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Liberabit

versión impresa ISSN 1729-4827

liber. vol.20 no.1 Lima ene. 2014

 

ARTÍCULOS

 

Bienestar social y aculturación psicológica en estudiantes universitarios migrantes

Social welfare and psychological acculturation in migrant college students

 

Fernanda Mariel Sosa*, Omar Daniel Fernández** y Elena Mercedes Zubieta***

Universidad de Buenos Aires, Argentina.
* fernandamarielsosa@hotmail.com
** licomarfernandez@gmail.com
*** elenazubieta@hotmail.com

 


RESUMEN

El objetivo del presente trabajo es analizar las estrategias de aculturación psicológica y la percepción de bienestar social en estudiantes universitarios migrantes. El estudio es de tipo descriptivo de diferencias de grupos, de diseño transversal. La muestra es no probabilística intencional, compuesta por 214 estudiantes universitarios, migrantes externos e internos, de ambos sexos, con edades entre 18 y 35 años, residentes en la ciudad de Buenos Aires. En los resultados se aprecia el predominio en las estrategias de aculturación de integración y separación, y niveles medios de bienestar social. Asimismo, los estudiantes migrantes externos muestran predominio en estrategias de asimilación e integración y los estudiantes internos en estrategias de separación, tanto en el ámbito público como privado.

Palabras clave: Aculturación, bienestar social, estudiantes universitarios migrantes.

 


ABSTRACT

The objective of this study is to analyze the psychological acculturation strategies and social welfare perception in migrant college students. It is a descriptive group differences study with transversal design based on a convenience sample composed by 214 migrants (inner and external) students of both genders aged between 18 and 35 years who live in the city of Buenos Aires. Results show that integration and separation prevail as acculturation strategies, and intermediate levels of social well being. Also, external migrant students show higher prevalence of assimilation and integration strategies and inner migrant students show higher prevalence of separation acculturation strategies, in both in the public and private spheres.

Key words: Acculturation, social well being, migrant college students.

 


Introducción

Las investigaciones sobre el bienestar desde la perspectiva psicológica pueden clasificarse en dos grandes líneas. La primera es aquella orientada a la evaluación de las emociones positivas y la percepción de la satisfacción general con la vida. En el primer caso, se evalúa el afecto que predomina en el momento, tanto positivo como negativo; mientras que en el segundo se enfatiza en el juicio cognitivo que hace el sujeto sobre su vida como un todo. A esta línea se la denominó bienestar emocional y de ella han derivado la mayoría de las investigaciones (Keyes & Magyar- Moe, 2003 citado en Castro Solano, 2011).

La segunda perspectiva postula que el bienestar es multidimensional, por lo que es necesario atender a los aspectos sociales y del entorno en su evaluación (Keyes, 1998; Ryff, 1989; Ryff & Keyes, 1995). Se incluyen aquí aspectos relacionales, es decir, la percepción de uno mismo; la capacidad de controlar el medio y la propia vida de forma efectiva; la calidad de los vínculos; la creencia de que la vida tiene sentido y significado a través del proyecto vital. Precisamente, para Casullo (2002), el bienestar psicológico debe ser estudiado teniendo en cuenta diferentes niveles de integración de los comportamientos humanos. Por su parte, Páez, Morales y Fernández (2007) señalan que además de los criterios psicológicos, deben incluirse criterios sociales, es decir, los aspectos relacionales y microsociales que la sociedad ofrece a sus miembros para que logren satisfacer sus necesidades y sentirse realizados.

La mirada psicosocial incluye el respeto y valor que las personas sienten por sí mismas; las relaciones positivas que establecen con otros, así como la percepción de un apoyo social satisfactorio. Se trata de que los individuos sientan cierto dominio y control sobre el ambiente, que estén conectados con él aunque mantengan autonomía y que encuentren sentido y propósito a sus vidas (Bilbao, 2008).

En este marco, el bienestar social incluye los elementos sociales y culturales que promueven la salud mental relacionados con las bases reales de las creencias implícitas positivas sobre el yo, el mundo y los otros (Páez, 2007).

Keyes (1998) ha definido el bienestar social como la valoración que las personas hacen de sus circunstancias y funcionamiento dentro de la sociedad. Desagrega en cinco dimensiones al constructo: integración social, refiere a la evaluación de la calidad de las relaciones que se mantiene con la sociedad y con la comunidad; aceptación social, es la presencia de confianza y actitudes positivas hacia otros y el reconocimiento tanto de los aspectos positivos como negativos de la vida; contribución social, refiere al sentimiento de utilidad, de que se es un miembro vital de la sociedad, es sinónimo de provecho, eficacia y aportación al bien común; actualización social, es la confianza en el futuro de la sociedad, en su potencial de crecimiento y de desarrollo, en su capacidad para producir bienestar; y por ultimo, la coherencia social, es la percepción de la cualidad, organización y funcionamiento del mundo social, e incluye la preocupación por enterarse de lo que ocurre en el mundo.

Los estudios previos analizados por Bilbao (2008) señalan asociaciones positivas entre la satisfacción con la vida y el bienestar social, sobre todo con las dimensiones de integración, contribución y actualización. Asimismo, el bienestar social también se relaciona con la participación en actividades de ayuda voluntaria y con una mayor confianza en los otros.

El estudio con jóvenes universitarios realizado por Zubieta, Delfino y Fernández (2008) muestra una percepción de afectividad negativa en la emocionalidad social lo que podría traducirse en acciones poco altruistas, de baja cooperación y de mayor conflictividad social. En consonancia, esta percepción fue contingente con una alta valoración de problemática social donde el trabajo y la inseguridad aparecieron como los hechos más difíciles de resolver.

Otro estudio posterior (Zubieta & Delfino, 2010) da cuenta de que los participantes manifiestan poca confianza en el potencial de crecimiento y desarrollo de su sociedad, así como de la capacidad de ésta última para generar bienestar a sus miembros, no percibiendo claramente que el entorno les permita el crecimiento personal. Se perciben también poco capaces de entender la dinámica social, la cualidad, organización y funcionamiento del mundo social. Estos datos van en la línea sobre la poca confianza en las instituciones, la alta percepción de problemas sociales y la emocionalidad negativa adjudicada al clima emocional social en otra muestra de estudiantes universitarios (Zubieta, Delfino & Fernández, 2007).

Es relevante entonces indagar el bienestar desde su dimensión psicosocial, es decir, desde la interacción de los criterios psicológicos con los criterios sociales, ya que las tradiciones hedónica y eudaimónica sin el aporte del bienestar social corren el riesgo de dibujar la imagen de un sujeto suspendido en el vacío cuya satisfacción general, felicidad y crecimiento personal se produce al margen de las condiciones en las que se desenvuelve su existencia, en este sentido es que el bienestar estaría asociado a necesidades sociales, problemas y aspiraciones colectivas y muestran incidencia en aspectos sociales del bienestar (Casas, 1996).

En el marco de un proyecto general de investigación que explora en el bienestar psicosocial desde diferentes aristas, una de estas es la que refiere a las nuevas condiciones asociadas a la multiculturalidad y el incremento por tanto de las interacciones entre personas de diferentes culturas. La percepción positiva del entorno facilitará el proceso de adaptación cultural en los miembros de la sociedad que conviven en un ambiente multicultural.

En cuanto al ámbito educativo, en las instituciones de nivel universitario de Argentina en general, y en particular en las de la Ciudad de Buenos Aires, ocurrió, en los últimos años un fuerte incremento en la cantidad de alumnos extranjeros, sobre todo provenientes de países latinoamericanos, situación que se sincretiza con la variabilidad intercultural existente de alumnos provenientes de distintos lugares del interior del país. Se dispone además, de diversos indicadores que pronostican un crecimiento sostenido de la variabilidad cultural en las aulas.

Una temática crítica en este marco, es el del proceso de aculturación psicológica, que se refiere a los cambios que se producen en las personas pertenecientes a las culturas que entran en contacto. Esta interacción hace notorio los aspectos psicosociales tales como: las actitudes, valores, competencias culturales, comportamientos intergrupales e identidad, entre otros. Estos factores resultarán recursos u obstáculos de relevancia para afrontar el proceso de adaptación cultural.

Uno de los referentes más influyentes en la temática es John Berry quien define a la aculturación psicológica como el «proceso mediante el cual las personas cambian, siendo influenciadas por el contacto con otra cultura y participando de los cambios generales de su cultura» (Berry, 1990: p. 460). El autor introduce una novedad al indicar que el proceso de aculturación se produce en las dos culturas que entran en contacto, tanto la minoritaria (migrantes) como la mayoritaria (autóctonos), aunque reconoce que suele ser la minoritaria la que recibe más influencia.

Dentro de los diferentes modelos que indagan en el proceso de la aculturación el modelo bidimensional (Berry, 1990) es uno de los más conocidos y desarrollados en la literatura transcultural ya que ha sido el primero en analizar las dos orientaciones culturales por separado, basando su clasificación de las actitudes de aculturación en la combinación de dos aspectos cruciales: el mantenimiento de la cultura de origen y los contactos con los miembros de la sociedad receptora. Este esquema mantiene en la actualidad una gran influencia sobre la teoría y la investigación en el área (Berry, 1980, 1990, 1997, 2003; LaFramboise, Coleman & Gerton, 1993; Laroche, Kim, Hui & Joy, 1996; Ryder, Alden & Paulhus, 2000).

Este marco de abordaje se centra en el tipo de contacto y relación que el individuo desea tener con el grupo mayoritario o con su propio grupo cultural y busca la socialización de la persona en un grupo diferente al propio. En él se analiza mantener o no la identidad étnica y su actitud integradora con el nuevo grupo étnico, con el fin de explicar el proceso de aculturación. En el marco conceptual de las actitudes de aculturación, se proponen dos dimensiones independientes: a) Si los migrantes consideran su identidad cultural y sus costumbres lo suficientemente valiosas como para mantenerlas en la sociedad receptora y, b) Si las relaciones con otras personas o grupos de la sociedad receptora son valiosas como para buscarlas y fomentarlas (Berry, 1997). Es por esto que este modelo se define como de contacto ya que, conjuntamente al mantenimiento de la herencia cultural de origen, se pone un énfasis particular en los vínculos sociales que se establecen con la sociedad receptora (Liebkind, 2001). Es decir, aquí las dos dimensiones se cruzan (grupo mayoritario versus cultura de origen) dando como resultado cuatro estrategias de aculturación psicológica que el individuo puede asumir:

  1. Integración. Se refiere al deseo del individuo de mantener relaciones con las personas de su misma cultura, a la vez que aspira a mantener relaciones con los miembros de la cultura dominante. Cuando la persona afronta así el estrés de aculturación llega a una situación de identidad bicultural. Es el caso en que se responde positivamente al deseo de mantener la identidad cultural y afirmativamente al contacto intercultural.

  2. Asimilación. Alude al rechazo de la propia cultura y al deseo por relacionarse en su totalidad con el grupo dominante. La persona adopta la memoria, sentimientos y actitudes de la nueva cultura, perdiendo los de su cultura original. Aquí se encuadran los migrantes que hablan y piensan despectivamente sobre todo lo que fue su cultura de origen. El sujeto debe renunciar a todo aquello en lo que creía y a todos los valores de su cultura de origen. Es el caso en que se responde negativamente al deseo de mantener la identidad cultural y afirmativamente al contacto intercultural.

  3. Separación. Se define como el deseo de mantener todas las características de la propia cultura a la vez que se rechaza la cultura dominante y las relaciones con los miembros de esta. Es el caso en que se responde afirmativamente al deseo de mantener la identidad cultural y negativamente al contacto intercultural. El migrante solo mantiene contacto con gente y patrones de su cultura de origen.

  4. Marginalización. Es aquella en la que los individuos se sienten ambivalentes y alienados por ambas culturas y, por consiguiente, no desean pertenecer a ninguna de ellas. En esta actitud se encuadran las personas que rechazan tanto su cultura de origen como la receptora. Se caracteriza por el retraimiento, la distancia respecto a la sociedad receptora, el sentimiento de alienación, de pérdida de identidad y el estrés ligado a la aculturación.

Según se expone en la literatura previa, es esperable que los migrantes desarrollen estrategias integradoras (Krishanan & Berry, 1992; Neto, 2002; Oriol, 1985, Partridge, 1988; Piontkowski, Florack, Hoelker & Obdrzalek, 2000; Sam, 1995) y que la marginalización sea la estrategia de menor frecuencia (Basabe, Zlobina & Páez, 2004; Berry & Sam, 1997; Berry Poortinga, Segall & Dasen, 2003; Sam & Berry, 2006; Ward, 2001; Ward, Kus & Masgoret, 2008).

Los estudios realizados en Canadá, Francia y España señalan que la forma de aculturación más frecuente es la integración, seguida de la asimilación y la segregación (Beristain, Giorgia, Páez, Pérez & Fernández, 1999). El estudio transcultural de Berry, Phinney, Sam y Vedder (2006) llevado a cabo en trece países, ha mostrado que los jóvenes migrantes que presentaron un perfil de integración revelaron mejores niveles de adaptación psicológica, y mejor rendimiento académico que quienes se marginaban, presentando estos últimos mayor ansiedad, depresión y síntomas psicosomáticos. En el trabajo realizado por Basabe, Páez, Aierdi y Jiménez-Aristizabal (2009) se observó que los sujetos biculturales son los que reportaron mayores niveles de bienestar subjetivo, de satisfacción con la vida y un mayor control percibido en comparación con quienes optaban por otra estrategia. De manera previsible, los marginados evidenciaron menor satisfacción y menor confianza interpersonal.

Tanto estudios con muestras de adultos como de adolescentes (Berry, 2003; Smith & Bond, 1998; Ward, Bochner & Furnham, 2001) evidencian que la estrategia de aculturación preferida en la mayoría de los casos es la integración, en estudios realizados en sociedades multiculturales como Canadá (Berry, Kim, Power, Young & Bujaki, 1989) y en sociedades culturalmente homogéneas como Japón (Partridge, 1988). Una de las excepciones más frecuentes es la que se encuentra en el caso de los turcos, tanto en los que residen en Alemania (Piontkowski et al., 2000) como en Canadá (Ataca & Berry, 2002) ya que exhiben una preferencia por la separación.

A su vez, varios autores sugieren que la evolución de la aculturación va a variar en función del ámbito de la vida de las personas por lo que las estrategias son distintas dependiendo de diversas áreas (Berry et al, 2003; Berry & Sam, 1997; Keefe & Padilla, 1987; Kim, Laroche & Tomiuk, 2001; Navas et al., 2004; Navas Molero, García & Cuadrado, 2003). De manera general, se suele diferenciar entre el ámbito público (funcional, utilitario) y el privado (social, emocional, valórico) (Arends-Tóth & van de Vijver, 2004). Navas et al. (2004) proponen un Modelo Ampliado de Aculturación Relativa (MAAR) que subdivide el espacio sociocultural o el contexto general de aculturación en siete ámbitos: político, tecnológico, económico, social, familiar, religioso, y formas de pensar, principios y valores.

En el marco de lo expuesto, el objetivo general del presente trabajo es explorar el perfil de los estudiantes en su percepción de bienestar social y en las estrategias de aculturación psicológica en los diferentes ámbitos vitales. Como objetivos específicos se plantea indagar si existen diferencias significativas según sean migrantes externos o internos en la percepción del bienestar social y en las estrategias de aculturación psicológica.

Método

Tipo de estudio: descriptivo, de diferencias entre grupos.

Diseño: No experimental. Transversal.

Unidad de análisis: Individuos.

Población: Estudiantes universitarios migrantes de ambos sexos con edades entre 18 y 35 años.

Muestra: No probabilística. Intencional. Compuesta por 214 estudiantes universitarios migrantes. El 61% (n = 131) eran migrantes externos –estudiantes que habían nacido en el exterior de Argentina– y el 39% (n = 83) migrantes internos –estudiantes que habían nacido en el interior de la Provincia de Buenos Aires o en el interior del país–, que cursan sus estudios universitarios en universidades públicas y privadas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El 34.1% (n = 73) hombres y el 65.9% (n = 141) mujeres. La media de edad de 24.42 años (DE = 4.48; mínimo = 18 máximo = 38).

Material y procedimiento

Se realizó una aplicación colectiva de un cuestionario autoadministrado compuesto por un conjunto de escalas y datos sociodemográficos. Los instrumentos que corresponden a los objetivos del presente trabajo son:

  • Bienestar social (Keyes, Shmotkin & Ryff, 2002, adaptación Blanco & Díaz, 2005). Este instrumento está compuesto por cinco escalas empleadas para medir síntomas de salud (integración social, aceptación social, contribución social, actualización social y coherencia social). Los participantes deben responder a los 33 ítems utilizando un formato de respuesta de categorías ordenadas con puntuaciones comprendidas entre 1 (totalmente en desacuerdo) y 5 (totalmente de acuerdo). Ejemplo de ítems: Las personas no esperan nada a cambio cuando hacen un favor, No merece la pena esforzarse en intentar comprender el mundo en el que vivo. El coeficiente de consistencia interna de la escala fue la siguiente: Integración α de Cronbach = .69, Aceptación α de Cronbach = .80, Contribución α de Cronbach = .79, Actualización α de Cronbach = .65 y Coherencia α de Cronbach = .63

  • Estrategias de aculturación por ámbitos. Se utilizó una medida readaptada del cuestionario de Navas et al. (2004) cuya finalidad consiste en reflejar de manera más detallada las estrategias de aculturación psicológica propuestas por Berry et al. (2003). La medida consta de dos subescalas: la primera se refiere al deseo de mantener las costumbres de la sociedad de origen, la segunda, al deseo de adoptar las costumbres de la sociedad receptora. Cada subescala se halla compuesta por 6 ítems que conformaban –equitativamente– dos esferas diferenciadas: privada (3 ítems) en oposición a pública (3 ítems). La esfera privada se compone de preguntas sobre las costumbres relativas a la familia, las amistades, y las creencias y costumbres religiosas, mientras que la esfera pública, aparece conformada por costumbres vinculadas al trabajo, el sistema de bienestar social y el sistema político y de gobierno. El formato de respuesta comprende 1 (nada) a 5 (mucho). El coeficiente de consistencia interna de la escala fue: Mantener las costumbres sociedad receptora α de Cronbach = .72; Adoptar las costumbres de la sociedad receptora α de Cronbach = .67

Procedimiento: para la recolección de datos se contactó a profesores de universidades públicas y privadas que cedieron el tiempo de sus clases. Los estudiantes fueron invitados a participar de forma voluntaria y anónima donde se les hizo firmar un consentimiento informado. La administración colectiva fue realizada en las aulas y horarios habituales de clases. Una vez finalizada la tarea de campo se procedió a ingresar los datos en la matriz para su depuración y preparación para los análisis. Los análisis de datos se realizaron con el paquete estadístico Statistical Package for the Social Sciences, versión 17 (SPSS-17).

En primer lugar se procedió a calcular la fiabilidad de todas las escalas empleadas mediante el análisis de consistencia interna por el índice de alpha de Cronbach. En el análisis de datos se realizaron, en un primer momento, aplicaciones de estadística descriptiva para los objetivos de descripción, en los que se calcularon análisis de frecuencias, porcentajes, medías y desvío estándar. En un segundo momento, aplicaron cálculos estadísticos inferenciales para los objetivos de diferencias de grupos. Se calcularon en función de los objetivos y las características de las variables aludidas los estadísticos: t de Student o Chi cuadrado.

Resultados

Bienestar Social

En un primer análisis se calcularon las puntuaciones medias de la escala de bienestar social, como se exhibe en la Tabla 1. Los estudiantes en las 5 dimensiones puntuaron más alto en aceptación, seguido de integración, contribución, coherencia y actualización, en ese orden. Si se comparan estos hallazgos con los puntos de corte propuestos por Cárdenas (Inédito) se detectan, en primera instancia, niveles más bajos en todas las dimensiones. Los estudiantes, al percibir una mayor integración y aceptación social, manifiestan sentirse una parte activa de la sociedad, cultivan sentimientos de pertenencia y crean lazos sociales con amigos, vecinos, entre otros. Sin embargo, lo inverso sucede con la actualización social, que indica que los estudiantes perciben una baja confianza en la sociedad, en las posibilidades de esta para aportar a su desarrollo y crecimiento. Es decir, por un lado los participantes dicen experimentar niveles considerados de pertenencia, apoyo y vínculos sociales pero, por el otro, esto no se acompaña de una buena evaluación de la sociedad y sus instituciones como proveedoras de bienestar y confianza, o de vehículo eficaz para generar posibilidades en su crecimiento o desarrollo.

 

 

En un segundo análisis al indagar las diferencias de medias en función del tipo de migración (externo-interno) se realizó una prueba t de Student para muestras independientes no encontrándose diferencias significativas en relación al bienestar social, sin embargo como puede observarse en la Tabla 2, los migrantes internos muestran mayores niveles de integración, aceptación, contribución y coherencia; mientras que los migrantes externos lo hacen en actualización.

 

 

Aculturación psicológica

Siguiendo la consideración de los distintos ámbitos de la realidad sociocultural y con el objetivo de indagar en las estrategias de aculturación, que predominan según el ámbito de desempeño de los estudiantes, en un primer análisis, se obtuvieron las frecuencias y porcentajes de cada estrategia. Como se observa en los datos que se exhiben en la Tabla 3, en lo que hace al ámbito privado, las estrategias de integración y separación son las más sobresalientes en las áreas de familia y amistades, mientras que la marginalización y separación prevalecen en el área de la religión.

 

 

En el ámbito público, también predominan las estrategias de integración y separación. La primera se destaca en el área del bienestar social, mientras que la segunda predomina en el área del trabajo y del sistema político.

De esta forma, existe una clara preferencia por las actitudes biculturales y de separación, reflejada por el deseo de los estudiantes de mantener las señas de la identidad de origen, sobre todo, en las esferas más íntimas de índole privado.

Asimismo, las proporciones de la estrategia de asimilación son mayores en comparación con el ámbito privado reflejando, de manera coherente, que los participantes muestran una tendencia a adaptarse a la sociedad receptora, sobre todo en lo que se refiere al bienestar social, a las necesidades básicas de salud, vivienda y educación.

En un segundo análisis, al indagar las estrategias de aculturación psicológica en función de los ámbitos según los estudiantes, sean estos migrantes externos o internos, se realizó una prueba chi cuadrado. Como puede observarse en los datos reportados en la Tabla 4, se detectan diferencias, en la esfera pública, en relación al trabajo; mientras los migrantes externos enfatizan la integración y asimilación, los migrantes internos optan por la separación. En aspectos referidos al bienestar social son los estudiantes migrantes argentinos quienes privilegian esta estrategia mientras que los migrantes extranjeros optan por la asimilación.

 

 

En la esfera privada, las diferencias surgen en las dimensiones de familia y religión. En ambos casos son los migrantes externos quienes enfatizan la estrategia de integración mientras que los migrantes internos priorizan la separación (ver Tabla 5).

 

 

Discusión

Los estudiantes migrantes indagados, en términos de percepción de bienestar exhiben una buena integración social, es decir, niveles considerados de sentimiento de pertenencia, de apoyo y de vínculos sociales. En general, el funcionamiento en el entorno social es percibido satisfactoriamente, solo aparece como deficitaria la confianza percibida por los participantes en las posibilidades de la sociedad para ser vehículo de desarrollo y crecimiento. Esta relación con el entorno es similar a las reportadas por estudios locales previos realizados con estudiantes y con población general en los que la dimensión del bienestar social percibido, en función de la capacidad de respuesta, de las instituciones sociales es la que presenta el nivel más crítico (Zubieta & Delfino, 2010; Zubieta, Fernández & Sosa, 2012; Zubieta, Sosa & Beramendi, 2011). Es por ello, que cobra fuerza la necesidad de inclusión de esta dimensión del bienestar en el análisis del proceso de aculturación psicológica, ya que incorpora lo que la sociedad ofrece a las personas para que puedan satisfacer sus necesidades; haciendo surgir como crítica para una mejor adaptación en la experiencia de migración, una evaluación positiva de la calidad de las relaciones que las personas mantienen con la sociedad y la comunidad, así como la sensación de confianza, de aceptación y de actitudes positivas hacia otros.

El análisis del proceso de aculturación por ámbitos arroja que la integración aparece en los estudiantes migrantes como estrategia que se prioriza solo en la esfera del bienestar social del ámbito público. Los resultados muestran que, en la esfera privada, en las áreas de la familia y de las amistades la integración y la separación se ratifican como las estrategias más destacadas, mientras que en el ámbito de la religión se destaca la marginalización. En la esfera pública, en cuanto al bienestar social predomina la integración mientras que en el sistema político y el trabajo se destaca la separación.

La comparación entre estudiantes migrantes externos y estudiantes migrantes internos aporta mayores precisiones. En el ámbito privado, en lo que respecta a la esfera de la familia los estudiantes que proceden del exterior privilegian la estrategia de integración, mientras que quienes proceden del interior prefieren la separación. Para los migrantes internos, en general, la regularidad y cantidad de contacto con la familia de origen es más probable debido a la menor distancia, disponiendo de esta manera de mayores posibilidades de relación con el endogrupo. En la esfera de la religión, los estudiantes del interior del país optan por la separación y los del exterior por la integración.

En el ámbito público, en lo que concierne al trabajo, los migrantes externos optan más por estrategias de integración y asimilación mientras que los internos por la separación. En bienestar social, los migrantes internos se orientan a la integración y los externos a la asimilación. En este sentido, para los estudiantes que provienen del exterior la estrategia de asimilación puede ser vista como un «medio» o «etapa» hacia la integración, mientras que quienes provienen del interior pueden prescindir de esta instancia. La mayor cercanía cultural, junto a una migración de duración corta, promovería más la separación. Páez y Zlobina (2007) mencionan que una alta vitalidad del grupo etnocultural propio y un tiempo de residencia corto pueden explicar el predominio de la estrategia de separación en los migrantes.

Sobre la base de la literatura, es esperable que los migrantes desarrollen estrategias integradoras o asimilacionistas en los ámbitos periféricos-públicos, mientras que en el ámbito privado prefieran estrategias de separación. Basabe et al. (2009) corroboran esta tendencia en el ámbito privado, aunque en el ámbito público encuentran como estrategia más destacada a la asimilación. Por su parte, Navas et al. (2004) dan cuenta que los migrantes prefieren la separación en el ámbito relativo a la familia y la religión, aunque optan por la integración en el ámbito de las amistades. En este sentido, la aculturación de los estudiantes migrantes, indagada en este estudio, se describe mejor como un perfil compuesto que varía según ámbitos y no como una elección única. Tendencia que es verificada también por varias investigaciones (Berry et al., 2003; Berry & Sam, 1997; Horenczyk, 1996; Keef & Padilla, 1987; Kim et al., 2001).

En términos generales, existen diferencias en el modo de enfrentarse al proceso de aculturación en los dos grupos de migrantes, siendo los migrantes internos los más inclinados a mantener las costumbres de su ciudad de origen, particularmente en el ámbito privado. Esto refleja un mayor grado de conservación de la herencia cultural, ya que en este grupo prevalece la estrategia de separación. Por su parte, los migrantes externos exhiben un perfil de mayor integración y asimilación. El migrante externo al atravesar por un cambio de país, seguramente presentará mayores dificultades y buscará asimilarse. Zlobina (2004) indica que una mayor inserción en la sociedad receptora es natural y adaptativa para los migrantes ya que así consiguen con más facilidad lograr sus objetivos en el país/ciudad que han elegido como destino de su migración. A su vez, es también comprensible ya que deben activar competencias asociadas al ajuste o deseabilidad social en mayor medida que quienes no son migrantes y pertenecen a la sociedad receptora, apareciendo de este modo como asimilacionistas.

En lo que se refiere a las limitaciones del presente trabajo, al haber sido analizada un tipo de migración específica en condiciones favorables del país receptor, es pertinente en futuras investigaciones ampliar la muestra a distintos contextos y a diferentes tipos de migraciones como laborales, económicas, permanentes, entre otras; además, investigar sus diferencias y similitudes en el proceso de adaptación cultural. Otra línea de trabajo a futuro que resulta interesante profundizar es la del análisis de las estrategias de aculturación en función de los ámbitos de desempeño, también en la sociedad receptora, para poder trazar un perfil más completo y diferencial entre migrantes y autóctonos.

Por otra parte, teniendo en cuenta que el tipo de migración abordada es voluntaria, calificada y temporal, es relevante reflexionar que los estudiantes migrantes comparten cierto consenso y similitud con la sociedad receptora. Al tratarse de migraciones educativas temporales, seguramente no sea esperable la estrategia de aculturación de asimilación, por el mismo motivo que la tendencia a la integración puede reflejar una conducta de respuesta a la deseabilidad o ajuste social. Otra limitación en cuanto a los aspectos metodológicos se refiere a que si bien la Escala del Modelo de Aculturación (Berry, 2003, adaptación Navas et al., 2004) es una de los más utilizadas por diferentes autores del campo de la psicología transcultural, no cuenta con una adaptación y validación en el contexto argentino.

Una contribución importante del presente estudio es la que refiere al aporte a la investigación de la temática a nivel local, ya que son escasos los estudios en los que se analizan a los migrantes internos, sobre todo en el área de educación. La mayoría de las investigaciones indagan en los migrantes externos sin tener en cuenta la movilidad intra-país. Al nivel de las migraciones externas, los datos de este estudio contribuyen a modificar la tendencia de la baja cantidad de investigaciones sobre las migraciones latinas en proceso de aculturación en países latinoamericanos.

En términos de aplicación de la información obtenida en el proceso de enseñanza aprendizaje, contar con ella contribuye a la eficacia en el diseño e implementación de estrategias de intervención institucional. Quienes se desempeñan en la gestión educativa, así como quienes deben desempeñarse en procesos de enseñanza cada vez más diversos culturalmente, deben estar prevenidos de las competencias necesarias para la generación de climas positivos o de buena convivencia en el aula, así como de los factores que ayudan a prevenir potenciales conflictos. Su atención facilita advertir aquello que obstaculiza o hace viable un proceso educativo. Conocer la dinámica compleja de la aculturación es imprescindible para adoptar una perspectiva que favorezca al proceso de intercambio y genere mayores niveles de apertura.

 

Referencias

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Basabe, N., Páez, D., Aierdi, X. & Jiménez-Aristizabal, A. (2009). Salud e inmigración. Aculturación, bienestar subjetivo y calidad de vida. Bilbao: Ikuspegi y UPV/EHU.

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Recibido: 11 de marzo de 2013
Aceptado: 11 de setiembre de 2013

 

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