Introducción
Durante los últimos años, la sociedad ha experimentado diversos cambios culturales, sociales y económicos y, con ellos, las personas han tenido que fortalecer su formación para enfrentarse a una nueva realidad. Sánchez-Caballé et al. (2020, p. 64) señalan que "las tecnologías de información y comunicación han demostrado tener impacto en todos los ámbitos de la actividad humana" 1. Tal como lo señaló la Unesco en 2005 (p. 29), "el rápido avance de las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC) ha generado nuevas condiciones para la sociedad del conocimiento" 2; y, a partir de ello, desde hace algunos años, diversos países se han incorporado gradualmente a estas tecnologías; se ha pasado de la era industrial a la era de la información. Por ello, tal como indicaron Zao et al. (2021, p. 1), "la adquisición, producción, procesamiento y utilización del conocimiento desempeñan un papel cada vez más importante en el impulso del crecimiento económico de un país y se han convertido gradualmente en elementos esenciales" 3. En la actualidad, las personas están rodeadas de internet y de una serie de tecnologías digitales; el desarrollo de la estructura social y de las tendencias en el uso de la tecnología han producido cambios en la forma en que se vive y, definitivamente, en la manera en que se adquieren los conocimientos 4.
El desarrollo de actividades que permiten la adquisición de competencias digitales continúa ganando popularidad. Los estudiantes universitarios del siglo XXI pertenecen a una generación que ha crecido en medio del auge sin precedentes de las redes informáticas, el cual experimentan en los medios en línea, representados por internet, la realidad virtual y la inteligencia artificial. Y en estos últimos años, la pandemia ha incrementado la atención social hacia la necesidad de contar con competencias digitales 5.
El proceso de enseñanza en la educación superior también experimenta constantes transformaciones sociales y culturales. Es frecuente que aparezca un nuevo modelo para enfrentar los problemas que se presentan dentro de este ámbito, el cual es recibido e incorporado, así pasa a sumar parte de las actividades de estudiantes y docentes. La era en la que nos encontramos se caracteriza por los rápidos avances científicos, tecnológicos y sociales, los cuales imponen altos estándares de conocimientos y habilidades que deben adquirirse y demostrarse en el desempeño de cualquier profesión 6.
A nivel mundial se ha demostrado que desarrollar competencias digitales es valioso para los alumnos, además de ser de gran utilidad para la resolución de problemas. Hoy es imprescindible enseñar o formar estudiantes que manejen el conocimiento, que sean competentes, hábiles, creativos y críticos; que utilicen habilidades y resuelvan problemas mediante el uso de medios digitales, tecnologías de información y comunicación, alfabetización tecnológica, sin dejar de lado el compromiso ético que ello implica 7-9.
Sin embargo, tal como concluyen Cabezas et al., a pesar de pertenecer a una generación clasificada como nativa digital "no tienen una competencia adecuada para esta condición", lo cual se confirma por las diversas investigaciones que sostienen que los estudiantes no cuentan con la competencia digital requerida para los estudios de educación superior y que tienen un escaso nivel de competencia digital 10. En la misma línea, Gabarda et al. afirmaban que, aunque hay estudios que muestran "un uso extendido de las TIC, esto no necesariamente implica una competencia digital que sustente un buen uso de estas" 11. Lo anterior se manifiesta al examinar las habilidades; muchas de ellas son de tipo técnico, lo que evidencia la necesidad de mejorar las competencias informativas y de multimedia 11,12. También se sostiene que la mayoría tiene limitaciones para utilizar un software específico durante su formación; usan aplicaciones multimedia frecuentemente, pero cuentan con escasos conocimientos sobre la tecnología o las teorías que están detrás 13.
Debe destacarse que es importante incorporar las tecnologías digitales en el proceso educativo. Estas benefician el proceso de enseñanza-aprendizaje, pues la formación básica en competencias digitales es clave para el desarrollo personal en la sociedad actual y puede contribuir en la reducción de la brecha digital 14,15. En ese sentido, Ferrari define la competencia digital como
"[…] el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes (incluyendo así habilidades, estrategias, valores y conciencia) que se requieren cuando se usan las TIC y los medios digitales para realizar tareas; resolver problemas; comunicar; gestionar la información; colaborar; crear y compartir contenido; y construir conocimiento de manera efectiva, eficiente, apropiada, crítica, creativa, autónoma, flexible, ética, reflexiva para el trabajo, el ocio, la participación, el aprendizaje, la socialización, el consumo y el empoderamiento" 16.
Desde hace algunos años, la enseñanza de los cuidados paliativos y manejo del dolor se ha incorporado en los programas de maestría debido a que se ha convertido en un área en constante crecimiento que requiere ser atendida; en forma especial, en el área de oncología y las de otras enfermedades crónicas. Cabe señalar que la enseñanza de cuidados paliativos y manejo del dolor se ha convertido en algo muy necesario para todos los médicos encargados de brindar tratamiento a pacientes que padecen de una enfermedad oncológica o de enfermedades degenerativas graves.
De acuerdo con las nuevas necesidades, es evidente que prevalece un enfoque orientado al desarrollo de competencias complejas en una sociedad moderna, lo cual requiere la preparación de los jóvenes universitarios para que sean competentes en el desarrollo y la aplicación del pensamiento mediante el razonamiento crítico y la resolución de problemas de salud mediante la utilización de medios digitales y tecnologías de información y comunicación. Ante esta dinámica, las universidades deben reestructurar sus procesos pedagógicos para responder al impacto de la globalización y determinar el impacto de su implementación y cómo este contribuye a la preparación de estudiantes comprometidos con su labor profesional y también en la formación de personas competentes. Dentro de este contexto, la investigación plantea como objetivo determinar las competencias digitales de los estudiantes de posgrado de la maestría en Cuidados Paliativos y Manejo del Dolor en una universidad pública peruana durante el año 2022.
Materiales y métodos
Diseño y población de estudio
La investigación tuvo un diseño no experimental, descriptivo y de corte transversal. La población de estudio incluyó a 91 alumnos de la maestría en Cuidados Paliativos y Manejo del Dolor matriculados en el año 2022. Se empleó una muestra no probabilística y se excluyó a quienes decidieron no participar; la muestra final estuvo conformada por 59 estudiantes.
Variables y mediciones
La competencia digital fue la variable de estudio, que puede definirse como la capacidad de utilizar eficazmente las herramientas tecnológicas para mejorar diferentes ámbitos de la vida de las personas, considerado el compromiso crítico y uso responsable para aprender, trabajar y participar en la sociedad. Los datos se recolectaron a través de la encuesta Cuestionario de competencias digitales en educación superior (CDES) 17, conformada por 46 indicadores distribuidos en cinco factores: factor 1, "alfabetización tecnológica"; factor 2, "acceso y uso de la información"; factor 3, "comunicación y colaboración"; factor 4, "ciudadanía digital"; factor 5, "creatividad e innovación". Los indicadores se midieron con una escala de Likert con valores de 1 a 5, donde 1 equivale a nada importante y 5, muy importante. La fiabilidad del instrumento para cada factor fue la siguiente: 1 = 0,86, 2 = 0,89, 3 = 0,89, 4 = 0,87, 5 = 0,92. Se obtuvo una fiabilidad total de 0,96, según alfa de Cronbach.
Análisis estadístico
Para procesar y analizar la información, se utilizó una base de datos en Microsoft Excel y en SPSS. Posteriormente, se estimaron las variables descriptivas y las medidas de dispersión: frecuencias, promedio y desviación estándar, y la valoración de los puntajes por cada factor y la puntuación total.
Resultados
Según el control de registros, se excluyeron 32 estudiantes, por lo que la muestra quedó conformada por 59 estudiantes. La edad promedio fue 38,03 DE ± 6,02 años, el 76,3 % fueron mujeres y el 47,5 % cursaba el segundo semestre de estudios. Todos los estudiantes contaban con una computadora personal y acceso a internet en casa. El 59,3 % utilizaba una computadora hasta 20 horas a la semana, el 39 % manifestó tener conocimientos de informática básica y el 44,1 % utilizaba programas informáticos. El promedio de años utilizando una computadora fue de 18,92. El 69,5 % estuvo totalmente de acuerdo con la afirmación de que usar una computadora ayuda a mejorar la calidad de los profesionales. Respecto al entrenamiento o experiencia en el uso de las TIC, el 33,9 % la calificó como regular; un 30,5 %, respectivamente, aprendió en el colegio o en un instituto. El 33,9 % manifestó una formación universitaria óptima en el uso de las TIC; de igual manera, el 39 %, mediante programas de formación.
Respecto a los resultados correspondientes al factor 1, "alfabetización tecnológica", el 15,3 % consideró poco importante el dominio de aplicaciones de procesamiento de audio, imagen y video digital mediante programas como Photoshop, Audacity, Movie Maker u otros; el 47,5 % de estudiantes calificó como muy importante desarrollar conversaciones en línea a través de herramientas de comunicación síncrona vía web (chat, servicios de mensajería instantánea, Skype, herramientas de videoconferencia, etc.); y el 13,6 % consideró como poco importante usar de forma efectiva las plataformas de e-learning o b-learning para la formación y colaboración en línea (Dokeos, Moodle, Ilias, etc.). Según la ponderación de resultados del factor alfabetización tecnológica, el 44,1 % la calificó como muy importante y el 39 % como importante (Figura 1).
En las respuestas sobre el factor 2, "acceso y uso de la información", el 54,2 % consideró como importante el uso de las aplicaciones y los servicios tecnológicos, ya que se pudo recuperar, organizar y gestionar información; el 44,1 % calificó como importantes y muy importantes aquellas actividades para recopilar información seleccionada, organizarla de forma adecuada y así construir y asimilar nuevo conocimiento. Según la ponderación de resultados del factor acceso y uso de la información, el 45,8 % lo consideró como muy importante; el 42,4 %, importante, y el 10,2 %, más o menos importante (Figura 2).
Con respecto a los resultados del factor 3, "comunicación y colaboración", el 49,2 % calificó como importante la interacción con expertos u otras personas a través de redes sociales y canales de comunicación basados en las TIC; del mismo modo, dicha interacción permitió el desarrollo de la comprensión cultural y la conciencia global a través del vínculo con profesionales de otras culturas. Un 52,5 % valoró como importante compartir experiencias en redes sociales. De acuerdo con la ponderación de resultados del factor "comunicación y colaboración", el 47,5 % lo consideró como muy importante; el 42,4 %, importante, y el 6,8 %, más o menos importante (Figura 3).
En cuanto a los resultados correspondientes al factor 4, "ciudadanía digital," el 54,2 % consideró muy importante asumir una conducta ética al utilizar la información digital y la proveniente de las TIC, por el respeto a los derechos de autor, la propiedad intelectual y la documentación apropiada de las fuentes. El 52,5 % indicó que es importante demostrar responsabilidad personal en cuanto al aprendizaje permanente en el uso de las TIC; de igual modo, para desarrollar una comprensión cultural y una conciencia global a través de la relación con profesionales de otras culturas mediante el uso de herramientas de comunicación y colaboración de la era digital. Según la ponderación de resultados del factor ciudadanía digital, el 49,2 % lo consideró como muy importante; el 44,1 %, importante, y el 6,8 %, más o menos importante (Figura 4).
Con respecto al factor 5, creatividad e innovación, el 52,2 % de estudiantes valoró como muy importante el adaptarse a nuevas situaciones y entornos tecnológicos. Igualmente, señalaron como importante la utilización de saberes previos para producir nuevas ideas, productos o procesos a través de las TIC. También entender a la efectividad y autorrenovación profesional, incorporando las TIC en su entorno laboral y para crear trabajos originales como medios de expresión personal o grupal mediante el uso de las TIC, como parte de su aprendizaje permanente y reflexivo. En la ponderación de resultados del factor creatividad e innovación, el 45,8 % lo consideró como muy importante e importante y el 6,8 %, más o menos importante (Figura 5).
Los resultados del análisis global de competencias digitales se detallan de la siguiente manera: el 49,2 % las consideró como muy importantes; el 42,4 %, importantes; el 6,8 %, más o menos importantes; y el 1,7 %, poco importantes. No hubo resultados para la denominación nada importante.
Discusión
El cambio en el paradigma educativo y la aparición de nuevos modelos de enseñanza debido a la aceleración del proceso de digitalización y el impacto de la epidemia COVID-19, así como a los objetivos de desarrollo sostenible, ponen en evidencia que las competencias digitales son fundamentales en los estudiantes que buscan lograr un mayor rendimiento académico y mejorar su formación profesional. Por tanto, se les debe exigir la adquisición y desarrollo de dichas competencias e, igualmente, que satisfagan las exigencias de la comunidad y hagan frente a nuevos retos 18-20.
Las diversas investigaciones realizadas en el ámbito educativo manifiestan que los estudiantes de posgrado son nativos digitales que utilizan en forma diaria dispositivos digitales y herramientas. En la actualidad, esto es posible gracias a que el acceso a internet es más factible, así como la disposición de un equipo informático portátil; sin embargo, lo anterior no implica que posean un nivel alto de competencia digital 21. Adicionalmente, se debe precisar que todavía existen otros factores que representan un obstáculo en la implementación de la digitalización en la educación superior. Al respecto, Palomé-Vega et al., en una investigación con estudiantes de Enfermería en la Universidad Autónoma de Querétaro, señalan que "solo el 9 % […] utiliza la computadora y el internet para fines académicos; por otro lado, solamente un 20 % cuenta con conocimientos sobre manejo de aplicaciones" 22. Estos datos son inferiores a nuestros resultados, debido a la falta de competencias digitales en el ámbito educativo. Asimismo, los hallazgos de Paredes-Parada y Posey indicaron que el 81 % dispone de una conexión a internet y que el 67 % cuenta con un equipo portátil 23,24.
Respecto al grado de formación en el uso de las TIC y en las competencias digitales, menos del 50 % del alumnado la adquirió antes de su ingreso a la universidad o a través de cursos de informática 25. Además, la formación de las competencias digitales y la utilización de las TIC no ha llegado a cubrirse totalmente durante la educación secundaria; por otro lado, su desarrollo en los planes de estudio universitarios no se ha implementado en todas las carreras profesionales 26,27. A pesar de ello, se ha logrado demostrar que la adquisición de habilidades y conocimientos en el uso de estas tecnologías tiene una influencia favorable en el nivel de autopercepción en términos de competencia digital.
Según Sánchez-Caballé et al., la alfabetización tecnológica obtuvo un resultado óptimo, lo cual es bastante lógico, porque esta incluye el procesamiento de datos, la gestión de hardware y software y está influenciada por el perfil del estudiante 1. Sin embargo, se sostiene que los estudiantes necesitan mejorar su nivel de competencia a la hora de crear contenidos digitales, así como su capacidad de resolución de problemas técnicos y la comprensión de las tendencias tecnológicas. Los resultados obtenidos fueron similares a las investigaciones realizadas por Llorent-Vaquero et al. y Martzoukou et al. 28,29. Asimismo, los estudiantes manifestaron una ponderación óptima o favorable para el factor "acceso y uso de información" durante sus estudios de posgrado. Sin embargo, existen reportes que señalan que los estudiantes universitarios no dominan los programas para efectuar recuperación, organización y gestión de la información por su desconocimiento en el manejo de herramientas. Esto plantea la necesidad de gestionar el uso de recursos digitales para la creación de contenidos, acceso de materiales, edición de imágenes y sonido, como una estrategia pedagógica que permita apoyar el aprendizaje de los estudiantes y exigir al docente a asumir su rol como mediador 30,31.
Diversas investigaciones, como la adaptación de DigCom, realizada por REBIUM (2016), sostienen que "la comunicación y la colaboración mediante entornos digitales, como compartir recursos a través de herramientas en línea, conectarse y colaborar con otros a través de herramientas digitales, interactuar y participar en comunidades" 32, permiten desarrollar la conciencia intercultural. Es preciso señalar la relevancia de analizar los aspectos de colaboración y comunicación, donde los hallazgos son considerados óptimos, ya que existen reportes contradictorios que presentan niveles desfavorables en su desarrollo 33-35. Aproximadamente, el 50 % de los estudiantes mostraron resultados favorables en el factor ciudadanía digital debido a que son usuarios respetuosos y seguros, pero aún persiste el esfuerzo por mejorar la educación digital desde una propia concepción, ya que son confusos y se encuentran en continua evolución. En la actualidad, establecer el esfuerzo educativo sin el desarrollo de un componente ético en el uso de la tecnología es poco aceptado, puesto que no basta con ser usuarios técnicamente eficientes, sino saber actuar cuando el poder tecnológico busca imponer su predominio 36,37.
Es importante señalar que los estudiantes valoran de manera favorable los indicadores correspondientes al factor "creatividad e innovación", debido a que cuentan con formación profesional y se encuentran habituados a aprender utilizando tecnologías de información y comunicación, además de adaptarse a ciertas condiciones negativas. Estos resultados parecen tener explicación, ya que la aparición de la pandemia propició el uso y la aplicación de la tecnología multimedia en el sector educativo 36. Por ello, Ferrari et al. sostienen que "la competencia digital representa una de las ocho competencias clave para el aprendizaje permanente" 38. Además, Simovic et al. complementan esta afirmación:
"Las habilidades necesarias para ser digitalmente competente se refieren a la capacidad de manejar la información; la capacidad de distinguir el mundo virtual del real, la habilidad de usar servicios basados en Internet y usar tecnologías para apoyar el pensamiento crítico, la creatividad y la innovación; así como el interés por participar en comunidades y redes en línea" 39.
El factor "alfabetización tecnológica" presentó una menor valoración en comparación con los otros factores, a pesar de presentar una orientación favorable; mientras que los factores acceso y uso de la información, comunicación y colaboración, ciudadanía digital y creatividad e innovación presentaron mejores valoraciones, las cuales fueron similares a las descritas en una investigación realizada con estudiantes de Educación que pertenecen a un grupo de alto rendimiento 36 y en otras experiencias utilizando el b-learning 40-42. Por ello, cabe resaltar la importancia de desarrollar estas competencias y conseguir la alfabetización digital, lo cual requiere de un conjunto de habilidades y actitudes de los estudiantes dentro del proceso educativo.
La investigación no está exenta de limitaciones. Por ejemplo, el tamaño de la muestra, que procedía de estudiantes del mismo programa de maestría de una universidad. Además, se utilizó un instrumento de autopercepción y no una evaluación objetiva de la competencia digital, por tanto, los resultados tal vez no reflejen el verdadero nivel de las competencias digitales de los estudiantes.
En conclusión, esta investigación estuvo centrada, principalmente, en el estado real de las competencias digitales de los estudiantes de la maestría en Cuidados Paliativos y Manejo del Dolor. Todos los estudiantes contaban con una computadora personal y con acceso a internet, además, se ratificó el creciente interés por incluir los aspectos relacionados con la competencia digital en la educación universitaria. El factor "alfabetización tecnológica" presentó menor valoración, mientras que el factor "ciudadanía digital", mayor valoración. El 91,6 % de los estudiantes valora la competencia digital entre importante y muy importante, lo que podría considerarse como muy favorable.