Introducción
La ansiedad es una respuesta normal de la persona ante la anticipación de una amenaza (Sierra et al., 2003) y puede causar síntomas como temblores, dificultad para respirar, dolores de cabeza, disminución de la concentración, entre otros (Hofmann y Hinton, 2014). Si bien se trata de una emoción común, puede ser considerada patológica cuando se presenta de forma intensa, frecuente, persistente (Vila, 1984) o acompañada de una preocupación excesiva (Newman et al., 2013), en cuyo caso podría estar asociada a un trastorno de ansiedad.
Los trastornos de ansiedad son la forma más usual de trastornos mentales (Penninx et al., 2021) y presentan una alta prevalencia tanto en población general (Somers et al., 2006) como en la población universitaria (Auerbach et al., 2016) en donde suele estar asociada al consumo de tabaco (Boehm et al., 2016; Peltzer y Pengpid, 2017), alcohol, drogas (Conway et al., 2006; Webb et al., 1996) y al bajo rendimiento académico (Vitasari et al., 2010; Yasin y Dzulkifli, 2011). Asimismo, la prevalencia de ansiedad en jóvenes universitarios es mayor a la de la población general (LeViness et al., 2017). Dentro de los factores que generan ansiedad en universitarios se encuentra la presión académica frente a los exámenes, tareas, falta de tiempo libre, preocupaciones sobre las expectativas de los padres, así como el mudarse a un nuevo lugar (Kumaraswamy, 2013).
Cabe mencionar que los jóvenes que desarrollan un trastorno de ansiedad presentan un mayor riesgo de presentar otros trastornos mentales más adelante en la vida (Ströhle et al., 2018). Sin embargo, un diagnóstico temprano puede prevenir estas dificultades en la vida del paciente, por lo que es importante identificar quiénes están en mayor riesgo de desarrollar estos problemas (Dixon y Kurpius, 2008), siendo necesario para ello instrumentos adecuados.
Con el fin de evaluar el trastorno de ansiedad generalizado fue desarrollado el GAD-7 (Spitzer et al., 2006), un instrumento breve y unidimensional que ha demostrado una adecuada consistencia interna en distintos estudios (Ahn et al., 2019; Camargo et al., 2021; García-Campayo et al., 2009; Jordan et al., 2017; Konkan et al., 2013; Mills et al., 2014; Moreno et al., 2016; M. A. Ruiz et al., 2011; Seo y Park, 2015; Soto-Balbuena et al., 2021; Zhong et al., 2015) y presenta adecuada validez convergente evaluada mediante la correlación con otros instrumentos tales como BAI (Ahn et al., 2019), HADS (García-Campayo et al., 2009) o la HAM (Ruiz et al., 2011). Además, ha demostrado presentar invarianza respecto con el sexo (Moreno et al., 2016) incluso considerando distintas orientaciones de género (Borgogna et al., 2021).
El instrumento también ha presentado adecuadas propiedades psicométricas al evaluar la ansiedad en personas con migraña (Seo y Park, 2015), cáncer (Esser et al., 2018) y dolor de pecho (Lin et al., 2021). Además, en población no clínica (Donker et al., 2011; Hinz et al., 2017; Mills et al., 2014; Moreno et al., 2016) y en estudiantes universitarios (Bártolo et al., 2017) incluso en el contexto actual de COVID-19 (Saravia-Bartra et al., 2020).
Asimismo, con el fin de reducir el tiempo de administración del GAD-7 han surgido versiones ultra-cortas de dos ítems. Uno de ellos es el GAD-2, el cual emplea solo los ítems 1 y 2 del GAD-7 para la medición de la ansiedad y demuestra adecuadas propiedades psicométricas (Ahn et al., 2019; Kroenke et al., 2007; Seo y Park, 2015). Por otra parte, Byrd-Bredbenner et al. (2020) proponen como conjunto más parsimonioso y con mejores características psicométricas a los ítems 2 y 3, los cuales conforman el GAD-Mini. Ambas versiones ultra-cortas podrían ser alternativas adecuadas frente al instrumento original en caso existan limitaciones de tiempo. Cabe resaltar que los instrumentos cortos suelen ser deseables en el contexto clínico debido al poco tiempo que suelen presentar los profesionales de la salud al momento de atender a sus pacientes (Kroenke et al., 2003, 2007). Además, si un instrumento es largo y presenta una cantidad considerable de ítems, es posible que el profesional no lo use de forma rutinaria ya que incrementa su carga laboral (Slade et al., 1999).
Considerando el impacto de la actual pandemia en la ansiedad de los universitarios tanto a nivel mundial (Cao et al., 2020; Sartorão Filho et al., 2020) como en el Perú (Saravia-Bartra et al., 2020) es necesario contar con instrumentos válidos para el diagnóstico de los problemas asociados a la ansiedad, contribuyendo así a una detección temprana en universitarios. Además, con el fin de realizar un rápido diagnóstico de la ansiedad son precisos instrumentos breves por lo que el objetivo del presente estudio es evaluar la consistencia interna del GAD-7, el GAD-2 y el GAD-Mini, así como la estructura factorial, la invarianza de acuerdo con el sexo y ofrecer evidencias de validez convergente.
Método
Diseño
El estudio es de diseño instrumental puesto que busca analizar las propiedades psicométricas de un instrumento de medida autoinformado (Ato et al., 2013).
Participantes
La muestra estuvo conformada por 407 estudiantes peruanos de una universidad privada y una universidad pública de Perú, quienes respondieron de forma virtual a los instrumentos. Del total de participantes 259 fueron mujeres (63.6%) y 148 varones (36.4%), con edades de entre 16 y 44 años (M = 21.50; DE = 3.90). Se empleó un muestreo accidental, ya que la investigación estuvo conformada por los sujetos disponibles al que se tuvo acceso (Kerlinger y Lee, 2002).
Instrumentos
Acceptance and Action Questionnaire-II (AAQ-II).
El AAQ-II es un instrumento unifactorial que evalúa la evitación experiencial e inflexibilidad psicológica y cuenta con siete ítems con siete opciones de respuesta cada uno con puntuaciones que van desde el 1 (nunca es verdad) hasta el 7 (siempre es verdad). Los ítems están referidos a la dificultad para experimentar emociones y pensamientos desagradables (por ejemplo: ‘Tengo miedo de mis sentimientos’). Se empleó la adaptación al español realizada por Ruiz et al. (2013) en la cual el instrumento presentó una alta consistencia interna evaluada mediante el coeficiente alfa (α = .88) y mostró evidencias de validez convergente evaluada mediante la correlación con el BDI II y el SCL-90-R.
Patient Health Questionnaire-2 (PHQ-2).
Con el fin de medir la depresión fue empleado el PHQ-2. Se trata de un instrumento derivado PHQ-9 que cuenta con solo 2 ítems y una escala de calificación tipo Likert de cuatro opciones de respuesta que va desde 0 (ningún día) a 3 (casi todos los días), cuya puntuación varía de entre 0 a 6. Los dos ítems del instrumento están referidos a la frecuencia con la que el evaluado ha sentido en las últimas dos semanas poco interés o placer en hacer las cosas, así como la frecuencia con la que se ha sentido decaído, deprimido o sin esperanzas. Ha demostrado un adecuado coeficiente alfa (α = .80) en una muestra de universitarios peruanos (Caycho-Rodríguez et al., 2020).
Generalized Anxiety Disorder-7 (GAD-7)
Se evaluó la ansiedad mediante el GAD-7, el cual es un instrumento compuesto por siete ítems que emplea una escala de calificación tipo Likert con cuatro alternativas que están valorados desde 0 (en absoluto) hasta 3 (casi todos los días). La puntuación total oscila entre 0 a 21, siendo las puntuaciones más altas aquellas que sugieren un mayor nivel de síntomas de ansiedad. Este instrumento evalúa siete síntomas de ansiedad determinados por el DSM-IV y relacionados a la frecuencia o nivel de molestias en las últimas dos semanas. En el presente estudio se utilizó la adaptación al español para población colombiana por Camargo et al. (2021), el cual reportó adecuada consistencia interna en su estudio original (α = .92). Se realizaron modificaciones idiomáticas con el fin de que el instrumento sea más entendible por la muestra de universitarios peruanos.
General Anxiety Disorder 2 (GAD-2).
El GAD-2 es un instrumento derivado del GAD-7 que evalúa dos de los síntomas centrales de la ansiedad según el DSM-IV los cuales se vinculan a la expresión emocional y cognitiva. Está compuesto por el ítem 1 del GAD-7 “Sensación de nerviosismo, ansiedad o de tener los nervios de punta” y por el ítem 2 “No ser capaz de dejar de preocuparte ni de controlar las preocupaciones”. Ha presentado un adecuado coeficiente alfa (α = .74) en una muestra de universitarios peruanos (Merino-Soto et al., 2017)
General Anxiety Disorder Mini (GAD-Mini).
El GAD-Mini es un instrumento derivado del GAD-7 propuesto por Byrd-Bredbenner et al. (2020) que se centra en evaluar la preocupación excesiva o difícil de controlar siendo esta la característica principal de la ansiedad. Está compuesto por el ítem 2 del GAD-7 “No ser capaz de dejar de preocuparte ni de controlar las preocupaciones” y por el ítem 3 “Preocupación excesiva por diferentes cosas o situaciones” y ha demostrado presentar una alta correlación con el GAD-7 (r ≥ .90) y adecuada consistencia interna (Byrd-Bredbenner et al., 2020).
Procedimiento
Los instrumentos fueron administrados de forma virtual a través de Google Forms. Los participantes fueron estudiantes de una universidad estatal de la ciudad de Ica y de una universidad privada de la ciudad de Lima reclutados mediante redes sociales. Se obtuvo el consentimiento informado de forma virtual en donde se indicaba el carácter voluntario y anónimo del estudio. Además, se refirió que los datos serían empleados con fines estrictamente académicos. Responder la encuesta online demoró aproximadamente entre 10 y 15 minutos.
Análisis de datos
El análisis psicométrico fue realizado a través del software estadístico R versión 4.1.2 (R Core Team, 2021) empleando el paquete Lavaan (Rosseel et al., 2012).
El grado de asociación entre los ítems fue analizado mediante las correlaciones policóricas, las cuales toman en consideración la naturaleza ordinal de los ítems. Las estimaciones que emplean este tipo de correlaciones en el análisis factorial tienden a brindar resultados más precisos (Pendergast et al., 2017).
Además, se empleó el análisis factorial confirmatorio (AFC), el cual es una técnica estadística multivariada que permite determinar el ajuste entre una estructura factorial propuesta y los datos recolectados. Se empleó el método de estimación de los mínimos cuadrados ponderados con media y varianza ajustada (WLSMV) y los índices de ajuste elegidos para la interpretación del modelo factorial fueron el índice de aproximación de la raíz de cuadrados medios del error (RMSEA), raíz cuadrada de la media de residuos al cuadrado (SRMR), índice de ajuste comparativo (CFI), índice de Tucker-Lewis (TLI), además del Chi-cuadrado (χ²). Se consideraron como adecuados valores del RMSEA≤ .06, CFI/TLI ≥ .90 y SRMR ≤ .10 (Hu y Bentler, 1999; Mehmetoglu y Jakobsen, 2016).
Fueron analizadas las cargas factoriales de los ítems. Además, se probó la invarianza de medida de acuerdo con el sexo en base a los planteamientos de Byrne (2008). Se efectuó la invarianza configuracional, métrica (cargas factoriales), fuerte (cargas factoriales e interceptos) y estricta (cargas factoriales, interceptos y residuos) (Barrera-Barrera et al., 2015) considerando valores adecuados del ΔCFI ≤ .01 y del ΔRMSEA ≤ .015 (Cheung y Rensvold, 2002).
Se analizaron evidencias de validez convergente mediante la correlación de Pearson empleando el PHQ-2 y el AAQ-II. Además, con el fin de evaluar la equivalencia entre el GAD-7 y sus versiones ultra-cortas se empleó una corrección de la correlación de Pearson para evitar la varianza espuria obtenida debido a ítems en común (Levy, 1967). Finalmente, se estimó la fiabilidad de las puntuaciones a través del coeficiente omega (McDonald, 1999). Cabe mencionar que este coeficiente se muestra como una alternativa ante limitaciones discutidas del coeficiente alfa como la tau-equivalencia (Cho, 2016; Sijtsma, 2009).
Resultados
Las correlaciones policóricas de los ítems del GAD-7 se observan en la Tabla 1, siendo todas mayores a .40.
Además, los resultados del AFC del GAD-7 muestra adecuados índices de ajuste en el modelo original unifactorial, χ²(14) = 31.717, CFI = .995, TLI = .992, RMSEA = .056, SRMR = .026. Se observa en la Figura 1 las cargas factoriales en este modelo observándose valores entre .70 y .81, donde el ítem con la carga factorial menor se ve explicado por el factor en un 49%.
Por otra parte, en la Tabla 2 se muestra las medidas de invarianza en relación con el sexo. Se evaluó la invarianza configuracional obteniendo satisfactorios valores de ajuste y evidenciando que tanto en hombres como mujeres el constructo está representado por una sola variable latente. Seguidamente, se probó la invarianza de las cargas factoriales (invarianza métrica), del intercepto de los ítems (invarianza fuerte) y de los residuos (invarianza estricta) presentando en todos los casos adecuados índices de ajuste (ΔCFI ≤ .010).
Asimismo, en la Tabla 3 se observa el grado de asosiación entre el GAD-7 y sus versiones ultra-cortas encontrándose altas correlaciones entre ellas, todas mayores a .80. De igual modo, se analizaron evidencias de validez convergente de dichos instrumentos mediante la correlación con el PHQ-2 y el AAQ-II, los que evalúan depresión y evitación experiencial respectivamente, encontrándose correlaciones moderadas.
Por otro lado, se encuentra una adecuada consistencia interna evaluada mediante el coeficiente omega en el GAD-7, GAD-2 y GAD-Mini.
Discusión
El objetivo del estudio fue analizar la estructura factorial del GAD-7, su consistencia interna y la de sus versiones ultra-cortas, el GAD-2 y el GAD-Mini, en una muestra de 407 universitarios peruanos mediante el análisis factorial confirmatorio y el coeficiente omega. Se determinó además la invarianza de acuerdo con el sexo y se buscó evidencias de validez convergente a través del PHQ-2 y el AAQ-II.
Se encontraron adecuados índices de ajuste al emplearse el análisis factorial confirmatorio para el modelo de un solo factor, brindando evidencia empírica a su estructura unifactorial. Este resultado está en concordancia con lo encontrado por distintos otros estudios también en población general (Hinz et al., 2017; Konkan et al., 2013; Löwe et al., 2010). Además, el GAD-7 demostró presentar invarianza estricta en base al sexo, lo que significa que el instrumento presenta la misma estructura factorial en hombres y mujeres, las cargas factoriales son equivalentes e igualmente los interceptos. Otros estudios también han encontrado que el instrumento se muestra invariante en hombres y mujeres en muestras de población general (Hinz et al., 2017; Löwe et al., 2010), e inclusive al comparar hombres y mujeres con diferentes identidades de género (Borgogna et al., 2021). Por otro lado, se encontró una alta consistencia interna por parte del GAD-7 y una consistencia interna adecuada en sus dos versiones ultra-cortas, demostrando ser medidas confiables para la evaluación de la ansiedad.
Se evidenció una alta correlación entre el GAD-2 y el GAD-7, lo que también ha sido reportado por otros estudios (Delgadillo et al., 2012; Donker et al., 2011; Hinz et al., 2017; Hughes et al., 2018; Kroenke et al., 2007). De igual modo, fue hallada una alta correlación entre el GAD-Mini y el GAD-7, similar a lo encontrado por Byrd-Bredbenner et al. (2020). Estos resultados sugieren que ambos instrumentos ultra-cortos pueden ser alternativas adecuadas de existir limitaciones de tiempo para el empleo del GAD-7.
Por otra parte, considerando las características en común entre los síntomas de la depresión y de la ansiedad (Clark et al., 1994) se analizaron evidencias de validez convergente a través del PHQ-2 encontrando que este presenta una correlación moderada con el GAD-7, lo que concuerda con lo hallado por Löwe et al. (2010). También se encontraron correlaciones moderadas entre el PHQ-2 y las versiones ultra-cortas del GAD-7, demostrando evidencia de validez convergente en tales instrumentos.
Se halló también evidencias de validez convergente al emplear AAQ-II, un instrumento que evalúa la evitación experiencial el cual es un constructo que implica intentos rígidos de alterar la frecuencia y la duración de los eventos privados (pensamientos, emociones, sensaciones) lo que impide llevar una vida satisfactoria (Hayes et al., 2004) y está relacionado con mayores niveles de ansiedad (Berghoff et al., 2017; Stein et al., 2020) así como con el trastorno de ansiedad generalizada (Roemer et al., 2005). La correlación entre el AAQ-II y el GAD-7 fue moderada, similar a lo hallado por McCracken et al. (2021). Se encontró además una correlación moderada entre el AAQ-II y las versiones ultra-cortas del GAD-7 ofreciendo evidencia de validez convergente a dichas versiones del instrumento.
Dentro de las limitaciones, cabe mencionar que este estudio no incluyó una muestra clínica ni una medida estándar para la medición de la ansiedad por lo que no pudo realizarse un análisis de la sensibilidad y especificidad del instrumento. Además, si bien el estudio incluyó a estudiantes de dos universidades, una privada y una pública, el muestreo fue realizado por conveniencia y esto reduce la posibilidad de generalizar los resultados. Asimismo, los datos fueron recolectados mediante medidas autoinformadas, existiendo la posibilidad de respuestas sesgadas en algunos participantes debido a la deseabilidad social. Finalmente, se observa que el GAD 2 y el GAD-Mini son instrumentos similares ya que ambos cuentan en común con el ítem 2 “No ser capaz de dejar de preocuparte ni de controlar las preocupaciones” y al analizar sus propiedades psicométricas no se evidenciaron diferencias sustanciales. Por estas razones, sería necesario más estudios para determinar cuál de ambos instrumentos es más adecuado para la evaluación de trastornos de ansiedad.
Pese a estas limitaciones, los resultados proporcionan evidencia de que el GAD-7 presenta una estructura unifactorial, es invariante en hombres y mujeres, demuestra adecuada consistencia interna y evidencias de validez convergente como también sus versiones ultra-cortas, por lo que se recomienda su uso como instrumentos de tamizaje para el diagnóstico de la ansiedad clínica. Asimismo, debido a las propiedades psicométricas reportadas tanto por el GAD-Mini como por el GAD-2, ambas pueden ser alternativas eficientes al GAD-7 cuando existen limitaciones de tiempo