INTRODUCCIÓN
La pandemia por COVID-19 ha constituido un verdadero reto para los sistemas de salud de todo el mundo 1,2, registrando a finales de diciembre de 2020, más de 100 millones de contagiados y más de 2 millones de defunciones a nivel mundial 3.
Desde el comienzo de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), recomendaron emplear medidas de prevención y control de la infección 4,5, enfatizando el lavado de manos, el uso de mascarilla y el distanciamiento social, al ser efectivas en pandemias pasadas contra virus respiratorios 6. Por lo que, diversos países alrededor del mundo decidieron incorporar dichas medidas dentro de sus normativas 7-9. Siendo prioritaria su implementación en países de bajos y medianos ingresos, dado que sus sistemas de salud no estaban preparados para atender una cantidad masiva de casos de COVID-19 10.
El gobierno peruano, en su fin de contener la propagación del virus, impuso una inmovilización social, cierre de escuelas y paralización de actividades económicas como medidas iniciales para la contención del nuevo virus (6,11). Asimismo, se exhortó a usar permanentemente la mascarilla, guardar distancia social, lavarse las manos frecuentemente y desinfectar artículos personales (12,13). No obstante, la población peruana presentó una inadecuada adherencia a dichas medidas de prevención y control (10), generando más de 1,107,239 casos y 40,107 muertes para finales de enero (3). En un panorama donde los casos siguen sumándose y la aparición de nuevas variantes del virus 3 es necesario determinar las prevalencias de la prácticas de prevención y control de transmisión que se realizaron frente al virus para poder fortalecer e incentivar su continuación. El presente estudio con el objetivo del presente estudio fue describir las prácticas de prevención y control frente a la infección por SARS-COV2 en la población peruana.
METODOLOGÍA
Diseño del estudio y población
Realizamos un estudio observacional descriptivo. El cual evaluó una población peruana mayor de 18 años que residía en alguno de los 24 departamentos de Perú durante el 2020.
Procedimientos
Los participantes fueron enrolados mediante un muestreo no probabilístico tipo bola de nieve. Para lo que se utilizó una encuesta virtual utilizando la plataforma de Google forms, la cual estuvo habilitada por un periodo de 14 días (a partir del 7 de septiembre de 2020), tiempo en el que Perú se encontraba en pleno estado de emergencia y cuarentena focalizada (17). La encuesta fue difundida mediante redes sociales (Facebook, WhatsApp, Instagram y Telegram) utilizando las cuentas personales de los autores y colaboradores que pertenecían a los 24 departamentos del Perú. Cada autor y colaborador difundió la encuesta en su respectivo departamento, solicitándose el llenado para con sus familiares y amistades. Además, se publicó la encuesta en grupos digitales representativos (universidades, localidades, barrios, etc.) y de libre acceso, que contuvieran población general peruana.
Cuestionario
Con base en el propósito de la investigación, los investigadores diseñaron el cuestionario tomando en cuenta estudios previos (18,19), siendo evaluada y aprobada para su usó por tres médicos expertos en metodología de investigación. El cuestionario constó de tres secciones: 1) Características sociodemográficas personales y familiares; 2) perspectivas y prácticas de prevención de personas que no contaban con el antecedente de COVID-19 y 3) perspectivas y medidas realizadas para el control de la transmisión de las personas con el antecedente de COVID-19. Asimismo, se incluyó una presentación, el título, el objetivo del estudio, aspectos éticos que conllevaba, los criterios de inclusión, las instrucciones para el llenado, y una pregunta que determinaba el consentimiento informado, para posterior a ello, iniciar el cuestionario autoadministrado.
La primera sección se usó para recolectar datos sobre las características sociodemográficas de los participantes como el género, edad, estado civil, grado de instrucción, vínculo laboral, lugar de residencia, seguro de salud, número de personas dentro del hogar y el estrato socioeconómico. Así mismo, se indago acerca de la presencia de algún estudiante o profesional de la salud dentro de la unidad familiar, la fuente de información de donde adquirió su conocimiento sobre el COVID-19 y si el encuestado o alguno de los miembros en su hogar presentaba alguna comorbilidad o si había padecido de COVID-19.
En la segunda y tercera sección se recopiló las prácticas y perspectivas de aquellas personas que no contaban con el antecedente de COVID-19 y que habían tenido la enfermedad, respectivamente.
La validez de fondo y contenido, fue confirmada por un panel de médicos; realizándose, además, el cálculo del Alpha de Cronbach, post aplicación del cuestionario. Resultando buena la validez de la encuesta global (0,70), así como, cada uno de los factores: prácticas (25 ítems) y perspectivas (15 ítems), cuyo alfa fue 0,70 y de 0,59, respectivamente.
Desenlaces: prácticas de prevención y control del COVID-19
Para el grupo de participantes sin antecedentes de COVID-19, se consideró 13 ítems para estimar las prácticas de prevención, mientras que para los participantes con antecedente de COVID-19 se evaluaron 7 ítems para evidenciar las prácticas de control frente a la transmisión del virus. Ambas comprobaban la frecuencia con que se realizaban algunas medidas recomendadas por el Ministerio de Salud del Perú (17,20).
Para ambos desenlaces, se estimó la frecuencia de las medidas a través de la pregunta: “Usted ¿Con que frecuencia realiza…?”, para los que no padecieron la infección, y “Usted durante su padecimiento ¿Con que frecuencia realizaba…?”, para los que, si la tuvieron, cuyas opciones de respuesta en ambos casos fueron codificadas por una escala tipo Likert que tomaba un valor de 0 “nunca”, 1 “rara vez”, 2 “a veces”, 3 “a menudo” y 4 “siempre”. Se calificó con un puntaje inverso por ser preguntas negativas a los ítems de llevar las manos sin lavar al rostro, salir acompañado para las prácticas preventivas y saludar entrando en contacto para las prácticas preventivas y de control.
Con respecto a la frecuencia de actividades realizadas con potencial de aumentar el riesgo de exposición al SARS-CoV-2 (salir de casa, ir a mercados o bancos, usar transporte público y acudir a actividades sociales) fue evaluado mediante una escala numérica que buscaba explorar el número de días en los que se expuso a dichas situaciones en las dos últimas semanas previas a la encuesta para el grupo sin antecedente de COVID-19 y en la última semana de enfermedad o aislamiento en el grupo que sí padeció la infección.
Análisis estadístico
El análisis de los datos fue realizado en el programa Stata versión 16.0. Se utilizaron frecuencias absolutas y relativas para la descripción de las variables categóricas, y medidas de tendencia central y dispersión para las variables numéricas. Las distribuciones de la frecuencia de actividades de riesgo de exposición al COVID-19 se trazaron mediante el método de densidades de Kernel.
RESULTADOS
Se encuestó un total de 3630 participantes (edad media 25,4±9,51, 62,3% mujeres), de las cuales el 48,6% pertenecían a la región costa; 84,6% residían en una zona urbana; 76,2% tenía un grado de instrucción superior; 29,6% no se encontraban afiliados a ningún seguro de salud; 15,6% refirió tener por lo menos una comorbilidad; y 51,3% refirieron que al menos un miembro de su familia tenía alguna comorbilidad relacionada a un peor desenlace frente al COVID-19.
Del total de la población, 3231 refirieron no tener o haber tenido el diagnóstico de COVID-19 (edad media 25,1±9.2 años, 62,7% fueron mujeres) y 399 haber tenido la enfermedad (edad media 18,0±11,2, 59,2% mujeres). (Tabla 1)
Variables | Participantes sin diagnóstico de COVID-19 (N=3231) | Participantes con diagnóstico de COVID-19 (N=399) | Total (N=3630) |
Edad* | 25.07 ± 9.23 | 28.00 ± 11.23 | 25.40 ± 9.51 |
Sexo | |||
Masculino | 1 204 (37,26) | 163 (40,85) | 1 367 (37,66) |
Femenino | 2 027 (62,74) | 236 (59,15) | 2 263 (62,34) |
Estado civil | |||
Soltero | 399 (12,35) | 94 (23,56) | 493 (13,58) |
Casado o conviviente | 2 832 (87,65) | 305 (76,44) | 3 137 (86,42) |
Grado de instrucción | |||
Analfabeto | 8 (0,25) | 6 (1,50) | 14 (0,39) |
Primaria | 4 (0,12) | 3 (0,75) | 7 (0,19) |
Secundaria | 761 (23,55) | 82 (20,55) | 843 (23,22) |
Superior | 2468 (76,08) | 308 (77,19) | 2766 (76,19) |
Región | |||
Costa | 1 581 (48,93) | 183 (45,86) | 1 764 (48,60) |
Sierra | 1 369 (42,37) | 137 (34,34) | 1 506 (41,49) |
Selva | 281 (8,70) | 79 (19,80) | 360 (9,92) |
Zona de residencia | |||
Urbana | 2 741 (84,83) | 330 (82,71) | 3 071 (84,60) |
Rural | 490 (15,17) | 69 (17,29) | 559 (15,40) |
Vínculo laboral | |||
No | 2 509 (77,65) | 242 (60,65) | 2 751 (75,79) |
Sí | 722 (22,35) | 157 (39,35) | 879 (24,21) |
Seguro de salud | |||
Ninguno | 974 (30,15) | 102 (25,56) | 1 076 (29,64) |
SIS | 1 204 (37,26) | 131 (32,83) | 1 335 (36,78) |
EsSalud | 645 (19,96) | 101 (25,31) | 746 (20,55) |
Otros | 408 (12,63) | 65 (16,29) | 473 (13,03) |
Estrato socioeconómico | |||
Estrato alto | 95 (2,94) | 10 (2,51) | 105 (2,89) |
Estrato medio-alto | 1 231 (38,10) | 162 (40,60) | 1 393 (38,37) |
Estrato medio-bajo | 1 054 (32,62) | 131 (32,83) | 1 185 (32,64) |
Estrato obrero | 781 (24,17) | 92 (23,06) | 873 (24,05) |
Estrato marginal | 70 (2,17) | 4 (1,00) | 74 (2,04) |
Apoyo del gobierno | |||
No | 2 239 (69,30) | 297 (74,44) | 2 536 (69,86) |
Sí | 992 (30,70) | 102 (25,56) | 1 094 (30,14) |
Profesional de la salud dentro de la unidad familiar | |||
No | 3 021 (93,50) | 351 (87,97) | 3 372 (92,89) |
Si | 210 (6,50) | 48 (12,03) | 358 (7,11) |
No | 2 645 (81,86) | 342 (85,71) | 2 987 (82,29) |
Sí | 586 (18,14) | 57 (14,29) | 643 (17,71) |
Fuente donde adquiere información sobre COVID-19 | |||
Redes sociales | 1 098 (33,98) | 128 (32,08) | 1 226 (33,77) |
Medios de prensa | 1 173 (36,30) | 149 (37,34) | 1 322 (36,42) |
Información medicas | 847 (26,21) | 109 (27,32) | 956 (26,34) |
Amigos y familiares | 113 (3,50) | 13 (3,26) | 126 (3,47) |
Comorbilidades para COVID-19 | |||
No | 2 757 (85,33) | 306 (76,69) | 3 063 (84,38) |
Sí | 474 (14,67) | 93 (23,31) | 567 (15,62) |
Familiar con comorbilidad para COVID-19 | |||
No | 1 587 (49,12) | 181 (45,36) | 1 768 (48,71) |
Sí | 1 644 (50,88) | 218 (54,64) | 1 862 (51,29) |
Familiar con diagnóstico del COVID-19 | |||
No | 2 397 (74,19) | 40 (10,03) | 2 437 (67,13) |
Sí | 834 (25,81) | 359 (89,97) | 1 193 (32,87) |
Familiar fallecido por COVID-19 | |||
No | 3 188 (98,67) | 372 (93,23) | 3 560 (98,07) |
Sí | 43 (1,33) | 27 (6,77) | 70 (1,93) |
* Media ± desviación estándar
Con respecto a las medidas de prevención de la enfermedad, un 27,8% de los encuestados las cumplieron a menudo o siempre. Asimismo, un 49,4% de los participantes salían a veces, rara vez o nunca acompañado a las calles (2,42±1,10 veces en las últimas dos semanas), mientras que un 47,6% a menudo o siempre usaba careta facial al salir de casa (2,2±1,5 veces en las últimas dos semanas). A cerca de las medidas de control de la enfermedad, el 13,5% las cumplieron a menudo o siempre y el 31,3% de los participantes usaba careta facial al salir de casa a menudo o siempre (1,6±1,5 veces en la última semana de la enfermedad). (Tabla 2).
Participantes sin antecedente de COVID-19 (N=3231) | Participantes con antecedente de COVID-19 (N=399) | |||||
Prácticas | % Nunca, rara vez o a veces | % A menudo o siempre | Promedio* | % Nunca, rara vez o a veces | % A menudo o siempre | Promedio* |
Uso de equipos de protección personal | ||||||
Frecuencia de uso de mascarilla al salir de casa | 66 (2,04) | 3165 (97,96) | 3,85 ± 0,47 | 49 (12,28) | 350 (87,72) | 3,42 ± 0,91 |
Veces en la que renovó la mascarilla† | 3 (1-5) | 4 (3-7) | ||||
Frecuencia con la que usa careta facial al salir de casa | 1694 (52,43) | 1537 (47,57) | 2,24 ± 1,50 | 274 (68,67) | 125 (31,33) | 1,60 ± 1,47 |
Medidas de prevención personal | ||||||
Frecuencia con la que lleva sus manos sin lavar a los ojos, nariz o boca‡ | 1000 (30,95) | 2231 (69,05) | 2,84 ± 1,16 | - | - | - |
Frecuencia con la que cubre su nariz y boca al estornudar o toser | 148 (4,58) | 3083 (95,42) | 3,70 ± 0,60 | 40 (10,03) | 359 (89,97) | 3,57 ± 0,87 |
Frecuencia con la que guarda distancia de los demás en la calle (al menos 1 m) | 277 (8,57) | 2954 (91,43) | 3,49 ± 0,71 | 101 (25,31) | 298 (74,69) | 1,07 ± 0,40 |
Frecuencia con la que sale acompañado cuando va a la calle‡ | 1634 (50,57) | 1597 (49,43) | 2,42 ± 1,10 | - | - | - |
Frecuencia con la que realiza el lavado de manos con agua y jabón al volver a casa | 242 (7,49) | 2989 (92,51) | 3,65 ± 0,68 | 45 (11,28) | 354 (88,72) | 3,48 ± 0,91 |
Tiempo de lavado de manos al llegar a casa | 20 (20-30) | 20 (20-30) | ||||
Frecuencia con la que da la mano, choca puño o codo con sus amigos‡ | 1408 (43,58) | 1823 (56,42) | 2,53 ± 1,27 | 65 (16,29) | 334 (83,71) | 3,09 ± 1,35 |
Medidas de desinfección | ||||||
Frecuencia con la que desinfecta las superficies de objetos y lugares personales | 561 (17,36) | 2670 (82,64) | 3,32 ± 0,90 | 90 (22,56) | 309 (77,44) | 1,11 ± 0,4 |
Frecuencia con la que desinfecta su vestimenta al llegar a casa | 1069 (33,09) | 2162 (66,91) | 2,89 ± 1,24 | - | - | - |
Frecuencia con la que desinfecta su calzado al llegar a casa | 902 (27,92) | 2329 (72,08) | 3,03 ± 1,25 | - | - | - |
Frecuencia con la que desinfecta sus compras al llegar a casa | 596 (18,45) | 2635 (81,55) | 3,32 ± 1,02 | - | - | - |
Frecuencia con la que desinfecta su dinero al llegar a casa | 846 (26,18) | 2385 (73,82) | 3,08 ± 1,21 | - | - | - |
General | 2333 (72,21) | 898 (27,79) | 3,11 ± 0,57 | 345 (86,47) | 54 (13,53) | 1,76 ± 0,68 |
* Media ± DE o Mediana (rango intercuartílico).
† Número de veces o días durante las dos últimas semanas previa a la encuesta para los que no tuvieron el antecedente de COVID-19 y durante la última semana de enfermedad para los que tuvieron COVID-19.
‡ Pregunta negativa (valor máximo a respuesta “0” nunca).
En cuanto a medidas preventivas obligatorias en el Perú, el uso a menudo o siempre de mascarillas fue del 98,0% (3 [rango 1-5] veces renovaron la mascarilla en las últimas dos semanas). Mientras que, como medida de control de la enfermedad, el 87,7% usaron la mascarilla a menudo o siempre (4 [rango 3-7] veces renovaron la mascarilla en las últimas dos semanas). (Tabla 2)
Por otro lado, se reportaron prácticas alternativas frente al COVID-19. Se halló que la prevalencia de consumo de medicamentos con intención de prevención o control del COVID-19 fue del 22,1% y 83,7%, respectivamente, siendo los fármacos más destacados para ambos grupos el paracetamol, la ivermectina (tanto humana como veterinaria) y los macrólidos, y la principal fuente de información para el consumo fue la información médica (prevención: 50,7% y control: 82,3%). La prevalencia de consumo de otras sustancias para prevenir o control la enfermedad fue del 59,7% y 80,2%, en el caso del consumo de plantas, y 8,0% y 16,8%, para el consumo dióxido de cloro, respectivamente. (Tabla 3)
Finalmente, en cuanto a plantas medicinales, la principal fuente de información para su consumo tanto para prevención y control de la enfermedad fueron otras fuentes que incluye los amigos, familiares, etc., con un 56,9% y 57,8% respectivamente. (Tabla 3)
Variables | Prevención para infección de COVID-19* (N=3231) | Control de la infección de COVID-19* (N=399) | ||
Medicamentos | ||||
Consumo | ||||
No | 2517 (77,40) | 65 (16,29) | ||
Sí | 714 (22,10) | 334 (83,71) | ||
Veces que las usó en las dos últimas semanas† | 0,53 ± 1,69 | 2,92 ± 2,56 | ||
Tipo de medicamento | ||||
Paracetamol | 380 (53,22) | 263 (77,58) | ||
Ivermectina (de uso humano) | 329 (46,08) | 198 (58,41) | ||
Macrólido (azitromicina o claritromicina) | 200 (28,01) | 217 (64,01) | ||
Ivermectina (de uso veterinario) | 135 (18,91) | 48 (14,16) | ||
AINES | 84 (11,76) | 66 (19,47) | ||
Corticoides | 54 (7,56) | 94 (27,73) | ||
Hidroxicloroquina | 32 (4,48) | 26 (7,67) | ||
Heparina | 14 (1,96) | 23 (6,78) | ||
Otros | 21 (2,94) | 30 (8,98) | ||
Fuente de donde obtuvo información para el consumo | ||||
Redes sociales | 73 (10,22) | 9 (2,69) | ||
Medios de prensa | 110 (15,41) | 13 (3,89) | ||
Información médica | 362 (50,7) | 275 (82,34) | ||
Otros (amigos, familiares, etc.) | 169 (23,67) | 37 (11,08) | ||
Opinión sobre el consumo de ivermectina | ||||
Hace bien y no hace daño | 465 (14,39) | 40 (10,03) | ||
Hace bien, pero hace poco daño | 388 (12,01) | 33 (8,27) | ||
No hace bien, ni tampoco daño | 695 (21,51) | 104 (26,07) | ||
No hace bien, pero si daño | 677 (20,95) | 142 (35,59) | ||
No estoy informado | 1006 (31,14) | 80 (20,05) | ||
Opinión sobre el consumo de otros medicamentos | ||||
Hace bien y no hace daño | 518 (16,03) | 33 (8,27) | ||
Hace bien, pero hace poco daño | 268 (8,29) | 27 (6,77) | ||
No hace bien, ni tampoco daño | 366 (11,33) | 86 (21,55) | ||
No hace bien, pero si daño | 215 (6,65) | 90 (22,56) | ||
No estoy informado | 1864 (57,69) | 163 (40,85) | ||
Plantas medicinales | ||||
Consumo | ||||
No | 1303 (40,33) | 79 (19,80) | ||
Sí | 1928 (59,67) | 320 (80,20) | ||
Veces que las usó durante las dos últimas semanas† | 1,98 ± 3,44 | 3,18 ± 2,69 | ||
Tipo de plantas usadas | ||||
Eucalipto | 1498 (77,70) | 281 (87,81) | ||
Kion | 1286 (66,70) | 213 (66,56) | ||
Ajo | 1027 (53,27) | 193 (60,31) | ||
Matico | 859 (44,55) | 164 (51,25) | ||
Otros (amigos, familiares, etc.) | 1011 (52,44) | 223 (69,69) | ||
Fuente de donde obtuvo la información para el consumo de plantas | ||||
Redes sociales | 203 (10,53) | 33 (10,31) | ||
Medios de prensa | 296 (15,35) | 38 (11,88) | ||
Información medicas | 332 (17,22) | 64 (20.00) | ||
Otros | 1097 (56,90) | 185 (57,81) | ||
Opinión sobre el consumo de plantas medicinales | ||||
Hace bien y no hace daño | 93 (2,88) | 15 (3,76) | ||
Hace bien, pero hace poco daño | 729 (22,56) | 54 (13,53) | ||
No hace bien, ni tampoco daño | 423 (13,09) | 67 (16,79) | ||
No hace bien, pero si daño | 1188 (36,77) | 196 (49,12) | ||
No estoy informado | 798 (24,70) | 67 (16,79) | ||
Dióxido de cloro | ||||
Consumo | ||||
No | 2972 (91,98) | 332 (83,21) | ||
Sí | 259 (8,02) | 67 (16,79) | ||
Veces en la que usó durante las dos últimas semanas† | 0,34 ± 1,60 | 0,50 ± 1,42 | ||
Opinión sobre el consumo de dióxido de cloro | ||||
Hace bien y no hace daño | 1538 (47,60) | 163 (40,85) | ||
Hace bien, pero hace poco daño | 146 (4,52) | 19 (4,76) | ||
No hace bien, ni tampoco daño | 258 (7,99) | 32 (8,02) | ||
No hace bien, pero si daño | 143 (4,43) | 27 (6,77) | ||
No estoy informado | 1146 (35,47) | 158 (39,60) |
* Se considero el consumo de sustancias en las dos últimas semanas previa a la encuesta para los que no tuvieron el antecedente de COVID-19 y durante la última semana de enfermedad para los que tuvieron COVID-19.
† Media ± DE
Con respecto a las actividades que aumentan la exposición al COVID-19, en el grupo que no tuvo COVID-19, se encontró que las personas que a menudo o siempre aplicaban las prácticas de prevención salieron una menor cantidad de veces de su casa para alguna actividad de riesgo (mediana 2 [1-5] vs 3 [2-7]) comparado con los que realizan casi nunca o siempre prácticas de prevención. Sin embargo, se observó un patrón similar en ambos grupos en las veces que salió para ir a los bancos o mercados (mediana 2 [1-3] vs 2 [1-4]), usar el transporte público (mediana 0 [0-2] vs 0 [0-2]), y participar de actividades sociales (mediana 0 [0-0] vs 0 [0-0]). (Figura 1)
Por otro lado, en el grupo que tuvo COVID-19, se encontró que los encuestados reportaban una mediana de 0 veces de haber salido de casa durante la última semana de aislamiento o previo a su recuperación, ya sea para ir a los bancos o mercados usado el transporte público y haber participado de actividades sociales, tanto en los que realizaban las medidas de control menudo o siempre como los que casi nunca o nunca lo hacían. (Figura 1)
(A) Frecuencia de veces en la que ha salido en las últimas dos semanas de su casa, banco o mercado, actividad social y que ha utilizado el transporte público durante las dos últimas semanas. (B) Frecuencia de veces en la que ha salido en las últimas dos semanas de su casa y las veces en las que salió en la última semana al banco o mercado, actividad social, transporte público durante la última semana de enfermedad COVID-19.
DISCUSIÓN
Nuestros resultados sugieren que tras seis meses desde el primer caso de COVID-19 en Perú (20) y aún durante la cuarentena focalizada y estado de emergencia vigentes (17), la población peruana presentó una prevalencia baja de adherencia a las medidas de prevención y control frente al COVID-19. Este hecho es consistente con lo observado en la pandemia del 2009 de Influenza A (N1N1), donde las medidas impuestas fueron practicadas por una minoría de peruanos, explicando que este suceso posiblemente se dio por una falta de conocimientos sobre la enfermedad (23). Esta pobre cultura de adherencia a las prácticas de prevención o control podría explicar el impacto que conllevó la pandemia del COVID-19 en la salud de los peruanos (24), ubicándolo en la actualidad como el país sudamericano con mayor número de muertes por cada 100 000 habitantes (3).
La población de estudio estuvo conformada por participantes con y sin antecedente de haber padecido COVID-19. División relevante para comprender la diferencia en las prácticas de ambos grupos, dado que son dos poblaciones que percibían la patogenicidad y letalidad del virus de forma diferente. Esta estratificación no ha sido evaluada en estudios similares previos (25,26,27,28), por lo que nuestros hallazgos, podrían ser punto de partida para futuras investigaciones que busquen explicar el impacto de las prácticas de control en las personas que pasaron la COVID-19 sobre la transmisión en la comunidad.
La presencia mayoritaria de jóvenes con grado de instrucción superior en ambos grupos, pudo deberse a la naturaleza del enrolamiento, lo que concuerda con estudios similares, cuyo tipo de muestreo también fue no probabilístico y donde se usó las redes sociales para la difusión de la encuesta (virtual autoadministrada) 25,26. El tener una población predominantemente joven, debido al bajo riesgo de desarrollar enfermedad grave por COVID-19, puede conllevar a suponer una menor preocupación de contagiarse por parte de los participantes (29). Pudiendo subestimar la frecuencia de realización de prácticas preventivas y de control en la población peruana. No obstante, al ser potenciales transmisores para el entorno familiar (30), resulta beneficioso identificar las prácticas de prevención o control en este grupo etario como representantes del riesgo de transmisión que existe en los hogares peruanos.
La principal fuente de información usada, en nuestra población, para COVID-19 fueron los medios de prensa (televisivas, radios, etc.) y las redes sociales en ambos grupos de estudio, medios con los que los hogares peruanos estaban familiarizados previo a la pandemia (31). No obstante, muchas de las noticias impartidas en estos medios no son del todo ciertas o no son respaldadas con evidencia científica de calidad (16), pudiendo conllevar a desplazar, inclusive, la realización de medidas de prevención y control recomendadas por organismos de salud.
Las medidas impartidas por el gobierno peruano han sido establecidas de forma temprana para promover y exigir la prevención de la infección del SARS-CoV-2 en la población, siendo algunas de carácter obligatorio como el uso de mascarillas (20). A pesar de esto, se ha encontrado un porcentaje menor al 100% en el uso de mascarillas a menudo o siempre, siendo menor en el grupo que padeció COVID-19. Si bien la ejecución de esta medida es responsabilidad de las personas, en Perú, existe una falta de fiscalización del cumplimiento de las leyes, cuyo impacto puede ser relacionado en una desestimación de las normas nacionales en el ciudadano (17).
Así mismo, la norma técnica peruana recomendó cambiar las mascarillas quirúrgicas en promedio cada 3 días (3). Si bien encontramos que el uso de la mascarilla para un posterior recambio variaba entre 1 a 5 días (mediana 3), para el grupo sin COVID-19, y de 3 a 7 (mediana 4), para los que padecieron la enfermedad, observamos que el recambio fue más largo en aquellos que tuvieron COVID-19, desencadenando un mayor riesgo de transmisión y contagio al entorno del individuo (32). La inadecuada frecuencia de recambio en ambos grupos, pudo deberse a la falta de recursos económicos en la población (17), tomando en cuenta la afectación de la economía peruana y el incremento en los precios de mascarillas y desinfectantes durante la pandemia (33).
El uso de la careta facial a menudo o frecuente fue menor al 50% en ambos grupos; esto pudo deberse a que su uso no fue recomendado de forma obligatoria por el estado peruano (20), dado que es una medida cuya efectividad aún es controversial (13). Sin embargo, ciertas instituciones han impulsado su uso sobre todo en lugares con aglomeraciones de público (buses, oficinas, etc.) (17). Con respecto a otras medidas de protección personal, se encontró que más del 90% de peruanos sin COVID-19 cubrían su nariz y boca al estornudar y lavaban sus manos al regresar a casa a menudo o siempre, con una menor frecuencia en los que padecieron de la infección. A pesar de ello la prevalencia en ambos grupos fueron superiores a lo reportado durante pandemias pasadas (23), probablemente debido al mayor impacto de la pandemia del COVID-19 y la mayor presión por parte del estado para que dichas medidas se cumplan 20,24. Sin embargo, se han observado resultados similares durante la actual pandemia en países como Vietnam (34) y Arabia Saudita (19).
Observamos que la mayor parte de encuestados guardaban el distanciamiento social a menudo o siempre, con una menor prevalencia entre aquellos que tuvieron COVID-19. Si bien cifras similares han sido reportadas en Irán (35), no se han encontrado estudios cuya evaluación de dichas variables fueron según el antecedente de COVID-19. Se conoce que el no realizar un distanciamiento social puede llevar a una mayor transmisión del virus hacia la gente sana, por la exposición de aerosoles inclusive utilizando mascarillas (36), por lo que si bien se hace prioritario el enfoque de esta medida en aquellos que conocen que cuentan con la infección de COVID-19, también es imperativo que los que no tienen el diagnóstico lo incorporen en su rutina diaria para evitar contagio con casos no conocidos de COVID-19 o inclusive asintomáticos (37).
Por otro lado, encontramos que casi la mitad de encuestados salen acompañados a la calle, hallazgo no evaluado en estudios similares (25,26,27,28). Esto implica un mayor riesgo de exposición al virus para el resto del hogar, dado que posiblemente mantengan contacto entre ellos, y genera una mayor aglomeración en los lugares públicos, favoreciendo la transmisión del virus. Esto añadido a que más de la mitad de participantes (con y sin antecedente de COVID-19) mantienen un contacto físico a menudo o siempre con sus amigos, genera una alarma sobre la transmisibilidad de la infección. El evitar entrar en contacto con otras personas ha demostrado ser una medida efectiva para controlar la transmisión del virus (20), disminuyendo un 82% de la probabilidad de infección (13). Por lo que, es necesario recalcar y continuar promoviendo el evitar aglomeraciones, así como el contacto físico, dado que con las nuevas variantes (38), una falta de implementación de estas, podría generar un aumento de casos y rebrotes futuros en la población peruana.
Al igual que la mayoría de virus del tracto respiratorio, la transmisión del SARS-CoV-2 podría darse por fómites, puesto que el virus podría permanecer latente en las superficies de objetos entre horas a días, haciéndose necesario la desinfección de los mismos (39). La mayoría de la población estudiada con y sin COVID-19 cumplía con las medidas de desinfección de sus objetos personales, en un porcentaje mayor a lo reportado en Etiopía (40). Probablemente debido a que la desinfección de la vestimenta, el calzado y el dinero fue una de las medidas más recomendadas y promovidas por el Ministerio de Salud del Perú (41). No obstante, no contamos con la evidencia de la adecuada ejecución de estos procedimientos siguiendo estándares nacionales e internacionales, por lo que podrían haber participantes que la realizan pero con procedimientos inadecuados que no ayuden a la disminución del riesgo de infección por el nuevo coronavirus (37).
Asimismo, se observó una mayor frecuencia de realización de actividades de riesgo de exposición al COVID-19 en aquellos que, en promedio, realizaron prácticas de prevención nunca, raras veces o a veces. Esto es preocupante ya que la escasa realización de prácticas preventivas pone en un mayor riesgo de exposición al individuo para el contagio (42). Mejores actitudes y niveles de conocimientos frente al COVID-19 se asocian a mejores prácticas (43), por lo tanto, se debe llevar a cabo una estrategia de campaña de salud pública para aumentar el conocimiento a través de medios y estrategias efectivas a fin de ayudar a controlar la propagación de la enfermedad (18).
El consumo de sustancias sin evidencia para la prevención y control de la infección por COVID-19 ha sido impulsada por diferentes líderes de opinión 44, e inclusive el gobierno peruano 45. En este caso, observamos un consumo de medicamentos mayor del 50% para el control de COVID-19, e igualmente, prevalencias altas de consumo de plantas medicinales para la prevención y control de la enfermedad. Sobre estos últimos, estudios realizados en otros países como Arabia Saudita 46, África 47 y Bangladés 48, han reportado tendencias menores de consumo (del 10,2 a 57,6%). Este elevado consumo de sustancias puede ser explicado de diferentes maneras. Principalmente puede ser producto del miedo generado en la población por enfermarse o presentar un desenlace grave de la enfermedad 49. Sin embargo, también es necesario tomar en cuenta que este desenlace puede deberse a la propia cultura del país, como la costumbre del uso de la medicina alternativa 50, así como, la costumbre de médicos y pacientes por brindar y tomar medicación aunque no fuera necesario 51. En ambos casos, debido a que no se conoce el espectro de seguridad en la mayoría de estas sustancias y el beneficio es incierto, se debería recomendar no impulsar su consumo, pues además puede generar intoxicaciones 52,53 o crear un sentimiento de falsa seguridad que conlleve a un descuido de la adherencia a prácticas preventivas y de controles comprobadas eficaces 54.
En general, ante la posibilidad de reinfección 55, y la aparición de las nuevas variantes más transmisibles del SARS-CoV-2 38, se recomienda continuar promoviendo e incentivando a la población a que continúe realizando las medidas de prevención o control independientemente haya o no tenido la enfermedad del COVID-19. Por lo que es necesario intensificar las estrategias de comunicación para difundir mensajes claves concretos acordes a la necesidad de cada público objetivo, encaminado a fortalecer, agrandar los conocimientos y rectificar las prácticas respecto a las medidas preventivas y de control para mitigar la transmisión del virus en la comunidad.
El presente estudio tiene ciertas limitaciones que hay que tener en cuenta. En primer lugar, se utilizó un muestreo no probabilístico para enrolar a los participantes, lo que dificulta la extrapolación de los resultados. Segundo, el hecho de que la encuesta fuera virtual y se distribuyera a través de las redes sociales, podría haber generado sesgo de selección. Finalmente, como la encuesta se basó en el autoinforme, la clasificación de los participantes se dio en base a sus respuestas. A pesar de estas limitaciones, este es un estudio que evaluó las prácticas preventivas contra la enfermedad COVID-19 en la población de las diferentes regiones del Perú. Asimismo, se realizó un análisis por subgrupos de si presentaban o no el antecedente de COVID-19 para conocer mejor las diferencias entre ambas situaciones. Por último, el tamaño de la muestra fue considerable, con un total de 3630 individuos.
En conclusión, menos del 50% de los participantes realizaron prácticas de prevención y control frente a la COVID-19 a menudo o siempre. Sin embargo, al evaluar por cada tipo de práctica, observamos que el usar la mascarilla al salir de casa, cubrirse su nariz y boca al estornudar o toser, guardar distancia de los demás en la calle, realizar el lavado de manos con agua y jabón al volver a casa, y desinfectar las superficies de objetos y lugares personales, fueron las realizadas con mayor frecuencia tanto para la prevención como el control de la enfermedad. Es necesario, la implementación de estrategias de educación y difusión de prácticas preventivas y control de COVID-19 por el gobierno e instituciones sanitarias, para concientizar a la población sobre las complicaciones de la infección por COVID-19 y los posibles desenlaces de esta.