INTRODUCCIÓN
El rol de la mujer en la medicina ha cambiado significativamente desde que Elizabeth Blackwell se graduó como la primera médica en 1848 1. En el Perú, 51 años después, se marcó un hito en la historia de la medicina peruana al graduarse Laura Rodríguez Dulanto de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos como la primera peruana en jurar la demanda hipocrática el 25 de octubre de 1900 2. Paulatinamente, las mujeres han incursionado en todas las especialidades médicas; sin embargo, con el antecedente de que las especialidades quirúrgicas han tenido predominancia masculina a través de los años, lograr una carrera relacionada con la sala de operaciones constituye un reto para las aspirantes a cirujanas 3.
La predominancia masculina en las especialidades quirúrgicas ha sido reportada en varios países. En Canadá, las mujeres representan el 27,0% de los cirujanos y si bien se ha logrado avanzar con algunos derechos, como la licencia de maternidad remunerada en instituciones académicas, estos aún no se reflejan en todo el espectro laboral 4. En el Perú se percibe un contexto similar. En una encuesta realizada a 298 médicos generales se encontró una preferencia masculina en la elección de especialidades quirúrgicas, siendo la remuneración económica uno de los principales factores para elegir la especialidad 5. Poco se conoce sobre las limitantes de la carrera quirúrgica en el Perú y las áreas donde se podría mejorar.
Por esta razón, el presente estudio describe el estado de las mujeres en la carrera médico-quirúrgica en la realidad peruana, detalla las limitaciones vinculadas al género, destaca la importancia de su participación en cirugía, y formula propuestas para mejorar la representación femenina en las especialidades quirúrgicas.
ACCESO DE LAS MUJERES A LA CARRERA MÉDICO-QUIRÚRGICA
El número de médicos en el Perú se ha ido incrementando. De 27 médicos graduados anualmente en la década de 1920 se pasó a 1026 a inicios de la década de 1990 6; y de 56 524 médicos colegiados en el 2010 se pasó a 86 252 en el 2019 ( 7. Del mismo modo, la representación de las mujeres en medicina ha ido aumentando progresivamente. Por ejemplo, en el 2007 se reportó que el 60% de los postulantes a universidades peruanas eran mujeres 8, si bien, no todas lograron ingresar y completar sus estudios superiores, el número de médicas colegiadas en el Perú se ha incrementado considerablemente 9. En el 2009, la razón hombres:mujeres de los médicos colegiados ya era favorable a las mujeres (1:1,49) 9.
Para ser cirujano en el Perú se requiere cursar siete años de pregrado en la escuela de medicina, uno de servicio rural, y tres o más de especialización. A pesar del número semejante entre hombres y mujeres de estudiantes de medicina y médicos graduados, en el residentado médico no ocurre lo mismo. De hecho, la literatura reporta disparidades en la representación femenina en las especialidades quirúrgicas y afines 10. Por ejemplo, en el estudio de Salazar-Reyna, realizado en residentes de cirugía general de una universidad pública en Lima, se encontró que solo el 23,0% eran mujeres 11.
Una investigación realizada en estudiantes de medicina de 11 países latinoamericanos encontró que las mujeres tenían más probabilidad de elegir ginecología y cirugía pediátrica (RP = 2,75 y RP = 2,19; respectivamente) 12. En el Perú, dentro de los principales motivos para elegir una especialidad quirúrgica, en comparación con una clínica, destacan los ingresos económicos y la alta reputación 5.
En el Perú, no hay estudios sobre los factores asociados a elegir una carrera quirúrgica en estudiantes de medicina o médicos generales. A partir de evidencia extranjera, se sabe que la discriminación hacia el género femenino, la falta de modelos a seguir del mismo sexo y la percepción de incompatibilidad entre la cirugía y la maternidad son factores importantes 13. Estas situaciones son similares a las reportadas por cirujanas, quienes destacan el desbalance entre la vida profesional y personal, escasez de mentores, inflexibilidad de horario laboral y estereotipos de género en sus especialidades 14.
DESIGUALDADES VINCULADAS AL GÉNERO E IMPORTANCIA DE LAS MUJERES EN LA LABOR MÉDICO-QUIRÚRGICA
El Colegio Médico del Perú reportó en el 2021 el número de médicas colegiadas en especialidades quirúrgicas y afines (Tabla 1). De 3153 especialistas en cirugía general, solo el 12% (381) fueron mujeres. Este porcentaje es inferior al reportado en países como Canadá y España 4 , 15. El patrón de mayoría masculina se repite en ginecología, cirugía de tórax, cirugía oncológica y anestesiología. Estos resultados son un compilado de especialistas a nivel nacional y es necesario considerar que los porcentajes podrían variar entre regiones. Por otro lado, es conveniente mencionar que la tendencia de médicas especialistas en las ramas quirúrgicas viene en ascenso; no obstante, el aumento es más paulatino que el de médicas generales. Así lo reportaron los datos del Ministerio de Salud donde, del 2013 al 2018, las mujeres pasaron de representar del 10,6% al 11% en cirugía general; del 20,1% al 23,9% en ginecología; del 13,0% al 16,0% en cirugía de tórax; y del 38,5% al 40,8% en anestesiología ( 16.
Especialidad | Masculino | Femenino (%) | Total | n (%) | n (%) | n |
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Cirugía general | 2772 (87,9) | 381 (12,1) | 3153 |
Ginecología y obstetricia | 3225 (73,4) | 1170 (26,6) | 4395 |
Cirugía de tórax y cardiovascular | 302 (91,2) | 29 (8,8) | 331 |
Cirugía oncológica | 83 (76,2) | 26 (23,8) | 109 |
Anestesiología | 1445 (55,4) | 1163 (44,6) | 2608 |
Fuente: elaboración propia según datos compartidos por el Colegio Médico del Perú.
Algunos de los retos que las mujeres afrontan inician durante el residentado. Myers et al. 17 reportaron que, entre los residentes de cirugía general, las mujeres manifestaron sentimientos que afectan desfavorablemente su autoestima e interfieren con su autoidentificación como cirujanas; y que, además, fueron estereotipadas negativamente y recibieron más críticas que sus colegas varones de los médicos asistentes con respecto a mostrar seguridad. Si bien la falta de mentores y modelos femeninos a seguir es una barrera frecuente, el 64,0% de mujeres residentes de cirugía siente confianza en poder superarla 18.
Dentro del ejercicio profesional, la remuneración económica inequitativa entre hombres y mujeres es un problema persistente 19. En Canadá, Dossa et al. 20 reportaron un exceso de pago de 64,88 USD por hora a los cirujanos en comparación con las cirujanas. Respecto a la situación en el Perú, no existe evidencia de diferencias en la remuneración entre cirujanos y cirujanas, pero se ha reportado que, en general, las ganancias mensuales de los médicos son 18,0% mayores que las de las médicas 21, y que ellos usualmente tienen un 81,0% más de probabilidad de tener salarios altos en comparación con las mujeres 20. Las médicas, aun siendo especialistas, tienden a recibir sueldos más bajos que los colegas hombres 20 .
Uno de los factores que explica la brecha salarial es la acumulación de años, que difiere según sexo. Se sabe que las médicas laboran menos horas para poder repartir su tiempo, entre su trabajo, atender a sus familias 22 y criar a sus hijos 21. Por ejemplo, en Japón un estudio demostró que el 93,1% de cirujanos con hijos trabajaban a tiempo completo, en comparación con el 30% de cirujanas con hijos, que trabaja a medio tiempo 23. Consecuentemente, las mujeres tienen menos probabilidad de acumular más años de trabajo. Un estudio estadounidense demostró que después de controlar estas características, la remuneración de las médicas seguía siendo sustancialmente menor a la de los médicos 19, es decir, la disparidad de las ganancias por género se mantuvo significativa.
Las inequidades y microagresiones descritas podrían afectar significativamente la salud mental de las residentes y cirujanas, y traer consigo resultados desfavorables para los pacientes. A pesar de las barreras que afrontan, las cirujanas tienen iguales e incluso mejores resultados posoperatorios que sus colegas varones. En un estudio de cohorte pareado se encontró que los pacientes tratados por cirujanas tuvieron menos probabilidades de morir en los 30 días posoperatorios que los tratados por cirujanos varones (OR = 0,88; IC95%: 0,79 - 0,99) 24. La importancia de la participación de las mujeres en cirugía también radica en la elección de los pacientes, puesto que algunos prefieren ser atendidos por cirujanas. En un estudio con pacientes de cirugía plástica, un número mayor de ellos prefirió atenderse por cirujanas que por cirujanos (p < 0,001) 25. Resultados similares se obtuvieron entre pacientes de emergencia y de una clínica de traumatología, donde el 90,1% prefirió ser atendido por una mujer y solo el 9,9% por un varón, y entre los pacientes de cirugía de mano, las cirujanas fueron preferidas casi tres veces más que los cirujanos (p = 0,08) 26. En cuanto a la especialidad de ginecología, un estudio reportó que el 66% de pacientes prefirió atenderse por una mujer, 8% por un varón y 25% no tuvo preferencias 27. Por otro lado, se ha documentado que las médicas podrían tener mejores habilidades blandas que sus pares masculinos. Un estudio analizó las habilidades interpersonales de médicos residentes hombres y mujeres mostrando diferencia significativa en la «Escala de orientación paciente-profesional» (instrumento validado para evaluar la actitud hacia la relación médico-paciente) con un resultado favorable hacia las mujeres (p = 0,032) 28.
Adicionalmente, la diversificación del ambiente laboral hospitalario sugiere mejoras de rendimiento tanto del personal en contacto directo con pacientes, como de aquellos en cargos de liderazgo 29. Respecto a los pacientes, los beneficios van desde mayor adherencia al tratamiento hasta mejores resultados de salud 29.
En cuanto a la productividad científica por género, se ha reportado que, si bien los médicos académicos tienen estadísticamente más producción que las médicas según el índice H (p < 0,001), las tasas de productividad son equivalentes entre ambos sexos 30. Cuando se hace el análisis por especialidad, estas diferencias se mantienen en las quirúrgicas, pero en las médicas la tasa productividad de las mujeres supera a la de sus homólogos masculinos, luego de un periodo de 20 años en investigación ( 30.
PROPUESTAS PARA MEJORAR LA REPRESENTACIÓN FEMENINA EN CIRUGÍA Y ESPECIALIDADES AFINES
Entender la experiencia y los retos de las mujeres en cirugía es fundamental para aumentar su representatividad y proponer ideas para un futuro mejor. Considerando que actualmente las mujeres representan aproximadamente el 50% de los estudiantes de medicina, se espera que el número de cirujanas aumente en los próximos años, por lo tanto, es indispensable ir adoptando medidas que promuevan la equidad de género. En la Tabla 2 planteamos propuestas a las principales problemáticas, identificadas en la literatura, para mejorar la equidad de género en las especialidades quirúrgicas, en diferentes categorías: mentoría, igualdad de oportunidades, beneficios laborales y educación médica. Si bien se han discutido más variables en la literatura publicada, las comentadas a continuación están entre las más frecuentemente consideradas. Cabe resaltar que, de implementarse las propuestas, la mayoría podría ser alcanzada a mediano y largo plazo.
Mentoría |
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Promover espacios de mentoría por especialistas y residentes hombres y mujeres para asesorar a estudiantes interesados en la especialidad 13 . |
Invitar a reconocidas profesionales quirúrgicas a brindar charlas sobre su experiencia en sus respectivas áreas de experticia para promover la visibilidad femenina 14 . |
Difundir esfuerzos para conectar profesionales y estudiantes (networking), como los grupos Siray Perú, Gender Equity on Global Surgery y Association of Women Surgeons. |
Igualdad de oportunidades |
Invitar a personal quirúrgico femenino a formar parte de cargos de organizaciones o sociedades profesionales relacionadas con la cirugía. |
Crear sesiones específicamente dirigidas a mujeres y otras minorías en conferencias o simposios relacionados con las especialidades quirúrgicas 13 , 14 . |
Condenar las microagresiones basadas en género y direccionadas hacia un género en particular 14 . |
Realizar capacitaciones que busquen visibilizar las consecuencias negativas de los prejuicios y discriminación por género. |
Beneficios laborales |
Velar por derechos laborales que aseguren una adecuada vida profesional de hombres y mujeres (ej. licencia de maternidad, licencia de paternidad y espacios para lactancia). |
Establecer un sistema de soporte familiar que facilite ejecutar los deberes paternales sin afectar el rendimiento laboral 14 . |
Vigilar que la remuneración económica no difiera por género 19 . |
Educación médica |
Abrir espacios de diálogo entre estudiantes de medicina, residentes y el programa académico, para compartir experiencias sobre el entrenamiento quirúrgico ( 13 , 14 . |
Incentivar la participación de las residentes en actividades societarias en diversos temas que se expandan de lo clínico quirúrgico ( 13 . |
Invitar o abrir paneles donde estudiantes de medicina y residentes dirijan el conversatorio, con el apoyo de cirujanos líderes en el campo. |
Fuente: elaboración propia.
Mentoría
El acto de mentoría consiste en forjar una relación de respaldo de una persona con mayor experticia hacia otra que está en proceso de aprendizaje 14. Es un espacio que permite transmitir conocimiento que trascienda temas técnicos, abarcando experiencias personales y profesionales. Para ello es fundamental que los programas de residencia reconozcan este acto como parte de la actividad docente. El acto de mentoría debería realizarse con regularidad entre diferentes niveles de formación, es decir, de residente a estudiante de medicina, de residente senior a junior y de especialista a residente o estudiante 13.
Igualdad de oportunidades
Una forma de instar a la igualdad de oportunidades entre cirujanos es aumentando la visibilidad de la participación femenina en distintos cargos y promoviendo su integración en organizaciones relacionadas con la cirugía, de esta forma se iría despejando la imagen predominantemente masculina de las especialidades quirúrgicas 13 , 14. Por otra parte, es imperativo desterrar prejuicios hacia las mujeres, ya que dificultan su desarrollo profesional haciéndolo innecesariamente más complicado 17. Cabe destacar que a los varones también se les podría atribuir estereotipos, por ello es necesario condenar las microagresiones hacia ambos géneros. Para combatir efectivamente el problema de la inequidad en cirugía es preciso identificar las situaciones y comentarios que refuerzan el problema 14. Dicho esto, se sugiere implementar capacitaciones de «tolerancia cero» en favor de una convivencia sin prejuicios y antirracista, cuyo propósito sea que los participantes (desde jefes de servicios de cirugía hasta alumnos rotantes) logren reconocer y evitar cometer micro y macroagresiones que van desde bromas ofensivas hasta acoso sexual y maltrato.
Beneficios laborales
El acceso a políticas de licencia familiar remunerada es vital para garantizar que el personal médico tenga la suficiente flexibilidad para velar por los miembros de su familia, ya sea de hijos o padres, sin perjudicar su avance en la carrera médico-quirúrgica y ni a sus pacientes 13. En aras de promover la equidad de género, tanto hombres como mujeres son merecedores de estos beneficios laborales. La remuneración económica es una compensación a los servicios que brindan los profesionales. Dicha compensación debe estar en función al trabajo realizado y no a las características personales del trabajador, como el género. En tal sentido, la inequidad salarial no debería ser una práctica aceptada entre cirujanos ni en ninguna otra profesión 19 ). En cuanto a la contratación y ascenso laboral del personal médico, lo ideal es que el proceso se base a logros objetivos, habilidades interpersonales y motivación para el cargo, lo cual implica que, en la fase inicial de selección, no deberían valorarse el nombre, apariencia ni género de los postulantes.
Educación médica
La educación médica no ha sido estática a través de los años, ahora el alumno no solo debe estar capacitado en conocimientos y destrezas clínico-quirúrgicas, sino también en trabajar en equipo y adaptarse a sus condiciones desfavorables. En este sentido, las sociedades quirúrgicas peruanas tienen el importante rol de interconectar las diferentes generaciones de cirujanos con residentes y estudiantes para facilitar el flujo de habilidades técnicas y blandas necesarias en la práctica médicoquirúrgica. Por ejemplo, la apertura de conversatorios liderados por cirujanas y residentes donde compartan sus experiencias sería de gran utilidad para los estudiantes de medicina 13 , 14.
Resaltamos la necesidad de más investigación sobre la experiencia de los cirujanos y cirujanas en el Perú para poder aplicar cambios basados en evidencia que promuevan la equidad de género.
CONCLUSIONES
En el Perú, si bien la participación de mujeres en medicina tuvo un inicio lento, actualmente constituyen un porcentaje sustancial en las escuelas de medicina. No obstante, este cambio no necesariamente se refleja en el número de especialistas quirúrgicos. En cuanto al trabajo médico, las mujeres siguen enfrentando diferentes barreras ligadas a su género, las cuales sumadas a la falta de representación femenina en las ramas quirúrgicas desalientan a las estudiantes de medicina a escoger la cirugía como carrera. Se destacan los beneficios de incluir más mujeres en medicina. Finalmente, se proponen alternativas para aminorar las brechas de género presente entre especialidades quirúrgicas y afines en nuestro país.