INTRODUCCIÓN
El Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja (INSNSB) es un centro especializado de alta complejidad que atiende a niños, niñas y adolescentes en todo el país en el tratamiento de enfermedades quirúrgicas complejas, trasplantes de órganos, tejidos y células, de acuerdo a ocho ejes: Cirugía Neonatal Compleja, Cardiología y Cirugía Cardiovascular, Neurocirugía, Atención Integral al Paciente Quemado, Trasplante de Médula Ósea, Pediatría y Especialidades Pediátricas, Especialidades Quirúrgicas y Trasplante de Órganos Sólidos.
Como instituto especializado de referencia nacional, la población atendida procede de contextos socioeconómicos y familiares distintos que influyen en su salud. Estos pacientes pediátricos cuentan con el acompañamiento permanente de un familiar o tutor durante la hospitalización. El acompañamiento familiar ha sido materia de estudio en diversas investigaciones, las cuales han evidenciado su importancia en el proceso de atención y recuperación del paciente 1,2,3.
Otro aspecto que se investiga es la condición socioeconómica de la familia del paciente y su influencia en la condición de salud, como el estudio de Rodríguez 4, que muestra la influencia negativa de la precariedad económica sobre las condiciones de la recuperación de la salud.
Como se pude colegir, considerar los factores socioeconómicos en relación con la salud es tener una mirada holística del proceso salud-enfermedad, que trasciende a lo meramente biológico y toma en cuenta aspectos psíquicos y sociales. Esta perspectiva concuerda con la concepción de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 5 que, en su carta fundacional (abril de 1946), define que la salud es el estado de completo bienestar físico, mental, social, y no solo la ausencia de enfermedades o invalideces. Dicha definición se relaciona con el constructo "determinantes de la salud", que toma en cuenta a factores como el ingreso y posición social, las redes de apoyo social, la educación, el empleo y las condiciones de trabajo, los entornos físicos seguros y limpios, las características biológicas y la constitución genética, el desarrollo del niño y los servicios de salud 6.
Considerando las definiciones precedentes, podemos afirmar que las características socioeconómicas de la familia influyen en el desarrollo integral del niño y adolescente; así mismo, la situación de salud de un niño o adolescente tiene impacto en la vida de todos los miembros de la familia. Por ello, es de vital importancia contar con información sobre las características socioeconómicas de los pacientes y sus familias, para coadyuvar en la generación o fortalecimiento de estrategias, políticas, programas y/o lineamientos de atención a los pacientes y sus familias. Al respecto, Kisnerman 7 destaca que es importante obtener los datos que, desde el punto de vista sanitario, se consideran prioritarios para elaborar planes de salud; es decir, que los resultados de las investigaciones son insumos para la planificación de acciones transformadoras.
La mirada holística de la salud lleva a la aplicación de políticas sanitarias de atención centrada en las personas. Nos referimos a la política de atención humanizada, que en los últimos años ha sido impulsada por el Ministerio de Salud del Perú y es un lineamiento de atención al paciente pediátrico en el Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja. Oliveros-Donohue 8 resalta que la humanización de los espacios sanitarios es parte del concepto más amplio de humanización en el ámbito de la salud, ya que hace partícipe a los niños hospitalizados en la percepción de un ambiente cálido que lo aproxima al recuerdo de su hogar. Así mismo, se privilegia el acercamiento del binomio madre-niño y a todos los involucrados en la asistencia sanitaria.
La percepción del paciente pediátrico sobre un ambiente cálido es de suma importancia en su proceso de atención en salud, como se ha demostrado en estudios internacionales, como el de Herrera-Silva 9, "evitar el maltrato infantil hospitalario" debe ser una prioridad en las políticas de salud. Como vimos en las líneas precedentes, este ambiente cálido implica el buen trato, privilegiar el binomio madre-niño, el respeto a las diferencias culturales y generar estrategias para que el paciente experimente situaciones que le recuerden a su hogar.
MATERIALES Y MÉTODOS
Población y diseño de estudio
El diseño de la investigación fue observacional, descriptivo, transversal, retrospectivo. La población de estudio fueron todos los pacientes hospitalizados en los diferentes ejes del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja, desde abril a diciembre del año 2018. La selección de la muestra fue probabilística, el criterio de inclusión para la selección de los pacientes fue contar con la ficha socioeconómica completa. El universo fue de 4383 pacientes y la muestra de 573, con un nivel de confianza de 96 % y un margen de error de 4,00 %.
Variables y mediciones
El instrumento de recolección de datos fue una sección de la ficha socioeconómica aplicada por los profesionales de Trabajo Social y archivada en la historia clínica de cada paciente. Las variables que contiene dicha ficha social son las siguientes: características del paciente, características del padre, madre y/o apoderado, nivel educativo del padre, madre y/o apoderado, tipo de familia de procedencia del paciente, característica de la vivienda del paciente, categoría ocupacional del padre, madre y/o apoderado, condición económica familiar.
Análisis estadístico
Los datos fueron procesados en el software estadístico IBM SPSS Statistics versión 14, 0. Con ello se diseñaron tablas para la interpretación estadística de los datos, como el análisis de frecuencia, medidas de tendencia central (media, mediana y moda) y de dispersión (desviación estándar y varianza).
Consideraciones éticas
El estudio respeta los principios de la bioética de autonomía, beneficencia, justicia y no maleficencia. Los datos forman parte de la ficha consignada en la historia clínica. La información recabada fue almacenada con absoluta y total confidencialidad, y fue utilizada solo para fines de investigación, con total anonimato.
RESULTADOS
Características demográficas de los pacientes
Del total de pacientes sujetos de la investigación, el 54,97 % fueron hombres y el 45,03 %, mujeres. Por ser una institución pediátrica, las edades fluctúan desde recién nacidos (RN), hasta los 17 años, 29 días de edad. Para la investigación fueron agrupados de la siguiente manera: 3,14 %, neonatos (0-27 días); 35,43 %, lactantes (28 días a 01 año 11 meses); 21,29 %, preescolares (2 años a 5 años 11 meses); 25,31 %, "escolares" (6 a 11 años 11 meses); 14,66 %, adolescentes (12 años a 17 años 11 meses), y solo se reportó una paciente de 18 años, como caso excepcional, que representa el 0,17 %.
Según el lugar de procedencia, el 47,12 % son de Lima Metropolitana, el 2,97 % proviene de la Provincia Constitucional del Callao y el 49,91 % son pacientes procedentes del interior del país, incluyendo Lima Provincia.
Condición económica de la familia del paciente
Uno de los objetivos de la investigación fue conocer la condición económica familiar de los pacientes hospitalizados. Para ello, se tomó la definición de pobreza del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) 10, según el cual la pobreza es una condición en la que una o más personas tienen un nivel de bienestar inferior al mínimo aceptado socialmente.
Para medir la pobreza existen diferentes métodos; en esta investigación se utilizó el de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), que considera un conjunto de indicadores relacionados a las necesidades básicas estructurales (vivienda, educación, salud, infraestructura pública, etc.). Según este método, las personas que tienen por lo menos una NBI son consideradas "pobres", y las que tienen por lo menos dos NBI, "pobres extremos". Los indicadores empleados para medir las NBI son 11
Hogares en viviendas con características físicas inadecuadas: toma en cuenta el material predominante en las paredes y pisos, así como al tipo de vivienda.
Hogares en viviendas con hacinamiento
Hogares en viviendas sin desagüe de ningún tipo
Hogares con niños que no asisten a la escuela
Hogares con alta dependencia económica.
Bajo este enfoque de medición de la pobreza, se identificó que el 73,65 % de pacientes tiene condición de pobreza; el 24,26 % están en condición de pobreza extrema, y solo el 2,09 % son considerados no pobres. (Figura 1)
Tipo de seguro del paciente
El 94,24 % de los pacientes hospitalizados son beneficiarios del Seguro Integral de Salud (SIS). El 3,67 % cuentan con otros seguros de salud como el Seguro Social (EsSalud), el seguro contra accidentes de tránsito (SOAT) y el seguro de las sanidades (Fondo de la Sanidad de la FAP, de la Marina y del Ejército). El 2,09 % no cuentan con algún seguro de salud. Con el cruce estadístico de las variables tipo de seguro de paciente y condición económica, se identificó que el tipo de seguro prevalente es el SIS, correspondiente al 69,98 % de las personas en situación de pobreza y al 23,56 % de pacientes en situación de pobreza extrema (Tabla 1).
CARACTERÍSTICAS DE LOS PROGENITORES DEL PACIENTE
Rangos de edad de la madre y el padre
Las madres menores de edad (12 a 17 años) representan un porcentaje mínimo de 2,09 %; el rango de edad entre 18 a 29 años equivale al 36,47 %; las madres de 30 a 44 años representan el 51,83 %; entre los 45 a 64 años constituyen el 8,03 %, y finalmente, las de 65 a más años son el 0,17 %. Cabe señalar que el 1,40 % de madres no brindaron esta información.
Por su parte, los padres menores de edad, también, representan un porcentaje minoritario (1,05 %); entre los 18 a 29 años representan el 24,61 %; los de 30 a 44 años son el 47,82 %; el grupo entre 45 a 64 años constituye el 16,93 %, y por último, los padres de 65 a más años representan el 0,52 %. Cabe señalar que el 9,08 % de padres no dieron este dato.
Al comparar ambas variables, se encontró que en el grupo etario de 30-44 años, el porcentaje de mujeres es mayor (51,83 %) en comparación a los hombres (47,82 %). Mientras que, en el grupo etario de 12 a 17 años, el 2,09 % corresponde a mujeres, y solo el 1,05 %, a varones (Figura 2).
Grado de instrucción de los padres del paciente
Para analizar el grado de instrucción de las madres de familia, se las agrupó según el nivel educativo: las progenitoras con "nivel bajo" de instrucción representan el 21,47 % (sin instrucción y estudios de nivel primaria), y llama la atención que el 1,92 % de madres no tiene instrucción, es decir, nunca asistió a la escuela, por lo cual son iletradas. Otro grupo está constituido por las madres con "nivel medio" de instrucción, que representa el 60,21 % (secundaria incompleta y completa). Por último, las progenitoras con "alto nivel" de instrucción representan el 16,41 % (nivel superior técnico o universitario completo o incompleto). Cabe señalar que el 1,92 % de las madres no brindaron esta información.
La instrucción de los padres de familia también fue analizada según niveles: los padres con bajo nivel de instrucción representan el 14, 66 %, dentro de los cuales el porcentaje de padres sin instrucción es minoritario (0,52 %). Los padres de familia con nivel medio de instrucción constituyen el 54,63 %. Finalmente, el 19,37 % tiene estudios superiores técnicos o universitario completo o incompleto.
Al comparar ambos resultados, se observó que el 43,11 % de mujeres tienen estudios de secundaria completa, a diferencia de los hombres, de quienes solo 39,27 % terminaron la secundaria completa. El 9,77 % del grupo de varones tienen superior técnica y el 6,63 % de mujeres cursaron superior técnica. El 1,92 % de mujeres no tienen grado de instrucción a comparación del grupo de varones que representa el 0,52 % (Figura 3).
Ocupación del jefe de hogar
Se identificó que el 57,59 % de jefes de hogar de los pacientes hospitalizados son obreros; el 16,75 %, campesinos, y el 3,49 %, trabajadoras del hogar.
El 57,59 % de los jefes del hogar se encuentran en situación de pobreza, mientras que el 16,75 % de campesinos viven en situación de pobreza y pobreza extrema, lo cual se relaciona con reportes nacionales que señalan que en las zonas rurales se concentra la mayor cantidad de personas en condición de pobreza. Por otro lado, los resultados revelan que los técnicos (5,41 %) y profesionales (1,40 %) se encuentran en condición de pobreza, lo cual refleja que contar con un trabajo no implica superación de esta (Tabla 2).
CARACTERÍSTICAS SOCIOECONÓMICAS DE LA FAMILIA
Tipo de familia
El 66,14 % de los pacientes provienen de familias nucleares (padres e hijos); y el 15,53 %, de familias monoparentales (separación de los padres, abandono, divorcio, etc.). El 10,82 % de los pacientes provienen de familias reconstituidas que están integradas por una pareja en la que uno o ambos miembros han tenido otras parejas y han disuelto el vínculo marital. En la nueva familia es frecuente que los hijos sean de diferentes padres o madres. El 6,46 % son familias extensas (pareja con o sin hijos y otros miembros como sus parientes consanguíneos ascendentes, descendientes, recogen varias generaciones). El 1,05 % son familias ampliadas (miembros no consanguíneos o convivientes afines, tales como vecinos, colegas, paisanos, etc.).
Características de la vivienda
Más de la mitad de los pacientes (55,50 %) habita en viviendas con paredes construidas con material adecuado. Otro porcentaje importante (45,50 %) vive en casas de paredes hechas con material inadecuado, es decir, adobe/tapia, quincha/piedra en barro, madera. Respecto al material de construcción del techo, se observa que el 57,94 % habitan en casas construidas con techo de material inadecuado. Respecto al piso de la vivienda, el 59,51 % de los casos, las casas tienen pisos construidos de manera adecuada; y el 40,49 % ocupa viviendas con pisos de material inadecuado, lo cual también es un indicador de medición de la pobreza.
Tenencia y tipo de vivienda
Respecto a la tenencia de la vivienda, la mayoría de los pacientes (38,22 %) habita una vivienda que no es de propiedad de sus progenitores, a lo cual denominamos "alojados". Es decir, la propiedad es de algún familiar que los acoge en su vivienda, ya sea que les proporciona un espacio común o un ambiente de uso exclusivo para la familia. El 35,43 % de pacientes habitan viviendas de propiedad de sus progenitores. Según el tipo de vivienda que habitan, el 70,33 % de pacientes ocupan viviendas de tipo unifamiliar, y el 29,67 %, viviendas multifamiliares.
Acceso a servicios de agua y desagüe
El 75,22 % de los pacientes tiene acceso a la red pública de desagüe y el 23,21 % que no utiliza este servicio emplea medios alternos de alcantarillado, tales como letrina o pozo séptico. A pesar de ser minoritario (1,57 %), es importante resaltar que un grupo de pacientes no utiliza la red de alcantarillado, lo cual se relaciona con los pacientes en extrema pobreza. La mayoría de los pacientes (83,94 %) acceden al servicio de agua potable por red pública. El 8,55 % de pacientes consume agua no potable, y recolecta el agua directamente de fuentes naturales como el río o el subsuelo. El 7,51 % de pacientes sí accede a agua potable, pero no de red pública, sino que se abastece de un camión cisterna o de alguna vivienda aledaña (Tabla 3).
Acceso a servicios de alumbrado
El 94,42 % de los pacientes utiliza energía eléctrica en sus hogares; de ellos, el 5,41 % declara que no es el titular de la luz eléctrica que consume. El 5,59 % de pacientes utiliza energía proveniente de otras fuentes como combustible (0,87 %), vela (2,97 %), linterna (1,05 %) y panel solar (0,70 %). Se puede inferir que el acceso a servicio eléctrico es una necesidad satisfecha para la mayoría, pero también se observa indicadores de pobreza extrema en zonas rurales.
DISCUSIÓN
Sobre la condición socioeconómica del paciente
El estudio evidencia que la mayoría de los pacientes atendidos en el Instituto Nacional De Salud del Niño San Borja viven en situación de pobreza (73,65 % en pobreza y 24,26 % en pobreza extrema). Estos resultados pueden motivar nuevas investigaciones en la institución que correlacionen el estado de salud con la condición económica, como el estudio de Vera-Romero 12, cuya conclusión es que existe evidencia de la relación entre el nivel socioeconómico y el estado de salud.
Bajo esta misma línea, destaca el estudio del Instituto Nacional de Salud que encuentra que el nivel socioeconómico del hogar es una variable estadísticamente significativa para explicar el nivel de desnutrición existente y los episodios de enfermedad, ya que las familias más pobres son las que muestran una persistencia mayor de desnutrición o enfermedad 13.
Los resultados del estudio sobre la condición socioeconómica del paciente pueden coadyuvar a la generación y/o fortalecimiento de estrategias, políticas y programas institucionales de atención social e interdisciplinaria a los pacientes y sus familias. Así mismo, permite valorar la importancia del trabajo interdisciplinario, donde la intervención del profesional en Trabajo Social toma relevancia en el ámbito social con las familias y aporta al equipo multidisciplinario en la investigación social de variables socioeconómicas y culturales 7.
Sobre el lugar de procedencia y condición económica de los pacientes
Según Alcalde-Rabanal 14, alrededor de 90 % de hospitales e institutos de salud del MINSA en todo el país se ubican en zonas urbanas, esto implica que población de jurisdicciones rurales en condición de pobreza y pobreza extrema debe trasladarse hacia la capital para conseguir la atención especializada, lo que genera mayores gastos para la precaria economía familiar. Esta situación refleja el centralismo nacional en torno a la ciudad de Lima, donde se encuentran los institutos pediátricos especializados.
El 47,12 % de los pacientes vienen de Lima Metropolitana; el 2,97 %, de Callao; y el 49,91 %, de las provincias (incluyendo Lima Provincia). Las estadísticas muestran que todos los pacientes que vienen de provincia se encuentran en condición de pobreza y pobreza extrema, lo cual implica que la lejanía a su lugar de origen ocasiona dificultades para solventar los gastos adicionales a la atención médica, como el transporte y, en general, los costos de estadía en la capital.
Esta situación ha generado que el Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja aplique programas de subvención en alimentación y alojamiento para familiares de un paciente que viene de provincia. Para el alojamiento, se cuenta con un albergue institucional para madres de los niños hospitalizados en las Unidades de Cuidados Intensivos 15.
En el caso de la alimentación, todos los acompañantes de los pacientes hospitalizados procedentes de provincia son beneficiados con desayuno, almuerzo y cena. Esto responde a la "Política de Humanización en Salud", con lo cual se pretende brindar mejores condiciones para que las familias afronten el proceso de atención médica especializada.
Por otro lado, es importante considerar las características culturales de los pacientes procedentes de zonas rurales, tales como el lenguaje, costumbres, alimentación, etc. Según los documentos normativos que sustentan la Política Nacional para la Transversalización del Enfoque Intercultural en el Sector Salud, la interculturalidad es entendida como la habilidad para reconocer, armonizar y negociar las múltiples diferencias que existen al interior de cada sociedad. El objetivo de esta política es garantizar el ejercicio de los derechos de la población culturalmente diversa del país, sobre todo de los pueblos indígenas y la población afroperuana, promoviendo un Estado que reconoce la diversidad cultural innata de nuestra sociedad, opera con pertinencia cultural y contribuye así a la inclusión social, la integración nacional y la eliminación de la discriminación 16,17,18.
Concordante con esta Política de Transversalización de la Interculturalidad, en el Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja se han implementado iniciativas de innovación desde un enfoque de interculturalidad en salud, como es el caso de los programas "Hablamos el mismo idioma", desarrollado por el área de Trabajo Social, y "Comida como en casa", del área de Nutrición. Ambos han sido reconocidos como buenas prácticas por la asociación Ciudadanos al Día 19,20.
Sobre el seguro de salud
El tipo de seguro de los pacientes hospitalizados se relaciona con su condición económica, y se corrobora que la mayoría de los pacientes beneficiarios del Seguro Integral de Salud (SIS) tienen condición de pobreza y pobreza extrema. Cabe señalar que, a pesar de que el SIS cubre los costos de la atención, hay gastos adicionales como el traslado y estadía que deben ser asumidos por la familia, lo cual genera dificultades para su precaria condición económica.
El estudio evidenció un porcentaje mínimo de personas beneficiarias del SIS categorizadas como "no pobres". Esta situación podría explicarse como "filtración" en el Sistema de Focalización de Hogares (SISFOH), es decir, el acceso de personas no pobres o no pobres extremos a programas sociales focalizadas. Los errores en la focalización han sido abordados en sendos estudios, como el de Olivares 21, quien describe elevadas cifras de filtración y subcobertura en la identificación de beneficiarios de programas sociales. En la misma línea se encuentra la investigación de Simonetti 22, sobre la focalización para la afiliación al Seguro Integral de Salud. A pesar de los errores minoritarios en la focalización, se puede concluir que el Seguro Integral de Salud (SIS) es el principal soporte económico durante la atención médica de los pacientes en condición es de pobreza y pobreza extrema.
Respecto a los pacientes beneficiarios del Seguro Social EsSalud, se evidencia que la mayoría son de condición económica "no pobres"; sin embargo, existe un mínimo porcentaje categorizado como "pobres". Esta situación se puede explicar porque el salario mínimo vital no asegura que una familia con alto grado de dependencia pueda cubrir todas las necesidades básicas (hogares con más de tres personas por cada persona ocupada o perceptora).
Sobre el nivel educativo de los progenitores de los pacientes
La estadística muestra que la mayoría de madres de familia (43,11 %) ha concluido los estudios de educación básica regular. Un porcentaje de progenitoras que tienen bajo nivel de instrucción (21,47 %), que incluye a las que solo tiene estudios de primaria y a las que son iletradas (1,92 %). Aunque es un porcentaje bajo, debe considerarse para orientar los lineamientos específicos dirigidos a este grupo, por ejemplo, cuando se les brinda informes médicos o cuando firman los consentimientos informados, lo cual requiere una atención diferenciada por su condición de personas iletradas.
El 14,66 % de padres de familia tiene bajo nivel de instrucción, este porcentaje es menor que el de las madres de familia con bajo nivel de instrucción, lo que podría sugerir una brecha de género en el aspecto educativo entre padres y madres.
El 39,00 % de los padres de familia han concluido los estudios de secundaria y el 16,00 % tiene estudios superiores, entre universitarios y técnicos. Esto podría ser considerado una fortaleza si se cuenta con la presencia y participación del padre. También se identificó que la mayoría de los progenitores ha concluido la educación básica regular; sin embargo, existe un porcentaje minoritario de progenitores iletrados y con primaria incompleta, lo cual debe tomarse en cuenta para la adecuación de contenidos y estrategias educativas.
Este resultado se condice con otras investigaciones que resaltan la importancia del nivel educativo de los padres en la preservación de la salud del menor, tanto en el aspecto preventivo como en la atención recuperativa. El estudio de Loyola 23 concluye que la madre es la principal proveedora de información para el niño, por lo cual es importante conocer las características sociodemográficas y conductuales de ella para el diseño de programas preventivos.
Conocer el nivel educativo de madres y padres permite orientar acciones socioeducativas considerando su nivel educativo, promoviendo el uso de estrategias de comunicación y técnicas de educación social adecuadas.
Sobre la condición laboral de los progenitores del paciente
El 57,59 % de jefes de hogar son "obreros", esta categoría ocupacional es definida por el Ministerio de Trabajo como la persona que desempeña actividades de carácter manual, que trabaja para un empleador público o privado, y que percibe, por lo general, una remuneración semanal.
El 16,75 % de jefes del hogar son campesinos, esta condición laboral guarda relación con la cantidad de pacientes procedentes de las diferentes regiones del país, desde zonas rurales donde una de las principales actividades económicas es la agricultura.
El 3,49 % de jefes del hogar manifiesta que tiene un trabajo familiar no remunerado; se trata de madres de familia que constituyen familias monoparentales, donde ellas son el soporte del hogar, pero no realizan labor remunerada y se dedican a labores domésticas al servicio de otros familiares que, a cambio, les brindan alimentos y materiales para la manutención de sus hijos. Es importante considerar esta situación para visibilizar el trabajo doméstico intrafamiliar como una forma de generar ingresos de manera indirecta, a pesar de que las personas entrevistadas que perciben que ellas realizan las labores domésticas a cambio de la "ayuda de sus familiares", este tipo de actividad no es considerada como un "trabajo", sino como parte de las relaciones familiares de "ayuda mutua". En la práctica, sin embargo, se genera un valor monetario no visibilizado.
Sobre el tipo de familia
Los datos muestran que más de la mitad de los pacientes proviene de familias nucleares (66,14 %). Esta condición brinda mejores posibilidades de involucramiento consensuado de los progenitores en el tratamiento del paciente, aunque no es una determinante. Las familias extensas y ampliadas alcanzan un menor porcentaje (7,51 %).
El 10,82 % de pacientes proviene de familias reconstituidas, es decir, formadas por parejas que proceden de una relación anterior disuelta. En este tipo de familias es importante promover y/o fortalecer el consenso de responsabilidades entre los progenitores biológicos para afrontar el proceso de enfermedad del paciente.
Sobre las características de la vivienda
El acceso a la vivienda es una necesidad básica que debe tener condiciones aceptables, en cuanto a la habitabilidad, la privacidad y el confort mínimo de los miembros del hogar. Las condiciones de vivienda son consideradas como determinantes de la salud. Para el Ministerio de Salud, "las condiciones de la vivienda han sido reconocidas como una de las principales determinantes sociales de la salud humana. Las condiciones de la vivienda pueden promover o limitar la salud física, mental y social de sus residentes" 24 y, de acuerdo con las Necesidades Básicas Insatisfechas, las características físicas inadecuadas (material predominante en las paredes y pisos, así como el tipo de vivienda) son indicadores para medir la pobreza.
El Ministerio de Vivienda clasifica la infraestructura de una casa según el material de construcción predominante: material de primera (ladrillo o bloques de cemento) que, para efectos de la investigación, se ha catalogado como "adecuada"; material de segunda (adobe) y material de tercera u otro material (madera, paja, caña), los cuales son catalogados como "inadecuados". Según los datos analizados, casi la mitad de las viviendas son calificadas como inadecuadas, es decir, no cumplen con los estándares establecidos por el Ministerio de Vivienda. Esto puede influir en la recuperación poshospitalaria, ya que representa un factor de riesgo para pacientes con enfermedades crónicas o postrasplantados (médula ósea y órganos sólidos). Sumado a esto, las condiciones de salubridad en la vivienda son importantes y, en tal sentido, la labor de educación social toma relevancia