INTRODUCCIÓN
La pandemia por SARS-Cov-2 ha tenido un impacto negativo en múltiples aspectos de la vida humana, tanto en lo físico, psicológico, económico, social y cultural1. Esto ha provocado que los gobiernos implementen medidas de contención de enfermedades, como el cierre de escuelas, el distanciamiento social y el confinamiento obligatorio. Por lo tanto, el aislamiento social ha aumentado los problemas de salud mental en niños, adolescentes, adultos y adultos mayores2.
Debido al COVID-19, los niños se encuentran permanentemente en casa, causando insatisfacción, porque no tienen suficiente espacio para desarrollar sus actividades cotidianas3. En el caso de los adolescentes y adultos, pueden sentirse frustrados al ver limitados aspectos importantes de su vida diaria, y esto ocasiona que puedan sentirse nostálgicos, frustrados, nerviosos y aburridos debido al distanciamiento social4. En los adultos mayores, el confinamiento es obligatorio por ser el grupo poblacional más vulnerable ante esta enfermedad, lo que puede generar consecuencias negativas sobre su salud mental y bienestar en general5.
Las afecciones de la calidad de vida están asociadas al confinamiento y la libertad de salir, de pasar tiempo con sus amigos o familiares, o de realizar actividades; por lo que se ven privados de la mayor parte de su interacción social6. La preocupación por contraer COVID-19 también puede estar asociado a problemas en la salud mental, como ansiedad, malos hábitos alimenticios, miedo, dificultad para prestar atención, y sobre todo estrés7.
El objetivo de este presente artículo es brindar información sobre cómo afecta el confinamiento y aislamiento social por la pandemia a la calidad de vida y salud mental.
Calidad de vida y COVID-19
Debido al brote de SARS-CoV-2, las rutinas sociales y económicas se han interrumpido, y nuestro sistema de salud está saturado. Mediante esto las autoridades sanitarias alertan acerca del correcto lavado de manos, el uso de mascarillas y la distancia social2.
Los gobiernos implementaron medidas de contención de e n f e r m e d a d e s , c o m o e l c i e r r e d e e s c u e l a s , e l distanciamiento social y el confinamiento obligatorio; por lo tanto, esto ha aumentado los problemas de salud mental en niños, adolescentes, adultos y adultos mayores3.
De esta manera, se destaca que uno de los principales factores asociados a una mala calidad de vida en el contexto de la pandemia por COVID-19, es la alteración de la salud mental. A esto se suma, todos los factores de riesgo que pueden provocar que la enfermedad tenga un mayor impacto en la salud de las personas. Estos factores de riesgo son, por ejemplo: Tabaquismo, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, demencia, entre otras4.
Cabe mencionar que para tener un régimen donde la calidad de vida de las personas sea factible, se debe tener un equilibrio positivo en su rutina, las decisiones alimentarias, el descanso y el manejo de estrés7.
Salud mental y COVID-19
La pandemia por coronavirus es una emergencia de salud pública que ha causado preocupación internacional, hoy representa un gran desafío para la salud mental7. Los estudios de epidemias pasadas han demostrado que durante el brote, las consecuencias sociales y psicológicas a nivel individual y comunitario son amplias y complejas8.
Debido al rápido aumento en el número de casos confirmados y muertes, la población y sobre todo los trabajadores de la salud se han enfrentado a problemas psicológicos como ansiedad, depresión y estrés(4).
La información científica sobre COVID-19 va en aumento, debido a que se están enfocando en los aspectos genéticos, epidemiológicos del virus y en las medidas de salud pública, dejando de lado el posible impacto en la salud mental9.
Algunos estudios evaluaron que los principales problemas de salud mental en las personas con COVID - 19 son incertidumbre, miedo y estrés10. Por ejemplo, en el estudio de Rodríguez J.11, se encontró que la actual pandemia de COVID-19 está teniendo un impacto negativo en la salud mental de la población, especialmente en las personas con mayor riesgo. La incertidumbre asociada a esta enfermedad, sumada a los efectos del confinamiento impuesto por las autoridades y la amenaza de la enfermedad, el estrés, el miedo y la depresión aumentaron en la población. Esto puede empeorar la salud mental de la población, situación que también puede afectar a los trabajadores de la salud11.
Influencia de la cuarentena por COVID-19 en la calidad de vida
El confinamiento decretado por el gobierno ante la crisis mundial por COVID-19, ha afectado diversos aspectos en la calidad de vida de las personas, indistintamente del grupo etario y del contexto sociodemográfico-cultural12. De esta manera, la actividad física en niños y adolescentes en espacios abiertos, es insuficiente y limitada, lo que se refleja en sedentarismo y con posible consecuencia a largo plazo de mayores tasas de obesidad infantil13. Estos patrones en muchos países del mundo están aumentando rápidamente, sin embargo una de las razones actuales podría ser los avances en la tecnología moderna, donde niños y adolescentes invierten más tiempo en el uso de las tecnologías14.
También afecta en el rendimiento académico de los niños y jóvenes, debido al cambio de rutina producido por el confinamiento, es por ello que el estudiante puede postergar las actividades y perder el ritmo de estudio15. Por otro lado, esto implica estar conectados a internet para tener acceso a material de trabajo, lo que se puede convertir en un recurso distractor, ya que se podrá acceder a otras actividades de entretenimiento16.
En el ámbito económico también ha sido afectado por la cuarentena, debido a despidos laborales, ya que dejaron a muchas personas sin poder llevar dinero para el sustento familiar, y también está afectando el normal desenvolvimiento de las actividades productivas del país17.
Influencia de la cuarentena por COVID-19 en salud mental.
La situación actual de pandemia por la que atravesamos tiene un impacto significativo afectando a toda la población mundial, viéndose comprometidos aspectos como la salud mental de la población en general14. Las afecciones más comunes son los trastornos psicológicos asociados, que van desde síntomas aislados hasta trastornos complejos con un marcado deterioro de la funcionalidad, como insomnio, ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático18. Por lo tanto, es necesario y fundamental que los servicios de salud mental desarrollen estrategias que les permitan reaccionar con habilidad y lograr el apoyo al personal de salud y la población afectada, con el fin de reducir el desarrollo de impactos psicológicos y síntomas psiquiátricos19.
En la pandemia, el miedo incrementa los niveles de estrés y ansiedad en individuos sanos, aquellos con trastornos mentales preexistentes, en pacientes diagnosticados con COVID-19 o en pacientes con sospecha de estar infectados, esto puede experimentar emociones intensas y reacciones comportamentales, además de miedo, aburrimiento, soledad, ansiedad, insomnio y rabia, esto se ha encontrado en niños, adolescentes y adultos20.
La tasa de trastornos mentales es más alta aún en personas contagiadas y en los trabajadores de salud que se enfrentan día a día a tratar personas con COVID-1921.
Calidad de vida y salud mental en personas con COVID-19
La calidad de vida en personas con COVID-19 está mayormente afectada en comparación a personas sanas, debido al aislamiento, a las preocupaciones por el estado de la propia salud y del impacto económico para la familia9.
La incertidumbre, el miedo y restricciones relacionadas con la pandemia causada por el SARS-CoV-2 han representado desafíos particulares, especialmente en personas diagnosticadas con COVID-19, debido a las medidas de emergencia sanitaria, como la cuarentena, el confinamiento y el distanciamiento social, dichas personas se han visto mucho más afectadas, incrementando su nivel de preocupación, ansiedad y frustración, debido al temor de perder la vida, o incluso poder afectar la economía de su hogar al quedar desempleados22.
CONCLUSIÓN
La pandemia por COVID-19 ha obligado que el gobierno central y regional tome medidas inmediatas para prevenir la expansión de la enfermedad y contener en mayor medida la tasa de contagios y mortalidad. Sin embargo, debido al confinamiento por la pandemia, se ha presentado consecuencias en la salud de las personas y afectado en el ámbito laboral, social, económico, psicológico y también físico. Es por ello que esta pandemia por COVID-19 probablemente ha cambiado mucho la manera en que se vivía, y con esto ha traído incertidumbre, rutinas diarias alteradas, deterioro económico y aislamiento social, por lo que durante este tiempo, es probable que la población sienta estrés, miedo y soledad, y que con ello empeore los trastornos de salud mental incluyendo la ansiedad y depresión