INTRODUCCIÓN
El cuy es originario de la zona andina de Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia, siendo una de las principales fuente de alimentación de las comunidades indígenas, y su carne es actualmente empleada en la cocina para la preparación de platos típicos favoritos por propios y extranjeros, llegando a tener un costo elevado (Castro, 2002; Avilés-Esquivel, 2016; Ramos, 2017). Los estudios en el cuy doméstico empezaron en Perú durante los 60’s, donde se desarrollaron líneas comercia- les altamente difundidas en los países andinos, lo cual dividió al cuy doméstico en un grupo mejorado y un grupo autóctono (Avilés- Esquivel, 2016). El Instituto Nacional de In- novación Agraria (INIA) de Perú obtuvo tres líneas de cuyes mejorados por medio de selección y cruzamientos realizados entre 1994 y 2007, Andina, Inti y Peruì, aumentando principalmente el rendimiento a la canal (INIA, 2005). Los cuyes autóctonos tienen una menor producción de carne, pero son de mayor palatabilidad que los mejorados (Avilés- Esquivel, 2016).
En Ecuador, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC, 2000) estimó una población de cinco millones de cuyes, estando el 65% localizado en las provincias de Azuay, Tungurahua, Chimborazo y Cotopaxi, donde el consumo per-cápita de carne de cuy en 2001 fue de 0.41 kg/hab (Espín et al., 2004).
Los cuyes son criados en tres sistemas de producción (INIAA-CIID, 1990). El sistema Familiar o Tradicional, donde se mane- ja un número máximo de 25 cuyes (Lema, 2019), la crianza se desarrolla en la cocina de la casa o en pequeñas jaulas sin distinción de edad o sexo, el número de crías en pro- medio es de 5.5 gazapos hembra/año, la alimentación es básicamente con forraje y desechos de cocina y la producción es mayor- mente para el auto consumo (Chirinos et al., 2008). El sistema Familiar Comercial que corresponde a un nivel de agricultores con mayor proyección de mercado, maneja un número no mayor a 100 cuyes (Lema, 2019), posee un manejo más técnico, sanitario, y el número de crías es de 9.0 gazapos hembra/ año, la alimentación se basa en forrajes y algo de pienso. El sistema Comercial (tecnificado) corresponde a más de 100 y no mayor a 500 cuyes (Castro, 2002; Lema, 2019), siendo micro-empresas familiares, se desarrolla en galpones con cuyes mejorados, la alimentación es mixta (forrajes y pienso), el control sanitario es más estricto, los cuyes se agrupan por edad, sexo, el número de crías es de 10.8 gazapos hembra/año (Carrillo, 2007).
Debido a sus características de rusticidad, precocidad y habilidad de convertir alimentos pobres en masa muscular de alto valor nutricional, la demanda de cuyes se ha incrementado en varias provincias del Ecuador, como en Azuay y en los cantones Mocha y Cevallos de la provincia de Tungurahua, de allí que la producción de cuyes se está proyectando como una alternativa en la formación de pequeñas empresas (Davidson, 2012; Diario El Telégrafo, 2018). Bajo ese contexto es importante caracterizar los sistemas de producción de cuyes abordando los aspectos sociales, económicos, zootécnicos y sanitarios de las familias del cantón Mocha a fin de plantear estrategias de capacitación en los puntos débiles, además de desarrollar planes de conservación de este recurso zoogenético tan importante para el Ecuador y los países andinos.
MATERIALES Y MÉTODOS
La presente investigación se realizó en el cantón Mocha, provincia de Tungurahua, cerca de la ciudad de Ambato. La tempera- tura promedio anual de la zona es de 10 a 19 °C, humedad relativa de 74 a 81.8% y se encuentra a una altitud de 2500 a 4965 msnm (Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal de Mocha, 2019). Se trabajó con un tesista y un investigador en la validación de 10 encuestas en español mediante aplicación piloto para identificar errores, luego se ejecutó la investigación entre diciembre de 2019 y febrero de 2020. Las encuestas fueron de tipo mixtas (53 preguntas cerradas y abiertas), las preguntas cerradas fueron de tipo dicotómicas, politómicas y de selección múltiple sobre aspectos socioeconómicos como nivel de educación (primaria, secundaria y tercer nivel), capacitación, comercialización, sistemas de producción, genética de cuyes nativos y comerciales, instalaciones, alimentación y sanidad.
Se aplicaron las encuestas a todos los cavicultores (n=124) de los caseríos Yanahurco, El Rosal, El Porvenir y Acapulco (Figura 1), por lo cual no se aplicó fórmula alguna de muestreo. Los productores pertenecen a asociaciones que cuentan con el apoyo del GAD Provincial de Mocha, a quienes se les solicitó una reunión previa para comentar sobre el proyecto de investigación y su aprobación de participación. Todos los encuestados fueron adultos con estudios primarios como mínimo y responsables de sus producciones cavícolas. Se contó con el apoyo de un miembro de la Municipalidad para recorrer los caseríos e ingresar a las instalaciones cavícolas. Los datos obtenidos se analizaron con estadística descriptiva con el programa SPSS®.
RESULTADOS
Entre los 124 cavicultores responsables del cuidado de los cuyes que fueron encuestados se encontró una población de 14 165 ± 130 cuyes. El 32-3% de los cavicultores tenía entre 30 a 40 años, 31,5% entre 41 a 50 años, 25% entre 51 a 60 años y 11.3% era mayor a 60 años.
En el aspecto social educacional:
El 76.6% fueron mujeres y el 23.4% hombres.
El 98.4% culminó la educación primaria, 27.4% la secundaria, y 2.4% tiene estudios de educación superior.
El 83.1% ha recibido capacitación en producción de cuyes.
En el aspecto económico:
El 66.1% comercializa los cuyes quincenalmente, 2.4% semanalmente y 31.5% venden los animales cada que necesitan dinero o cuando viene algún comprador
Los cuyes se venden en los domicilios a un costo de US$ 6.00 a 7.00 con 2.5 a 3 meses de edad y 1.2 a 1.4 kg.
El 94.4% vende pie de cría en sus domicilios sin ningún tiempo determinado
Cuyes para crianza se venden a un cos to de US$ 5.00 a partir de 900 g de peso.
En los aspectos zootécnicos:
El 50.8% practican la cría en el sistema Familiar-Comercial, el 37.9% el sistema Comercial y 11.3% el sistema Familiar.
Como instalaciones, las pozas son las más usadas (54.8%), seguido de jaulas (31.5%) y sistemas mixtos (13.7%).
El 67.8% realiza mensualmente la limpieza de las instalaciones, 28.2% quincenalmente y 4.0% semanalmente.
Las heces y restos de alimento adquirido en la limpieza de los galpones son reutilizados en un 100% para fertilizar los suelos y cultivos de los cavicultores.
El 85.5% maneja líneas de cuyes comerciales, mientras que 14.5% maneja cuyes nativos. El 71% manejan la línea Perú, 62.9% la línea Andina, 37.9% la línea Inti y 4.8% la línea Macabeo.
Los cuyes se alimentan en un 100% con alfalfa (Medicago sativa) y el 61.3% adiciona hoja de maíz (Zea mays), lo que representa US$ 1.5 - 2.00 una carga de 8 kg cada quince días. El 10.5% adicionan balanceados comerciales.
DISCUSIÓN
Los sistemas de producción cavícolas son manejados por una población adulta, lo cual concuerda con Alzamora et al. (2001), Aguilar et al. (2011) y Lema (2019). Las amas de casa son las encargadas de manejar la producción de cuyes, tal como lo señalan Nasimba y Ortega (2012), Chambilla (2013), Rojas (2018) y Lema (2019), siendo una ac- tividad extra en la cual ayudan los hijos; sin embargo, en países africanos como Costa de marfil (96%), Tanzania (70%) y Benin (75%) es manejado por hombres (Kouakou et al., 2011; Komwihangilo et al., 2016; Faihun et al., 2017).
El nivel de educación primaria es alto, ya que el gobierno de Ecuador implementó el Programa Nacional de Alfabetización en 2009. Menores niveles de educación han sido reportados en otras regiones (Aguilar et al., 2011; Nasimba y Ortega, 2012; Quispe, 2017). La proporción de cavicultores con educación secundaria fue similar a los reportados por Alzamora et al. (2001) y Lema (2019). De otra parte, Damas (2012) y Quispe (2017) presentan una mayor proporción de criado- res con educación secundaria y universitaria en el Perú.
La gran mayoría de los cavicultores en este estudio están muy interesados en obtener mayor conocimiento del manejo cavícola y han recibido capacitaciones (83.1%), al contrario de los estudios realizados en Ecuador por Sáez (2010) con 22.6%, Nasimba y Ortega (2012) con 40% y Lema (2019) con 41% y en Perú por Aguilar et al. (2011) con 3.8%, porcentajes inferiores de capacitación que en el presente estudio. No obstante, estos cavicultoires consideran necesario participar en programas de capacitación, sobre todo en temas de nutrición, sanidad, bioseguridad e instalaciones para mejorar su productividad y rendimiento económico.
La frecuencia de comercialización de los cuyes se realiza mayormente en forma quincenal por el tipo de demanda del merca- do, aunque en otras zonas del país se hace mayormente en forma mensual (Nasimba y Ortega, 2012). Por otra parte, el costo de los cuyes es similar al expendido en la provincia de Chimborazo (Sáez, 2010) y en Imbabura (Nasimba y Ortega, 2012).
El sistema de producción predominante fue el sistema Familiar-Comercial, ya que los cavilcultores no solo ven a los cuyes como un ingreso extra, sino como un trabajo permanente que les brinda estabilidad económica. Es por eso que han mejorado sus instalaciones e incrementado el número de cuyes, lo cual concuerda con el 76% de cría Familiar-Comercial en el estudio de Nasimba y Ortega (2012).
La gran mayoría de cavicultores manejan cuyes de líneas comerciales, debido a la mayor ganancia de peso en menor tiempo, lo cual permite su pronta comercialización. Los resultados del estudio se encuentran dentro de lo encontrado por otros investigadores quienes indican que las líneas más difundidas son la Perú, Inti y Andina (Sáez, 2010; Ataucusi, 2015; Quispe, 2017; Lema, 2019); sobre todo la línea Perú que alcanza a las nueve semanas un peso aproximado de 1270 g y 2.8 crías por parto, conversión alimenticia de 3.8 g, además de su gran adaptación a la región andina (Chauca, 1995). Una mino- ría de productores posee cuyes nativos, ya que son resistentes a los cambios de clima, los productores aprecian las tonalidades de pelaje y la carne es más apreciada por los consumidores; sin embargo, tienen menor peso (Ramírez, 2005; Sánchez, 2015).
Las instalaciones con pozas son las pre- feridas en este estudio, el animal se siente más cómodo y presenta menor mortalidad en gazapos (Aguilar et al., 2011; Chambilla, 2013; Rojas, 2018; Quispe, 2017). No obstante, Nasimba y Ortega (2012) reportan el 92% de preferencia por las jaulas en la provincia de Imbabura. La mayor parte de los criadores realiza limpiezas mensuales (67.5%) de las instalaciones; sin embargo, Mendoza (2015) indica que es más efectiva si se realiza cada quince días con el uso de cal y creso.
La alimentación es poco variada, pues el 100% prefiere alimentar los cuyes con alfalfa, que en ciertos casos, ellos mismos lo siembran en sus terrenos. La adición de hoja de maíz concuerda con los reportes de Aguilar et al. (2011), Quispe (2017) y Lema (2019); sin embargo, Damas (2012) indica que solo el 14% alimenta a lo cuyes con solo forrajes en la zona de Huancayo, Perú. Quintana et al. (2013) menciona la importancia de ofrecer alimento balanceado para un mejor desarrollo de los animales; sin embargo, este alimento es de muy poco uso en el cantón Mocha.
En el aspecto sanitario, la salmonelosis es la enfermedad reportada con mayor frecuencia, dada su característica de quedar en estado latente, y reactivarse en situaciones de estrés (Ortega et al., 2015). Los ectoparásitos encontrados en este estudio coinciden con los reportes de Aguilar et al. (2011) y Lema (2019), aunque Robles et al. (2014) indican una mayor frecuencia de ácaros sobre piojos.
CONCLUSIONES
La crianza de cuyes en el cantón Mocha se realiza en su mayoría por mujeres con un alto porcentaje de haber culminado la primaria; además, se destaca el interés por su capacitación técnica.
El Sistema Familiar-Comercial es pre- dominante con cuyes mejorados alimentados con alfalfa, que se comercializan quincenalmente, realizándose la venta de pie de cría en los domicilios de los pro- ductores.
· Las instalaciones a elección son las pozas que se limpian mensualmente; lo cual, incurre en una elevada incidencia de salmonelosis y ectoparásitos como piojos y ácaros.