INTRODUCCIÓN
La industria lechera tiene un importante reto frente a los consumidores, dado que la ciudadanía exige productos de alta calidad e inocuidad (Muñoz-Domínguez et al., 2019). Con el propósito de cumplir con estos estándares de calidad, las autoridades pecuarias peruana establecieron un reglamento en el que se norman las nuevas exigencias del mercado sobre los estándares de calidad de la leche (Decreto Supremo N.° 007-2017-MINAGRI). Cumplir con esta exigencia es responsabilidad de los establos lecheros, de los acopiadores y de las industrias procesadoras; siendo el establo el eslabón de la cadena láctea en la cual se suelen presentar la mayoría de los problemas (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, 2012). Se debe tener en cuenta que la vida útil de la leche pasteurizada depende de la calidad de la leche cruda proveniente del establo (Barbano et al., 2006).
En la provincia de Lima, al igual que en el Perú, la producción lechera se desarrolla en condiciones tecnológicas y socioeconómicas heterogéneas (Ministerio de Agricultura [MINAG], 2006). Según la infraestructura y el sistema de manejo existente, las ganaderías lecheras locales se pueden clasificar como sistemas intensivos y con fines comerciales (Cervantes et al., 2001; MINAG, 2006). Lima es una de las tres principales regiones productoras de leche en Perú, siendo la región que presenta el mayor porcentaje de vacas en manos de ganaderos que cuentan con más de 50 animales (Ministerio de Agricultura y Riego [MINAGRI], 2017). En la provincia de Lima, a diferencia de las otras regiones productoras de leche del país, se encuentran ganaderos con niveles de tecnificación más elevado, lo que les permite obtener índices productivos de 7300 L de leche por campaña, el cual se encuentra por encima del promedio nacional (MINAG, 2006; Pallete et al., 2023).
La tecnificación de los establos lecheros implica la implementación de tecnologías para mejorar la producción de leche y el bienestar animal, las cuales se van implementando en un proceso de adaptación a las necesidades y posibilidades de cada productor (Camacho-Vera et al., 2017). En la provincia de Lima, los establos lecheros presentan diferentes niveles de tecnificación, siendo el de menor nivel de tecnificación aquellos que solo utilizan el rastrojo como alimento para el ganado, en lugar de proveen ensilado y concentrados (Watson, 2011). Asimismo, establos con corrales separados para las distintas etapas productivas, bebederos y comederos apropiados para el número de animales por corral y salas de ordeño pueden proporcionar a los animales y al personal un mayor confort y un mejor empleo de sus recursos, lo que representa un mayor nivel de tecnificación (García-Muñiz et al., 2007; Silveira dos Santos et al., 2021). Por otro lado, el manejo y control de la temperatura ambiental para aminorar el estrés por calor, el empleo de registros digitales para el seguimiento productivo y sanitario de los animales y la capacitación del personal son algunos de los elementos que forman parte de un mayor nivel de tecnificación (Cervantes et al., 2001; Edwards et al., 2020).
Los beneficios de la tecnificación son muchos, incluyendo una mayor producción y rentabilidad, así como una mejor calidad de la leche. Los niveles de tecnificación de los establos dependen de factores tales como el nivel educativo de los propietarios y la disponibilidad de financiamiento (Camacho-Vera et al., 2017; Edwards et al., 2020). Cumplir el actual reto de proveer al mercado leche de calidad afecta fuertemente a los pequeños productores que carecen de la capacidad técnica, económica y tecnológica para lograrlo (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, 2012). Por tanto, conocer los niveles de tecnificación de los establos lecheros en la provincia de Lima es importante para iniciar un plan de acción. El presente trabajo tuvo como objetivo establecer la relación entre el nivel de tecnificación y la calidad de leche de establos lecheros de la provincia de Lima, Perú.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente estudio observacional transversal fue realizado en 18 establos lecheros de la provincia de Lima, Perú, entre los meses de diciembre de 2021 y marzo de 2022. La recolección de datos se realizó mediante visitas con encuestas a los responsables de los establos y trabajadores de las salas de ordeño. Además, se tomaron tres muestras de leche (1500 ml) de los tanques en tres semanas consecutivas. Todos los muestreos se realizaron después del primer ordeño de la mañana, antes de que la leche sea recogida o llevada al acopiador. Las variables en estudio fueron el nivel de tecnificación de los establos como variable independiente y la calidad de leche como variable dependiente.
Los establos seleccionados tenían al menos 10 vacas en producción, con un rango de 15 a 668 vacas en producción, que en su mayoría eran de tipo Holstein (más de 7000 L de leche por campaña). El nivel de tecnificación de los establos consideró la tecnificación en el manejo de los animales, en las instalaciones y recursos existentes, y en el ordeño. Los indicadores de cada dimensión, así como la escala y puntajes de cada dimensión e indicador de tecnificación se muestran en el Cuadro 1.
En la evaluación de la calidad de leche se consideraron cuatro dimensiones:
Calidad física, con dos indicadores. La temperatura de almacenamiento determinada con un termómetro digital y el pH determinado con un potenciómetro digital (Draaiyer et al., 2009).
Calidad composicional, con tres indicadores. La densidad se evaluó empleando un lactodensímetro (g/ml) con el respectivo ajuste de acuerdo con la temperatura de la leche. El porcentaje de grasa mediante la prueba volumétrica de Gerber. La determinación de sólidos totales en forma conjunta con el porcentaje de grasa, según la fórmula: Sólidos totales (%) = 0.25 (grados del lactodensímetro) + 1.22 (% de grasa) + 0.72 (Draaiyer et al., 2009).
Calidad higiénica, con tres indicadores: La evaluación del grado de suciedad se hizo a través de la prueba de sedimento (Draaiyer et al., 2009), la determinación del recuento de aerobios mesófilos en leche mediante el método de película seca rehidratable según la norma AOAC 986.33 (Servicio Nacional de Sanidad Agraria [SENASA], 2016a), y el recuento de coliformes mediante el método de película seca rehidratable según la norma AOAC 986.33 (SENASA, 2016b).
Calidad sanitaria, mediante el conteo de células somáticas (Draaiyer et al., 2009).
La medición de la temperatura y el pH se hizo en el establo y los demás indicadores se realizaron en el laboratorio. Las muestras fueron llevadas al laboratorio a 4 °C.
Análisis de Datos
Para determinar el nivel de tecnificación de cada establo se sumaron los puntajes de la escala de tecnificación presentada en el Cuadro 1 para cada dimensión. Se realizó estadística descriptiva de la puntuación de cada una de las tres dimensiones de tecnificación y de la tecnificación global, así como de los indicadores de cada una de las dimensiones de la calidad de leche. Se calcularon los coeficientes de correlación de Spearman y la significancia entre el nivel de tecnificación de las tres dimensiones y los indicadores de la calidad de leche para determinar la relación entre las dimensiones de tecnificación con los indicadores de la calidad de leche.
Se estratificó a los establos en dos grupos según la puntuación de tecnificación global. Se consideró establos como de baja tecnificación con puntajes menores de 20 y como de alta tecnificación con puntajes iguales o mayores de 20. El efecto del grado de tecnificación sobre los indicadores de calidad de leche se analizó mediante un análisis de varianza de medidas repetidas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Nivel de Tecnificación
a) Tecnificación en el manejo
En la evaluación de las tecnologías de manejo se encontró que los animales de los 18 establos eran alimentados dentro del corral, 77.8% de los establos proporciona forraje y concentrado al mismo tiempo, 16.7% usaba ración total y 5.6% daba el concentrado por separado del forraje. Con relación al tipo de forraje empleado, 11% usaba ensilado, 50% usaba forraje fresco y 39% usaba rastrojos o residuos de cosecha. Por otro lado, 94% de los establos empleaba la inseminación artificial como técnica reproductiva, donde 44% usaba semen importado (ocasionalmente semen nacional) y el resto solo semen nacional.
b) Tecnificación en instalaciones y recursos
El 89% de los establos tenía corrales diferenciados por nivel productivo, 78% contaba con sombras en los echaderos, 50% con sombra en los comederos y bebederos, y solo 5.6% contaba con echaderos individuales. Con respecto a la ventilación, 77.8% no contaba con ventilación forzada, 16.7% la tenía en la sala de espera y 5.6% la tenía en corrales y sala de espera. En lo que respeta al manejo de registros, 44% de los establos llevaba registros en cuadernos, 11% manejaba sus registros en hojas de Excel, 27% contaba con un software especializado y 17% no llevaba registros. Así también, 22% de los establos contaba con personal dependiente o en planilla.
c) Tecnificación en el ordeño
El 61% de los establos contaba con una sala de ordeño rústica y abierta, 33% con sala de ordeño cerrada y 6% no tenía sala de ordeño. Así también, 66% contaba con un tanque de refrigeración. Con respecto al indicador tipo de ordeño, 44% contaba con línea de leche, 39% contaba con máquina a porongo y 17% tenían una ordeñadora portátil.
Puntaje de Tecnificación por Dimensión y Global
El Cuadro 2 presenta la puntuación obtenida en las tres dimensiones de tecnificación. El puntaje para la Tecnificación en manejo (7.1/12 puntos) indica un nivel ligeramente alto de eficiencia y conocimiento en las prácticas de manejo de los establos, el puntaje para la Tecnificación en instalaciones y recursos (4.3/11 puntos) sugiere que hay un importante margen de mejora en términos de infraestructura y disponibilidad de recursos en los establos evaluados, mientras que el puntaje para la Tecnificación en ordeño (4.2/6 puntos) fue la dimensión con el mayor puntaje relativo. Los puntajes de tecnificación en manejo y ordeño de los establos en estudio eran esperados debido a sus características de crianza intensiva, pero todavía tienen un importante margen por mejorar.
El puntaje de 15.6/29 en la Tecnificación Global indica que los establos lecheros muestran un nivel moderado de tecnificación, con fortalezas en la tecnificación en manejo y en ordeño, pero con necesidades de mejora en las instalaciones y en recursos.
Los resultados demuestran que la tecnificación en los establos en las diferentes dimensiones es variable a pesar de encontrarse en un área geográfica delimitada. Estos hallazgos coinciden con Camacho-Vera et al. (2017), quienes encontraron que el nivel tecnológico calculado para los productores varía desde un mínimo de 0.33 hasta un valor máximo de 1.00 con media de 0.76 ± 0.156. Estos resultados proporcionan una base para identificar áreas de oportunidad y tomar medidas para optimizar la tecnificación en los establos lecheros de cualquier región (Battaglini et al., 2013; Silveira dos Santos et al., 2021). La variación en el nivel de tecnificación de los establos tiene implicaciones importantes sobre la productividad y sobre el impacto al medio ambiente (Silveira dos Santos et al., 2021).
Calidad de Leche
En el Cuadro 3 se presentan los resultados de calidad de leche de los 18 establos (n=54 muestras). Con respecto a la calidad física de la leche, la temperatura promedio fue de 18.38 °C (± 7.50 °C), valor dentro del rango que permite la multiplicación bacteriana, mientras que se ralentiza cuando bordea los 10 °C y es estacionario entre 0 y 4 °C durante 48-72 horas (Hernández, 1975). Asimismo, el pH promedio fue de 6.60 (± 0.20), siendo el rango normal de 6.50 a 6.80.
UFC: unidades formadoras de colonias; CCS: Conteo de células somáticas.
Los rangos óptimos fueron extraídos del Decreto Supremo N° 007-2017-MINAGRI, a excepción del CCS, el cual fue extraído del esquema de pago de Leche Gloria 2021
Se indica que leches alcalinas (pH ≥ 6.90) pueden provenir de vacas con mastitis, debido al aumento de la permeabilidad de las membranas de las células del tejido glandular originando una mayor concentración de iones Na y Cl y una reducción del contenido de lactosa y de P inorgánico soluble; en tanto que leches ácidas (pH<6.50) son indicativas de formación de ácido láctico, debido al crecimiento bacteriano (Gemechu et al., 2015).
En la dimensión calidad composicional se obtuvo una densidad media de 1.030 g/mL (± 0.0013) a 15 °C, valor dentro del rango normal que está entre 1.028 y 1.034 g/mL (Draaiyer et al., 2009; Puga-Torres et al., 2022). Sin embargo, el Decreto Supremo N° 007-2017-MINAGRI, que aprueba el reglamento de la leche, indica un rango normal ligeramente diferente de 1.0296 a 1.0340 g/mL, medido a una temperatura de 15 °C. Por otro lado, los sólidos totales promedio fueron de 12.11% (± 0.46), encontrándose dentro del rango normal indicado por el reglamento de la leche del Perú que especifica que debe ser no menos de 11.40% (Decreto Supremo N° 007-2017-MINAGRI), en tanto que la concentración de grasa promedio fue de 3.46% (±0.21), siendo lo mínimo permitido de 3.20%. Los indicadores composicionales de la leche cruda de los establos lecheros de la provincia de Lima cumplen con la normativa nacional al igual que los establos lecheros de Ecuador (Martínez-Villarreal et al., 2017; Puga-Torres et al., 2022). Arce et al. (2022) también encontraron que los ganaderos de la sierra norte de Lima cumplen con las exigencias composicionales de la leche.
Con relación a la dimensión de calidad higiénica, se registró un conteo medio de bacterias mesófilas de 210x106 con una amplia desviación estándar (350x106), cuando es inaceptable tener valores mayores a 1x106. Por otro lado, el conteo medio de coliformes fue de 6x107 (DE: 12x107), mientras que valores mayores de 1x103 son inaceptables (Decreto Supremo N.° 007-2017-MINAGRI).Así también, la empresa Leche Gloria S.A. tiene como límite máximo un valor de 5x105 UFC/mL y en caso de tener valores mayores realizan un descuento al precio pagado por kilogramo de leche (Leche Gloria, 2021). Estos resultados proporcionan una visión general de la calidad higiénica, pudiéndose observar que hay establos que no cumplen con lo establecido en las normas nacionales, por lo que se debería evaluar las posibles causas y analizar si están relacionadas con el nivel de tecnificación de los establos. Los indicadores de calidad higiénica de la leche cruda de los establos lecheros de la provincia de Lima, al igual que en los establos de Ecuador, no cumplen con la normativa, ya que están fuera de los estándares recomendados en ambos países (Martínez-Villarreal et al., 2017; Puga-Torres et al., 2022). El número total de bacterias en la leche está asociado con la contaminación microbiana del exterior de la ubre, prácticas de limpieza y desinfección, y temperatura y tiempo de almacenamiento de leche cruda (Priyashantha, 2021).
Con respecto a la calidad sanitaria, el conteo de células somáticas del tanque indicó 300x105 células por ml (± 250x105). Para esta variable, el reglamento nacional de la leche y productos lácteos (Decreto Supremo N° 007-2017-MINAGRI) no establece un parámetro para este indicador; sin embargo, Leche Gloria S.A. realiza un descuento cuando supera los 7x105 cél/mL y una bonificación cuando está por debajo de 5x105 (Leche Gloria, 2021). Es importante mencionar que los ganaderos manifestaron no tener casos clínicos de vacas con mastitis durante el periodo de la toma de muestras de leche. Actualmente, el conteo de células somáticas es un indicador de mucha importancia al evaluar la calidad de la leche (Vieira et al., 2021). El conteo de células somáticas está relacionado con problemas de la salud de la ubre y su incremento se encuentra relacionado con una menor calidad composicional e higiénica de la leche (Coelho et al., 2014; Ilijoska et al., 2015).
Los coeficientes de correlación de Spearman entre el nivel de tecnificación en el manejo de los animales y la calidad de leche revelan algunas relaciones significativas (Cuadro 4). Se observa una correlación negativa (-0.535; p<0.001) entre el nivel de tecnificación y la temperatura de almacenamiento, lo que sugiere que a medida que aumenta el nivel de tecnificación en las labores de manejo, disminuye la temperatura de almacenamiento de la leche, lo cual es favorable para mantener la calidad. Además, se encontraron correlaciones positivas significativas con la densidad a 15 °C (0.408; p=0.002) y los sólidos totales (0.428; p=0.001).
Así también, se observa una correlación negativa y altamente significativa con el conteo de bacterias mesófilas (-0.463; p<0.001) y de coliformes (-0.550, p<0.001). Estos resultados indican que a medida que se implementan prácticas más tecnificadas en el manejo de los establos, se reducen los niveles de bacterias mesófilas y coliformes en la leche, lo cual es crucial para garantizar su inocuidad. Sin embargo, no se encontraron correlaciones significativas entre el nivel de tecnificación y el pH de la leche fresca, la grasa, el puntaje de sedimento y el conteo de células somáticas.
En este sentido, Battaglini et al. (2013) encontraron que realizando buenas prácticas de manejo se logran mejoras significativas en la productividad y eficiencia de sus operaciones afectando directamente la calidad de la leche. Por ejemplo, el modo de alimentación, la administración de concentrado y el manejo del forraje puede estar relacionado con el incremento de la densidad de la leche. La composición de la leche, en términos de contenido de grasa, proteínas, lactosa y sólidos totales, son buenos indicadores de la calidad composicional (Velásquez y Vega, 2012; Brousett-Minaya et al., 2015) y están relacionadas con el empleo de una dieta equilibrada que proporcione los nutrientes necesarios (Barbano et al., 2006, Cervantes et al., 2013).
Los coeficientes de correlación de Spearman entre el nivel de tecnificación de las instalaciones y recursos y la calidad de leche presentaron relaciones significativas (Cuadro 5). Se encontró una correlación negativa significativa de -0.301 (p=0.027) entre el nivel de tecnificación de las instalaciones y recursos y la temperatura adecuada de almacenamiento. Además, hubo correlaciones positivas significativas con la densidad a 15 °C (0.377; p=0.005) y con los sólidos totales (0.361; p=0.007). Así también, se encontró una correlación negativa y altamente significativa con el conteo de bacterias mesófilas (-0.617; p<0.001) y de coliformes (-0.616; p<0.001), y con el sedimento (-0.559; p<0.001). Sin embargo, no se encontraron correlaciones significativas con el pH de la leche fresca, la grasa y el conteo de células somáticas.
La tecnificación de instalaciones y recursos se encuentra asociada a la capacidad de inversión. García-Muñiz et al. (2007) ponen énfasis en la importancia que tiene el acceso a recursos financieros y el apoyo del gobierno para que los ganaderos puedan invertir en tecnificación. La calidad de las instalaciones consideradas en el trabajo, que involucran el empleo de sombras, ventilación y densidad poblacional están relacionados con el confort y bienestar animal, características que tienen un efecto positivo sobre la calidad de leche (FAO e IDF, 2011), como se observa en el presente estudio.
En el Cuadro 6 se puede apreciar algunos efectos significativos entre el nivel de tecnificación en el ordeño y los indicadores de calidad de leche. Se encontró una correlación negativa significativa (-0.757; p<0.000) con la temperatura de almacenamiento, así como una correlación negativa y altamente significativa con el conteo de bacterias mesófilas (-0.455; p=0.001), de coliformes (-0.386; p=0.004) y con el puntaje del sedimento (-0.39; p=0.004). Sin embargo, no se encontró correlación significativa con el conteo de células somáticas. El manejo adecuado y la tecnificación en el ordeño ayudan a obtener una mejor calidad de leche y reducir el conteo de células somáticas (Vieira et al., 2021).
Con respecto a la tecnificación en el ordeño; es decir, contar con un tanque de enfriamiento de leche, la sala de ordeño y el tipo de ordeño, se observa una importante correlación con la temperatura de la leche, la presencia de bacterias mesófilas y coliformes y el sedimento. Sobre esto Battaglini et al. (2013) menciona que la implementación de equipos y sistemas de ordeño modernos, contribuyen a minimizar la presencia de sedimentos, bacterias mesófilas y coliformes en la leche, lo que se traduce en una mejora de la calidad higiénica de la leche. Vieira et al. (2021) encontraron que una variable importante es la línea de leche, considerado dentro de este estudio como tipo de ordeño, donde se observa que los establos que cuentan con una línea de leche tienen un conteo de células somáticas 21.7% más bajo en comparación con los establos que ordeñan manualmente. Así también, estos autores, encontraron que los establos que no contaban con sala de ordeño cerrada tenían una menor calidad de la leche.
En la evaluación del efecto de la tecnificación global sobre los indicadores de calidad de leche (Cuadro 7) se encontró una correlación negativa de -0.552 (p<0.001) entre el nivel de tecnificación global con la temperatura de almacenamiento de la leche, así como correlaciones negativas con el conteo de bacterias mesófilas (-0.631; p<0.001), con el conteo de coliformes (-0.584; p<0.001) y con el sedimento (-0.503; p<0.001), no habiendo correlaciones significativas con los demás indicadores. La correlación entre el nivel de tecnificación global y la temperatura de almacenamiento de la leche se debe principalmente a que en los establos con mayor nivel de tecnificación cuentan con tanques de refrigeración de la leche. La higiene durante el proceso de ordeño y manipulación de la leche es esencial para garantizar su calidad (Barbano et al., 2006; Coelho et al., 2014). La presencia de sedimento, bacterias mesófilas y coliformes en la leche, indicadores de una baja calidad higiénica, pueden contaminar la leche durante el ordeño debido a una higiene deficiente de las ubres, así como a una inadecuada limpieza y desinfección de los equipos de ordeño (Ilijoska et al., 2015; Contero et al., 2021). La implementación de protocolos de higiene adecuados y el seguimiento de buenas prácticas de manipulación son fundamentales para prevenir la contaminación y mantener la calidad higiénica de la leche.
En el Cuadro 8 se presentan los resultados del análisis de varianza con medidas repetidas comparando establos con alto nivel de tecnificación (≥ 20 puntos) con establos con bajo nivel de tecnificación (<20 puntos). La temperatura de almacenamiento de la leche en establos con alto nivel de tecnificación fue de 13.1 °C, mientras que en los establos con bajo nivel de tecnificación fue de 20.4 °C (p<0.05). Si bien los establos con alta tecnificación tenían una temperatura de la leche más baja, esta se encuentra por encima de los valores recomendados (Hernández, 1975). Esta temperatura de la leche es el reflejo de la mezcla de leche del ordeño de la mañana con la refrigerada del día anterior, no habiendo tiempo suficiente para disminuir de temperatura antes de la entrega de la leche al centro de acopio.
Por otro lado, los resultados muestran que se encontró diferencia significativa en la densidad de leche (p<0.05) y sólidos totales (p<0.05). Los establos con alta tecnificación presentan una densidad de 1.031 g/mL y 12.5% de sólidos totales, mientras que los de baja tecnificación tienen 1.030 g/mL en densidad y 12.0% de sólidos totales. Estos resultados coinciden con Martínez-Villarreal et al. (2017), quienes encontraron un mayor porcentaje de sólidos totales en los establos más tecnificados.
En términos de higiene, se observó que los establos con alto nivel de tecnificación tuvieron un promedio del logaritmo del conteo de bacterias mesófilas de 4.19, de bacterias coliformes de 2.80 y un puntaje de sedimento de 0.47, mientras que en los establos con bajo nivel de tecnificación fue de 6.35, 4.96 y de 1.33, respectivamente (p<0.001). Por otra parte, en la calidad sanitaria no se encontraron diferencias significativas en los valores del logaritmo del conteo de células somáticas entre establos con alto y bajo nivel de tecnificación (p=0.470) (Cuadro 8). Esto coincide con Paixão et al. (2018), quienes sostienen que la tecnificación y el manejo contribuyen a obtener una mejor calidad de leche con un menor conteo total de bacterias. Estos autores, asimismo, reportan que la tecnificación y el cumplimiento de los derechos laborales mostraron una relación positiva con la calidad higiénico-sanitaria de la leche producida.
CONCLUSIONES
Los establos con mayor nivel de tecnificación presentaron una mejor calidad de la leche en términos de menor temperatura de almacenamiento, mayor densidad a 15 °C, mayor contenido de sólidos totales y de grasa, menor conteo de bacterias mesófilas y coliformes, y un menor contenido de sedimento en la leche.