INTRODUCCIÓN
La mordedura de animales es el origen significativo de morbilidad y mortalidad alrededor del mundo, exponiendo un significativo problema de salud pública en niños y adultos (Alberghina et al., 2017). Las personas suelen ser mordidas por animales de diversas especies; no obstante, una de las más trascendentales es la ocasionada por perros (OMS, 2018).
Según las características de la agresión y el compromiso de las contusiones se pueden originar consecuencias postraumáticas en los afectados, especialmente en niños (Novoa et al., 2017). Las mordeduras de canes pueden causar desde lesiones leves como hematomas superficiales o graves como lesiones que amenazan la vida (Morzycki et al., 2019). Las lesiones causadas por las mordeduras tienen características de una lesión corto-contundente, que puede incluir punciones, laceraciones, abrasiones, desgarros, esguinces, lesiones en capas y fracturas, entre otros (Alvarado, 2002). Las implicaciones de estos accidentes se manifiestan, además de la lesión producida, en efectos secundarios como huellas emocionales, consecuciones estéticas, infecciones bacterianas, transmisión de enfermedades y los costos de hospitalización (Glausiuss et al., 2000).
La mordedura de canes como transmisión de la rabia en el mundo se estima en 59 000 personas fallecidas anualmente. La tasa de letalidad por mordedura de perro es mayor en países pobres y en desarrollo, debido a que la rabia está presente en muchos de ellos (OMS, 2018). En la región Apurímac de Perú no existe información sistematizada de los accidentes por mordedura de canes que permita tomar medidas de prevención y control de esta problemática de la salud pública y el bienestar animal (Alberghina et al., 2017). Debido a ello, el presente estudio se realizó con el objetivo de determinar la frecuencia de accidentes por mordedura de canes en la ciudad de Abancay durante los años 2008-2012, así como determinar los factores asociados a las lesiones ocasionadas, considerando las características de la persona mordida, la lesión ocasionada y las características del can mordedor.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se llevó a cabo en la ciudad de Abancay, ubicada al sureste de Perú, en la Región Apurímac, a una altitud media de 2377 m. La ciudad comprende los distritos de Abancay y Tamburco con 79 889 habitantes (INEI, 2021). Presenta una temperatura promedio de 18 °C y humedad relativa de 67% (SENAMHI, 2020).
La investigación fue de nivel básico, de tipo analítico y retrospectiva. Se recabó la información de los registros de todas las personas atendidas por accidentes de mordedura de canes durante los años 2008 al 2012 en los centros de salud y en el Hospital Guillermo Díaz de la Vega (GDV) de la ciudad de Abancay. Las fichas de denuncia por mordedura de canes y los cuadernos intra y extramural fueron obtenidas de los archivos de las Áreas de Zoonosis correspondientes, con autorización de la Red de Salud de Abancay y fueron digitalizadas. Las fichas de los registros anteriores al año 2008 se encontraban demasiado deterioradas, lo que no facilitó su recuperación.
En el estudio se consideraron las variables siguientes: características demográficas del accidentado (sexo, edad, zona de residencia y lugar de ocurrencia); características de las lesiones (región corporal, cantidad y profundidad de las lesiones) y características del animal mordedor (condición del can, tamaño, sexo y raza). Asimismo, se consideró el año, estación y Centro de Salud donde se reportó el accidente.
Los posibles factores asociados a las lesiones producidas por la mordedura de canes se clasificaron de acuerdo con las particularidades de la persona mordida, la lesión ocasionada y las características del can mordedor. Luego, se realizó el registro de la información utilizando el programa Excel de Windows 2010 y el análisis estadístico usando el paquete SPSS 23. Se efectuaron pruebas de Chi cuadrado de Pearson (X2) y Odds ratio (OR) para comparar las variables categóricas, intervalos de confianza con niveles de confiabilidad de 95%, valor de p<0.05 y regresión logística multivariada para determinar las asociaciones.
RESULTADOS
Durante los años 2008 al 2012 hubo 1151 accidentes por mordedura de canes registrados en los Centros de Salud y Hospital GDV de la ciudad de Abancay. La Figura 1 muestra el número de casos por año (p<0.01) y la Figura 2 muestra la frecuencia de casos de acuerdo con la estación del año. Notándose un mayor número en el verano (p<0.05).
El mayor número de accidentes por mordedura de canes fue registrado en el Hospital GDV (45.1%), seguido del Centro de Salud Bellavista (16.2%), el Centro de Salud de Tamburco (14%) y el Centro de Salud de Pueblo Joven (12.8%), mientras que en los demás centros se reportaron pocas denuncias (<5%) (p<0.01; Cuadro 1).
Las características demográficas de los accidentes por mordedura de canes se presentan en el Cuadro 2. La mayor proporción de accidentes se presentó en personas de sexo masculino (53.9%), en niños de 0-11 años de edad (34.5%), con residencia en zona urbana (83.1%) y con ocurrencia en la vía pública (60.5%) (p<0.01).
El Cuadro 3 muestra las características de las lesiones ocasionadas por accidentes por mordedura de canes, donde la mayor proporción de lesiones se dio en los miembros inferiores (61.3%), con lesión única (64.1%) y superficial (64.8%) (p<0.01). Las características del animal mordedor se muestran en el Cuadro 4, donde la mayor proporción de canes mordedores fueron conocidos por la persona mordida (68.1%), canes de tamaño mediano (46.2%), hembras (66.5%) y de raza "criolla" (87.4%) (p<0.01).
El resultado del análisis de regresión logística multivariada indicó que la zona periurbana en la que ocurrió el accidente y la lesión múltiple ocasionada por la mordedura estuvieron asociadas a las lesiones profundas (p<0.05 y p<0.01, respectivamente; Cuadro 5). Otras características demográficas y de los canes no mostraron asociación significativa con las características de las lesiones.
DISCUSIÓN
El estudio demostró que la frecuencia de los accidentes por mordedura de canes aumentó con el transcurrir de los años, posiblemente debido a que la población va tomando mayor conciencia de la importancia de concurrir a los centros de salud, ya sea para atender sus heridas o para la vacunación antirrábica (Arroyo et al., 2015), lo que acrecentaría el número de casos declarados. Por otra parte, el incremento de casos de mordeduras se debería al incremento de canes. En la ciudad de Abancay habitan 10 perros por manzana en promedio, lo que equivale a un can por cada ocho personas (Valderrama y Serrano, 2020). No obstante, se asume una sub-notificación de casos, dado que los accidentes leves no suelen ser denunciados y, consecuentemente, no son atendidos en los servicios de emergencia, sino que serían atendidos en los domicilios (Novoa et al., 2017). Tal es así que, Curillo (2014) reportó que 67.3% de los canes de la ciudad de Abancay mordieron a alguna persona alguna vez.
La mayor proporción de mordedura de canes se dio en la estación de verano, de manera similar a otros estudios nacionales e internacionales (Blanco y Pérez, 2004; Cedrés et al., 2018; Park et al., 2019). Esto estaría vinculado a que en verano (enero-marzo) el clima es más cálido y se da el periodo de vacaciones escolar, lo que genera mayor frecuencia de niños fuera de las instituciones educativas (Cedrés et al., 2018). Por otro lado, el Hospital GDV recibió mayor cantidad de casos de accidentes por mordedura de canes (45.1%), debido a que generalmente los afectados son conducidos desde los centros de salud hacia el hospital por contar con cirugía pediátrica, atención personalizada y tratamiento adecuado.
Características demográficas
La mayoría de los accidentes se dio en personas de sexo masculino (53.9%), al igual que en muchos otros estudios (Novoa et al., 2017; Cedrés et al., 2018; Talavera et al., 2018; Quaglia et al., 2018; Hernández et al., 2020). Esto podría deberse a que los varones juegan de manera más agresiva e imprudente con los animales, a diferencia de las mujeres, incrementando la posibilidad de ser mordidos por los canes (Morales et al., 2011; Talavera et al., 2018).
La población etaria más afectada fue la de 0-11 años (34.5%). Diversos autores señalan que los niños resultan más perjudicados con lesiones y que a menor edad del afectado las repercusiones suelen ser mayores (Cedrés et al., 2018; Talavera et al., 2018; Del Peral et al., 2019; Hernández et al., 2020). Esto estaría relacionado a la ingenuidad del niño y su desconocimiento acerca del comportamiento del can y la poca coordinación y fuerza corporal que limitan su capacidad de protegerse en una agresión (Morales et al., 2011).
Al igual que en otros estudios (Arroyo et al., 2015; Hernández et al., 2020), la mayoría de las personas mordidas residían en zona urbana (83.1%); probablemente debido a la mayor densidad poblacional. Asimismo, el mayor número de accidentes ocurrió en la vía pública (60.5%), tal y como lo reportan otros investigadores (Arroyo et al., 2015; Novoa et al., 2017; Talavera et al., 2018). Si se toma en cuenta que el mayor número de afectados fueron niños, se podría suponer que por su edad tienen mayor posibilidad de salir de su vivienda a jugar en la vía pública (Morales et al., 2011). Además, se ha reportado que el 63.3% de canes en la ciudad de Abancay suele deambular libremente por la vía pública (Valderrama y Serrano, 2020), incrementando el riesgo de padecer un accidente por mordedura.
Características de las lesiones
La mayor proporción de lesiones se dio en los miembros inferiores (61.3%), tal y como ha sido reportado (Georges y Adesiyun, 2008; Wake et al., 2009; Talavera et al., 2018; Hernández et al., 2020). Además, la mayoría de los accidentes produjeron lesión única (64.1%), en concordancia con otras investigaciones (Arroyo et al., 2015; Novoa et al., 2017; Talavera et al., 2018; Andrew et al., 2018). En los casos que las lesiones de mordedura se presentan en el miembro inferior permite realizar un seguimiento clínico al can agresor sin necesidad de emprender un esquema de vacunación; mientras que si ocurre próxima al sistema nervioso central, esta sería estimada como grave y requeriría de vacunación inmediata (Arroyo et al., 2015; Talavera et al., 2018).
Características del can mordedor
Se reporta que la mayoría de los canes mordedores fueron conocidos por la persona mordida (Cedrés et al., 2018; Andrew et al., 2018; Del Peral et al., 2019; Park et al., 2019), siendo este caso en el presente estudio (68.1%). Esto se debería a que los niños, que son la población etaria más afectada, no consideran a los canes conocidos como peligrosos e intentan jugar con ellos, induciendo el ataque (Morales et al., 2011). Según el estudio de Curillo (2014) en la ciudad de Abancay, los perros atacan a las personas por estatus (63.8%), territorialidad (61.8%) y prelación (56.5%). Consecuentemente, la importancia de conocer al can mordedor radica en que posibilita hacer el seguimiento del perro y el progreso de su conducta dentro de los 10 días siguientes a la mordedura; lo que, sumado a la ubicación de la lesión, permitirá evaluar la necesidad de iniciar un programa de vacunación (Arroyo et al., 2015) y precisar las medidas preventivas para el agredido (Talavera et al., 2018).
La mayoría de los canes mordedores fueron de tamaño mediano (46.2%), siendo este tipo de perro el más común en los hogares (Talavera et al., 2018). Por otro lado, a diferencia de lo reportado por Le Brech et al (2008), Baeza-Herrera et al (2010) y Curillo (2014), la mayor proporción de canes agresores fueron hembras (66.5%). Asimismo, fueron del tipo racial "criollo" o de cruce indeterminado (87.4%), afín a lo hallado por otros investigadores (Wake et al., 2009; Morales et al., 2011). Esto indicaría que la predisposición a atacar no está necesariamente condicionada a la raza, sino a otros factores tales como las condiciones de su crianza, socialización y estado de salud del can, así como el comportamiento de la víctima (Arroyo et al., 2015). Los canes, independientemente de la raza, pueden sentirse amenazados y morder a las personas que ocupen lo que consideran su espacio, así sean miembros de la familia que los acoge (Del Peral et al., 2019). Además, la agresividad que manifiestan algunos canes se debe a la tenencia irresponsable de sus propietarios (Morales et al., 2011).
Factores asociados a las lesiones
La investigación demostró que las personas mordidas en zona periurbana y que presentaron lesiones múltiples, tuvieron 1.5 veces más posibilidad de exhibir lesiones profundas (OR=1.5). Esta asociación podría deberse a que en la periferia de la ciudad transita poca cantidad de personas lo que conllevaría a que los canes que allí habitan sean menos sociables, razón por la cual el ataque podría ser más violento. Además, se debe de considerar que en esta zona los perros suelen deambular libremente por la vía pública, convirtiendo a las calles en un sitio de mayor riesgo para la presentación de accidentes por mordedura (Novoa et al., 2017).
Park et al. (2019) mencionan que, aproximadamente 1 de cada 5 personas mordidas por un perro requieren algún tipo de atención médica; sin embargo, en la mayoría de los casos, las lesiones profundas no presentan complicaciones infecciosas (Pfortmueller et al., 2013) No obstante, el Ministerio de Salud de Perú contempla en sus protocolos la aplicación inmediata de un tratamiento preventivo contra rabia a los agredidos cuando presenten heridas múltiples (MINSA, 2017). Por otro lado, las lesiones múltiples y profundas usualmente requieren de tratamiento quirúrgico (Cedrés et al., 2018) y suelen dejar secuelas estéticas que precisan de cirugía correctora (Del Peral et al., 2019).
CONCLUSIONES
Los accidentes por mordedura de canes se han incrementado en el tiempo, especialmente en la estación de verano, en la ciudad de Abancay.
Los niños de 0-11 años, varones, con residencia en zona urbana fueron los más afectados por mordeduras de canes, especialmente en la vía pública.
La mayoría de las mordeduras se produjeron en los miembros inferiores, con lesión única y superficial.
La mayoría de los canes mordedores fueron hembras, de tamaño mediano y de raza "criolla"; conocidos por la persona mordida.
La zona periurbana en la que ocurrió el accidente y las lesiones múltiples ocasionadas por la mordedura estuvieron asociadas a lesiones profundas.