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Scientia Agropecuaria

versão impressa ISSN 2077-9917

Scientia Agropecuaria vol.6 no.4 Trujillo out. 2015

http://dx.doi.org/10.17268/sci.agropecu.2015.04.03 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Evaluación de bolsa atmósfera modificada y concentraciones de anhídrido sulfuroso aplicadas sobre frutos de arándano alto (Vaccinium corymbosum L.)  cv. Emerald

Evaluation of modified atmosphere bag and sulphur dioxide concentrations applied on highbush blueberries fruit (Vaccinium corymbosum L.) cv. Emerald
 


Mario Rodríguez Beraud 1, *; Anddy Wyss Valdés 2; Nelson Hormazábal Vásquez1

 
1 Escuela de Agronomía, Facultad de Recursos Naturales, Universidad Católica de Temuco, Rudecindo Ortega 02950,  Temuco, Chile.

2 Sociedad Huertos Collipulli S.A., Ruta 5 Sur Km 578,5 Pidima, Ercilla, Chile.


Resumen

Con el objetivo de evaluar las técnicas de atmósfera modificada y aplicación de anhídrido sulfuroso sobre parámetros de calidad de postcosecha en frutos de arándanos (Vaccinium corymbosum L.) cv. Emerald, se realizó un experimento de seis tratamientos, dados por la combinación de dos factores, atmósfera modificada (con y sin), y diferentes concentraciones de anhídrido sulfuroso (generadas por 0, 1 y 2 g de metabisulfito de sodio) durante 7, 14, 21 y 28 días a 0 °C. Con la dosis de 2 g de metabisulfito de sodio en atmósfera modificada no se presentaron pudriciones, a diferencia del tratamiento testigo que presentó un 4,86% luego de 28 días de almacenaje. Los resultados indican que la incidencia de pudrición gris disminuyó significativamente (p ≤ 0,05) con anhídrido sulfuroso en bolsa atmósfera modificada, existiendo un efecto de interacción entre ambos factores, no obstante, el gas causó daños de blanqueamiento de frutos, el que correspondió a un 11,66% con una dosis de 2 g de metabisulfito de sodio, luego de 28 días de almacenaje. El uso de bolsa de atmósfera modificada redujo significativamente (p ≤ 0,05) la pérdida de peso por deshidratación (en promedio un 4%) respecto a los tratamientos donde esta tecnología no fue utilizada. La concentración de sólidos solubles no fue influenciada por los tratamientos, manteniéndose entre 13 y 14%.

Palabras clave: postcosecha, Botrytis cinerea, pudrición gris, metabisulfito de sodio, deshidratación.


Abstract

Aiming to evaluate techniques for modified atmosphere and application of sulphur anhydride upon parameters of quality of postharvest on blueberry fruit (Vaccinium corymbosum L.) cv. Emerald, an experiment of six treatments was conducted, given by the combination of two factors, modified atmosphere (with and without) and different concentrations of sulphur dioxide (generated by 0, 1 and 2 g of sodium metabisulphite) during 7, 14, 21 and 28 days at 0 °C. The dose of 2 g of modified atmosphere sodium metabisulphite showed no rotting, in contrast to the control treatment that showed a 4.86% after 28 days of storage. The results indicate that grey rot incidence decreased significantly (p ≤ 0.05) with sulfur dioxide in modified atmosphere bag, with an effect of interaction between both factors, however the gas that caused whitening damage on fruits, which corresponded to 11.66% with a dose of 2 g of sodium metabisulphite after 28 days of storage. The use of modified atmosphere bag reduced significantly (p ≤ 0.05) weight loss by dehydration (4% average) compared to treatments where this technology was not used. The concentration of soluble solids was not influenced by treatments, staying between 13% and 14%.
 
Keywords: postharvest, Botrytis cinerea, gray rot, sodium metabisulphite, dehydration.


1. Introducción

El fruto del arándano es muy perecedero debido a que presenta una tasa respiratoria elevada (Godoy, 2004), del tipo climatérico donde el etileno es producido al momento de la cosecha (Zoffoli et al., 2013), susceptible a la descomposición rápida por lo que tiene una corta vida de mercado (Hancock et al., 2008), existiendo diferencias entre cultivares en su capacidad o vida de almacenaje (Eccher et al., 2010). Los frutos están expuestos a múltiples pérdidas de postcosecha debido a la manipulación, almacenamiento y distribución (Ansari y Tuteja, 2015), siendo la descomposición por hongos la principal causa de éstas pérdidas (Duarte et al., 2009), entre los agentes causales destacan Botrytis cinerea, Alternaria alternata, Rhizopus stolonifer que provocan síntomas de pudrición de frutos (Latorre, 1999; France, 2012; Rivera et al., 2013a).

Botrytis cinerea es un hongo fitopatógeno causante de la pudrición gris en muchas especies utilizando diferentes mecanismos de infección (Agrios, 1998), este patógeno puede atacar a un cultivo en cualquier estado de desarrollo y a cualquier parte de la planta (Benito et al., 2000; Holz et al., 2003). En los frutos causa ablandamiento, liberación de jugo, desprendimiento de epidermis y forma micelio blanquecino que posteriormente se vuelve de color plomizo, debido a la proliferación de estructuras reproductivas como conidióforos y conidias (France, 2012).

Alternaria alternata produce lesiones hundidas en la superficie de los frutos, posteriormente se forma una masa de micelio fúngico con esporas de color verde oscuro (Anco y Ellis, 2011), mientras que R. stolonifer se diferencia de B. cinerea por la presencia de largos esporangióforos que crecen sobre los frutos y que terminan en una vesícula de color negro (France, 2012).

Debido a estos problemas de postcosecha del arándano se ha investigado y probado tecnologías para reducir enfermedades fungosas y extender la vida de mercado de sus frutos, como biofumigantes (Mehra et al., 2013) o compuestos volátiles tales como el isotiocianato de alilo responsable del sabor picante de la mostaza (Wang et al., 2010) o la inclusión de complejos aromáticos como β-cyclodextrin-hexanal (Almenar et al., 2007). También, se han utilizado recubrimientos comestibles (Duan et al., 2011), quitosano (Yang et al., 2014), inhibidores de la acción del etileno como 1-metilciclopropeno (De Long et al., 2003; Chiabrando y Giacalone, 2011), radiación ultravioleta (Perkins-Veazie et al., 2008) e irradiación gamma (Trigo et al., 2006); además, de tratamientos con agua caliente (Fan et al., 2008) y dióxido de cloro (Wu y Kim, 2007). Sin embargo, el anhídrido sulfuroso ha sido el de mayor importancia (Franck et al., 2005), utilizándose en especies como higos (Cantín et al., 2011), manzanas (Chen et al., 2004), pero su uso principal ha sido en uva de mesa para controlar hongos postcosecha (Zoffoli et al., 2009; Cantín et al., 2012), sanitizando la fruta después de la cosecha, donde elimina esporas superficiales y sella o cicatriza heridas frenando el desarrollo de pudriciones durante el almacenaje (Zoffoli, 2002) y mediante generadores con metabisulfito de sodio para evitar que la enfermedad avance durante el almacenaje (Palou et al., 2002; Zutahy et al., 2008), presentando una gran eficacia, no obstante, altas concentraciones por tiempo prolongado han comprometido el sabor, y causado grietas (Zoffoli et al., 2008; 2009) y blanqueamiento en los frutos (Crisosto et al., 2002; Gao et al., 2003), además altas temperaturas aceleran el desprendimiento del gas aumentando su concentración (Castillo, 2004).

Adicionalmente, se han utilizado embalajes especiales como los constituidos por polímeros biodegradables (Almenar et al., 2008; Siracusa et al., 2008) o bioplásticos (Peelman et al., 2013), destacando entre estos las bolsas de atmósfera modificada (Zagory, 1997), las cuales han permitido extender la vida útil y mantener la calidad de frutas tales como: arándanos (Moggia et al., 2014), cerezas (Wang y Long, 2014), uvas (Martínez-Romero et al., 2003), frutillas (Nielsen y Leufvén, 2008), manzanas Royal Gala y Granny Smith, limones y naranjas (Sandhya, 2010). En cerezas el principal problema era la pérdida de sabor de los frutos en destino, con bolsa atmósfera modificada mediante un 2 a 8% O2 y 7% de CO2 no se han presentado problemas (Wang y Long, 2014). En arándanos variedad Brigitta se ha logrado reducir el porcentaje de frutos deshidratados en un 20% y mantener la firmeza hasta 30% más que en tratamientos sin bolsas, luego de 30 días de almacenaje a 0°C (Moggia et al., 2014).

La modificación de la atmósfera interior se produce por la interacción natural entre dos procesos, la respiración del producto y la transferencia de gases a través del envase que conduce a un ambiente rico en CO2 y pobre en O2 (Fonseca et al., 2002), el uso de esta tecnología requiere del conocimiento del producto (Kader y Watkins, 2000), de la tasa de respiración y de las concentraciones de gas óptimas (Song et al., 2002); del tipo de bolsa, su espesor y permeabilidad (Song et al., 1992); del manejo de la temperatura y humedad de almacenamiento (Rosenfeld et al., 1999), para mantener el sabor y la calidad nutricional de los frutos (Kader, 2010).

A pesar de la eficacia de los tratamientos postcosecha, desde hace cuatro temporadas la calidad y condición de llegada de los arándanos exportados desde Chile ha ido empeorando, según Juillerat (2014) los principales defectos de la temporada 2013/2014 corresponden a un 13% de pudrición, 18% de hongos, 22% de deshidratación, y un 47% de problemas por firmeza de la fruta. Según Rosas (2014), para la temporada 2014/2015 se esperan 100.000 toneladas de exportación en fresco, por esta razón aumenta la importancia de los tratamientos postcosecha.

Por lo anteriormente expuesto, la presente investigación plantea como hipótesis que en frutos de arándano cv Emerald, la utilización de bolsa atmósfera modificada y la aplicación de concentraciones de SO2 (generador), mejoran algunos parámetros de calidad en postcosecha, teniendo por objetivo, determinar un sistema que reduzca la incidencia de pudrición gris y minimice la pérdida de peso por deshidratación, evitando el daño de blanqueamiento de frutos por SO2 y la disminución de la concentración de sólidos solubles. El sistema investigado se basa en el uso de atmosfera modificada sola o en combinación con una concentración de anhídrido sulfuroso.

2. Materiales y métodos

2.1. Material vegetal

El material vegetal utilizado correspondió a bayas de arándano del cultivar Emerald, provenientes del huerto San José, ubicado en la comuna de Los Vilos, Región de Coquimbo (32°1′ lat. Sur y 71°2′ long. Oeste), Chile. Los arándanos fueron cosechados el 14/10/2013 y enviados a empaque donde fueron seleccionados mediante un control de calidad, evaluando parámetros de calidad y condición. Además, fueron acondicionados a una temperatura de pulpa y ambiente de 0 °C. Para el embalaje de los arándanos se utilizaron envases fabricados de polietilentereftalato perforados con capacidad de 500 g.

2.2. Bolsa atmósfera modificada

Las bolsas de atmósfera modificada utilizadas son de uso en arándano, correspondieron a bolsas de polietileno de densidad baja, de claridad alta, hechas de resina, polímeros y aditivos. Las dimensiones de la bolsa fueron 29,2 x 26,6 x 48,3 cm, utilizada en caja de 1,5 kg. Los envases con arándanos fueron ubicados dentro de la bolsa. El sellado de la bolsa debe ser hecho con baja humedad interior, mediante máquina termo selladora (120 °C).

Para determinar los porcentajes de CO2 y O2 del ambiente interior de las bolsas, se utilizó un equipo analizador de gases marca PBI Dansensor modelo Checkpoint para atmósferas modificadas. Este equipo mide la concentración de estos gases a través de un sensor infrarrojo que tiene incorporada una aguja delgada de medición con lo que extrae una alícuota de 2 mL para medir O2 y 5 mL, para CO2. El procedimiento consistió en tomar dos lecturas de cada repetición, pinchando cada bolsa con la aguja del equipo. El resultado corresponde al porcentaje de CO2 y O2 generado en el ambiente que se crea dentro de la bolsa.

2.3. Generadores de anhídrido sulfuroso

Para la aplicación del gas se utilizaron generadores de anhídrido sulfuroso (SO2) los cuales están constituidos por dos láminas de papel con polietileno, permitiendo una emisión controlada de SO2 tan pronto como el ingrediente activo entra en contacto con la humedad. El ingrediente activo de los generadores de SO2 marca Osku, corresponde a metabisulfito de sodio (Na2S2O5) (98%) y 2% de ingredientes inertes. Los generadores de SO2 se ubicaron arriba de los envases, en la parte exterior y fueron cubiertos por las bolsas. Para determinar la concentración aérea de SO2 dentro de las bolsas, se utilizó una máquina de medición marca Multi Rae modelo GA24XT, con un rango de medición de 0 a 20 ppm.

2.4. Tratamientos

Se evaluaron dos factores, uso de bolsa atmósfera modificada (con y sin bolsa) y concentraciones de SO2, generadas con dosis de 0, 1 y 2 g de Na2S2O5, en almacenaje en cámara refrigerada a 0°C. Totalizando seis tratamientos producto de la combinación de los factores (Tabla 1).

2.5. Evaluaciones

Los parámetros evaluados correspondieron a: pudrición gris, causada por el hongo B. cinerea, pérdida de peso por deshidratación, sólidos solubles y blanqueamiento de frutos producido por gas de SO2. Las evaluaciones se hicieron a través del tiempo (7, 14, 21 y 28 días) obteniendo resultados para los distintos períodos de almacenaje.
 
Incidencia de pudrición gris. Para determinar la existencia de pudrición gris, se cuantificó la presencia del patógeno B. cinerea en la fruta. El análisis se hizo de forma visual, contando el número de frutos con presencia del hongo.

La variable de respuesta correspondió al crecimiento fungoso, cuantificado después de cada período de almacenaje, considerando un periodo adicional de tres días a una temperatura aproximada de 20 °C, para la correcta identificación del hongo B. cinerea. Se consideraron como frutos infectados, aquellos que presentaron signos y síntomas del patógeno, desde piel suelta hasta micelio visible. La identi-ficación fue posible con la observación de las características distintivas del hongo, como el color blanquecino del micelio o sus estructuras reproductivas como conidióforos y conidias que lo diferencian de los demás hongos. Cuando la identificación visual no fue tan evidente, se utilizó una lupa estereoscópica binocular Lancet, modelo XTX-7CW.

Pérdida de peso por deshidratación. Se hizo el pesaje de todas las repeticiones al inicio y término de cada período de almacenaje, con una balanza de precisión marca Target modelo SP-2000. Se registraron todos los pesos iniciales y finales. Y el cálculo de pérdida de peso se hizo por diferencia del registro de peso inicial y peso final de cada tratamiento expresada como porcentaje.
 
Sólidos solubles. Previo a la distribución de los tratamientos se hizo una primera medición de sólidos solubles, con el objetivo de determinar la homogeneidad de la madurez de los arándanos. Para determinar la concentración de sólidos solubles de cada tratamiento, se utilizó un refractómetro manual autocompensado para 20 °C, marca Grandindex modelo RHB-32ATC.

La variable de respuesta correspondió al porcentaje de sólidos solubles medido después de cada periodo de almacenaje.

Daño por SO2 en frutos. El daño por SO2 se determinó por medio de un análisis visual y cuantificación del número de frutos con daño. Esta cuantificación consistió en la separación de aquellos frutos que presentaron sobre un 10% de blanqueamiento en epidermis.

2.6. Diseño experimental

Se utilizó un experimento completamente aleatorio con un factorial de 2 x 3, producto del uso o no uso de atmósfera modificada y por 3 niveles de Na2S2O5 (0, 1 y 2 g) totalizando seis tratamientos, con tres repeticiones cada uno. Los datos fueron analizados mediante el programa computacional estadístico SPSS, versión 15. Se aplicó la prueba de normalidad (Shapiro-Wilk) y se analizó la homogeneidad de varianzas (estadístico de Levene). Para observar las diferencias significativas de los resultados se utilizó un análisis de varianza (ANDEVA) y cuando se detectaron diferencias significativas se aplicó la prueba de comparaciones múltiples de Tukey a un nivel de confianza del 95% (p ≤ 0,05). La unidad experimental correspondió a un envase con capacidad de 500 g, con 260 frutos en su interior. Los datos de porcentajes fueron normalizados usando una transformación mediante el cálculo de arcoseno de la raíz cuadrada del porcentaje.
 
 
3. Resultados y discusión
 
3.1. Porcentaje de CO2 y O2

En la Tabla 2, se presentan las concentraciones de CO2 y O2 generadas en bolsa atmósfera modificada con frutos de arándanos, el cual indica que no hubo un incremento controlado de la concentración de estos gases a través del tiempo (7, 14, 21 y 28 días) obteniendo concentraciones diferentes para distintos períodos de almacenaje. La concentración de O2 dentro de la bolsa atmósfera modificada fue de aproximadamente 19,5%, marcando una diferencia mínima con el O2 ambiental atmosférico que corresponde a 21%. Según Alsmairat et al. (2011), niveles bajos de O2 sólo benefician al arándano evitando la fermentación y no en la disminución de la síntesis de etileno como experimenta un fruto climatérico normal, porque en el arándano el etileno se produce en el momento de la cosecha. Por otra parte, atmósferas con O2 elevado (60 a 100%) inhiben significativamente la aparición de enfermedades de postcosecha (Zheng et al., 2008).

A diferencia del O2, el CO2 aumentó considerablemente dentro de la bolsa, con valores entre 5 a 8%; marcando una diferencia mayor con el CO2 ambiental atmosférico que corresponde a 0,03%.

Concentraciones de CO2 mayores a 10% (Bounous et al., 1997), 12% según Alsmairat et al. (2011), reportan beneficios en el control de pudriciones, de una menor pérdida de peso y arrugamiento de frutos (Schotsmans et al., 2007), pero atmósferas con CO2 muy elevado (24%), perjudican el valor comercial de los frutos (Cantín et al., 2012), provocando ablandamiento y pérdidas de firmeza (Schotsmans et al., 2007; Duarte et al., 2009; Alsmairat et al., 2011; Moggia et al., 2012), así también, la calidad sensorial, olor y sabor disminuyen (Van der Steen et al., 2002). Según Kader (2002), los berries presentan una tolerancia de 15% de CO2 como máximo y una tolerancia de 2 a 3% de O2 como mínimo.

La fruta de los tratamientos con bolsa atmósfera modificada presentó buena apariencia, sin daños u olores atribuibles a CO2 y O2, lo que evidenció un buen funcionamiento de la atmósfera proporcionada en cada período de almacenaje.

3.2 Concentración de SO2 (generadores)

Las concentraciones de SO2 de los tratamientos fueron bajas (Tabla 2), no superando los 4,7 ppm a los 28 días de almacenaje. Se observa un incremento en la concentración de SO2 a través del tiempo (7, 14, 21 y 28 días); además, este incremento es marcado por una dosis mayor de Na2S2O5. Los generadores de SO2 son apropiados para períodos prolongados de almacenaje entre 12 y 40 días, entregando el gas en forma dosificada, constante y a una concentración baja entre 5 a 10 ppm (Castillo, 2004). Altas concentraciones de SO2 pueden producir daños y pérdidas de firmeza en los frutos (Cantín et al., 2012), además el SO2 puede causar alergia en individuos sensibles (Timbo et al., 2004).

3.3 Incidencia de pudrición gris

La incidencia de pudrición gris en frutos de arándanos fue influenciada en forma significativa (p ≤ 0,05) debido al SO2 y la bolsa atmósfera modificada, tanto a nivel de factores como en las interacciones. El análisis factorial demuestra que los tratamientos con Na2S2O5 reducen significativamente la incidencia de pudrición gris de frutos de arándano respecto al tratamiento control tanto a los 7, 14, 21 y 28 días de almacenaje, efecto similar se observó con el uso de atmósfera modificada. De acuerdo con lo anterior-mente expuesto, el SO2 presenta un gran potencial en postcosecha de arándanos, inhibe la proliferación de conidias presentes en la superficie del fruto y evita que la enfermedad avance, controlando el micelio de los frutos enfermos sobre los frutos sanos (Zoffoli, 2002).

El análisis de las interacciones (Tabla 3), sugiere que los frutos de arándanos almacenados en bolsa atmósfera modificada más la aplicación de SO2 mediante metabisulfito de sodio, presentaron un menor porcentaje de pudrición gris comparado con el tratamiento control, lo que se hizo más evidente conforme pasaban los días de almacenaje.

Mediante el SO2 aplicado con 2 g de Na2S2O5 no se detectaron síntomas ni signos del patógeno B. cinerea en los frutos almacenados en atmósfera modificada, mientras que con 1 g Na2S2O5 los arándanos presentaron solamente un 0,13% de pudrición gris luego de 28 días de almacenaje. En el análisis de condición se observó fruta con presencia de micelio de B. cinerea, con predominio en la zona de inserción pedicelar, lo que concuerda con lo expuesto por Zoffoli et al. (2013), quienes afirman que los síntomas de pudrición gris se presentan como piel suelta en epidermis del fruto, pero predominan como infecciones sobre la herida que se produce al desprender la fruta desde el pedicelo en la etapa de cosecha.

En un estudio realizado por Pretel et al. (2006) en uva de mesa, utilizando generadores (97,5 mL 100 mL-1 Na2S2O5) colocados en la superficie de las cajas, con un ambiente enriquecido con CO2, lograron disminuir las pérdidas de peso, textura, color, y retrasaron el ataque de hongos. Zutahy et al. (2008), para 5 kg de uva de mesa utilizaron un generador de fase rápida (fungicida) con 1 g y otro de fase lenta (fungistático) con 9 g obteniendo buenos resultados disminuyendo la incidencia de pudrición gris con un porcentaje bajo de blanqueamiento. Por otra parte, estudios realizados por Rivera et al. (2013b), indicaron que la prevalencia de pudrición gris en arándanos cultivar Brigitta y Liberty fue de 97,2 a 97,5% en fruta sin tratamiento y de un 7,9 a 6,1% en arándanos que fueron expuestos a concentraciones de SO2, comprobando que es una tecnología importante para la reducción de B. cinerea en los frutos de arándano. Smilanick y Henson (1992), en frutos de uva de mesa, indican que la temperatura aumenta la toxicidad del SO2 en contra de B. cinérea, las dosis de SO2 aplicadas en cámara que matan el 99% de las esporas de pudrición gris corresponden a 78,3 ppm h-1 a 0 °C y 20,3 ppm h-1 a 20 °C.

3.4 Pérdida de peso por deshidratación

El factor atmósfera modificada fue el que incidió significativamente (p ≤ 0,05) sobre la deshidratación de los frutos almacenados, no así el SO2. La evaluación de condición de los tratamientos donde no se utilizó bolsa atmósfera modificada, mostró síntomas de marchitamiento y ablandamiento de frutos, debido a la pérdida de peso por deshidratación, la cual alcanzó un 4,83% al final de 28 días de almacenaje (Tabla 4). Este marchita-miento, según Godoy (2004), se produce cuando las frutas pierden contenidos de humedad mayores al 5 a 10%, en un proceso que se denomina plasmólisis celular. Figueroa et al. (2010), afirman que con un 3 a 5% de pérdida de peso, se produce arrugamiento en la fruta y basta un 5% para que los frutos de arándano presenten bajo valor comercial. El porcentaje de pudriciones se correlaciona positivamente con la presencia de este marchitamiento (Cantín et al., 2012).

De acuerdo a los resultados (Tabla 4), se observó una disminución del peso por deshidratación, a medida que aumentaron los días de almacenaje. Por otra parte, respecto a los tratamientos, existe una deshidratación significativa (p ≤ 0,05) para cada uno de los períodos de almacenaje (7, 14, 21, 28 días) en lo tratamientos sin bolsa, contrastando con los resultados de menor pérdida de peso debido a la bolsa atmósfera modificada, alcanzando el valor mínimo promedio de 0,7% de perdida en el tratamiento con bolsa y 2 g Na2S2O5. Para arándanos cultivar Emerald, las bolsas de atmósfera modificada permitieron disminuir en alrededor de un 4% el porcentaje de pérdida de peso por deshidratación, manteniendo una fruta turgente y fresca luego de 28 días de almacenaje.

Cabe destacar que un estudio de la Fundación para el desarrollo frutícola (2013), se mencionan valores de deshidratación de 4,7% en Brigitta y de 5,3% en Elliot luego de 42 días de almacenaje, los que disminuyen considerablemente con el uso de bolsas, llegando a un 2,6% en el caso de Elliot con bolsas macro y micro perforadas y a un 0,1% con bolsas atmósfera modificada en Brigitta. Estas diferencias son notorias a partir de los 14 días de almacenaje.

Según Moggia et al. (2012), debido a los altos porcentajes de deshidratación en postcosecha, los empacadores se ven obligados a incrementar el peso inicial de los pocillos hasta en un 10%, disminuyendo el volumen de cajas exportables.
 
Es importante destacar que la cutícula y la presencia de cera del fruto juegan un papel esencial en evitar la desecación (Lara et al., 2014); por otra parte, la cicatriz del pedúnculo corresponde a una importante vía de pérdida de humedad (Ehlenfeldt, 2002). La mantención de una alta humedad relativa (>95%) minimiza la pérdida de peso y el arrugamiento de arándanos, pero puede provocar un aumento de pudrición y descomposición fisiológica (Forney, 2009). Los altos niveles de pérdida de humedad de arándanos se relacionan con una menor firmeza (Paniagua et al., 2013a), los frutos firmes son signo de frescura y aseguran un mayor período de almacenaje postcosecha, mientras que el ablandamiento aumenta el ataque de patógenos (Zapata et al., 2010) y da lugar a importantes pérdidas en postcosecha (Giongo et al., 2013).

Algunos cultivares de arándano presentan diferentes susceptibilidades a la deshidratación (Cantín et al., 2012) y a la pérdida de firmeza (Hancock et al., 2008). Según Paniagua et al. (2013b), en arándanos highbush cv. Burlington mencionan pérdidas de peso menores a 1 a 2% lo cual coincide con un 50 y 80% de frutos firmes; mientras que pérdidas de peso de 4 a 14% muestran tendencia de inducir ablandamiento. Los retrasos en la refrigeración tienen efectos sobre la pérdida de peso, mientras que las variaciones de temperatura afectan la firmeza (Paniagua et al., 2014). La reducción de la firmeza de los arándanos se relaciona con el aumento del contenido de pectina soluble en agua y una disminución de pectina soluble en carbonato de sodio, celulosa y hemicelulosa (Chen et al., 2015).

3.5 Sólidos solubles

Para la variable sólidos solubles no se encontraron diferencias significativas (p>0,05) en su concentración ya sea a nivel de los factores o de sus interacciones (Tabla 5), para cada período de almacenaje (7, 14, 21, 28 días). Estos resultados coinciden con otros estudios en los que se utilizó atmósferas con distintas concentraciones de CO2 y O2 (Forney et al., 2003; Harb y Streif, 2004, Schotsmans et al., 2007, Duarte et al., 2009) y otros con distintas concentraciones de SO2 (Almenar et al., 2008; Chiabrando y Giacalone, 2011; Cantín et al., 2012) y en su interacción (Cantín et al., 2012), en los que no hubo diferencias en la concentración de sólidos solubles de arándanos. En otras especies como la uva de mesa tampoco se han observado modificaciones en sólidos solubles debido a la atmósfera modificada y al SO2 (Pretel et al., 2006; Ustun et al., 2012). Las variaciones nulas de concentración de sólidos solubles podrían ser explicadas debido a que el arándano no posee almidón que aporte a la síntesis de azúcares solubles luego de la cosecha (Bello et al., 2012).

El registro de sólidos solubles, antes de la distribución de los tratamientos, de la presente investigación, indicó una concentración en rangos de 13 a 14%. Según Figueroa et al. (2010), los arándanos deben ser cosechados con niveles de sólidos solubles en rango de 12 a 14%. Godoy (2004), establece que arándanos con 11% de sólidos solubles no presentan dulzor, además son demasiado inmaduros. Pero existen diferencias en la concentración de sólidos solubles entre cultivares (Yang et al., 2009). Según Pérez et al. (2011), sólidos solubles corresponden a un parámetro de importancia considerando que el azúcar: glucosa y fructosa, favorecen la incidencia de hongos en postcosecha, por esta razón debe fluctuar entre 10 y 13%. El almacenamiento a bajas temperaturas según Chiabrando et al. (2009), inhibe la disminución de los sólidos solubles totales de los arándanos.

3.6 Daño por SO2 en frutos

Ambos factores en estudio incidieron significativamente sobre el daño por SO2 en los frutos (p ≤ 0,05), como también sus interacciones (Tabla 6), el daño se fue acentuando en la medida que transcurrió el tiempo de almacenaje. En el análisis visual de condición se observó fruta dañada por SO2, este daño correspondió a aproximadamente un 10% de tonalidades blanquecinas y deprimidas en la zona del pedúnculo de los frutos. Estas zonas y las heridas en la piel de frutos, corresponden a vías de acceso para que el gas produzca daños. Los primeros problemas de blanqueamiento aparecen en la fruta almacenada por 14 días en bolsa atmósfera modificada, con un 2,43% para 1 g Na2S2O5 y un 3,93% para 2 g Na2S2O5. El mayor daño, 11,66%, se observó en el tratamiento en bolsa, con 2 g Na2S2O5.

A partir de los 14 días el blanqueamiento de los frutos por SO2 indicó efectos significativos (p ≤ 0,05) debido al Na2S2O5, porcentaje que se incrementó al combinarse con la bolsa atmósfera modificada, existiendo un efecto aditivo y sinérgico entre ambos factores. Este incremento se ha correlacionado con la concentración de SO2 y el tiempo de exposición de la fruta al gas (Gao et al., 2003).

Los resultados obtenidos de esta investigación demostraron que los tratamientos con dosis elevadas de Na2S2O5 reducen la proliferación fungosa, pero actúan en desmedro de la calidad del producto, provocando blanqueamiento de frutos. Lo que concuerda con Castillo (2004), el cual dice que a mayor gramaje del generador disminuye la pudrición, pero aumenta el blanqueamiento de frutos. Al respecto, Rivera et al. (2013b) observaron tolerancia al daño por SO2 fumigado en cámara a 20 °C en cultivar Brigitta, Legacy, Liberty y Oneal, pero esta tolerancia bajó con dosis incrementadas de 40 a 60 ppm h-1. Resultados similares a los de Kim et al. (2010) y Cantín et al. (2012) que presentaron daños en frutos cuando se incrementó la dosis de SO2. Rivera et al. (2013b) explican que esta tolerancia al SO2 a altas temperaturas no puede extrapolarse a SO2 que es aplicado a baja temperatura y en condiciones de alta humedad cuando se utiliza generadores con metabisulfito de sodio.

4. Conclusiones

Para arándanos cultivar Emerald, las bolsas de atmósfera modificada permitieron disminuir en alrededor de un 4% el porcentaje de pérdida de peso por deshidratación, manteniendo una fruta turgente, firme y fresca, luego de 28 días de almacenaje. No se presentaron problemas de fermentación, es decir, los frutos no presentaron olores extraños ni pérdidas de sabor debido a la atmósfera modificada y al SO2. Por lo que equivale a una tecnología con gran potencial para el almacenaje de arándanos en postcosecha.

El SO2 presentó gran eficacia al disminuir significativamente la incidencia de pudrición gris en los frutos de arándanos, hasta un 5% comparado con el testigo. Sin embargo, los tratamientos con SO2 resultaron en daños de blanqueamiento comprometiendo la calidad del fruto, por lo que, dadas las circunstancias, no sería recomendable la utilización de generadores de SO2 con 1 y 2 g de metabisulfito de sodio, en frutos de arándano dentro de bolsas atmósfera modificada.

La concentración de sólidos solubles de los frutos de arándanos no fue afectada por la atmósfera modificada ni por el SO2 aplicado durante el período de almacenaje.

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* Autor para correspondência

E-mail: marodrig@uct.cl (M. Rodríguez).


 
Recibido 06 septiembre 2015
 
Aceptado 06 diciembre 2015