Sr. Editor,
La COVID-19 apareció en Wuhan (China) a mediados de diciembre del 2019, y para marzo del 2020 fue declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud 1. Se conoce que comorbilidades como hipertensión arterial (HTA), diabetes mellitus (DM), obesidad y la edad avanzada, predisponen a los pacientes al desarrollo de la enfermedad severa por SARS-CoV-2 2.
Durante la pandemia se ha observado un aumento del número de casos de adultos jóvenes hospitalizados 3. Sin embargo, a la fecha son limitadas las publicaciones sobre la COVID-19 en población adulta joven que haya requerido hospitalización. Por ello se planteó realizar un estudio descriptivo en pacientes adultos jóvenes hospitalizados por la COVID-19 en el Hospital Cayetano Heredia, Lima-Perú, del 15 de mayo al 15 de octubre de 2020; cuyo objetivo fue identificar las características clínico-epidemiológicas y de laboratorio en este grupo etario.
Se incluyeron pacientes hospitalizados por la COVID-19 entre 18 y 35 años de edad, que debían cumplir con la definición de caso confirmado (prueba serológica y/o PCR positivo) o sospechoso (contacto epidemiológico con caso confirmado y fiebre, además de presentar algunos de estos síntomas: tos, disnea, odinofagia, anosmia, disgeusia) 4. Los criterios de exclusión fueron: pacientes cuyas historias clínicas estaban incompletas o extraviadas, pacientes con diagnóstico de COVID-19 que sea un hallazgo incidental sin sintomatología respiratoria. Se identificaron las historias clínicas de los pacientes que cumplían con los criterios de elegibilidad, luego se procedió a recolectar las variables de estudio. Para el análisis de las variables numéricas se utilizó la media con su desviación estándar y la mediana con su rango intercuartílico; para las variables dicotómicas y politómicas se reportó frecuencias absolutas y relativas. No se evaluó el compromiso pulmonar mediante tomografía; del mismo modo no se documentaron variables de laboratorio como velocidad de sedimentación globular, interleucina 6, fibrinógeno, ferritina, perfil hepático dado que no todos los pacientes contaban con estas variables de estudio.
El presente estudio contó con la aprobación del Comité de Ética Institucional (código 076-2020). Se mantuvo la confidencialidad de los datos y se realizó la codificación de las historias clínicas y posterior encriptado de la base de datos.
Durante el periodo de estudio se encontró un total de 50 pacientes, con una edad media de 29,4 ± 4,5 años. El 92% de los pacientes presentaron una o más comorbilidades, siendo el índice de masa corporal (IMC) > 25 la más frecuente (84%). Se encontró que 19 pacientes (38%) presentaron antecedentes familiares de HTA y/o DM, 13 pacientes (26%) tenían hábitos nocivos (alcohol, tabaco, uso de drogas). A la admisión hospitalaria, 29 (58%) pacientes presentaron una saturación de oxígeno < 90%, y 15 (30%) ingresaron a ventilación mecánica, 5 (10%) pacientes fallecieron (Tabla 1). Se encontró que el 70% de los pacientes se automedicaron con antibióticos antes del ingreso al hospital, siendo la azitromicina el más usado (48%), seguido por los corticoides (50%) e ivermectina (48%). Durante la hospitalización, los antibióticos fueron los medicamentos más usados (92%), seguido por la enoxaparina (82%) y dexametasona (78%).
Tabla 1 Características de los pacientes adultos jóvenes hospitalizados por COVID-19.

* Ocho pacientes presentaron dos o más comorbilidades. ** Mediana y rango intercuartílico. VIH: virus de inmunodeficiencia humana; DM: diabetes mellitus; HTA: hipertensión arterial; AINES: antiinflamatorios no esteroideos.
Por otro lado, del total de pacientes, 46 (92%) presentaron alguna comorbilidad, siendo las más frecuentes el sobrepeso (42%) y la obesidad (42%), hallazgos similares a lo encontrado por Liao et al., en China, que reportan que el 40,6% de los pacientes entre 25 y 35 años de edad presentan obesidad 3, al igual que Cunningham et al. quienes en una población entre 18 y 34 años, encontraron que el 36,8% presentó obesidad 5. Se conoce que la obesidad es uno de los factores asociados al desarrollo de enfermedad severa de la COVID-19, factor que pudo haber contribuido a la necesidad del manejo hospitalario y muerte en nuestra población.
El periodo entre la aparición de síntomas y la admisión hospitalaria fue de 8,8 días, siendo mayor en los fallecidos (10,2 días). Deng et al. encontraron que el grupo con enfermedad severa/crítica presentó un mayor tiempo de enfermedad que aquellos con cuadro moderado (7,0 vs. 6,7 días) 6. En nuestro estudio, observamos que el 70% de los pacientes se medicaron con antibióticos, previo al ingreso hospitalario, siendo la azitromicina el antibiótico más usado (48%), seguido por los corticoides (50%) e ivermectina (48%). En un reporte local, se encontró que de un total de 132 pacientes hospitalizados por la COVID-19, el 85,8% recibió antibioticoterapia previa a la hospitalización, siendo el más usado la azitromicina (50%), seguido por la ivermectina (66,9%) y los corticoides (54,7%) 7, resultados similares a lo encontrado en nuestro estudio.
Se encontró que el 10% del total de pacientes de nuestra serie fallecieron, resultado equiparable a lo encontrado por Steinberg et al., en su estudio en población de entre 18 y 45 años de edad, reportan que 18 (9%) pacientes fallecieron 8. Sin embargo, Cunningham et al., encontró que, de 3222 pacientes con edad entre 18 y 34 años, el 2,7% (88) fallecieron 5. En el presente estudio se encontró que el 80% de los fallecidos, a la admisión hospitalaria presentaron una saturación de oxígeno <90%; se conoce que el bajo nivel de oximetría de pulso al ingreso es un factor asociado a la mortalidad 9.
En cuanto a los hallazgos de laboratorio, se observó que los pacientes que fallecieron presentaron menor nivel de linfocitos que aquellos que se recuperaron (0,8 vs. 1,3 109/L), hallazgos similares a lo reportado por Zhou et al. 10, quienes indican que en una población adulta joven, el grupo con enfermedad severa presentaba 0,8 (109/L) vs. 1,3 (109/L) linfocitos del grupo con cuadro clínico leve.
Concluimos que de un total de 50 pacientes hospitalizados por COVID-19 entre 18 y 35 años de edad, el 22% requirieron ventilación mecánica invasiva y el 10% falleció.