INTRODUCCIÓN
En la práctica privada de animales menores las neoplasias cutáneas son las más frecuentes. Estudios realizados en la ciudad de Lima, Perú, muestran un incremento de las neoplasias cutáneas a través de los años, donde De Vivero et al. (2013) reporta 39.5% y Medina et al. (2017) 46.4% cuatro años después en el mismo laboratorio de histopatología. Las neoplasias cutáneas abarcan aquellas que afectan la epidermis, dermis y las estructuras anexas (Moulton, 1978).
Entre las estructuras anexas de la piel se encuentra el pelo que se origina de las células epiteliales germinativas primarias. Alteraciones en el ácido desoxirribonucleico (DNA) de esas células pueden generar neoplasias, que son frecuentes en perros, denominadas tumores del folículo piloso (Gamba et al., 2006). Los tumores del folículo piloso son raros en medicina veterinaria, siendo el canino la especie en que se reporta con una frecuencia de 5% con relación a las neoplasias cutáneas (Goldschmidt et al., 1998). Entre estas se encuentran el tricoepitelioma, tricolemoma, pilomatrixoma y el acantoma infundibular queratinizante (Moulton, 1978).
Forbis y Helwig (1961) fueron los primeros en utilizar el término ‘pilomatrixoma’ en casos de tumoraciones que involucraban la dermis y subcutis en el humano. Los pilomatrixomas son neoplasias poco comunes e infrecuentes de la piel con exclusiva diferenciación matricial. Es un tumor de naturaleza benigna que surge de las células germinativas de la matriz folicular o bulbo piloso, y se reporta principalmente en perros (Gross et al., 2005) y humanos.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Se presenta a consulta un paciente canino, hembra mestiza, entera, de 4 años de nombre Rita. Al examen físico se observó una masa tumoral a la altura escapular derecha. La dueña reporta que el crecimiento se desarrolló en un mes. La lesión macroscópica de piel con alopecia se muestra en la Figura
La lesión presentaba una solución de continuidad de aproximadamente 2 cm con exposición de la dermis. Alrededor se muestra ligeramente rosada y de apariencia dura con aspecto de contaminación bacteriana secundaria. El Médico Veterinario procedió a realizar una biopsia escisional con el consentimiento de la propietaria.
La muestra extraída se sometió a fijación con formol tamponado al 10% para realizar el estudio histopatológico convencional. La muestra anatómica (Figura 1) se presenta como una masa sólida, que al corte presentó un material blanco opaco con una apariencia de barro o greda en el centro, rodeada de aparentemente una cápsula de tejido fibroso.
Al examen microscópico con tinción de hematoxilina-eosina se observaron folículos pilosos en la dermis y uno de ellos se encontró aumentado de tamaño, dilatado, formado en la parte periférica por una proliferación de células basales basófilas. En la parte central de la masa tumoral se aprecia un cúmulo de células eosinofílicas con núcleos ligeramente distinguibles, de aspecto borroso, pero manteniendo su membrana celular denominadas células sombra, momificadas o fantasmas (Figuras 2-4), grupo celular eosinofílico que se extiende hasta el límite donde se observan grupos de células basales basofilicas, ambas rodeadas de una capa de tejido fibroso. El diagnóstico es de pilomatrixoma.
El tumor fue retirado del tumor en forma quirúrgica, además de aplicarle antibioticoterapia (ceftriaxona 20 mg /kg por 3 días). La paciente se recuperó y seguía sigue con vida al momento de la redacción del presente caso.
DISCUSIÓN
El pilomatrixoma es de origen ectodérmico, ya que surge de la matriz germinal del pelo. Se reporta como una patología de la diferenciación del pelo durante el ciclo folicular en el que se limita la diferenciación celular de queratinocitos pilares y no se produce un mayor desarrollo en el pelo maduro (Forbis y Helwig, 1961; Moehlenbeck, 1973).
La neoplasia se presenta como una masa solitaria, firme, bien circunscrita y a menudo con ulceración superficial como en el presente caso, de crecimiento lento y no sensible (Moulton, 1978). Afecta a la dermis y la hipodermis, pero no la epidermis. El tumor comprende estructuras quísticas múltiples compuestas por dos tipos de células. Hay áreas de células queratinizadas eosinófilas, conocidas como células «fantasmas» o «sombras» (anucleadas), que están rodeadas por células epiteliales basales más basófilas (gigantes multinucleadas) (Gross et al., 2005). Fayyazi et al. (1997) mencionan que las células sombra o células fantasmas evolucionan a partir de células basales o basaloides, que predominan en las lesiones tempranas y a medida que las lesiones maduran son más prominente en el centro.
En el presente caso se observó la presencia de células eosinofílicas, contorno celular definido, pero núcleos mal definidos semejante a lo indicado por Gross et al. (2005) y Chung et al. (2010), que identificaron células epiteliales con escaso citoplasma y núcleos ovalados hipercromáticos. Además, se observa en la dermis un nódulo demarcado por una cápsula de tejido fibroso que se extiende hacia la grasa subcutánea. No se observó calcificación y osificación a diferencia de lo observado por Chung et al. (2010) y Forbis y Helwig (1961), quienes mencionan que la calcificación se encuentra en 69 y 85% de los casos.
Se ha descrito el pilomatrixoma de comportamiento maligno, aunque raro en el canino, con signos neurológicos y cojera debido a metástasis óseas (Van Ham et al., 1990; Noiva et al., 2012) o con metástasis generalizadas (Ginn et al., 2007).
En los estudios realizados por De Vivero et al. (2013) y Medina et al. (2017) en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, así como por Alburqueque (2016) en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, ambas en Lima, no reportaron casos de pilomatricoma entre las neoplasias cutáneas observadas, lo cual indica su escasa frecuencia. Por otra parte, Kaddu et al. (1996) indica que en cierta etapa del desarrollo esta neoplasia puede regresionar en forma espontánea.