1. Introducción
El aumento de la frecuencia, duración e intensificación de sequías por el cambio climático repercute de forma directa en la agricultura y la seguridad alimentaria mundial, exacerbando las desigualdades socioeconómicas y de desnutrición, obstaculizando la erradicación de la pobreza en las regiones más vulnerables (Akinyemi, 2017; Alotaibi et al., 2020; Ali et al., 2017; Zobeidi et al., 2021; Baloch et al., 2022).
Solo entre 1998 y el 2020, los eventos extremos han impactado negativamente sobre más de 277 millones de personas en Latinoamérica, amplificando las históricas desigualdades estructurales (Belchi, 2021). A su vez, únicamente en el año 2021, la sequía ha generado una gran crisis hídrica, trayendo consigo devastadoras pérdidas humanas, agrícolas e impactos negativos en la industria hidrológica (Munita, 2021).
Para el caso de pequeños agricultores, este cambio ambiental global en curso conlleva repercusiones en sus medios de vida, la productividad del ganado, el rendimiento de cultivos y la disponibilidad del agua para riego, viéndose obligados/as a diversificar cultivos, buscar fuentes alternativas de ingresos, o en su defecto, abandonar la agricultura por otras labores (Alotaibi et al., 2020; Ochieng et al., 2017). Estos impactos, agravan tanto la vulnerabilidad como la pobreza del sector agrícola, principalmente en países en vías de desarrollo y de bajos ingresos (Mirzaei et al., 2022).
Es por ello relevante la construcción de sistemas agrícolas más resilientes, reforzando no solo el desarrollo de estrategias de mitigación y adaptación, sino también identificar los tipos de percepciones sobre los riesgos climáticos en general, y de las sequías en particular. En términos conceptuales, la percepción de riesgo se comprende como las creencias, actitudes, juicios y sentimientos, sobre el origen y probabilidad de ocurrencia de eventos climáticos, los cuales permiten tomar decisiones y adoptar estrategias adaptativas que contrarresten sus efectos negativos (Torres, et al., 2017; Dzialek, 2016; Zagaria et al., 2021; Magalhães et al., 2022).
Por otro lado, las estrategias de adaptación se vinculan a las acciones realizadas a nivel individual o local para contrarrestar los riesgos climáticos futuros (Cooper & Wheeler, 2017), tales como diversificar cultivos, sembrar especies tolerantes a la sequía y de crecimiento a corto plazo, entre otras (Brussow et al.,2019). Mediante la debida creación e implementación de leyes sobre estrategias adaptativas, el sector agrícola disminuiría y contrarrestaría los riesgos que tiene la sequía en sus vidas y rubro (Baloch et al., 2022).
En función de lo anterior, el presente trabajo tiene como objetivo realizar una revisión sistemática de los estudios empíricos publicados entre los años 2010-2021 que han reportado la relación entre la percepción de riesgo y las estrategias de adaptación de los agricultores ante la sequía a escala global. A nivel específico buscamos: a) sintetizar las percepciones y estrategias de adaptación de los agricultores ante la sequía, b) describir los factores que influyen sobre su percepción de riesgo y en las estrategias de adaptación ante la sequía, y c) analizar los efectos de la sequía sobre los cultivos, ganado, a nivel personal y el medioambiente. En términos de relevancia, realizamos una revisión y síntesis exhaustiva de la literatura académica de los últimos diez años, entregando una sólida base para futuras investigaciones empíricas, permitiendo además reducir la brecha idiomática de estudios de revisión publicados en español y desarrollados desde Latinoamérica (Sánchez-Meca, 2010).
2. Materiales y métodos
Realizamos una revisión sistemática de la literatura siguiendo los lineamientos de la declaración PRISMA, cumpliendo con los puntos 1-10, 14, 17-18, 24-27 de su lista de comprobación (Urrútia & Bonfill, 2010; Moraga & Cartes-Velásquez, 2015). Con esto, se configuró la exploración de artículos publicados entre los años 2010 y 2021 a partir de la búsqueda en tres bases de datos, obteniendo un total de 50 documentos [Web of Science (39), Scopus (7) y EBSCO Host (4)].
En particular, la pesquisa se limitó a estudios realizados en inglés y español que incluyeran las palabras claves de “change climatic” “perception of risk” “farmer” “drought” y “cambio climático” “percep ción de riesgo” “agricultor” “sequía”, arrojando nin gún artículo en el idioma español.
Selección de los estudios
Se realizó una selección por etapas (véase Figura 1) en la que, i) se compilaron todos los artículos (n = 72); ii) se eliminaron duplicados (n = 63); iii) lectura de títulos, resúmenes, palabras claves e instrumentos utilizados, eliminando artículos que no cumplieran criterios (n = 48); iv) lectura a texto completo, con la cual se procedió a eliminar los estudios teóricos, instrumentales o que no centraban sus resultados en la problemática (n = 47); y, v) búsqueda en referencias de artículos seleccionados (n = 50).
3. Resultados y discusión
Se construyó una tabla síntesis con los siguientes elementos: (a) autor/a(s), (b) año de publicación, (c) área estudiada, (d) metodología, (e) muestra y (f) fuente de datos (Tabla 1). Además, se construyeron tres tablas analíticas sobre: a) percepciones de riesgo y estrategias de adaptación de los agricultores ante la sequía (Tabla 2), b) factores que influyen sobre estas percepciones y estrategias adaptativas (Tabla 3) y c) efectos de la sequía en los cultivos, ganado, agricultores y el medio ambiente (Tabla 4).
Percepciones y estrategias de adaptación de los agricultores ante la sequía
En relación con las percepciones ante la sequía, la primera categoría es la dimensión cognitiva (con 13 componentes), siendo el más estudiado el aumento de la sequía (y su frecuencia) con 22 artículos. La segunda categoría es el meteorológico (con dos componentes), vinculado a su estrecha relación con los datos climatológicos objetivos, con ocho estudios. En cuanto a las estrategias de adaptación, identificamos cinco niveles: a) Individual: siendo el manejo de cultivos, el más estudiado con 17 artículos, b) social: la migración con cinco estudios, c) económico: préstamos bancarios/familiares con cuatro estudios, d) comunitario: cooperación y colaboración entre agricultores/as, con dos artículos, y d) ambiental: plantación arbórea con cuatro estudios.
En relación con los factores que influyen sobre las percepciones ante la sequía, la primera categoría es atributos personales (con nueve componentes), siendo el más estudiado, años de experiencia en el rubro, con cinco estudios. La segunda categoría es factores cognitivos (con seis componentes) siendo el más investigado, la memoria (colectiva e individual) con tres estudios. Por último, encontramos factores externos (con seis componentes), siendo los más investigados el acceso crediticio y medios de comunicación, con dos estudios cada uno. Por otro lado, respecto al área estrategias de adaptación, la primera categoría es atributos externos (con cinco componentes), siendo el más estudiado la poca ayuda económica gubernamental con tres estudios. La segunda categoría es atributos internos (con 13 componentes), siendo los más investigados el tamaño de la finca, sexo y acceso a crédito con cuatro estudios cada uno.
Fuente: Elaborado con componentes de estrategias de adaptación (atributos internos) basados en Abid et al. (2020).
Mardy et al., 2018En relación con los principales efectos en los cultivos (con cuatro componentes), siendo el más estudiado la disminución de los cultivos (productividad y crecimiento) con 14 estudios. Para efectos en el ganado (con siete componentes), en donde el más estudiado es enfermedad y muerte con 11 estudios. Para el ámbito de agricultores (con ocho componentes), el más estudiado es el nivel económico con ocho estudios. Por último, para medioambiente (con cinco componentes), el más estudiado es el estrés hídrico con nueve estudios.
A nivel descriptivo, Pakistán es el país con más estudios (7), esto debido a su alta susceptibilidad y exposición ante eventos extremos, los cuales agravan aún más su principal fuente económica, la agricultura (Durrani et al., 2021). Para el caso Latinoamericano, se destaca México con tres estudios, los cuales relevan no solo el aumento perceptivo del riesgo de sequía (y su severidad) a raíz de experiencias previas (Mardero et al., 2015), sino también la adopción de estrategias adaptativas sustentadas en el conocimiento local, diversificación económica, captación de aguas lluvias, cambio en los métodos de cultivo y de la dieta alimentaria (Metcalfe et al., 2020), las cuales, sin embargo, se verían disminuidas por la escasa ayuda gubernamental e institucional (Pischke et al., 2018). Otro estudio interesante para el caso latinoamericano es el de Uruguay, el que releva la influencia de los sentimientos, acceso a la información, geografía del lugar y los medios de comunicación sobre la percepción de agricultores/as (Cruz et al., 2021).
En relación con los principales hallazgos encontrados podemos determinar que el sector agrícola sí perciben a la sequía como un evento extremo proveniente del cambio climático y principal riesgo en sus medios de vida (Bacha et al., 2018; Abid et al., 2020) concordando la concurrencia de estos even tos mayoritariamente con los datos climatológicos (Akinyemi, 2017). Como potencial aporte en este ámbito, el estudio de Urquijo & De Stefano (2016) releva las definiciones personales/vivenciales sobre la sequía, contribuyendo a conocer y profundizar sus percepciones, esto debido a la escasa investigación sobre la dimensión subjetiva de los agricultores.
En cuanto a las estrategias adaptativas, si bien los agricultores disponen de estas, se identifican estructuras precarias y ausentes en los ámbitos normativos, de apoyo financiero, técnico y formativo (Ullah et al., 2019; Durrani et al., 2021). Es por ello necesario incorporar el vínculo interinstitucional con agencias gubernamentales locales, extensiones agrícolas, investigadores y otros actores del rubro campesino, siendo fundamentales para el desarrollo del bienestar individual/colectivo, la gestión de recursos, participación y toma de decisiones colectivas (Ullah et al., 2019). A esto se suma, el relevo del conocimiento ancestral/local en la formulación e implementación de políticas/programas de adaptación acordes a los contextos estudiados, potenciando la implementación de instancias activas y participativas de gestión local del riesgo (Ayanlade et al., 2017; Akinyemi, 2017; Iqbal et al., 2018; Sandoval-Díaz & Martínez-Labrín, 2021).
A nivel de vacíos investigativos en la revisión realizada, destacamos que una gran cantidad de artículos se centraban en el cambio climático en general, por sobre la sequía en particular, resaltando así el componente diferencial que tiene el tipo de evento extremo sobre las percepciones del riesgo y el despliegue de estrategias adaptativas, así como también de los factores que influyen en ambos elementos. Otros aspectos se vinculan a la ausencia de artículos en español y portugués, así como también de una terminología común que posibiliten una inteligibilidad teórica-metodológica en el campo interdisciplinario del cambio climático.
En base a estas brechas, proyectamos el desarrollo de estudios en la región latinoamericana, desde una perspectiva situada y basada en el lugar, bajo el cual se puedan reconocer saberes, creencias, sus definiciones, componentes y acciones para adaptarse. Por último, a nivel práctico, es necesario instar no solo la creación de leyes de adaptación que tomen en consideración los conocimientos locales de los agricultores, sino también el fortalecimiento institucional que posibilite apoyos económicos, tecnológicos, de acceso a medios de comunicación públicos sobre información climática, esto en consonancia con las necesidades, capacidades y estrategias de resiliencia comunitaria ante las sequías (Akinyemi, 2017; Durrani et al., 2021; Sandoval-Díaz & Monsalves-Peña, 2021; Ullah et al., 2019).
4. Conclusiones
Se realizó una revisión sistemática de los estudios empíricos que han reportado la relación entre la percepción de riesgo y estrategias de adaptación de agricultores ante la sequía a escala global. Se identificaron los siguientes componentes de la percepción de riesgo de la sequía: a) Dimensión cognitiva, vinculada no solo al aumento, severidad y prolongación de la sequía, sino también a su priorización como riesgo natural derivado del cambio climático, y, b) Meteorológicos, concordando mayoritariamente con los datos climatológicos objetivos con las apreciaciones.
En este mismo ámbito, se identifican los distintos factores de influencia (Figura 2): a) Atributos personales (años de experiencia en el rubro, escolarización, edad, pertenencia cultural, sexo, ingresos, participación en actividades y expe riencias previas de sequías), b) Cognitivos (memoria colectiva e individual, sentimientos, conocimiento formal sobre la sequía, conocimientos ecológicos-locales, sesgos y preocupación por el cambio climático), y c) Externos (Acceso a crédito, medios de comunicación, geografía del lugar, institucionalidad, acceso y nivel del agua).
Como segundo resultado, respecto a las estrategias de adaptación de los agricultores ante la sequía (Figura 2), entre los principales factores de influencia identificamos: a) Atributos externos (apoyo gubernamental, fertilidad del suelo, políticas locales, normas legales y capital social) y, b) Atributos internos (capacidad financiera, sexo, tamaño de la finca, conocimiento formal de la sequía, años de experiencia en el rubro, experiencias de sequías, ingresos, escolaridad, acceso a medios comunicativos e información de estos, edad, tamaño de la familia, evaluación de riesgos y disponer de estrategias de afrontamiento).En el mismo ámbito, reconocemos distintas prácticas asociadas a las estrategias adaptativas de sequías, tales como las: a) Individuales (toma de decisiones, captación y uso eficiente del agua, tecnificación del riego, gestión del suelo, manejo de la finca, del cultivo, del ganado y de los alimentos), b) Sociales (migración), c) Económicas (préstamos y ayuda gubernamental), d) Comunitarias (cooperación, colaboración y compartir costos de insumos entre agricultores) y, e) Ambientales (Conservación de humedales, del suelo y de los árboles en general).Por último, referente a los efectos de la sequía sobre los cultivos (Figura 3), los estudios informan que esta provoca su disminución, tanto a nivel de productividad y crecimiento, aumentando así las plagas de insectos y enfermedades. En torno al ganado, se señala la generación de enfermedad, muerte, disminución de la productividad y de la reproducción.
En el ámbito agrícola se señala la afectación poblacional a nivel económico, sanitario y social. Por último, los estudios indican que en el medioambiente la sequía ha traído como principales efectos el estrés hídrico, impactos en el suelo y sobre los árboles.