Señor editor:
Actualmente existen 187 millones de parejas en el mundo que padecen de infertilidad, enfermedad del sistema reproductor que consiste en la incapacidad de culminar una gestación, esta puede ser de origen primario (incapacidad para concebir sin un tratamiento) y secundario (habiendo conseguido un embarazo no logra concebir, en un tiempo superior a 6 meses)1.
Las técnicas de reproducción asistida son un conjunto de procedimientos médicos utilizados para ayudar y lograr que sea posible la procreación humana logrando de esa manera resolver problemas de esterilidad en las parejas. Esto va a depender de muchos factores entre los cuales se evalúa la edad de la mujer, el estado de salud, el número de ciclo reproductivos entre otros, asimismo para lograr el embarazo existen variantes importantes como: la inseminación artificial que se logra por medios distintos a la relación sexual en lo cual se utiliza para tratar problemas de esterilidad masculina es decir cuando el varón tiene el problema, la fecundación in vitro que permite la fecundación de un ovulo fuera del cuerpo de la mujer y posteriormente su reimplante en el útero, la congelación de embriones que consiste en tomar embriones ya fecundados y que sean congelados a temperaturas de -196 °C, la maternidad sustitutiva o subrogada, donde la pareja recurre a una mujer que "presta" su útero para gestar el embarazo a cambio de una compensación económica2.
El debate sobre estas técnicas ha girado en torno a si existe o no vida humana desde el momento de la concepción y si debe protegerse el derecho a la vida de seres humanos no visibles aún, e incapaces de manifestar algunos rasgos autónomos como la capacidad de procesar información intelectualmente. Para Hermes Navarro, autor del libro "El derecho a la vida y la inconstitucionalidad de la fecundación in-vitro", las técnicas de fecundación asistida separan la procreación como acto esencialmente humano, convirtiéndola en un objeto de experimentación y comercialización, con un riesgo adicional, el alto porcentaje de fallos, de cada veinticuatro embriones que se implantan en el endometrio uterino, se logra solo un embarazo, lo cual significa que se requieren veintitrés muertes de seres humanos3.
Esto sigue siendo un tema para reflexionar y desarrollar mayor investigación al respecto, la ciencia como la embriología, genética, bioquímica y la biología molecular en el estudio del inicio de la vida humana ha avanzado mucho y brinda evidencias científicas que responden sobre las características vitales propias, desde que ocurre la fecundación hasta su desarrollo como embrión de 15 días, pero queda claro que la definición de vida humana no se agota con la descripción que nos aporta el dato biológico, es un complemento de la sinergia con otras disciplinas como la antropología o la metafísica, y sin duda por la cosmovisión que tengamos sobre la definición de persona. Las técnicas de la fecundación asistida no garantizan el respeto a la dignidad de los seres humanos, por la elevada pérdida de embriones necesarios para lograr el nacimiento de un niño. La vida humana debe protegerse desde la concepción, lo cual impone la obligación de proteger al embrión humano contra todo tipo de abusos a que pueda ser sometido dentro del laboratorio o instituto encargado de la fecundación. de embriones necesarios para lograr el nacimiento de un niño.
En este sentido en nuestro país, bajo el amparo de un decreto de inconstitucionalidad concordamos con la apreciación que la fecundación "in vitro" en centros médicos del estado, infringe derechos, lesiona el interés público y el espíritu de las normas en materia de respeto a la vida y a la seguridad social, sobre todo porque se despersonaliza el acto procreativo humano, mediante la separación de los significados amoroso y reproductivo del acto conyugal entre una pareja, validando de esta manera que todo ser humano debe ser fruto del amor de sus padres y no debería ser instrumentalizada su procreación en el contexto de procedimientos técnico médico biológicos propios de la reproducción asistida.