INTRODUCCIÓN
El Perú cuenta con aproximadamente 5.2 millones de cabeza de ganado bovino, siendo el criollo el grupo racial predominante con 63.9% de la población (INEI, 2012). La población ganadera presenta una mayor distribución poblacional en la sierra, especialmente el ganado de doble propósito bajo un sistema de crianza de t i p o extensivo (MINAGRI, 2017; Rosemberg, 2018).
Entre las enfermedades que afectan al ganado se encuentran parásitos como Neospora caninum que ocasiona principalmente abortos (Rivera, 2001; Dubey et al., 2007). Este parásito es un protozoario intracelular obligado del Phylum Apicomplexa (Khan et al., 2019), y se encuentra ampliamente distribuido (Khan et al., 2019; Ribeiro et al., 2019; Pereyra et al., 2020). El parásito posee un ciclo de vida heteroxeno facultativo y tiene como hospederos definitivos a los perros y a los coyotes (McAllister et al., 1998; Gondim et al., 2004; Wilson et al., 2016) y como hospederos intermediarios a una amplia gama de animales, entre los que destacan los bovinos por su mayor susceptibilidad (Moore et al., 2005; Dubey et al., 2006; Ribeiro et al., 2019). La parasitosis se adquiere por la ingestión de ooquistes excretados por los canes y transmitidos horizontalmente por vía digestiva a los bovinos (transmisión horizontal) (Girata, 2016), pero también puede transmitirse al feto vía transplacentaria (transmisión vertical); siendo ésta última vía considerada una de las principales fuentes de transmisión y persistencia de la infección en el bovino, ya que hembras infectadas perpetúan el parasitismo de generación en generación (Tuemmers et al., 2017; De Aquino et al., 2019).
La enfermedad se caracteriza por ser típicamente asintomática, con excepción del aborto en los bovinos (Dubey et al., 2017). La presentación ocurre a partir del segundo tercio de gestación, pudiendo nacer el ternero infectado y sin lesiones o asintomático (Martínez et al., 2012; Serrano et al., 2018); sin embargo, existe la posibilidad de la muerte del feto en el útero, nacimientos prematuros, neonatos débiles con problemas neuromusculares, momificación fetal, placentitis, disentería y fiebre aguda por dos o tres días (Dubey et al., 2007; Girata, 2016; Wilson et al., 2016). En el Perú se reportan prevalencias de N. caninum desde 3% hasta casi el 60% (Atoccsa et al., 2005; SENASA, 2011; Vélez et al., 2013; Granados et al., 2014; Portocarrero et al., 2015; Arauco, 2018; Serrano et al., 2018).
Existen diversos métodos para identificar la presencia o infección de N. caninum, siendo estas técnicas histopatológicas, moleculares y de aislamiento (Dubey, 2003). Las pruebas inmunodiagnósticas disponibles son la inmunofluorescencia indirecta (IFI), ELISA, aglutinación directa, inmunohistoquímica (IHQ) y electroforesis combinada con inmunodetección (Western Immunblot) (Dubey, 1999). A nivel mundial, no existen protocolos estandarizados para el diagnóstico de neosporosis bovina (Dubey et al., 2007;McAllister, 2016); sin embargo, el método común de diagnóstico en los estudios seroepidemiológicos es mediante la técnica de ELISA indirecta que permite la identificación de anticuerpos en el suero sanguíneo de los animales (Álvarez, 2003; Da Silva et al., 2019). Esta técnica es confiable debido a que posee una sensibilidad y especificidad mayor a las obtenidas con la IFI; además, carece de subjetividad y permite procesar un gran número de muestras (Rodríguez, 2015; Serrano et al., 2018). Por todo ello, el presente estudio buscó determinar la frecuencia de seroreactores a anticuerpos contra Neospora caninum en bovinos de crianza extensiva en tres distritos de la provincia de Parinacochas, Perú.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente estudio se desarrolló en mayo de 2018, comprendiendo los distritos de Coracora, Chumpi y Pullo de la provincia de Parinacochas, ubicada al sur de Ayacucho (Perú), a una altitud entre 2800 hasta 3500 msnm. La zona posee planicies, colinas y laderas de montañas, con temperaturas que oscilan entre los 6.6ºC hasta los 25.5ºC (Aronés et al., 2003; SENAMHI, 2019). El procesamiento de las muestras se realizó en el Laboratorio de Microbiología de la Universidad Científica del Sur, Lima.
El muestreo fue de tipo aleatorio, considerando animales mayores a cuatro meses de edad, sin distinción de sexo, raza, o categoría zootécnica (Rojas, 2010). Además, se entrevistó a los propietarios de cada fundo para identificar el estado reproductivo y edad de los bovinos muestreados.
El tamaño mínimo de muestra se calculó mediante la fórmula para estimar poblaciones finitas (Wayne, 2012), considerando la población bovina de los distritos de vi nos (INEI, 2012). S e utilizó una seroprevalencia referencial de 15.01% (SENASA, 2011), con un nivel de confianza de 95% y un error admisible de 5%. Esto dio como resultado un tamaño mínimo de muestra de 197 animales; que fueron distribuidos proporcionalmente en Coracora (n=102), Chumpi (n=39) y Pullo (n=57). No obstante, se llegaron a muestrear 209 animales.
Las muestras de sangre fueron colectadas en tubos de 10 ml al vacío sin anticoagulante por punción directa en la vena yugular. Las muestras fueron transportadas al laboratorio del hospital central de la ciudad de Coracora dentro de las cuatro horas siguientes y fueron centrifugadas a 1600 G por 5 minutos. El suero resultante fue almacenado a -20 °C hasta su procesamiento.
Las muestras fueron procesadas mediante la técnica de ELISA indirecta utilizando el kit Neospora X2 Ab (IDEXX) para confirmar la presencia de anticuerpos contra N. caninum. Los resultados de seroprevalencia se presentaron en porcentajes de frecuencia con intervalo de confianza al 95% (Wayne, 2012). Los resultados son presentados, asimismo, mediante la caja de bigotes. Se determinó, además, la seroprevalencia corregida considerando los índices de sensibilidad (98.5%) y especificidad (97.9%) del kit empleado (Álvarez-García et al., 2013). El análisis estadístico se realizó mediante la prueba de Chicuadrado para determinar la posible asociación entre la presencia de anticuerpos contra N. caninum y las variables sexo, categoría zootécnica, raza, procedencia y estado reproductivo.
RESULTADOS
Se detectaron anticuerpos contra N. c ani num e n 2 9 animales de los 20 9 muestreados, obteniendo una seroprevalencia Coracora (13 988 bovinos), Chumpi (5339) y cruda de 13.9% (IC95%: 9.2-18.3%) y una de Pullo (7736), dando un total de 27 063 boprevalencia corregida de 12.2% (IC95%: 7.8- 16.6%) (Cuadro 1). La menor seroprevalencia se observó en Chumpi (3.81%) y la mayor en Coracora (19.71%) (p<0.05). No se encontraron diferencias significativas para las variables raza, sexo, categorías zootécnicas ni estado reproductivo.
El diagrama de cajas y bigotes de la dispersión de la edad (Figura 1) presenta una mayor dispersión en la edad en los bovinos que resultaron negativos a la prueba. La dispersión de los resultados según el número de partos presentó varios valores atípicos en los animales con resultados negativos a la prueba diagnóstica (Figura 2).
DISCUSIÓN
La seroprevalencia cruda de 13.9% con una prevalencia corregida de 12.21% (Cuadro 1) resultó similar al 15.0% reportado por SENASA (2012) en la misma región de Ayacucho, pero inferior a otras reportadas en diversas regiones de Perú, como en Oxapampa con 18.8% (Portocarrero et al., 2015), Lima con 46.6% (Serrano et al., 2018), Tacna con 28.7% (Vélez et al., 2013) y Junín con 15.3% (Arauco, 2018). Prevalencias variadas han sido reportadas en otros países de América del Sur; así, Venezuela 21% (Pinilla y Da Silva, 2018), Chile 21.1% (Tuemmers et al., 2017), Ecuador 23.4% (Maldonado et al., 2020), Argentina 35.3% (Pereyra et al., 2020), Paraguay 41.4% (Gimenez et al., 2019), Colombia 52% (Cruz et al., 2019) y Brasil 71.4% (De Aquino et al., 2019), diferencias que podrían ser atribuidas al sistema de producción (Serrano et al., 2018; Ribeiro et al., 2019), programas de sanidad (Ribeiro et al., 2019) y susceptibilidad racial (Dubey et al., 2007). Por otro lado, las características climáticas influyen en la viabilidad de los ooquistes (Gharekhani y Mohammad, 2019).
El lugar de procedencia fue la única variable que presentó asociación estadísticamente significativa (p<0.05) con la prevalencia de anticuerpos contra N. caninum, teniendo la localidad de Coracora la mayor seroprevalencia con un 19.71 + 7.47%, posiblemente por las condiciones de crianza y mayor presencia de canes lo cual es considerado como un factor de riesgo de importancia, debido a su potencial contribución a la transmisión horizontal (Vanleeuwen et al., 2010; Ribeiro et al., 2019; Pereyra et al., 2020), posibilitando mayor contacto con material placentario eliminado, permitiendo la transmisión horizontal debido a la ingestión de ooquistes. Otra característica del distrito de Coracora es que presentan hatos con un mayor número de animales, favoreciendo potencialmente una mayor oportunidad de transmisión del patógeno. Se dispone de reportes que mencionan que predios con más de 100 bovinos tienen un mayor riesgo de infección (Portocarrero et al., 2015; Gharekhani y Mohammad, 2019).
El sexo del animal no tuvo asociación estadística con la ocurrencia de neosporosis (Cuadro 1), coincidiendo con otros estudios (Vega, 2010; Gharekhani y Mohammad, 2016, 2019; Satragno et al., 2019); no obstante, se indica que las diferencias hormonales (estro y segundo trimestre de la gestación) podrían cumplir un rol importante en la susceptibilidad del huésped a la infección por N. caninum (López et al., 2005; Dubey et al., 2007). Por otro lado, la variable raza no presentó asociación significativa con respecto a la seropositividad frente a N. caninum; coincidiendo con Munhoz et al. (2009), habiendo más una relación con el sistema de producción (Moore et al., 2005; Dubey et al., 2007), debido al mayor tiempo de vida de los animales en el sistema de producción lechero.
No se estableció asociación estadística significativa entre la edad y el diagnóstico de anticuerpos contra N. caninum, tal y como se observa en la literatura (Vélez et al., 2013; Cruz et al., 2019, Ribeiro et al., 2019). Sin embargo, otras investigaciones reportan la edad como un factor de riesgo asociado a la neosporosis bovina, dado que a mayor edad existe un mayor riesgo de seropositividad (Atoccsa et al., 2005; Pullido et al., 2016; Banegas, 2018; Olmo et al., 2019; Semango et al., 2019). Además, Dijkstra et al. (2001) sugiere la importancia de incluir animales jóvenes a los estudios, ya que los terneros con infección congénita tienen altos niveles de anticuerpos.
Para el presente estudio se seleccionaron los tres distritos con mayor número de ganado. El trabajo se realizó en condiciones de crianza extensiva, donde la falta de registros, plan sanitario e información de los sistemas de producción no permiten concluir de forma categórica con la identificación de factores de riesgos o características propias de la infección producido por el patógeno en estudio. Sin embargo, a pesar de las limitaciones, los resultados obtenidos son importantes para el entendimiento de la epidemiología y útil para poder implementar un plan de manejo, prevención y control de la enfermedad. De otra parte, cabe recalcar que los datos recolectados confirman la presencia del parásito, más no la enfermedad.
CONCLUSIONES
La seroprevalencia corregida de anticuerpos contra Neospora caninum es de 12.2 ± 4.4%, confirmando su presencia en los distritos de Chumpi, Coracora y Pullo de la provincia de Parinacochas, Ayacucho en 2018.
Existe asociación estadística significativa (p<0.05) entre los distritos de Chumpi, Coracora y Pullo con la presencia de anticuerpos contra el parásito Neospora caninum.