INTRODUCCIÓN
El venado cola blanca (Odocoileus virginianus peruvianus) es un mamífero ungulado miembro de la familia Cervidae, suborden Ruminantia, orden Cetartiodactyla. Se le encuentra ampliamente distribuido en la costa y sierra peruana (Pacheco et al., 2009) y es una de las especies cinegéticas más aprovechadas en el país. Se le puede encontrar en cinco ecorregiones, definidas por Brack-Egg (1986) como bosque seco ecuatorial, serranía esteparia, páramo, puna y yunga. Uno de los lugares donde se promueve la conservación de esta especie, mediante la cacería deportiva, es el Coto de Caza El Angolo (CCEA), un área natural protegida por el Estado, ubicada entre las provincias de Sullana y Talara, departamento de Piura, que corresponde a la Ecorregión Bosque Seco de Tumbes y Piura (SERNANP, 2009).
El venado cola blanca es el único recurso de la fauna silvestre que es aprovechado en el CCEA y en el sector Sauce Grande (un área de 9980 ha manejada bajo un contrato de administración parcial por el Club de Caza Pesca y Turismo Piura). Esta especie silvestre comparte su hábitat con bovinos criollos, que son criados de manera extensiva por pobladores locales, y con caprinos que se encuentran fuera del sector. El sistema de producción de bovinos de la zona, sin control sanitario dificulta las posibles acciones que se puedan realizar para el mejor control de salud del venado cola blanca.
El venado cola blanca, como miembro del suborden Ruminantia, puede presentar enfermedades infecciosas similares a las que afectan a los bovinos y pequeños rumiantes (brucelosis, leptospirosis, lengua azul), muchas de ellas concernientes a la salud pública por su carácter zoonótico (Martínez et al., 1999). Además, también actúan como hospedero definitivo o intermediario de diversos agentes parasitarios (Taenia hydatigena, T. omissa, Echinoccocus granulosus) (Flach, 2003). En el país se dispone de escasa información sobre las enfermedades que afectan al venado cola blanca, debiendo referirse mayormente a estudios de otros realizados en otros países (Davidson et al., 1985; Martínez et al., 1999; Miller et al., 2000).
CASO CLÍNICO
A inicios de 2011, los guías de caza del Club de Caza, Pesca y Turismo (Piura, Perú) que trabajan en el sector Sauce Grande del Coto de Caza El Angolo reportaron venados cola blanca (O. virginianus peruvianus) con signos de salivación, cojera y diarrea. A mediados de año, se empezaron a encontrar decenas de cadáveres de esta especie, los cuales eran hallados cerca de los cuerpos de agua, y que eran incinerados por indicaciones de los responsables técnicos del lugar. Este evento sanitario coincidió con un año de sequía extrema en el área, con escasez de alimento para los animales y con la presencia de mayor cantidad de ganado bovino en la zona, con quienes competían por las pocas fuentes de agua que aún se podían encontrar.
En setiembre de 2011, un venado cola blanca hembra adulto fue encontrado muerto cerca al camino de ingreso al albergue de Sauce Grande. Se realizó la necropsia in situ, tomándose muestras de tejidos para estudios de histopatología (cerebro, corazón, pulmón, hígado, intestino, bazo, riñón), y partes de las extremidades traseras (miembros posteriores distales) para histología y estudios radiográficos. Estas muestras fueron fijadas en formol al 10%. También se hicieron hisopados de las heridas en las patas para cultivo microbiológico, los cuales fueron almacenadas en una jarra para anaerobiosis y en refrigeración hasta su procesamiento. Todas las muestras fueron enviadas a los laboratorios de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y al laboratorio privado Diagnóstico Microbiológico Veterinario, ambos en Lima, Perú.
En la necropsia, el venado tenía una condición corporal regular, con sobrecrecimiento y asimetría en las pezuñas de las cuatro extremidades, y una lesión ulcerativa con exudado supurativo a nivel de la articulación metatarso-falangiana del miembro posterior derecho.
En la Figura 1 se pueden observar las imágenes radiográficas comparativas. En las vistas dorso plantar y medio lateral de la región distal de miembro posterior derecho se observa una severa reacción periótica a nivel de las falanges proximales, medias y distales; con severa inflamación y enfisema de los tejidos blandos. También luxación y osteólisis de la articulación inter falangiana media distal, siendo más severa de la falange distal.
En el corte histológico, en la piel interdigital se observa discontinuidad de la epidermis (ulceración) con formación de una fístula que se proyecta hacia la dermis profunda y está infiltrada por abundantes neutrófilos degenerados entremezclados material eosinofílico fibrilar, restos celulares y numerosas colonias de bacterias filiformes pequeñas. En algunos focos, estas fístulas se proyectan hacia el tejido óseo en donde hay lisis, resorción y adelgazamiento de las trabéculas óseas con infiltración de neutrófilos hacia la medula ósea de la falange. Focalmente, hay formación de hueso trabecular periosteal. No se observaron otros hallazgos macroscópicos y microscópicos relevantes en otros órganos evaluados. Asimismo, los cultivos microbiológicos dieron como resultado la presencia de tres géneros de bacterias anaeróbicas: Fusobacterium sp, Arcanobacterium sp y Actinomyces sp.
DISCUSIÓN
Las alteraciones digitales en rumiantes pueden ser de tipo estructural, funcional o infeccioso; siendo este último el más común en venados. Entre los agentes más comunes de estas patologías se encuentra Trueperella pyogenes, antes llamado Arcanobacterium pyogenes, Actinomyces pyogenes o Corynebacterium pyogenes (Rodríguez et al., 2015) y Fusobacterium necrophorum, que pueden ocasionar una enfermedad llamada necrobacilosis interdigital (Lavin et al., 2004; Wani et al. 2015 2015).
La necrobacilosis interdigital, también conocida como pododermatitis infecciosa, es una infección necrotizante, aguda o crónica de la piel interdigital y banda coronaria adyacente al tejido subcutáneo. En bovinos, F. necrophorum es el principal agente etiológico de esta patología (Cardona y Cano, 2003; Togoe et al., 2008 2008), aunque también se ha comprobado la existencia de un sinergismo con Trueperella pyogenes (Nagaraja y Chengappa, 1998; Tadepalli et al., 2009 2009) y asociación con Porphyromonas levii y Prevotella intermedia (Nagaraja et al., 2005). Esta es extremadamente contagiosa, afecta la piel y tejidos profundos, se caracteriza por aumento en el grosor de la piel y el tamaño del área comprendida entre el rodete coronario y menudillo como se observa en los resultados obtenidos en la histología y radiología de este caso; aunque también se han observado abscesos hepáticos, estomatitis necrótica, rumenitis ulcerativa y onfaloflebitis (Roeder et al., 1989).
Las fusobacterias son bacterias gram negativas a diferencia de las arcanobacterias que son gram positivas. Ambas crecen en medios anaeróbicos y las primeras son consideradas como parte de la flora digestiva de especies herbívoras, habiéndoseles aislado en excremento de ganado bovino e incluso en heces de venado (Smith y Thornton, 1993 1993). Trueperella pyogenes es una arcanobacteria que habita normalmente la piel y mucosas de animales domésticos y que, bajo condiciones favorables para el microorganismo, como el estrés de los animales, presencia de heridas o infecciones concomitantes, es responsable de la formación de abscesos cutáneos y sistémicos (Rodríguez et al., 2015). Esta bacteria se puede adherir directamente a las células epiteliales del hospedero o puede tomar ventaja de heridas abiertas o alguna infección primaria por un agente viral o bacteriano, pudiéndose aislar de presencia única o en infecciones concomitantes por patógenos oportunistas (Rodríguez et al., 2015). F. necrophorum se encuentra entre los principales microorganismos que establecen una relación sinérgica con T. pyogenes, gracias a que esta bacteria proporciona sustrato energético (ácido láctico) y anaerobiosis (Bicalho et al., 2012).
La necrobacilosis se ha reportado tanto en vida libre como en cautiverio desde hace mucho tiempo, siendo el primero reporte en venados el publicado por Caton (1877), en su libro «The antelope and deer of North America». Las condiciones ambientales pueden hacer que los animales sean más susceptibles a estas enfermedades. Ambientes cálidos y húmedos, con terreno tipo pastizales con suelos rocosos, y elevada densidad poblacional de animales combinados con las actividades de caza pueden predisponer a la presentación de la enfermedad (Lavin et al., 2004), condiciones muy similares a las presentadas ese año en el CCEA. A estos factores se les debe sumar la escasez de agua, que hizo que los venados y el ganado bovino recorrieran grandes distancias en busca de los pocos ojos de agua disponibles, y tuvieran que pisar el suelo húmedo contaminado con grandes cantidades de heces, además la presencia, en algunos casos, de ectoparásitos (garrapatas y niguas). Bacterias como Trueperella (Arcanobacterium) pyogenes pueden infectar a un animal susceptible cuando entra en contacto con suelo contaminado o a través de las moscas que podrían actuar como vehículos de transmisión (Pothier et al., 2016).
CONCLUSIONES
Este caso constituye el primer reporte de necrobacilosis en un venado cola blanca (Odocoileus virginianus peruvianus) en el Perú.
Las condiciones ambientales, como la sequía; y de estrés por escasez de alimento y agua o por competencia con el ganado bovino, pudo hacer que los venados fueran más susceptibles a enfermedades como la necrobacilosis.