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Liberabit

versión impresa ISSN 1729-4827

liber. vol.21 no.2 Lima jul./dic. 2015

 

Artículos

Satisfacción vital en dominios específicos: adaptación de una escala para su evaluación

Life satisfaction in specific domains: adaptation of a scale for its evaluation

 

Vanina Schmidt*, María Julia Raimundi** y María Fernanda Molina***

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina

Universidad de Buenos Aires, Argentina

* vaninaschmidt@gmail.com

** juliaraimundi@gmail.com

*** fer_molina@hotmail.com


RESUMEN

El objetivo de este trabajo es presentar la adaptación de la Escala de Satisfacción Vital en Dominios Específicos para su uso en adultos de Buenos Aires. En una primera etapa, se trabajó en la equivalencia lingüística y conceptual. En la segunda etapa, se aplicó la versión local de la escala a una muestra de 187 adultos (mujeres = 56.10 %) con una edad media de 31.20 (DE = 10.70). Se estudió la capacidad de discriminación de los ítems, la confiabilidad, validez de constructo y de contenido. Los resultados mostraron que la escala posee adecuada validez de contenido para ser aplicada en adultos de nuestro medio y presenta claras evidencias de validez de constructo y adecuada precisión para casi todas las subescalas. Se discuten los resultados considerando la importancia de generar nuevos desarrollos conceptuales e instrumentales relativos a los conceptos de la Psicología Positiva.

Palabras clave: Adaptación, dominios específicos, escala, satisfacción vital.


ABSTRACT

The aim of this paper is to present the adaptation of the Life Satisfaction Scale in Specific Domains to be used in adults from Buenos Aires. In a first stage, work was done in the linguistic and conceptual equivalence. In the second stage, the local version of the scale was applied to a sample by 187 adults (women = 56.10 %) with an average age of 31.20 (SD = 10.70). We studied the ability of discrimination of items, the reliability, construct validity and content. The results showed that the scale has adequate content validity to be applied in adults of our environment, and presents clear evidence of construct validity and adequate precision for almost all the subscales. The results are discussed in view of the importance of generating new conceptual and instrumental developments relating to the concepts of positive psychology.

Keywords: Adaptation, specific domains, scale, life satisfaction


¿Cómo nos sentimos? ¿Cómo pensamos que «nos va» en la vida? ¿Cuán satisfechos estamos con quiénes somos y con lo que hacemos? Son preguntas que la mayoría de las personas nos planteamos alguna vez y cuya respuesta refleja el grado de satisfacción con nuestra vida. Conceptos tales como satisfacción, bienestar, felicidad, calidad de vida, recuperaron protagonismo en la escena disciplinar con el advenimiento del enfoque denominado psicología positiva. El mismo propone un cambio de mirada hacia aquellas características de las personas y sus entornos que promueven el bienestar y la satisfacción vital. Este enfoque se ocupa de tres aspectos principales: el estudio de las experiencias positivas, las características individuales positivas y las instituciones que posibilitan estas experiencias, con el fin de comprender qué es lo que hace más «felices» a las personas (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000; Seligman, Parks y Steen, 2004).

En los inicios, estos constructos se hallaban definidos de manera imprecisa y un mismo instrumento era utilizado para diversos fines. Por ejemplo, se estimaba el grado de calidad de vida percibida a través de la evaluación de la satisfacción con áreas vitales específicas (Olson et al., 1992).

En este trabajo se parte de la posición según la cual es fundamental lograr una adecuada delimitación conceptual a los fines de aportar claridad al constructo que luego ha de operacionalizarse. Es por ello que, en primer lugar, se realiza un recorrido por distintos constructos emparentados a la Satisfacción Vital para concluir en una posición conceptual que supera históricos solapamientos y permite una mayor claridad respecto de qué es y qué no es satisfacción vital y su posible relación con los otros constructos.

Anicama, Mayorga y Henostroza (2001) definen calidad de vida como el grado en el cual las condiciones de una sociedad permiten a sus miembros «realizarse» de acuerdo con los valores ideológicos establecidos proporcionándoles, entre otras vivencias, una experiencia subjetiva satisfactoria de su existencia.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) (1998), calidad de vida implica «la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto amplio que está influido de modo complejo por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno. Según la concepción de esta organización, calidad de vida incluye estilo de vida, vivienda, situación económica, satisfacción con la escuela y con el trabajo, entre otras áreas vitales relevantes. Implica una valoración de aspectos objetivos y subjetivos, con dimensiones tanto positivas como negativas, resultantes de la posición del sujeto en su contexto cultural, social y ambiental. Esta apreciación se realiza, por lo tanto, de acuerdo con un sistema de valores, estándares o perspectivas que varían de persona a persona, de grupo a grupo y de lugar a lugar. Para la OMS (1998) son seis las dimensiones o ámbitos de la calidad de vida y cada uno de ellos puede ser caracterizado en función de determinadas facetas (Tabla 1).

Para la mayoría de los autores (p. ej. Lucas, Diener y Suh, 1996; Velarde-Jurado y Avila-Figueroa, 2002), el componente subjetivo de la calidad de vida se refiere a la satisfacción con la vida y a la sensación de bienestar que puede ser experimentada por las personas. Satisfacción y bienestar están, por tanto, conceptualmente emparentados.

El bienestar es el componente subjetivo de la calidad de vida (García-Viniegras y González, 2000; Liberalesso, 2002) y está conformado por aspectos cognitivos y afectivos (Diener, 1994; Diener, Suh, Lucas y Smith, 1999). Se define como el conjunto de evaluaciones cognitivas y afectivas que la persona realiza sobre su propia vida. Estas evaluaciones incluyen reacciones emocionales a los sucesos de la vida así como juicios cognitivos sobre la satisfacción con la misma (Diener, Lucas y Oishi, 2002). De esta forma, el bienestar subjetivo es un concepto amplio que incluye la experiencia de emociones positivas, bajos niveles de emociones negativas y una alta satisfacción vital. El componente cognitivo del bienestar es la satisfacción vital, ya sea de manera global o por dominios específicos y el componente afectivo refiere a la presencia de sentimientos positivos, lo que algunos autores denominan felicidad (Arita, 2005). Hay razones tanto teóricas como empíricas para separar el componente afectivo del cognitivo. La evidencia recolectada a través de una considerable cantidad de estudios (p. ej., Lucas et al., 1996) indica que ambos se agrupan en factores independientes y no puede inferirse uno a partir del otro. En síntesis, la satisfacción vital suele ser definida como la valoración o juicio cognitivo que realiza la persona sobre sus condiciones de vida en el aquí y ahora.

Con el fin de organizar estos conceptos, se reproduce un modelo cuya primera versión tuvo su origen en el trabajo preliminar de Moyano Díaz, Acevedo y Avendaño (2006, como se citó en Moyano Díaz y Ramos Alvarado, 2007) (ver Figura 1).

La indagación de las percepciones individuales relacionadas con las condiciones de vida es una tarea esencial de la Psicología. Pero la misma es compleja en tanto debe contemplar el componente cognitivo, la experiencia de satisfacción, afectos positivos y negativos, y sentimientos de felicidad. No existe actualmente un instrumento satisfactorio que evalúe de manera comprensiva el componente subjetivo de la calidad de vida. Pero se han desarrollado medidas efectivas para la evaluación de sus componentes de manera independiente. Existen en la actualidad cientos de medidas diferenciadas para evaluar satisfacción vital, bienestar y afectos positivos relacionados (ver Andrews y Robinson, 1991 para una revisión de medidas de felicidad, afecto y satisfacción vital).

La satisfacción vital en tanto componente cognitivo del bienestar subjetivo puede ser evaluada a partir de la valoración positiva que la persona hace de su vida en general o bien a partir de aspectos particulares de esta. Estos aspectos constituyen los dominios de funcionamiento de la vida de los individuos que tienen mayor influencia sobre el bienestar personal (Diener, 1994; Diener et al., 1999; García, 2002; García-Viniegras y González, 2000; Liberalesso, 2002). Distintos instrumentos se han desarrollado para la evaluación de la satisfacción vital. Entre los más difundidos se encuentran los siguientes:

  • Escala de Satisfacción con la vida (SWLS, Diener, Emmons, Larsen y Griffin, 1985). Se ha adaptado a diferentes contextos como España (Atienza, Pons, Balaguer y García Merita, 2000), Canadá (Blais, Vallerand, Pelletier y Briere, 1989), Rusia (Balatsky y Diener, 1993), China (Shao y Diener, 1992), Corea (Suh, 1994), México (Luna, Laca y Mejía, 2011; Padrós, Gutiérrez y Medina, 2015), Argentina (Schmidt, Leibovich y Giménez, 2014), y se han realizado estudios de revisión de las escalas a través de las culturas (Diener, Inglehart y Tay, 2013). La SWLS evalúa la satisfacción vital global sin diferenciarla por dominios. Ha mostrado excelentes cualidades psicométricas (validez factorial, relación con una gran variedad de criterios externos y excelente consistencia interna) a través de las culturas

  • Student’s Life Satisfaction Scale (SLSS; Huebner, 1991). Es una escala desarrollada en los Estados Unidos para indagar la experiencia de satisfacción en niños entre 7 y 14 años. Posee siete ítems que evalúan satisfacción global. La SLSS se ha relacionado predictivamente con variables sociodemográficas y con medidas de criterio, presenta validez factorial y adecuados índices de confiabilidad a través del análisis de su consistencia interna y de su estabilidad (test-retest).
  • Multidimensional Students’ Life Satisfaction Scale (MSLSS; Huebner, 2001). Fue diseñada para proporcionar un perfil multidimensional de los juicios sobre la satisfacción vital en niños. Mediante 40 ítems, evalúa la satisfacción en dominios específicos (escuela, familia, amigos, entorno y sí mismo) y la satisfacción vital global. Los coeficientes test- retest y la consistencia interna reportada son adecuados (superiores a .70), el análisis factorial exploratorio y confirmatorio han permitido confirmar la estructura de cinco factores y, las relaciones con otros constructos y medidas externas dan cuenta del uso válido que puede hacerse de la escala.

  • Kansas Family Life Satisfaction Scale (KFLS, Mccollum, Schumm y Russell, 1988). Este instrumento fue diseñado para medir la satisfacción en cuatro aspectos de la vida familiar: la relación marital, la relación padres-hijos, la relación entre los hijos y la satisfacción global con las relaciones familiares. La escala KFLS demostró adecuada consistencia interna, correlación con factores sociodemográficos y una estructura factorial no siempre replicada a través de diversas muestras.
  • Escala de Satisfacción Familiar (Olson y Wilson, 1982). Es una escala de 10 ítems que evalúa el grado de satisfacción experimentado por cada miembro de la familia, relacionado con aspectos del funcionamiento familiar (cohesión y adaptabilidad). Esta escala ha mostrado excelentes propiedades psciométricas en población occidental,

  • Escala de Satisfacción por áreas vitales (Castro Solano y Sánchez López, 2000). Posee un ítem único para cada variable evaluada, con formato de respuesta Likert en siete opciones de respuesta. Está basada en la escala D-T (Delight-Terrible) de Andrews y Withey (1976). Evalúa el grado de satisfacción alcanzado en cada una de las siguientes áreas: estudios, familia, amigos, compañeros de estudio, salud física y salud psicológica. Posee adecuada evidencia de validez y confiabilidad tanto en muestras argentinas como españolas.
  • Escala de Satisfacción Vital en Dominios Específicos (SVDE; Olson et al., 1992). Está basada en un desarrollo previo: la Escala de Calidad de Vida de Olson y Barnes (1982). Evalúa el grado de satisfacción en cada una de las áreas vitales relevantes. La SVDE presenta algunas ventajas por sobre otras. Por un lado, permite evaluar la satisfacción en diferentes áreas facilitando un screening de cuán satisfecho está el sujeto con los dominios más importantes de su vida (salud, familia, vivienda, trabajo, comunidad, servicios, recreación). Asimismo, la evaluación por dominios específicos posibilita conocer de modo independiente cómo se siente el sujeto respecto de diferentes áreas brindando un perfil de su satisfacción vital. Por otro lado, la escala está conformada por subescalas multiitem. Es decir, cada dominio se evalúa con más de un ítem a diferencia de lo que ocurre con otras escalas en las que se utiliza un solo ítem para cada dominio en detrimento de la confiabilidad y, muchas veces incluso, de la validez de constructo. Esta escala ha mostrado excelentes propiedades psicométricas (consistencia interna, validez factorial, correlación con otras medidas de satisfacción y bienestar, y relación con variables sociodemográficas) en muestras norteamericanas.

El objetivo del artículo es presentar la adaptación argentina de la SVDE para su uso en población adulta.

Método

Participantes

La muestra está constituida por 187 adultos (varones = 43.90 %, mujeres = 56.10 %) del Área Metropolitana Bonaerense (AMBA). La edad está comprendida entre los 18 y 64 años (M = 31.20, DE = 10.70). Considerando el estado civil, se trata de solteros (59.10 %), casados o convivientes con su pareja (29 %), separados o divorciados (10.20 %) y viudos (1.60 %). Con respecto al nivel de instrucción, los participantes poseen estudios primarios o secundarios incompletos (5.90 %), estudios secundarios completos (11.90 %), estudios terciarios o universitarios incompletos (56.80 %) y estudios terciarios o universitarios completos (25.40 %).

Instrumentos

Cuestionario sociodemográfico. Evalúa características socio-demográficas: sexo, edad, nivel educativo, composición familiar y situación laboral.

Escala de Satisfacción Vital en Dominios Específicos versión adultos (SVDE; Olson et al., 1992). Se trata de una escala autoadministrable que evalúa el grado de satisfacción en áreas vitales relevantes. Desde la consigna, se solicita al sujeto que indique cuán satisfecho está con distintas circunstancias vitales que reflejan los ítems (p. ej., «tiempo dedicado a actividades recreativas»). Posee un grupo de ítems reducidos para cada variable evaluada, con formato de respuesta Likert con cinco opciones de respuesta (insatisfecho, un poco insatisfecho, generalmente satisfecho, muy satisfecho y absolutamente satisfecho). No presenta ítems de puntuación inversa. Los estudios realizados con población norteamericana muestran adecuadas propiedades psicométricas (Olson, 1992). La escala original está compuesta por 43 ítems. El análisis factorial con rotación Promax, resultó en la identificación de 12 factores o áreas vitales relevantes: vida marital y familiar, amigos, familia extensa, salud, hogar, educación, tiempo, religión, empleo, medios de comunicación, bienestar económico, y vecindario y comunidad. En general, el análisis factorial sustentó la estructura conceptual inicial de la escala con pocas excepciones. Las correlaciones para los doce factores van desde .40 hasta .72. La escala presenta evidencia de validez convergente. Se halló una muy buena consistencia interna por Alpha de Cronbach para la escala total (.92).

Procedimiento

Para su aplicación en nuestro contexto, la versión original fue retrotraducida por dos psicólogos bilingües y revisada por un equipo de especialistas en evaluación, quienes se refirieron específicamente a la pertinencia cultural de cada ítem y de los dominios específicos teniendo en cuenta el objetivo de la escala y el constructo implicado. Se descartaron 12 ítems cuyo contenido era inadecuado o inaplicable en nuestro contexto. Los dominios que se tuvieron en cuenta en la escala argentina respetaron en líneas generales aquellos evaluados en la escala original pero algunos de ellos fueron eliminados a partir de las observaciones de los jueces. Ítems referidos a políticas públicas propias del país de origen de la escala o preguntas sobre formas de comunicación, bienes y servicios que no se encuentran presentes en nuestro medio, fueron descartados a partir de las críticas que hicieran los jueces en grillas destinadas a este fin.

Se realizó la adaptación lingüístico-conceptual de los ítems definitivos y se sometió nuevamente la escala a la revisión por parte de jueces expertos quienes valoraron el 100% de los dominios y sus ítems de manera positiva. La versión argentina final estuvo conformada por 31 ítems.

El tipo de muestreo fue «no probabilístico». Se trabajó con dos tipos de muestreo: por conveniencia y en cadena. La mitad de los participantes fueron incorporados a través de un muestreo por conveniencia en organizaciones laborales. La otra mitad fue resultado del muestreo en cadena a través de informantes clave. Se trabajó de este modo pues se quería lograr una muestra de adultos de población general del AMBA lo más heterogénea posible en términos económicos, laborales y educacionales. En el muestreo por conveniencia, se buscó reclutar trabajadores en relación de dependencia con una variedad de puestos, para lo cual se contactaron tres organizaciones laborales: una fábrica, una empresa y un organismo público. En el muestreo en cadena, se reclutaron los participantes a través de informantes clave quienes nominaron y contactaron a adultos de población general que, a su vez, contactaron a otros individuos de su red social. De este modo, con esta segunda estrategia, se incluyeron amas de casa y desempleados, no incluidos con el procedimiento previo. Todos participaron de manera voluntaria y anónima con consentimiento informado escrito.

Análisis de datos

Se analizaron los estadístico-descriptivos para cada ítem. Se analizó la capacidad de discriminación de los ítems a través de la correlación ítem-total corregida. Para estudiar la validez de constructo se realizó un análisis factorial con método de componentes principales y rotación Promax (rotación oblicua que permite que los factores estén correlacionados). Por otro lado, se realizaron correlaciones interescalas para aportar conocimiento sobre la estructura interna del instrumento. Se realizó un análisis de la fiabilidad para cada dominio por medio de un análisis de consistencia interna (alfa de Cronbach). Con el objetivo de obtener evidencias adicionales a la validez de constructo se realizaron pruebas t para muestras independientes para comparar los grupos según sexo.

Resultados

A partir de la evaluación de los jueces expertos se seleccionaron aquellos dominios relevantes para nuestro contexto cultural mientras que otros fueron descartados por no considerarse apropiados. De esta manera, se logró aportar evidencias de validez de contenido de la escala.

En la Tabla 2 se presentan los estadísticos descriptivos para cada uno de los ítems que forman parte de la escala en su versión final.

Se seleccionaron aquellos ítems que presentaron una adecuada capacidad discriminante y pesaje superior a .40 por análisis de componentes principales (rotación Promax). Se seleccionó esta rotación por considerar que los factores resultantes podrían estar relacionados (Gorsuch, 1983) y por ser el método recomendado actualmente para realizar análisis factorial exploratorio (Lloret-Segura, Ferreres-Traver, Hernández-Baeza y Tomás- Marco, 2014). Se eliminaron 10 ítems que no cumplían con estos criterios. El número de factores extraídos fue de siete. Los mismos estuvieron correlacionados de manera variada (entre .20 y .80). La varianza total explicada fue del 65%. El índice de adecuación de la muestra de Kaiser-Meyer-Olkin arrojó un coeficiente de .70 por lo que puede afirmarse que las matrices de datos son adecuadas para la aplicación del análisis factorial. La prueba de esfericidad de Barttlet fue significativa (p < .001). Todos los factores obtuvieron autovalores superiores a 1. Los factores mostraron una adecuada consistencia interna al realizar análisis de fiabilidad por Alpha de Cronbach, a excepción de los factores IV (Amigos y salud) y VI (Estatus social) con coeficientes menores a .60 (ver Tabla 2).

Tal como se observa en la Tabla 2, el Factor I (Vida familiar) agrupó los ítems de satisfacción con la familia, la pareja, los hijos, las responsabilidades domésticas propias y las responsabilidades de otros miembros de la familia, es decir, los ítems que tienen que ver con la familia y las responsabilidades del hogar. El Factor II (Distribución del tiempo) agrupó los ítems de satisfacción con distribución del tiempo libre, para la persona y para la familia. El Factor III (Comunidad) incluyó los ítems que tienen que ver con condiciones del barrio o la ciudad (limpieza y seguridad de la ciudad). El Factor IV (Amigos y salud) agrupó a los ítems de satisfacción con amigos, la propia salud y la de los otros miembros de la familia. El Factor V (Espacio físico) incluyó a los ítems de satisfacción con el espacio físico para las necesidades propias y las de su familia. El Factor VI (Estatus social) se compuso de ítems que cargan en más de un factor: satisfacción con la cantidad de educación formal, cantidad de dinero que adeuda y habilidad para manejar emergencias financieras. Por último, el Factor VII (Barrio) agrupó ítems que tienen que ver con la satisfacción con el barrio en donde vive la persona, posibilidades de recreación y servicios de salud que ofrece el mismo.

Las correlaciones interescalas aportan datos acerca del funcionamiento interno de la escala y evidencias de validez de constructo de la misma. Los factores Comunidad y Barrio correlacionaron de manera positiva y elevada (r = .50, p < .01), resultado que indicaría que la satisfacción con la seguridad y limpieza del barrio guarda relación con la satisfacción con oportunidades de recreación y con los servicios de salud del mismo. Dado que los ítems no se agruparon en el mismo factor, se puede inferir que aun cuando están relacionados son relativamente independientes. Así, la persona puede estar satisfecha con la limpieza y seguridad pero no con las oportunidades de recreación y servicios de salud, o viceversa. A su vez, el factor Comunidad se relacionó de manera positiva con el factor Espacio físico (r = .23), indicando que la satisfacción con las oportunidades de realizar actividades recreativas guardan alguna relación con la posibilidad física de desarrollarlas. El factor Vida familiar correlacionó de manera positiva con Amigos y salud y Espacio físico (r = .34 y .30 respectivamente, p < .01), mostrando que la satisfacción con la vida social (familia y amigos) posee alguna relación con el espacio físico en el cual se desarrollan las relaciones sociales. Se halló una relación positiva (de .23 a .26) entre la Distribución del tiempo, el Espacio físico y el Barrio indicando que las personas que se encuentran satisfechas con la distribución del tiempo, se encuentran, a su vez, satisfechas con el espacio físico y con el barrio que relacionados. Asimismo, hay factores cuya correlación habitan.

Los coeficientes de correlación obtenidos permiten concluir que se trata de factores independientes pero relacionados. Asimismo, hay factores cuya correlación moderada a elevada confiere evidencia adicional de validez de constructo en tanto están teóricamente relacionados. Las correlaciones entre factores se presentan en la Tabla 4.

Como evidencias adicionales a la validez de constructo (Evers et al., 2013), se realizaron comparaciones en los dominios de la satisfacción vital en función del sexo con el objetivo de estudiar diferencias entre los dominios de la satisfacción vital entre varones y mujeres de nuestro contexto, tal como se procedió en la mayoría de las adaptaciones de escalas de este tipo. En la Tabla 5 se presenta el resultado de la comparación de las medias de cada factor en función del sexo. Se encontraron diferencias en Vida familiar y Distribución del tiempo. Los varones
mostraron mayor satisfacción en estas áreas que las mujeres (p < .05).

Discusión

La satisfacción vital es el componente cognitivo del bienestar subjetivo y refleja cómo una persona valora su calidad de vida. El protagonismo que actualmente ha alcanzado este concepto en nuestra disciplina es evidente. De allí la importancia de contar con instrumentos adecuados para su evaluación.

A partir de los resultados obtenidos es posible afirmar que la versión local de la Escala de Satisfacción Vital en Dominios Específicos presenta adecuadas propiedades psicométricas para medir a través de 21 ítems, la satisfacción vital en áreas vitales relevantes en adultos del Área Metropolitana de Buenos Aires.

Se han encontrado siete factores relativamente robustos desde el punto de vista psicométrico y coherentes considerando el contenido evaluado por cada grupo de ítems. El Factor I fue denominado Vida familiar y reúne los ítems relacionados con la familia y las responsabilidades del hogar; distribución del tiempo, incluye ítems sobre la satisfacción con la cantidad de tiempo libre y la cantidad de tiempo para dedicar a sí mismo y a los otros.

Comunidad es un factor que incluye la satisfacción con las condiciones del barrio o la ciudad en donde la persona vive; Amigos y salud, agrupa ítems de satisfacción con amigos, la propia salud y la de los otros miembros de la familia; Espacio físico, incluye ítems de satisfacción con el espacio para las necesidades, las propias y las de la familia; Estatus social agrupa ítems de satisfacción con la educación, cantidad de dinero que adeuda y habilidad para manejar emergencias financieras; por último, el factor Barrio incluye la satisfacción con el barrio en donde vive la persona, con oportunidades de recreación y con los servicios de salud que ofrece el mismo. Es importante señalar que los dominios seleccionados por jueces expertos como relevantes para nuestro contexto cultural coinciden considerablemente con lo hallado por análisis factorial. Sin embargo, es posible que algunas áreas estén subrepresentadas.

En este estudio se recurrió al análisis factorial exploratorio ya que se buscó conocer cuáles son los dominios de la satisfacción propios de nuestro contexto.

No se buscó replicar o confirmar la estructura de la versión original sino explorar la estructura de la versión adaptada. Se tomó esta decisión ya que esta escala, aunque posee muchas virtudes, no ha sido adaptada a otros contextos y, por esta razón, no puede decirse que los dominios reflejados en ella sean universales. Asimismo, es esperable que las áreas relevantes para la satisfacción vital estén fuertemente influidas por la cultura. Es por esto que la adaptación conceptual y el estudio de la validez de contenido fueron centrales en este estudio. Desde la evaluación de jueces expertos se estableció que algunos de los dominios estudiados no eran válidos para nuestro contexto ya que eran muy idiosincráticos de la cultura de origen de la escala. A partir de esta evaluación, se eliminaron ítems, con lo que ya se empezó a modificar la estructura. Futuros estudios podrían incorporar el uso de metodología cualitativa para conocer con mayor profundidad si existen otros dominios de la satisfacción vital que sean relevantes en nuestro entorno que no estén siendo evaluados por el instrumento en esta adaptación local.

En general, cada dominio o subescala ha mostrado una adecuada consistencia a excepción de las dos últimas subescalas. En parte, este resultado es esperable pues se trata de subescalas con pocos ítems (Hair, Anderson, Tatham y Black, 2001). Los usuarios deberían interpretar con cautela el grado de satisfacción en esos dominios. Por otra parte, dada la complejidad del constructo, es recomendable el empleo de multimétodos y pluritécnicas (Hogan, 2004) para conocer cuán satisfecha está la persona en diferentes áreas de su vida.

El análisis de contenido y el análisis factorial muestran una serie de dominios vitales relevantes para nuestro contexto. Algunos de ellos son similares a los identificados en la versión norteamericana. Vida marital y familiar, amigos, salud, hogar, tiempo, y vecindario y comunidad son los dominios de la misma que coinciden con los de nuestra versión, pero además en la versión original aparecen educación, empleo, bienestar económico, religión y medios de comunicación. En nuestra versión, educación, habilidad para manejar emergencias económicas y satisfacción con las deudas se agruparon en un mismo factor (Estatus social). Y en la presente versión, los ítems 11, 15 y 18 cargan en más de un factor (educación, deudas y recreación). La decisión de retenerlo en uno y no en otro de los factores se debe a que el pesaje es considerablemente mayor en el primero, pero en el futuro al ampliar la muestra habrá que revisar esta decisión.

En una extensa revisión sobre la evaluación de la satisfacción vital, calidad de vida y bienestar, se identificaron 15 dominios conceptuales relevantes: salud cognitiva, salud económica, salud emocional, salud ambiental, intereses intelectuales, salud comportamental, cuidados de la salud, ocio, satisfacción vital general, actividades no recreativas (incluye trabajo y estudio), salud física, sueño, espiritualidad y sentido, y vitalidad. Los instrumentos revisados evaluaban, en promedio, cinco de estos dominios. Los dominios más representados en los instrumentos fueron los de salud emocional, actividades no recreativas, salud física y salud social. Mientras que los dominios menos representados fueron: intereses intelectuales, salud comportamental, satisfacción vital general y cuidado de la salud. Los autores concluyen que hay considerable variación en los dominios que se incluyen en cada instrumento (Charlemagne-Badal, Lee, Butler y Fraser, 2014).

Algunos de los dominios presentados en esta revisión coinciden con los identificados en nuestra escala. El dominio de salud cognitiva (habilidad para pensar, razonar y emitir juicios) podría relacionarse a la satisfacción con la educación recibida. El dominio salud social (presencia, frecuencia o calidad de las relaciones sociales con amigos y familia) está representado por el factor vida familiar, el cual incluye ítems de familia, pareja, e hijos, y por el factor amigos y salud, a través del ítem amigos. A su vez, este último factor identificado en nuestra adaptación podría reflejar en parte lo que las escalas revisadas evalúan a través del dominio salud física (condición o funcionamiento del organismo). El dominio salud económica (nivel de vida, la situación económica, la disponibilidad de fondos suficientes necesarios para sostener la vida cotidiana) está representado por el dominio estatus social, con ítems que incluyen el manejo de deudas y de las emergencias financieras. El dominio de ocio (descanso, relajación) está integrado en el dominio barrio que evalúa las oportunidades que presenta el barrio para la recreación y en el dominio distribución del tiempo, a través de ítems sobre tiempo libre para disfrutar con otros y tiempo para uno mismo. El dominio sobre salud ambiental (la preocupación por la seguridad física y la seguridad en el hogar, el vecindario inmediato o comunidad) coincide con los dominios comunidad, barrio y espacio físico. El dominio de actividades no recreativas (actividades diarias en el hogar, trabajo y estudios) está representado por los dominios familia a través del ítem responsabilidades domésticas y el ítem tiempo para la familia en distribución del tiempo.

Entre los instrumentos revisados en el trabajo antes citado, los tres instrumentos que fueron indexados solo como satisfacción vital en la Health and Psychosocial Instruments Database (HaPI) incluían los dominios económico, ambiental y recreativo/ocio (Charlemagne-Badal et al., 2014). Estas áreas son evaluadas por nuestro instrumento.

Entre los dominios más evaluados por los instrumentos revisados, el dominio de salud emocional (enfermedades o preocupaciones vinculadas con la salud mental) no apareció representado en nuestra escala. Tampoco lo hicieron las áreas laboral o de los estudios, incluidas en el dominio de actividades no recreativas.

Respecto de este último punto, una de las áreas vitales más fuertemente señaladas en la literatura como factor que afecta el bienestar y la satisfacción vital, es el trabajo (Bowling, Eschleman y Wang, 2010). Este dominio no ha sido incluido en la escala por razones métricas (los ítems que hubieran correspondido a tal dominio fueron eliminados por jueces expertos por considerarlo inadecuados para nuestro contexto y por sus bajas cargas factoriales), aunque es importante señalar que en estudios previos llevados a cabo en nuestro contexto se concluye que el trabajo permite la experiencia de sentirse útil y reconocido socialmente, y su ausencia o precariedad se asocian a exclusión, malestar y estrés (Leibovich y Schufer, 2006). Por lo tanto, es importante tener presente que este dominio debe ser evaluado a través de otros métodos en caso de emplearse esta escala, además de ser un aspecto a considerar en futuras revisiones de la presente adaptación.

En cuanto a las diferencias según el sexo, el hecho de que las mujeres perciban menor satisfacción en la vida familiar y en distribución del tiempo que los varones suele ser atribuido a que estas asumen múltiples roles en sus vidas y poseen mayores responsabilidades en la crianza de los hijos y en la familia en general (Leibovich y Schufer, 2006). Por otro lado, en nuestro contexto, las mujeres perciben menor cantidad de tiempo libre o tiempo dedicado al ocio y actividades recreativas que los varones (Leibovich y Schufer, 2006). A diferencia de lo encontrado a raíz de la presente adaptación, en otros estudios (p. ej., Daig, Herschbach, Lehmann, Knoll y Decker, 2009) se ha encontrado que las mujeres experimentan mayor satisfacción que los hombres en la vida familiar, mientras que estos experimentan mayor satisfacción que ellas en las actividades recreativas. Este resultado es interpretado desde la perspectiva de género clásica, en donde la mujer está más abocada al cuidado de los hijos y la vida familiar, mientras que el varón tiene otras responsabilidades respecto de la vida familiar y está más preocupado por el sustento. El hecho de que las mujeres que participaron del presente estudio percibieran menor satisfacción con la familia que los varones, no contradice necesariamente la perspectiva de género adoptada en otros estudios. En nuestro caso, el dominio vida familiar incluye la cantidad de responsabilidades en la familia y tal vez esta sea la razón por la cual las mujeres presentan menores niveles de satisfacción.

Aún resta conocer cómo se relacionan en nuestro medio las evaluaciones por dominios con las evaluaciones globales de la satisfacción vital. Dado que la satisfacción se refiere a una evaluación general sobre la calidad de vida de una persona, algunos autores consideran que puede ser evaluada como dimensión general (Diener, 1994), otros en cambio consideran que debe ser evaluada de acuerdo a dominios específicos (Olson y Barnes, 1982). Existen trabajos que muestran que los dominios y sus niveles de satisfacción son independientes mientras otros concluyen que son aspectos relacionados (ver Diener, 1994 para una revisión). Asimismo, hay autores que consideran que la contribución de cada factor a la satisfacción general es relativamente similar, mientras otros encontraron que ciertos aspectos de la vida de las personas contribuyen mucho más que otros a la satisfacción vital general.

Algunos estudios (Diener et al., 2002; Diener, Scollon, Oishi, Dzokoto y Suh, 2000) han mostrado que la forma en que las personas evalúan su satisfacción con áreas específicas de su vida es bastante independiente de la forma en que valoran su satisfacción con su vida en general. Esto muestra la importancia del desarrollo de medidas específicas para la evaluación de ambos aspectos de la satisfacción vital.

Es importante señalar las limitaciones del estudio. A pesar de que los métodos empleados para reclutar a los sujetos aseguraron una muestra heterogénea, se trata de una muestra que no es representativa por lo que no es posible generalizar los datos a otras muestras u otros contextos del país. Por otra parte, faltaría ampliar los usos de la escala, obtener mayor evidencia de validez y mejorar la consistencia interna de algunas subescalas. Mientras que en la versión original se incluyen 12 áreas vitales relevantes, en la presente adaptación se identificaron siete dominios. Tal como fue expresado en párrafos previos, es posible que existan dominios vitales relevantes no incluidos en el presente estudio, por lo que sería interesante contar con estudios que permitan conocer cuáles son las áreas vitales que contribuyen al bienestar y a la percepción de una «buena calidad de vida» en nuestra población. De todos modos, los dominios seleccionados por jueces expertos como relevantes para nuestro contexto cultural coinciden con lo hallado por análisis factorial con algunas excepciones, lo cual aporta evidencia sobre la validez ecológica de la escala. Los dominios amigos y salud y estatus financiero requieren ser revisados, ya que agrupan ítems heterogéneos.

Más allá de las limitaciones señaladas, se ha logrado una escala que muestra adecuada validez de contenido para ser aplicada en adultos de nuestro medio, presenta claras evidencias de validez de constructo y adecuada precisión para casi todas las subescalas. Además, al evaluar la satisfacción a través de dominios específicos permite un screening de las áreas vitales importantes (salud, familia, vivienda, trabajo, barrio, servicios, recreación). Los valores de cada subescala no son sumables, lo cual permite conocer de modo independiente cómo se siente el sujeto respecto de cada área.

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Recibido: 10 de febrero de 2015

Aceptado: 19 de agosto de 2015