INTRODUCCIÓN
La fractura de cadera es un problema de salud pública por su alta frecuencia, riesgo y coste económico. Afecta principalmente a la población de adultos mayores y causa gran impacto en la calidad de vida de estos pacientes, desde distintos grados de discapacidad hasta una completa pérdida de su independencia 1. Cerca del 50% no regresan al nivel de movilidad previo a fracturarse, 35% no serán capaces de moverse de manera independiente y hasta 30% serán hospitalizados durante el siguiente año 2. Numerosos estudios indican un incremento de la incidencia de esta patología. Se estima que para el año 2050, su incidencia mundial superará los 6 millones al año. Nuestro país no escapa de esta realidad, se calcula que, al año, el porcentaje de mujeres mayores de 50 años que sufrirá una fractura de cadera será entre el 12 y 16%, esto equivale entre 324.000 y 432.000 fracturas por año 3,4.
La fractura de cadera, generalmente producto de una caída, es el resultado de una compleja interacción de factores propios del adulto mayor, su envejecimiento fisiológico, las comorbilidades asociadas, la polifarmacia y factores propios de su entorno 5. Incluso se ha visto que, en los meses posteriores a la fractura, el riesgo de presentar otra caída aumenta, observando que más de la mitad de los pacientes experimentan una nueva caída al año 6. Los pacientes que sufren esta lesión presentan dolor inguinal, impotencia funcional, acortamiento y rotación externa de la extremidad afectada. El diagnóstico se realiza mediante un minucioso interrogatorio, examen físico y radiografía de cadera 7. El tratamiento dependerá del tipo de fractura y su localización, así como de la edad del paciente y sus comorbilidades. La mayoría de las fracturas de cadera son tratadas quirúrgicamente, el cual consistirá en osteosíntesis o artroplastia 3.
Para disminuir la incidencia de la fractura de cadera, es indispensable la educación del adulto mayor y sus familiares cercanos con especial énfasis en la prevención de caídas, la cual representa una de las áreas de intervención más relevantes en esta patología 8. En función a lo anteriormente mencionado, se plantea el presente estudio de investigación que tiene como objetivo general determinar las características clínicas y epidemiológicas en adultos mayores con diagnóstico de fractura de cadera en el Hospital Central de la Policía Nacional del Perú (PNP) “Luis N. Sáenz” durante el periodo 2015-2018.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño del estudio
Se realizó un estudio cuantitativo observacional, descriptivo, transversal, retrospectivo en el Hospital Central de la Policía Nacional del Perú (PNP) “Luis N. Sáenz”, Lima, Perú. El presente estudio fue aprobado por el Comité de Ética (OFICIO Nº 328-2019-CIEI-FMH-USMP) y el departamento de grados y títulos de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Martín de Porres (OFICIO 438-2019-OGyT-D-FMH-USMP); así mismo, se contó con la aprobación escrita del hospital (INFORME N.º 050-2019-DIRSAPOL/OFAD-AREGESPS.INV).
Población y Muestra
Se incluyeron historias clínicas de pacientes con diagnóstico definitivo de fractura de cadera, con edad mayor o igual a 60 años. Se excluyeron un total de 20 historias clínicas incompletas, de las cuales las variables que con mayor frecuencia no estaban registradas fueron: estado civil, tipo de usuario asegurado y lugar de procedencia. 140 historias clínicas de los pacientes adultos mayores con diagnóstico de fractura de cadera cumplieron los criterios de inclusión y exclusión, las cuales fueron analizadas.
Datos recolectados
Para la obtención de datos se solicitó el cuaderno de registros de ingresos del servicio de traumatología. A partir del cual se seleccionaron las historias clínicas de los pacientes adultos mayores con diagnóstico de fractura de caderas atendidas durante el periodo 2015-2018. Cabe señalar que en nuestro país según la ley N.º 28803 se considera adulta mayor a toda persona que tenga 60 o más años de edad.
El instrumento que se utilizó fue una ficha de recolección de datos en donde se recogieron las siguientes variables de las historias clínicas: Edad al momento de la hospitalización, genero, estado civil, tipo de usuario asegurado, lugar de procedencia, lugar donde se produjo el traumatismo, comorbilidades, tipo de fractura, lado afectado, mecanismo de lesión, síntomas al ingreso y tratamiento.
Análisis estadístico
Se usó estadística descriptiva para informar los datos demográficos de la cohorte. Las variables categóricas se describieron con sus valores absolutos y porcentajes. Todos los cálculos fueron realizados con un nivel de confianza del 95%. El análisis estadístico y la elaboración de tablas y gráficos se realizó mediante el programa SPSS 22 (IBM Corp., IBM SPSS Statistics for Windows, Version 22.0, Armonk, NY).
RESULTADOS
Se encontró un mayor porcentaje de sexo femenino (54.3%) con respecto al masculino (45.7%). Las edades de los pacientes se encuentran en el rango de 60 a 90 años, se apreció una mayor incidencia de fracturas de cadera en el grupo etario de 81 a 90 años (45.0%). En lo que respecta al estado civil, los pacientes refirieron ser casados (70.7%) en mayor frecuencia, seguido de los viudos (22.9%), con respecto al tipo de usuario asegurado, la mayoría de los pacientes atendidos fueron los familiares (57.9%) en comparación a los titulares (42.1%). Finalmente, se obtuvo que el lugar de procedencia más predominante fue Lima (84.3%) (ver Tabla 1).
Tabla 1 Características epidemiológicas de los adultos mayores con fractura de cadera. Hospital Central PNP “Luis N. Sáenz” 2015-2018

La hipertensión arterial (52.2%) y la diabetes mellitus (28%) fueron las patologías asociadas más frecuentes, de igual forma se encontró que un grupo de pacientes niega (17.1%) alguna patología concomitante (ver Tabla 2). El dolor (92%), la
impotencia funcional (91.4%) y la rotación externa (91.4%) de la extremidad afectada fueron el cuadro clínico característico de las fracturas de cadera (ver Tabla 3).
Tabla 2 Comorbilidades de los adultos mayores con fractura de cadera. Hospital Central PNP “Luis N. Sáenz” 2015-2018

*Solo del total de varones.
DISCUSIÓN
Gran parte de estos eventos ocurrieron al interior del domicilio (81.4%). Un porcentaje importante de las fracturas de cadera en el anciano fueron consecuencia de una caída o traumatismo de baja energía (83.6%). Las fracturas intertrocantéricas fueron las más frecuentes (60.0%) seguidas de la fractura subcapital (15.7%), afectando sobre todo el lado derecho (51.4%). El tratamiento de elección en la mayor parte de casos fue quirúrgico destacando la osteosíntesis (62.1%) (ver Tabla 4).
Tabla 4 Características clínicas de los adultos mayores con fractura de cadera. Hospital Central PNP “Luis N. Sáenz” 2015- 2018

Al analizar los resultados obtenidos se encontró que nuestra realidad concuerda con la literatura internacional en cuanto a la distribución por género y edad, con mayor predominio de fracturas de cadera en el sexo femenino y en mayores de 80 años (9, 10, 11, 12). Esto ocurre por factores que predisponen a las mujeres, en mayor medida, a sufrir estas lesiones, entre ellos la mayor esperanza de vida respecto a los hombres, la disposición en varo de la cadera y el padecimiento del proceso osteoporótico causado por la edad y la menopausia 8. Según el tipo de usuario asegurado se registró un mayor número de atenciones a los familiares (57.9%) con respecto a los titulares (42.1%). Obteniendo evidencia similar en un estudio realizado por Ríos en el Hospital Central PNP, quien determino que el 80% de pacientes que se encontraban en áreas de internamiento fueron los padres de los policías 13.
En este estudio la mayor frecuencia de comorbilidades correspondió a la hipertensión arterial y la diabetes, lo cual coincide con la mayoría de los autores (10, 14, 15). Por otro lado, Dinamarca et al. en Chile reporta una alta incidencia de osteoporosis en los pacientes con fractura de cadera 16. En muchas ocasiones se presentó más de una patología en un mismo paciente lo cual reafirmaría que la presencia de comorbilidades en los ancianos aumenta cada vez más 9,14,15. Sin embargo, existió un reducido número de pacientes que negó presencia de alguna otra patología similar a lo descrito por Infante et al en México 14.
En relación con el lugar de ocurrencia del evento traumático, se evidenció que la mayor parte ocurrieron dentro del domicilio de los pacientes, comportándose de igual manera en la mayoría de la literatura revisada 9,16,17,18,19. Esto se explica por factores extrínsecos como los pisos resbaladizos, los desniveles, las barreras arquitectónicas y la mala iluminación en los hogares. Por tal motivo, esto debe ser una alerta para el cuidado de los adultos mayores y la educación del círculo familiar encargado 10.
Respecto al mecanismo de lesión, se reportó el traumatismo de baja energía como causa principal de fractura de cadera, lo cual se corresponde con resultados obtenidos por otros autores 11,16,17,18. Esto relacionado a que los cambios propios del envejecimiento, como déficit visual, auditivo, alteraciones de la marcha, coordinación, equilibrio y la presencia de comorbilidad, aumentan el riego de caídas 5,6.
Existen coincidencias con los autores consultados en relación con la localización de la fractura, quienes señalan el predominio de las lesiones extracapsulares de tipo intertrocantéricas. Su elevada frecuencia es debido a que solo es necesario una caída desde la posición de pie al suelo para producirlas 10,17,18,19. Además, tomando en cuenta el lado afectado se encontró más lesiones en el lado derecho; sin embargo, Bahena et al en México y Suarez et al en Cuba y, concluyen lo contrario 12,20.
En el presente estudio se realizó el tratamiento quirúrgico al 88.5 % de la casuística. Este indicador contrasta con el trabajo realizado por Jimenez et al, quienes refirieron el empleo del tratamiento quirúrgico en el 100% de su muestra 19. Además, este estudio encontró que el tratamiento quirúrgico que más se efectuó fue la osteosíntesis, seguido de la artroplastia. Resultados similares se obtuvieron en otras investigaciones (11, 20, 21). Los pacientes tratados de modo conservador fueron aquellos de mayor edad y mayor número de comorbilidades asociadas, razón por la cual presentaban un riesgo elevado para la cirugía. La fractura de cadera en el paciente mayor no es una lesión presentada en un anciano previamente sano, sino una complicación traumatológica de varias condiciones crónicas. Por ello las series muestran porcentajes variables de no operados; como es el caso de Palomino et al, quienes mostraron que el 30% de pacientes tuvo un manejo conservador 3.
Entre las limitaciones del presente estudio encontramos que este fue realizado en un Hospital de las fuerzas Armadas del Perú, que podrían tener algunas diferencias con lo reportado en hospitales públicos del Ministerio de Salud o EsSalud. Sin embargo, debido a la transición demográfica, el aumento de adultos mayores se presenta en todos los estratos sociales, por lo que estos resultados resultan de importancia para tener una aproximación de las características de la fractura de cadera en adultos mayores de Lima.
En conclusión, la fractura de cadera predominó en mayores de 80 años, principalmente, en el sexo femenino. El tipo de fractura de cadera que se presenta con más frecuencia es la intertrocantérica, con predominio de lado derecho. El tipo de tratamiento es preferentemente quirúrgico siendo el más común la osteosíntesis.