INTRODUCCIÓN
El insomnio es la imposibilidad para iniciar, mantener o conseguir una duración y calidad de sueño adecuadas para restaurar la energía y el estado de vigilia normal 1. La prevalencia del insomnio como síntoma de alguna enfermedad es elevada 2. Se estima que un 50 % de los adultos sufren insomnio en algún momento de la vida y que un 25 - 35 % ha padecido insomnio ocasional o transitorio acompañando al estrés en situaciones vitales 3,4.
Diversos factores se asocian a insomnio 5, entre ellos, el sexo, la edad, el estado civil, la ocupación, la sobrecarga horaria y enfermedades como hipertensión arterial, diabetes mellitus, hipotiroidismo o lumbalgia 4,6,7. En los Estados Unidos de América, el insomnio constituye el trastorno del sueño más frecuente; se estima que 76 % de los afectados lo padece 8,9. En España, un 20,8 % presenta al menos un síntoma relacionado con el insomnio tres o más veces a la semana 10. Sin embargo, son pocos los estudios que se han realizado sobre calidad del sueño en el Perú, a pesar de su importancia.
Los profesionales de la salud tienen privación del sueño debido a sus horarios de trabajo o estudio 11) ; por lo tanto, esto podría conducir a la fatiga y/o somnolencia, y esto repercute en el proceso del aprendizaje y desempeño laboral 8. El trabajo de los profesionales de la salud en hospitales debe ser ininterrumpido, lo que les obliga a realizar un trabajo por turnos 12) ; sin embargo, el trabajo es de alta presión, lo que puede ocasionar anomalías circadianas como el insomnio, esta situación puede influir en la calidad de atención que reciben los pacientes y, así mismo, este desorden del sueño puede tener repercusiones en la salud de los profesionales 10,11.
Es importante remarcar que existen diferencias entre las condiciones de trabajo, sistemas de salud, soporte laboral entre otras condiciones, que varían entre regiones o países 13, en función a esto, nos propusimos investigar los factores asociados a insomnio en profesionales de la salud de un hospital público y con esta información poder implementar estrategias de soporte para ellos.
MATERIAL Y MÉTODOS
Diseño y población de estudio
Estudio de tipo observacional analítico de corte transversal. La población de estudio estuvo conformada por 554 profesionales de salud del Hospital Belén (en Trujillo, al norte del Perú), durante el período comprendido entre mayo y julio de 2018.
Variables y mediciones
El tamaño muestral se obtuvo mediante la fórmula del tamaño de muestra para una proporción y se obtuvo un total de 220 individuos. Para ello se utilizó un valor de p = 0,05 que fue una prevalencia de 7 %. En la investigación se incluyeron a los profesionales de la salud (médicos y enfermeros) que aceptaron participar en el estudio. Se excluyeron a los trabajadores que no estaban laborando en el hospital durante la obtención de datos, que se retiraron durante el desarrollo de la investigación y a los que tenían un diagnóstico de estrés postraumático o con otros trastornos mentales, y también las encuestas con datos incompletos. Se realizó un muestreo no probabilístico por conveniencia. Las visitas se realizaron a los servicios asistenciales de Medicina, Cirugía, Pediatría y Ginecología y Obstetricia entre las 12 a las 14 horas, tiempo en el que el trabajo es menor y, generalmente, se realizan actividades administrativas. La variable de interés fue el insomnio, que se definió como la dificultad para iniciar o mantener el sueño 2. Para determinar la presencia o ausencia de insomnio se utilizó la Escala de Insomnio de Atenas (EIA). La EIA es un instrumento psicométrico autoadministrado que consta de ocho elementos. Son tres criterios para el diagnóstico de insomnio agudo según la EIA. Los cinco primeros ítems de EIA (evaluación de la dificultad para inducir el sueño, los despertares durante la noche, el despertar temprano en la mañana, el tiempo total de sueño y la calidad general del sueño) corresponden al criterio A para el diagnóstico del insomnio según la CIE-10, mientras que los requisitos de una frecuencia mínima (al menos tres veces por semana) y la duración (1 mes) de cualquier queja corresponden al criterio B de la CIE-10. Los requisitos de la CIE- 10 como marcada angustia causada por el problema de sueño y/o interferencia con las actividades ordinarias de la vida diaria (criterio C) son de naturaleza estrictamente subjetiva de las opciones de respuesta para cada ítem de la escala, así como a través del contenido de los tres últimos ítems relativos a las consecuencias del insomnio al día siguiente (problemas con sensación de bienestar, funcionamiento y somnolencia durante el día). Cada elemento del EIA puede tener una calificación de 0 ± 3, (en que 0 corresponde a "ningún problema en absoluto" y 3 a "problema muy grave"). Se pidió a los encuestados que dieran una calificación positiva si han experimentado la dificultad para dormir descrita en cada ítem al menos tres veces a la semana durante el último mes o algún otro período de tiempo, cuya duración depende del propósito de un estudio determinado 14. Las variables analizadas fueron categorizadas como sociodemográficas, laborales y clínicas. Se consideraron edad, sexo, tipo de profesión sanitaria, hipertensión arterial, diabetes mellitus, hipotiroidismo, lumbalgia, consumo habitual de alcohol, hábito de fumar tabaco, sobrecarga horaria, turnos nocturnos, años de graduado y años de labor en la institución. Tales datos fueron obtenidos a través de preguntas elaboradas por el equipo investigador.
Análisis estadístico
Se realizó un análisis descriptivo de las características sociodemográficas, laborales y clínicas de los participantes. Las variables continuas fueron analizadas utilizando medidas de resumen como media y desviación estándar, o mediana y rango según su distribución normal y no paramétrica, respectivamente. Las variables categóricas se describieron mediante frecuencias absolutas y relativas. Se utilizó la prueba de ji al cuadrado de Pearson para comparar variables cualitativas y la prueba t de Student para comparar la media de variables cuantitativas. Además, se realizó un análisis multivariado con la regresión logística para identificar las variables exposición asociados al insomnio, para obtener el OR ajustado mediante variables de confusión y su IC 95%. Se estableció el grado de significancia estadística, con un valor de p < 0,05. Para el análisis estadístico se utilizó el software R studio (v 1.1.463).
RESULTADOS
La muestra estuvo conformada por 220 profesionales de la salud, de los cuales 32 (17,00 %) padece de insomnio. La Tabla 1 muestra el análisis bivariado de las características sociodemográficas, laborales y clínicas asociadas a insomnio en los profesionales de la salud. Las características sociodemográficas significativamente asociadas a insomnio son el consumo habitual de alcohol, así como el hábito de fumar. Los factores laborales asociados a insomnio fueron la sobrecarga horaria y los turnos nocturnos. Finalmente, los factores clínicos asociados a insomnio, se observa que la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el hipotiroidismo, así como la lumbalgia, tienen un nivel de asociación significativo en el insomnio en profesionales de la salud.
Tabla 1 Análisis bivariado de las características sociodemográficas, laborales y clínicas asociadas a insomnio en profesionales de salud del Hospital Belén, Trujillo (mayo - julio 2018)

OR: Odds ratio
**IC 95%: Intervalo de confianza al 95%
En la Tabla 2 se muestra el análisis multivariado con OR ajustado (ORa) de los factores asociados a insomnio en profesionales de la salud. Se observa que hay menor probabilidad de insomnio en profesionales con edad menor a 38 años (ORa de 0,77; IC 95%: 0,68 - 0,87; p < 0,001). Por otro lado, se observa hay más probabilidad de que los profesionales sufran insomnio cuando está asociado a lumbalgia (OR de 11,28; IC 95%: 3,61-35,28; p < 0,05), sobrecarga horaria en el trabajo (OR de 4; IC 95%: 1,22-9,73; p < 0,05), en los que realizan turnos nocturnos (OR de 3,12; IC 95 %: 1,01-9,73; p < 0,05), y en aquellos que tienen más de siete años de labor en la institución (OR de 1,50 ; IC 95%: 1,22 - 1,85 ; p <0,05).
Tabla 2 Análisis multivariado de los factores asociados a insomnio en personal profesional de salud del Hospital Belén, Trujillo (mayo - julio 2018)

ORa: Odds ratio ajustado
**IC 95%: Intervalo de confianza al 95%
† WALD: Valor de la prueba de Wald para reconocer los valores de verosimilitud de las variables en una regresión logística
DISCUSIÓN
El interés por abordar el insomnio y sus consecuencias son una arista adicional en la salud pública debido al impacto y las repercusiones que tienen en la calidad de vida de las personas que lo padecen 15. Los problemas de sueño se han asociado con un mayor riesgo de alteraciones de la salud mental, especialmente, con el desarrollo de trastornos depresivos 16. Igualmente, se han encontrado relación con el ausentismo laboral, con los cambios de humor y los problemas del comportamiento, así como con la vulnerabilidad al consumo de drogas y alcohol en los profesionales de salud 17,18.
Nuestro estudio determinó que los profesionales de la salud con una edad menor a 38 años tienen menos riesgo de padecer de insomnio. Fernandes-Portela et al. 19 determinaron que la prevalencia de síntomas de insomnio fue de 34,3 % y que fue mayor en enfermeras con edades a partir de 35 años. Podemos observar que la edad influye en el riesgo de insomnio, de esto se infiere que aquellos profesionales más jóvenes tienen funciones asistenciales distintas a la de profesionales de mayor edad que, además, tienen mayor destreza y vitalidad.
La edad promedio del ingreso a la labor hospitalaria es 24 años, los profesionales menores de 38 años tienen, al menos, 15 años de labor asistencial en centros clínicos. Esto indica que se puede estudiar el insomnio en profesionales con un punto de corte mayor a esta edad, y así poder conocer el impacto en los profesionales con mayor tiempo en ejercicio de su profesión.
Los profesionales de salud con mayor tiempo laboral están en mayor riesgo de sufrir insomnio 20, lo cual puede afectar su rendimiento laboral y tener impacto negativo en quienes reciben atención, es decir, los pacientes. En este sentido, Chang et al. 21) hallaron un mayor riesgo de insomnio en las enfermeras de mayor edad. Estos resultados indican que la edad avanzada está asociada con mayor prevalencia de insomnio, esto puede deberse a que los profesionales de la salud con rangos de edad mayores pueden ser más sensibles a la fase circadiana y puede tener más dificultad para dormir lo suficiente.
Aunque no se puede determinar exactamente los rangos de edad para determinar cuál grupo tiene mayor riesgo, existen estudios que analizan la presencia de síntomas en otros grupos etarios. Así, Rueda Sánchez et al. 13 encontraron que la prevalencia de insomnio es mayor en el rango de edades de 46 a 65 años. En cuanto a la relación de turnos nocturnos con el insomnio nuestro estudio determinó que los profesionales de la salud con turnos nocturnos tienen más riesgo de padecer insomnio. Thun et al. 2 encontraron que los profesionales de la salud que abandonaron el trabajo nocturno tuvieron una disminución de los síntomas de insomnio con el tiempo, en comparación con las que se quedaron en dicho horario. Este estudio permite inferir la implicancia del desvelo durante la guardia nocturna y el posterior insomnio al que se ven sometidos los profesionales de salud.
El desvelo continuo y falta de recuperación de la energía y el sueño de calidad son los principales desencadenantes de insomnio en los profesionales de salud, aunado a todos los factores personales y clínicos 12,19,22. El trabajo nocturno genera más que cansancio, agotamiento, puesto que es imposible realizar periodos cortos de sueño e intentar compensar la fatiga que genera el permanecer despierto varias horas durante la noche; además, se agregan la preocupación por la atención y la vigilancia permanente que son inherentes al trabajo intrahospitalario 11. Son pocos los estudios que han considerado el impacto del trabajo nocturno, por la "normalidad" que obliga la responsabilidad laboral 23. En este sentido, Flo et al. 14 reportaron síntomas indicativos de insomnio-somnolencia en el 44,2 % de las enfermeras que trabajaban en turno de la noche, y en el 23,6 % de las que no trabajaron en turnos de noche.
Esta investigación determinó que los profesionales de la salud con sobrecarga horaria, es decir, mayor cantidad de horas adicionales a la jornada laboral, tienen más riesgo de presentar insomnio. Virtanen et al. 24, concluyeron que a mayor número de horas de trabajo, existe un riesgo mayor de padecer enfermedades cognitivas relacionadas al cansancio y Díaz Cabezas et al. 25 reportaron que a mayor carga horaria existe mayor riesgo de trastorno de sueño. La sobrecarga horaria se relaciona con el cansancio físico y mental, ambos son factores desencadenantes de cuadros de estrés y ansiedad, que pueden ocasionar insomnio.
Finalmente, nuestro estudio determinó que los profesionales de la salud que padecen de lumbalgia tienen más riesgo de presentar insomnio. Si consideramos que la mayoría de los profesionales de salud desarrollan su labor asistencial en constante movimiento, adoptar posturas ergonómicas muchas veces es secundario o ignorado, lo que conlleva a desarrollar lumbalgias que, finalmente, pueden afectar la calidad del sueño y generar insomnio.
De este modo, los profesionales de salud, pilar esencial de sus centros de trabajo, demandan una atención especial en cuanto a su propio cuidado. Es notorio que los profesionales más jóvenes tienen menor dificultad para el desarrollo asistencial de su trabajo, pero no están exentos de tener problemas relacionados a trastornos del sueño, mucho más si presentan otros factores de riesgo como los identificados en este trabajo. No se han realizado más estudios acerca de los factores asociados, así como tampoco se toman medidas para evaluar la calidad del sueño y el desempeño laboral, lo que es importante porque un profesional de salud en óptimas condiciones funcionales, va a rendir con mayor efectividad en su labor cotidiana.
Nuestra investigación presenta algunas limitaciones, una de ellas es el diseño del estudio que no permite tener la certeza de si los profesionales de salud tenían insomnio previamente; y después aparecieron condiciones como el lumbago, la carga laboral en los profesionales de salud que pueden variar, lo que estaría relacionado a presentar insomnio en grados distintos. Por otro lado, es probable que haya otras variables que no fueron estudiadas y que influyen en la presencia de insomnio, por ejemplo, la ansiedad, depresión, problemas médico-legales, condiciones que son frecuentes en hospitales públicos. Este estudio es relevante por el abordaje de una enfermedad poco tratada en los profesionales de salud, puesto que se ha estigmatizado el insomnio como consecuencia únicamente del esfuerzo, y no se han analizado sus implicancias fisiológicas, laborales y personales.
Es recomendable realizar estudios futuros que incluyan otras variables, e incluir otro tipo de hospitales, como los de la seguridad social, este hecho permitirá extrapolar los resultados a la gran población de trabajadores de la salud.
Se concluye que hay menor riesgo de insomnio en profesionales de salud menores de 38 años. Por otro lado, padecer lumbalgia, tener sobrecarga laboral, trabajar en turnos nocturnos y laborar más de siete años en la institución son factores asociados para presentar insomnio en los profesionales de salud.