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Revista Peruana de Biología

On-line version ISSN 1727-9933

Rev. peru biol. vol.29 no.4 Lima Oct./Dec 2022  Epub Nov 25, 2022

http://dx.doi.org/10.15381/rpb.v29i4.24086 

Obituario

In Memoriam Pedro Hocking (1938-2022): tras la avifauna de los poco estudiados bosques de los Andes del Perú

In Memoriam Pedro Hocking (1938-2022): going after the avifauna of the poorly studied forests of the Andes of Peru

1Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Museo de Historia Natural, Departamento de Ornitología, Lima, Perú.

Peter Joseph Hocking Weeks, o Pedro Hocking como era conocido en Lima (Pucallpa, 7 de julio de 1938 - Lima, 31 de octubre de 2022).

Peter Joseph Hocking Weeks, o Pedro Hocking como era conocido en Lima, no tuvo una formación científica, pero sí fue reconocido en vida como un naturalista por sus importantes contribuciones al conocimiento y documentación de las aves peruanas. Pedro Hocking fue parte de una generación apasionada por la biodiversidad, para la cual cada localidad visitada era un mundo nuevo que contenía especies desconocidas y que no disponía de las guías de campo ni de los recursos tecnológicos actuales para identificar in situ las que ya eran conocidas. Era una época en que la colecta de ejemplares era la herramienta básica para conocer la biodiversidad de una localidad y la actividad principal de las expediciones. Aunque su interés principal eran las aves, sus aportes no se limitaron a ellas sino incluyeron también otros grupos de fauna.

Fjeldsa et al. (2012) en su estudio sobre la lechuza de Koepcke le dedica a Hocking el nombre de la subespecie explicando muy apropiadamente el significado de la labor de Pedro: “denominamos esta lechuza según Pedro Hocking, en honor a sus esfuerzos de toda una vida por documentar la avifauna peruana, especialmente aquella de los poco explorados bosques de los Andes del Perú central”.

La presente nota está basada principalmente en la entrevista que Pedro Hocking concedió a la autora el 15 de enero de 2015 donde compartió sus experiencias de vida y las fotos que ilustran el presente trabajo y fue publicado en el blog Aves, Ecología y Medio Ambiente de la autora (http://avesecologaymedioambiente.blogspot.com/2015/02/pedro-hocking-una-gran-contribucion-al.html?q=pedro).

Niñez e inicio de la afición por la fauna en Pucallpa

Los padres de Pedro Hocking, de nacionalidad estadounidense, llegaron al Perú para dedicarse a la actividad misionera en Pucallpa. Su viaje en barco siguió la ruta directa de Nueva York a Iquitos, surcando el río Amazonas. Realizaron una estadía de casi un año en Iquitos con la finalidad de aprender castellano. En esta ciudad nació Pedro, el 7 de julio de 1938. Antes de que Pedro cumpliera un año, sus padres continuaron la ruta hacia su desino final, Pucallpa, donde se establecieron. Allí, Pedro pasó su niñez y nacieron sus cinco hermanos. Sus estudios de educación primaria los realizó en su casa. Su madre enseñaba y preparaba a los hermanos (home schooling).

Fue durante estos años de niñez que su padre, quien había estado interesado en la fauna desde sus años universitarios, despertó y estimuló el interés de sus hijos por ella. Los llevaba en cortas excursiones o visitas a familias amigas en las afueras de Pucallpa. Mientras caminaban por los senderos, él les iba haciendo notar los insectos y diversos animales que encontraban y les explicaba sobre ellos. Pronto, Pedro comenzó a recoger insectos, escarabajos de colores y otros animales que le atraían. Cuando contaba con 12 años y viendo el fuerte interés que mostraba Pedro, su padre hizo un mayor esfuerzo para que pudiera avanzar y aprender más. Llegó a un acuerdo con José Schunke, conocido colector que vivía en Pucallpa, para que le enseñara a disecar aves. Pedro fue varias veces llevando pericos y otras mascotas y José Schunke le enseñó los aspectos básicos de la disección, pero por diversas razones no pudo avanzar más. Sin embargo, estas experiencias dejaron en él la semilla de una sólida afición a la colecta y disección de aves.

Esta época coincidió con uno de los viajes periódicos de la familia Hocking a los Estados Unidos para visitar a sus familiares y congregaciones religiosas. Permanecieron allá un año residiendo en la granja lechera del abuelo materno. Pedro asistía al colegio y durante este tiempo tomó un curso de taxidermia por correspondencia del Northwestern School of Taxidermy (Fig. 1). Pero en Estados Unidos practicó muy poco la taxidermia, porque la fauna está muy protegida legalmente, hecho que aprendió con una experiencia un tanto ingrata. Haciendo uso de su ingenio, Pedro había construido una trampa para gorriones, los que eran numerosos en la granja de su abuelo. Disecó varios de ellos y llevó uno a su profesora de biología para mostrárselo. Esto sin embargo causó gran escándalo entre la profesora y sus compañeros, quienes lo amenazaron con denunciarlo por matar animalitos.

Figura 1 Pedro con sus aves disecadas en los años de sus estudios secundarios (Foto P. Hocking). 

Juventud en Yarinacocha y la práctica de la colecta, disección y taxidermia

El regreso de la familia al Perú correspondió a la época del inicio de los estudios de secundaria. Por este motivo la familia Hocking se trasladó al pueblito de Puerto Callao, ubicado cerca de Yarinacocha y hasta donde se llegaba por una trocha carrozable. Los estudios de secundaria los realizó en la escuela del Instituto Lingüístico de Verano que tenía su sede en Yarinacocha y contaba con un aula donde impartían educación a los hijos de su personal. Pedro y sus hermanos fueron invitados a integrarse a este grupo como especial deferencia a sus padres. En esta zona transcurrió su juventud. En los alrededores había abundante fauna que podía colectar con una carabina 22 de un tiro que su padre le compró. Con esta arma hacía excursiones por la cocha y caminos en el bosque cercano para cazar loritos y tucanes. Disponer de estas aves le permitió practicar la disección.

Para culminar el curso por correspondencia iniciado en los Estados Unidos, debía disecar y taxidermizar (conservar con el aspecto de vivos) diversos animales. Preparó varias aves, ardillas y monitos para el aspecto de mamíferos y una serpiente y lagartitos para el aspecto de reptiles. También preparó peces según las exigencias del curso. Luego de varios años de practicar con todo lo que pedía el curso, fotografió todos sus ejemplares y envió las fotos. Su trabajo fue aprobado y recibió su certificado de culminación del curso de taxidermia. La experiencia que tenía le permitió preparar lagartitos disecados que vendía a los turistas y tener una colección que incluía tanto animales preparados para exhibición como para estudios científicos.

En 1958, Emmet R. Blake, curador del Field Museum of Natural History de Chicago, se encontraba realizando una expedición en el Perú para colectar aves para la colección ornitológica de ese museo (Traylor & Willard 1999). Durante su estadía en Pucallpa le aconsejaron que visitara a la familia Hocking pues ellos tenían un pequeño zoológico. Todos los miembros de la familia estaban interesados en animales. Pedro criaba lechuzas y serpientes no venenosas. Sus hermanas criaban un monito y una tortuga. Cuando Blake los visitó se interesó no sólo en estos animales, sino también en las pieles que Pedro estaba disecando y le dio algunas pautas para obtener mejores resultados, especialmente con las pieles de estudio (Fig. 2).

Figura 2 Pedro Hocking durante su estadía en Chicago (Foto P. Hocking). 

Chicago y el perfeccionamiento de las técnicas de disección

En 1959, contando con 21 años y habiendo terminado sus estudios secundarios, Pedro viajó a Chicago para estudiar durante cuatro años en el Instituto Bíblico Moody. Para cubrir sus gastos de estadía, estudiaba en las mañanas, trabajaba en las tardes y hacía las tareas en las noches. El instituto contaba con una persona encargada de conseguir trabajos temporales a los estudiantes, y es así como Pedro se desempeñó en diversas labores.

El padre de Pedro escribió a Blake para informarle de la presencia de Pedro en Chicago, donde se encuentra el Field Museum of Natural History, y sugerirle que lo capacitara en preparación de pieles de estudio. Blake se comunicó con Pedro a través del Instituto Bíblico y llegaron al acuerdo de que Pedro trabajaría en las tardes en el museo por el tiempo que le faltaba para terminar sus estudios, un año y medio. Además, Blake le compró un lote de aves disecadas (20 o 30) que Pedro había llevado desde Pucallpa y esto le ayudó a cubrir parte de los gastos de sus estudios.

El primer semestre, Blake le encomendó limpiar y re disecar las pieles mal disecadas y grasosas que había en la colección, uno de los trabajos más difíciles. Después le enseñaron a taxidermizar animales para exhibiciones. Otro semestre lo destinaron a la Sección de Entomología donde aprendió a preparar insectos apropiadamente para colecciones científicas. Su formación en preparación de ejemplares fue bastante amplia. Faltando pocos meses para terminar sus estudios y regresar al Perú, Blake le indicó las zonas del Perú donde pensaba que se podrían encontrar especies nuevas y le aconsejó estar siempre alerta en los bosques relicto de la zona andina pues suelen tener endemismos debido a su aislamiento.

De regreso a Perú. Especies nuevas y documentación de las aves peruanas.

Terminados sus estudios, Pedro regresó al Perú en 1963 y comenzó su trabajo como misionero. A su regreso renunció a su nacionalidad estadounidense asumiendo la nacionalidad peruana (Beolens, Watkins & Grayso 2011). En octubre de 1966 se casó con Marta Dade (Fig. 3), hija de misioneros de Venezuela, y compañera de estudios en el Instituto Bíblico Moody. Se establecieron en Chosica. Pedro y Marta tuvieron cuatro hijos: David Pedro, Tomas José, Daniel Felipe y Lidia Juanita.

Figura 3 Pedro Hocking y su esposa Marta. (Foto P. Hocking) 

Como parte de sus actividades misioneras, Pedro realizaba viajes al interior del país estando siempre atento a las aves presentes. En una ocasión cuando se desplazaba hacia una zona alejada en Apurímac y al pasar por Abancay notó que el nevado Ampay tenía un cinturón de bosques. Pedro propuso a su compañero hacer una parada para visitar esa zona en el viaje de regreso. Así lo hicieron, acampando allí una noche. Su esfuerzo le valió el descubrimiento del endémico Cola-Espina de Apurímac, Synallaxis courseni, colectado en setiembre de 1968. El ejemplar que obtuvo lo envió a Blake, así como también otros ejemplares que colectó al siguiente año a pedido del curador de Chicago. En base a estos ejemplares la nueva especie fue descrita en 1971 (Blake 1971). Esta zona del Nevado Ampay será posteriormente parte del Santuario Nacional de Ampay creado en 1987. En viajes subsiguientes al departamento de Huánuco colectó ejemplares que, combinados con otros ejemplares colectados posteriormente por el equipo de Lousiana State University, permitieron la descripción del Hemispingo de Ceja Rufa, Poospiza rufosuperciliaris, y la Tangara-de-Montaña de Dorso Dorado, Cnemathraupis aureodorsalis (Blake & Hocking 1974).

En Chicago, antes de regresar al Perú, Emmet Blake había llegado a un acuerdo con Pedro para que hiciera muestreos de aves en las zonas donde él viajaba, colectando varios ejemplares de cada especie que encontrara y enviaría uno o dos de ellos al Field Museum. Los ejemplares iban acompañados de sus hojas de catálogo de campo. En Chicago revisaban sus identificaciones y le devolvían copias fotostáticas de sus hojas corregidas. Esto le permitió familiarizarse con los nombres científicos. Cabe destacar que Pedro siempre separaba ejemplares de sus colectas para entregar al Museo de Historia Natural de la Universidad de San Marcos. Durante muchos años envió aproximadamente la mitad de lo que colectaba al Field Museum y la otra mitad de los ejemplares los entregaba al Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) en Lima. En una ocasión envió también ejemplares a la Academia de Ciencias Naturales de Philadelphia. En esos años no había restricciones para la colecta y exportación de ejemplares de aves. Cuando los requisitos para colectar y exportar se volvieron más rigurosos en el Perú, Pedro redujo sus envíos gradualmente hasta que en los últimos 20 años ya no exportó aves, y todo lo que colectaba fue depositado en la colección ornitológica del Museo de Historia Natural (UNMSM).

Pedro siempre trabajó en estrecho contacto con personas locales. En sus esfuerzos de documentación de las aves, contaba con un excelente colaborador, el joven quechuista Manuel Villar. Manuel aprendió a disecar aves, fue el primero que lo acompañó al bosque Ampay al encontrar al Cola-Espina de Apurímac, y colectó muchos ejemplares en zonas de selva alta que completaban las de Pedro. Reyes Rivera, quien apoyo a Villar y su compañía en viajes de colecta, destacó también en estas actividades para Pedro y apoyó posteriormente las expediciones de John O’Neill y estudiantes del Louisiana State University.

La entrega de ejemplares a los museos le permitió conocer a los curadores y encargados de las colecciones. En el Field Museum of Natural History de Chicago conoció y aprendió principalmente de Emmet R. Blake y posteriormente, durante las visitas a este museo que realizaba cuando viajaba a Estados Unidos, cada 2 o 3 años por motivos de su ocupación misionera, trataba con John W. Fitzpatrick y David Willard. En el Field Museum hizo también amistad con Thomas S. Schulenberg y conoció brevemente a John O’Neill. En el Museo de Historia Natural en Lima conversaba con Maria Koepcke cuando iba a entregar ejemplares. La autora de esta nota, que tuvo a su cargo la Colección Ornitológica del Museo de Historia Natural (UNMSM) en Lima, recuerda que Pedro, al acercarse a entregar ejemplares o en sus visitas al museo por otros motivos, revisaba las aves de la colección científica, siempre preocupado por tratar de completar las series de pieles de estudio de las distintas especies con ejemplares que colectaba o podía colectar en las zonas adonde viajaba.

Durante un viaje a la zona del río Santiago realizado en 1965, Pedro colectó, con la ayuda de nativos, ejemplares de pericos que fueron descritos como Pyrrhura peruviana (Hocking, Blake & Joseph 2002) en una revisión del grupo Pyrrhura realizada por L. Joseph (Joseph 2002). Actualmente esta forma es reconocida como la subespecie peruviana del Perico de Frente Rosada, Pyrrhura picta.

Taxones nuevos de aves dedicados a Pedro Hocking

Más recientemente, T. Arndt le dijo a Hocking que había hallado una población de la Cotorra mitrada, Psittacara mitratus muy al norte, fuera del rango de la especie, y que quería publicar la extensión de rango de distribución; y le pidió que con esta finalidad fuera a colectar ejemplares. Pedro tramitó el permiso y viajó a la zona de Pedro Ruiz Gallo en el departamento de Amazonas. En una zona con maizales del pueblo de Chosgón observó bandadas de pericos que se acercaban a alimentarse de los choclos. Sin embargo, observó también que se trataban de dos bandadas diferentes que se mantenían separadas, tenían voces diferentes y provenían de distintas zonas. Una subía del bosque seco de la parte baja de la cuenca del río Utcubamba, y la otra bajaba de la ceja de selva. Colectó ejemplares de ambas bandadas. Al revisar estos ejemplares T. Arndt notó diferencias y describió al Perico de Hocking, Psittacara hockingi (Arndt 2006) (Fig. 4), un taxón cuyo estatus de especie todavía no es oficialmente reconocido.

En una revisión de la Lechuza de Koepcke, le fue dedicada una subespecie nueva de esta lechuza, Megascops koepcke hockingi (Fjeldsa et al 2012) (Fig. 5) de la cual él había colectado varios ejemplares en Apurimac. En la publicación se menciona muy apropiadamente denominamos esta lechuza según Pedro Hocking, en honor a sus esfuerzos de toda una vida por documentar la avifauna peruana, especialmente aquella de los poco explorados bosques de los Andes del Perú central”.

Figura 4 Perico de Hocking, Psittacara hockingi (Arndt 2006), un taxón cuyo estatus de especie todavía no es oficialmente reconocido (Foto P. Hocking). 

Figura 5 Lechuza de Koepcke (Apurimac), Megascops koepcke hockingi (Fuente: Fjeldsa et al 2012). 

Aves misteriosas, las criptoaves

Pedro siempre fue un personaje algo controvertido debido a sus convicciones creacionistas y su convencimiento de la existencia de especies crípticas.

El interés de Pedro en las criptoaves, o aves misteriosas, se inició cuando estaba en secundaria. En esa época realizó un viaje por el Ucayali con nativos en el mes de diciembre durante sus vacaciones. Hicieron una parada junto a un cetico (Cecropia spp.) que estaba con frutos maduros. Varias aves estaban alimentándose de ellas. Un integrante del grupo tenía un arma y cazó una de las aves, una pavita. Se la entregó a Pedro, quien la pudo examinar por aproximadamente una hora, observando que tenía plumas largas en la cresta. Posteriormente la pavita fue usada para preparar la sopa de la cena. Años después, cuando se encontraba practicando en el Field Museum, buscó la pavita en la colección ornitológica entre los ejemplares de la familia Cracidae y no pudo encontrarla. Al consultar con Blake y describírsela, recibió la respuesta de que esta pavita no existía. Nunca más la volvió a ver, pero si recogió más información de otras personas que la conocían y sobre otros lugares donde podría encontrarse. Varios años después realizó una excursión por canoa en compañía de su hermano e hijos de ambos, desde el puente del río Aguaytía aguas abajo hasta Nueva Requena, donde sale la carretera. Una de las metas de Pedro era cazar un ejemplar de esta pavita, por lo que llevaba su arma consigo. Sin embargo, no pudieron encontrarla. Conversando con los colonos en sus paradas en las chacras para comprar plátano y yuca para comer en el viaje, preguntaban por la pavita describiéndola. Le contestaron que la veían de vez en cuando pero no la cazaban porque tiene poca carne. Pedro considera que su distribución estaría limitada principalmente al río Aguaytía y sus afluentes. El esperaba seguir buscando a esta pavita, así como a las otras aves misteriosas sobre las que publicó (Hocking 2014), aunque no pudo cumplir esta meta.

Igual que en el caso de las aves, ha recibido informaciones sobre mamíferos misteriosos no descubiertos todavía sobre los cuales ha publicado tres artículos: Hocking 1992,1995, Naish et al. 2014).

Reconocimientos y epónimos en otros grupos de fauna

En la colecta y documentación de la fauna mediante ejemplares, Pedro no se limitó a las aves. Todos los departamentos del Museo de Historia Natural (UNMSM) se enriquecieron con sus aportes y, además de documentarse extensiones de rango (Pacheco & Hocking 2006), las siguientes especies fueron descritas a partir de ejemplares colectados por él y/o dedicadas a él: Moluscos: Columbinia admirabilis Loosjes & Loosjes van Bemmel 1989; Reptiles: Drymoluber apurimacensisLehr, Carrillo & Hocking 2004; Anfibios: Telnatobius hockingi Salas y Sinsch 1996 Lepidopteros: Forbestra olivencia aeneola R. Fox, 1967, Hypothyris cantobrica schunkeae(Lamas, 1979), Eurema nigrocincta hockingi Lamas, 1981. Hymenopteros: Alophophion pedroiAlvarado 2014. Es también coautor en publicaciones sobre Mamíferos (Pacheco et al. 1994, Pacheco & Hocking. 2006).

Reconocimientos de la comunidad peruana de ciencias naturales

Oscar Gonzales (ornitólogo). “Fue más que un naturalista amante de las aves que me animó a investigar cuando inicié mis estudios de biología; fue un pastor que me aconsejaba y que predico el sermón en mi matrimonio, a invitación mía. Si bien no estaba de acuerdo con todo lo que él decía, su amor por la naturaleza y por la gente fueron innegables. Estoy agradecido por la vida de este misionero, quien me contagió su interés por la ornitología.”

José Luis Venero (ornitólogo). “Pedro Hocking, conocido como difusor de las criptoespecies y temas afines, fue una excelente persona con grandes ideales y mucho carisma, siempre dispuesto a visitar el campo y generar ideas constructivas”.

Sergio Nolazco (ornitólogo). “Tengo el placer de haber conocido a Pedro Hocking. El me enseñó a preparar aves para la colección del Museo. También pude viajar con él a colectar. Fue una persona muy apasionada por la naturaleza y sencilla. Siempre me abrió las puertas de su hogar y sólo guardo los mejores recuerdos de él.

Cesar Aguilar (herpetólogo). “Un naturalista que aportó a la colección Herpetológica del Museo de Historia Natural (UNMSM) con especímenes de sitios remotos de diferentes partes del país. A pesar de que no era un especialista en herpetología todos los especímenes que trajo a la colección parecían preservados por un profesional”

Víctor Pacheco (mastozoólogo). “Pedro fue un asiduo colaborador del Departamento de Mastozoología del Museo de Historia Natural (UNMSM). Conocedor del valor de las colecciones, conseguía muestras de lugares remotos de la selva. Interesado también en formar estudiantes, generalmente llevaba al campo a algún colaborador. Fui uno de los afortunados de conocerlo en campo cuando me invitó a participar a una expedición en Ancash. Pedro, un naturalista completo, lamentamos sinceramente su pérdida”.

Muchos estudiantes y colaboradores de los departamentos del Museo de Historia Natural recuerdan las historias que contaba sobre las experiencias en sus viajes cuando se acercaba para depositar ejemplares para las colecciones científicas y varios de ellos salieron al campo con él.

Literatura citada

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Citación: Franke I. 2022. In Memoriam Pedro Hocking (1938-2022): tras la avifauna de los poco estudiados bosques de los Andes del Perú. Revista peruana de biología 29(4): e24086 - 000 (Noviembre 2022). doi: http://dx.doi.org/10.15381/rpb.v29i4.24086

Editor: Leonardo Romero

Recibido: 03 de Noviembre de 2022; Aprobado: 12 de Noviembre de 2022

*Corresponding autor ifrankej@unmsm.edu.pe

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