Introducción
El presente trabajo se aborda desde la perspectiva teórica de la psicología positiva, que ofrece una visión profunda y amplia de los factores protectores y preventivos de la salud humana (Vieira et al., 2021), así como del desarrollo humano pleno (Wang et al., 2021). Vera (2006) la define como una rama de la psicología con rigor científico; su objeto de investigación versa en las cualidades y características positivas de la mente humana, sus motivaciones y potencialidades (Czikszentmihaly, 2014), y propone avances teóricos e intervenciones prácticas probadas empíricamente (Seligman, 2002).
De este enfoque se deriva la concepción de la salud mental positiva (SMP), entendida como el estudio de la salud traducida en capacidades y fortalezas, cuyo modelo propuesto por Keyes (2005) contiene tres indicadores de bienestar: psicológico, emocional y social. Por su parte, Barrera y Flores (2020) la definen como un conjunto de características de personalidad, percepción de bienestar y armonía e indicadores de funcionamiento biopsicosocial para conseguir metas vitales y de autorrealización, bienestar y adaptación a su contexto. Para Toribio et al. (2018) la SMP es el producto de una combinación de recursos personales y psicosociales, así como de actitudes, afectos y comportamientos positivos presentes de manera estable en la persona.
Los estudios de salud mental en adolescentes han ido en aumento, dada su condición de vulnerabilidad por encontrarse en etapa formativa que condiciona los alcances y logros a corto, mediano y largo plazo en ámbitos educativos, de salud, laborales, sociales, financieros y de funcionamiento interpersonal (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, 2021). Los resultados obtenidos en el estudio de Calizaya-López et al. (2023) durante la pandemia por COVID-19, muestran niveles medios de salud mental positiva en la muestra conformada por 2236 estudiantes universitarios peruanos, siendo las dimensiones con puntuaciones más altas la de satisfacción personal y la de autonomía. Confirmando los hallazgos anteriores, Toribio et al. (2018) reportaron un adecuado nivel de salud mental en 533 adolescentes mexicanos, resultando la puntuación más alta la dimensión de satisfacción personal y la más baja el autocontrol. Guo et al. (2018) realizaron un estudio en colegiales chinos y encontraron que el 57.4% de la muestra obtuvo puntajes altos en SMP; los factores correlacionados fueron las condiciones socioeconómicas favorables, el apoyo social y la vida escolar.
Barrera y Flores (2020) reportan en una muestra de 862 universitarios mexicanos un nivel aceptable de SMP, resultando los puntajes más altos en la empatía y sensibilidad social, relacionados con el apoyo social. Por su parte, De la Hoz et al. (2022) reportan diferencias significativas entre hombres y mujeres universitarios colombianos en aislamiento social por COVID-19 y concluyen que los factores actitud prosocial, autocontrol y resolución de problemas impactaron significativamente en el nivel de SMP. Piguaycho (2021) evaluó el nivel de SMP en 144 estudiantes peruanos de enfermería durante el primer año de pandemia por COVID-19 y determinó el predominio del nivel medio (86.1%).
Respecto a la relación de la SMP con otras variables, Teismann et al. (2018) afirman que este constructo confiere resiliencia, que, de acuerdo con González-Arratia (2016), es «la capacidad para adaptarse y ajustarse a través de la interacción entre los atributos del individuo y su ambiente familiar, social y cultural, que lo posibilitan para superar el riesgo y la adversidad de forma constructiva» (p. 31). El rol de la resiliencia en la vida del adolescente es trascendental, ya que se considera un elemento de protección ante distintos riesgos y reduce problemas de salud mental (Grazzani et al., 2022). Un adolescente con mayor nivel de resiliencia presentará menos problemas de salud mental como depresión, ansiedad y estrés (Mesman et al., 2021).
Durante la pandemia por COVID-19, adolescentes de una zona urbano-marginal del Perú mostraron niveles de resiliencia altos que les permitieron adaptarse a la adversidad (Cunias & Medina, 2021). Adolescentes chinos también experimentaron altos niveles de resiliencia durante la pandemia, lo cual tiene importantes implicaciones en su estado de salud mental (Li et al., 2022). Rodríguez-Fernández et al. (2016) y Sibalde et al. (2020) encontraron que el apoyo social de la familia, específicamente de los padres, robustecen la capacidad de resiliencia en estas condiciones.
En cuanto al rol de la familia en la salud mental de los adolescentes, a pesar de encontrarse en una etapa de afirmación personal e independencia, los padres aún siguen teniendo implicaciones significativas en sus vidas. Un indicador relevante al estudiar la crianza parental son las percepciones de los actores involucrados en este proceso; es decir, padres e hijos (Casáis et al., 2017). De acuerdo con Oudhof y Robles (2014), la percepción de la crianza parental son los «juicios sobre las experiencias, nociones o ideas que tienen los hijos acerca del proceso de crianza» (p. 81).
Diversos trabajos evidencian que la percepción de crianza influye en la salud mental de los adolescentes (García et al., 2022; Retamal & Muñoz, 2023; Villegas-Pantoja et al., 2014). Ruvalcaba et al. (2019) identificaron el valor predictivo de los estilos parentales positivos percibidos por los hijos sobre la buena salud mental, los cuales también previenen síntomas de ansiedad, depresión y conductas disociales. Jakobsen et al. (2022) realizaron un estudio de cohorte prospectivo en una muestra de 3681 adolescentes daneses, hallando que el apoyo paterno se asocia positivamente con la salud mental positiva, el sentido y el bienestar subjetivo. Li y Xu (2022) reportaron que el apoyo percibido de los padres preservó la salud mental positiva de los hijos amortiguando la sensación de soledad durante el confinamiento por COVID-19. Hu y Cai (2023) encontraron, a través de un estudio longitudinal, una correlación positiva entre el apoyo familiar, la resiliencia y la salud mental positiva en una muestra de 564 adolescentes, siendo esta relación más fuerte durante la etapa temprana de la adolescencia. En el mismo sentido, Scholten et al. (2020) reportan que el apoyo que los progenitores les brindan a los hijos, y la forma en que gestionan la adversidad, tienen impacto directo en la salud mental presente y futura de ellos. Asimismo, se ha encontrado que ciertos estilos de crianza influyen sobre la resiliencia, dando a los padres y sus prácticas un papel significativo en el desarrollo de esta (Cabrera et al., 2016; Córdova et al., 2022; Fuentes & Saavedra, 2021).
El estudio de la salud mental positiva y su relación con la resiliencia y la percepción de la crianza es especialmente relevante en la actualidad, dadas las condiciones de vulnerabilidad propias de las transformaciones de la adolescencia, aunadas al impacto negativo en su salud mental provocado por los factores de riesgo psicosociales relacionados con la pandemia de COVID-19 (Duan et al., 2020; Ellis et al., 2020; Oosterhoff et al., 2020; Orgilés et al., 2020; Tamayo et al., 2020; Ulset et al., 2021; Zhang et al., 2020). Ante la limitada evidencia empírica respecto a los estudios que combinen las tres variables del presente estudio en este grupo etario surge este trabajo de investigación, cuyo objetivo es la predicción de la salud mental positiva en adolescentes a través de la percepción de la crianza parental y la resiliencia. La hipótesis del trabajo es que estas dos variables predicen la salud mental positiva en adolescentes mexicanos. La contribución del estudio consiste en obtener resultados consistentes que incrementen el estado del conocimiento actual en muestras de adolescentes mexicanos y a la generación de la evidencia empírica acerca de la relación de la salud mental positiva con variables propias del contexto sociocultural. Se considera que los hallazgos pueden ser de utilidad para el diseño de programas de prevención, diagnóstico e intervención en las condiciones de salud que vive este grupo vulnerable.
Método
Participantes
El presente estudio es cuantitativo explicativo de corte transversal. Se trabajó con una muestra no probabilística intencional que incluyó 426 adolescentes del Valle de Toluca, Estado de México, 43.7% hombres y 56.3% mujeres, con una media de edad de 15.6 años (σ = 1.1). Los criterios de inclusión fueron los siguientes: que estuvieran en el rango de edad de 14 a 18 años, que ambos padres participaran activamente en su crianza, y que se encontraran matriculados en escuelas secundarias o de nivel medio superior del Valle de Toluca. Se eliminaron los participantes que no firmaron la carta de asentimiento y que no presentaron la carta de consentimiento por parte de los padres. De acuerdo con los criterios de Bujang y Baharum (2016) y May y Looney (2020), el tamaño de la muestra del presente estudio es suficiente para realizar el análisis de correlación. Esto se corroboró a través del cálculo realizado con la herramienta en línea del Clinical & Translational Science Institute (2023), que indicó que el tamaño mínimo, de acuerdo con los parámetros de este estudio, debería ser de 85 participantes; la muestra de la presente investigación rebasa ampliamente esta cantidad.
Instrumentos
Ficha de datos sociodemográficos. Se diseñó una ficha a través de la cual se indagaron: sexo, edad, institución de procedencia, escolaridad, municipio y participación activa de ambos padres en la crianza.
Escala de Salud Mental Positiva (Lluch, 2002). Para medir la SMP se empleó la Escala de Salud Mental Positiva, elaborada por Lluch (2002) y validada por Toribio et al. (2018) en adolescentes mexicanos, que incluye 33 ítems distribuidos en seis dimensiones: resolución de problemas y autoactualización (10 ítems), actitud prosocial (4 ítems), satisfacción personal (3 ítems), autocontrol (6 ítems), autonomía (6 ítems), y habilidades de relación interpersonal (4 ítems). Tiene cuatro opciones de respuesta en escala tipo Likert que son los siguientes: siempre, con bastante frecuencia, con poca frecuencia y nunca. Los autores especifican que, para la consistencia interna de la escala, que fue estimada a través del coeficiente alfa de Cronbach, se obtuvo un valor total aceptable de .87. En lo que se refiere a la validez, se reporta una varianza explicada del 45%. Los coeficientes alfa de los factores fueron las siguientes: resolución de problemas y autoactualización α = .79, actitud prosocial α = .58, satisfacción personal α = .82, autocontrol α = .81, autonomía α = .77, y habilidades de relación interpersonal α = .71.
Con el fin de evaluar la percepción que tienen los participantes de la crianza parental recibida se utilizó la escala de percepción de crianza de Rodríguez et al. (2011), elaborada y validada en jóvenes mexicanos. La escala consta de 32 ítems distribuidos en tres factores: interés en las actividades del hijo (16 ítems), apoyo hacia el hijo (10 ítems) y orientación (6 ítems). El instrumento mide la frecuencia con la que los adolescentes consideran que se realicen distintas actividades de crianza en una escala tipo Likert que va de nunca (1) a siempre (5). Se aplicaron dos versiones de la escala, una para la percepción de la crianza paterna y otra para la materna. Para la obtención de la validez de la escala, Rodríguez et al. (2011) reportan que la varianza explicada es de 41%. La consistencia interna de la escala fue evaluada por medio del alfa de Cronbach, obteniendo el coeficiente total de .91. Los valores de alfa para los factores son .93 para interés en las actividades del hijo, .85 para apoyo al hijo y .75 para orientación.
Cuestionario de resiliencia para niños y adolescentes (González-Arratia, 2016). La resiliencia se midió a través del cuestionario de resiliencia para niños y adolescentes (González-Arratia, 2016), elaborado y validado en niños y adolescentes mexicanos. Está compuesto por 32 ítems que se distribuyen en los factores de protección internos (14 ítems), factores de protección externos (11 ítems) y empatía (7 ítems). Estos cuentan con cinco opciones de respuesta en escala tipo Likert: siempre, la mayoría de las veces, indeciso, algunas veces y nunca. La autora reporta los siguientes datos de confiabilidad y validez: para la consistencia interna del cuestionario a través del coeficiente alfa de Cronbach se obtuvo un valor de .92 y la varianza explicada es de 38%. El valor del coeficiente alfa para factores protectores internos fue de .81, factores protectores externos .74 y empatía .78.
Cabe mencionar que los instrumentos empleados en la presente investigación han sido utilizados de manera satisfactoria en diversos estudios en poblaciones de adolescentes; tal es el caso de los estudios recientes sobre percepción de la crianza de Salazar et al. (2023) y Delgado-Luna et al. (2017), y las investigaciones de González-Arratia y Torres (2023) y Ramírez et al. (2022), que abordan la resiliencia. Los resultados reportados por estos autores confirman que los instrumentos cuentan con índices adecuados de confiabilidad y validez.
Procedimiento
Se solicitó, formalmente por escrito, la autorización a los directivos de nueve instituciones educativas; sin embargo, se obtuvo el permiso de ocho de ellas. La investigadora fue referida con coordinadores y orientadores de cada plantel, con quienes se acordó la fecha, el horario y el aula de aplicación. La recolección de los datos se llevó a cabo de manera colectiva in situ en las escuelas participantes, seis instituciones públicas y dos privadas, en las respectivas aulas de cómputo, salones y horarios autorizados para este fin. Se inició cada sesión explicando el objetivo de la investigación, los apartados que incluía la batería, así también se dieron las indicaciones para responder y se recogieron las cartas de consentimiento y asentimiento informado de los participantes y sus padres. Se reiteró la participación voluntaria en el estudio y el tratamiento confidencial de los datos con fines exclusivamente académicos. La batería de instrumentos incluyó una ficha sociodemográfica y se aplicó vía formulario de gmail en los equipos escolares; salvo en las dos instituciones de educación secundaria que no contaban con aulas de cómputo habilitadas, por lo que la aplicación se hizo con baterías impresas. El tiempo aproximado de respuesta de la batería completa osciló entre los 30 y 50 minutos, durante los cuales la investigadora permaneció en las aulas para atender y resolver dudas y preguntas. El periodo de aplicación fue de mayo a octubre de 2022.
El Comité de Ética del Instituto de Estudios sobre la Universidad de la Universidad Autónoma del Estado de México aprobó el proyecto y los procedimientos de esta investigación, con el número de registro 2022/P07. Asimismo, se obtuvo autorización de los directivos de las instituciones educativas implicadas y el consentimiento informado por escrito por parte de los padres y la carta de asentimiento de los adolescentes participantes, garantizando el uso exclusivo de los datos para fines de investigación.
Análisis de datos
Se usó la estadística descriptiva para obtener las medidas de tendencia central y desviación estándar de los factores de cada una de las escalas; así mismo, se calculó la puntuación total de la salud mental positiva. Se realizó la prueba de normalidad de Kolmogorov-Smirnov, resultando que la distribución de los datos no es normal para la mayoría de los factores. Por tal motivo, se efectuó la prueba no paramétrica del Rho de Spearman para evaluar la asociación entre las variables.
Por último, se realizó el análisis de regresión lineal múltiple por pasos para establecer si los factores de la percepción de la crianza parental y la resiliencia predecían la salud mental positiva de los participantes. Se tomó la decisión de utilizar este análisis con base en los argumentos presentados por Landero y González (2006) y Martínez (2012), quienes afirman que la no normalidad de los residuos puede afectar la potencia de la prueba, por lo que se limita la posibilidad de generalizar los resultados, pero no invalida su uso. Al respecto, de acuerdo con Statistics Solutions (2013), hay pocas consecuencias asociadas al no cumplimiento del supuesto de la normalidad de los residuos, dado que no produce un sesgo o ineficiencia de la regresión. Esta fuente indica que, cuando el tamaño de la muestra es suficientemente grande, mayor a 200 (como es el caso del presente estudio), no se requiere la suposición de la normalidad, puesto que el teorema del límite central asegura que la distribución de los residuos se aproximará a la normalidad.
Cabe mencionar que este procedimiento del uso de correlaciones y del análisis de regresión es aceptado y frecuentemente utilizado en investigaciones en el campo de las ciencias de la conducta, como se observa en los estudios recientes publicados por Ramírez et al. (2022), Aponte-Daza et al. (2022) y Mur et al. (2023). El tratamiento de los datos se realizó a través del programa SPSS versión 26.
Resultados
La Tabla 1 señala las medias por factor, las cuales revelan que los participantes perciben que el padre les muestra «a veces» y «frecuentemente» interés, apoyo y orientación, mientras que la madre las presenta «frecuentemente». Respecto a los tres factores que componen la variable resiliencia, las medias indican que tienden a manifestarla «la mayoría de las veces». En cuanto a la variable dependiente salud mental positiva, la muestra refirió presentar «con bastante frecuencia» habilidades y actitudes relativas a las seis dimensiones que conforman la escala, con mayores puntuaciones en las dimensiones de satisfacción personal, actitud prosocial y autocontrol.
Tabla 1 Estadísticas descriptivas de los factores percepción de la crianza paterna y materna, resiliencia y salud mental positiva
Variable | Factor | Min. | Máx. | x̄ | Me | Mo | DE | Tendencia |
Percepción de la crianza paterna | Interés del padre en actividades del hijo | 1.00 | 5.00 | 3.53 | 3.63 | 4.25 | .93 | Entre «a veces» y «frecuentemente» |
Apoyo del padre hacia el hijo | 1.00 | 5.00 | 3.82 | 4.00 | 4.33 | .84 | ||
Orientación del padre al hijo | 1.00 | 5.00 | 2.95 | 3.60 | 4.10 | .76 | ||
Percepción de la crianza materna | Interés de la madre en actividades del hijo | 1.00 | 5.00 | 3.99 | 4.13 | 4.63 | .77 | «Frecuentemente» |
Apoyo de la madre hacia el hijo | 1.33 | 5.00 | 4.07 | 4.17 | 5.00 | .73 | ||
Orientación de la madre al hijo | 1.60 | 5.00 | 5.90 | 4.00 | 4.00 | .80 | ||
Resiliencia | Factor protector interno | 1.79 | 5.00 | 4.04 | 4.18 | 4.50 | .63 | «La mayoría de las veces» |
Factor protector externo | 1.64 | 5.00 | 4.11 | 4.27 | 4.64 | .63 | ||
Empatía | 1.43 | 5.00 | 4.03 | 4.14 | 4.29 | .68 | ||
Salud mental positiva | Satisfacción personal | 1.30 | 4.00 | 3.14 | 3.33 | 4.00 | .47 | «Con bastante frecuencia» |
Actitud prosocial | 1.50 | 4.00 | 3.16 | 3.25 | 3.50 | .58 | ||
Autocontrol | 1.00 | 4.00 | 3.13 | 2.67 | 3.00 | .71 | ||
Autonomía | 1.00 | 4.00 | 2.71 | 2.83 | 3.33 | .57 | ||
Resolución de problemas y actualización | 1.00 | 4.00 | 2.78 | 3.20 | 3.00 | .73 | ||
Relaciones interpersonales | 1.00 | 4.00 | 2.77 | 2.75 | 3.00 | .60 |
Respecto a los puntajes de la salud mental positiva, de acuerdo con el procedimiento establecido por Toribio et al. (2018), se realizó la suma de los ítems para obtener el puntaje total de los participantes, a partir del cual se obtuvieron puntos de corte, considerando la media +/- una desviación estándar. Como resultado de ello, se encontró que el 18.1% de la muestra se encuentra en un nivel bajo, el 65.3% con nivel medio y el 16.6% en el nivel alto (Tabla 2).
Tabla 2 Nivel de salud mental positiva
Nivel | Rango | Frecuencia | Porcentaje |
Baja | 54 - 83.43 | 77 | 18.1% |
Media | 83.44 - 111.45 | 278 | 65.3% |
Alta | 111.46 - 129 | 71 | 16.6% |
TOTAL | 426 | 100% |
Para determinar si existe relación estadísticamente significativa entre la percepción de la crianza parental y la salud mental positiva de los participantes, y toda vez que la muestra no obtuvo una distribución normal, se calcularon los coeficientes de correlación de Spearman. En la Tabla 3 se muestra que las correlaciones más altas se obtuvieron entre el factor interés del padre y de la madre en las actividades del hijo y la dimensión satisfacción personal (.41 y .40), seguidas de la asociación entre la dimensión de resolución de problemas y actualización y el interés en las actividades del hijo por parte de la madre (.39) y la orientación del padre hacia el hijo (.39); todas ellas positivas y moderadas de acuerdo con los criterios de Dancey y Reidy (2017). La correlación más débil encontrada fue entre la dimensión actitud prosocial y el factor apoyo de la madre y del padre, respectivamente (.13 y .14).
Respecto a las correlaciones entre los tres factores de la variable resiliencia y las seis dimensiones de salud mental positiva, en la Tabla 4 se observa que la correlación positiva más alta la constituyen los factores de protección interna y la dimensión de resolución de problemas y actualización (.67), seguidos de la correlación entre los factores protectores internos y autocontrol (.58), así como entre los factores protectores externos y la resolución de problemas y actualización (.59). Por el contrario, las correlaciones más bajas encontradas fueron entre los factores protectores externos y la actitud prosocial (.23), además de los factores de la autonomía y la empatía (.18).
Con el objetivo de poner a prueba la validez predictiva de las variables independientes de la percepción de la crianza parental y la resiliencia sobre la variable criterio salud mental positiva, se realizó un análisis de regresión lineal múltiple por pasos. Se efectuó un diagnóstico de posibles problemas de multicolinealidad, en el cual se detectó una correlación muy alta entre los factores protectores internos y externos de la variable resiliencia; por esta razón, el factor de protectores externos fue excluido del análisis. Como se puede constatar en la Tabla 5, los factores de protección internos explican el 48.5% de la salud mental positiva, el factor de interés del padre en las actividades del hijo explica el 2.2% y el interés de la madre en las actividades del hijo incide en menor medida (.6%). La varianza total explicada suma el 51.6%, lo que indica que el modelo tiene un efecto predictivo satisfactorio, dado que el R2 obtenido es superior al valor esperado en función del tamaño de la muestra y la cantidad de variables, de acuerdo con los criterios de Hair et al. (2004).
Tabla 3 Correlaciones mediante Rho de Spearman entre percepción de la crianza parental y salud mental positiva
Resolución problemas y actualización | Satisfacción personal | Autocontrol | Habilidades de relación interpersonal | Autonomía | Actitud prosocial | |
Interés del padre en actividades del hijo | .37(**) | .41(**) | .31(**) | .29(**) | .28(**) | .16(**) |
Apoyo del padre | .34(**) | .36(**) | .28(**) | .19(**) | .24(**) | .14(**) |
Orientación del padre | .39(**) | .38(**) | .30(**) | .30(**) | .28(**) | .18(**) |
Interés de la madre en actividades del hijo | .39(**) | .40(**) | .29(**) | .28(**) | .26(**) | .14(**) |
Apoyo de la madre | .35(**) | .34(**) | .29(**) | .20(**) | .22(**) | .13(**) |
Orientación de la madre | .36(**) | .33(**) | .27(**) | .29(**) | .22(**) | .16(**) |
Nota. **La correlación es significativa en el nivel .01 (bilateral).
Tabla 4 Correlaciones mediante Rho de Spearman entre salud mental positiva y resiliencia
Resolución problemas y actualización | Actitud prosocial | Satisfacción personal | Autocontrol | Autonomía | Habilidades de relación interpersonal | |
Factores Protectores Internos | .67(**) | .25(**) | .51(**) | .58(**) | .52(**) | .32(**) |
Factores Protectores Externos | .59(**) | .23(**) | .56(**) | .41(**) | .51(**) | .43(**) |
Empatía | .42(**) | .51(**) | .25(**) | .24(**) | .18(**) | .35(**) |
Nota. **La correlación es significativa en el nivel .01 (bilateral).
Tabla 5 Análisis de regresión lineal por pasos
Resumen del modelo | ||||||||
R | R 2 | R 2 corregido | ΔR 2 | B | B Estandarizada | t | p | |
Paso 1 | .697a | .486 | .485 | .486 | 13.53 | .61 | 15.69 | .001 |
Paso 2 | .714b | .510 | .507 | .023 | 1.91 | .13 | 3.17 | .002 |
Paso 3 | .719c | .516 | .513 | .007 | 1.79 | .01 | 2.44 | .015 |
Nota. Paso 1 = factores de protección internos (a); Paso 2 = factores de protección internos e interés del padre en las actividades del hijo (b); Paso 3 = factores de protección internos, interés del padre en las actividades del hijo e interés de la madre en las actividades del hijo (c).
Discusión
El presente estudio tuvo como objetivo predecir la salud mental positiva en adolescentes mexicanos residentes del Valle de Toluca a través de las variables percepción de la crianza parental y resiliencia. Se encontró que los participantes presentan en su mayoría un nivel de salud mental positiva medio, ligeramente superior a la media teórica. Esto implica que experimentan de manera frecuente satisfacción con la vida, sensación de autocontrol y una actitud prosocial ante los demás; consideran que tienen la capacidad de resolver problemas y mantenerse actualizados, se muestran autónomos y son capaces de establecer relaciones interpersonales funcionales (Toribio et al., 2018). Estos resultados coinciden con otras investigaciones en adolescentes y jóvenes quienes puntuaron niveles aceptables de salud mental positiva (Barrera & Flores, 2020; Calizaya-López et al., 2023; Piguaycho, 2021; Toribio et al., 2018).
Respecto a la percepción de los adolescentes acerca de la crianza parental, se encontró que los participantes perciben que la madre muestra con mayor frecuencia interés en sus actividades, les brinda apoyo y les da orientación; en comparación con el padre, de quien perciben que solo ‘a veces’ muestra dichas conductas, particularmente en lo que se refiere a la orientación que proporciona. Esto indica que la percepción de los hijos puede variar de acuerdo con el rol parental, tal como refieren Barcelata y Arenas (2019), Oudhof et al. (2012) y Rodríguez et al. (2009). Las puntuaciones más altas obtenidas para la percepción de la crianza materna se explican por la mayor implicación, tiempo, presencia y cercanía de la mujer como principal cuidadora de la progenie, que tiende a prevalecer aún en la actualidad (Sánchez et al., 2019).
En lo que se refiere a la resiliencia, los datos muestran que los adolescentes que participaron en el estudio la presentan la mayoría de las veces, lo cual concuerda con los hallazgos de Sánchez (2020) en cuanto a las respuestas sanas y adaptativas de este grupo de edad a las condiciones de su entorno. Sin embargo, estos resultados difieren del nivel bajo de resiliencia encontrado por González-Arratia y Valdez (2013). Estas diferencias en los niveles de resiliencia se explican en términos de variabilidad de la respuesta individual ante situaciones de adversidad (Oliva et al., 2008).
En cuanto a las correlaciones entre los factores de la percepción de la crianza y la salud mental positiva, las más altas se obtuvieron entre las dimensiones de resolución de problemas y actualización y satisfacción personal, y los tres factores de crianza paterna y materna. En contraste, las correlaciones más bajas se obtuvieron entre la dimensión de actitud prosocial y todos los factores de percepción de crianza paterna y materna. Esto parece indicar que tanto padres como madres enfocan sus actividades de crianza en mayor medida en la satisfacción de necesidades de sus hijos a nivel individual que en la interacción social con los demás.
En cuanto a la relación de la salud mental positiva con la resiliencia, puede observarse que las asociaciones más fuertes se encontraron en los factores de protección interna y de protección externa. Estos resultados coinciden con Asensio-Martínez et al. (2017), González-Arratia (2016), Grazzani et al. (2022), Mesman et al. (2021) y Ruvalcaba et al. (2016), quienes reportan que a mayor resiliencia se utilizan mayores recursos positivos. Esto puede comprenderse, puesto que ambos constructos emergen de la psicología positiva, que se enfoca en la investigación empírica de las fortalezas psíquicas que facultan a las personas para vivir, ajustarse y desempeñarse de manera funcional, satisfactoria y con un propósito de vida (Czikszentmihaly, 2014; Seligman, 2002; Vera, 2006; Wang et al., 2021).
Respecto al valor predictivo de las variables, destaca particularmente la resiliencia sobre la salud mental positiva, específicamente los factores de protección internos con una varianza explicada del 48.5%. Estos resultados son consistentes con los encontrados por Bravo-Andrade (2021) y Ruvalcaba et al. (2016), ya que estos factores se componen por atributos personales tales como la capacidad de resolución de problemas y la autonomía; dimensiones incluidas en el constructo salud mental positiva (González-Arratia, 2016). Por lo tanto, en la medida que se posean características resilientes, es más probable que la persona refleje salud mental positiva.
El factor de interés del padre en las actividades del hijo, perteneciente a la variable percepción de crianza, aporta el 2.2% en la predicción de la salud mental positiva de los adolescentes, resultados que respaldan a lo que afirman Quaglia y Vicente (2007) respecto a la importancia particular del rol del padre en el desarrollo de la progenie y su bienestar psicológico. Esto coincide con la concepción emergente sobre el rol paterno y la transformación en las relaciones al interior de las familias (BarbetaViñas, 2019), que se reflejan en una implicación más activa por parte del padre en el cuidado de los hijos (Gatrell et al., 2015). Son particularmente los padres con un mayor nivel educativo que tienden a dedicar más tiempo a los hijos y a mostrar mayor interés en la crianza (Craig et al., 2014).
El factor que incide incipientemente sobre la salud mental positiva de los adolescentes es el interés de la madre en las actividades del hijo (.6%). A manera de hipótesis, esto puede indicar que el interés materno parece no tener tanta relevancia sobre la salud mental, por lo que sería necesario explorarlo a profundidad.
Por lo tanto, se concluye que la salud mental positiva en adolescentes se predice en mayor medida por la capacidad de resiliencia propia de los adolescentes y en menor proporción por el interés en las actividades del hijo por parte del padre y de la madre.
Implicaciones teóricas y prácticas
Este trabajo realiza la contribución teórica de la combinación de dos constructos relevantes para la salud mental positiva de los adolescentes: la resiliencia y la percepción de la crianza. Se enfatiza la importancia de los factores de protección internos sobre dimensiones específicas de la salud mental positiva en adolescentes, tales como: resolución de problemas y actualización, autocontrol, y autonomía. Estos factores se relacionan principalmente con atributos personales y las características de disposición, como el temperamento, la inteligencia y el locus de control interno, y ayudan a mejorar el bienestar de las personas y superar condiciones de adversidad (González-Arratia, 2016). De acuerdo con los resultados obtenidos en este estudio, es particularmente importante para los adolescentes contar con fortalezas internas que les ayuden a encontrar soluciones satisfactorias a los problemas que enfrentan en su vida cotidiana. La fuerte asociación con el autocontrol y la autonomía se puede explicar por la búsqueda de una identidad propia, que es parte esencial del desarrollo psicológico y social durante esta etapa de la vida, lo que implica que es importante tomar en consideración estos aspectos para potencializar los recursos de desarrollo y superación del adolescente.
También se destaca que, independientemente de las nuevas configuraciones familiares, la crianza y socialización siguen perteneciendo a las funciones principales de las familias, y entre las prácticas más importantes se encuentra la promoción de la salud mental de la progenie. Además, es importante que los hijos perciban al padre involucrado en su crianza, en especial en el factor de interés en sus actividades, lo cual tiene repercusión en el sentimiento de satisfacción personal, la capacidad de autonomía y habilidad de relación interpersonal. Se encontró en este estudio que la actitud prosocial es la dimensión menos estimulada en la progenie; se promueve en menor medida el comportamiento a favor de los otros, lo cual parece indicar que los padres dan mayor importancia a educar en habilidades individuales que en proporcionar herramientas sociales a sus hijos. El fomento de estas habilidades de desarrollo individual constituye una estrategia importante para el desarrollo cognitivo y emocional de los adolescentes y contribuye a la formación de su identidad y una autoestima adecuada, por lo que forman parte de las competencias básicas que los hijos requieren durante esta etapa de vida. Sin embargo, como señalan Quintal y Flores (2020), la familia también cumple una función social, relacionada con el desenvolvimiento de sus integrantes en el entorno y la transmisión de actitudes y valores propios del grupo cultural al que pertenecen. Por lo tanto, es necesario proporcionarles a los hijos también las herramientas necesarias para una adecuada inserción en la comunidad en la que viven y en la sociedad en general.
Se considera que esta investigación es pertinente en el ámbito de la promoción de la salud mental, al contribuir a la comprensión de la génesis de la salud mental positiva en adolescentes desde el enfoque positivo de la psicología. Del mismo modo, se espera que sirva para ampliar la perspectiva respecto a las variables individuales, sociales y culturales que la originan. Es deseable que los resultados se usen para desarrollar estrategias de intervención psicológica tanto en los adolescentes como en los padres. Para el trabajo con adolescentes sería adecuado realizar talleres sobre el concepto de salud mental y las formas de mejorarla, así como conferencias y cursos dirigidos a fortalecer la resiliencia, particularmente, en condiciones adversas. En el caso de los padres, se recomienda realizar cursos de tipo cognitivoconductual acerca de las prácticas de crianza positiva, y realizar actividades dirigidas a desarrollar estrategias de fortalecimiento de la comunicación con los hijos.
Limitaciones
Una de las limitaciones del estudio es que se incluyeron únicamente dos variables predictoras, sin considerar factores culturales y económicos. La recolección de datos se realizó durante el segundo año de la pandemia, condición que podría haber influido sobre los resultados, dado el confinamiento forzado y los cambios en la interacción y dinámica de los integrantes de la familia. En cuanto al aspecto metodológico, y aunque participaron estudiantes de ocho instituciones educativas, al tratarse de una muestra no probabilística intencional, los resultados no pueden ser generalizables.
Para futuras investigaciones se sugiere considerar la combinación de variables individuales, socioculturales y económicas, como el estrato socioeconómico, y la medición de variables de contraste, como la depresión, la ansiedad y la salud mental de los padres, así como su escolaridad y edad, a efecto de ampliar el panorama para un mejor entendimiento de la salud mental en adolescentes. También sería recomendable establecer comparaciones entre muestras de diferentes países y la realización de estudios longitudinales. En cuanto al desarrollo de futuras líneas de investigación, se recomienda establecer redes de colaboración con la participación de grupos de investigación de distintas universidades para abordar temas de salud mental positiva en diversos grupos de edad. Asimismo, se sugiere realizar investigaciones sobre las prácticas de crianza en distintos tipos de familia.