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Comuni@cción

Print version ISSN 2219-7168

Comuni@cción vol.6 no.2 Puno July/dic. 2015

 

Consideraciones acerca del concepto de pobreza en la contemporaneidad: la pobreza oculta, retos y discusiones – Colombia

Considerations about the concept of poverty in the contemporary world: hidden poverty, challenges, and discussions – Colombia

 

Gustavo Octavio García Rodríguez1, Jenny Alexandra Jiménez Medina2, Luisa Fernanda Jiménez Medina3

1 Candidato a magíster en Estudios sociales de la Universidad Pedagógica Nacional. Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Coinvestigador del proyecto. Docente de la Fundación Universitaria Los Libertadores. E-mail: gogarcia@gmail.com

2 Doctorando en Estudios Sociales de América Latina, Universidad Nacional de Córdoba; magíster en Investigación Social Interdisciplinaria, Universidad Distrital Francisco José de Caldas; filósofa, Universidad nacional de Colombia. Líder del proyecto. Docente de la Fundación Universitaria Los Libertadores. E-mail: jajimenezme@unal.edu.co

3 Estudiante de Administración Pública, ESAP Bogotá D.C., asistente de investigación del proyecto. E-mail: febizjuega@gmail.com

 


RESUMEN

En el presente documento se proponen una serie de ideas que pretenden situar el estado de vulnerabili-dad y riesgo en el cual se encontrarían las personas en la contemporaneidad, principalmente debido a las condiciones que impone un trabajo precarizado; con base en estos elementos se busca dar soporte a la situación que se ha denominado bajo el término de pobreza oculta, buscando establecer un universo comprensivo que permita dimensionar el fenómeno mediante una definición clara del mismo. Para llevar a cabo dicha iniciativa, ha sido necesario proponer la discusión sobre el término pobreza como referente inicial, logrando así partir de un estado de la cuestión abierto, polivalente y dinámico. Finalmente, se presentan algunos elementos que buscan unificar y clarificar la forma de comprender la situación de la pobreza oculta destacando su carácter de problema social.

Palabras clave: Contemporaneidad, fragilidad social, pobreza oculta, pobreza, trabajo precarizado

ABSTRACT

In this paper a number of ideas that pretend to locate the state of vulnerability and risk in which people would be in the contemporary, mainly due to the conditions that imposes a precarious work are proposed; based on these elements seeks to support the situation has been referred to under the term of hidden poverty, seeking to establish a comprehen- sive universe that allows dimensioning the phenomenon through a clear definition. To accomplish this initiative , it has been necessary to propose the discussion of poverty as regards initial term , obtaining from a state of open , versatile and dynamic issue . Finally , some elements that seek to unify and clarify how to understand the situation of poverty highlighting the hidden character of social problems are presented.

Key words: Contemporary, hidden poverty, poverty, precarious work, social fragility

 


I. INTRODUCCIÓN

Hacer referencia a la pobreza implica tener en cuenta que se está entrando en un terreno complejo, de difícil acceso y abordaje; lejos del sentido común que ve en la pobreza una situación experimentada por ciertas personas que en la mayoría de las veces son carentes de A o B "cosas o ingresos", o se encuentran en x o y situaciones juzgadas como negativas, aquel que indaga un poco más allá encuentra una rica fuente de debates y discusiones que no han alcanzado —por fortuna— sentencias de carácter definitivo.

Las condiciones de existencia que experimentan las sociedades contemporáneas hacen necesario entrar de nuevo a proponer y llevar a cabo debates alrededor del concepto de pobreza, puesto que uno de los elementos de que se parte aquí es que es necesario aterrizarlo a condiciones concretas de la existencia de las personas, condiciones que están lejos de ser estáticas o inamovibles; destáquese que lo anterior no equivale a un relativismo sobre el tema o peor aún, a ver en la pobreza una sumatoria de casos encasillables a la manera de una caja de tuercas y tornillos.

Una de dichas condiciones de existencia que amerita ser contemplada y, que para el caso particular de este escrito, opera como el eje motivador de los esfuerzos, es la denominada pobreza oculta o también llamada pobreza coyuntural; condición que en la actualidad se hace manifiesta en el contexto latinoamericano, específicamente en la ciudad de Bogotá D.C. y que figura como una situación relativamente nueva, que ha cobrado especial relevancia para el gobierno distrital y de allí para las discusiones en materia de políticas públicas. En efecto:

Existe para el caso de Bogotá D.C. una franja poblacional que no se registra como pobre en las estadísticas: son personas que viven en los estratos 3 y 4, cuyo nivel de ingreso y condiciones de bienestar, dependiendo de la ocurrencia de ciertos fenómenos macroeconómicos, está en permanente riesgo de pobreza y vulnerabilidades" (Secretaría Distrital de Planeación, 2013, p. 16).

Así pues, la situación expuesta requiere que sea examinado el contenido mismo de la pobreza en tanto personas que usualmente no serían contempladas como pobres por la metodologías comúnmente contempladas, están experimentando situaciones y condiciones de vida que ameritan ser tenidas en cuenta como tales. De igual forma, proponer algunas ideas relativas a los posibles dinamizadores de esas situaciones así como sobre los métodos usados para identificar y medir a las personas denominadas pobres en el contexto antes expuesto.

¿Qué condiciones particulares ameritan hablar de nuevas formas de pobreza o de pobreza no evidenciable? ¿Cuál es el estado de cosas que en la contemporaneidad hace referencia a cuestiones como la anterior? ¿Qué aspectos de la vida de las personas se han afectado de tal manera que podamos pensar en sujetos que son pobres pero no son fáciles de identificar, además que más de las veces no quieren ser identificados de tal forma? La respuesta a buena parte de estos interrogantes tiene que ver con el trabajo (su ausencia, la informalidad), así como con fenómenos más estructurales como la globalización y el neoliberalismo.

En América Latina, varios economistas y otros académicos han analizado el problema del empobrecimiento de las clases media y alta, desde finales de los años 90 hasta hoy […] modelos económicos que contrarío a reactivar la economía en el país generaron una cadena de empobrecimiento desde las clases bajas hasta las clases medias (Secretaría Distrital de Planeación, 2013, p. 9).

Así también lo reafirma Ahumada (2002)

Entre finales de los años ochenta y comienzos de los noventa prácticamente todos los países latinoamericanos adoptaron los programas de estabilización y de ajuste estructural prescritos por el Fondo Monetario Internacional […] apertura completa de las economías a los mercados y al capital internacional, recorte del gasto público y eliminación de los subsidios sociales, privatización delas empresas estatales […] (p. 37).

El inicio del siglo XXI del continente latinoamericano marca un precedente para la situación que experimentan las personas, un estado de cosas que, complementario a lo anterior, se puede enmarcar en lo que Bauman (2000, p. 12) denomina como el paso de "una sociedad orientada por la ética del trabajo a otra gobernada por la estética del consumo"; esta última que en su interior recrea una paradoja con el mundo del trabajo. Si bien la estética del consumo tal y como lo señala Bauman, ordena la sociedad, este consumo se lleva a cabo si es que no está en proceso desaparición (hoy en nuestro contexto el trabajo "estable" que goza de beneficios y prestaciones de ley es sin lugar a dudas un dato de menor magnitud en el escenario laboral): "En el mundo de las grandes corporaciones, el progreso es ante todo "reducción de personal", y el avance tecnológico equivale a reemplazar seres humanos por software electrónico" (Bauman, 2000, p. 100); el sujeto se realiza en cuanto tal por medio de y en el acto del consumo, el problema es que consumir ya no es tan sencillo como se practicaba otrora.

Aquellos que afectados por la nueva realidad laboral y económica son poco a poco actores menos activos en el ritual del consumo, van ocupando espacios en la sociedad que los acercan más a un universo de nuevas carencias y necesidades antes no experimentadas sumadas a las básicas de todo ser humano. La nueva palabra que genera aprehensión y hasta temor es trabajo.

El mundo parece ser ahora un mundo rico en incertidumbres en el que "nos enfrentamos a profundas contradicciones y paradojas desconcertantes, y en que experimentaremos esperanzas envueltas en desesperación" (Beck, 2002. p. 1). Un entorno en el que el riesgo se hace constante y codeterminante de la vida, riesgo multidimensional en el cual la pobreza se configura como escenario posible ya que las posibilidades de padecerla ya no son exclusivas del control del sujeto por más que este se esfuerce; el mercado laboral no sólo le es ajeno al sujeto, está fuera de toda posibilidad de su control. Conforme lo señala Beck (2002) el riesgo impone un régimen global, se ha desbordado de sus límites regionales, estatales y nacionales.

No sólo ha aumentado la brecha entre ricos y pobres, sino que además aumenta el número de personas que cae en la trampa de la pobreza. Las políticas de libre mercado, impuestas por occidente a países endeudados, empeoran la situación al obligar a esos países a desarrollar industrias especializadas para el abastecimiento de los ricos, en lugar de proteger, educar o cuidar a los más débiles (Beck, 2002, p. 8).

En el caso que hemos referido para la ciudad de Bogotá D.C. se estaría experimentando una especie de desclasamiento que afecta un segmento de la población, en concreto, a cierto segmento de las clases media y alta, la cual debe ahora asumir manifestaciones del riesgo que Beck ha sugerido; estas personas ven minados muchos de sus logros en materia de autorrealización individual (Beck, 2002) sumiéndose en una espesa bruma de incertidumbre. Los cursos de acción según Beck (2002, p. 17), derivados de la situación anterior, serían: "la protección social del creciente número de pobres, a costa del elevado desempleo […] aceptar una clamorosa pobreza para alcanzar un índice de desempleo ligeramente inferior".

Mendoza, Tarazona y Duque (2011, p. 133) ofrecen un buen ejemplo de aceptación de la clamorosa pobreza que refiere Beck para el caso de familias de la localidad de Teusaquillo enmarcadas al interior del fenómeno de la pobreza oculta: "los jefes de hogar manifiestan que pasan de comprar en negocios de su estrato, a negocios de menor estrato y los empresarios de estrato 3 e incluso 2, confirman que han llegado nuevos clientes procedentes de estratos 4 y 5".

Beck dice a este respecto que las biografías normales se "desvertebran", de allí que "la expresión "libertades precarias" denota una ambivalencia básica entre el guión cultural de la autorrealización individual y la nueva economía política de la incertidumbre y el riesgo" (Beck, 2002, p. 19). Incertidumbre y riesgo son palabras que pueden asociarse al miedo o al temor, así lo destaca Richard Sennet en su texto La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo (2005, p. 18): "[…] teme que las medidas que necesita tomar y la manera como tiene que vivir para sobrevivir en la moderna economía hayan lanzado a la deriva su vida interior y emocional"; así mismo la vida profesional. Sennet (2005) hace referencia a "identidades laborales débiles", las cuales pretenden ser robustecidas por una serie de discursos que buscan preparar al trabajador para que funcione en ese particular escenario laboral: una larga lista de manuales empresariales y de lo que en la actualidad se denomina coaching, o desarrollo personal —autosuperación, autorrealización—.

Las dinámicas del trabajo en el mundo contemporáneo se encuentran marcadas por la ausencia de claridad, por lo coyuntural, por las contradicciones y retrocesos constantes; una vida sustentada por un trabajo estable, progresivo y en continua mejora, es en la actualidad la excepción más que la regla; dice Sennet (2005, p. 88) al respecto: "En el capitalismo flexible, la desorientación que implica moverse hacia la incertidumbre, hacia esos agujeros estructurales, se verifica de tres maneras concretas: 'movimientos ambiguamente laterales', 'pérdidas retrospectivas', e 'ingresos impredecibles'". La estabilidad como cualidad laboral y como característica personal se encuentra en algo así como un proceso de extinción.

¿Qué hacen entonces las personas ante este panorama? ¿Cómo asumen y operan respecto de aquel? Algunas veces pasar por víctimas, otras asumiéndose como si no se fuese lo bastante bueno (Sennet, 2005), la cuestión es que estas reacciones ya no son exclusivas de ese grupo poblacional denominado pobre; paulatinamente se han hecho extensivas "hacia arriba" en la pirámide social:

Hoy el fracaso ya no es la perspectiva normal a la que se enfrentan los muy pobres o los desfavorecidos; se ha vuelto más familiar como hecho común en la vida de la clase media. El tamaño cada vez menor de la élite hace que el éxito sea más difícil de alcanzar. El mercado del ganador se lo lleva todo es una estructura competitiva que arroja grandes cantidades de gente con estudios al vertedero del fracaso. La reconversiones de empresas y las reducciones de plantilla imponen a la clase media desastres repentinos que en el capitalismo anterior estaban mucho más limitados a las clases trabajadoras (Sennet, 2005, p. 124).

En suma, se vive para apenas existir en medio de una casi total incertidumbre sobre el futuro.

Hasta el momento hemos expuesto una serie de miradas acerca de lo que podemos denominar como el estado de la cuestión contemporánea, esto enfatizando el tema del trabajo y del empobrecimiento de ciertos grupos poblacionales, así como algunos elementos que atañen al sujeto en una especie de nivel existencial en tanto pretende acoplarse a las circunstancias que lo superan. Se ha pretendido entonces dar cierto soporte a la situación que estarían experimentado ciertos grupos de personas en la ciudad de Bogotá D.C. que, no obstante en el exterior o a la luz de una mirada superficial no se pueden denominar como pobres pero que, acorde con las nuevas circunstancias, si bien no estarían en situación de encasillarles completamente dentro del término, sí son claro ejemplo de una situación que puede leerse como correlato contemporáneo de la pobreza: la pobreza oculta. Pero, como referente ineludible de esta serie de cuestiones, es necesario preguntarnos ¿entonces qué se entiende por pobreza? Cuestión que estaría lejos de solucionarse fácilmente como se verá a continuación.

II. DESARROLLO TEMÁTICO

2.1 El debate inconcluso sobre la comprensión de "la palabra pobreza"

Pensar que es posible de una forma sencilla definir una palabra con las connotaciones que puede llegar a tener la que nos convoca, sería, desde cualquier punto de vista, un ejercicio sencillamente reduccionista; es más, "es un término que no tiene, hasta ahora, un estatus conceptual definido en el sentido de su integración a un marco teórico o a lo que podríamos denominar una 'teoría de la pobreza'" (Reyes, 2008, p. 18). Paul Spicker (sin fecha, p. 291) complementa el panorama anterior:

Los debates sobre la pobreza han estado encapsulados por un formalismo académico artificial, el cual ha insistido en que debe existir un núcleo común de significado […] la pobreza no tiene un significado único. Contiene una serie de significados relacionados a través de una serie de similitudes.

Por otro lado, los elementos políticos e ideológicos detrás de cualquier definición no son en este caso en especial, ni en ningún otro, despreciables, ya que el término pobreza tiene repercusiones concretas en las condiciones de existencia de personas de carne y hueso; cuestión entonces que no puede desde punto de vista alguno tomarse a la ligera. Una interesante perspectiva sobre lo anterior es expresada por Sen (1992):

El primer requisito para conceptuar la pobreza es tener un criterio que permita definir quién debe estar en el centro de nuestro interés. Especificar algunas "normas de consumo" o una "línea de pobreza" puede abrir parte de la tarea: los pobres son aquellos cuyos niveles de consumo caen debajo de las normas, o cuyos ingresos están por debajo de esa línea. Pero esto lleva a otra pregunta: ¿el concepto de pobreza debe relacionarse con los intereses de 1) sólo los pobres; 2) los que nos son pobres, o 3) tanto unos como otros?.

Por otro lado, y gracias al avance de discusiones recientes frente al tema, se tiende a asociar el término pobreza con el de exclusión si es que no con los de precariedad, desigualdad, marginación e indigencia, esto, sin tener en cuenta que las distinciones estrictamente conceptuales poseen la dificultad de que no tienen igual consistencia a la hora de ser aterrizados en contextos particulares; es decir, si la definición de la pobreza a contemplar no cuenta con la reflexión necesaria al someterla a una situación, contexto o coyuntura concreta, no es más que una serie de ideas que pretender formar un todo en el universo lingüístico, más aun cuando las implicaciones de dicha definición tendrían consecuencias reales en, por ejemplo, mediante el diseño e implementación de una política pública.

Aclárese también que lo anterior no implica tampoco reducir la cuestión al igualmente reduccionista referente del relativismo, en tanto que habría miles de posibles formas de ser o denominar pobre a un grupo o individuo y que, por consiguiente, un intento de construcción terminológica o conceptual de mayor alcance es una pérdida de tiempo; las implicaciones prácticas de esta forma de obrar, la manera de enfrentar este fenómeno, —la pobreza— serían entonces más que negativas.

En un punto si existe mayor consenso: hay que hacerle frente, intentar erradicarla, o al menos, mantenerla en una sana estabilidad; téngase en cuenta que desde tiempos antiguos ha sido considerada más como algo positivo que como un problema social ("bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de los cielos…" dice Lucas). Con todo, es claro que para la perspectiva aquí propuesta es más un problema social que una suerte de virtud.

Procedamos entonces a ubicar una serie de referentes generales que permitan identificar el panorama de enfoques que han pretendido definir a la pobreza; para Álvarez, S., Gordon D. y Spicker, P. (S.f. 292)

En ciencias sociales, la pobreza es entendida en al menos doce sentidos específicos. Los sentidos se superponen unos sobre otros; dos o tres definiciones distintas del mismo término pueden encontrarse simultáneamente en una misma posición en el debate sobre la pobreza. Los sentidos propuestos son específicos, ya que son lógicamente distinguibles, de modo que las características asociadas a un sentido no lo están necesariamente a otros.

 

 

Como se aprecia en el cuadro 1, si bien puede existir cierta convergencia en los puntos que se exponen, lo que prevalece es la distancia en los ejes que les dan origen dificultando las posibilidades de encontrar una referencia única; en principio, partimos de que la pobreza es un término, además de complejo, compuesto y fluctuante (Álvarez, S., Gordon D. y Spicker, P., S.f.). Teniendo en cuenta lo anterior, es claro que este panorama sacrifica la claridad conceptual pero potencia la riqueza del análisis, así como la complejidad que se ha venido presentando. Así, tendría diversas implicaciones en el plano operativo.

Un modo unificado de entender la pobreza supone un conjunto identificable de problemas, así como criterios claros. Esto permitiría demostrar la eficacia relativa de respuestas alternativas. Al contrario, un enfoque multidimensional supone una postura flexible ante una amplia variedad de problemas, juzgados por diferentes criterios en lugar de uno solo estandarizado" (Álvarez, S. et.al., S.f., pp. 303-304).

Una forma más recurrente de organizar las concepciones que se tienen sobre la pobreza es la que la posiciona respecto de dos enfoques: el absoluto y el relativo; diferenciación que también suscita polémicas tanto en lo conceptual como en lo empírico. Feres y Mancero (2001, p. 11) señalan que:

Mientras el primer enfoque sostiene que las necesidades –o al menos una parte de ellas– es independiente de la riqueza de los demás, y no satisfacerlas revela una condición de pobreza en cualquier contexto, el segundo plantea que las necesidades surgen a partir de la comparación con los demás, y la condición de pobreza depende del nivel general de riqueza.

El nudo de la cuestión desde el punto de vista del enfoque relativo se basa en la percepción propia de la situación de bienestar respecto de la situación de bienestar de los demás, situación que, evidentemente, altera la concepción misma de lo que puede o no entenderse como pobreza, ya que el asunto de la riqueza y los recursos son temas dinámicos que varían contextualmente, con el tiempo y acorde con coyunturas varias:

A medida que aumenta la riqueza de una sociedad, los estándares sociales son más altos y las restricciones legales más exigentes, y para cumplirlos se requiere de recursos cada vez mayores. Por lo tanto, según este criterio la pobreza de una persona dependería de cuánto tenga su grupo social de referencia, y no tener tanto como él implica una condición de 'privación relativa'" (Feres y Mancero, 2001, p. 11).

La definición del término se traza aquí, más allá de su expresión formal, hacia un debate centrado en la medición en el que el sentido de la pobreza se convierte, tal y como señala Reyes (2001, p. 18) en:

Un término descriptivo para denominar lo que se ha llamado un 'síndrome situacional', el cual sirve para designar a un segmento de la población que se encuentra en una condición carencial o deficitaria respecto al acceso a bienes y servicios básicos de la sociedad.

De allí que la cuestión de los enfoques absoluto y relativo gire en torno a la siguiente pregunta propuesta por A. Sen: "¿Se debería calcular la pobreza con una línea de corte que refleja un nivel debajo del cual la gente, en algún sentido, está absolutamente empobrecida, o un nivel que refleja niveles de vida comunes a ese país en particular?" (Sen, 1984, p. 325. Citado por Boltvinik, S.f., pp. 41- 42); esta pregunta está pensada a la luz del indicador social denominado línea de pobreza. Vale la pena resaltar también que en relación al debate de los enfoques absoluto y relativo sobre la pobreza, es posible encontrar perspectivas como la de Álvarez, S., et.al., (S.f., p. 300), según la cual "Ambos son términos compuestos, pero la esencia de la distinción entre ellos es un debate sobre el origen de la necesidad social, no sobre el significado de la pobreza como tal".

Hasta el momento se ha intentado poner sobre la mesa el interesante asunto relacionado con la definición de la pobreza buscando acentuar su carácter rico y complejo en pro de alejarse de miradas reduccionistas sin mayor examen, 63 resaltando entonces que dicha tarea no es sencilla, siendo más una apuesta dinámica que amerita sopesar varios elementos antes de asumir una posición en particular. Si bien no es un objetivo de este documento ofrecer o destacar una definición como tal de la pobreza, a continuación se muestran algunos esfuerzos de conceptualización que más allá de presentarlos con algún carácter jerárquico, pretende ilustrar lo dicho hasta este punto tomando mano de algunos referentes juzgados interesantes. Naturalmente, vale la pena indagar por cuál o cuáles de los siguientes serían de mayor relevancia en el contexto inmediato y contemporáneo ya que la necesidad de dar mayor calado a la cuestión de la definición de la pobreza no es un asunto meramente académico.

 

 

Se espera que las definiciones tenidas en cuenta ilustren lo mejor posible la amplitud del abanico de perspectivas a la hora de definir la pobreza, los énfasis que ponen en ciertos aspectos así como los que no son estimados como fundamentales; con todo, no se ha puesto de manifiesto una perspectiva que podría enriquecer la discusión y que puede llegar a sorprender por su simplicidad e importancia ¿Qué entenderían las personas que son denominadas como pobres acerca de la pobreza?

Un trabajo hito a este respecto fue el estudio participativo de carácter multidimensional llevado a cabo por el Banco Mundial denominado Voces de los pobres, el cual pretendió abordar "las maneras en que los mismos pobres identifican y entienden el problema" (Álvarez, S., et.al., S.f., p. 303). El informe resultado incluyó a personas de veintitrés países donde la constante, como habría de esperarse, fue la diversidad y complejidad de las formas en que puede entenderse la pobreza, de allí que la primera certeza alcanzada haya sido la siguiente: "la pobreza no es una condición única, fácilmente identificable, sino un conjunto fluctuante de situaciones" (Álvarez, S., et.al., S.f., p. 303).

Colombia fue uno de los veintitrés países tenidos en cuenta para la elaboración de dicho informe. Para este caso se trabajó a la luz de tres ejes: empleo, trabajo y oportunidades; violencia e inseguridad; y educación y capacidades. Naturalmente las características contextuales así como socio- históricas del país ameritaron el acento en dichos temas. Desde diversas perspectivas, la percepción subjetiva que se tiene sobre la pobreza es un complemento muy importante para la planeación de las políticas públicas que pretenden hacerle frente, ya que figura como un esfuerzo de entrar en diálogo con las definiciones que pueden entenderse como objetivas:

La pobreza desde la óptica objetiva involucra juicios normativos sobre lo que constituye la pobreza y qué se necesita para salir de ella. El enfoque subjetivo tiene en cuenta las preferencias de los pobres o qué tanto valoran ellos los bienes y servicios, por lo tanto hace énfasis en la utilidad individual de las personas (Quintero y Osorio, 2006, p. 28).

Como se ha mostrado, el asunto relativo a la definición de la pobreza no es cuestión menor ya requiere sopesar varios de los elementos señalados anteriormente; con todo, y resáltese, acentuar la complejidad y diversidad del problema es lo que ha sido juzgado como relevante antes que proponer o adicionarse a tal o cual enfoque. Ahora bien, lo que sí se hace necesario a esta altura de la discusión, es ofrecer algunas claridades acerca de la noción que se ha expuesto como punto importante del presente documento: la pobreza reciente/nueva, coyuntural o también denominada pobreza oculta.

2.2 Pobreza oculta: reto adicional para el mundo contemporáneo

"Una persona no es pobre en Colombia si gana más de $6.947 diarios"

Una persona no es pobre en Colombia

…mi situación actual es regular. Esta situación la están atravesando muchas personas aquí, en una localidad muy pudiente, estrato 4, pero en este momento mucha de la población de la localidad trece de Teusaquillo en los barrios Armenia, Teusaquillo, La Soledad, vivimos una situación muy precaria […] la situación en algún momento fue muy boyante en algún momento dado de nuestras vidas, de las vidas de nuestros abuelos, de nuestros padres, y ahora esta es muy diferente…uno por pena, por vergüenza oculta la situación y muchas veces va a decir...es mentira...da pena, se le cae a uno la cara de la vergüenza decirlo.

Pineda, 2014, pp.27-28.

¿Por qué continuamos en la discusión acerca de las formas de definir o concebir una situación bajo el término de pobreza? Por la sencilla razón de que, al partir de un universo de ideas que pretenden comprender/dimensionar y medir una realidad, se pasa a identificar dicha definición en el contexto particular, a "decir quiénes son o no los pobres y quienes no", para de allí proceder a modificar en mayor o menor medida la situación contemplada mediante acciones concretas.

El problema de medir y combatir la pobreza implica, entonces, manejarse en varios planos que se interceptan. El plano de su consideración conceptual, como prerrequisito de toda medición que debe partir de cuál es el fenómeno que se pretende medir; es decir, el de la propia medición en donde se analiza su validez, confiabilidad, pertinencia y viabilidad. Y el plano de las políticas públicas para combatir el fenómeno, pero sabiendo hacia dónde y en qué proporción se deben implementar recursos (Reyes, 2008, p. 19).

He aquí un punto sumamente interesante de la cuestión ya que, como se verá, la definición de la pobreza oculta es tal que impone retos importantes a los intentos tanto de identificarla como de medirla; es decir, impone dificultades tanto conceptuales como prácticas. Adicionalmente es una característica que en las poblaciones o personas en las que se atribuye genera una marcado sentimiento de vergüenza, obstaculizando más las posibilidades de identificación; por estos motivos se le ha atribuido la dificultad de ser difícil de ver en la realidad. En el contexto latinoamericano (Reyes, 2008) es la Argentina de mediados de los noventa del siglo pasado la que marca el derrotero de la inquietud intelectual respecto de las dinámicas socioeconómicas imperantes. En particular en lo que respecta a las consecuencias de las políticas de reajuste estructural sobre los sectores medios y medios bajos de la población:

La nueva pobreza es más bien una pobreza por rotación alrededor de la línea: una quincena sí, otra no, una semana sí, otra no, períodos de desenganche del mercado de trabajo y, adicionalmente, vulnerabilidad proveniente de otras fuentes como, por ejemplo, la capacidad de preservar la salud en condiciones de trabajar o de garantizar la salida del mercado de trabajo, combinándola con la atención de otros miembros del hogar, como niños y ancianos, ante una trama de sostén privada y pública en proceso de desplome (Feijó, 2001, p. 11. Citada por Reyes, 2008, p. 25).

Nuevas formas de segregación social, nuevos desequilibrios y desigualdades (más allá del ingreso) emergen en la actualidad (mala salud, sobrecarga doméstica, desempleo de larga duración, precariedad laboral, déficits de formación, falta de vivienda digna o acceso a ella, ausencia de relaciones sociales estables/solidarias, ruptura de lazos/vínculos familiares, políticas públicas ineficaces, entre otros), fomentando renovadas dinámicas de marginación, exclusión e inhibición social (Subirats, et. al, 2004):

Podríamos pues decir que los grandes cambios que atraviesan las sociedades contemporáneas en los ámbitos productivo, social y familiar, caracterizados por una creciente sensación de vulnerabilidad social, justificarían el uso de un concepto nuevo para referirse a nuevas formas de precariedad y marginación social, política y económica de diferentes colectivos (Subirats, et. al, 2004, p. 12).

En suma, las situaciones se han transformado otorgando mayor complejidad al tema de la pobreza y de allí a sus vías de solución o propuestas de acción; en palabras de Subirats, et. al (2004, p. 17): "Tenemos nueva economía, nuevas realidades y problemas sociales, y viejas respuestas políticas […] se da la paradoja de que las propias soluciones puestas en marcha llegan a convertirse en agentes de exclusión social". En la ciudad de Bogotá D.C., el fenómeno de la pobreza oculta se ha venido dilucidando desde las siguientes perspectivas:

Al interior del denominado Método Integrado de la Pobreza (MIP) que establece que los hogares se organizan en el siguiente esquema: pobreza crónica, reciente (coyuntural), inercial y no pobreza. Para el caso que nos convoca sería relevante el grupo que conforman los hogares en condición de pobreza reciente:

La hipótesis para este grupo es que posiblemente tenía un ingreso permanente suficiente como para tener acceso a las necesidades básicas, pero ha sufrido un deterioro reciente en sus ingresos, lo cual podría afectar el nivel de satisfacción de necesidades básicas en el futuro si la situación persiste.

Este grupo sugiere una situación social descendente ya que aparentemente tiene satisfechas todas sus necesidades básicas, pero recibe un nivel de ingresos por debajo de la línea de pobreza (Secretaría Distrital de Planeación, 2010, p. 8).

Minujin (2007. Citado por Secretaría Distrital de Planeación, 2010, p. 9) propone el término de "pobreza de puertas adentro" que hace referencia a aquellas situaciones en las que no hay un área delimitada geográficamente como pueden ser las villas de emergencia,…En cualquier departamento o casa pueden vivir varias familias hacinadas. Las paredes ya no se pintan, la heladera anda mal y no se arregla, el coche está destruido, lo vendieron o no lo pueden usar.

Con todo, según lo plantea la Secretaría Distrital de Planeación de Bogotá D.C. (2010), más recientemente el término de pobreza oculta se ha relativizado en nuestro contexto a la luz de los debates que se dan entre la zona limítrofe que se encuentra entre la pobreza absoluta y la relativa y la pobreza estructural y coyuntural (en especial a la hora de pensar el ejercicio de la medición) en los países denominados en vía de desarrollo. Se evidenciaría la pobreza oculta en algunos de los siguientes casos (Secretaría Distrital de Planeación, 2010, p. 11):

1.      Cuando un gobierno no logra identificar la totalidad de la población denominada pobre (instrumentos no sensibles a captar dicha totalidad).

2.      Cuando un gobierno diseña sus indicadores para medir la pobreza omitiendo variables importantes desde la perspectiva de derechos.

3.      Cuando se asumen parámetros, reglas y correlaciones estructurales que no permiten ver situaciones de pobreza en los denominados estratos altos.

4.      Cuando una población empobrecida, desde los conceptos de pobreza coyuntural y pobreza relativa, oculta la situación de manera intencional por diferentes razones no excluyentes: desconocimiento de sus derechos, falta de credibilidad en los gobiernos, vergüenza social relacionada con el estatus social, etc.

5.      Porque, existiendo una población más amplia en situación de pobreza estructural, la pobreza coyuntural no es prioridad para inversión social.

El punto número tres es el que mayor importancia cobra para el caso de la ciudad de Bogotá D.C. desde la perspectiva de la Secretaría Distrital de Planeación, puesto que el sistema de estratificación de la ciudad ofrece muchas fisuras que permiten que se manifieste el caso señalado. En efecto, la pobreza "no necesariamente coincide con el estrato. El que una persona viva en estrato 1 o 2 no significa que se halle en situación de pobreza, y la persona que vive en estrato 4 no necesariamente tiene capacidad y holgura económica" (Mendoza, Tarazona y Duque, 2011, p. 129).

La Secretaría Distrital de Integración Social (2010. Citado por Pineda, 2014, p. 24), por su parte, concibe el fenómeno de la siguiente forma: como "aquella situación paulatina y creciente de fragilidad social que afecta la calidad de vida y el ejercicio pleno de los derechos que se trata de ocultar en los estratos tres y cuatro en el territorio".

Mendoza, Tarazona y Duque (2011, p. 127) ven la pobreza oculta o lo que ellos llaman "los nuevos pobres" de la siguiente forma: "aquellas personas que, a pesar de disponer de empleo u otras fuentes de ingreso, no poseen los recursos suficientes para cubrir sus necesidades, las cuales incluyen las básicas y las referentes a los estándares de la sociedad". La Secretaría Distrital de Salud (2003. Citado por Pineda, 2014, p. 8) hace referencia a la pobreza oculta como aquel proceso de "empobrecimiento de estratos medios a causa del desempleo, pero que mantienen un status y unas obligaciones económicas relacionadas con gastos fijos como la educación de los hijos o el pago de hipotecas".

Finalmente, Pineda (2014, p. 60) habla de pobreza oculta o "pobreza vergonzante" para referirse a aquella

Pobreza que percibe la población que no tiene los medios para acceder a bienes y servicios a través del mercado, pero que por sus condiciones de vida y capital social acumulado, tampoco puede acceder a los programas del Estado por las barreras que impone la focalización de las políticas sociales. Esta situación está dada por la vulnerabilidad de grupos que aunque no son pobres tienen alta probabilidad de caer en pobreza, donde el empleo se convierte en un problema estructural que termina afectando otros logros y capacidades acumuladas en estos hogares.

Hasta el momento se cuenta con varios elementos para hacerse una imagen inicial de lo que significaría hablar del término pobreza oculta; cada una de las perspectivas señaladas ofrece algunos acentos no obstante puede pensarse que delinean un derrotero común en sus planteamientos, una serie de constructo situacional (siguiendo a Reyes, 2008) en el que individuos o grupos estarían situándose. Estos serían los componentes que se consideran fundamentales para dar contenido a la situación que expone la pobreza oculta luego de poner en la balanza las propuestas arriba expuestas:

a.       La pobreza oculta es un fenómeno relativamente reciente que en nuestro contexto puede rastrearse su origen hacia mediados de los años noventa del siglo pasado; fenómeno singularmente paulatino (un proceso de empobrecimiento/ movilidad social descendente) que ha ganado magnitud conforme pasa el tiempo.

b.      El trabajo precarizado se sitúa como el principal dinamizador de la situación que generaría el proceso de empobrecimiento. Adicionalmente se pueden tener en cuenta otros factores influyentes como la edad, el sexo, el estado de salud o las redes sociales de apoyo, entre otros.

c.       Posee connotaciones coyunturales de tal forma que existe una oscilación en la que si bien la situación descendente tiene altos y bajos, no puede situarse en la modalidad binaria de pobre/no pobre conforme determinado lapso de tiempo. Habría momentos donde se da una especie de respiro pero, con las constantes del riesgo (miedo) y la incertidumbre, estas últimas ineludibles y propias de la inestabilidad infranqueable que permea la vida contemporánea; palabras más palabras menos, en cualquier momento se puede caer en picada hacia la debacle.

d.      Es una situación que se experimentaría en los niveles medios, medios altos y hasta altos de la sociedad, que en el contexto colombiano haría referencia a los estratos 3, 4 y algunas personas del 5.

e.       El punto anterior implicaría que se está hablando de personas pobres respecto de personas que aparentemente no lo serían. De allí que se pueda pensar que probablemente pueden caer en situaciones de pobreza o que estarían en cierto estado de fragilidad social.

f.       De tal forma que se levantan una serie de dificultades para ser abordadas, de las cuales la principal sería que los instrumentos para identificarla en poblaciones concretas, los indicadores diseñados, no están totalmente adecuados para captarla; es difícil ubicarla o delimitarla con claridad en una zona o región por ejemplo. En tal orden de ideas, la respuesta público-estatal respecto de la situación es muy menguada si es que no nula.

g.      Las personas que la estarían sobrellevando se sentirían vulnerables a la vez que avergonzados por dicha situación.

h.      En su interior responde a una situación que consta de dos fuerzas en pugna: por un lado, los estándares y necesidades sociales adquiridas en el entorno que han venido ocupando (status), por el otro (versus), los desequilibrios que ha generado la inestabilidad y reducción de los ingresos que anteriormente resultaban suficientes para subsanar las necesidades básicas, tanto como las que exige en espacio social de existencia. Necesidades que, claro está, no se pueden solventar solamente con dinero.

Puede pensarse que la pobreza oculta guarda en su interior una especie de dilema que consta de tres componentes: ingresos/status/ obligaciones.

Es también pertinente resaltar de nuevo que este campo de las necesidades es sumamente difuso ya que aquí no podemos sustentarnos solamente con ideas como las de mínimos vitales o similares; así mismo, y como se señaló con anterioridad, lo que es una necesidad varía conforme el contexto y, más aún, si se establece a la luz de criterios comparativos.

III. CONCLUSIONES

Es necesario resaltar que los esfuerzos de comprensión de esta realidad que están experimentando ciertas personas han logrado posicionarse en el escenario regional debido a la sinergia que han llevado a cabo las instituciones estatales de la mano con las académicas; el tema poco a poco ha logrado visibilidad rompiendo los lugares comunes según los cuales la pobreza es una cuestión ajena de unos pocos (marginados según cierta óptica), o peor aún, ese que sostiene aquello de "eso es ajeno a mi" ya que le corresponde a personas que por sus características personales o perfiles sociales han propiciado vivir de esa forma y no de otra (los pobres son pobres porque quieren vivir así.. porque es más fácil para ellos… por perezosos…).

La actualidad, más que reflejar estabilidad o mejoras generalizables y tangibles en los niveles de vida de las personas, presenta una serie de situaciones que ameritan cuestionarse y preguntarse por la legitimidad del estado actual de las cosas, por las reales posibilidades que ofrece de concretar al menos en cierto grado ese otro lugar común llamado mundo mejor, más justo y equitativo, o aunque sea un nivel de vida digno. Que las capas de la sociedad que históricamente han podio enfrentarse con mayor o menor holgura a los problemas del modelo imperante (en diverso grado, claro está), deja muchas dudas y cuestionamientos abiertos, que no pueden seguirse manteniendo de forma latente o sencillamente ser omitidas; la realidad está haciendo llamados de atención que no pueden seguir dejándose pasar por alto ya que como dice el adagio popular "no hay peor ciego que el que no quiere ver".

Finalmente, la discusión en torno a la pobreza oculta, en un contexto económico neoliberal, requiere de un criterio de cálculo y reconocimiento diferente al que usualmente se ha utilizado para determinar a cuál de los énfasis pertenece el caso y en cuál teoría se inscribe, o no (Tabla 1 y Tabla 2). Para ello, el equipo de trabajo de la presente investigación adelanta una segunda etapa de trabajo en la que se realiza una prueba piloto bajo la técnica de muestreo RDS (respondent-driven sampling), con el propósito de identificar con más certeza las problemáticas de las poblaciones ocultas.

Agradecimientos

Ala Fundación Universitaria Los Libertadores por el financiamiento otorgado para efectuar la investigación; a la Secretaría Distrital de Integración Social, Localidad Chapinero, por permitirnos el acceso a información relacionada con los avancen en el estudio de pobreza oculta en la localidad; al Departamento de Formación Humana y Social y a Alejandro Pachajoa, por el respaldo investigativo a los integrantes del equipo de trabajo.

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Recibido el 20/01/2015
Aprobado el 20/03/2015