INTRODUCCIÓN
El inicio de la vacunación significó una reducción en las cifras de contagios y muertes. Según un informe del gobierno norteamericano, las vacunas contra la COVID-19 previnieron cientos de miles de nuevas infecciones y decenas de miles de muertes entre personas mayores 1,2. Como consecuencia de la aparición de nuevas variantes, la sociedad se enfrenta a riesgos de nuevas olas 3. En la actualidad, la mayoría de los países está administrando dosis de refuerzo de vacunas contra la COVID-19, con el fin de asegurar la protección de su población 4. La implementación de programas de vacunación a nivel global y nacional en combinación con intervenciones no farmacéuticas son las únicas herramientas disponibles para poner fin a la pandemia.
Pese a la disponibilidad de las vacunas, una parte de la población se niega a recibirlas debido a rumores infundados que circulan en las redes sociales y los medios de información. Al respecto, se supone que el personal de salud, al estar más informado y preparado, no tendría problemas ni sería persuadido por rumores. Sin embargo, una parte de este sector no se encuentra vacunada y manifiesta que siente temor por los efectos secundarios a largo plazo, además, tiene dudas sobre la eficacia de las vacunas 5. Lo mismo sucede con los estudiantes de Medicina, quienes también juegan un papel clave en el sistema de salud y que requieren realizar su formación práctica en los hospitales 6-8. De acuerdo a una revisión sistemática con metaanálisis, un 31,1 % de ellos no se encuentran vacunados 9.
Es importante valorar el estado de vacunación debido al rol que desempeñan y la exposición a la que se enfrentan. Además, sus actitudes y opiniones pueden influir significativamente en familiares y amigos, ya que se consideran personas competentes e importantes fuentes de información para el público en general 10. En muchos casos, el estado de vacunación podría estar relacionado con la localización de la vivienda, la religión y la naturaleza percibida de la comunidad de comportamiento 11. También es importante considerar la situación de la familia del estudiante, como el antecedente de infección, la muerte de algún miembro o la susceptibilidad por enfermedades crónicas.
Por ello, se planteó el desarrollo del presente estudio con el objetivo de determinar los factores asociados al estado de vacunación contra la COVID-19 en los estudiantes de Medicina de la Universidad Peruana Los Andes.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño y población de estudio
Se realizó un estudio observacional, analítico y transversal. La población estuvo constituida por 732 estudiantes de Medicina Humana de la Universidad Peruana Los Andes de Huancayo-Perú del segundo al décimo ciclo. Para el cálculo del tamaño de muestra se consideró un nivel de confianza del 95 %, proporción esperada del 61,9 % 9 y una precisión del 5 %, con lo que se obtuvo una cifra mínima de 243 estudiantes. Se usó el muestreo de tipo no probabilístico por conveniencia. Para participar en la investigación, el estudiante debió estar matriculado en el semestre 2021-II y cursar alguna asignatura entre el segundo y décimo ciclo. Se excluyeron a aquellos que no dieron el consentimiento informado o presentaron datos incompletos en la base de datos.
Variables y mediciones
La información fue recogida a través de un cuestionario autoadministrado de 11 preguntas que incluía características sociodemográficas, académicas, antecedentes médicos, familiares y personales, y el número de dosis de vacunas que recibió contra la COVID-19. La difusión del cuestionario se hizo de forma digital en formato de Google Forms mediante los correos electrónicos institucionales y grupos de WhatsApp de cada año de estudios.
Análisis estadístico
En primer lugar, se hizo el análisis descriptivo de los datos. La variable edad fue manejada como variable cuantitativa, presentada en forma de mediana y rango intercuartílico (RIQ). Las demás correspondían a variables cualitativas y se presentaron en forma de frecuencias absolutas y porcentajes. Por otro lado, la variable número de dosis aplicadas fue dicotomizada en estado completo si cumplía con las 3 dosis e incompleto si presentaba 2 o menos. Para determinar los factores asociados al estado de vacunación se utilizaron las pruebas de chi cuadrado y t de Student, según el cumplimiento de los supuestos. Se fijó como punto de significancia estadística un valor de p < 0,05. El análisis se realizó en el programa STATA 15.0.
Consideraciones éticas
Durante el desarrollo de este estudio se cumplió con los principios éticos de la Declaración de Helsinki para la investigación en seres humanos. La primera parte del cuestionario incluía un formato de consentimiento informado; la participación de los estudiantes fue voluntaria y anónima. Además, el proyecto de investigación contó con el dictamen favorable del Comité de Ética de la Facultad de Medicina donde se realizó (informe n.°018-CEFMH-2022/UPLA).
RESULTADOS
La muestra estuvo constituida por 243 estudiantes de Medicina con una mediana de edad de 22 (RIC: 20-23); fue más frecuente el sexo femenino y la residencia urbana, con un 65,43 % y 87,24 %, respectivamente. Un 46,50 % fue infectado por la COVID-19 y el 81,89 % tiene antecedente familiar de COVID-19. Predominaron aquellos que se realizaron entre 1 a 2 pruebas de COVID-19, con un 44,03 %, y el estado de vacunación completo en un 61,73 % (Tabla 1).
Variables | N (96) |
---|---|
Edad (años ) | 22(20-23) |
Sexo | |
Masculino | 84(34,57%) |
Femenino | 159(65,43%) |
Vive solo | |
No | 204(83,95%) |
Si | 39(16,05%) |
Religión | |
No | 91(37,45%) |
Si | 152(62,55%) |
Residencia | |
Rural | 31(12,76%) |
Urbana | 212(87,24%) |
Antecedente de COVID -19 | |
No | 130(53,50%) |
Si | 113(46,50%) |
Antecedente familiar de COVID -19 | |
No | 44(18,11%) |
Si | 199(81,89%) |
Familiares con factores de riesgo para COVID -19 | |
No | 51(20,99%) |
Si | 192(79,01%) |
Familiares fallecidos por COVID -19 | |
No | 133(54,73%) |
Si | 110(45,27%) |
Pruebas COVID -19 | |
Ninguna | 94(38,68%) |
1a2 | 107(44,03%) |
3a 4 | 32(13,17%) |
5a más | 10(4,12%) |
Estado de vacunación contra la COVID -19 | |
Incompleto | 93(38,27%) |
Completo | 150(61,73%) |
La prevalencia de vacunación fue del 98,77 %. Además, hay que considerar que el 61,73 % cuenta con las 3 dosis y solamente un 0,41 % tiene 1 dosis de vacuna contra la COVID-19 (Figura 1).
Los estudiantes con vacunación completa tuvieron una edad media de 22,59 ± 4,10, lo que tuvo una asociación significativa (p = 0,047), al igual que aquellos que residían en una zona urbana (p = 0,042). El resto de las variables no tuvo asociación estadísticamente significativa (Tabla 2).
Variables | Vacunas incompletas Vacunas completas | Valor p | |
---|---|---|---|
93(38,27%) | 150(61,73%) | ||
Edad | 21,62±2,90 | 22,59±4,10 | 0,047 |
Sexo | |||
Masculino | 60(64,52%) | 90(66,00%) | 0,813 |
Femenino | 33(35,48%) | 46(34,00%) | |
Vive solo | |||
No | 73(78,49%) | 131(87,33%) | 0,068 |
Si | 20(21,51%) | 19(12,67%) | |
Religión | |||
No | 37(39,78%) | 54(36,00%) | 0,553 |
Si | 56(60,22%) | 96(64,00%) | |
Residencia | |||
Rural | 17(18,28%) | 14(9,33%) | 0,042 |
Urbana | 76(81,72%) | 136(90,67%) | |
Antecedente de COVID -19 | |||
No | 44(47,31%) | 86(57,33%) | 0,128 |
Si | 49(52,69%) | 64(42,67%) | |
Antecedente familiar de COVID -19 | |||
No | 14(15,05%) | 30(20,00%) | 0,330 |
Si | 79(84,95%) | 120(80,00%) | |
Familiares con factores de riesgo para COVID -19 | |||
No | 23(24,73%) | 28(18,67%) | 0,259 |
Si | 70(75,27%) | 122(81,33%) | |
Familiares fallecidos por COVID -19 | |||
No | 46(49,46%) | 87(58,00%) | 0,194 |
Si | 47(50,54%) | 63(42,00%) | |
Pruebas COVID -19 | |||
Ninguna | 36(38,71%) | 58(38,67%) | |
1a2 | 45(48,39%) | 62(41,33%) | 0,435 |
3a 4 | 10(10,75%) | 22(14,67%) | |
5a más | 2(2,15%) | 8(5,33%) |
DISCUSIÓN
En el presente estudio se determinó que casi la totalidad de los estudiantes había recibido al menos una dosis. Dicha cifra es muy similar a la de Peterson et al. 12 y Sugawara et al. 13, que reportaron prevalencias de vacunación del 91,9 % y 89,1 %, respectivamente. Por el contrario, en algunos lugares se informó sobre prevalencias tan bajas como la de Bolatov et al. 14, con un 2 %. Probablemente, estas diferencias se deban a la fecha en la que se recolectó la información, ya que algunos países se encontraban en el transcurso del plan de vacunación o porque los países dieron prioridad a otros grupos con mayor riesgo. Sin embargo, también existe la posibilidad de que los individuos se hayan negado a recibir la vacuna por rumores o miedo a algún efecto adverso.
En un estudio se encontró que un 86,7 % de los que dudaron en recibir la vacuna les preocupa los posibles efectos adversos graves de esta. En este mismo grupo, solamente un 30,1 % confía en la información que recibe sobre la vacuna del Gobierno o de los expertos en salud pública 15. Pese a que la prevalencia de vacunación en el actual estudio es muy alta, llama la atención que cerca del 30 % de los encuestados no haya recibido la tercera dosis de refuerzo. Esto podría explicarse por el temor a los efectos adversos presentados durante las dos primeras dosis. De acuerdo con un estudio alemán, aquellas personas vacunadas que buscaron atención médica por los efectos adversos presentados tenían menos probabilidades de aceptar la dosis de refuerzo 16.
En el estudio realizado por Klugar et al. 17 se describió una asociación entre la edad y la recepción de la dosis de refuerzo, relación que se encontró en el actual estudio.
Entonces, se podría considerar que aquellos individuos con mayor edad están mejor concientizados y puedan actuar con mayor responsabilidad para contar con un estado de vacunación completo. En este mismo punto, es importante aclarar que se trata de estudiantes de Medicina, y, por lo tanto, puede existir un sesgo debido a la disposición basada en la educación que reciben. Otro factor que también se relacionó fue la residencia urbana, la cual se podría explicar debido a la accesibilidad a los centros de vacunación en la ciudad y a la cantidad de vacunas disponibles. Además, otro factor que podría influir es que en estas regiones las personas tienden a tener mejor nivel educativo, lo cual es un factor predisponente a la vacunación 18. Una aclaración respecto a esta relación es el hecho de que la gran mayoría de participantes fueron de áreas urbanas, lo que puede influir en la relación hallada.
En el estudio de Klugar et al. 17 también se encontró que los participantes masculinos tenían más probabilidades de aceptar la dosis de refuerzo. A nivel mundial, pese a que más varones mueren a causa de la COVID-19, son las mujeres quienes encabezan las listas de vacunación 19. Sin embargo, al igual que lo encontrado por Koh et al. 20, en el presente estudio no se encontró una asociación entre el sexo y el estado de vacunación, probablemente debido a que la política de vacunación no hace distinciones y es administrada de manera equitativa a ambos sexos.
A pesar de que más de la mitad de los encuestados refirieron profesar alguna religión, en el análisis bivariado parece no tener una relación con el estado de vacunación. En la actualidad, surgió una preocupación por la influencia que tendría la religiosidad en la vacunación. Un estudio encontró que las enseñanzas religiosas priorizan las oraciones sobre la medicina, lo que origina una vacilación de vacunación entre los devotos 6. En otras religiones, como el budismo y el judaísmo, parecen no tener doctrinas centrales sobre la vacunación, por lo que la aceptan ampliamente 21.
En el estudio de Barzilay et al. 22, realizado en personal sanitario, se encontró que los participantes sentían mayor angustia al enterarse de que un familiar se contagió de COVID-19 y al infectar a otros sin saberlo. Por lo tanto, al contar con niveles incrementados de miedo y estrés, esto podría haber influido en el aumento de vacunación por parte de los estudiantes, para así proteger a su entorno cercano. Pese a ello, los antecedentes de infección por COVID-19, el fallecimiento de algún familiar por esta causa y la presencia de factores de riesgo no tuvieron una asociación significativa con el estado de vacunación. Lo anterior se podría considerar como un punto positivo, ya que la vacunación no estaría condicionada, sino que se estaría dando más bien por responsabilidad personal.
Casi la mitad de los encuestados se realizó por lo menos de 1 a 2 pruebas para detectar la COVID-19. De acuerdo con los protocolos, esta prueba se suele tomar a aquellos individuos que presentan síntomas sugestivos de la enfermedad. Un elevado número de pruebas podría significar que probablemente estuvieron expuestos varias veces a la enfermedad, o tal vez se debió al desarrollo de cierta hipocondría 23, lo cual nos llevó a pensar y creer que, a mayor número de pruebas, mayor incremento de miedo y, por ende, mayor vacunación. Sin embargo, no hubo una asociación significativa entre el número de pruebas y el estado de vacunación.
En las limitaciones del estudio tenemos que el muestreo empleado fue de tipo no probabilístico por conveniencia. Entre los encuestados hubo mayor predominio del sexo femenino, lo que podría significar un sesgo de selección. Algunos datos recolectados son privados y pueden despertar cierta susceptibilidad, por lo que puede existir cierta presión al momento de contestar. Asimismo, se trata de estudiantes de Medicina, por lo tanto, puede existir un sesgo debido a la disposición basada en la educación que reciben. Finalmente, hay otros factores que pueden asociarse al estado de vacunación y que no fueron incluidos en el estudio.
En conclusión, la prevalencia de vacunación en estudiantes de Medicina es alta y los factores que se asocian son la edad y la residencia; sin embargo, cabe resaltar que una buena cantidad de ellos no ha recibido la dosis de refuerzo. Por ello, es necesario implementar medidas para determinar los motivos y dar una solución, con el fin de fomentar la vacunación en esta población. Dichos estudiantes ejercen una gran influencia social, además que están próximos al retorno a la presencialidad, lo que los expondría mucho más al contagio. Finalmente, se recomienda utilizar la metodología longitudinal para futuras investigaciones, de modo que se pueda determinar de manera óptima los factores involucrados en el estado de vacunación en esta población.