Hace pocas semanas dejó de existir una de las figuras señeras de la ciencia médica y prócer de la Planificación Familiar en el Perú, el Dr. Roger Guerra-García Cueva, poseedor de una serie de cualidades que es necesario destacar e imitar.

El Dr. Roger Guerra-García nació el 02 de abril de 1933 en la ciudad de Pacasmayo, La Libertad, aunque sus ancestros provenían de Cajamarca, a donde solía ir con frecuencia para disfrutar de su naturaleza y cumplir con responsabilidades propias de sus cargos.

El Dr. Guerra fue un médico sanmarquino, con posgrado en el Hospital Mount Sinai de Nueva York y la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, habiendo alcanzado su doctorado en la Universidad Peruana Cayetano Heredia.

Desde siempre se dedicó a la vida universitaria y académica, habiendo laborado en el Instituto de Biología Andina de la Universidad Mayor de San Marcos, el Instituto de Investigaciones de Altura de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) -en donde desarrolló intensa actividad y fue Director del mismo-, en la Cátedra Alberto Hurtado de la UPCH -muy cerca al ilustre maestro y mentor Dr. Alberto Hurtado-, en la Asociación Peruana de Facultades de Medicina, la Asociación Multidisciplinaria de Investigación y Docencia en Población (AMIDEP) -institución por él fundada-, Rector de la UPCH -donde desarrolló una brillante gestión en un momento crítico, por la crisis financiera de aquel entonces-, y en otras instituciones universitarias del Perú y del extranjero.

Fue un investigador nato, promoviendo y realizando investigaciones varias, y publicó muchos libros y más de un centenar de artículos en revistas científicas. Fue Director fundador de la revista Acta Médica Peruana del Colegio Médico del Perú (CMP) y organizó la biblioteca del CMP, lo que desafortunadamente no fue continuado. También fue miembro del Comité editorial de Acta Herediana y Editor de la revista Acta Andina, del Instituto de Investigaciones de Altura de la UPCH.

Organizador de varias bibliotecas, las mantuvo generosamente abiertas a todos los interesados, así como fue un empedernido lector, que lo hizo poseedor de una cultura inigualable entre los profesionales médicos.

Entre otras prestigiosas instituciones, fue miembro del Comité de UNESCO para la política científica y tecnológica para el desarrollo -París-, y de la junta directiva de la International Foundation of Sciences -Suecia. Fue Presidente de la Sociedad Peruana de Endocrinología, de la Asociación Latinoamericana de Investigaciones en Reproducción Humana (ALIRH), la Academia Nacional de Ciencias, CONCYTEC, la Academia Nacional de Medicina, la Comisión Consultiva del Ministerio de Salud y miembro honorario de la Academia Colombiana de Medicina. Tuvo los cargos de Vice Ministro de Educación y Congresista de la República, cuando una de sus preocupaciones fue la vigencia del Instituto Nacional de Población, lo que desafortunadamente no pudo conseguir.

Desde muy joven se interesó por los problemas de la reproducción, lo que se visibiliza en su tesis de grado sobre la andrología en los cobayos a nivel del mar y en la altura, que fue complementada en su tesis doctoral con la dinámica de la andrología en el ser humano. Ello se materializó en tiempo y esfuerzo dedicados al laboratorio de endocrinología de la reproducción en el Hospital Arzobispo Loayza, conjuntamente con los doctores Luis Sobrevilla, José Donayre y Federico Moncloa.

Desde la década de los ’60, le interesó sobremanera el estudio de la población peruana y sus repercusiones, reflejado en sus publicaciones y su integración al Centro de Estudios de Población y Desarrollo, que fuera presidido por el Dr. Alberto Arca Parró, durante el primer gobierno del Presidente Belaúnde. Asimismo, se interesó en la salud materno infantil, que se traduce en sus publicaciones en la Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia, en el año 1971.

Fundó y fue Director de la Asociación Multidisciplinaria de Docencia en Población, realizando el primer seminario nacional de población y desarrollo, promoviendo la investigación y la formación y capacitación de recursos humanos. Integró la Asociación Peruana de Demografía, desde donde impulsó con fuerza los estudios de población y la demografía en el Perú. Finalmente, fue Director del Programa de Reproducción Humana de la Organización Mundial de la Salud, donde impulsó la capacitación de muchos recursos humanos del país.

Una fuente importante que narra la trayectoria del Dr. Roger Guerra García es el artículo del Dr. Gustavo González Rengifo sobre ‘El amor en tiempos de Guerra’, publicado en Acta Herediana el año 2013, en el cual se puede complementar la información resumida del presente In Memoriam.

El Dr. Guerra García no solo trasmitió amor a su querida familia, sino también a sus discípulos, sus colaboradores, sus colegas de toda nacionalidad. Será recordado por ser un excelente profesional médico con un amplio componente humanista que le dio a su vida. Lo recordaremos siempre por su sabiduría, honestidad, modestia, integridad, su bonhomía, ejemplo a imitar por las nuevas generaciones. Retomemos las palabras de Platón: ‘Sé sabio y serás bueno’. Esto fue nuestro homenajeado.