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Horizonte Médico (Lima)

versión impresa ISSN 1727-558X

Horiz. Med. vol.18 no.1 Lima ene./mar. 2018

http://dx.doi.org/10.24265/horizmed.2018.v18n1.11 

ARTÍCULO DE REVISIÓN

Candidiasis sistémica en pacientes críticos, factores predictores de riesgo

Systemic candidiasis in critical patients: risk predictors

 

Víctor Lazo 1,a ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-7263-8738, Gina Hernández 1,a ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-9532-7529, Rafael Méndez 1,b ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-1528-2672

1. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Escuela de medicina. Tunja, Boyacá, Colombia.

a. Estudiantes de Medicina.

b. MsC. Investigación Clínica, Médico Internista, Profesor Asistente.


RESUMEN

Candida sp. constituye el microorganismo más frecuentemente implicado en las infecciones por hongos en pacientes críticamente enfermos. La candidemia es la forma más común de candidiasis invasiva, ingresando al torrente sanguíneo por el tracto gastrointestinal y la piel. A nivel mundial la candidemia se destaca como una de las principales causas de morbilidad con aumentos significativos en la incidencia y prevalencia en los últimos años. Además, eleva los costos de la atención hospitalaria.

Aunque diversos estudios demuestran que el inicio temprano del tratamiento antifúngico mejora el pronóstico de los pacientes, se tienen dificultades con las pruebas diagnósticas existentes, debido a que no tienen un nivel adecuado de sensibilidad y un óptimo rendimiento. Por tal razón, en la actualidad se vienen utilizando diversos índices clínicos predictores de candidiasis invasiva como Ostrosky, Candida Score, Escala de Pittet, entre otros, los cuales tienen un alto valor predictivo negativo que permite reconocer los pacientes que no se benefician de un inicio temprano de un tratamiento antifúngico mientras se confirma el diagnóstico por laboratorio. La terapia antifúngica disponible para el tratamiento de las candidemias en UCI está compuesta básicamente por tres grupos de medicamentos, los azoles, los polienos y las equinocandinas.

A pesar de la validación de los índices predictores de candidiasis invasiva en otros países, se desconoce cuál de estos sería el más efectivo para predecir esta patología en la región.

Palabras clave: Candida albicans; infección; candidiasis invasiva; candidemia (Fuente: DeCS BIREME).


ABSTRACT

Candida sp. is the microorganism most frequently involved in fungal infections in critically ill patients. Candidemia is the most common form of invasive candidiasis entering the bloodstream from the gastrointestinal tract and skin. Worldwide candidemia stands out as one of the leading causes of morbidity with significant increases in its incidence and prevalence in recent years. In addition, it raises the costs of hospital care.

Although several studies show that early initiation of antifungal treatment improves patients’ prognosis, there are difficulties with existing diagnostic tests, because they do not have an adequate level of sensitivity and optimum performance. For this reason, various clinical indices are currently being used as predictors of invasive candidiasis, such as Ostrosky Candida Score, Candida Score, Pittet Candida Colonization Index, among others, which have a high negative predictive value that allows to recognize patients who do not benefit from an early initiation of an antifungal treatment while the diagnosis is confirmed by laboratory. Antifungal therapy available for the treatment of candidemia in the ICU consists basically of three groups of drugs: azoles, polyenes and echinocandins.

Despite the validation of predictors of invasive candidiasis in other countries, it is still unknown which of these would be the most effective for predicting this disease in the region.

Keywords: Candida albicans; infection; candidiasis, invasive; candidemia (Source: MeSH NLM).


INTRODUCCIÓN

Las infecciones micóticas se dividen en superficiales y profundas, dentro de las superficiales se encuentran las infecciones de piel, uñas y mucosas orofaringea y vaginal y en cuanto a las profundas comprometen órganos, mucosa gastrointestinal o torrente sanguíneo. El presente estudio aborda principalmente las infecciones invasivas causadas por Candida sp, es decir, las de origen profundo. Recientemente se asocian a infecciones sistémicas en pacientes hospitalizados en las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI), generando un incremento en la morbilidad y mortalidad, especialmente las especies Candida (1-9).

Las especies del género Candida sp. son hongos en forma de levaduras ovales que conviven como microorganismos comensales, en el individuo inmunocompetente, ya que hacen parte de la flora normal de piel y mucosa en la mayoría de sistemas del cuerpo humano (gastrointestinal, respiratorio y genitourinario); este microorganismo es el más frecuentemente implicado en las infecciones por hongos en pacientes críticos, pero para que se llegue a generar la infección del torrente sanguíneo se requiere un aumento considerable en el número de levaduras. Las especies más frecuentes de Candida sp son: C. albicans, C. tropicalis, C. glabrata, C. dubliniensis, C. parapsilosis, C. orthopsilosis, C. metapsilosis, C. krusei, C. famata, C. guilliermondii y C. lusitania (Tabla 1). Una de las principales diferencias entre la C. albicans y C. no albicans es que la primera es dimórfica (1,10-14).

La candidemia es la forma más común de candidiasis invasiva, la cual corresponde a un 30 %. Se conocen muchos orígenes o puertas de entrada de la candidemia, sin embargo, las más destacadas son el tracto gastrointestinal y la piel (1,8).

Es de vital importancia conocer cuáles son los diferentes factores de riesgo que predisponen a padecer una infección como son hospitalización prologada, terapia antibiótica, catéter intravascular, enfermedades subyacentes o malignas y estados de inmunosupresión. Las especies de candida son una causa creciente de infección nosocomial del torrente sanguíneo correspondiendo a un 8-10 % del total, en especial en pacientes críticamente enfermos, esto ha aumentado a través de las décadas la tasa de mortalidad entre 35-60 % (1-9,13,22).

Se deben tener claros los conceptos candidemia y candidiasis invasora para el presente estudio. La candidemia consiste en la presencia de al menos un hemocultivo periférico positivo para Candida sp. obtenido en pacientes que presenten signos y síntomas clínicos compatibles. La candidiasis invasora diseminada consiste en un síndrome febril sin foco claro y sin respuesta al manejo con antibióticos de amplio espectro, en un paciente con factores de riesgo y con dos hemocultivos positivos para esta especie (4, 15, 16, 20).

La candidiasis invasora se manifiesta como un síndrome febril sin foco claro en pacientes con factores de riesgo, es cada vez una complicación más frecuente entre los pacientes hospitalizados. Las presentaciones clínicas tienen un amplio espectro de manifestación, siendo la candidemia la más frecuente; las formas de presentación y sus manifestaciones clínicas son: (15, 20).

  • Candidemia: se manifiesta en pacientes de la UCI, posquirúrgicos, neutropénicos e inmunodeprimidos como sepsis, sepsis grave o shock séptico de origen nosocomial (15).

  • Esofagitis por candida: es común en pacientes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), inmunodeprimidos o con patología de la motilidad esofágica. Se manifiesta por afección oral, odinofagia, disfagia y dolor retroesternal (23).

  • Candidiasis peritoneal: se presenta en pacientes ingresados a la UCIL, con riesgo aumentado en sexo femenino de perforación del tracto digestivo alto, generalmente como una peritonitis polimicrobiana (11).

  • Candidiasis ocular se ha observado una relación con la candidemia, se manifiesta clínicamente como endoftalmitis o coriorretinitis, siendo esta última la más frecuente. No hay afección de la agudeza ni el campo visual (20).

  • Endocarditis e infección de dispositivos cardíacos se puede manifestar como una endocarditis de válvula nativa o protésica, en ambos casos requieren tratamiento quirúrgico y antifúngico (11,24).

  • Infección urinaria, se relaciona con sondaje vesical en pacientes hospitalizados y pacientes inmunocomprometidos, la principal manifestación clínica es la candiduria, acompañada clínicamente de cistitis, pielonefritis o bolas fúngicas (12).

  • Candidiasis osteoarticular se presenta como una ostiomielitis o artritis dependiendo de la zona afectada (14).

  • Candidiasis del sistema nervioso central, puede ser causada por procedimientos neuroquirúrgicos, candidiasis diseminada o infección aislada. Su principal manifestación es la meningitis (20).

  • Candidiasis crónica diseminada o hepatoesplénica, es casi exclusiva de los pacientes oncohematológicos cuando se recuperan de la neutropenia. Se puede considerar como un síndrome de recostitución inmune (23).

Epidemiología

A nivel mundial la candidemia constituye una causa común de morbilidad y mortalidad. Un estudio prospectivo en Estados Unidos que analizó 24179 casos de infecciones nosocomiales encontró que fue la cuarta causa más común de ingreso hospitalario, otro estudio realizado en el mismo país, señaló además que la candidiasis invasiva representa el 9 % de las infecciones del torrente sanguíneo (3, 25-27). En Suiza un estudio que duró aproximadamente 10 años reportó que Candida sp fue la séptima causa más común de infección intrahospitalaria del torrente sanguíneo en hospitales de mediana complejidad (28). En Colombia los estudios muestran una distribución similar a los datos obtenidos en el resto del mundo, siendo la quinta causa de infección del torrente sanguíneo (16, 29).

Con relación a la incidencia, estudios en algunos países señalaron lo siguiente: en Noruega, Dinamarca e Islandia realizaron varios estudios durante una década, los cuales mostraron un incremento en la incidencia, de 2 a 3/100.000 habitantes por año (30, 31). En España e Italia se realizó un ensayo multicéntrico que tuvo como eje cinco hospitales analizados entre 2008 y 2010; con 995 casos positivos para Candida señalando una incidencia de 1,55/1000 admisiones hospitalarias (32). La incidencia en Corea de Sur fue 29/100.000 habitantes- año. En Australia un estudio entre 2001 y 2004 identifico 1095 casos y demostró una incidencia de 1,81/100.000 habitantes-año (1, 4). En México, de 1938 casos positivos en cultivos de sangre, 74 fueron confirmados como candidemia con una tasa de incidencia de 2,8/1000 admisiones hospitalarias (26). Un estudio realizado en América Latina entre los años 2008 y 2010 que incluyó siete países de la región, señaló una incidencia por 1.000 camas hospitalarias /año de: 1,95 en Argentina, 1,72 en Venezuela, 1,38 en Honduras, 0,90 en Ecuador y 0,33 en Chile (20). En Colombia se reportan incidencias de 2,3 casos/ 1.000 pacientes-día en UCI (16).

Al estudiar la prevalencia se encontraron los siguientes datos: en el continente asiático estudios realizados en Nueva Delhi han reportado prevalencias entre 6 y 18 % para infecciones por Candida sp (33,34). En el norte de India una prevalencia del 8,1 % para aislamientos de Candida sp. en septicemia neonatal y en el Sur de India la candidemia reveló una prevalencia de 5,7 % en pacientes pediátricos con tumores hematológicos malignos (35,36). En Estados Unidos y Brasil, se revisaron de forma retrospectiva 2890 pacientes en 9 hospitales reportando una prevalencia de candidiasis invasiva del 3 % (88 casos) (27). En América Latina la prevalencia fue de 1,18/1000 admisiones hospitalarias y estudios en Colombia señalan prevalencias del 1,4 % (16, 20).

En cuanto a mortalidad, en España los estudios muestran cifras de 49,5 %, en Estados Unidos se señalan cifras de mortalidad hasta del 40 %, en Corea del Sur revelan cifras del 53 % (1,4). En América Latina un estudio observacional prospectivo realizado en el Hospital Clínico de la Pontificia Universidad Católica de Chile del año 2001 al año 2003 donde evaluaron 53 pacientes, encontraron una mortalidad de 31,8 % de pacientes con candidiasis invasiva diseminada. Otro estudio realizado en el mismo país señala una mortalidad atribuible del 20 a 40 % en paciente que presentan factores de riesgo para adquirir una candidiasis invasiva (15,37). En el estudio colombiano de incidencia y prevalencia de candidemia en pacientes críticamente enfermos señala una mortalidad atribuible entre 47 y 59 % en pacientes con ciertos factores de riesgo, además, identifica a la C. albicans como el germen asociados a mayor mortalidad con tasas atribuibles entre 38 y 52 % (16).

En los diversos estudios revisados se encontró que el principal agente etiológico de la candidiasis invasiva es C. albicans con una frecuencia de 44 % a 58 % en los hemocultivos, esta es seguida por las especies de Candida no albicans, las cuales han aumentado en la última década, que podría explicarse por la aparición de resistencia a los tratamientos farmacológicos (1, 4, 8-9, 14, 16, 17, 38) (Tabla 2).

Un estudio de costos realizado en Estados Unidos, en relación con el manejo de candidiasis invasiva con fluconazol como medicamento de primera línea, mostró que del total de pacientes estudiados (7170), los costos del tratamiento fueron de 36 319 dólares en los paciente que recibieron fluconazol como única terapia, con una estancia hospitalaria en UCI de 17,9 +/-7,1 días, con respecto a los paciente que requirieron una terapia adicional los costos aumentaron a 76 326 dólares con un promedio de estancia en UCI de 31,7 +/- 14,8 días. En cuanto a mortalidad la tasa global fue de 27,1 %, con un aumento a 34,5 % en el paciente con tratamiento adicional (39).

Es de resaltar que en América Latina, y específicamente en Colombia, existen escasos estudios que señalen las cifras de morbilidad y mortalidad específicas para su región y a la vez carecen de estudios de costos asociados a la atención en salud de pacientes con candidiasis invasiva.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo asociados a infecciones por Candida se pueden dividir en dos grandes grupos: los relacionados a la atención en salud como uso de catéteres, nutrición parenteral total, intervenciones quirúrgicas y uso de drogas antimicrobianas y los asociados a estado del paciente como edad, enfermedades inmunosupresivas, deterioro clínico y comorbilidades (6).

La atención en salud está relacionada a la aparición de infecciones por Candida, secundaria al uso de dispositivos invasivos, antibióticos de amplio espectro y nutrición parenteral (40). Los factores de riesgo para infecciones micóticas en paciente críticamente enfermo son quimioterapia, radioterapia, corticosteroides, inmunosupresión uso reciente o recurrente de antibióticos, colonización micótica, malnutrición, estancia prolongada en UCI, sepsis y puntaje elevado en la escala de APACHE, entre otros (2). La colonización por Candida se presenta en el 60 % de los pacientes no neutropénicos que permanecen más de una semana en la Unidad, pero solo el 5 % de los pacientes desarrollan candidiasis invasiva; además, se considera que un tercio de las candidemias que se presentan son originadas en la Unidad de Cuidado Intensivo (1) (Tabla 3).

Los niños menores de 1 año, la prematuridad, el uso de drogas antifúngicas y la nutrición parenteral, son los factores de riesgo asociados a la aparición de infección por otras especies de candida (22).

Dentro del uso de antibióticos de amplio espectro se debe incluir el uso previo de agentes antifúngicos, los cuales también han demostrado generar resistencias en diferentes especies de Candida en pacientes con infecciones recurrentes. Las comorbilidades relacionadas con el desarrollo de infecciones por Candida son la edad, diabetes mellitus, enfermedad hepática, enfermedad renal, neoplasia, neutropenia, terapia inmunosupresiva, uso de corticoides y prematuridad (42). Otros factores de riesgo son: estancia hospitalaria prolongada, presencia y larga duración tanto de catéter central como catéter de sistema nervioso central, cirugía abdominal o torácica, trasfusión de glóbulos rojos (19). Desde hace varios años se viene relacionando al SIDA con mayor riesgo para sobreinfección oportunista por Candida sp. (22). Otro grupo importante a tener en cuenta son los pacientes trasplantados (22). La cirugía intestinal también puede generar infección por Candida al ser una región donde normalmente se encuentra flora micótica que no produce daño pero con la intervención quirúrgica se puede diseminar (por traslocación bacteriana) a vía hematógena y desarrollar candidemia (43).

Los factores de riesgo más prevalentes para desarrollar candidemia fueron: uso de catéter venosos central 93,9 %, uso de antibióticos 93 %, uso de agentes antifúngicos 79,6 %, ventilación mecánica 73,5 % y nutrición parenteral 60,2 %. Y de estos, la ventilación mecánica junto con la presencia de cáncer sólido, quimioterapia, género femenino y en los recién nacidos el bajo peso al nacer, son los factores significativamente asociados con mortalidad (42). Otro estudio revela como factores de riesgo independientes asociados a candidemia la presencia de sonda vesical, uso de antibióticos previo, trasfusión de glóbulos rojos y nutrición parenteral (19).

A pesar de la presencia de factores de riesgo relacionados con mejores o peores pronósticos en los pacientes, en un estudio se encontró que no hubo diferencias significativas en cuanto a supervivencia a 6 semanas en pacientes en términos de características demográficas, comorbilidades, hospitalizaciones previas, origen de candidemia o especie de candida responsable de candidemia (4).

La identificación de los factores de riesgo no solo sirven para sospechar y dar tratamiento a una infección micótica, sino también para tomar medidas preventivas e iniciar una terapia profiláctica que conllevaría a un mejor pronóstico de los pacientes (42).

Características clínicas

La presentación clínica de la candidemia puede simular una infección causada por bacterias, de hecho esta infección fúngica puede compartir algunos factores de riesgo que conllevan a las infecciones provocadas por bacterias multirresistentes, el problema surge ya que no hay signos o síntomas patognomónicos o específicos que nos permitan diferenciarlas (1). El diagnóstico oportuno y el tratamiento acertado son de vital importancia para evitar el aumento de la mortalidad en pacientes críticamente enfermos (2).

Los espectros clínicos de la candidiasis invasiva que se describen en la literatura con mayor frecuencia son: candidemia, endoftalmitis, peritonitis, esofagitis, meningitis y endocarditis infecciosa (20). La candidiasis diseminada crónica (CDC) se observa a nivel hepatoesplénico y se produce principalmente en pacientes oncohematológicos (43).

La esofagitis por Candida es una complicación muy frecuente en inmunodeprimidos, generalmente, se suele acompañar de afectación oral, y las manifestaciones clínicas que incluyen odinofagia, disfagia y dolor retroesternal (20). En cuanto a las afecciones oculares, la coriorretinitis es la lesión que se encuentra con mayor frecuencia; esto lo expone uno de los mayores estudios prospectivos que se han realizado para observar las anormalidades oculares asociadas a cándida, en este estudio se identificó que las lesiones oculares ocurrieron en el 16 % de 370 pacientes con candidemia; la coriorretinitis fue la más frecuente (9,2 %), mientras que la endoftalmitis fue rara (1,6 %) (44). En la endocarditis con afección valvular la combinación quirúrgica con la terapia antifungica se asocia con mayor supervivencia mientras que la infección peritoneal por candida puede conducir hasta el estado de choque y su aislamiento en líquido peritoneal conlleva a un peor pronóstico (45-47).

Se ha demostrado que la mayoría de los pacientes con candiduria asociada a sondaje vesical son asintomáticos y la retirada de la sonda vesical es tan eficaz como la administración de tratamiento antifúngico (48, 49).

Métodos diagnósticos

Aunque en la literatura se encuentra el hemocultivo como el goldstandar para el diagnóstico de la candidemia, este presenta una baja sensibilidad (30 %–50 %) y requiere mucho tiempo para dar un resultado (43, 50). Los tiempos promedio para que el cultivo sea positivo varían según la especie, se requieren entre 35,3 ± 18,1 horas para el crecimiento de colonias de Candida albicans y 80,0 ± 22,4 horas para crecimiento de Candida glabrata (51). El mejor sistema de cultivo para el diagnóstico de candidemia es el desarrollo de tubos con lisis y centrifugación y el monitoreo automatizado de los frascos de hemocultivo, los cuales son mucho más sensibles, tienen un mejor rendimiento diagnóstico, pero aumentan los costos, generan alta carga de trabajo y se contaminan fácilmente (52-54).

Para el diagnóstico de candidemia se vienen utilizando otras técnicas diagnósticas que al igual que los hemocultivos presentan ciertos inconvenientes. Dentro de estas pruebas se encuentran la detección de (1-3) β D glucano que sirve únicamente en los hongos que tengan este componente en su pared celular, presenta una sensibilidad del 87 % y especificidad del 73 %, y su positividad se observa entre 4 a 8 días antes que los hemocultivos (24, 55).

En la tabla 4 se presenta las características operativas diagnósticas de las pruebas serológicas para candidemia. Estas pruebas serológicas, aunque constituyen una opción para el diagnóstico de candidemia, no tienen un nivel deseado de sensibilidad y no reportan un mejor rendimiento en cuanto al diagnóstico temprano por laboratorio en comparación con otras pruebas (56).

La reacción de polimerasa en cadena en tiempo real (RPC-TR) de ADN es una prueba molecular que tiene un buen rendimiento diagnóstico con un tiempo entre -1 y +5 días, presenta una sensibilidad de 87 %, especificidad del 100 % y valor predictivo negativo de 99,6 %. Sin embargo, su sensibilidad disminuye a 72 % al estudiar pacientes clasificados como casos probables (56).

El examen histopatológico de secreciones de tejido es un método fiable para el diagnóstico de candidemia, pero la detección del hongo patógeno depende de la cantidad de tejido comprometido con el germen y esta para candidemia prueba no es factible en la mayoría de los pacientes que ingresan a la UCI. Se buscan las blastósporas típicas y seudohifas de la candida spp (54).

El diagnóstico tardío de la candidemia se debe a que los métodos diagnósticos no son altamente sensibles, no tienen un adecuado rendimiento diagnóstico o no están disponibles. Otros factores involucrados son el inadecuado volumen de muestra para los cultivos, los resultados falsos negativos debido al uso de agentes antimicóticos en la profilaxis y la frecuente colonización de los pacientes por hongos que no constituye una razón para inicio de terapia antifúngica (50, 51).

Debido a las dificultades que se tienen con respecto a los métodos diagnósticos para identificar las infecciones causadas por las especies de cándida y a la evidencia científica que demuestra que un inicio temprano de la terapia antifúngica profiláctica o empírica temprana mejora el pronóstico de los pacientes, se dispone de unos índices clínicos predictores de candidiasis que ayudan a identificar los pacientes con alta probabilidad de desarrollar una candidiasis invasiva (1,57). La importancia de estos índices radica en la capacidad de hallar el valor predictivo negativo es decir, reconocer los pacientes que no se benefician del inicio de una terapia antifúngica temprana (58) (Tabla 5).

Estos diversos índices predictores de candidiasis invasiva utilizan tanto parámetros clínicos como bioquímicos para su predicción y van dirigidos específicamente a pacientes críticamente enfermos con diversas condiciones como alta estancia en UCI (mayor a 7 días), infección por cándida al ingreso hospitalario, pacientes sin tratamiento antifúngico previo, pacientes quirúrgico con riesgo de peritonitis por candida, pacientes de UCI cardiotorácica. Sin embargo, los más utilizados y conocidos son el índice de colonización de Pittet 1991, el puntaje de Candida Score- León 2006 y Ostrosky-Zeichner (52).

Tratamiento de candidiasis invasora en UCI

En el tratamiento de las candidemias en UCI se han perfilado tres grupos de medicamentos, usados en varias estrategias de manejo: los azoles que constituyen los medicamentos de primera elección, con el fluconazol como principal exponente, los polienos como la anfotericina B y el grupo de las equinocandinas con caspofungina, que se caracterizan por reducir el riesgo de resistencia a los antifúngicos (22, 63-65).

Las recomendaciones de tratamiento de candidiasis invasora en UCI, para los enfoques de profilaxis, tratamiento preventivo, tratamiento empírico y tratamiento directo contra el agente etiológico identificado, en los cuales los medicamentos disponibles se usan con base a evidencia clínica, significancia estadística y recomendaciones y consensos de expertos (2, 56, 66) (Tabla 6).

Para el manejo profiláctico, primero debe analizarse si el paciente está expuesto a factores de riesgo, lo cual justifique el uso de los medicamentos (2, 66, 67). Estudios clínicos y consensos de expertos como la IDSA (Infectious Disease Society of America), entre otros, han propuesto como manejo de primera elección el uso del fluconazol, seguido de equinocandinas, especialmente la caspofungina (2, 20, 22, 68). Además, se ha mostrado en múltiples estudios una disminución en la mortalidad por candidemia cuando se ha utilizado manejo profiláctico en los pacientes críticos internados en la unidad de cuidados intensivos (2, 20, 40, 56, 69).

Tanto la IDSA como la ESCMID establecen el fluconazol como primera elección en casos de C. albicans, C. tropicalis y C. parapsilosis, incluso se recomienda un cambio de equinocandinas a fluconazol en caso de que se haya iniciado un tratamiento previo con esos medicamentos (20, 67). Por otro lado, especies como C. krusei y C. glabrata han mostrado indicios de disminución de susceptibilidad y resistencia al fluconazol, siendo en estos casos recomendado el uso de equinocandinas y anfotericina B en caso de fracaso en el tratamiento (1,14, 18, 67, 68).

Un gran problema que se está presentando en el manejo de las candidemias, es el desarrollo de resistencia a los antifúngicos (22, 32). El uso repetitivo y prolongado de azoles sin justificación terapéutica es una práctica que debe evitarse, ya que ha sido uno de los motivos generadores de dicha resistencia (2, 67, 68).

En conclusión, la candidiasis invasiva al constituir una de las principales causas de infección y complicaciones en los pacientes de las Unidades de Cuidado Intensivo Adulto requiere de un diagnóstico y tratamiento oportuno, pero debido a que las pruebas de laboratorio existentes no permiten identificar estos gérmenes de una forma rápida y oportuna, se han descrito diversos índices predictores de candidiasis invasiva los cuales utilizan tanto parámetros clínicos como bioquímicos para identificar los pacientes en riesgo de presenta una infección micótica. Sin embargo, se hace necesario realizar un estudio que demuestre cuál de estos índices es el más efectivo para predecir la probabilidad de desarrollar una candidiasis invasiva en las Unidades de Cuidado intensivo Adulto de la región.

 

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Fuentes de financiamiento: Este artículo ha sido financiado por los autores.

Conflictos de interés: Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés.

 

Correspondencia:

Gina Paola Hernández Duarte

Dirección: Kra 9 N° 59-39.Tunja (Boyacá), Colombia.

Teléfono: 3016903005

Correo electrónico: gypaito@gmail.com

 

Recibido: 29 de noviembre de 2016

Evaluado: 02 de diciembre de 2016

Aprobado: 15 de marzo de 2017

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