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Revista de Comunicación

versión impresa ISSN 1684-0933versión On-line ISSN 2227-1465

Revista de Comunicación vol.21 no.1 Piura mar./ago. 2022  Epub 18-Abr-2022

http://dx.doi.org/10.26441/rc21.1-2022-a20 

Artículos de Investigación

Condiciones individuales de producción periodística en medios independientes cubanos

Individual Conditions of Journalistic Production in Cuban Independent Media

Abel Somohano Fernández1 
http://orcid.org/0000-0002-6974-9461

1 Doctor en Comunicación por la Universidad Iberoamericana (México), Maestro en Estudios Políticos y Sociales y Maestro en Ciencias de la Comunicación por las facultades de Filosofía e Historia y de la Comunicación de la Universidad de La Habana, respectivamente. Es Profesor de la asignatura Análisis de Medios de Difusión de la Universidad de la Comunicación (México); sus líneas de investigación se relacionan con los estudios sobre periodismo. abelsomohano@gmail.com

Resumen:

Este artículo tiene como objetivo analizar condiciones individuales de la producción periodística en dos de los medios independientes de la estructura mediático-partidista en Cuba de mayor relevancia y reconocimiento a nivel internacional. En la investigación se asumió como técnica la entrevista en profundidad a 40 periodistas de estos medios. Se detectó que estas condiciones están marcadas, fundamentalmente, por la confluencia en las dos organizaciones mediáticas de jóvenes egresados de las carreras de Periodismo en el país con una ubicación espacial múltiple, y referentes y trayectorias profesionales diversas. Se detectó también una identificación profesional con las funciones del periodismo de informar, fiscalizar al poder, participar en el debate social y mostrar la sociedad en su diversidad, entre otras. Además, se encontraron inquietudes personales ante la violencia operante sobre el periodismo independiente en la Isla. Se concluyó que estas condiciones individuales se materializan en términos de una discursividad (y representación) profesional antiautoritaria compartida por los periodistas. Como parte de las conclusiones del trabajo se propone una comparación con hallazgos de indagaciones situadas en otros espacios nacionales.

Palabras clave: Cuba; periodismo; medios independientes; producción periodística; condiciones indivi duales

Abstract:

This paper analyzes the individual conditions of journalistic production in two independent medias of the media-partisan structure in Cuba. These can be considered among the most internationally recognized Cuban media. In the research, in-depth interviews with 40 journalists. It was found that these conditions are marked, fundamentally, by the confluence in the two media organizations of young graduates of journalism courses in the country with a multiple spatial location, and different referents and professional trajectories. A professional identification with the functions of journalism to inform, monitor power, participate in social debate and show society in its diversity, among others, was also detected. In addition, personal concerns were found about the violence against independent journalism on the island. It was concluded that these conditions materialize in terms of an anti-authoritarian professional discursiveness (and representation) shared by journalists. A comparison with the findings of inquiries located in other national spaces is proposed in the conclusions.

Keywords: Cuba; journalism; independent media; journalistic production; individual conditions

1. Introducción

El periodismo independiente de la estructura mediático-partidista en Cuba se desarrolla en un sistema marcado por el predominio de organizaciones controladas y dirigidas por el Partido Comunista, lo cual da cuenta de la materialización, con sus matices, de un modelo soviético de prensa en la Isla (Olivera, 2019; García Santamaría, 2019; 2018; Salazar, 2017; Arencibia, 2017; Padilla, Ramírez y Corcho, 2017; Machado, 2015; Geoffray y Chaguaceda, 2014; García Luis, 2013; Somohano, 2013). Al mismo tiempo, se propone romper con condiciones operativo-organizacionales y relaciones extra mediáticas signadas por el ejercicio de la censura, la instrumentalización de los medios oficiales y la falta de transparencia institucional en el país (Olivera, 2019; Medina y Somohano; 2019; García Luis, 2013; 2004; Somohano, 2013; Elizalde, 2013; Souto y Cáceres, 2010; Guzmán, 2011; Fariñas, 2011; entre otras). Por otro lado, manifiesta cierta continuidad con la presencia histórica de ideales asociados a la vocación cívica de la profesión, en tanto componente central de las culturas periodísticas en la Isla (Oller, Olivera, Argüelles y Hernández, 2016; Estrada, 1996).

La comprensión de la importancia del periodismo independiente en Cuba2 sólo puede darse desde el examen de sus condiciones en las cuales se desarrolla. En este artículo en particular se propone como objetivo analizar las condiciones individuales de la producción periodística en dos medios independientes de la estructura mediático-partidista del país, Periodismo de Barrio y El Estornudo, entre los de mayor relevancia y reconocimiento a nivel internacional. Se argumenta que estas condiciones están marcadas, fundamentalmente, por la confluencia en las organizaciones mediáticas de jóvenes profesionales egresados de las carreras de Periodismo, con una ubicación espacial múltiple y con referentes y trayectorias profesionales diversas. Se refiere también a una identificación profesional con las funciones del periodismo de informar, fiscalizar al poder, participar en el debate social y mostrar la sociedad en su diversidad, entre otras. Además, se destaca como parte de estas condiciones individuales una serie de inquietudes personales dadas en un contexto de agresiones directas y violencia estructural y simbólica (García Santamaría, 2019). Se concluye que estas condiciones se materializan en términos de una discursividad (y representación) profesional antiautoritaria compartida por los periodistas.

Aunque en torno a los medios independientes de la estructura mediático-partidista en Cuba han existido contribuciones previas relevantes (Celecia, 2020; García Santamaría, 2019; Díaz, 2018, entre otras), la alusión a las condiciones individuales de la producción periodística, la conformación de ideales antiautoritarios en el ejercicio de la profesión y las inquietudes personales de los profesionales de estos medios no han sido de los temas abordados con más profundidad.

En el trabajo se parte de referentes acreditados en el área de estudio de periodismo que permiten hablar de niveles para el análisis de la producción mediática (Shoemaker y Reese, 2014; 1994; McQuail, 2000; Dimmick y Coit, 1982; Hirsch, 1980). Al mismo tiempo se atiende a contribuciones que se han centrado específicamente en el examen de los rasgos profesionales de los agentes asociados a las organizaciones periodísticas (Weaver y Willnat 2012; Weaver, Beam, Brownlee, Voakes y Wilhoit, 2007; Donsbach y Patterson, 2004; Weaver y Wilhoit, 1996; Janowitz, 1975; Johnstone, Slawski y Bowman, 1972; entre otras).

En el orden metodológico se recurrió a una perspectiva cualitativa para desarrollar la investigación en la cual se ampara este artículo. Se realizaron entrevistas en profundidad a 40 profesionales de los dos medios estudiados.

Como parte de la estructura de este trabajo se propone en una primera sección la fundamentación teórica de la investigación. En un segundo momento se alude al contexto del estudio. Posteriormente se hace referencia a la estrategia metodológica en la cual se amparó la investigación. Más adelante se realiza el análisis de los resultados de la indagación y se presentan la discusión y las conclusiones. En la última sección se propone una comparación con los hallazgos de investigaciones situadas en otros espacios nacionales.

2. Fundamentación teórica

Existen varias aportaciones desde las cuales se ha dado cuenta del conjunto de condiciones en las que se manifiesta la producción comunicativa (Shoemaker y Reese, 2014; 1994; McQuail, 2000; Dimmick y Coit, 1982; Hirsch, 1980).

Un autor como Hirsch (1980), por ejemplo, refiere como pertinente asumir tres modelos de análisis (entendidos como niveles en este artículo) que permitan dar cuenta de las reales complejidades que operan en la instancia de emisión: ocupacional, organizacional e institucional. Por otro lado, Dimmick y Coit (1982) se refieren a los niveles de influencia supra y pan nacional; societal; industrial de relaciones interorganizacionales; supraorganizacional; de comunidad o mercado; intraorganizacional; grupos de influencias formales o informales; de influencia de comunicación diádica e intraindividual o cognitivo.

Con el modelo de jerarquía de influencias Pamela Shoemaker y Stephen Reese (1994) también aluden a varios niveles asociados a la producción periodística que inciden directamente en el contenido de los medios. Aunque se refieren específicamente al condicionamiento del contenido mediático, este modelo permite dar cuenta de las condiciones en las cuales se desarrolla la producción periodística. Aluden, en este sentido, a varios niveles: individual, de procedimientos, organizacional, extra mediático e ideológico. En un desplazamiento de sus propuestas precedentes Shoemaker y Reese (2014) han concebido otras denominaciones y aspectos integrados a los niveles constitutivos del modelo de jerarquía de influencias. Estos autores ahora hacen alusión a los niveles individual, de rutinas, organizacional, institucional y sistema social.

Aunque en la investigación en la cual se ampara este trabajo se reconocieron estas distintas aportaciones en torno a los niveles de análisis para realizar una propuesta propia que permitiera un examen profundo de los medios, en este artículo en particular nos detenemos específicamente en las condiciones individuales de la producción periodística. Como se ha visto, estas, entre otras, han sido reconocidas como muy relevantes para el estudio de los medios en los trabajos anteriormente citados.

Más allá de estos modelos que parten de reconocer los distintos niveles desde los cuales se han examinado a los medios de comunicación, otros trabajos se han detenido específicamente en el nivel de análisis que interesa en este artículo. Se ha aludido, por ejemplo, a “características básicas” de los periodistas (ubicación geográfica de los periodísticas, edad, género, origen étnico y racial, creencia religiosa, posicionamiento político, entre otras) formación y experiencia profesional, condiciones de trabajo y satisfacción (Weaver y Willnat 2012; Weaver et al., 2007, Weaver y Whilhoit, 1996) a la vez que se atiende a concepciones de roles, valores y principios éticos de los periodistas (Weaver et al., 2007; Weaver y Wilhoit, 1996; Johnstone et al., 1972; Janowitz, 1975, entre otros).

Al mismo tiempo, la literatura anterior se ha detenido en el universo simbólico compartido por los profesionales de los medios por el recurso a otros conceptos que se relacionan con los anteriormente mencionados. Por ejemplo, con la intención de explorar cómo emergentes socioculturales y económicos pueden transformar las formas de hacer y pensar el periodismo, Mark Deuze (2005) señala que la ideología profesional es un concepto recurrente en indagaciones precedentes, pero desde diversidad de consideraciones y enfoques. El autor plantea que la ideología puede entenderse como resultado de un proceso que a lo largo del tiempo configura el conjunto de ideas compartidas por un grupo particular, especialmente sobre temas sociales y políticos, pero al mismo tiempo puede comprenderse como proceso a través del cual otros grupos de ideas son excluidos y marginados. Interesa destacar de su trabajo en particular el énfasis en que el periodismo se reinventa continuamente, al mismo tiempo que se activan valores ideológicos para mantener el cierre operativo del ámbito profesional.

El concepto de culturas de periodismo ha sido también central en las indagaciones sobre las condiciones individuales del ejercicio profesional. Se ha entendido como un “un conjunto particular de ideas y prácticas mediante las cuales los periodistas, consciente e inconscientemente, legitiman su papel en la sociedad y hacen que su trabajo sea significativo para ellos mismos y para los demás” (Hanitzsch, 2007, p. 369). Un autor como Thomas Hanitzsch (2007), en un texto en el que propone una fundación teórica de la investigación sobre culturas de periodismo, deconstruye este concepto en sus constituyentes y dimensiones fundamentales. En este sentido define tres elementos constituyentes: roles institucionales, epistemologías e ideologías éticas. El autor parte del reconocimiento de que la cultura puede ser comprendida como idea, práctica y artefacto, y señala varios niveles que pueden asumirse en el análisis: cognitivo, evaluativo y performativo. Interesa destacar especialmente en las propuestas de este autor la comprensión del ámbito de las culturas de periodismo como espacio de luchas, lo que da cuenta de la defensa de los valores de la profesión no como un todo homogéneo.

En el caso específico de Cuba existen también investigaciones relevantes que se han detenido en el nivel individual de análisis del periodismo. Desde ellas se ha hecho referencia a las consideraciones de los periodistas sobre las condiciones en las cuales se da la práctica profesional; la socialización en valores asociados al ejercicio periodístico y los supuestos profesionales compartidos (Veliz, Oller y Olivera, 2019; Oller et al., 2016; Sosin, 2012; Diz, 2011; Pérez, 2006; Estrada, 1996). La investigación científica ha dado cuenta también de la materialización en el contenido de los medios de modelos de periodismo (Olivera y Torres 2017; Mellado, Márquez-Ramírez, Mick, Oller, y Olivera, 2017; Torres 2014), los cuales no coinciden completamente con las concepciones en torno al ejercicio del periodismo en la Isla.

Una mirada crítica en torno a las investigaciones sobre periodismo que se han detenido en un nivel de análisis individual permitiría dar cuenta de una gran heterogeneidad teórica así como de la descontextualización y el trasplante de modelos conceptuales y metodológicos para entender realidades distintas a aquellas a las cuales se aplicaban inicialmente (Mellado et al., 2017). En esta línea crítica se ha hecho énfasis en la pertinencia de relativizar los presuntamente universales valores asociados a la profesión (Voltmer y Wasserman, 2014; Voltmer, 2013; Lauk, 2009; Gross, 2008; Pasti, 2005). El punto de vista que se defiende es que las condiciones individuales en las cuales se da el ejercicio profesional no tienen un carácter inamovible, sino que están asociadas a dimensiones históricas, culturales y políticas. Estas median el ejercicio de la profesión y la interpretación diversa que de los valores profesionales puedan hacer los periodistas.

Desde el reconocimiento de las aportaciones anteriormente mencionadas y también de las especificidades del contexto que se analiza, en la investigación que sustenta este artículo se partió de un modelo conceptual y metodológico propio para dar cuenta de las condiciones individuales de producción periodística en medios independientes de la estructura mediáticopartidista cubana. Para ello se asumieron varias dimensiones que se hacen recurrentes en la literatura anterior (edad, ubicación geográfica de los periodistas, formación y experiencia profesional, y concepción de roles) se desecharon otras y se incorporaron algunas nuevas de especial relevancia para analizar los periodistas en los medios estudiados (referentes profesionales e inquietudes personales).

Las condiciones individuales de producción periodística en medios independientes de la estructura mediático-partidista pueden entenderse como características de los profesionales y sus formas de comprender el periodismo que delimitan y configuran (junto a otras condiciones operativas y extramediáticas) el ejercicio profesional en organizaciones particulares que no son controladas, sustentadas y/o reconocidas por el Estado y el Partido Comunista de Cuba. Recurrir a esta categoría implica detenerse en las características específicas de los sujetos vinculados al ejercicio de la profesión, pero también en el modo en que los periodistas resemantizan su papel en la sociedad y lo llevan a la práctica, así como en los conflictos, tensiones y negociaciones que han propiciado sus posicionamientos propios frente al periodismo.

3. Contexto del estudio

La configuración del ámbito profesional periodístico se ha visto atravesada por varios factores en el contexto cubano. Habría que mencionar elementos que tienen que ver con la formación académica, es decir, el desarrollo de las carreras de Comunicación y Periodismo, destacadas por su relevancia en términos de acreditación y legitimación de la profesión (Oller, Olivera, Argüelles y Hernández, 2016). Al mismo tiempo, podrían señalarse algunas condicionantes de la práctica profesional, las cuales introducen diversas tensiones constitutivas del ámbito periodístico: la gestión partidista de la prensa, el ejercicio de la censura y la instrumentalización de los medios oficiales.

Por otro lado, dentro del ámbito profesional se ha constituido una cultura periodística con múltiples complejidades, amparada en ciertos supuestos profesionales, pero atravesada por condiciones que limitan su concreción en la práctica. En la década del noventa del siglo pasado, en una investigación que se propuso el análisis de los supuestos fundamentales que componían la ideología profesional de los periodistas de medios oficiales cubanos, se refería que la armonía de los profesionales con la línea editorial de los medios de pertenencia era sólo parcial; se percibía en los periodistas un rechazo a esta última, en tanto afecta el libre desarrollo profesional y el cumplimiento de su encargo social (Estrada, 1996).

En otra indagación, Juan Orlando Pérez (2006), a partir de entrevistas en profundidad a 47 jóvenes periodistas graduados de la Universidad de La Habana entre 1991 y 2000, también se detuvo en las ideologías profesionales. En este trabajo se destacaron entre las razones asumidas para abandonar la profesión, las materiales y se refirió como causa probable la inconformidad con el propio modo en que se da el ejercicio periodístico en Cuba. Entre los entrevistados de esta indagación podría hablarse de tres grupos en relación con sus consideraciones sobre las transformaciones pertinentes en el periodismo cubano. El grupo de moderados sustenta su idea de cambios en la posibilidad de deshacerse de los profesionales que no cuenten con las competencias necesarias para realizar un ejercicio responsable del periodismo. Los reformistas proponen cambios en la política informativa del Partido. Los radicales, por su parte, proponen transformaciones estructurales en el sistema político (Pérez, 2006).

En aportaciones más recientes se plantea que los periodistas se reconocen en un ámbito profesional heterogéneo con diferencias en su desempeño y las concepciones sobre la profesión. No obstante, como rasgos generales de la profesión se mencionan: “1) una alta vocación, 2) un fuerte sentido de conservación e idea de la organización profesional y 3) el reconocimiento de sus responsabilidades sociales” (Oller, Olivera, Argüelles y Hernández, 2016, p. 151).

Aunque la investigación previa ha documentado que en torno al periodismo cubano han existido varias demandas que han partido, entre otros agentes, de los propios profesionales de los medios, ello no ha encontrado un correlato generalizado en su desempeño. El análisis específico de la materialización de modelos profesionales en el contenido de los medios oficiales da cuenta de ello (Mellado, Márquez-Ramírez, Mick, Oller y Olivera, 2017, Olivera y Torres, 2017; Torres, 2014). La prensa oficial cubana presenta un predominio en los mensajes mediáticos de un modelo leal-facilitador, el cual da cuenta de la cooperación con el poder a través de la referencia positiva a este, así como del énfasis periodístico en los triunfos nacionales. Puede destacarse, a su vez, una presencia muy baja del modelo vigilante, comprendido como el rol periodístico centrado en la supervisión del poder y en la denuncia de las irregularidades. Ello puede ser consecuencia, entre otras causas, de las restricciones en el acceso a la información y el ejercicio de la censura sobre el periodismo oficial en la Isla. En medio de este panorama se hace pertinente detenerse en los periodistas independientes cubanos y el modo en que se conciben en oposición a las condiciones y tendencias del ejercicio profesional que les antecede.

Si bien se ha destacado en indagaciones anteriores el origen del periodismo independiente de la estructura mediático-partidista en Cuba en 1989 (Beaulieu, 2013) o en la década de los noventa (Ruiz, 2003), es pertinente señalar, sobre todo, los cambios en el entorno periodístico cubano desde inicios del siglo XXI (Celecia, 2020; García Santamaría, 2019; Díaz, 2018; Henken, 2017; Ramos y Veliz, 2017; Morales, 2017; Padilla, et al., 2017). En los nuevos medios y profesionales existe una evidente tensión con las tipicidades del ejercicio profesional periodístico en la Isla. Al mismo tiempo existe una apuesta por un periodismo más crítico y cuestionador en torno a la realidad del país, lo cual se acompaña de una evidente vocación cívica.

4. Metodología

En la investigación en la que se ampara este artículo se asumió una perspectiva cualitativa. Ello implica una adecuación al reclamo de analizar con más profundidad el modo en que los agentes y dinámicas asociadas a los medios se configuran de forma variada en entornos sociopolíticos y culturales diversos (Voltmer y Wasserman, 2014). En torno a la investigación cualitativa se ha dicho que se interesa en “la forma en la que el mundo es comprendido, experimentado, producido, por el contexto y por los procesos; por la perspectiva de los participantes, por sus sentidos, por sus significados, por su experiencia, por su conocimiento, por sus relatos” (Vasilachis, 2006, pp. 2829). Desde la perspectiva cualitativa se hizo posible defender la posición de mayor sensibilidad del investigador frente al contexto que se estudiaba, que en este caso es el de los profesionales de dos medios independientes cubanos.

Se partió del reconocimiento de varias dimensiones de análisis a partir del examen de la literatura anterior, pero al mismo tiempo estas fueron delimitándose de mejor manera en el transcurso de la investigación en las aproximaciones sucesivas al contexto, los medios y los periodistas estudiados. Finalmente las dimensiones asumidas en la indagación fueron las siguientes:

a). Edad: años cumplidos por los sujetos vinculados a los medios estudiados.

b). Lugar de residencia: ubicación espacial al interior del territorio cubano o hacia el exterior, de los periodistas vinculados a los medios estudiados.

c). Formación profesional: proceso de conformación de los conocimientos y habilidades para el ejercicio de periodismo, normalmente vinculados a instituciones de educación superior.

d). Trayectorias profesionales: desplazamientos dados al interior del campo profesional periodístico o hacia afuera, o inserción dentro de este campo por profesionales provenientes de otros ámbitos.

e). Referentes profesionales: autores, experiencias mediáticas o tradiciones que se conciben como inspiradores de la práctica profesional.

f). Concepción sobre funciones del periodismo: consideraciones sobre el encargo social de la profesión en un contexto determinado.

g). Inquietudes personales: preocupaciones y temores de los periodistas ante las condiciones en las que se da el ejercicio profesional.

A su vez, para la selección de los medios a los cuales se atendió en la investigación se tuvieron en cuenta los siguientes criterios:

a). relevancia en los contextos nacional e internacional.

b). marco de referencia de la producción periodística.

c). prioridades editoriales.

Uno de los medios seleccionados fue Periodismo de Barrio que surgió en 2015 con el objetivo de abordar temáticas asociadas al medioambiente aunque en su desarrollo ha tratado otros tópicos. El Estornudo, creado en 2016, es el otro medio seleccionado. Este último fue creado con la intención de abordar la condición desterritorializada de la nación cubana. Ambos se encuentran entre las organizaciones periodísticas más relevantes del panorama de medios independientes cubanos y sus profesionales han obtenido varios premios en el contexto internacional, como por ejemplo, el Premio Gabo de la Fundación del mismo nombre3 o el Premio Especial Iberoamericano de Periodismo Ambiental y Desarrollo Sostenible, una de las categorías de los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España, convocados por la Agencia Efe y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).4

En la investigación se asumió como técnica fundamental la entrevista en profundidad y semiestructurada. Son varios los rasgos generales que se han destacado en las definiciones sobre las entrevistas cualitativas. Se ha resaltado en este sentido: el intercambio interaccional (Fontana y Frey, 2015; Kvale, 2011; Brinkmann, 2008; Legard, Keegan y Ward, 2003; Mason, 2002), centralidad en un tema o temas específicos (Legard, Keegan y Ward, 2003; Mason, 2002), énfasis en los contextos (Kvale, 2011; Mason, 2002) y construcción compartida de conocimiento (Kvale, 2011; Brinkmann, 2008; Legard, Keegan y Ward; 2003; Mason, 2002), entre otros.

Legard, Keegan y Ward (2003) señalan como características de la entrevista en profundidad la intención de combinar la estructura con la flexibilidad, su carácter interactivo, el uso de técnicas para lograr una respuesta profunda en términos de penetración, exploración y explicación, su condición generativa al crear nuevos conocimientos o pensamientos y la necesidad de realizarla cara a cara.

En el caso específico de esta investigación se asumió la entrevista en profundidad para aproximarse a los profesionales de los medios y conocer las condiciones de la producción periodística (en este trabajo hacemos énfasis en las individuales, aunque la investigación original se detuvo también en otros niveles de análisis). Ello permitió realizar una reconstrucción del contexto en el cual se desenvuelven los periodistas de Periodismo de Barrio y El Estornudo, los rasgos individuales de los profesionales y los distintos sentidos con los que asocian el encargo social de la profesión.

En la selección de los entrevistados se partió de la delimitación de los profesionales con responsabilidades editoriales. Además de ello se tuvo en cuenta un aspecto que tipifica a Periodismo de Barrio y El Estornudo: son medios que cuentan con un gran número de colaboradores y gran parte de su producción comunicativa se ampara en el trabajo de ellos (algunos con un vínculo muy estrecho con ambas organizaciones periodísticas). Para tener el control de los posibles entrevistados se revisaron todos los trabajos publicados desde el surgimiento de los medios hasta el 28 de enero de 2019. De esta manera, a la lista de entrevistados posibles con responsabilidades editoriales se sumaron columnistas, reporteros y colaboradores. Se concibieron más de 90 potenciales entrevistados entre los dos medios. En este punto se cruzaron los siguientes criterios de selección de los profesionales:

a). pertenencia al medio.

b). puesto en la organización periodística y naturaleza del vínculo.

c). años de experiencia en el medio.

d). ubicación geográfica.

Se priorizaron en las entrevistas a los profesionales que tenían responsabilidades editoriales y habían jugado un papel relevante en el surgimiento y desarrollo de Periodismo de Barrio y El Estornudo quienes, según se contabilizó en el momento de la investigación, no superaba la cifra de 20 en total. A ellos se sumaron otros que publicaban trabajos sistemática o esporádicamente en estos medios los cuales fueron seleccionados también a partir del cruce de los criterios anteriormente mencionados. Se llegó a la cifra total de 40 entrevistados.

Los intercambios entre investigador y entrevistado se realizaron entre febrero y septiembre de 2019. Al no contar estos medios con una redacción localizada en un lugar en específico, las entrevistas no se desarrollaron en el entorno laboral, sino que fueron escogidos espacios en los que se pudiera establecer un diálogo adecuado y hubiera garantías para la grabación de la conversación. Cuatro de las entrevistas se hicieron vía Skype ante la imposibilidad de interactuar de otra manera con los sujetos.

En el proceso de transcripción de las entrevistas se reprodujo de manera íntegra el intercambio con los entrevistados y se respetaron las palabras textuales. Sólo fueron eliminados muletillas y términos que no aportaran nada a la comprensión de los significados comunicados. En la codificación de las entrevistas se recurrió al programa Atlas.ti en su versión 7.5.4.

Se tuvieron en cuenta tres tipos de codificaciones: abierta, axial y selectiva. La codificación abierta se realizó oración por oración de las transcripciones de todas las entrevistas de manera que pudieran determinarse códigos emergentes a partir de las respuestas de los entrevistados. Si bien se partió de construcciones teórico-conceptuales al inicio de la investigación para definir las dimensiones de análisis, lo cual condicionó el trabajo de campo, estas dimensiones fueron modificadas poco a poco a partir del reconocimiento de códigos emergentes en el examen de los datos.

Con la codificación axial, por otra parte, se establecieron las relaciones entre los códigos y se pudieron determinar categorías axiales de la investigación, algunas de ellas coincidentes con lo señalado en la literatura anterior y otras relevantes específicamente para esta indagación como las de referentes profesionales e inquietudes personales. Por último, con la codificación selectiva, en tanto “sombrilla que cubre y representa todos los otros códigos y categorías formuladas” (Saldaña, 2016,

p. 250) se procedió a sistematizar la información de cada una de las categorías axiales en una definición que las englobara como condiciones (individuales) de la producción periodística. Como parte de este proceso de codificación y el diálogo con la literatura previa emergió, además, el concepto de discursividad (y representación) profesional antiautoritaria como modo de materialización de estas condiciones individuales de la producción periodística. Este último concepto queda definido más adelante en tanto punto de llegada de este trabajo.

5. Análisis de los resultados

5.1 Residencia, edad, formación y trayectorias profesionales: orígenes del posicionamiento antiautoritario

Un aspecto que distingue a las organizaciones periodísticas estudiadas es la residencia multisituada de sus integrantes, lo cual incide directamente en el modo en que se dan los procesos productivos. En el caso de El Estornudo, con una evidente condición diaspórica, este aspecto da cuenta no sólo del objetivo planteado por la revista de abordar el carácter desterritorializado de Cuba, sino de la ubicación de sus integrantes o colaboradores en diversos espacios nacionales (México, Estados Unidos, España y Cuba fundamentalmente).

En Periodismo de Barrio también se puede encontrar esta ubicación multisituada de sus integrantes y colaboradores. Ello se explica en este caso por el propio objetivo del medio de abordar la realidad del país en general y no sólo tratar los temas medioambientales desde La Habana. Aunque es frecuente que los periodistas del medio que residen en la capital se desplacen hacia el interior de la Isla, en Periodismo de Barrio se puede encontrar también la activación de los colaboradores residentes en otras provincias para el desarrollo de determinados trabajos. Durante el tiempo en el que se desarrolló la investigación pudo determinarse, además, que en coyunturas y procesos puntuales asociados a la producción periodística se da la participación de profesionales residentes en el exterior del país, por ejemplo, en México.

Por otro lado, los núcleos fundadores de los medios estudiados están compuestos, esencialmente, por jóvenes periodistas graduados de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana inconformes con la afectación en la legitimidad del entramado oficial en Cuba, en particular el de la prensa, víctima de la historia autoritaria que ha regido al país.

Además de estos aspectos relevantes para entender el origen y desarrollo de los medios estudiados, varios de los entrevistados han referido la inserción en procesos de socialización una vez egresados de la academia los cuales les han permitido conocer nuevos referentes (autores, experiencias mediáticas relevantes, etcétera), asumir nuevas habilidades e interactuar con colegas. Estos procesos de socialización se han dado en talleres, eventos y encuentros. Los entrevistados han mencionado varios de estos espacios: los talleres de periodismo de la Fundación Taz Panter, Foro Centroamericano de Periodismo, Foro Latinoamericano de Medios Digitales, los festivales Gabriel García Márquez, encuentros entre profesionales de la comunicación cubanos y chilenos organizados por Espacio Público, Global Voices Summit, entre otros. El propio surgimiento de un medio como Periodismo de Barrio puede vincularse a la experiencia de su directora entre 2014 y 2015 como becaria de la Nieman Foundation for Journalism de la Universidad de Harvard.

Las trayectorias profesionales de los integrantes de ambos medios también signan su inserción en el desarrollo de la prensa independiente en el país. Varios de los periodistas de las organizaciones estudiadas se han vinculado a OnCuba, corresponsalía de un medio extranjero en La Habana, El Toque y Progreso Semanal, otros medios independientes cubanos. Se suman a esta lista de medios independientes mencionados por los entrevistados Tremenda Nota, AMPM, Diario de Cuba y Cuba Posible, entre otros. Entre los medios oficiales los entrevistados han mencionado Cubahora, La Jiribilla, El Caimán Barbudo, Agencia Cubana de Noticias, Bohemia, Juventud Rebelde, Trabajadores, Radio Rebelde, entre otros. Y entre los medios extranjeros han destacado Univisión, BBC, The Clinic, El Faro, Al Jazeera, The New York Times, The Guardian, Gatopardo, Vice, entre otros. Ello permite arribar a varias consideraciones importantes:

a). varios de los entrevistados simultanean o han simultaneado su ejercicio profesional en varias organizaciones periodísticas del ámbito de los medios independientes en Cuba, lo cual podría dar cuenta de la creación de redes de intercambio a nivel nacional beneficiosas para su desempeño y para enfrentarse a los obstáculos del sistema de medios en el país. Esto da cuenta también de la interacción con prácticas a partir de las cuales se concibe y ejercita un periodismo abiertamente antiautoritario.

b). varios de los profesionales han simultaneado su trabajo en la prensa oficial con la labor en los medios independientes y en muchos casos han operado desplazamientos en las trayectorias profesionales de la primera hacia los segundos, los cuales pueden estar condicionados por necesidades expresivas y/o de dignificación material del trabajo periodístico, así como pueden tener una relación directa con las presiones en la prensa oficial hacia las colaboraciones con los medios independientes. Esto permite referirse, además, a trayectorias profesionales en las que se ha lidiado directamente con las restricciones establecidas por la regulación autoritaria sobre el periodismo en el país.

c). varios de los profesionales simultanean o han simultaneado su ejercicio periodístico en medios independientes cubanos y extranjeros lo que puede dar cuenta de la creación de redes de intercambio y una proyección internacional beneficiosa para su reconocimiento y desempeño periodístico, así como para enfrentarse a los obstáculos para su trabajo en Cuba. Al mismo tiempo, ello ha permitido el reconocimiento de referentes desde los cuales concebir y ejercer un periodismo opuesto al contexto autoritario en la Isla.

Las residencias múltiples de integrantes y colaboradores de los medios, la condición juvenil, el origen profesional diverso pero compuesto especialmente por periodistas, la inserción en procesos de socialización posteriores a la formación en la academia y las trayectorias profesionales marcadas por la inserción o colaboración con varias organizaciones periodísticas de diversos tipos a nivel nacional o internacional, dan cuenta de características que distinguen a los entrevistados. Todo ello podría decirse que marca el contexto en el que se da la conformación de una discursividad (y representación) profesional antiautoritaria que sin duda atraviesa el desempeño de los integrantes de los medios estudiados.

5.2 Referentes de los periodistas: matrices de los ideales antiautoritarios

Otro aspecto que puede explicar desde el nivel individual los procesos de producción periodística se relaciona con los referentes (tradiciones, autores, medios relevantes…) para los profesionales de Periodismo de Barrio y El Estornudo. Como referentes mencionados con frecuencia por los entrevistados se destacan las tradiciones del Nuevo Periodismo norteamericano y del periodismo narrativo latinoamericano.

Además de estas tradiciones, los entrevistados se detuvieron en autores puntuales que se han constituido en referentes. Entre estos destacan por la frecuencia de sus nombres en las respuestas Truman Capote, Martín Caparrós, Leila Guerriero, Alberto Salcedo Ramos, Jon Lee Anderson, Óscar Martínez y José Luis Sanz, entre otros. Los entrevistados han mencionado también medios a los que atienden con frecuencia. En este sentido han destacado a Gatopardo, Etiqueta Negra, El Malpensante, Anfibia, El Faro, Ojo Público, Vox, The New Yorker, The New York Times, The Guardian, y Washington Post, entre otros.

Para explicar la alusión a estos referentes habría que detenerse en varios aspectos importantes: desde el punto de vista de los entrevistados el reconocimiento de referentes es un proceso que se da de manera colectiva y también individual, no todos comparten los mismos; a la vez, las distinciones entre ambos medios implican la alusión a diferentes fuentes no necesariamente compartidas entre los integrantes de uno y otro; y por último, se ha referido, sobre todo en el caso de los integrantes de El Estornudo, que los referentes no se encuentran sólo en el ámbito del periodismo sino en el campo de la literatura y de la cultura en general.

La mirada a los referentes remite a una fractura relevante. No se percibe en la mayoría de los entrevistados un énfasis en fuentes que se encuentren en el contexto nacional. Aunque varios entrevistados han mencionado algunos autores y medios en el período posterior a 1959, y otros autores y medios antes del triunfo de la Revolución, no es frecuente el reconocimiento de referentes cubanos. Esto se relaciona, entre otros muchos factores, según ha dicho uno de los profesionales en alusión específica al tipo de trabajos que El Estornudo propone, con un periodismo que en Cuba “estaba bastante anulado. Quizás tenía un pequeño nicho en El Caimán Barbudo pero probablemente no con una perspectiva lo suficientemente abarcadora, lo suficientemente amplia” (Entrevistado 1, comunicación personal, 14 de febrero de 2019). Otro de los entrevistados, en alusión a la fractura con el periodismo nacional, ha resaltado casos relevantes de desarrollo de periodismo literario en Cuba en las últimas décadas (ha mencionado también a El Caimán Barbudo y al Juventud Rebelde de otra época) pero, desde su punto de vista, ello no da cuenta de una tradición de la que se haya bebido en El Estornudo. “Quizás haya una influencia más cercana de ‘los abuelos’ como Martí, Pablo de la Torriente, Gastón Baquero... Si hay padres cubanos de la revista, están más allá” (Entrevistado 2, comunicación personal, 15 de febrero de 2019).

Por su parte, uno de los colaboradores de Periodismo de Barrio reconoció el desarrollo de un periodismo narrativo previo a 1959 y en los primeros años de la Revolución. “En Cuba sí hubo periodismo narrativo (…) pero por motivos que son harto conocidos esos reportajes desaparecieron de los medios de prensa” (Entrevistado 3, comunicación personal, 29 de marzo de 2019). Este entrevistado reconoció que medios como Periodismo de Barrio y El Estornudo renuevan en ese sentido el ejercicio de la profesión.

Los entrevistados se han detenido, en su reflexión sobre los referentes, en las razones por la que se produce esa fractura con el periodismo nacional. Han destacado lo que consideran determinadas marcas del periodismo cubano posterior a 1959 y otras que distinguen el tipo de periodismo que proponen estos medios. Una de las profesionales, vinculada tanto a Periodismo de Barrio como a El Estornudo, ha resumido las voluntades de ambos medios y su relación con los referentes como la intención de contar historias de una manera muy particular, a diferencia de los que sucede tradicionalmente en la prensa oficial cubana:

Creo que lo que están intentando Periodismo de Barrio y El Estornudo es llegar a un periodismo que cuente historias, con datos, no con metáforas, y contar una realidad con el mayor rigor posible. Hacerlo de una manera que a la gente le interese y le motive leer. Por ambos lados creo que hay la necesidad sobre todo de romper con nuestras propias tradiciones del periodismo que se ha hecho durante mucho tiempo en los medios estatales (Entrevistada 4, comunicación personal, 28 de febrero de 2019).

Debe destacarse también que entre los entrevistados se ha hecho alusión no sólo a la diferencia de referentes para distintos sujetos, sino también a los procesos de socialización variados a través de los que han accedido a algunas de estas fuentes. En varios casos han aludido al reconocimiento de algunos de estos referentes en escasas asignaturas impartidas durante sus procesos de formación de la academia. Sin embargo, ello se dio fundamentalmente en los entrevistados egresados de la Universidad de La Habana en los últimos cursos. El modo en que se han destacado a los procesos de la academia como relevantes para el reconocimiento de varios referentes (especialmente los que tienen que ver con la tradición de periodismo narrativo latinoamericano y de periodismo de investigación norteamericano) está intervenido por factores como el momento del egreso de la licenciatura en Periodismo y el centro de estudio en el cual se haya dado su formación.

Por último, hay otros aspectos destacados por los entrevistados en torno a los procesos de socialización desde los cuales se ha dado el reconocimiento de los referentes. Los entrevistados enfatizaron en:

1). el carácter incompleto de la información que proporciona la academia cubana en torno a posibles referentes para llevar adelante la práctica periodística, la gestión y la construcción de un tipo de mensajes como los propuestos por estos medios.

2). la existencia de otros espacios y de procesos de socialización en los cuales también han encontrado referentes importantes para sus trabajos.

La conformación de una discursividad (y representación) profesional antiautoritaria, si bien no se puede explicar por fuera de las presiones que en el contexto cubano han impulsado a los profesionales de estos medios a llevar adelante sus proyectos mediáticos o insertarse en ellos como colaboradores, tiene también un vínculo estrecho con la matriz referencial en la cual se genera. La propuesta de una mirada crítica a los poderes y a la realidad en general, y la cercanía a los ciudadanos desde una preocupación por la calidad de los mensajes, da cuenta de carencias evidenciadas en el entorno profesional inmediato de estos periodistas a las que se ha podido responder desde la atención a tradiciones, medios y autores que se han encontrado con frecuencia (aunque no sólo) en el exterior de la Isla.

5.3 Concepciones sobre funciones del periodismo: el sustento de la discursividad (y representación) profesional antiautoritaria

Los profesionales vinculados a Periodismo de Barrio han destacado como responsabilidades generales de los medios las de informar (para la toma de decisiones), fiscalizar al poder y al Estado, mediar entre decisores, ciudadanía y comunidad científica, mostrar la sociedad en su diversidad y proponer un mundo posible en el que los individuos se reconozcan.

En torno a la primera de las funciones mencionadas, una de las entrevistadas señalaba que el periodismo debe “informar oportunamente a la población” (Entrevistada 4, comunicación personal, 28 de febrero de 2019). Otro de los entrevistados refiere que esta profesión “no puede darse el lujo de dejar de ofrecer información interesante, de relevancia a la hora de tomar decisiones por la ciudadanía”, para más adelante apuntar que el periodista no puede perder de vista la trascendencia pública de la profesión: “no es sólo para que el autor disfrute a la hora de contar la historia que quiere contar, es también la historia que necesita contarse y que la gente necesita leer” (Entrevistado 5, comunicación personal, 17 de febrero de 2019).

El énfasis en la función de informar, que también se encontrará entre los profesionales vinculados a El Estornudo, aunque tanto este como Periodismo de Barrio son medios que no tienen como objetivo central proporcionar información diaria sobre la realidad, da cuenta de una evaluación implícita sobre el orden comunicativo en el que se insertan estas organizaciones periodísticas, las carencias de la prensa en el país y la comprensión de la necesidad de información para el desarrollo de los más diversos procesos en la Isla.

Cuando se ha aludido a las funciones del periodismo desde este medio, se ha hecho énfasis también en la necesidad de que esta profesión se convierta “urgentemente” en un contrapoder, y se ha resaltado en este sentido la posibilidad que posee de “cuestionar, y fiscalizar la administración y el discurso de los poderes supuestamente públicos en Cuba” (Entrevistado 3, comunicación personal, 29 de marzo de 2019). Se ha señalado, además, el compromiso del periodismo “con la verdad” y la pertinencia de que sea “crítico con la realidad” para “estar acorde con las transformaciones y los nuevos tiempos” (Entrevistada 6, comunicación personal, 19 de marzo de 2019). Se ha referido también la necesidad de apuntar y señalar “con nombres y apellidos a casos específicos” de agentes del poder para promover su respuesta (Entrevistada 7, comunicación personal, 21 de febrero de 2019). El ideal de profesión se asocia, por otra parte, según ha dicho una de las entrevistadas, a la idea de “un periodismo que vigile el orden y el estricto cumplimiento de las cosas, y que denuncie puntualmente cuando esas cosas no se cumplen” (Entrevistada 8, comunicación personal, 27 de febrero de 2019). Todo ello, como en la alusión a otras funciones, ha sido acompañado de la referencia a la imposibilidad de materializar este encargo social en la prensa oficial.

Los entrevistados se han detenido también en la especificidad de este medio para destacar la función social del periodismo. Han resaltado en el caso de Periodismo de Barrio, que labora con mucha información científica, una función social como enlace entre gobiernos locales, ciudadanía y comunidad científica. La defensa de esta función social ha estado acompañada de la crítica a la desconexión entre estos actores y el reconocimiento de que aunque existe un avance considerable en la investigación sobre temas medioambientales en Cuba, la ejecución de algunas propuestas es muy mala sobre todo por parte de los gobiernos locales (Entrevistada 9, comunicación personal, 24 de marzo de 2019), entre otras razones por la incomprensión de las problemáticas asociadas a estos procesos y por la falta de financiamiento. Uno de los periodistas señalaba en este sentido que “si hay una persona o una comunidad que esté afectada y su realidad depende de una decisión de un poder (…) en ti está evidenciar los problemas y plantear por qué ocurren y cómo ocurren” (Entrevistado 10, comunicación personal, 21 de febrero de 2019). Esta idea es reafirmada por otro de los entrevistados:

A veces hacemos periodismo con la aspiración de incidir en la realidad pero no creo que deba ser el propósito primero porque en última instancia no depende del periodista por no ser el decisor. Quizás el periodismo sí debe tener el fin de poner en manos de decisores información valiosa para la toma de decisiones (Entrevistado 11, comunicación personal, 27 de febrero de 2019).

La atención y visibilización de la diversidad social ha sido otra función mencionada por los profesionales. Un entrevistado ha referido que el periodismo debe “mostrar la sociedad en toda su diversidad para que las personas conozcan los sucesos” (Entrevistado 5, comunicación personal, 17 de febrero de 2019). Debe haber, desde el punto de vista de otro entrevistado, “una interpretación sucesiva de la realidad, que a su vez lleve a una construcción de un relato de esa realidad, donde tiene que estar la mayor cantidad de voces, de diferencias, de matices…” (Entrevistado 11, comunicación personal, 5 de marzo de 2019). Esta percepción sobre el deber ser de la profesión es otro ideal que se encuentra en tensión con el discurso homogéneo que ha atravesado en gran medida los mensajes de la prensa oficial en Cuba. Es al mismo tiempo un ideal al que recurren constantemente desde la práctica potenciada en el medio al intentar incluir en sus relatos los distintos enfoques sobre determinadas problemáticas y al atender a un gran número de fuentes en muchos de sus trabajos con perspectivas diversas sobre los procesos analizados.

Para los profesionales de este medio es importante también hablar de la propuesta de un “mundo posible” en el que los individuos se reconozcan (Entrevistado 12, comunicación personal, 5 de marzo de 2019). Esta función se asocia a la defensa del carácter propositivo del periodismo como ideal y podría comprenderse como complemento de los otros encargos sociales destacados con anterioridad.

En el caso de El Estornudo, los profesionales conciben como encargos sociales de la prensa los de informar, fiscalizar el poder y el Estado, potenciar y participar en el diálogo y los debates sociales e historiar la realidad cubana.

Cuando han aludido a la función de informar, los profesionales de este medio lo han referido de esta manera: “el periodismo es un servicio público y lo principal es informar a la gente; contarle la realidad (…) Eso es lo que intentamos hacer, contar la realidad desde nuestra óptica y desde nuestro enfoque” (Entrevistado 13, comunicación personal, 21 de marzo de 2019). Se trata, a juicio de uno de los entrevistados, de “informar con fidelidad, ser una fuente confiable de información, tener un compromiso social ante todo, o sea, no modificar la agenda por intereses personales ni económicos” (Entrevistado 14, comunicación personal, 18 de febrero de 2019). En el reconocimiento de esta función hay también en este medio un cuestionamiento a las carencias de la prensa en Cuba. Se ha hablado en este sentido de “contar este país, que hasta hace poco estaba sin contar” (Entrevistado 13, comunicación personal, 21 de marzo de 2019).

Otra función destacada en El Estornudo, al igual que en Periodismo de Barrio, la de fiscalización, ha sido asumida desde la comprensión del periodismo como “instancia exploradora” de “la relación (…) entre quien ejerce el poder y quienes son objeto de ese ejercicio del poder” (Entrevistado 15, comunicación personal, 28 de marzo de 2019). Esta función también se ha asociado a la idea de la profesión como “arma de la sociedad civil en contra de los poderes instituidos” (Entrevistado 16, comunicación personal, 2 de abril de 2019) o se ha relacionado con la intención de “vigilar para separar la verdad de la mentira” (Entrevistado 17, comunicación personal, 3 de marzo de 2019). Es esta una función que ha sido concebida por algunos profesionales de El Estornudo desde una perspectiva confrontacional y se ha vinculado, a su vez, entre otros aspectos, a la puesta en público de demandas, actores y procesos invisibilizados o desvirtuados por el poder. No obstante, se ha destacado también que el medio no se concibe como vocero de un actor político en específico:

En ese sentido, todos los proyectos periodísticos son políticos, todo lo político que se puede ser, pero no creo que estemos asumiendo una bandera de un grupo político. Digamos que uno participa de la política pero desde la sociedad civil; un medio independiente participa así (Entrevistado 18, comunicación personal, 15 de abril de 2019)

La asunción y participación en los debates que conforman el entramado social cubano ha sido otro encargo asignado a la profesión por los entrevistados. Cuando han respondido a las preguntas sobre la responsabilidad de los medios en un contexto en específico han resaltado la importancia de esta función incluso para poner a dialogar actores que ante la polarización que atraviesa la sociedad cubana no intercambiarían (Entrevistado 19, comunicación personal, 22 de febrero de 2019).

Los profesionales han señalado también la función de historiar la realidad de la Isla: “aunque ahora se perciba a los medios independientes como una amenaza, para mí es algo que probablemente esté salvando la memoria histórica de este país porque está diversificando el discurso sobre Cuba” (Entrevistada 4, comunicación personal, 28 de febrero de 2019). La referencia a esta función es especialmente interesante de cara al análisis sobre el modo en que los profesionales comprenden su responsabilidad en el contexto cubano. En primer lugar, porque no es habitual que desde una profesión dada al trabajo con los emergentes informativos en la realidad, se conciba su función desde una perspectiva histórica, y en segundo lugar porque la comprensión de la responsabilidad en estos términos vuelve a dar cuenta, como en la alusión a otras funciones, de la identificación de las carencias de la prensa oficial en el país pero, al mismo tiempo, del reconocimiento de cierta afectación en la trascendencia del ejercicio periodístico en este medio. Para varios profesionales, ante la imposibilidad de El Estornudo de penetrar en el entramado social de la Isla en las condiciones actuales (pues un medio que se encuentra bloqueado hacia el interior del país), el periodismo del momento puede ser comprendido como ejercicio desde el que se cuenta Cuba para el futuro; para entender las múltiples perspectivas sobre el país en los años venideros.

En ambos medios, la vocación de servicio público ha sido señalada explícitamente por los entrevistados. Ello da cuenta de una dimensión relevante de las culturas de periodismo en Cuba, compartida incluso por los integrantes de medios oficiales: el compromiso con las exigencias, demandas, debates e ideas provenientes del entramado social, a partir de una orientación cívica del periodismo cubano al menos entre los ideales de los profesionales (Veliz et al., 2019; Oller et al., 2016; Estrada, 1996).

Un aspecto importante también en el análisis de las consideraciones sobre las funciones generales de la prensa tiene que ver con el pronunciamiento, tanto en Periodismo de Barrio como desde El Estornudo, en torno a una metafunción desde la cual se explican todas las demás a juicio de algunos de los entrevistados: contribuir al desarrollo de un nuevo periodismo en Cuba. Esta función no es sólo relevante por englobar y explicar a las otras desde las consideraciones de los entrevistados, sino por otra razón: porque da cuenta del modo en que se autorreconocen en este contexto los periodistas y la responsabilidad que se autoasignan de frente al desarrollo de la profesión en su país.

Uno de los entrevistados de El Estornudo ha destacado que el medio esperaría tener alguna “influencia colateral” en el contexto cubano consistente en la renovación del periodismo: “esa sería otra función; participar de ese movimiento” (Entrevistado 18, comunicación personal, 15 de abril de 2019). En Periodismo de Barrio se han detenido también en esta metafunción desde la alusión a estrategias que sigue el medio para potenciar el cambio deseable en la prensa cubana. Se ha hablado en términos de “cómo queremos la prensa del futuro” para señalar acciones que se han desarrollado desde la organización periodística: formación de profesionales, generación de nuevas rutinas productivas que pueden validarse para nuevos medios, creación de alianzas con otros medios para que sean más fuertes, ofrecimiento de oportunidades de trabajo a recién graduados como alternativa a las opciones en la prensa oficial, entre otras (Entrevistada 9, comunicación personal, 24 de marzo de 2019).

El énfasis en las funciones de informar, fiscalizar al poder y al Estado, potenciar y participar en el diálogo y los debates sociales, mostrar la sociedad en su diversidad, entre otras, forman parte de lo que se ha denominado en este trabajo discursividad (y representación) profesional antiautoritaria. En su mayoría estos encargos de la profesión han sido concebidos desde una crítica al orden de cosas autoritario desde el cual se restringe la materialización del deber ser del ejercicio profesional en la Isla.

5.4 Inquietudes personales de los periodistas por su vinculación a la prensa independiente de la estructura mediático-partidista en Cuba

En los casos de los profesionales estudiados se manifiestan varias consecuencias asociadas a su vinculación a medios independientes, pero estas se encuentran matizadas por la condición situada del ejercicio profesional, es decir, por las particularidades del espacio-tiempo desde el que se habla. Los profesionales han referido varios objetos de inquietudes personales en un contexto de agresiones directas y violencia estructural y simbólica operante sobre el periodismo independiente en la Isla (García Santamaría, 2019):

1). relaciones interpersonales (aislamiento, ruptura de relaciones con personas cercanas, tensiones en relaciones familiares…)

2). integridad personal (daños psicológicos o físicos, limitación de libertades…)

3). desarrollo profesional (imposibilidad de ejercer la profesión)

4). prestigio y estatus social (descrédito, estigmatización, imposibilidad de mantener ingresos…).

Los entrevistados se han detenido con frecuencia en el modo en que los problemas para el ejercicio del periodismo independiente de la estructura mediático-partidista en Cuba afectan las relaciones interpersonales, de la misma manera que generan tensiones y preocupaciones al interior de las familias. Esto último es uno de los aspectos mencionados con más énfasis en las entrevistas y de igual forma asumido en las estrategias de los agentes represores para lidiar con los periodistas de estos medios: “las preocupaciones son varias (…); que vayan a tu casa y que contacten a tu familia…” (Entrevistada 20, comunicación personal, 6 de abril de 2019); “los juegos de presión de la Seguridad del Estado para buscarles las cosquillas a tus seres más queridos enrarecen el hogar” (Entrevistado 13, comunicación personal, 21 de marzo de 2019). Otro entrevistado lo refiere de esta manera: “si hubiera empezado con más años hubiera sido diferente, pero empecé siendo estudiante y mi familia se preocupa. Son de otra generación y sienten miedo. Las amistades se reducen al círculo de los periodistas independientes...” (Entrevistado 21, comunicación personal, 26 de febrero de 2019).

Aquí es importante destacar que a diferencia de este último periodista, varios de los entrevistados han referido que el círculo de amistades, si bien se ha visto afectado por su vinculación a los medios independientes, incluye no sólo a periodistas de estos medios.

La integridad personal ocupa también el centro de las inquietudes de los entrevistados. Ello puede tener que ver con las experiencias vividas por varios de ellos de detenciones e interrogatorios y con otros procesos de presiones que han operado sobre los profesionales a lo largo de su vinculación a estos medios. Así lo han expresado varios de los profesionales: “sobre las preocupaciones, creo que la principal que tengo yo (…) es el ser detenido. Me ha pasado dos veces y creo que después de la segunda vez, sobre todo, siempre tengo el temor de volver a ser detenido” (Entrevistado 3, comunicación personal, 29 de marzo de 2019); “trato de no pensar mucho en eso porque creo que la principal preocupación es ir presa; que de un momento a otro toquen a la puerta y te lleven a Villa Marista a esperar un juicio durante meses” (Entrevistada 4, comunicación personal, 28 de febrero de 2019). A ello se suman las inquietudes de otro tipo sobre la posibilidad de un desarrollo profesional truncado o la perdida de estatus o reconocimiento social.

Lo decía en un texto que publiqué hace poco, que se titula ‘Disculpas’. Lo más honesto es pedir disculpas y decir que también hemos tenido esos miedos, porque el miedo ha sido un instrumento de control social, y ha sido empleado a conciencia para mantener un estatus quo. Como ha sido empleado así, nos ha calado y más en nuestro sector, porque ha tenido un amarre institucional muy fuerte con el poder político del país. Salirte de ese espacio, brincar esa talanquera, rebelarse… cuesta mucho. A veces se logra pero no sin temor ni falta de preocupaciones por uno, por la familia, por el estatus, por la carrera profesional... (Entrevistado 12, comunicación personal, 5 de marzo de 2019).

Existe la preocupación dada por el hecho de que estás haciendo algo afuera de la ley. No es algo como robar gallinas o robar de una fábrica de galletas; estás al límite de caer en el grupo de ‘enemigos públicos’, de la ‘disidencia’ y de ‘contrarrevolucionarios’ que [en Cuba] es peor que ser un delincuente, aunque puedes hacer tu trabajo con mucha más seriedad que en un medio estatal (Entrevistada 22, comunicación personal, 3 de abril de 2019).

Ante la existencia de los más diversos obstáculos para el ejercicio profesional, se percibe en los entrevistados un compromiso con el encargo social de la profesión desde el cual se hace posible enfrentarse a estos y a las inquietudes que pueden generar. Ello nuevamente remite a la discursividad (y representación) profesional antiautoritaria cuya conformación encuentra su matriz en el contexto hostil cubano, pasa por una identificación con determinados valores centrales en la profesión y concluye en la comprensión del periodismo como un ejercicio de resistencia frente a los impedimentos para su desarrollo libre en el país.

6. Discusión y conclusiones

Las condiciones individuales de producción periodística se manifiestan en Periodismo de Barrio y El Estornudo en términos de una discursividad (y representación) profesional antiautoritaria. Esta puede definirse como el recurso profesional a perspectivas, consideraciones y evaluaciones de los ciudadanos para la defensa de sus intereses en el discurso de los medios en su relación con un posicionamiento crítico frente al poder. Refiere, a su vez, un cuestionamiento en torno al periodismo precedente y los modos en que se regula en el contexto cubano la prensa oficial e implica un regreso a valores tradicionales de la profesión, lo cual ha sido documentado también para otros contextos y medios (Wagemans, Witschge y Harbers, 2019; Deuze y Witschge, 2018; Wagemans, Witschge y Deuze, 2016). Da cuenta, además, de la constitución de un “discurso metaperiodístico” (Carlson y Usher, 2016; Carlson, 2016) desde el cual se defiende la relevancia de estas organizaciones en el ámbito mediático cubano.

Los medios estudiados, compuestos fundamentalmente por jóvenes formados como periodistas en la academia con trayectoria profesionales en las que se han vinculado a medios oficiales, independientes al interior de la Isla y extranjeros, así como con una inserción en procesos de socialización también en el exterior del país, pueden comprenderse, además, como resultado de una red laboral a la que se integran profesionales con ubicaciones diversas hacia afuera o al interior de Cuba, pero que poseen en común un ideal antiautoritario desde el cual generan sus prácticas profesionales.

Puede hablarse de la defensa entre los profesionales de estos medios de un periodismo crítico con el poder e identificado con los intereses ciudadanos, que en algunos aspectos puede manifestar continuidades con resultados de indagaciones previas situadas en la Isla en las cuales se han referido las ideologías y culturas profesionales en periodistas de la prensa oficial (Veliz et al., 2019;5 Oller et al., 2016; Estrada, 1996) y al mismo tiempo refiere coincidencias con concepciones profesionales sobre el periodismo en otros contextos (Weaver y Willnat, 2012; Hanitzsch et al., 2011; Johnstone, et al.,1972). No obstante, estos ideales se sustentan, sobre todo, en una oposición explícita al autoritarismo rector del ejercicio periodístico en el país. Esto implica reconocer que aun cuando existe una orientación cívica del periodismo que no es completamente nueva en la prensa en Cuba, se manifiesta a su vez un desplazamiento en relación con conclusiones de indagaciones anteriores en donde ha habido una identificación explícita por parte de varios periodistas con el proyecto de la Revolución Cubana (Veliz, et al., 2019), aspecto que no ha sido reafirmado en los profesionales examinados en esta investigación. Todo ello da cuenta del carácter conflictual y no homogéneo de las culturas de periodismo.

Por último, podría apuntarse que la literatura previa ha documentado efectos psicológicos de la iniciativa de periodistas al crear sus propios proyectos o al desarrollar su trabajo independiente en su vínculo con medios específicos (Deuze y Witschge, 2018; Deuze, 2014; Hesmondhalgh y Baker, 2010; Ertel, Pech, Ullsperger, Von Dem Knesebeck y Siegrist, 2005, entre otros). En el caso cubano estos efectos se dotan de matices particulares. A la incertidumbre que implica vincularse a determinados emprendimientos o el trabajo de periodistas independientes asociados a diversos medios, se unen inquietudes personales de los profesionales, relacionadas con las particularidades del contexto de la isla atravesado por las agresiones directas y la violencia estructural y simbólica operantes sobre el ejercicio del periodismo en el país (García Santamaría, 2019).

Estas inquietudes remiten a cuatro ámbitos: relaciones interpersonales (aislamiento, ruptura de relaciones con personas cercanas, tensiones en relaciones familiares…); integridad personal (daños psicológicos o físicos, limitación de libertades…); desarrollo profesional (imposibilidad de ejercer la profesión) y prestigio y estatus social (descrédito, estigmatización, imposibilidad de mantener ingresos…). Ello permite aludir una vez más a la discursividad (y representación) profesional antiautoritaria. Se plantea que esta última encuentra su matriz en la hostilidad en Cuba ante este tipo de periodismo, pasa por la defensa de determinados valores centrales en la profesión y arriba a la concepción del periodismo como expresión de la resistencia más allá de las inquietudes personales en torno a los obstáculos que puedan generarse por el poder autoritario.

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2 Para desarrollar la investigación en la que se ampara el artículo el autor contó con una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) en México, otorgada para estudiar en un posgrado reconocido dentro del Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC).

3 En 2017 fue premiado en la categoría de texto el trabajo de Jorge Carrasco, Historia de un paria publicado en El Estornudo. En 2019 fue premiado también en la categoría de texto el trabajo de Mónica Baró La sangre nunca fue amarilla, publicado en Periodismo de Barrio. Un trabajo de esta última periodista fue finalista en la categoría de texto en la edición de 2016 de este premio.

4 En 2018 Julio Batista obtuvo este último premio por el trabajo publicado en Periodismo de Barrio Las aguas muertas del Havana Club.

5 En el caso de esta indagación se incluyen también periodistas de medios independientes de la estructura mediático-partidista en el país como parte de la muestra de sujetos investigados.

Recibido: 04 de Septiembre de 2021; Aprobado: 10 de Febrero de 2022

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