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Revista Digital de Investigación en Docencia Universitaria

versión On-line ISSN 2223-2516

Rev. Digit. Invest. Docencia Univ. vol.11 no.1 Lima ene./jun. 2017

http://dx.doi.org/10.19083/ridu.11.490 

RESEÑA DE LIBRO

Lorda, J. L. (2016). La vida intelectual en la Universidad. Fundamentos, experiencias y libros. Pamplona: Eunsa. 299 pp.

 

Javier Serrano-Puche (htps://orcid.org/0000-0001-6633-5303)

Departamento de Comunicación Pública, Facultad de Comunicación, Universidad de Navarra, Navarra, España. E-mail: jserrano@unav.es


ES AMPLIAMENTE COMPARTIDA entre la comunidad universitaria la constatación de una creciente burocratización en las universidades, que repercute negativamente en la función y tarea de los docentes. Así, invadido en su día a día por múltiples labores administrativas y de gestión (preparación de informes y memorias, evaluaciones, participación en comisiones, etcétera), es fácil que el profesor universitario pierda el norte (y el ánimo) de su verdadera misión en esta institución centenaria.

En este contexto es de agradecer la publicación de obras como La vida intelectual en la Universidad. Fundamentos, experiencias y libros, que recuerda que el fin de la actividad universitaria es la búsqueda de los saberes, con rigor y diálogo, como tarea colectiva de profesores y alumnos. Su autor es Juan Luis Lorda, Profesor Ordinario de Teología de la Universidad de Navarra, donde lleva enseñando desde hace más de 30 años. Lorda es también autor de Humanismo. Los bienes invisibles (Rialp, 2010) y colaborador habitual en revistas culturales. Como explica en su contraportada, este libro "se dirige a la minoría que cree en la vida intelectual como una actividad auténtica y apasionante que busca la belleza de la verdad. Y que, por eso y en esa medida, presta hoy, como siempre, un gran servicio".

La obra –que reúne ensayos, ponencias y sesiones de formación a profesores impartidas por el autor– se articula en tres grandes secciones.

En la primera de ellas se piensa sobre los fundamentos de la tarea de educar. Es esta una labor que Lorda califica como un arte y cuyo reto no gira en torno al acto de enseñar, sino de aprender. Un aprendizaje que es, por una parte, instruirse, adquirir conocimientos; y, por otra, desarrollarse como persona. En ese proceso el educando no es el objeto, sino el sujeto (y protagonista) de la educación. Como explica el autor, "educar no es meter en la cabeza de una persona un conjunto de conocimientos, sino crear las condiciones para que esa cabeza entre en el universo del saber y lo asimile libremente en su mente y en su vida" (p. 19). Parafraseando a Plutarco y como afirma un conocido principio educativo, "educar no es como llenar un vaso, sino como encender un fuego".

Un ‘fuego’ que, como es lógico, previamente ha de estar ardiendo en el profesor. Para ello es necesario que este ahonde en el saber. Como señala Lorda, lo consigue leyendo los grandes libros de la propia disciplina; teniendo una experiencia directa del tema en que trabaja; acumulando erudición sobre la historia y sobre las novedades que se producen en su campo de conocimiento, para lograr una síntesis –siempre sujeta a reelaboración– de la materia estudiada. Los saberes, apunta el autor, "están vivos en las personas que los piensan y en el diálogo que les enriquece" (p. 50).

En el segundo gran apartado del libro ("Experiencias") se concretan y ejemplifican muchas de las ideas expuestas en las páginas de la sección precedente. En la estela de clásicos como La vida intelectual de A.

D. Sertillanges o El trabajo intelectual de Jean Guitton, el autor despliega su amplio bagaje universitario en ricas observaciones y pautas sobre las bases de la vida intelectual: leer, pensar y escribir. Una vocación que ha de vivirse desde la humildad y evitando la soberbia, pues "lo mismo que la gente que está en la cocina tiene que luchar para no picar; o la gente que está en una tienda para responder con amabilidad, también el intelectual tiene que luchar para no creérselo" (p.112).

El núcleo de esta sección son las experiencias académicas del propio Lorda, ordenadas en epígrafes como "Orientaciones para dar clase" (especialmente útiles para quienes se inician en la carrera académica), recomendaciones "Para preparar una tesis doctoral", "Para dirigir una tesis doctoral" o "Puntos para mejorar el estudio y el rendimiento académico". Como se puede apreciar, el autor apela a públicos que participan en diversa medida de la vida universitaria (desde estudiantes de grado a doctorandos y profesores), lo cual provoca cierta dispersión en los contenidos y puede restar algo de interés en el lector.

Como afirmaba el jurista español Álvaro D’Ors, frente a la enseñanza secundaria (en la que el docente tiene que agacharse para situarse a la altura de los alumnos); en la universidad, en cambio, hay que poner a estos de puntillas, tirar de ellos para arriba, hacia donde está el saber. De igual modo, en opinión de Lorda las clases universitarias deben despertar el espíritu. Aunque su interés se centra en las Humanidades, es extensible a otras áreas de conocimiento la idea de que el profesor ha de "hacer saltar el chispazo de la inteligencia; poner a los alumnos a la escucha de la verdad, del bien, de la belleza; enseñarles a ver con sus ojos los caminos del saber (…) abrir puertas sobre los grandes campos de la cultura y la vida que pueden fascinar. Eso se hace con breves chispazos de entusiasmo: recomendaciones de autores interesantes, de lecturas, cine, teatro, etc." (p. 116-118).

Por ello, en la tercera y última parte del libro se ofrece una amplia bibliografía comentada, organizada en tres categorías: "Cien libros sobre la vida intelectual", "Selección bibliográfica sobre la lectura" y "Selección de teatro, novela y cine". En suma, un repertorio escogido de obras de pensamiento y de ficción que sirven para educar el gusto e ilustrar algunos grandes temas de la vida humana; y que guían en la aventura del saber que ha de emprender todo auténtico universitario.

En definitiva, revalorizando y poniendo el foco en el núcleo desde el que se difunde toda la actividad universitaria, La vida intelectual en la Universidad. Fundamentos, experiencias y libros es una lectura recomendable para quienes participan, ya sea como profesores o alumnos, en la educación superior.