicadores de producción láctea no difirieron en los animales agrupados según los días de lactancia y número de parto.
La úlcera de suela y el flemón interdigital se asociaron a indicadores desfavorables de producción.