INTRODUCCIÓN
El cuy o cobayo (Cavia porcellus) es utilizado como animal de laboratorio en muchas partes del mundo, así como para consumo en los países andinos principalmente, en los que tiene un gran potencial para disminuir la inseguridad alimentaria y la pobreza mundial (Lammers et al., 2009); sin embargo, está propenso a padecer de diversas enfermedades infecciosas y parasitarias que disminuyen su normal crecimiento y desarrollo. Entre estas se encuentra la coccidiosis causada por Eimeria caviae (Huamán et al., 2020), produciendo altas tasas de morbilidad y mortalidad en todas las etapas de la crianza intensiva (Suárez et al., 2016) y extensiva, enfermedad que se ve influenciada por factores climatológicos (Vargas et al., 2014).
Los coccidios son parásitos intracelulares pequeños, esféricos u ovoides que, en la mayoría de las veces parasitan el citoplasma de las células epiteliales de la pared intestinal dando lugar a una marcada hiperplasia del epitelio en el colon, donde se alimentan de líquidos y se multiplican causando degeneración y descamación del epitelio, edema e infiltración de linfocitos y neutrófilos en la lámina propia y submucosa (Mutto et al., 1985). En el espacio extracelular del hospedador se encuentran los estadios esporozoito y merozoito, en tanto que los productos sexuales (cigotos) maduran en el ambiente externo.
Eimeria es un protozoo intestinal intracelular cosmopolita de la familia Eimeriidae, phylum Apicomplexa, la cual se multiplica por esquizogonia (merogonia), gametogonia y esporogonia. Los ooquistes tienen cuatro esporoquistes, son monoxenos y la esporogonia se realiza fuera del hospedador (Soulsby, 1987).
Los cuidados y estudios relacionados a la salud del cuy no han tenido la debida atención en la región de Cajamarca (Perú), a pesar de que su crianza y explotación va en marcado aumento. Ante esto, se planteó el presente estudio con el fin de determinar la prevalencia de la eimeriosis y realizar el estudio morfométrico del ooquiste de Eimeria spp en cuyes procedentes de granjas familiares del distrito cajamarquino de Chota.
MATERIALES Y MÉTODOS
Las muestras fueron recolectadas de granjas de crianza familiar comercial de ocho comunidades del distrito de Chota: Negropampa, Cabracancha, Chota Centro (Sector Ramón Castilla), Chororco, Campamento, Llasavilca, Uchuclachulit y Yuracyacu. Los análisis de las muestras, así como el estudio morfométrico se realizaron en el Laboratorio de Parasitología Veterinaria y Enfermedades Parasitarias de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Cajamarca, entre los meses de agosto a octubre de 2014.
Debido a la ausencia de un censo de la población de cuyes en las comunidades del estudio, el tamaño muestral se determinó con base a una población no conocida y una p esperada de 0.2456 (Sánchez, 2013), con un nivel de confianza del 95% y una precisión del 5% (Charan y Biswas, 2013). Se delimitó un n = 285 cuyes de ambos sexos, con edades entre tres a siete meses, tipo I y de la raza Perú. En vista de la homogeneidad del número de granjas por comunidad (media = 2), cada una con 70 a 100 cuyes; el n muestral se distribuyó equitativamente en el 10% (n = 36) por lugar, a excepción de Chota Centro, Llasavilca y Yuracyacu donde se recolectaron 35 muestras en cada una.
Los cuyes eran criados en pozas en el suelo, alimentados con forrajes fresco (alfalfa y ryegrass/trébol) y granos de maíz amarillo y afrecho de trigo. Tanto los establecimientos como los cultivos de pastos estaban ubicadas cerca de las casas (10-50 m), en las que se esparcían los desperdicios de los cuyes directamente, con fines de abono. Los productores accedieron participar con sus cuyes en el estudio a cambio del conocimiento de los resultados y tratamiento en los casos positivos a Eimeria. La manipulación de cada animal se realizó con el cuidado requerido y en presencia del dueño.
Los animales fueron aislados en cajas de cartón durante 12 horas (17 - 5 h) y se recogieron las heces frescas (aproximadamente 15 g) en bolsas de polietileno rotuladas. Las muestras fueron trasladadas al laboratorio en cajas de poliestireno expandido con geles refrigerantes. El procesamiento de las muestras se llevó a cabo usando la técnica de Sheather (método de concentración por flotación con centrifugación en una solución saturada de azúcar).
La identificación de los ooquistes esporulados y no esporulados se hizo mediante observación en microscopio óptico a 40X, tomando en cuenta las características morfológicas descritas por Baker (2007) y Taylor et al. (2007), ayudados de imágenes de Eimeria caviae y Eimeria sp de trabajos publicados (Lapage, 1940; Flausino et al., 2014a,b). Para la esporulación de los ooquistes, las heces se dejaron en reposo en una solución de dicromato de potasio al 2.5%, por un lapso de 48 h a 27 °C. Se observó las características morfológicas de los ooquistes (coloración, forma, presencia/ausencia de micrópilo), y mediante un ocular micrométrico con un factor de corrección de 1.64 (40X) se tomaron las medidas de los ooquistes esporulados y no esporulados (largo y ancho). Se calculó la prevalencia y las diferencias entre caseríos y en tamaños según la forma de los ooquistes de determinaron mediante la prueba de Chi Cuadrado con un intervalo de confianza al 95%.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La prevalencia de Eimeria caviae encontrada en el presente estudio (Cuadro 1) es casi el doble de la reportada por Huamán et al. (2020) de 12.0% (30/250) en cuyes reproductoras de crianza intensiva en dos distritos de Lima, quiénes además encontraron que el número de partos y la crianza en pozas influyeron los valores de prevalencia, mas no así la estación del año. Por otro lado, Vargas et al. (2014) encontraron que la época lluviosa representó un riesgo 5.7 veces mayor con respecto a la seca (8.2) para la presentación de Eimeria caviae en cuyes de crianza familiar comercial en Oxapampa (Pasco).
V-A: Verde amarillento; MP: Micrópilo
a,b Letras diferentes en una misma fila indican diferencia significativa (p<0.01)
Suárez et al. (2016) determinaron que los cuyes en recría de la zona de Junín, Perú, son más sensibles a parásitos gastrointestinales que animales de mayor edad, debido a que aún no tienen un sistema inmune sensibilizado, condición que los hace más susceptible a las parasitosis (Hart, 1990).
Los ooquistes no esporulados tuvieron valores similares a los rangos manifestados por Baker (2007), quien menciona que los ooquistes son elípticos o subesféricos, miden 17.6 - 24.2 µm de largo por 12.1 - 19.8 µm de ancho, con una pared lisa y de color marrón; en tanto que Taylor et al. (2007) reporta medidas de 13 - 26 µm de largo por 12 - 23 µm de ancho, Soulsby (1987) establece 17 - 25 µm de largo por 13 - 18 µm de ancho, y Casartelli et al. (2007) encontró valores de 14.4 a 28.8 x 12 a 21.6 µm. Estos hallazgos indican que los rangos y promedios de la presente investigación se encuentran dentro de los valores reportados en la literatura científica para ooquistes de Eimeria caviae.