Señor editor,

El editorial Menuda Tarea: Hacer gestión en salud en el Perú¹ , desarrolla un tema relacionado a un componente de la situación de salud que actualmente es muy relevante, pues, motiva a una reflexión e intercambio de posiciones epistemológicas de la comunidad científica de los profesionales de la salud.

De acuerdo con Popper, la teoría y praxis de la ciencia moderna no estudia temas, sino problemas, y éstos pueden atravesar los límites de cualquier objeto de estudio o disciplina².

Si tenemos en cuenta que la multidisciplinareidad y la interdisciplinareidad ofrecen un amplio campo de conocimientos y praxis originales, innovadoras y productivas desde la perspectiva de la disciplina. Ambas tratan el problema científico desde la perspectiva de aumentar el conocimiento y praxis científica, pero reduce la posibilidad de tener un enfoque holista, por causa de la instancia disciplinar primigenia³.

Ante ello, surge la transdisciplinariedad, que como una estrategia cognoscitiva que se desarrolla frente a problemas que atraviesan los límites de dos o más disciplinas, como es el caso de los problemas de salud y salud pública. Para lo cual, es requisito indispensable una actitud científica bien cimentada, es decir, una posición de respuesta en base a un conocimiento fundamentado y validado. La validación se basa en un procedimiento relativo que permite prestar algún asentimiento o respuesta al problema mediante un enfoque integrador y totalizador de su complejidad, que permite apreciar interacciones, particularidades y procesos que por lo regular no se perciben si se estudian estos aspectos, por separado. Asimismo, este acto científico, la validación, debe contar con las habilidades de moderación, mediación, asociación y transferencia del conocimiento.

Desde esta perspectiva, se puede inferir que la finalidad implícita del artículo Menuda Tarea: Hacer gestión en salud en el Perú¹, es resaltar el tema de la calidad del gasto público, sugiriendo que la ineficiencia de la gestión en salud son determinadas por las personas y la estructura organizativa y funcional del Estado. Los indicadores descritos como parte del diagnóstico, por ejemplo: "personas que se auto- medican", "personas que vegetan en sus puestos laborales", "personas que no respetan líneas de autoridad", entre otros, no son propios de la evidencia científica de los indicadores de eficiencia y eficacia de evaluación en Administración.

En este sentido, Abusada et al.⁴. describió que la calidad del gasto público, entendida como la capacidad del Estado para proveer bienes y servicios con estándares adecuados, es una característica de la Administración Pública. En este contexto, las dos dimensiones de la calidad del gasto público son la eficacia y la eficiencia. La primera se entiende como la capacidad del Estado para conseguir los objetivos de política, mientras la segunda responde a la forma en la que se utilizan los recursos, de tal modo que se busque maximizar el impacto del accionar público. De esta manera, el análisis de la eficacia del gasto público permitirá identificar experiencias exitosas referidas a la participación del sector.

Al abordar el tema de la eficiencia del gasto se busca identificar por qué muchas veces el accionar público no maximiza el impacto de las medidas implementadas. Para ello, se establece énfasis en el tema de (i) rendición de cuentas e (ii) incentivos. Alfageme y Guabloche⁵ describieron que la eficiencia del gasto público es un punto fundamental de la política fiscal de los países, al constituir la base para alcanzar los objetivos del desarrollo económico, social e institucional. Asimismo, la eficiencia puede considerarse como la aceleración del crecimiento de la actividad productiva, la reducción de la pobreza y el fortalecimiento de la legitimidad del Estado.

En síntesis, este artículo nos brinda una interesante visión disciplinaria que busca examinar el problema científico holista de la Administración en Salud, Salud y Salud Pública desde la visión disciplinaria de su formación profesional, la Gestión de Servicios. Se proyecta a la vez, las características del quehacer de los profesionales de la ciencia de la salud y del personal de salud, cuyas formaciones científico-tecnológicas se sostienen en otras y distintas disciplinas.

Esperando se puedan desarrollar de manera transdisciplinaria los fundamentos en que sustentan el presente análisis, mediante artículos completos; y, así motivar la creación de un espacio en la Revista para establecer un intercambio de posiciones epistémicas sobre los cuatro problemas planteados, entre los pares de la comunidad científica de profesionales de la ciencia de la salud.