INTRODUCCIÓN
Las neoplasias de células plasmáticas se desencadenan en el momento que una célula linfoide, el linfocito B, prolifera en forma desmesurada formando una población clonal de células que presentan características de malignidad. En la mayoría de los casos esta población es de naturaleza monoclonal, es decir derivan de una misma célula, produciendo mayormente el mismo tipo de inmunoglobulinas (Withrow y Vail, 2007).
Casos aislados de PEMs en caninos han sido raramente reportados en el pulmón, laringe, bazo, riñón, hígado y útero (Jacobs et al., 2002; Hayes et al., 2007). Casos aún más raros de PEM caninos han sido reportados en otras localizaciones, tales como: canal vertebral, cerebro y glándula mamaria (Figura 1)(Jacobs et al., 2002). Todos los demás sitios son considerados cerca del 1% de los casos reportados (Kupanoff et al., 2006).
La manifestación de esta neoplasia puede ser como plasmocitomas extramedulares (PEMs), plasmocitomas óseos (POS) solitarios o mieloma múltiple (MM) (Majzoub et al., 2003).
Jacobs et al. (2002) mencionan que los POS son considerados una manifestación temprana del MM, mientras que los PEMs son definidos como acumulaciones solitarias de células plasmáticas monoclonales en tejidos blandos
Además, en caninos se presentan típicamente en la piel (Figura 2) y tracto gastrointestinal, particularmente en la mucosa oral y rectal.
Los PEMs abarcan aproximadamente el 2.5% del total de neoplasias que se presentan en los perros (Cangul et al., 2002). De los PEMs caninos, 86% son cutáneos, 9% aparece en la cavidad oral y labios y 4% en el recto y colon (Lucke, 1987). En felinos, los PEMs parecen ser tumores más raros aún y, al igual que en los caninos, se observan mayormente en piel, cavidad oral y mucosa anorectal (Schöniguer et al., 2007). No existe cifra precisa sobre su presentación en gatos, ya que la incidencia es muy baja y existen pocos informes al respecto, pero se reconoce que los felinos afectados tienen alrededor de 8.5 años (Sternberg et al., 2010). Por otro lado, el mieloma múltiple parece ser un tumor no relacionado con los PEMs, pero en caso de tener sospecha de un problema generalizado, se tienen que hacer pruebas para descartar esta patología (Schwartz et al., 2005).
El presente estudio tuvo como objetivo determinar la frecuencia del plasmocitoma extramedular en caninos y felinos, para lo cual se hizo la evaluación de los informes histopatológicos relacionados a neoplasias procedentes del Laboratorio de Histología, Embriología y Patología Animal (LHEPA) de la Facultad de Medicina Veterinaria (FMV) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), en el periodo 2006-2016.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio retrospectivo y descriptivo se desarrolló con informes histopatológicos del LHEPA-FMV-UNMSM, Lima, Perú, del periodo 2006-2016. En total, fueron ubicados 1758 informes relacionados con neoplasias. De estos, 118 tenían hallazgos de PEMs.
Se determinó la frecuencia de PEMs con respecto a la especie (perro y gato), sexo (macho y hembra); edad (perro: 2-7 años; gatos:1-7) y raza por especie. La frecuencia de las variables indicadas se calculó a través de la fórmula de frecuencia relativa porcentual [Fi = (ni /N) x 100] donde Fi es la frecuencia de la variable a analizar, ni es el número de casos que presenta dicha característica, y N es el número total de casos.
Se determinó la frecuencia de PEMs con respecto a la especie (perro y gato), sexo (macho y hembra); edad (perro: 2-7 años; gatos:1-7) y raza por especie. La frecuencia de las variables indicadas se calculó a través de la fórmula de frecuencia relativa porcentual [Fi = (ni /N) x 100] donde Fi es la frecuencia de la variable a analizar, ni es el número de casos que presenta dicha característica, y N es el número total de casos.
RESULTADOS
De los 118 casos correspondientes a PEMs, 110 se presentaron en caninos y 8 en felinos. La frecuencia de PEMs con relación al total de neoplasias diagnosticadas en el LHEPA-FMV-UNMSM en el periodo 20062016 fue de 6.5% (110/1703) en perros y 14.5% (8/55) en gatos.
La frecuencia de presentación de PEMs según la especie, edad y sexo se presenta en el Cuadro 1. La edad promedio en perros fue de 7.0 años (rango: 2 meses 11.5 años) y en gatos de 6.8 años (rango: 3-8 años).
En el caso de las razas de los caninos, 29% (32/110) fueron mestizos, mientras que la mayor frecuencia se presentó en Golden Retriever (11.9%), Bóxer (9.1%), Pitbull y Cocker Spaniel (4.5% cada una) y Pasto3r
Alemán y Schnauzer (3.6% cada una). Otras razas presentaron menores frecuencias (Cuadro 2). En cuanto a razas de gatos, el 88% (7/8) de los casos correspondió a animales cruzados y 8% (1/8) a razas definidas, en este caso un Persa.
DISCUSIÓN
En este estudio descriptivo retrospectivo de 10 años (2006-2016) se halló una frecuencia de PEMs en caninos de 6.5%; observándose un aumento del 2.2% en la casuística de estas neoplasias en contraste con lo reportado por De Vivero et al. (2013) en un estudio previo en el mismo laboratorio. Este aumento podría deberse al concepto de tenencia responsable de mascotas», que se observa en los dueños de mascotas que acu den a la clínica veterinaria (Laflamme, 2012; Niessen et al.,2012).
La mayor frecuencia de casos de PEMs en caninos machos (65%) coincide con otros estudios (Cangul et al., 2002; Palacios et al., 2010). Asimismo, el 57% de los caninos afectados tenían 7 o más años, lo cual es confirmado por Withrow y Vail (2007), quienes sostienen que la mayor frecuencia de perros afectados se encuentra en perros de edad media y avanzada (7-14 años) y por Ramos-Vara et al. (2007) quienes reportan una edad promedio de 9.4 años en perros afectados con estas neoplasias (PEMs). Es posible que el debilitamiento del sistema inmune, debido a la edad intervenga en la capacidad del organismo para controlar células mutadas que podrían ser malignas (Roitt, 2014).
En cuanto a los grupos raciales, los caninos de raza definida representarían más del 70% de los casos de PEMs. En el presente estudio, las razas más afectadas fueron el Golden Retriever y el Bóxer, mientras que Lucke (1987) y Sternberg et al. (2010), indican una mayor predisposición racial por parte del Cocker Español-Americano, Cocker Español Inglés, West Highland White Terriers, Yorkshire, Pastor Alemán, Bóxer y Labrador Retriever. Sin embargo, estos resultados también son dependientes de la población de cada una de estas razas en un determinado medio.
Se encontró una mayor proporción de PEMs (14.5%) en los felinos que en los caninos. Esto podría ser un reflejo del reducido número de casos evaluados en el presente estudio. Por otro lado, la población felina del estudio tiene 7 o más años, lo cual coincide con que los PEMs tienen una mayor frecuencia de presentación en individuos adultos mayores. Castro et al. (2012), en un estudio también retrospectivo de 11 años (1996-2007) en el mismo laboratorio no encontró caso alguno de plasmocitoma extramedular; sin embargo, en el presente estudio se encontraron varios casos de PEMs. Se cree que esta «repentina» aparición podría estar vinculada al hecho de que esta neoplasia (PEM) haya sido subdiagnosticada, confundiéndose con otras neoplasias de células redondas, tales como linfomas cutáneos, mastocitomas y sarcomas reticulares (Sandusky et al., 1987). Esto es apoyado por Ozkan et al. (2014), quien indica que los plasmocitomas han sido generalmente mal clasificados, debido a sus similitudes morfológicas y clínicas con respecto a otras neoplasias.
En cuanto a los grupos raciales de los felinos, solo se encontró un caso de raza definida (un gato Persa), a diferencia del trabajo de Majzoub et al. (2003), quienes realizaron una caracterización histopatológica e inmunofenotípica de nueve gatos con PEM, de los cuales cuatro eran de raza (Abisinio, Persa, Burmese) y el resto era cruzado. Esta diferencia podría deberse a que en la ciudad de Lima son muy pocos los dueños que tienen gatos de raza definida, siendo más predominantes los tradicionales europeos de pelo corto (cruzados).
El número de casos según la edad fueron bastante escasos para poder determinar frecuencias más precisas. No obstante, Schöniguer et al. (2007) reportaron una mayor frecuencia de casos de PEMs en gatos con 8-9 años. En forma similar, Sternberg et al. (2010) indicaron que los felinos afectados tenían un promedio de 8.5 años.
CONCLUSIONES
La frecuencia de PEMs, según los registros del Laboratorio de Histología, Embriología y Patología Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria (FMV) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) en el periodo 2006-2016 en caninos fue de 6.5% y en felinos de 14.5%. En ambas especies fue más frecuente en machos y en animales mestizos.