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Liberabit

versión impresa ISSN 1729-4827

liber. vol.21 no.2 Lima jul./dic. 2015

 

Artículos

Psicología política de la integración fronteriza

Political psychology of border integration

 

Álvaro González Riesle*

Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú

Universidad de San Martín de Porres, Perú

a_gonzal@pucp.edu.pe


RESUMEN

Con el fin de contribuir a instaurar una Cultura de Paz en la zona fronteriza peruano-chilena de Tacna-Arica, se propone la aplicación de una estrategia psicopolítica binacional de educación para la paz que contribuya a la consolidación de las relaciones de cooperación entre ambos países con miras a la construcción de una agenda de futuro dentro del marco de los desafíos que plantea la integración regional en la Alianza del Pacífico.

Palabras clave: Percepción internacional, cultura de paz, educación para la paz, integración fronteriza.


ABSTRACT

In order to help establish a Peace Culture in the Peruvian – Chilean border of Tacna - Arica, we propose the implementation of a psychopolitical binational education strategy for peace that will contribute to strengthen the relationship of cooperation between both countries with a view of constructing a future agenda within the framework of the regional integration challenges in the Pacific Alliance.

Keywords: International perception, peace culture, education for peace, border integration


Perú y Chile se encuentran abocados a la ejecución del fallo del Tribunal Internacional de La Haya que dirimió el diferendo limítrofe entre ambos países, cuyos gobiernos han reiterado sus intenciones de respetar el resultado y de emprender acciones conjuntas para el diseño de la agenda de futuro que regirá sus relaciones de cooperación dentro del marco de la Alianza del Pacífico.

La estrategia dirigida a llevar a cabo la Agenda de Futuro involucra no solamente factores de naturaleza política, económica y social, sino también educativa y psicosocial que requiere ser aplicada en los niveles del eje Lima-Santiago y en el eje representado por la zona fronteriza de Tacna-Arica. Por ello, el presente trabajo se propone delinear las contribuciones que la psicología política puede brindar, como la instauración de una cultura de paz en la mencionada frontera, dirigida a producir cambios en áreas tales como la presentación del oponente o rival, en los contactos intergrupales y en los procesos de reconciliación e incremento de la confianza mutua entre ambas naciones.

Relaciones Perú-Chile

Trayectoria histórica

A lo largo de los siglos, las relaciones entre Perú y Chile han registrado fluctuaciones entre los polos del conflicto y la cooperación. La más antigua relación conflictiva registrada data de la invasión inca al territorio de Arauco, al cual los naturales opusieron una férrea resistencia que paralizó el avance incaico en el río Maule. Durante los años iniciales de la conquista española se vieron teñidos por las reyertas entre pizarristas y almagristas, a quienes llamaban «los de Chile».

El periodo colonial, durante el cual el Imperio incaico devino en Virreinato y Chile en Capitanía General, se caracterizó por la actitud derogatoria y excluyente de los peruanos hacia los pobladores de Chile, lo cual originó resentimiento en los chilenos.

Al iniciarse las guerras de la Independencia, Chile contribuyó a la estructuración de la expedición libertadora de San Martín al Perú con hombres y pertrechos. Iniciada la República, el Mariscal Andrés de Santa Cruz intentó reunificar el Perú y Bolivia creando la Confederación Perú Boliviana, la que fue vista con desconfianza por Chile, lo que contribuyó a agudizar la competencia comercial entre los puertos del Callao en el Perú y de Valparaíso en Chile. Al final, Chile envió dos expediciones para destruir la Confederación. La primera, al mando de Blanco Encalada y la segunda a cargo de Manuel Bulnes que terminó con la victoria chilena en Yungay, que marcó el fin de la Confederación.

En 1866, Perú y Chile unieron sus fuerzas para repeler el intento de España por recuperar las colonias perdidas. Pero esta cooperación fue efímera y las tensiones se fueron intensificando hasta eclosionar en la Guerra del Pacífico en 1879, que concluyó con la firma del Tratado de Ancón. Después de 49 años de ocupación chilena de las provincias de Tacna, Arica y Tarapacá se fijó la frontera (denominada «Línea de la Concordia») entre Perú y Chile mediante el Tratado de 1929, que consagró la fórmula «Tacna para el Perú y Arica para Chile». Desde entonces hasta el presente, la interacción entre ambos países ha experimentado altibajos, con picos de cooperación en el caso de la defensa mancomunada de la iniciativa del presidente Bustamante y Rivero, quien proclamó la soberanía nacional dentro de las 200 millas marítimas; y, en el polo opuesto, con la ocurrencia de incidentes críticos de diversa índole, tales como la exhibición en los aviones de la línea aérea chilena Lan de un video considerado como ofensivo para el Perú, o la remoción de hitos en la frontera por parte de Chile, las implicaciones de la empresa Lucchetti en el daño ambiental de las lagunas de Villa, la muerte de un peruano en la Línea de la Concordia a manos de fuerzas chilenas, la decisión de Chile de patentar el pisco y el postre denominado suspiro de limeña como propios, la reunión de la comisión de parlamentarios chilenos en el Hito 1, el pintado de grafiti en los muros incaicos del Cusco por vacacionistas chilenos, la detección de actos de espionaje chileno, el maltrato a ciudadanos peruanos en Santiago, el uso del término «salitre» para un ejercicio multinacional en Iquique que fue percibido como ofensivo por el Perú porque aludía a la Guerra de 1879, también denominada «Guerra del Salitre», etc.

Se ha producido un diferendo limítrofe entre ambos países en relación con la delimitación de su frontera marítima que originó la presentación de una demanda peruana ante el Tribunal Internacional de La Haya. En el ínterin los gobiernos de Perú y Chile han reiterado insistentemente su voluntad de respetar el fallo de La Haya y han expresado su deseo de aunar esfuerzos para la construcción mancomunada de una agenda de futuro peruano-chilena con miras a la paz, el desarrollo y la apertura hacia el horizonte comercial que ofrece la Cuenca del Pacífico.

Modelos de Interacción Perú-Chile

Se han propuesto dos modelos para explicar la dinámica de la interacción histórica entre ambos países: el hegemonismo-revanchismo, por un lado y el de país subordinante-países subordinados, por el otro.

Hegemonismo-revanchismo

Este modelo postula la existencia de una dinámica de realimentación de imágenes mutuas, en la que cada pueblo se ve a sí mismo como virtuoso y pacífico y cree que el otro es agresivo y hostil. Ambos perciben la guerra como un estado latente de las naciones, con vencedores y vencidos siempre condenados a velar las armas, unos para mantener sus conquistas y los otros para revertir sus derrotas. Ambas partes asumieron el rol de bestia negra de la otra. Se instaura de este modo un círculo vicioso de una tradición sin salidas. Desde ese fatalismo, la estrategia de los derrotados se expresó repudiando el «expansionismo» chileno y la de los vencedores, por su parte, repudiando el «revanchismo» peruano. De ambos repudios nacería una estructura de desconfianzas, que, como se señaló, recibió un fuerte blindaje en las duras negociaciones diplomáticas de la postguerra. Desde entonces, chilenos y peruanos se encadenaron en una relación malsana, que privilegió el antagonismo (Rodríguez, 2004).

La desconfianza mutua aún permanece, a pesar de los esfuerzos aplicados para reducirla. En la evaluación de imágenes mutuas en blogs peruanos y chilenos (González, 2011) se han detectado intensas y variadas manifestaciones de hostilidad mutua, que contribuyen a respaldar la vigencia de la dinámica expansionismorevanchismo en las imágenes mutuas entre Chile y el Perú en los blogs analizados. Paralelamente, se detectaron contenidos correspondientes a actitudes favorables a la integración entre ambos países.

Analizando la actitud defensiva en lo militar y económico del Perú frente a Chile en poblaciones estudiantiles de Tacna, Ibáñez (2011) sugirió la existencia de una influencia directa en esta actitud de variables identitarias tales como: grado de prominencia subjetiva del conflicto, valoración de los peruanos, valoración de personajes históricos, grado de identificación con el Perú; y de una influencia inversa de la variable de simpatía por los Chilenos. Al evaluar la influencia de las variables independientes sobre el revanchismo peruano en Tacna, aparece únicamente la valoración de los Chilenos como ejerciendo una influencia inversa sobre esta variable dependiente. En base a la evidencia recolectada, la autora sugiere que:

…no es tan sencillo como sostener que los tacneños poseen actitudes más hostiles hacia Chile que los limeños o al revés. En ambas ciudades las actitudes hostiles o defensivas hacia el vecino país parecen responder a procesos psicológicos, sociales e históricos significativamente distintos y bastante menos sencillos de lo que inicialmente se había propuesto. (Ibáñez, 2011, p. 36)

País subordinante y países subordinados

Mediante el análisis de textos escolares chilenos de historia, Parodi (2010) propuso un modelo para entender las relaciones entre ambos países en el que Chile asume el rol subordinante y Perú y Bolivia, el rol de naciones subordinadas. La autoimagen nacional de Chile y las heteroimágenes nacionales de Perú y Bolivia que aparecen en los textos se contraponen en dicotomías en las que las atribuciones positivas se concentran en Chile y las negativas en Perú y Bolivia (Tabla 1).

El modelo de Parodi sugiere la existencia en la perspectiva chilena de una actitud etnocéntrica y desfavorable hacia el exogrupo (integrado por Perú y Bolivia) y reafirma una relación vertical entre ambas instancias

Tanto del modelo de hegemonismo-revanchismo como el de país subordinante-países subordinados, constituyen obstáculos para el logro de paz entre las naciones y para un proceso de integración, en la medida de que estos últimos requieren de una relación horizontal, interactiva, cooperativa y de complementariedad en la satisfacción de las mutuas necesidades nacionales.

La zona fronteriza de Tacna-Arica

Tacna y Arica son dos ciudades de clima templado, insertadas en valles costeños que representan interrupciones en la continuidad del desierto de Atacama y que han constituido una unidad geopolítica en la que Arica ha sido el puerto natural de Tacna. Tal unidad fue afectada por la Guerra del Pacífico y por el Tratado de Límites de 1929 entre Perú y Chile.

La principal fuente económica (Marteles, 2009) de las regiones fronterizas chilenas de Tarapacá y Arica-Parinacota (antiguas provincias de la primera región de Chile hasta 2007) es la minería: extracción de cobre, cloruro de sodio y azufre. La pesca es una de las actividades productivas relevantes, además del turismo y el comercio ligado a la zona franca de Iquique. En Perú, observamos que la región de Tacna basa su economía en la industria primaria: olivos, maíz, papas y trigo, además de la cría de ganado ovino. Además, juega un papel importante la industria extractiva, especialmente la minería de cobre, elemento presente en todo el territorio

Tacna y Arica comparten una problemática (Bernal, 1986) caracterizada por: (1) condiciones similares de aislamiento; (2) lejanía de los centros políticoadministrativos de decisión; (3) necesidad de autosuficiencia zonal; (4) ampliación de la base productiva; (5) detención del proceso de emigración interna hacia los grandes centros urbanos y, (6) satisfacción de servicios (salud, turismo).

En el dominio psicosocial, la estructura de desconfianzas (Bernal, 1986) se presenta de manera general en los países y se intensifica en las zonas fronterizas, particularmente en aquellas que rememoran conflictos que justifican discursos relativos a percepciones sobre injusticias históricas, tales como las atribuidas a la estrategia de chilenización de Tacna y Arica (Palacios, 1974) aplicadas durante la ocupación de las mencionadas ciudades entre 1883 y 1929,y que incluyeron: las presiones ejercidas sobre la población peruana, la clausura de escuelas peruanas, la prohibición de celebrar las Fiestas Patrias y cantar el Himno Nacional peruano. La reacción del pueblo tacneño se hizo evidente en la aparición de escuelas clandestinas donde la enseñanza se dirigía a mantener vigente una actitud properuana que involucraba la expectativa de retorno al seno de la Patria.

Por su parte, la administración chilena promovió la intensificación de una actitud prochilena en los educandos locales. Sin embargo, no existe evidencia de que sus objetivos fueran exitosos. La decisión del pueblo tacneño de optar por la pertenencia a Chile o al Perú debía haberse expresado en un plebiscito que nunca se realizó por haber sido declarado impracticable por el árbitro norteamericano general Lassiter. Hipotéticamente, cabe pensar que operó en este caso un mecanismo de reactancia (Brehm, 1966) que puede ocurrir cuando un grupo está fuertemente presionado para aceptar un determinado punto de vista o actitud y que puede causar que la persona adopte o fortalezca un punto de vista o actitud contrarios a los que se le quiere inculcar, incrementándose asimismo su resistencia a la persuasión. Según parece, en este caso, la administración chilena solo consiguió un «efecto búmeran»: la intensificación de la lealtad de los tacneños al Perú.

El Tratado de 1929 entre Perú y Chile definió la línea limítrofe de la Concordia, de 169 Km de longitud, que debía correr paralelamente y al norte de la línea del ferrocarril de Arica a La Paz. Desde entonces el intercambio comercial y turístico entre Tacna y Arica se ha intensificado notablemente. Cada día ingresa un promedio de 5000 chilenos a Tacna en busca de atención médica a precios más cómodos que en Arica y para disfrutar de la culinaria tacneña. Inversamente, los peruanos ingresan a Arica en busca de trabajo en la agricultura.

Chilenización de Tacna vs. peruanización de Arica

Mediante un reportaje publicado en el artículo «Tacna se chileniza» (2008) se recogieron declaraciones de un funcionario del Consulado de Chile en Tacna quien afirmaba que «la mitad de Tacna es chilena». Señalaba además los beneficios a los que accedían los tacneños por adoptar la nacionalidad chilena: ahorrar y trabajar en Chile, facilidades para la compra de un vehículo o una casa, o para abrir una empresa. Esta noticia suscitó diversas reacciones adversas, por parte de la Asociación de Ex Plebiscitarios de Tacna y Arica quienes percibieron esta acción como una estrategia expansionista de Chile y como una»traición» de una gran parte de tacneños. Jorge Flores, ex ministro de Defensa afirmó que el interés de Chile radica en el agua porque ellos sufren de una escasez de líquido. Por ello, –afirmó– que Chile quiere apoderarse de la cuenca del Titicaca.

Una preocupación a la inversa se ha registrado desde la perspectiva chilena, relacionada con la peruanización de Arica (Podestá, 2011) entendida como un conjunto de rasgos culturales típicos de Perú que se instalan en Arica, y que es un proceso decidido por la propia ciudadanía y no impuesto por los intereses o demandas del Estado chileno o peruano.

Complementariamente, la peruanidad es, además, un recurso utilizado por los sujetos sociales para mejorar su calidad de vida, es decir, es parte de una estrategia de sobrevivencia.

Podestá sugiere la existencia de cuatro áreas que muestran la peruanidad ariqueña, aplicables en el contexto histórico que transcurre a partir de 1929, año de la reincorporación de Tacna al Perú:

(a) El tema urbano: Arica y Tacna son ciudades extraordinariamente parecidas, ya que recorrerlas es impregnarse de una misma geografía urbana.

(b) La economía regional: muchos hogares ariqueños contratan servicio doméstico con nanas peruanas, que se caracterizan por la disciplina, laboriosidad y buen gusto al cocinar, además, que se les cancela remuneraciones aproximadas a los US$ 300 mensuales, casi el doble de lo que podrían percibir trabajando en Tacna.

(c) Las prácticas de la familia: existencia de grupos familiares con vínculos de parentesco transnacional en ambas ciudades (familias cruzadoras de fronteras) porque el tránsito entre un lado y otro de la frontera ha sido permanente. A ello se agrega la preferencia de los ariqueños en relación con la atención médica recibida en Tacna.

(d) El consumo cultural: expresado en la presencia de la música peruana en bautizos, matrimonios, cumpleaños y otras celebraciones, la oferta de textos científicos inubicables en Arica y la difusión de la gastronomía peruana.

(e) La religiosidad popular: El intercambio se evidencia en las fiestas del Señor de Locumba, al norte de Tacna, a la que cientos de familias ariqueñas asisten en forma permanente y la fiesta de la Virgen de las Peñas en Arica, ocasión en que gran flujo de familias tacneñas concurren a este santuario.

La interpenetración cultural entre Tacna y Arica sugiere la existencia de factores psicosociales de diversa índole que favorecen un proceso de integración fronteriza.

Factores contribuyentes a la instauración de una Cultura de Paz

Dentro del marco de un enfoque sistémico, los diversos factores contribuyentes a una Cultura de Paz pueden agruparse en:

a) Insumos: se incluyen (1) medidas de confianza mutua; (2) comunicación y contacto intercultural e internacional; (3) educación para la paz.

b) Procesos: (4) reconciliación

c) Productos: (5) integración fronteriza y (6) Cultura de Paz.

Medidas de Confianza Mutua (MCM)

Son acciones bilaterales y multilaterales destinadas a prevenir situaciones de crisis y de conflicto (Rojas, 1995). Se caracterizan por: (a) Perseguir el fortalecimiento de la paz y la seguridad internacional; (b) Contribuir a la comunicación entre los actores; (c) Crear una atmósfera propicia para establecer un marco de entendimiento que mitigue las percepciones de amenaza inmediata y eviten eventuales elementos de sorpresa.

Con el fin de lograr un alto grado de eficacia de los esfuerzos de creación de confianza entre las naciones, Child (1994) señala la necesidad de la presencia de condiciones tales como la transparencia y apertura, que subraya la importancia de que el mensaje al otro debe ser obvio y sin ambigüedad, que convenza al otro y que minimice la posibilidad de ocultar o engañar al otro; la predictibilidad y confiabilidad, mediante las cuales se debe garantizar que el afectado con una medida unilateral tendrá el tiempo para responder en defensa propia y que tendrá la posibilidad de aplicar el peso completo de la opinión pública internacional. Las partes deberán estar conscientes que las medidas agresivas emprendidas por ellos o sus adversarios serán detectadas con rapidez y precisión. A ello se agrega la reciprocidad y equilibrio, dado que las MCM implican una reciprocidad y un cierto equilibrio entre las partes de modo que ambos se sientan cediendo en una relación simétrica. Por último, Child propone la presencia de niveles comunicacionales adecuados y expeditos que resulten eficientes y creíbles para el otro. Al respecto habría que distinguir entre medidas de conocimiento, de efectivización de la confianza y de consolidación de la confianza. Se sugiere una graduación de las MCM en términos de llegar a identificar aquellas medidas de menor envergadura, de aquellas que implican una relación más compleja, multifacética y de mayor confianza entre los Estados.

Según Rojas (1995), las MCM pueden incluir aspectos correspondientes a:

(a) La economía, la cultura y las relaciones sociales, tales como los contactos políticos intergubernamentales y parlamentarios, la cooperación intergubernamental amplia, los contactos diplomáticos, las actividades en el campo de la educación y la cultura.

 

(b) La defensa, incluyendo el intercambio de información militar, desarrollo de mecanismos de consulta frente a actividades militares insólitas, cooperación en materia de incidentes y accidentes de carácter militar, contactos y visitas militares, notificación de maniobras militares, observación de determinadas actividades militares, entrenamiento y educación, etc.

Las MCM que se efectuaron entre Perú y Chile hasta el año 2000 aparecen en el Tabla 2.

El proceso de aplicación de las MCM ha sufrido diversas fluctuaciones originadas por la ocurrencia de eventuales incidentes críticos que han actuado como irritantes en las relaciones binacionales y ocasionado interrupciones temporales en las reuniones de los tipos arriba descritos.

Comunicación intercultural e internacional

Las potencialidades involucradas en la etnia, la cultura, el idioma y la institucionalidad aimaras señalan la posibilidad de considerarlas como factores de integración fronteriza. Las 180,000 personas que integran la población de la etnia aimara (Carmona, Camiruaga y Tello, 2007) ocupan una superficie de 125,000 km cuadrados, distribuidos en el sur del Perú, el occidente boliviano y el norte grande de Chile. Los tres sectores convergen en el punto del Tripartito, ubicado en los Andes a 3,000 metros de altura, que se ha convertido (Meza, 2005) en el centro neurálgico y emblemático de los antiguos territorios aimaras.

El idioma aimara (Carmona et al., 2007) es hablado en Bolivia por 1.7 millones de habitantes, Perú con 300,000 hablantes y Chile con aproximadamente 20,000 hablantes. Constituye un canal de comunicación intracultural, porque facilita el intercambio entre los aimara hablantes, e internacional, porque vincula a los miembros de la etnia que pertenecen a las tres nacionalidades, entre quienes no se yerguen barreras dialectales insalvables.

La activación de la contribución de la etnia aimara plantea la necesidad del reconocimiento de lo andino como estilo de vida y del pueblo aimara como etnia-puente. A ello se agregaría el otorgar especial atención al Proyecto Alianza Estratégica Aimaras sin Fronteras (Ovando y Álvarez, 2011), organización sin fines de lucro, de carácter intermunicipal, que mediante la articulación y cooperación a través de las fronteras busca implementar políticas que fomenten el desarrollo de la comunidad en áreas como agricultura, infraestructura, pequeñas empresas, recursos naturales, energía, cultura, educación, salud y desarrollo económico. Su actual líder, Francisco Humire, alcalde de Putre ha construido fuertes lazos principalmente intermunicipales dentro y a través de las fronteras de Chile, Perú y Bolivia y de definir metas amplias e identificando proyectos específicos para adoptar y ejecutar.

Contacto intergrupal

Pettigrew y Tropp (2011) definieron el contacto intergrupal como la interacción cara a cara entre miembros de diferentes grupos. Los autores lo consideran como un mecanismo clave para reducir el conflicto intergrupal. Se basa en la premisa de que, si los miembros de grupos diferentes y a menudo segregados se juntan, las relaciones intergrupales mejorarán. Esta hipótesis se originó en la contribución de Allport (1954) quien propuso la hipótesis de contacto, brindando una lista de precondiciones cualitativas que deben satisfacerse para que el contacto sea eficaz para reducir el prejuicio y la discriminación. Para lograrlo, Allport propone que el contacto se dé: entre grupos de igual status en la persecución de metas comunes. El efecto será grandemente fortalecido si este contacto es sancionado por apoyos institucionales (Ej.: leyes, costumbres o atmósfera local) y si conduce a la percepción de intereses comunes y a una humanidad común entre los miembros de ambos grupos (Allport, 1954).

El anterior planteamiento fue enriquecido por Pettigrew quien agregó que la situación de contacto debe proporcionar a los participantes la oportunidad de llegar a ser amigos (Pettigrew, 1998; Pettigrew y Tropp, 2011). Mediante un un metaanálisis de 713 investigaciones empíricas (Pettigrew y Tropp, 2006) relacionadas con la hipótesis de contacto, se demostró que el contacto intergrupal está negativamente asociado en el prejuicio (r = -.21), apoyando las premisas de que los efectos del contacto (Allport, 1954) son más fuertes si el status igual, la persecución de metas comunes, la cooperación intergrupal y el apoyo de la autoridad están presentes.

La experiencia recolectada en este campo puede ser útil para afinar el diseño de las reuniones internacionales en la zona fronteriza de manera que se maximicen los logros y se minimice la aparición de conductas irritantes que desvirtúen los objetivos de una Cultura de Paz.

Educación para la paz

Principios de educación para la paz

La instauración de una Cultura de Paz requiere de la aplicación de una estrategia de Educación para la Paz, destinada a introducir cambios en el modo de pensar, sentir y actuar de las poblaciones peruanas y chilenas. De Rivera (2011) propuso un conjunto de principios que se discuten a continuación:

La Educación para la Paz:

(1) Debe orientarse hacia la comunidad: Es imprescindible que las escuelas impliquen a la comunidad en el programa de Educación para la Paz (EP), bien sea mediante la participación de los padres en las escuelas o entrando en la comunidad.

(2) Es una orientación: La EP debe ser incorporada dentro de los objetivos y planes de estudios de otras asignaturas y entretejida en su enseñanza.  

(3) Debe comenzar durante la primera infancia: La EP debe empezar tan pronto como sea posible, por ejemplo, en la propia guardería, con el fin de aportar una nueva perspectiva a los niños y niñas y para formar un nuevo repertorio relacionado con el conflicto, el adversario de antaño y las nuevas relaciones pacíficas.

(4) Debe situarse en una posición de apertura mental: La EP debe promover una mente abierta, evitar convertirse en un adoctrinamiento, permanecer abierta a otras perspectivas, enfatizando el escepticismo, el pensamiento crítico y la creatividad. Los alumnos tienen que aprender a ponderar y evaluar las cuestiones, a considerar alternativas, a expresar su crítica, a generar ideas creativas y tomar decisiones racionales. A ello debe agregarse la internalización de los valores de paz y la inoculación contra el deseo de recurrir a alternativas no pacíficas.

 

(5) Debe ser relevante y pertinente desde el punto de vista social: La EP debe vincularse a las preocupaciones y cuestiones actuales de la sociedad, con el fin de aplicar los valores generales a casos concretos de dilemas sociales.

(6) Requiere del aprendizaje experiencial: Para lograr la internalización de valores, actitudes, percepciones, conocimientos y tendencias conductuales es de gran importancia el aprendizaje experiencial. Ello debe darse dentro de un clima de aprendizaje que refleje los objetivos de la EP: tolerancia, cooperación, resolución pacífica de conflictos, el multiculturalismo, un contexto no violento, la sensibilidad social y el respeto por los derechos humanos.

Modalidades de acción de la educación para la paz

La EP puede canalizarse a través de modalidades de acción propuestas por Bar-Tal y Teichman (2005): una de ellas está dirigida a modificar la presentación del oponente

o rival y la otra, a activar un proceso de reconciliación entre grupos protagonistas de conflictos actuales o pasados. A ello se agregan las contribuciones de Allport (1954), Pettigrew y Tropp (2011) en el área de contacto intergrupal y de Child (1994) en materia de medidas de confianza mutua.

Presentación del oponente o rival

Esta acción implica un cambio en las imágenes mutuas existentes entre Perú y Chile que tradicionalmente se han visto como rivales entre sí y que involucra (Bar-Tal, Rosen y Nets-Zehngut, 2011) las dimensiones de: legitimización, igualización diferenciación y personalización del rival.

Cuando un grupo legitima al oponente, reconoce que el otro grupo tiene el mismo derecho a existir y a vivir en paz que el propio grupo. Con ello se propicia un cambio de naturaleza de las relaciones intergrupales que facilita el iniciar la negociación en el oponente para lograr una solución pacífica al conflicto y al final construir relaciones de paz y cooperación. Una creencia que opera en contra de esta dimensión es aquella que afirma que «El país X no tiene una identidad nacional y por ello no debería existir».

Mediante la igualización, se trasforma al rival en un igual, con quien es posible establecer nuevas relaciones, lo cual permite una relación significativa con oponentes del pasado. Esta dimensión presupone el superar una interacción de tipo vertical entre unos países, percibidos como subordinantes, y otros, percibidos como subordinados. El prejuicio (Allport, 1954) puede ser reducido por contactos de igual status entre grupos en la persecución de metas comunes.

La diferenciación conduce a una visión heterogénea y diferenciada del grupo rival, reconociendo que el otro grupo se compone de varios subgrupos que difieren en sus opiniones e ideologías. De este modo, se facilita el ver que los miembros del grupo rival disienten en sus opiniones sobre el conflicto y su resolución, entre aquellos que se oponen o no a la paz; y, como resultado, establecer diferentes relaciones con estos dos grupos. La diferenciación ayuda a identificar grupos de «halcones» y «palomas», o de nacionalistas, americanistas o ciudadanos del mundo en todos los países.

Por último, se incluye la personalización, consistente en un proceso de individuación que permite ver al grupo rival no como una entidad despersonalizada, sino como compuesta de individuos con características humanas ordinarias, con sus preocupaciones, necesidades y objetivo. Implica estar atento contra la propia tendencia al pensamiento estereotipado que conduce al prejuicio, a la discriminación y a la xenofobia.

Reconciliación

El reconocimiento y la aceptación mutua, el compartir intereses y objetivos de desarrollo de relaciones pacíficas, el desarrollar la confianza mutua, las actitudes positivas, así como la sensibilidad hacia y la consideración de las necesidades e intereses de la otra parte es lo que Bar-Tal y Teichman (2005) entienden por reconciliación. Se trata de un proceso muy complejo de superación colectiva, por medio de la cual cada parte supera el conflicto independientemente de la otra (Bloomfield, Barnes y Huyse, 2003; Long y Brecke, 2003, citados por Bar-Tal y Teichman, 2005). Finalmente, la reconciliación apoya y solidifica la paz mediante una nueva forma de relaciones intergrupales y sirve como una base estable para la cooperación y actos de amistad que simbolizan estas relaciones. La paz que no es apoyada por al menos una mayoría de la sociedad siempre corre el riesgo de fracasar.

Para la culminación de los esfuerzos de reconciliación (Bloomfield et al., 2003), se requiere una política definida, iniciativas planificadas, así como una amplia variedad de actividades, todo ello con el fin de convencer a los miembros de la sociedad de la necesidad, utilidad, valor y viabilidad del proceso de paz.

El proceso de convencimiento se dirige a modificar un conjunto de creencias sobre: (a) los objetivos del grupo, (b) el grupo rival, (c) las relaciones con el adversario del pasado, (d) la historia del conflicto, (e) la Paz.

Cultura de Paz

Fue caracterizada por la Resolución de las Naciones Unidas (A/RES/52/13/) como un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia, e intentan prevenir conflictos a través de abordar sus causas primarias y que se esfuerzan por resolver problemas mediante el diálogo y la negociación. Una Cultura de Paz configura el clima social facilitador para la cooperación tanto a nivel intranacional como internacional.

Paz positiva y paz negativa

El diseño de estrategias de una paz duradera requiere distinguir (Galtung, 1969) entre dos conceptos fundamentales: una paz negativa, entendida originalmente como la ausencia de violencia, de guerra, de violencia personal o de daño corporal infringido a los demás; y una paz positiva, entendida como la integración de la sociedad humana y vinculada posteriormente con la ausencia de violencia estructural y de desigualdades sociales, implicando así la presencia de una justicia social.

La definición inicial de la paz negativa de Galtung fue reformulada por Boulding (1978) quien la caracterizó como la ausencia de disturbios, tensiones, conflictos y guerras. El mismo autor propuso una modificación a la idea de paz positiva, definiéndola como una condición de buena administración, resolución ordenada de conflictos, armonía relacionada con relaciones maduras, suavidad y amor. La paz positiva constituye un importante prerrequisito para la construcción de la Cultura de Paz.

Bases para una cultura de paz

Con variado énfasis, Perú y Chile han emprendido diversas acciones vinculadas con las bases para una cultura de paz, que fueron definidas por las Naciones Unidas (1999) mediante la Resolución A/RES/53/243, que otorgaba especial importancia a (a) la educación (especialmente la educación para la resolución pacífica del conflicto), (b) el desarrollo sostenible (vinculado con la erradicación de la pobreza, la reducción de las desigualdades y la sostenibilidad del medio ambiente), (c) los derechos humanos y (d) la igualdad de género.

A ello se agregaban (e) la participación democrática, (f) la comprensión, tolerancia y solidaridad (entre los pueblos, entre los grupos vulnerables y entre los migrantes dentro de una nación y entre naciones), (g) la comunicación participativa y la libre circulación de información y (h) la paz y la seguridad internacional (incluido el desarme y las diversas iniciativas positivas).

Dimensiones

Cuatro dimensiones de la Cultura de Paz fueron identificadas por de Rivera (2011): (1) desarrollo liberal, (2) igualdad, (3) medios no violentos y (4) cuidado. Cada una de ellas es medida por distintos conjuntos de indicadores.

El desarrollo liberal se evalúa mediante la libertad de prensa, el PIB, la esperanza de vida, la alfabetización, la democracia, los derechos humanos y el porcentaje de mujeres con cargos relevantes dentro del poder legislativo. El Índice de Gini de Igualdad Económica es utilizado para medir la segunda dimensión: la igualdad. Incluye las tasas de homicidio bajas y los derechos humanos, mientras que el estimado de los medios no violentos se efectúa a través de la inversa de los gastos militares y las amenazas militares. Por último, la determinación del nivel de cuidado se efectúa en base al gasto en educación, la tolerancia hacia los refugiados y, en cierta medida, el porcentaje de mujeres en el poder legislativo.

Los indicadores arriba reseñados (de Rivera, 2011) pueden utilizarse para: (a) medir el grado en que las naciones actualmente poseen una cultura de paz; (b) detectar fortalezas y debilidades al respecto; (c) medir el progreso hacia el objetivo de la sociedad, consistente en alcanzar una cultura de paz completa; (d) proporcionar una norma objetiva que puede estimular una competencia sana entre las naciones; y (e) sugerir contenidos para planes de estudios sobre Educación para la Paz.

Para evaluar los mencionados indicadores, de Rivera (2011) propone el uso de plantillas para recoger datos objetivos relacionados con los ocho fundamentos de una cultura de paz, así como para datos subjetivos acerca de actitudes, normas y valores.

Integración Fronteriza Tacna-Arica

Se denomina integración fronteriza el proceso en virtud del cual (Che Piu Deza, s. f.) los Estados fronterizos unen acciones y esfuerzos para elevar el nivel de vida de sus habitantes, utilizando de manera conjunta sus recursos, potencialidades y beneficios compartidos. Caracterizan a este proceso: (a) la inclusión articulada de la cooperación y desarrollo fronterizos; (b) la intervención a la frontera como un territorio total, mediante un mecanismo institucional que dote dichos territorios de una organización prointegradora y (c) el reconocimiento de los espacios fronterizos como factores de desarrollo, sobre los cuales el Estado planifica e interviene con iniciativas nacionales o binacionales.

Zona de Integración Fronteriza (ZIF)

Los ámbitos territoriales fronterizos adyacentes de países miembros de la Comunidad Andina, en los cuales habitan poblaciones con tradiciones y costumbres similares, separados política y administrativamente por decisiones generalmente ajenas a sus intereses es lo que Meza (2005) define como zona de integración fronteriza. El autor señala que en dichos ámbitos:

Se adoptarán políticas y ejecutarán planes, programas y proyectos para impulsar el desarrollo sostenible y la integración fronteriza de manera conjunta y orientada a obtener beneficios mutuos, en correspondencia con las características de cada uno de ellos», hasta convertirlas en áreas dinamizadoras de desarrollo compartido capaces de lograr una competitiva inserción en la economía internacional. (Meza, 2005)

El objetivo propuesto de una ZIF, según el mencionado autor, apunta a diversificar, fortalecer y estabilizar los vínculos económicos, sociales, culturales, institucionales y políticos entre los países miembros y con terceros, sobre la base de mecanismos económicos e institucionales que doten a sus ámbitos fronterizos de mayor fluidez comercial e interconexión con el resto de las economías andinas y con el resto del mundo.

Metodología

Se aplicó el método de análisis del contenido a un conjunto de informes sobre acciones vinculadas con la integración fronteriza Tacna-Arica publicada en libros y en órganos periodísticos escritos y virtuales tales como los siguientes:

Libros

  • Fuentes, C. & Milet, P. (1997). Chile-Bolivia-Perú: Los nuevos desafíos de la Integración. Santiago: FLACSO-Chile.
  • Cavieres, E. (2006). Chile-Perú La historia y la escuela. Conflictos nacionales, percepciones sociales. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso, Universidad de Valparaíso.

Prensa escrita

  • Castro, R. (2013, 24 de marzo). Concordia a prueba de fallos. Semana Económica. p. 4.

Páginas web

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  • Anuncian encuentro internacional de alcaldes en las ciudades de Tacna y Arica. (2013, 2 de agosto). Peru.com. Recuperado de http://peru.com/actualidad/ nacionales/anuncian-encuentro-internacional-alcaldesciudades-tacna-y-arica-noticia-155485
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Las categorías sugeridas por Bar-Tal y Teichman (2011) para analizar el contenido de creencias sobre reconciliación y actividades conexas en la zona fronteriza de Tacna-Arica fueron las siguientes: (1) Los objetivos del grupo; (2) El grupo rival; (3) Las relaciones con el adversario del pasado; (4) La historia del conflicto y (5) La Paz.

Este sistema permitió agrupar un conjunto de informes sobre acciones en Tacna y Arica vinculadas con cada uno de los cinco rubros anteriormente listados, ocurridas entre los años 1997 y 2013.

Resultados

La Tabla 3 vincula las creencias con las actividades realizadas hasta el presente por entidades binacionales de la Administración Pública y Privada y de la Sociedad Civil en la zona fronteriza de Tacna-Arica.

La Tabla 3 nos señala que las actividades vinculadas con la reconciliación se han distribuido entre las cinco categorías de creencias. El último grupo, relativo a las creencias sobre la paz, culmina con la nota característica de la promoción de una educación para la paz. Cabe señalar que no se ha registrado ningún evento correspondiente a la categoría de «Promover una Educación para la Paz», entendida como el diseño y aplicación de una estrategia educativa clara y sostenible en el diseño curricular de las escuelas de Tacna- Arica que permita un sustancial y duradero cambio de actitudes (entendidas como modos de pensar, sentir y actuar entre ambas ciudades.

Discusión

Los resultados arriba descritos sugieren que el método de análisis de contenido puede ser útil para clasificar eventos vinculados con acciones de integración fronteriza en la zona fronteriza Perú-Chile. En base a ello, surge la necesidad de diseñar e implementar una estrategia de Educación para la Paz, que combine métodos pedagógicos y psicosociales de cambio de actitudes, que involucre el mejoramiento de las imágenes mutuas entre Perú y Chile, la reducción de prejuicios y estereotipos, la generación de afectos positivos y de conductas de cooperación y solidaridad para la construcción de la agenda del futuro. Para tal fin se propone un Modelo Sistémico de Intervención que involucra los factores arriba analizados.

Modelo de Intervención Psicosocial para la Integración Fronteriza

El modelo sistémico propuesto considera como insumos los componentes de: medidas de confianza mutua, comunicación intercultural e internacional y educación para la paz, que se requieren para activar un proceso de reconciliación, que debe culminar en la instauración de una nueva cultura: la Cultura de Paz y una nueva estructura: la Zona de Integración Fronteriza.

La Cultura de Paz y la Zona de Integración Fronteriza requieren interactuar y potenciarse mutuamente para asegurar que las relaciones cooperativas binacionales se fortalezcan continuamente en el futuro.

Estrategias binacionales para la integración fronteriza Tacna-Arica

Las acciones arriba descritas, vinculadas con una educación para la paz para la integración fronteriza de la zona Tacna-Arica, requieren ser enriquecidas con una estrategia debidamente articulada dirigida a promover y consolidar un cambio binacional de actitudes y conductas que representen el soporte psicosocial de la mencionada integración.

Proponemos como objetivos: (a) Construir una Cultura de Paz en una Zona de Integración Fronteriza de Tacna Arica a crearse, que pueda hacerse extensiva a las demás zonas fronterizas del Perú, (b) Promover la cooperación internacional en las áreas de comercio, educación y cultura en dicha zona.

Los valores (Rokeach, 1973) que deberían fundamentar esta intervención pueden agruparse en Valores Terminales (modos deseables finales de una existencia) tales como convivencialidad con el mundo, creatividad, dignidad humana, espíritu de no violencia, respeto a la vida, solidaridad y sentido comunitario; y valores instrumentales (modos de conducta), que incluyen la solución justa y pacífica de los conflictos.

Para tal efecto, se propone el principio rector que reafirma la responsabilidad compartida del Estado y de la Sociedad Civil en la definición de una política de Educación dirigida a la construcción de una Cultura de Paz.

La estrategia debería iniciarse por una etapa de Diagnóstico que incluiría acciones tales como las siguientes:

(a) Instaurar un observatorio permanente binacional a cargo de universidades peruanas y chilenas encaminado a analizar y medir las fluctuaciones en materia de imágenes mutuas entre ambos países, actitudes nacionalistas, de xenofilia y xenofobia, de confianza y desconfianza que se vayan produciendo a medida que se progrese en el acercamiento mutuo.

(b) Otros aspectos de interés serían: (a) El impacto de la migración y del intercambio académico, comercial y turístico entre Tacna y Arica. (b) Procesos de socialización internacional de niños y adolescentes. (c) Liderazgo y comportamiento internacional. (d) Toma de decisiones relativas al conflicto y la integración internacional. (e) Efectos de la inseguridad económica y psicológica sobre las tensiones internacionales y sentimientos belicistas y (f) Análisis psicosocial de casos de crisis y conflictos internacionales

(c) La metodología a utilizarse incluiría: la observación participante, entrevistas, encuestas y análisis de contenido de medios de comunicación masiva y blogs de internet,

(d) El ámbito de intervención sería tanto el eje Lima-Santiago como el de Tacna-Arica, con especial énfasis en el monitoreo de actitudes de grupos estratégicos tales como autoridades regionales y locales, líderes políticos y religiosos, profesores y alumnos universitarios, profesores de secundaria, estudiantes de 5° de secundaria, comunicadores sociales, Asociaciones de Padres de Familia y Clubes de Madres, dada la importancia de su efecto multiplicador en la comunidad.

La segunda etapa, correspondiente a la Intervención (González, 2014) incluiría acciones en los ejes de educación, comunicaciones y economía.

Eje Educación

Educación superior.

En el nivel de Educación Superior se requiere continuar y fortalecer las líneas de cooperación ya iniciadas entre las universidades de Tacna y Arica en los niveles de docencia y de investigación sobre problemas comunes a la región fronteriza, así como los programas de intercambio de docentes y alumnos universitarios.

En el nivel de docencia, es recomendable insertar en la malla curricular talleres de Cultura de Paz, destinados al mejoramiento de imágenes binacionales Perú-Chile y el desarrollo de habilidades para la resolución pacífica de conflictos. La metodología a utilizarse debería ser eminentemente práctica, utilizando recursos tales como el análisis de casos, la solución de problemas, el método de estimulación de la creatividad denominado los Seis Sombreros para Pensar, los Proyectos de Acción Futura y las Imágenes-Objetivo para un Futuro de Paz, diseñadas por Elise Boulding (1988).

La experiencia del pasado podría ser cabalmente utilizada, reactualizando las Escuelas de Verano Binacionales coorganizadas por Universidades peruanas y chilenas.

Una importante intervención en el área de formación docente constituiría la elaboración del perfil de competencias del docente apto para la educación para la paz y el diseño de programas de capacitación de docentes universitarios en Cooperación Internacional, resolución de conflictos y Cultura de Paz. Contribuiría a este fin la reedición actualizada del libro «Cultura de Paz» que fuera editado por el R. P. Felipe Mac Gregor y colaboradores (Comisión Nacional Permanente de Educación para la Paz, 1989) y auspiciado por el PNUD para ser distribuido gratuitamente entre los docentes de la región Tacna.

En el Área de Investigación, puede promoverse el desarrollo de líneas sobre investigación para la paz mediante proyectos binacionales relacionados con la problemática de la zona. Poderoso incentivos serían (a) concursos para premiar las mejores investigaciones y tesis sobre psicología, educación o comunicación social para la paz e integración latinoamericana en universidades peruanas y (b) crear centros de estudios peruano-chilenos en las universidades de ambos países. Los resultados de la investigación se utilizarían como material de enseñanza en los Talleres y como fundamentos para un Plan Regional para el Desarrollo de una Cultura de Paz.

Educación básica regular.

Especial importancia revestiría: (a) efectuar inserciones curriculares relativas a la educación para la paz en los programas de estudio de educación inicial, primaria y secundaria (b) revitalizar el Proyecto de Escuelas Asociadas de la Unesco, con el fin de crear un espacio dedicado a difundir entre los escolares de ambos países los logros, las manifestaciones culturales y los aportes de las figuras más señeras de ambos países con el fin de intensificar el respeto mutuo por ambas nacionalidades.

Para este fin se requeriría el crear una línea de producción de (a) textos escolares sobre el tema de Cultura de Paz, incluyendo una antología de la paz para uso de los maestros, que contenga cuentos, mitos y leyenda y ensayos fundamentales sobre el tema de la paz, recogidos del ámbito latinoamericano y mundial, (b) juegos creativos que promuevan conductas de paz y de integración, desalentando el egocentrismo, la necesidad de poder y de agresión y fomentando la cooperación y la solidaridad entre las naciones.

La competencia creativa puede promoverse a través de concursos escolares sobre el tema de la paz y la integración latinoamericana a nivel de cuento, poesía, ensayo, dibujo, pintura, escultura, fotografía, danza, teatro, canciones, afiches, diseño de medios audiovisuales, etc.

El intercambio educativo binacional de docentes y alumnos debe ser constante y conectado con proyectos conjuntos tales como los vinculados con la protección del ambiente y recursos naturales.

Eje Comunicaciones

Se recomienda (a) el diseño de estrategias para el mejoramiento de las comunicaciones internacionales, propalando a través de los medios masivos aquellos contenidos que promuevan: la Cultura de Paz, la protección del ambiente, la reducción de los problemas demográficos y de la violencia, (b) efectuar encuentros binacionales entre organizaciones de comunicadores sociales, docentes y padres de familia y organizaciones de la sociedad civil dada la importancia de su efecto multiplicador, (c) llevar a cabo eventos binacionales artísticos, deportivos y tecnológicos, (d) realización de Ferias Internacionales sobre la Paz y la Cooperación Internacional, (e) crear la página chilena en diarios de Tacna y la página peruana en diarios de Arica, (f) promover el turismo en los niveles: adulto, juvenil e infantil, (g) mejorar las comunicaciones vía internet, (h) filmar telenovelas y documentales sobre temas de integración fronteriza que resalten los rasgos comunes de las tradiciones culturales peruano-chilenas y los logros de sus grandes hombres y pueblos, (i) organizar Festivales de Cine sobre Filmes sobre el tema de la paz, tales como sin novedad en el Frente, El Puente, Hiroshima, Mon amour, La infancia de Iván, En la mente de los hombres, La Tienda de la Calle Mayor, El Arpa Birmana, Gandhi, etc.

Eje Economía

En el ámbito económico, se requeriría promover proyectos conjuntos de desarrollo y la creación de empresas binacionales (joint ventures).

Coordinaciones.

El éxito de las acciones arriba anotadas se vincula con las coordinaciones intra e internacionales que se lleven a cabo por los responsables de su implementación. En el área intranacional son imprescindibles las coordinaciones con organismos de ambos países tales como: Ministerios de Educación y de Relaciones Exteriores, universidades de Lima y Santiago y de Tacna y Arica con Facultades de Psicología y Educación; Institutos Pedagógicos, Gobiernos Regionales y Locales, de modo tal que se lleven a cabo constantemente repeticiones ampliadas de cada evento mediante una estrategia de mejoramiento continuo. Cada paso debe ser cuidadosamente documentado con miras a utilizar la experiencia acumulada en la zona Tacna-Arica para la optimización de la integración fronteriza con Ecuador, Colombia, Brasil y Bolivia.

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Recibido: 05 de febrero de 2015

Aceptado: 18 de mayo de 2015