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Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Publica

versão impressa ISSN 1726-4634

Rev. perú. med. exp. salud publica v.19 n.2 Lima abr.-jun. 2002

 

TRABAJOS ORIGINALES

 

Conductas de riesgo en jovenes que tienen contacto sexual con viajeros  (“Bricheros”) en la ciudad del Cuzco - Perú1

Miguel Cabada1;  Manuel Montoya2;  Juan Echevarría Z1,3;  Frine Samalvides C1,3;  Eduardo Gotuzzo H1,3.

1 Instituto de Medicina Tropical “Alexander von Humboldt”, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima - Perú.
2 Hospital de Apoyo Regional N°1 del Cuzco. Cuzco - Perú.
3 Departamento de Enfermedades Transmisibles y Dermatológicas, Hospital Nacional Cayetano Heredia. Lima - Perú.


 

RESUMEN

Antecedentes: en Cuzco, la ciudad más visitada de nuestro país, existe un grupo de riesgo para enfermedades de transmisión sexual (ETS) al que se le conoce como “bricheros”, los cuales buscan tener relaciones sexuales con viajeros. La información disponible sobre su comportamiento sexual es escasa. Objetivo: explorar el comportamiento sexual de los “bricheros”. Materiales y métodos: se suministraron cuestionarios anónimos escritos a los “bricheros” entre agosto y noviembre de 2001. Fue considerado “brichero” cualquier hombre o mujer entre 15 y 50 años de edad, visitante habitual de bares y discotecas cercanas a la plaza de armas de la ciudad que admitió haber tenido relaciones sexuales con viajeros extranjeros en los 12 meses previos al estudio. Resultados: se incluyó a 171 sujetos, la edad media fue 22,4 (DS±3,9), la media del número de parejas en los últimos 3 meses fue 3,0 (DS±2,7) y la media del número de parejas extranjeras en los 12 meses previos al estudio fue 6,3 (SD±9,1). 49,7% (85/171) “bricheros” tuvieron parejas peruanas y extranjeras, y 43,9% (75/171) sólo tuvieron parejas extranjeras. 37,6% (62/165) usó condón consistentemente y 28,7% (42/160) reportó haber tenido síntomas compatibles con ETS en el pasado. Conclusión: es importante enfatizar la capacidad de ambos grupos (“bricheros” y viajeros) para actuar como vehículos de ETS, a través de su interacción con grupos de alto y bajo riesgo y reconocerlos como grupos no tradicionales, que deben incluirse en programas de prevención dirigidos al cambio de comportamiento más que a la mera información. 

Palabras clave: Enfermedades sexualmente transmisibles/prevención & control; Conducta sexual; Perú (fuente: BIREME).


 

ABSTRACT

Background: In Cuzco, the most visited city in Peru, there is a high-risk group for sexually-transmitted diseases called “bricheros”, who go after travelers in order to have sex. Little is known about their sexual behavior. Objective: To explore the sexual behavior of these “bricheros”. Materials and methods: Anonymous written questionnaires were handed out to “bricheros”, between August and November of 2001. We defined a “brichero” as every male or female between 15 and 50 years old, who periodically attended bars and night clubs near the city main square, and who have had intercourse with tourists in the last 12 months. Results: 171 subjects entered the analysis, the mean age was 22,4 (SD: ± 3,9), the mean number of sex partners in the previous three months was 3,0 (SD: ± 2,7) and the mean number of foreign sex partners in the last twelve months was 6,3 (SD ± 9,1). 49,7% (85/171) “bricheros” had Peruvian and foreign sex partners and 43,9% (75/171) had only foreign sex partners. Only 37,6% (62/165) consistently used condoms and 28,7% (42/160) reported past STD-related symptoms. Conclusion: It is important to emphasize the capability of both groups (travelers and “bricheros”) to act as vehicles for STDs, through their interaction with low- and high-risk groups and recognize them as new groups that should be included in sustained prevention programs aimed at changing their behavior rather than only giving information. 

Key words: Sexually transmitted diseases/prevention & control; Sex behavior; Peru (source: BIREME).


 

INTRODUCCIÓN

La industria turística en el Perú viene experimentando un crecimiento sin precedentes1-3. En el año 2000, éste alcanzó la cifra de 1 millón de turistas extranjeros3. Esta industria se ha convertido en una de las principales actividades económicas en varias ciudades del país. Este es el caso del Cuzco, al que anualmente arriban más de 350 000 turistas, principalmente de Estados Unidos de Norte América y Europa, y cuya infraestructura hotelera creció en más del 14% entre los años 1999 y 20004.

La demanda por actividad sexual casual, sea esta remunerada o no, es elevada en sitios donde se encuentran grandes cantidades de personas buscando relajarse5,6, como ocurre en ciudades turísticas del interior del Perú. La relación entre la industria del turismo y la del sexo se ve muy claramente en países de África y Asia7,8, donde esta última se convierte en la principal atracción para algunos viajeros llamados “turistas sexuales” 5,7

Aunque, hasta el momento no se ha reportado formalmente la presencia de “turistas sexuales” en el Perú, la interacción sexual entre viajeros y la población local se da en cantidad significativa9,10. En ciudades turísticas por excelencia, como Cuzco e Iquitos, se encuentran grupos que buscan la interacción sexual con viajeros11. Éstos están formados por población que se moviliza, de una ciudad a otra, siguiendo el flujo turístico, lo que les da la capacidad de adquirir y transmitir nuevas enfermedades de transmisión sexual (ETS) y de diseminar epidemias, tanto dentro como fuera del Perú12

En la ciudad del Cuzco, estos grupos han sido incorporados a la tradición popular. Sus miembros son llamados “bricheros” y se consideran míticamente como “cazadores de gringas”. Estos grupos no intercambian sexo por dinero así que, en sentido estricto, no son trabajadores sexuales pero, de alguna manera, logran obtener beneficios de sus relaciones temporales. 

En la actualidad, no existen estudios sistemáticos que aborden este fenómeno. Aparte de los mitos, poco es lo que se sabe acerca del comportamiento sexual de los “bricheros”. Es por esto que decidimos conducir este estudio, como una primera aproximación al problema. 

MATERIALES Y MÉTODOS

El estudio fue realizado en la ciudad del Cuzco entre los meses de agosto y noviembre del año 2001. Fue considerado “brichero” cualquier hombre o mujer entre 15 y 50 años de edad, que siendo un visitante habitual de bares y discotecas cercanas a la plaza de armas de la ciudad, admitió haber tenido relaciones sexuales con viajeros extranjeros en los 12 meses previos al estudio. Se usaron cuestionarios escritos anónimos que contenían preguntas sobre datos demográficos y de comportamiento sexual, éstos fueron respondidos individualmente por cada sujeto después de obtener su consentimiento verbal para participar en el estudio. 

Para la identificación de los “bricheros”, se contactaron a dos sujetos conocidos en ese medio, éstos actuaron como informantes clave y se les entrenó para la captación de sus pares. Para motivar la participación en el estudio se invitó a las personas identificadas como “bricheros” a participar en charlas acerca de prevención de ETS, éstas fueron impartidas por dos miembros del equipo de investigación en bares y discotecas antes de la hora de apertura al público. Antes de cada charla, se repartieron los cuestionarios a los participantes y luego de cada charla se obsequiaron condones y boletines informativos.

La información se almacenó y analizó usando el programa SPSS 9,0 para Windows (Copyright © SPSS Inc.1989 - 1999). Se emplearon las pruebas de Chi cuadrado y exacta de Fisher, según correspondiera. Además, se calcularon los riesgos relativos e intervalos de confianza al 95%.

RESULTADOS

Los cuestionarios fueron ofrecidos a 251 sujetos, de éstos 230 (91,6%) dieron su consentimiento verbal para ser incluidos en el estudio. Después de excluir a los sujetos que no admitieron relaciones sexuales con viajeros extranjeros en los últimos 12 meses o que retornaron los cuestionarios con escasa información, 171 (68,1%) quedaron para el análisis final. 

La media de edad de los “bricheros” participantes fue 22,4 años (DS ± 3,9), el rango de edades fluctuó entre 17 y 34 años, 14 “bricheros” no contestaron a esta pregunta, 51,5% (88/171) fueron varones y 88,9% (152/ 171) solteros. Las ciudades de origen más comunes fueron Cuzco en 40,4% (69/171) y Lima en 33,9% (58/ 171), y la ciudad de residencia más común fue Cuzco 86% (147/171), 67,6% (115/170) tenían algún tipo de formación técnica o universitaria y al momento del estudio 68,3% (110/161) tenían algún tipo de empleo, la mayoría de éstos relacionados con bares o discotecas 56,5% (65/115). 

86,2% (137/159) de los “bricheros” entrevistados se identificó como heterosexual, 9,4% (15/159) como bisexual y 4,4% (7/159) como homosexual. 

El promedio de compañeros sexuales en los últimos 3 meses fue 3,0 (DS±2,7) con 22,5% (34/151) de los sujetos que admitió haber tenido 5 ó más parejas en ese período. El promedio de parejas extranjeras en los últimos 12 meses fue 6,3 (DS±9,1) con 31,4% (48/153) de los sujetos que admitieron 7 ó más parejas sexuales en ese periodo. Aquellos identificados como homosexuales o bisexuales tuvieron más parejas extranjeras en los 12 meses previos al estudio que los identificados como heterosexuales (RR= 2,81, IC95%=1,14-6,88). 

49,7% (85/171) de los “bricheros” reportó relaciones sexuales tanto con extranjeros como con peruanos, seguida por 43,9% (75/171) que sólo reportaron relaciones sexuales con extranjeros, 4,7% (8/171) que tuvieron relaciones sexuales con los tres grupos de riesgo y 1,8% (3/171) que tuvieron relaciones con extranjeros y trabajadoras sexuales. Los varones tuvieron con más frecuencia relaciones sexuales con más de un grupo (52/81 vs. 36/78 RR= 1,45, IC95%=1,04-2,01). 

69,3% (115/166) de los participantes admitieron consumir bebidas alcohólicas previas a la actividad sexual, mientras que 30,3% (50/165) admitieron el uso de drogas. 37,6% (62/165) reportó usar preservativo en todas sus relaciones sexuales y 16,4% (27/165) reportó nunca usarlo. Aquellos que usaban condón de manera irregular y los que nunca lo usaban reportaron con más frecuencia historia pasada de síntomas compatibles con ETS (RR= 2,19, IC95%= 1,18-4,08). Se encontró cierta tendencia a un menor uso de preservativo entre los “bricheros” casados (RR=1,63, IC95%=1,44-1,85)(p=0,09) y entre los que reportaron consumir siempre bebidas alcohólicas (RR=1,62, IC95%=1,43-1,83)(p=0,09) o drogas (RR=1,42, IC95%=1,07-1,90)(p=0,13) antes de tener relaciones sexuales.

28,7% (46/160) reportó haber tenido síntomas compatibles con ETS en el pasado. 10 reportaron secreción anormal por el pene, 26 flujo vaginal anormal, 6 úlcera genital, 2 bubón inguinal y 2 flujo vaginal anormal/ bubón inguinal. Las mujeres reportaron con más frecuencia síntomas compatibles con ETS (RR=2,66, IC95%=1,54-4,58). 

DISCUSIÓN

Debido a la escasa información existente sobre los “bricheros” y por no presentar características que permitan definirlos claramente como grupo, en este estudio se presentó cierta dificultad para distinguir entre “bricheros” y clientes habituales de bajo riesgo en los bares y discotecas. Nótese el número de cuestionarios contestados y el número de cuestionarios que entraron al análisis final, esto podría introducir un sesgo de selección a pesar de nuestros esfuerzos para minimizarlo. Sin embargo, creemos que nuestra muestra representa una buena aproximación a este fenómeno y representa a una población joven con conducta de alto riesgo. Otra consideración a tenerse en cuenta es que en nuestro estudio podría existir un sesgo de memoria dado su naturaleza y diseño.

El “brichero” típico, aquel que se ha incorporado a la tradición cuzqueña como el “cazador de gringas”, era por lo general de sexo masculino, vestía a la usanza incaica y a pesar de que tenía en algunos casos formación profesional y conocimiento de idiomas extranjeros, prefería vivir de la interacción con turistas. En esta se empleaba el misticismo de la cultura andina como pretexto para establecer el vínculo, el sexo era una forma de obtener beneficios y el fin último era conocer a una mujer con quien pueda abandonar el país13-15. El “brichero” no se prostituía o vendía en el sentido estricto, el intercambiaba “amor” por un techo y comida, aunque algunas veces, además se obtenía dinero. Mario Guevara Paredes, antropólogo y “brichero” retirado, retrata el fenómeno en su libro “Gringa Hunter y otros cuentos cortos” de la siguiente manera: “...tenía mujer que parecía un maniquí de feria comercial, habitación en un hostal céntrico y comida de lo mejor. Figúrese que mis bolsillos siempre aparecían con dinero y todo por darle a la gringa un poco de amor...”14.

Sin embargo, en los últimos años ha aparecido un nuevo tipo de “brichero”, que viste al estilo occidental y que poco sabe de la cultura andina. El nuevo “brichero”, según nuestros resultados, es una persona joven, hombre o mujer, con una formación profesional, que trabaja en bares o discotecas y tiene un alto recambio de parejas sexuales. Esto probablemente debido a la presión de factores como la falta de oportunidades de empleo calificado, el crecimiento de la industria turística en el Cuzco y la política de algunos dueños de discotecas y bares que fuerzan una interacción entre sus empleados y clientes para incrementar sus ventas, lo que al final los expone a conductas de riesgo que lindan con el comercio sexual.

Cabe mencionar, además, que siempre se consideró que los “bricheros” eran naturales de Cuzco, pero en nuestro estudio la mayoría (60%) nació en otras ciudades del Perú, lo que también podría explicar el cambio ocurrido en este grupo en los últimos años. 

De acuerdo a testimonios espontáneos de los participantes, el número de “bricheros” en Cuzco es bastante alto entre junio y agosto, cuando el flujo turístico se incrementa, lo que indicaría que existen dos poblaciones de “bricheros”, una estable y otra móvil. 86% de los que contestaron el cuestionario residían en Cuzco, lo que indicaría que nuestra muestra representa la fracción establecida en Cuzco, en contacto permanente con turistas y en consecuencia expuesta a un mayor riesgo, pero a la vez más fácil de captar en campañas preventivas.

El consumo de bebidas alcohólicas y de drogas se reconoce como un factor que influye en el bajo uso de preservativo, quizá porque bajo sus efectos se haga más difícil prever una provisión de estos o porque se haría más difícil la negociación con la pareja con respecto a su uso. El uso consistente de preservativo reportado por los sujetos en este estudio fue bajo (37,6%), coincidiendo con el alto consumo de bebidas alcohólicas y drogas previo a las relaciones sexuales, y quizá se relacione también a la escasa cobertura de los programas de prevención del sector salud. 

Dos de las características de la actividad sexual de los “bricheros” resultaron alarmantes, la primera fue que prácticamente la mitad de ellos reportó relaciones sexuales tanto con extranjeros como con gente local, y la segunda fue la tendencia de que los “bricheros” casados usen preservativo con menor frecuencia. Esta movilidad entre grupos genera que población de bajo riesgo se exponga, probablemente sin saberlo, a los mismos riesgos de adquirir ETS y convierte a los “bricheros” en un grupo capaz de transmitir y diseminar epidemias12, incluso dentro de sus propias familias. 

La palabra “brichero” se cree deriva del vocablo inglés “bridge” que significa puente, ya que en la tradición los “bricheros” formaban un “puente” entre dos civilizaciones, por un lado la andina y por otro la europea o americana11, pero en la actualidad estos “puentes” más que servir para el intercambio cultural, sirven para la importación y exportación de ETS, debido a características mencionadas anteriormente como el alto recambio de parejas, el infrecuente uso del condón y la movilidad entre grupos de alto y bajo riesgo.

En un estudio realizado en Lima, 12% de los viajeros reportaron actividad sexual casual en el Perú, más de la mitad de éstos la tenían con parejas locales y 25% usó condón de manera regular. Los viajeros provenientes de Estados Unidos de Norte América tuvieron con más frecuencia actividad sexual que los viajeros europeos9,10

Un estudio similar realizado por M. Cabada et al. en el Cuzco indagó sobre actividad sexual casual de viajeros en esta ciudad, la proporción de sujetos sexualmente activos durante su viaje, después de excluir a los que venían acompañados por su pareja habitual o sus padres, fue del 10%. Sin embargo, la actividad sexual fue más frecuente entre viajeros, el uso regular de condón fue reportado por 70% de los sujetos y no se encontró diferencia en la actividad sexual entre viajeros de distintas procedencias (datos no publicados). 

Existen otras ciudades en que, como en Cuzco, se da la interacción sexual entre viajeros y gente local, tal es el caso de la ciudad de Iquitos donde existen grupos de hombres homosexuales y mujeres que ofrecen sexo casual a los turistas. La prensa local ha hecho algunos reportes en esta ciudad sobre “turistas sexuales” en los que se involucran adolescentes.

En conclusión, los “bricheros” identificados en este estudio son un grupo de alto riesgo y con capacidad de servir como vehículos en la transmisión de ETS, tanto dentro como fuera del país, lo que hace imperativo el incluir a este grupo en campañas sostenidas de prevención. Es necesario conducir más estudios en ésta y otras poblaciones de riesgo en el país, con el fin de adquirir el conocimiento que permita crear estrategias adecuadas para lidiar con este grave fenómeno potencial.

AGRADECIMIENTOS

A las Srtas. Anahi Cardona, Fabiola Vega, Érika Camacho y al Sr. Fedor Yancaya, sin cuya colaboración hubiera sido imposible llevar a cabo este proyecto.

REFERENCIAS

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Correspondencia: Juan Echevarría Zárate. Instituto de Medicina Tropical “Alexander von Humboldt”, Universidad Peruana Cayetano Heredia, AP 4314, Lima 100, Perú.
Teléfono: 51-1-4823910, Fax: 51-1-4823404
Correo electrónico: chito@upch.edu.pe

1 Este estudio contó con el apoyo técnico - financiero del Proyecto Vigía “Enfrentando las Amenazas de las Enfermedades Infecciosas Emergentes y Reemergentes”. MINSA-USAID

 

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