INTRODUCCIÓN
El carcinoma de células escamosas (CCE), llamado también carcinoma espinocelular, es una neoplasia cutánea maligna (Ferreira et al., 2017), originado a partir de los queratinocitos del estrato córneo de la epidermis (Kim et al., 2005; Sobczyñska-Rak et al., 2017; Willcox et al., 2019).
El SCC ha sido reportado en especies tales como el equino (Lima et al., 2022) y bovino (Jamshidi, 2021). Se le considera como uno de los tumores más comunes en perros (Esplin, 2003; Goldschmidt y Goldschmidt, 2016; Ciani et al., 2018), estando asociado a la exposición de radiación ultravioleta (UV) (Moura, 2012) y al virus del papiloma (Chow et al., 2016; Chang et al., 2020). Se considera que el mecanismo por el cual la radiación UV induce el carcinoma es el daño directo a las moléculas de ADN que causan mutaciones y el daño indirecto a través de la formación de radicales libres (Patel et al., 2010). No existe predisposición por raza o sexo, siendo más común en animales mayores de siete años (Mariane et al., 2017).
El tumor puede caracterizarse como una masa de crecimiento productivo, friable y papilar, o puede ser erosivo con formación de una lesión ulcerada, presentándose en cualquier parte del tejido cutáneo, siendo más frecuente en la cabeza, tronco, extremidades, escroto, labios, perineo, dedos y seno frontal (Stinmetz, 2017; Dos Anjos et al., 2019; Simèiè et al., 2020; £ojszczyk et al., 2021).
El diagnóstico definitivo se realiza mediante anamnesis, examen físico, biopsia y la confirmación es mediante examen histopatológico (Guérios et al., 2003; Thomson, 2007; Silva et al., 2018). Histológicamente, el SCC se encuentra bien diferenciado, lo que hace que el examen histológico sea suficiente para confirmar la neoplasia (Morrison, 2002). El pronóstico varía según la localización y el estadio clínico en el momento del diagnóstico. Se considera favorable cuando el diagnóstico precoz permite la extirpación; sin embargo, el pronóstico se vuelve reservado cuando existen lesiones que involucran estructuras óseas (Rosolem et al., 2012). El tratamiento de elección es la extirpación quirúrgica del tumor, junto con adyuvantes químicos y físicos como radioterapia, hipertermia, quimioterapia y fotoquimioterapia (Scott et al., 2001; Magalhães, 2017).
El objetivo de este estudio fue reportar un caso de carcinoma de células escamosas (SCC) en la región del codo derecho con metástasis en un canino.
REPORTE DE CASO
Animal y Anamnesis
Un canino Labrador hembra de nueve años, color blanco, con peso de 35 kg, fue atendida en una clínica veterinaria privada de Sanatarém, Pará, Brasil. El motivo de la consulta fue la aparición de una lesión nodular en el miembro anterior derecho.
Examen Físico y Clínico
En el examen físico general se observó que los patrones fisiológicos eran normales; sin embargo, había una tumoración ulcerativa, exudativa y hemorrágica, de 2.5 cm en el miembro derecho anterior (Figuras 1 A, B ). El animal contaba con las principales medidas profilácticas en cuanto a una vacuna múltiple que consta de 10 antígenos vacunales de virus y bacterias que causan enfermedades en los perros. Además de esto, también tenía las vacunas antirrábicas con refuerzo anual, así como el calendario de desparasitación al día.
Pruebas de Laboratorio y Tratamiento
El médico veterinario responsable del servicio solicitó algunos exámenes de laboratorio como hemograma completo y radiografía. En el hemograma, el animal presentaba alteraciones sugestivas de leucocitosis eosinofílica. La radiografía confirmó pericarditis. El diagnóstico presuntivo fue de carcinoma de células escamosas. La alteración fue tratada inicialmente con Digoxil 0.008 mg/kg/q 12 h/VO, hidrocortisona 5 mg/kg/SID/VO, clorhidrato de benzapril 0.5 mg/kg/SID/VO y aminofilina 10 mg/kg/q 12 h/VO durante 10 días antes de la cirugía. El animal fue remitido para procedimiento quirúrgico, realizándose extirpación tumoral en la región del miembro anterior derecho y ovariohisterectomía (OSH); esto último para evitar futura actividad reproductiva debido al mal pronóstico derivado de la lesión neoplásica existente.
Diagnóstico
El material tumoral recolectado de la escisión se sumergió en formaldehído al 10%. El informe histopatológico reveló formación neoplásica densa, mal delimitada, infiltrante y no encapsulada. Las células neoplásicas de tipo epitelial eran grandes, con citoplasma escaso a abundante y eosinofílico, y núcleo grande, con cromatina laxa y evidente. Pleomorfismo moderado y alto índice mitótico (>20 mitosis en 10 campos 40x). Las células estaban dispuestas en un patrón lobular, a veces formando láminas concéntricas alrededor de perlas córneas (Figura 2). Ulceración, extensa, intensa, confirmando el diagnóstico de carcinoma de células escamosas.
Pos-quirúrgico
Para el periodo posquirúrgico se indicó quimioterapia; sin embargo, por razones económicas, el tutor no optó por la quimioterapia. Después de tres meses de la cirugía, la paciente retornó a la consulta con una queja de recurrencia de nodulaciones en el cuerpo, principalmente en las extremidades anteriores. El hemograma mostró infección bacteriana y la serología para prueba de leishmaniasis presentó un resultado negativo. La terapia se basó en Cefalexina 10 mg/kg/q 12h/VO por 5 días, Omega 3 / 2 cáps. y Clemastina 1.4 mg/kg/VO. Dos meses después el animal presentó metástasis por región esternal, con lesiones ulcerativas, purulentas y miasis (Figura 3). Ante esto y para no comprometer la calidad de vida del animal, se realizó la eutanasia, previa firma del consentimiento informado.
DISCUSIÓN
La paciente con carcinoma de células escamosas es una hembra de raza Labrador de nueve años. Fernando et al. (2009) e Ierace et al. (2018) describen a canes de las razas Schnauzer, Basset Hound y Collie como de alto riesgo para el CCE; sin embargo, Kraegel y Madewell (2004) y Lorsirigool et al. (2021) afirman que esta neoplasia no tiene predisposición racial o sexual conocida. Por otro lado, también se ha reportado en razas pequeñas como caniches o Shih Tzu (Sharma et al., 2021).
Según Scott et al. (2001), el CCE es una neoplasia que no presenta predisposición en animales de pelo corto, con pelaje blanco o moteado y piel poco pigmentada o incluso despigmentada. Sin embargo, aún no se conoce su etiología y la causa exógena más comúnmente aceptada es la exposición a la luz ultravioleta, con el consiguiente daño del ADN y mutagenicidad asociada (Rosolem et al., 2012; Munday et al., 2017; £ojszczyk et al., 2021).
Magalhães (2017) afirma que los tumores productivos tienen apariencia nodular, tamaño variable, superficie ulcerada y sangran con facilidad, pudiendo las lesiones ser solitarias o múltiples. El paciente del presente caso tenía características del tipo productivo similares a «coliflor», el cual también ha sido descrito por otros autores (Smith, 2006; Fernandes, 2007; Meuten, 2020) como característica del tipo proliferativo.
En el informe histológico se observó pleomorfismo moderado y alto índice mitótico, pudiendo clasificarse como pobremente diferenciado, corroborando la descripción de Magalhães (2017). Según Moura (2012), el CCE pobremente diferenciado es menos común, pero su organización estructural es muy similar a la descrita para el SCC bien diferenciado.
El tratamiento de elección del paciente fue la escisión quirúrgica. Meuten (2020) afirma que el tratamiento de elección es la escisión quirúrgica del tumor seguida de tratamiento adyuvante como crioterapia, radioterapia y quimioterapia iridio-192, cisplatino intralesional o 5-fluorouracilo 2. No obstante, el tutor no optó por la quimioterapia por motivos económicos.
Para el tratamiento de la pericarditis se administró hidrocortisona 5 mg/kg/SID/VO por 10 días antes del procedimiento quirúrgico. La hidrocortisona es un glucocorticoide antiinflamatorio e inmunosupresor, de allí que su uso días antes de la cirugía pudo haber ocasionado una disminución de la inmunidad del animal. Auler (2014) difiere en cuanto al uso de corticoides, indicando el uso del inhibidor selectivo de la COX-2 como adyuvante del protocolo de tratamiento de CCE con mejores resultados. Según Teske (2010) los inhibidores de la COX-2 en humanos se han utilizado con éxito para la prevención, el tratamiento paliativo o incluso la remisión completa de varios tumores, incluido el CCE cutáneo.