INTRODUCCION
El reciente aumento en el precio de los piensos ha impulsado la investigación científica para encontrar una estrategia eficaz para reducir el costo del alimento sin comprometer el rendimiento y la salud de los animales (Upadhaya et al., 2019). Asimismo, se han desarrollado prácticas de alimentación para las aves de corral que incluyen una mayor precisión en el suministro de nutrientes para un rendimiento de crecimiento óptimo, así como reducción en los costos de alimentación y exceso de nutrientes asociados con el impacto ambiental (Amer et al., 2018; Gouda et al., 2020; Omar et al., 2020).
El uso de una fuente de energía adicional en las dietas para pollos de engorde re- presentada en suplementos de grasas y aceite es una práctica común en la industria avícola (Metwally et al., 2020). No obstante, la literatura reporta que los pollitos carecen de las enzimas necesarias para una digestión eficaz que mejora con la edad ante un incremento de la energía metabólica de los lípidos en las aves de corral de 1.5 a 3.5 semanas de edad (Melegy et al., 2010).
La herramienta dietética más conveniente son los lisofosfolípidos (LFL), un potenciador de la absorción, que puede aumentar la emulsificación y absorción de grasas en el intestino y permitir la remodelación de las dietas al menor costo sin dañar el rendimiento de las aves de corral (Moftak- harzadeh et al., 2017; Valentim et al., 2020). Además, la ingesta de lípidos es esencial, no sólo para satisfacer las necesidades energéticas, sino también para cubrir los requisitos de ácidos grasos esenciales, y mejorar la palatabilidad de las raciones y la digestibilidad de otros nutrientes (Valentim et al., 2020).
Joshi et al. (2006) manifiestan que los emulsionantes podrían desempeñar un papel clave en la formación de micelas y que los LFL son tensioactivos naturales de la lecitina de soja hidrolizada. Las funciones combina- das de emulsificación y modificación de las membranas celulares hacen que LFL sea un aditivo alimentario óptimo para mejorar el transporte y la absorción de nutrientes, lo que conduce a una mayor digestibilidad de los nutrientes (Chen et al., 2019). Asimismo, los LFL provocan cambios en el epitelio intestinal con el potencial de mejorar la salud y el rendimiento intestinal en general (Brautigan et al., 2017). Por lo tanto, el presente estudio tuvo como objetivo evaluar los LFL incorporados en la dieta en varias fases de crecimiento y su efecto en los parámetros pro- ductivos de pollos COBB 500.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se llevó a cabo en el galpón ubicado en el sitio Pavón de la parroquia Ricaurte, cantón Chone, provincia de Manabí, Ecuador. La fase experimental se desarrolló entre noviembre y diciembre de 2020. Se utilizaron 288 pollos de engorde, machos, de un día de edad, de la línea Cobb-Vantress 500. Las aves se alojaron en el galpón experimental de 50 m2, con piso y paredes de caña guadua y techo de lona, durante un periodo de 42 días. El alimento fue elaborado conforme los requerimientos de las aves de acuerdo con su edad y estadio, aplicando técnicas apropia- das de fabricación acordes a las recomendaciones de los manuales de producción de pollos BB Cobb 500 (Cobb-Vantres, 2018).
El día de la recepción y por cuatro días se suministró a los pollitos agua potabilizada con vitaminas más electrolitos, además del alimento balanceado inicial. Asimismo, se registró el peso inicial en una balanza digital Camry Gramera (± 0.02 g). El alimento fue suministrado ad libitum en la primera semana, dos veces al día (06:00 y 18:00 h) entre la segunda y cuarta semana y solo se proporcionó el alimento a las 18:00 h en la quinta y sexta semana, levantando los comederos a las 06:00 para evitar el estrés calórico.
Las aves fueron vacunadas el día 1 y 10 de edad contra la enfermedad de Newcastle y el día 1 y 14 contra la enfermedad de Gumboro. A nivel de incubadora se aplicó contra la bronquitis infecciosa. La fuente de lisofosfolípidos utilizada fue la contenida en el Lipidol® (Pintaluba S.A. y Pathway Intermediates Ltd.), lecitina hidrolizada obtenida por la hidrólisis de los fosfolípidos por medio de la fosfolipasa A2 (Pintaluba, 2013).
El estudio se organizó bajo un Diseño Completamente Aleatorizado con arreglo de tratamientos factorial 4x3 (cuatro niveles de adición de lipidol: 0, 0.50, 0.75 y 1.0 kg/t de alimento y tres periodos de utilización: 1-7; 1- 15 y 1-21 días). La combinación de los facto- res resultó en 12 tratamientos, con tres repeticiones de 24 aves cada uno. Las variables productivas evaluadas fueron el peso inicial (g), peso semanal (g), ganancia diaria de peso (g), consumo de alimento semanal acumula- do (g) y conversión alimenticia (kg alimento consumido / kg de carne).
Los datos se analizaron mediante un análisis de varianza, utilizando el paquete de software Statistix 10. Previamente se comprobó la normalidad de los errores y la homogeneidad de varianza a través de las pruebas de Shapiro-Wilk y Levene, respectivamente. Las diferencias en los efectos principales o interacción fueron analizadas mediante la prueba de Tukey al nivel de p<0.05.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Peso Corporal
El periodo de utilización del Lipidol no influyó en el peso corporal de las aves duran te las primeras tres semanas; sin embargo, se encontró una respuesta significativa con los niveles de adición de LFL (p<0.05) al incrementar el peso corporal de las aves en comparación con la dieta sin adición (Cuadro 1).
Estos resultados son muy similares a los reportados por Chen et al. (2019) quienes concluyen que la suplementación con 0.025% de LFL a dietas bajas en energía y 0.075% a dietas normales mejoró el crecimiento, e incluso el rendimiento de la canal. Por otra parte, Boontiam et al. (2019) indican que la suplementación de LFL de al menos 0.10% en dietas con cantidades bajas de energía, proteína cruda y aminoácidos principales mejora el rendimiento de crecimiento, digestibilidad de nutrientes y disponibilidad de glucosa, sin toxicidad para la función hepática de los pollos de engorde. Igualmente, Wealleans et al. (2020) reportan que la lisolecitina mejoró la digestibilidad y los valores energéticos del alimento en pollos de engorde jóvenes.
Peso Semanal Acumulado
El peso semanal acumulado fue afecta- do por la inclusión de LFL (p<0.01) y por los periodos de utilización de LFL (p<0.01). La adición de los LFL en niveles superiores al 0.75 kg/t mejoró los pesos semanales con respecto al nivel control (0 kg/t) (Cuadro 2). En tal sentido, Viñado et al. (2020) reportan que la lecitina de soja se puede incluir, en combinación con o en reemplazo del aceite de soja, como una fuente de energía alternativa para las dietas de engorde (hasta 1%); además, los LFL se pueden agregar a la formulación del alimento para disminuir el uso de grasa dietética agregada costosa o para maximizar el rendimiento del crecimiento (Haetinger et al., 2021). No obstante, Shahid et al. (2021) concluyen que la suplementación natural con emulsionantes exógenos en las dietas no mostró resultados positivos sobre el rendimiento del crecimiento durante la fase de engorde.
Por otra parte, se observa que el periodo de utilización entre 0-7 alcanzó el menor valor promedio (Cuadro 2). En este sentido, Upadhaya et al. (2019) mencionan que las aves jóvenes tienen limitaciones fisiológicas para absorber grasa debido al bajo nivel de producción de lipasa natural y una baja tasa de producción de sales biliares, lo que conduce a una mayor necesidad de fuentes de energía.
Ganancia Diaria de Peso (GDP)
El Cuadro 3 presenta el efecto de la adición de LFL y de los periodos de inclusión de LFL (p<0.01) en la GDP. Al respecto, la inclusión de 0.75 y 1.0 kg/t resultó en mayores GDP con relación al grupo control, siendo el nivel de 1.0 kg/t el nivel que obtuvo la mayor ganancia de peso. Shahid et al. (2021) reportaron resultados similares con emulsionantes exógenos en pollos Ross-308; sin embargo, Zampiga et al. (2016) no observaron diferencias significativas en la GDP cuando se usaba un emulsionante con una inclusión constante de 1 kg/t.
Mientras tanto, para el periodo de utilización de los LFL, la mejor ganancia de peso (67.39 ± 0.03 g/d) ocurrió en el lapso de 0-21 días (p<0.05). Estos resultados están asocia- dos a los argumentos reportados por Upadhaya et al. (2017), quienes manifiestan que los pollos de engorde durante la fase de inicio tienen limitaciones para la digestibilidad de las grasas. No obstante, Bontempo et al. (2020) reportan que la ganancia de peso me- jora con la inclusión de emulsionantes en la dieta.
Consumo de Alimento
El consumo de alimento semanal fue afectado por la adición y periodos de utiliza utilización de los LFL (p<0.01), con la tendencia al incremento a medida que los niveles de adición eran mayores y el periodo de utilización era más prolongado (Cuadro 4). Es relevante que el consumo con adición 1.0 kg/t supera al nivel control (0.0 kg/t) en 12.87%, lo cual también afectó el valor de conversión alimenticia.
ab Letras diferentes dentro de la columna para el factor de estudio difieren estadísticamente (p<0.05)
Zaeferian et al. (2015) utilizaron 3.5 kg/t de LFL, obteniendo un aumento significativo en el consumo de alimento, lo cual puede ser debido por efecto de la palatabilidad de los LFL (Cho et al., 2012). Por otro lado, Aguilar et al. (2013) no encontraron un efecto significativo en la ingesta de alimento.
Conversión Alimenticia
La conversión alimenticia se afecta con el aumento de los niveles de adición de los LFL (p<0.01), mientras que no fue afectada por el periodo de utilización (Cuadro 5). Zampiga et al. (2016) observaron una conversión alimenticia mejorada cuando se utilizaron emulsionantes exógenos, aunque Thornhill (2020) y Shahid et al. (2020) reportan un efecto nulo en pollos de engorde, este último durante el período de 0-10 días. Al mismo tiempo, Zavareie y Toghyani (2018) obtienen una baja tasa de conversión de alimento utilizando una dieta basal + aceite de soja + 2 g/kg de fosfolípido.
El efecto no significativo de los periodos de utilización en la conversión alimenticia fue similar al reportado por Viñado et al. (2019) al utilizar lecitina de soja cruda como fuente de energía. En forma similar, con la sustitución parcial o total de aceite de soja y ácidos grasos de soja acidulados por lecitina de soja en dietas de maíz y soja (Arce- Menocal et al. (2019).