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Letras (Lima)

versión impresa ISSN 0378-4878versión On-line ISSN 2071-5072

Letras vol.94 no.140 Lima jul./dic. 2023  Epub 30-Dic-2023

http://dx.doi.org/10.30920/letras.94.140.13 

Reseñas

Caro Cardenas, R. (2021). Demonios encarnados: Izquierda, campesinado y lucha armada en Huancavelica. La Siniestra Ensayos, Estación La Cultura.

Darío Espejo Chávez1 
http://orcid.org/0009-0002-1859-9720

1 Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú. darioantonioespejochavez@gmail.com

Demonios encarnados indaga en el proceso de politización campesina que hubo en Huancavelica durante los años 1963 y 1982. Relata la heterogeneidad de posturas, de consensos y disensos que hubo en dicho proceso y contribuye a ampliar las nociones actuales sobre la historia del movimiento campesino en su relación con la izquierda y con la violencia desatada por Sendero Luminoso. Para conseguir estos propósitos, el libro se sirve de dos ejes estructurales fundamentales: por un lado, la reconstrucción de la historia del movimiento campesino de Huancavelica y, por el otro, la emergencia y las formas de proceder que tuvo Sendero Luminoso en los inicios de la lucha armada en esa región. En la relación entre estos ejes temáticos surge la figura de Justo Gutiérrez Poma, cuya trayectoria política comenzó en una organización campesina y terminó en las huestes radicales de la subversión armada.

El texto está organizado en tres partes que conforman un total de once capítulos. La primera parte, llamada "Politización campesina", investiga el proceso que consolidó al movimiento campesino como un actor colectivo gravitante. Las luchas por la tierra emprendidas por campesinos comuneros y campesinos feudatarios a inicios de los años sesenta desestabilizaron la estructura del régimen latifundista tradicional y resquebrajaron la visión del habitante del campo como un "indígena" subalterno y despolitizado. La tendencia campesina a la organización y al encausamiento de sus demandas y reivindicaciones condujo a la fundación de la Fedecch (Federación Departamental de Comunidades y Campesinos de Huancavelica) en el año 1964. Algunas de las primeras tareas de esta federación fueron: organizar los distintos intereses de las comunidades alejadas e iletradas, asesorar en los conflictos por tierras entre feudatarios y latifundistas y obtener reconocimiento legal para sacudirse de las campañas de desprestigio emprendidas por los hacendados. Asimismo, la federación se plegó, en primera instancia, a los lineamientos de la reforma agraria promovida durante el gobierno de Velasco Alvarado. Y, luego, tuvo que hacer frente a la deslegitimación cuando ese mismo gobierno creó un organismo paralelo e hizo esfuerzos para erigirlo como el representante legítimo del trabajador agrario huancavelicano. Nos referimos a la Federación Agraria Departamental Juan Taype, organismo que, como otros tantos, no existió más allá del período de gobierno de las Fuerzas Armadas.

La segunda parte del libro, denominada "Buscando la revolución", está dedicada a Justo Gutiérrez Poma. Presenta momentos clave de su trayectoria política con la finalidad de rastrear aquellos elementos que constituyeron su decisión de enrolarse en la lucha armada como mando medio de Sendero Luminoso, es decir, como responsable de las acciones de campo. Justo Gutiérrez Poma (nacido en la comunidad de Sacsamarca un 28 de febrero de 1950) comenzó su activismo político en la JRP (Juventud Revolucionaria del Perú), un organismo dependiente del Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social (Sinamos). Durante esa misma época, la del gobierno de Velasco, estableció vínculos con la izquierda marxista que laboraba en Desco (Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo), un organismo no gubernamental. Su labor en ambas instituciones hizo que fuese reconocido por las comunidades y nombrado secretario general de la Fedecch, una federación que, luego de iniciado el gobierno de Morales Bermúdez había entrado en proceso de reconstitución y había renovado su dirigencia con representantes jóvenes.

Con su nuevo cargo a cuestas, Justo Gutiérrez Poma participó en el V Congreso Nacional de la CCP (Confederación Campesina del Perú) con la finalidad de defender la autonomía de las comunidades campesinas y mostrarse en contra de la retórica de los partidos políticos. Esta postura, cercana a los lineamientos radicales de los denominados "dogmáticos", fue segregada y marginada en dicha convención. Sin embargo, desde su posición de director del boletín Voz campesina huancavelicana, Gutiérrez Poma cuestionó el burocratismo de la CCP y relativizó su liderazgo, proponiendo la creación de una nueva central única comunera, iniciativa compartida por los maoístas de la época. Así, no será hasta el VIII Congreso de la Fedecch donde Gutiérrez Poma perderá liderazgo por su tendencia radical. Este cónclave, por otro lado, fue el momento en que Sendero Luminoso apareció en Huancavelica. En las fotografías añadidas al texto aparecen jóvenes que pertenecían a la escuela popular de Sendero Luminoso, cuadros con lo que, probablemente, Justo Gutiérrez Poma tuvo contacto cercano.

La tercera y última parte, denominada "Lucha armada y democracia en Huancavelica, 1980-1982", indaga en la presencia y actuación de la izquierda durante los primeros años del segundo gobierno de Belaunde. El partido Izquierda Unida (IU), que había accedido a puestos de poder en las elecciones de 1980, tuvo el deber de administrar los precarios recursos del Estado en algunas provincias y municipios, en un contexto marcado por las incursiones violentas de Sendero Luminoso y por la estigmatización de algunas autoridades que veían en toda la izquierda a una masa homogénea que amenazaba la democracia recién recuperada. Ante la relación tensa que existía con la prefectura, el gobierno municipal de Izquierda Unida en Huancavelica se amparó sobre todo en la participación de organizaciones barriales y comunales. Organizaciones de las cuales, Justo Gutiérrez Poma fue despareciendo paulatinamente. El texto recoge algunos testimonios de personas que conocieron a Gutiérrez Poma y que señalan que, en la búsqueda de realización de sus ideales indianistas y de defensa de la comunidad campesina encontró una alternativa y un referente organizativo en algunas huestes reducidas de la facción VR-PC (Vanguardia Revolucionaria-Proletario Comunista). Luego, dicho personaje reaparecerá como mando de Sendero Luminoso por primera vez el 1 de abril de 1982 en Manyacc (Acobamba) durante una incursión armada donde senderistas robaron dinero y ganado, reventaron petardos y llamaron a los campesinos a la lucha armada. Gutiérrez Poma dirigió también la toma del fundo Casaví, la toma del campamento de la mina Julcani y también se le señaló como responsable directo del asesinato del hijo de Melchor De la Cruz, un conocido abigeo. En estos actos, el antiguo dirigente campesino "enarbolaba por fin la bandera de una revolución campesina que, paradójicamente, le negaba a ese mismo campesinado autonomía e historia en nombre del Pensamiento Guía y su partido" (p. 246).

Para las autoridades había quedado claro que la subversión predominaba en Acobamba y Angaraes, principalmente en Manyacc, cuyos pobladores, señalados de haber cooperado con Sendero Luminoso en la toma de tierras, ofrecieron una versión distinta de los hechos. Manifestaron que habían sido obligados a participar bajo amenazas de muerte, que Sendero Luminoso secuestró a la población y también, temerosos de las represalias de los senderistas y de las Fuerzas Armadas, pidieron garantías para sus vidas. El libro finaliza señalando que, el 31 de diciembre de 1982, las Fuerzas Armadas iniciaron la ocupación de distintas zonas de Huancavelica. Suceso que da comienzo a un nuevo período en la historia de la violencia armada.

El autor busca a sus objetos de estudios, actores individuales o colectivos, en los registros documentales, y a partir de ahí se aboca a construir y relatar sus historias. Sobre el tema abordado no existen investigaciones previas con el nivel de profundidad que el autor se ha propuesto. Ricardo Caro Cárdenas ha emprendido la elogiable y ardua tarea de encontrar, organizar y presentar información dispersa en distintas fuentes nunca revisadas ni asociadas en un solo texto (archivos de reuniones, asambleas y congresos del gremio campesino, informes de prefectura, de autoridades provinciales y estatales, revisión y análisis de material fotográfico, y entrevistas a actores clave). El libro es, por tanto, un material bien documentado y de consulta necesaria para estudiantes e investigadores interesados en indagar en el período de violencia subversiva que vivió el Perú.

Los conceptos teóricos dispersos en el contenido del libro se adscriben a definiciones operativas y contribuyen, aunque no de forma expresa y sistemática, a organizar la información presentada. En lo que sigue, nos abocaremos a rastrear dichos conceptos y a presentarlos como posibles hilos conductores acaso ocultos en el tejido del texto.

Gestación y cristalización del capital social en las luchas por la tierra

Durante las luchas por la tierra, los campesinos crearon redes de contacto, desarrollaron habilidades en litigios y se foguearon en el terreno político. Toda esta gama de conocimientos, habilidades y vínculos aprendidos constituyeron un valioso capital social que también fue reforzado por otros factores tales como la educación escolarizada, elemento crucial en la alfabetización en castellano como mecanismo para establecer rudimentos básicos de igualdad ciudadana, pero que, a su vez, marginó al quechua como canal legítimo de expresión; y la presencia del Partido Comunista en la región, un conjunto de actores heterogéneos y organizados que en momentos clave contribuyó a formar cuadros políticos y a cristalizar el proceso de politización campesina en la creación de la Fedecch. Así, podría sostenerse que la historia del movimiento campesino va de la gestación a la cristalización del capital social y, de este proceso, se desprenden circunstancias protagonizadas y sostenidas por actores individuales y colectivos.

Actores y agencia. Ciudadanía y clandestinidad

En el libro se presentan diferentes sucesos elocuentes respecto de la capacidad de los sujetos para diferenciarse o plegarse a ciertos hechos y circunstancias sin perder su autonomía, su capacidad de tomar decisiones. Por ejemplo, en los congresos y reuniones en que la federación campesina de Huancavelica y la CCP les hicieron frente a las posturas dogmáticas antidemocráticas y recalcitrantes hasta conseguir marginarlas de su itinerario organizado. Y, por otro lado, que los dirigentes comunales y autoridades de Manyacc se hayan desmarcado de las acciones de Sendero Luminoso revela no solo sus intentos por mantener vínculos con el Estado, sino también matiza las formas de adhesión a la subversión armada que existieron en la época. Entonces podría sostenerse que, en las tomas de feudos lideradas por mandos medios de Sendero Luminoso, más que una identificación ideológica hubo un carácter utilitario por parte de la población que respaldó las incursiones violentas. Es decir, si bien el proselitismo ideológico de Sendero Luminoso "le permitió soliviantar algunas situaciones extremas del conflicto social, sus iniciales éxitos no implicaron una adhesión colectiva, sino más bien un oportunismo inmediato en sectores marginales del campo huancavelicano" (p. 256).

Del otro lado del espectro se encuentra Justo Gutiérrez Poma, un actor en el que los discursos ideológicos extremistas sí encontraron asidero, y cuyas motivaciones para enrolarse en la lucha armada son difíciles de conocer y analizar. El material que se tiene sobre dicho personaje está supeditado al registro de reuniones sindicales de la época, al archivo de algún boletín y de ciertas fotos, así como a los testimonios de quienes lo conocieron en persona. Se trata de alguien que no dejó rastros y que, al optar por la clandestinidad, decidió no dejarlos. Tal como se manifiesta en la última parte de las conclusiones del libro, Gutiérrez Poma dirigió contingentes subversivos, sobrevivió a algunos enfrentamientos con las Fuerzas Armadas y luego su rastro desaparece de todo registro.

La cuestión del campesino y el demonio encarnado

Entre los debates que ha suscitado la figura del campesino, el libro hace hincapié en cierta visión dual que fue predominante en los años sesenta. Por un lado, el factor de la etnicidad entendía al campesino desde su diversidad y diferencias con las élites sociales expresadas, por ejemplo, en el lenguaje (el quechua para unos, el español para otros). Por otro lado, la noción de clase era un factor que resaltaba el carácter homogéneo y marginado del campesino al que le correspondía organizarse políticamente para concretar reivindicaciones y enmendar injusticias. El libro, sin embargo, demuestra que el campesinado politizado no era homogéneo ni siguió un solo derrotero en sus luchas reivindicativas, y tampoco fue absorbido ni subsumido por la retórica radical de la subversión armada, Y que, además, si bien la castellanización marginó a otros idiomas, permitió consolidar un nivel mínimo de integración entre el campesino marginado e iletrado y los mecanismos legales y simbólicos del precario Estado peruano.

El campesino se politiza porque se educa, y con esa base puede gestarse un capital social, erigirse como un actor con agencia. Es decir, puede convertirse -de acuerdo con la metáfora que le da título al libro- en un "demonio encarnado", un campesino educado, politizado. Expresión procedente de los hacendados y que el autor recoge de un trabajo de Rodrigo Montoya para representar al movimiento campesino y las visiones externas que han existido sobre dicho actor colectivo. El movimiento campesino era una conjunción de itinerarios y voluntades. Aglomeraba a sujetos que en sus formas de plantear y concretar reivindicaciones expresaban elementos de un ejercicio ciudadano. A su vez, dichas demandas no eran otra cosa que la voluntad firme de obtener una ciudadanía plena, de formar parte del proyecto moderno del país. Ante esto, cabe preguntarse si los movimientos campesinos constituyen un efecto del proyecto moderno o un reclamo por su poca presencia en los Andes peruanos.

El libro de Ricardo Rodríguez Caro permite plantearse preguntas como estas y formular o ampliar determinados conceptos que han guiado o pueden guiar las comprensiones sobre el movimiento campesino, sus luchas y sus derroteros. Es ahí donde radica el valor innegable de este texto, y donde el esfuerzo y la pericia investigativa del autor están plenamente justificados.

Referencias bibliográficas

Caro Cardenas, R. (2021). Demonios encarnados: Izquierda, campesinado y lucha armada en Huancavelica. La Siniestra Ensayos, Estación La Cultura. [ Links ]

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