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Liberabit

versión impresa ISSN 1729-4827

liber. v.13 n.13 Lima  2007

 

 

El enfoque etnometodológico en la investigación científica

A ethnomethodological focus

 

Henrique Urbano Gil1

1 Universidad de San Martín de Porres. ogil@turismo.usmp.ed.pe

 


RESUMEN

Este artículo busca concientizar la importancia de las técnicas cualitativas, no desmereciendo a las cuantitativas. Toma como punto de partida el enfoque etnometodológico, cuyo campo de estudio estaría en las ciencias humanas. Se basa en el estudio de Garfinkel en la Universidad de Harvard, y como sólo a través de la utilización del lenguaje se puede describir la práctica humana.

Palabras clave: Investigación cualitativa, metodológico.

 


ABSTRACT

This article looks concientizacion for the importance of the qualitative technique, not being unworthy of the quantitative ones. Capture as starting point the etnomethodological approach, whose field of study would be in the human sciences. It is based on Garfinkel’s study on Harvard’s University, and since alone across the utilization of the language the human practice can be describe.

Key words: Qualitative research, methodological.

 


La difusión en el área de las Ciencias Humanas de metodologías científicas basadas en instrumentos de corte cuantitativo ha hecho olvidar u opacar algunas prácticas de investigación que, sin emplear reglas de medida estadística o positivista, cumplen cabalmente con los objetivos perseguidos por algunas ramas de las Ciencias Humanas. Quizá una de las razones de la existencia del movimiento científico que se denominó “etnometodología” nació de la saturación causada por aquellos que pretendían “cuantificar” todas las propuestas de metodología en el campo de estudios del Hombre. La etnometodología venía a recordar a los científicos sociales que una parte importante del trabajo de análisis de las prácticas humanas, ya sea individual ya sea colectivo, puede ser llevado a cabo a partir de materiales que guardan el dato en su pureza original, mantienen la frescura del relato vivido por los actores y tratan de rescatar el máximo de información que en términos generales proporciona el relato del individuo. Precisamente, el esfuerzo por liberar las Ciencias Humanas de una rígida perspectiva metodológica cuantitativa pudo dar lugar a esta nueva forma de estudiar y comprender la realidad social.

Garfinkel y la perspectiva etnometodológica

En 1952 Garfinkel sostiene su tesis de doctorado sobre The Perception of the Other: A study in Social Order (Harvard University). En sus primeros desarrollos el pensamiento de Garfinkel llamaba la atención para la importancia que tenían los conocimientos cotidianos en la definición de conceptos científicos. Creían algunos que esas nociones o conceptos obedecían a exigencias metodológicas abstractas cuando de hecho eran nociones de sentido común elevadas a la categoría de “esencias”. Garfinkel no reprochaba a sus contradictores ese hecho, sino mas bien les recordaba que precisamente esas nociones poseían su propia dinámica y eran valederas siempre y cuando guardaran la experiencia de los actores y la conectaran con la experiencia personal y las expresiones verbales de los actores.

Pese a su esfuerzo para ajustarse a los hechos reales y a la palabra de los actores, la etnometodología creó su propio vocabulario. Y entre las principales nociones a que ha dado importancia están la de “práctica” y la de “realización”. Para Garfinkel la etnometodología “trata como sujeto de estudio empírico a las actividades prácticas, a las circunstancias prácticas, al razonamiento sociológico práctico. Al atribuir a las actividades banales de la vida cotidiana la misma atención que se da habitualmente a los eventos extraordinarios, se buscará tomarlos como hechos cabales”. La etnometodología es la investigación empírica de los métodos que utilizan los individuos para dar sentido y al mismo tiempo realizar sus acciones cotidianas: comunicar, tomar decisiones, razonar.

No extraña, pues, que Garfinkel haya criticado a los grandes científicos sociales de la época. Sobre todo impugnaba a los enfoques de Talcott Parsons y Emilio Durkheim que insistían en modelos de estudios de las realidades sociales y psicológicas en términos de método experimental o en paradigmas científicos sacados de las ciencias naturales. Durkheim escribía al inicio del siglo XX su libro La méthode sociologique en que enunciaba y explicaba su gran principio metodológico: “Los hechos sociales son cosas”, en el sentido que deberían ser enfocados como cosas de la misma manera que los objetos de estudio de las ciencias naturales son cosas. Cuestionado más de una vez, Durkheim trató de defenderse afirmando que la palabra “cosas” no significaba que las acciones humanas eran como objetos naturales, sino que las Ciencias Humanas tenían que seguir el modelo experimental propuesto por la investigación científica, luego de la revolución cognitiva llevada a cabo desde las experiencias espectaculares de la ciencia a partir del siglo XVIII. Para Durkheim, el modelo era el “método experimental”, es decir el ejercicio de conocimiento basado en una definición de hipótesis que deberían ser validadas con hechos o prácticas objetivas. Las investigaciones de laboratorio son un buen ejemplo de aplicación del “método experimental”. En ellas se verifican hipótesis elaboradas en base al rigor del análisis. Ahora bien, es precisamente contra la rigidez de la aplicación de ese método en Ciencias Humanas y contra la difusión generalizada de él en la academia que se eleva la voz de Garfinkel y de sus compañeros en la implementación del “modelo etnometodológico”.

El mundo del lenguaje y la indexicalidad

Por las escuetas definiciones que acabo de recordar pasa una opción metodológica importante: el lenguaje como instrumento donde se articula la experiencia y las vivencias de los individuos. En otras palabras, es en el lenguaje que se aunan la experiencia o vivencia y la explicación. El investigador recoge la palabra del actor porque el gesto o la acción es “afónica”. Lo que Garfinkel busca es precisamente esa “palabra viva” del que actúa y define con palabras la acción. En ese sentido, son fundamentales en el lenguaje del actor las palabras que apuntan a dar vida al contexto del gesto descrito. Esas palabras o expresiones son entonces “indexicalizadas”, es decir ubican en un contexto el hecho que se indica o verbaliza. Por ejemplo, las palabras “cosa”, “yo”, “nosotros”… “Nosotros fuimos…” La indexicalidad son todas las palabras que ayudan a determinar una situación, un contexto.

La noción de “indexicalidad” no viene de las Ciencias Sociales. Tiene origen en la lingüística y designa todas las palabras que se usan en la caracterización de un hecho. Porque las palabras que describen las prácticas humanas sólo dan cuenta de una pequeña parte de lo que el individuo invierte en acción. Y jamás el lenguaje expresa cabalmente lo que el gesto actualiza. En ese sentido, la indexicalidad no agota todas las dimensiones del gesto. Por consiguiente, importa reunir el más amplio número de palabras a fin de que puedan dar cuenta de los hechos.

El mundo de la vida o las dimensiones vivenciales de la investigación

El papel del lenguaje en el enfoque etnometodológico es fundamental. Y tiene su razón de ser. Al optar por los hechos y por el mundo de la vida, al dar la palabra al actor y a las circunstancias en que él actúa, el investigador etnometodólogo se preocupará sobretodo por garantizar los hechos, la forma oral y el estilo que los vio nacer. De ahí la importancia que tiene en el acercamiento etnometodológico de la realidad todos los elementos y las circunstancias en que se dan los gestos o las acciones. El actor trata de individualizar su acción a través de un sinnúmero de palabras. Son estas las que permiten al que escucha saber que tal gesto o tal práctica fueron ejecutadas por tal o tal actor en circunstancias únicas.

Se comprende más fácilmente con los anteriores párrafos que la etnometodología favorece la “individualización” del gesto o de la acción. Se podría decir que la búsqueda va en el sentido de aislar la acción de su contexto anodino y común, mientras otros enfoques de investigación universalizan sus hallazgos aplanando diferencias y poniendo los hechos en su dimensión grupal. En otras palabras, lo que busca precisamente la etnometodología es dejar en su expresión radicalmente viva el discurso que el actor pronuncia para actualizar un gesto o acción. Y cuanto más preciso es el discurso más individual se vuelve. Al contrario, la palabra será más universal cuanto menos individualizada y precisa se haga en la descripción de los hechos. El “método experimental” tiene que poner de lado muchos elementos para poder abstraer circunstancias que generalizan la experiencia. Al contrario, la perspectiva etnometodológica carga el hecho con todo el peso de la elocución del actor. Por consiguiente lo vuelve más y más individualizado y vivencial.

Si, por ejemplo, el investigador quiere explicar un hecho ocurrido en la calle, un choque entre dos coches, recoge las versiones de los protagonistas de los hechos y los testimonios de los que presenciaron el accidente. Elevado al tribunal ese hecho tiene que entrar dentro del esquema definido por el código en ese género de delitos. Para que eso ocurra, el abogado y el juez tienen que desprenderse de una parte importante de las circunstancias para que el gesto o la acción quepan en el modelo penal. Es decir el aparato judicial trata de universalizar el caso a fin de que él entre dentro de los términos definidos del código penal. Por lo tanto, donde el sistema legal o penal generaliza, la palabra del actor individualiza y se vuelve vida o experiencia vivencial.

El acercamiento psicológico y la dimensión colectiva de la sociología

Hasta cierto punto se podría decir que los instrumentos de investigación en la rama de psicología dan cabida a la palabra individual y tratan de comprenderla en su forma vivencial, mientras la sociología, por ejemplo, se orienta más hacia una perspectiva colectiva y grupal. En ese sentido, es fácil comprender el esfuerzo desplegado por los psicólogos en el uso de técnicas como la entrevista donde el investigador trata de comprender un hecho o un conjunto de hechos en base a la palabra del actor. La forma coloquial de ese acercamiento a la realidad es uno de los aspectos más importantes de las actuales Ciencias Humanas. La privilegió el psicoanálisis. Y por influencia de ella, muchos investigadores sociales insisten hoy en la importancia de la palabra que permite acercarnos a la experiencia vivida por el actor.

Hoy día la investigación no sigue cánones rígidos, y los instrumentos empleados por los científicos sociales saben equilibrar las técnicas y a veces emplear varias en el esfuerzo de comprender los fenómenos. No extrañará, pues, ver en el mismo proceso investigatorio, al psicólogo o al sociólogo emplear la técnica de entrevista o el método autobiográfico y luego elaborar un cuestionario que le permitirá generalizar algunas de las dimensiones de los fenómenos estudiados. En la medida en que esa práctica investigatoria es posible, conviene emplearla porque da a la explicación científica una dimensión simultáneamente vivencial y abstracta o universal.

CONCLUSIÓN

Las críticas que formularon los etnometodólogos en contra de los métodos tradicionales empleados en Ciencias Humanas han tenido amplia repercusión y no fueron olvidadas por los investigadores. Eran importantes para dar al universo de la investigación en Ciencias Humanas la dimensión vivencial, la presencia de la palabra del actor. Al retenerla, el relato del investigador se transforma en simple medio de transmisión y en el instrumento que garantiza a los hechos que se quieren explicar el realismo y la “verdad” del gesto o acción.

 

REFERENCIAS

Cicourel, A. (1964). Method and Measurement in Sociology, Free Press: New York.

Coulon, A. (1987). L’ethnométodologie, PUF: Paris.

Garfinkel, H. (1967). Studies in Ethnomethodology, Polity, Press: Cambridge.

Hilbert, R. (1992). The Classical Roots of Ethnomethodology: Durkheim, Weber, and Garfinkel, Chapel Hill, University of North Carolina Press.

 

Recibido: 6 de junio de 2007
Revisado: 18 de junio de 2007
Aceptado: 20 de junio de 2007