INTRODUCCIÓN
La piel de los mamíferos cuenta con una gran cantidad y diversidad de glándulas, la mayoría de ellas especializadas en producir olores específicos. Estas glándulas se pueden localizar en diferentes partes del cuerpo y la ubicación está en relación con su función. Entre estas se encuentran las glándulas sudoríparas apocrinas y las sebáceas holocrinas, siendo estas últimas las más comunes en cuanto a producción de olores (Mykytowycz, 1972; Quay, 1986). En especies como los cérvidos, las glándulas productoras de olores, en especial las metatarsales, son muy importantes pues permiten la comunicación entre los individuos(Ajmat et al., 2004; Wood, 2003), siendo la composición de las secreciones mayormente de ácidos grasos volátiles.
En los camélidos del viejo mundo se ha determinado la presencia de varias glándulas productoras de olores; entre ellas, la más importante es la glándula del testuz, ubicada detrás de las orejas, la cual produce una secreción oscura y oleosa, especialmente en época reproductiva, glándula túbulo-alveolar y cuyos acinos muestran gránulos PAS positivos (Ebada et al., 2012). Por otro lado, las glándulas sebáceas verdaderas en el camello son similar a las de otras especies como la vaca y la oveja, presentando lobulaciones y tres tipos predominantes de células: periféricas, maduras y necróticas (Taha, 1988).
En la llama (Lama glama) se observan áreas desprovistas de pelo a ambos lados de la región metatarsal, tejido compatible con una glándula odorífera, identificada histológicamente como una glándula sudorípara modificada, muy similar en su estructura a las almohadillas plantares, e incluso se indica que podría ser el vestigio de un dedo (Atlee et al., 1997). No obstante, esto ha sido objetado por Chamut et al. (2016), quienes describen estas glándulas presentes en la vicuña (Vicugna vicugna) como un epitelio secretor, formado por glándulas tubulares simples que desembocan en un estrato córneo con aspecto de panal de abejas, mostrando una evidente naturaleza secretoria, y cuya función posiblemente sea la producción de feromonas que permitan la identificación individual. En la alpaca (Vicugna pacos) se ha descrito la ubicación anatómica y las dimensiones, existiendo diferencias entre sexo, edad y ubicación (medial y lateral), e histológicamente se le describe como una glándula sebácea tubular (Herrera, 2001; Lizares, 2017). Ante la escasa y confusa información respecto a esta estructura y su función en camélidos sudamericanos, es que se planteó esta investigación con el objetivo de realizar una descripción histológica, morfométrica e histoquímica de las glándulas metatarsales de la alpaca.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se colectaron muestras de tejido de la región metatarsal, medial y lateral de 8 especímenes, entre estos, 6 alpacas adultas (3 machos y 3 hembras) y dos fetos (de 5 y 8 meses) provenientes de individuos faenados en el camal de San Felipe, distrito de Sicuani, Región Cusco, Perú. Todas las muestras fueron identificadas y fijadas en solución de formaldehido tamponado al 10%, y trasladadas al Área de Histología y Embriología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Las muestras de 4 adultos y 2 fetos fueron sometidas a la técnica histológica estándar para la coloración con Hematoxilina-Eosina (HE), además de realizar técnicas histoquímicas como PAS, Tricrómico de Golden Masson y rojo Nilo. Las otras dos muestras de adultos (hembra y macho) se sometieron a cortes por congelación mediante un criostato y coloreados con rojo Nilo y contraste nuclear con Hoescht 33342. Las imágenes fueron analizadas bajo microscopía de campo claro y de fluorescencia utilizando un microscopio DM4000B Leica y cámara digital DC380X para la captura de imágenes.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados indican que este tejido no es compatible con un tejido glandular típico, pues no presenta acinos glandulares ni conductos excretores, no pudiendo, por lo tanto, denominarla como «glándula metatarsal». Esta es una estructura muy disímil a lo descrito anteriormente por Herrera (2001), Lizares (2017) y Chamut et al. (2016), quie- nes la describen como glándula, y porque no presenta características de glándula sebácea como lo observado por Taha (1988).
En cortes histológicos de feto de 5 meses de edad gestacional (Figura 1a), se puede observar la hipodermis con presencia de fibras colágenas y musculares ordenadas longitudinalmente. Sobre esa capa se aprecian formaciones columnares de células dérmicas, organizadas a manera de papilas dérmicas, a partir de las cuales se forman estructuras que se entrelazan con el tejido epidérmico (Figura 1b). Este último presenta varios tipos de células en varios estratos a medida que se acerca hacia la superficie externa. A este nivel se observa una clara separación con otro tipo de tejido, el cual se trataría de la membrana epidermal (Figura 1a), habiendo sido descrita en los camélidos como una membrana fetal adicional, con posibles funciones de protección del feto, aislamiento del líquido amniótico y lubricación durante el proceso del parto (Musa, 1977).
En feto de 8 meses de edad gestacional (Figura 2a) se pueden observar las mismas estructuras, pero mucho más ordenadas. Es evidente la diferencia de la epidermis con la membrana epidermal, descrita previamente por Iturrizaga et al. (2007). No se observa tejido glandular ni conductos secretores. El tejido de la estructura metatarsal está conformado por las prolongaciones dérmicas (Figura 2b) y el tejido epidérmico a manera de crestas epidérmicas, similar a lo descripto por Atlee et al. (1997) en la almohadilla plantar, aunque mucho más delgado.
En las muestras de alpacas adultas se observó tejido epidérmico alto con prolongaciones dérmicas profundas que servirían de tejido de sustento y de nutrición para la epidermis (Figura 3a), sin diferencia entre sexos. Las células epidérmicas principales son de aspecto globular, con núcleos excéntricos y evidente presencia de vacuolas, siendo descritas como del tipo lipoqueratinocitos (Figu- ra 3b). En la zona apical (Figura 3c) se observa un estrato granuloso y una clara separación con la capa córnificada en la cual pue- den verse células muertas sin presencia de citoplasma, con un aspecto de panal de abejas. Esta descripción coincide con la de una epidermis modificada de apariencia sebácea, descartando una descripción glandular típica al no encontrar tejido glandular ni tampoco conductos excretores. Estos hallazgos difieren de lo descrito por Chamut et al. (2016) quienes la describen como una glándula tubular, y también diferente a las glándulas sebáceas verdaderas descritas en camélidos sudamericanos (Lacolla et al., 2010) y del viejo mundo (Ebada et al., 2012).
Luego de realizar cortes transversales en la región media del órgano metatarsal, se pudo observar una disposición bastante homogénea entre ambos tipos de tejido. Las proyecciones dérmicas se encuentran bien definidas, observándose claramente la lámina basal de estas células, demarcadas por la coloración PAS+ (Figura 4c) (Serviansky et al., 2013). Así mismo, se pudo observar en este mismo tejido dérmico la presencia de fibras colágenas propias de tejido conectivo, mediante el Tricrómico de Golden Masson (Figura 4b). En las proyecciones dérmicas a manera de columnas se observa la presencia de capilares (Figura 4a), reforzando la teoría de la función nutricia de este tejido, puesto que, al ser la capa epidérmica muy alta, no podría nutrirse correctamente sin la existencia de irrigación sanguínea. En las tres coloraciones (Figura 4a,b,c) se puede observar que las células epidérmicas principales tienen forma globular, con evidente presencia de vacuolas y núcleos en posición excéntrica, las mismas que incrementan gradualmente su tamaño a medida que se acercan a la zona apical (Gartner y Hiatt, 2008; Salazar y Moreno, 2016).
Las técnicas histológicas utilizan solventes orgánicos con el objetivo de eliminar sustancias de naturaleza lipídica para poder reemplazarla con parafina y así realizar el micro corte; sin embargo, no todos los lípidos son eliminados, quedando encapsulados gran parte entre las membranas celulares (Gartner y Hiatt, 2008). La técnica de tinción histoquímica diferencial usando rojo Nilo bajo microscopía de fluorescencia permite colorear el contenido lipídico en los tejidos y en cortes hechos bajo técnica histológica estándar (Fowler y Greenspan, 1985). En el presente estudio se pudo evidenciar la presencia de contenido lipídico en los espacios intercelulares de la capa cornificada (Figura 5a), en la cual, posiblemente, a medida que se descama, se rompen las células y liberan su contenido hacia el exterior, siendo compatibles con células de tipo holocrinas. También se observó en el citoplasma de las células epidérmicas principales (Figura 5b, estrellas).
Para corroborar la naturaleza lipídica del contenido de estas células, se realizaron cortes histológicos en muestras de dos individuos adultos, sin incluir el uso de solventes orgánicos en el procedimiento para evitar la pérdida lipídica, realizando el corte por congelamiento mediante un criostato. Estas muestras fueron teñidas con una tinción doble, utilizando rojo Nilo y contraste nuclear con Hoescht 33342. De esta forma se pudo determinar la presencia de una mayor cantidad de núcleos celulares en las proyecciones dérmicas (Figura 6a), mientras que el rojo Nilo demostró la presencia de depósitos lipídicos en las células epidérmicas principales o lipoqueratinocitos (Figura 6b).
CONCLUSIONES
El órgano metatarsal de la alpaca no presenta una estructura histológica compatible con tejido glandular típico; sin embargo, existe evidencia de una función secretoria de naturaleza lipídica, ante lo cual se propone el nombre de «glándula metatarsal modificada».
Existe una marcada diferencia histológica y funcional entre el tejido dérmico y epidérmico del órgano metatarsal de la alpaca.
Se demostró la presencia de una gran reserva lipídica en las células epidérmicas principales, denominadas «lipoquera- tinocitos», lo que podría estar relacionado a una probable función secretoria especializada.