Introducción
La vida social de las personas puede ser fuente de emociones positivas y de experiencias de disfrute (Algoe, 2019); asimismo, los vínculos con otras personas pueden ser de gran utilidad al momento de afrontar situaciones de estrés; e incluso promueven el thriving (Feeney & Collins, 2019). En ese sentido se considera que las relaciones sociales saludables pueden ser un recurso protector para las personas.
Ahora bien, el panorama no siempre es alentador ya que la vida social puede convertirse en ocasiones en fuente de malestar, ansiedad o conflictos dando lugar a la soledad que es uno de los problemas que deterioran la vida social de las personas. Desde la perspectiva cognitiva, se considera que la soledad es un fenómeno universal que surge como resultado de una evaluación producto de un desajuste percibido entre la calidad y la cantidad de relaciones y los estándares de las mismas (Perlman & Peplau,1998).
Entre las múltiples definiciones de soledad disponibles en la literatura científica, De Jong Gierveld (1998) la conceptualiza como aquella situación que experimenta una persona cuando percibe que sus vínculos son muy escasos, de mala calidad o carentes de intimidad. En este sentido, la autora destaca que son dos los elementos centrales a este concepto: la cualidad negativa del sentimiento y la percepción de una discrepancia entre los vínculos reales y los deseados.
Por otra parte, desde la perspectiva de las necesidades sociales, la soledad es entendida como la presencia de una o más provisiones sociales deficitarias o necesidades sociales insatisfechas. En este sentido, Weiss (1973) distingue dos tipos de soledad: la soledad emocional entendida como el sentimiento de vacío, desolación y abandono, producto de la ausencia de relaciones significativas; y la soledad social, que surge por la percepción de falta de relaciones cercanas como amigos, hermanos, etc. La perspectiva de este autor ha sido ampliamente utilizada en el estudio de la soledad y está vigente en estudios actuales sobre la soledad (Calati et al., 2019).
La soledad puede ser considerada un fenómeno de gran importancia para la salud psicológica; ya que, es una experiencia normal compartida por toda la humanidad, pero a la vez puede ser considerada como un problema clínico. Por ejemplo, en una revisión que analizó 35 artículos incluyendo un total de 77.220 participantes se puso en evidencia que la soledad se asocia con un aumento de la mortalidad (Rico-Uribe et al., 2018). En este sentido, la soledad es un fenómeno que se asocia a desajustes emocionales como la depresión, así como también se vincula al suicidio (McClelland et al., 2020), recientemente se asoció la prevención de la soledad a un envejecimiento activo y a una mayor calidad de vida (Buz et al., 2014), estas evidencias sugieren que la soledad puede ser un problema relevante para la Psicología, la Clínica Sanitaria y para la Salud Pública de las Naciones.
La relación de la soledad con la depresión está bien establecida por la investigación científica; un metaanálisis reciente que revisó 88 estudios que incluyeron 40 068 participantes demostró que las relaciones entre soledad y depresión son directas y su tamaño del efecto es moderado (Erzen & Çikrikci, 2018). La asociación entre ambos problemas, soledad más depresión, ha mostrado ser nociva especialmente para hombres de la tercera edad, quienes ven reducida su esperanza de vida aumentando su mortalidad a raíz de la suicidalidad, las enfermedades cardiovasculares (Holwerda et al., 2016; Hoogendijk et al., 2020) y/o las enfermedades mentales (Schutter et al., 2021).
Estos hallazgos indican la gravedad que puede implicar la soledad en las personas, y conducen a que algunos investigadores se interesen por estudiar el costo económico de este problema. En este sentido, se vuelve necesario profundizar en las dinámicas de esta variable en población de jóvenes y adultos para construir estrategias de abordaje preventivas y/o terapéuticas antes de la llegada de la tercera edad (Mihalopoulos et al., 2020).
En Argentina, las escalas más utilizadas para evaluar la soledad en adultos que ostentan adecuadas propiedades psicométricas son 2: la Escala de Soledad de la Universidad de California en los Ángeles (UCLA-SL, por sus siglas en inglés) adaptada en 1997 por Sacchi y Richaud de Minzi;y la Escala de Soledad de Buenos Aires (ESBA) construida por Auné et al. en 2019. La primera cuenta con 20 ítems que se contestan con cuatro opciones de respuesta tipo Likert, la escala está construida de acuerdo con el modelo cognitivo de la soledad (Peplau & Caldwell, 1978) y ha sido ampliamente utilizada. Existen versiones revisadas de esta escala mediante las cuales los investigadores intentaron resolver algunas de sus debilidades (Russell et al., 1980; Russell, 1996), versiones abreviadas con distintos números de reactivos y traducciones a diversos lenguajes (Alsubheen et al., 2021). La estructura factorial de la escala no es clara, algunos estudios y versiones de la escala presentan uno, dos y hasta tres factores o dimensiones; no existe aún consenso acerca del tema entre los investigadores a pesar de las apropiadas características psicométricas que ostenta la versión nacional de la escala (Kuznier et al., 2016), se hallaron escasos estudios recientes que analizaron el instrumento (Auné et al., 2019a).
Por su parte, la Escala de Soledad de Buenos Aires posee 7 ítems con una modalidad de respuesta de tipo Likert de cuatro opciones. A pesar de ser una escala con buena capacidad discriminativa entre los ítems y una adecuada consistencia interna (alfa de Cronbach=.80), el error de medición de la escala aumenta a medida que disminuye el nivel de soledad percibido, no permite evaluar con precisión personas que presentan niveles bajos de soledad; no obstante, posee un nivel elevado de precisión para medir los niveles altos y medios (Auné et al., 2019).
La Escala de Soledad De Jong Gierveld (DJGLS, por sus siglas en inglés) presenta 11 ítems para operacionalizar la soledad emocional y social (De Jong Gierveld & Van Tilburg, 2010), la DJGLS fue adaptada y/o validada para su uso en diversos países, entre los que se encuentran España (Buz & Prieto, 2013; Buz et al., 2014), Perú (Ventura-León & Caycho-Rodríguez, 2017a), Irán (Hosseinabadi et al., 2021), Israel (Iecovich, 2013), Turquía (Çavdar et al., 2015) y Países Bajos (Uysal-Bozkir et al., 2015). Recientemente se halló un trabajo que reporta los primeros avances en el estudio de este instrumento en Argentina (Auné et al., 2021) pero aún son escasos los artículos que reportan en detalle su funcionamiento psicométrico en este país. Los resultados de estas adaptaciones dieron cuenta que la DJGLS reúne adecuadas propiedades psicométricas para evaluar la variable soledad de manera unidimensional y/o las dimensiones social y emocional en población de adultos. Su versión abreviada de seis ítems resultó ser adecuada, especialmente para casos donde se trabaja con encuestas extensas. En esta versión el coeficiente α para la escala completa de 6 ítems resultó ser bastante confiable (α= .70 y .76) para evaluarla en población adulta, así como las 2 dimensiones: social (α= .70 y .73) y emocional (α= .67 y .74) con tres ítems cada una (De Jong Gierveld & Van Tilburg, 2006). Se hallaron estudios que indican un muy buen funcionamiento de esta versión resumida en adultos mayores de España (Ayala et al., 2012); en adultos de Noruega (Bonsaksen et al., 2019) y en adultos de Brasil (De Holanda et al., 2018), entre otros.
La breve revisión presentada permite concluir que las escalas de soledad disponibles, con validación en Argentina, evalúan la soledad desde una perspectiva unidimensional. Teniendo en cuenta esta limitación metodológica y con el propósito de aportar un instrumento psicométricamente robusto que permita distinguir entre la soledad social y emocional, el objetivo planteado para este trabajo pretende realizar una validación de la DJGLS en población de adultos argentinos.
Método
Tipo de estudio
Se llevó a cabo un estudio empírico de tipo instrumental, en este tipo de investigaciones se analizan las propiedades psicométricas de medidas de evaluación psicológica; el presente estudio evaluó una escala ya existente con traducción al español realizada en España para aportar evidencias de su funcionamiento en población de estudiantes universitarios argentinos (Ato et al., 2013).
Participantes
Se trabajó con una muestra no probabilística por conveniencia, de 307 estudiantes universitarios de Argentina. La selección del tipo de muestreo estuvo determinada por las restricciones establecidas en Argentina debido a la pandemia por el COVID-19, donde las universidades no tenían actividades presenciales; por lo que, se decidió contactar a los estudiantes por medio de redes sociales.
Las edades de los participantes oscilaron entre los 18 y los 54 años, con una media de 23.53 (DE = 5.41). De los cuales, el 73.6% de los participantes eran mujeres, el 63.2% de los participantes manifestó convivir con su familia de origen, el 20.8% expresó vivir solo; y el porcentaje restante estuvo constituido por participantes que vivían con su propia familia o que vivían con coetáneos sin vínculo familiar.
Instrumentos de recolección de información
Traducción al español de la Escala de Soledad de De Jong Gierveld (Buz et al., 2014), en su versión abreviada de seis ítems (De Jong-Gierveld & Van Tilburg, 2006). Este instrumento evalúa la soledad utilizando oraciones que no incluyen el término soledad, la escala está construida con un formato Likert, dónde cada afirmación tiene tres opciones de respuesta. Posee dos subescalas de tres reactivos cada una que operacionalizan la Soledad Social y Emocional. Para calcular los puntajes, la escala se dicotomiza asignando el valor 0 para las respuestas negativas y 1 para las respuestas "más o menos" y "sí". El puntaje mínimo en cada subescala es 0, mientras que el máximo es 3; por otra parte, el valor máximo para la escala completa es 6. En cuanto a la confiabilidad, los valores de alfa de Cronbach fueron α =.91; .87 y .89 para la escala completa y las subdimensiones social y emocional, respectivamente (Buz et al., 2014). Por su parte, en la escala abreviada los valores de alfa de Cronbach fueron α = .77; .87 y .58 para la escala completa; y las dimensiones social y emocional, respectivamente (Ayala et al., 2012).
Traducción al español argentino del Patient Health Questionnaire (PHQ9) (Bonicatto et al., 1999; Kroenke & Spitzer, 2002), este instrumento es mundialmente utilizado como una prueba de screening para la depresión. Cuenta con nueve ítems en formato Likert, con cuatro opciones de respuesta que evalúan la frecuencia de los síntomas de depresión (nunca, varios días, más de la mitad de los días, casi todos los días). El instrumento ha mostrado buen funcionamiento y consistencia interna en Argentina (α=.87) (Urtasun et al., 2019). En este estudio, el alfa de Cronbach fue de .87.
Procedimiento
La información se recogió de forma digital utilizando la aplicación de Formularios de Google®, se elaboraron los protocolos en dicho software y se compartieron de manera virtual a través de redes sociales, invitando a participar a estudiantes universitarios de Argentina y solicitando colaboración para socializar el enlace. La recolección de datos se realizó en los meses de octubre y noviembre de 2021. Al inicio del cuestionario se incluyó un consentimiento informado donde se indicaban los objetivos de la investigación y se detallaba el tratamiento anónimo y confidencial de los datos; el formulario estaba configurado de manera tal que los participantes podían aceptar o no el consentimiento, pero solo quienes aceptaban tenían acceso a completar la Escala.
Análisis de la información
Los datos fueron cargados en el software SPSS v.20.0. En el primer paso se realizó un análisis estadístico descriptivo de los ítems y se comprobó el supuesto de normalidad univariada a partir de los valores de asimetría y curtosis; para evaluar la normalidad multivariada se calculó el coeficiente de Mardia. Luego, en el segundo paso, se analizaron las correlaciones ítem-total corregidas para evaluar su poder discriminativo. En el tercer paso se realizó un Análisis Factorial Confirmatorio en el software LISREL 9.3 (versión estudiantes) para evaluar la validez basada en la estructura interna de la escala. Para este paso se utilizó el método de estimación de mínimos cuadrados diagonalmente ponderados (DWLS) recomendado para escalas ordinales ya que no requiere del cumplimiento del supuesto de normalidad y es invariante respecto de la escala de medida (Asún et al., 2016; Rodríguez & Ruíz, 2008). Siguiendo la revisión bibliográfica de artículos que reportan el análisis de la DJGLS (cf. estudios mencionados en la introducción), se pusieron a prueba dos modelos: en el primero de ellos, todos los ítems se cargaban en un único factor que representaba la soledad como constructo subyacente; en el segundo modelo, los ítems se dividieron en partes iguales para dar lugar a los factores de soledad social y soledad emocional. Para evaluar el ajuste de los modelos y decidir el más adecuado, se utilizaron los siguientes criterios: se consideraron aceptables los valores de x2/gl ≤ 5.00 (West et al., 2012), en cuanto a CFI, TLI y GFI ≥ .95 fueron considerados excelentes (Brown, 2006; Hu & Bentler, 1999); valores de RMSEA ≤ .08, con valores inferiores y superiores del intervalo de confianza cercanos a 0 y respectivamente, se consideraron apropiados; valores de SRMR ≤ .08 se consideraron aceptables (Hooper et al., 2008). En el cuarto paso se comprobó que las cargas factoriales de cada uno de los ítems superen .30 y se calculó el coeficiente Omega de McDonald para evaluar la confiabilidad basada en la consistencia interna, este coeficiente es preferible al Alfa de Cronbach en casos dónde las escalas poseen escasos ítems y pocas opciones de respuesta (Ventura-León & Caycho-Rodríguez, 2017a). En el quinto paso se llevó a cabo un análisis de correlación (rho de Spearman) entre los valores que arrojó la escala de soledad y una pregunta en la que los participantes contestaron con qué frecuencia se sienten solos a partir de una escala de Likert de un único ítem con cuatro opciones de respuesta (1: Nunca 4: Siempre), de esta manera se evaluó la validez de criterio de la escala. En el último paso, se realizó un análisis de correlaciones bivariadas utilizando el coeficiente r de Pearson, entre las dimensiones de soledad y la depresión con el objetivo de aportar evidencias acerca de la validez nomológica.
Resultados
Los valores de asimetría obtenidos pueden considerarse en su mayoría excelentes. En cuanto a la curtosis, los valores indican una distribución platicúrtica aunque, siguiendo a Tabachnick y Fidell (2013) pueden considerarse adecuados para los análisis desarrollados, no representando violaciones severas de la normalidad. Por otro lado, el coeficiente de Mardia fue de 4.16, que también puede considerarse aceptable (Rodríguez & Ruiz, 2008). En cuanto al poder discriminativo de los ítems, en todos los casos se superó el criterio de .30 (Loewenthal, 2001) que indica un nivel adecuado de discriminación. Los resultados se pueden observar en detalle en la Tabla 1.
Se calcularon además los mínimos, máximos, medias y desviaciones estándar de cada uno de los instrumentos utilizados en este estudio. Los resultados se hallan en la Tabla 2.
Por otra parte, el Análisis Factorial Confirmatorio arrojó valores de ajuste muy buenos para ambos modelos, aunque el modelo unidimensional obtuvo valores de error (en especial el RMSEA) que sobrepasan el punto de corte sugerido por la literatura científica. El contraste de ambos resultados indica que el bidimensional resultó ligeramente superior, la información completa sobre el ajuste de los modelos contrastados puede observarse en la Tabla 3.
En cuanto a las cargas factoriales en el modelo bidimensional, las mismas oscilaron entre .62 y .87 en la dimensión social, y entre .53 y .97 en la dimensión emocional. La correlación entre ambos factores fue de .81, estos datos se pueden visualizar en la Figura 1.
En lo referente a la consistencia interna de la escala, los valores de Omega de Mc Donald obtenidos fueron de .83 para la escala de soledad social, .83 para la dimensión emocional y .90 para la escala completa. Estos valores sugieren que la consistencia interna del instrumento, tanto para las subescalas como para la escala completa, es muy buena.
Por otro lado, en el análisis de correlación de la DJGLS con el ítem propuesto para evaluar esta variable arrojó un valor de rho de Spearman = .33 para la dimensión social, .54 para la dimensión emocional y .50 para la escala completa; en todos los casos p < .001.
Finalmente, como evidencias de validez nomológica se obtuvieron los siguientes valores de r de Pearson: .47 para soledad Social, .57 para soledad Emocional y .60 para la escala completa. Aquí también los valores de p siempre resultaron < .001. Siguiendo el criterio de Cohen (1992) estos valores se pueden considerar de tamaño entre moderado y grande,
Los resultados de los análisis de consistencia interna y correlaciones se detallan en la Tabla 4.
Discusión
El objetivo de este estudio fue aportar evidencias psicométricas del funcionamiento de la DJGLS en universitarios de Argentina. En términos generales, los resultados obtenidos indican que el instrumento puesto a prueba presenta un adecuado funcionamiento, lo que sugiere que puede ser utilizado en nuevas investigaciones de la población adulta argentina.
Para cumplir con el objetivo propuesto, en primer lugar, se realizó un análisis de los ítems de la escala, obteniendo como resultado buenos índices de discriminación: esto se traduce en una adecuada capacidad de los reactivos para diferenciar entre los participantes que poseen niveles altos y bajos sentimientos de soledad. Futuras investigaciones deberían aportar valores normativos para optimizar la interpretación de los puntajes y establecer valores de riesgo.
Los resultados del análisis factorial confirmatorio sugieren que la escala debe considerarse como bidimensional, con una distribución equitativa de ítems en ambos factores que representan a la soledad social y emocional, respectivamente. Estos resultados obtenidos coinciden con validaciones en diversos países (Ayala et al., 2012; Çavdar et al., 2015; De Holanda et al., 2018; Hosseinabadi et al., 2021; Ventura-León & Caycho-Rodríguez, 2017b); la estructura bidimensional de esta escala ofrece una novedad metodológica para los investigadores argentinos, ya que los instrumentos hallados hasta el momento en Argentina no operacionalizaban el constructo desde esta perspectiva bifactorial y la versión completa del instrumento que está siendo validada por Auné et al. (2021) ostentó una estructura de un solo factor. Previamente se encontró que la soledad social y emocional, si bien están asociadas, son constructos diferenciales (Diehl et al., 2018) por lo que resulta relevante estudiarlos separadamente.
Por otro lado, las cargas factoriales de los ítems fueron superiores a .50 dando cuenta que los indicadores se relacionan de manera apropiada con sus respectivas dimensiones. Asimismo, la consistencia interna fue óptima, en este aspecto se obtuvieron valores similares a los que hallaron De Holanda et al. (2018) en la adaptación a la población brasileña; estos resultados demuestran que la escala es homogénea y posee una buena correlación entre sus ítems (Campo-Arias & Oviedo, 2008).
El análisis de correlación con la pregunta sobre soledad arrojó resultados que aportan evidencias acerca de la validez de criterio de la DJGLS. En este sentido, se puede inferir que la escala evaluada permite obtener una medida apropiada de la experiencia de soledad de las personas, pero brinda información adicional a la que se obtiene indagando con una pregunta directa sobre soledad (Lamprea & Gómez-Restrepo, 2007). Precisamente, una de las características de la DJGLS es que los ítems no utilizan la palabra soledad, sino que evalúan este fenómeno a partir de sentimientos tales como el vacío y el abandono; y de la percepción de no contar con vínculos confiables, de ayuda y/o de amistad. Ahora bien, los valores de correlación fueron más elevados para la asociación de la pregunta por soledad con la dimensión emocional, probablemente porque los participantes respondieron de acuerdo a sus sentimientos de soledad más que por la percepción de falta de vínculos.
Por último, las correlaciones obtenidas con la depresión evaluada a través del PHQ9 fueron acordes a lo esperado, indicando que la soledad está asociada con valores más elevados de depresión. Estos resultados coinciden con los obtenidos en el metaanálisis de Erzen y Çikrikci (2018); asimismo, se hallaron evidencias de la asociación entre ambos tipos de soledad (social y emocional) y la depresión en estudiantes universitarios alemanes (Diehl et al., 2018). Estos resultados dan cuenta de la importancia del estudio de la soledad en la vida de las personas; ya que, quienes experimentan elevados niveles de soledad pueden estar en mayor riesgo de padecer depresión (Quintero et al., 2015). La relación entre soledad y depresión también se observó puntualmente en estudiantes universitarios (Díaz et al., 2021; García et al., 2021).
Los resultados de este estudio deben considerarse a la luz de sus limitaciones. Si bien fue apropiada para los análisis aquí desarrollados, el tamaño de la muestra puede ser mejorado en próximas investigaciones; esto permitirá desarrollar nuevos análisis con mayor nivel de confianza en los resultados obtenidos. Asimismo, el estudio recolectó datos en una única ocasión, dejando de lado las evidencias de estabilidad temporal que serían de gran valor para reforzar el estudio de las propiedades psicométricas del instrumento puesto a prueba. En cuanto a la muestra, además, la proporción de hombres y mujeres no resultó equitativa; esto puede dar lugar a sesgos en los análisis que deberían ser abordados en futuros estudios de invarianza funcional de la DJGLS.
Por otra parte, al evaluar la validez de criterio se utilizó una pregunta diseñada de manera ad hoc, con lo que no se contó con un instrumento estandarizado alternativo que permita aportar otras evidencias de la validez concurrente de la DJGLS.
No obstante, más allá de estas limitaciones, este trabajo resulta relevante ya que apunta a ofrecer evidencias del buen funcionamiento de una escala que ya ha sido utilizada en otros países de habla hispana con muy buenos resultados. Se espera que los análisis aquí reseñados fomenten el uso de esta herramienta en nuevos estudios; en este sentido, más allá del desarrollo de investigaciones destinadas a solventar las limitaciones de este trabajo, los estudios sobre soledad en la vida universitaria presentan importancia práctica y científica dada la relevancia de la soledad para la salud general de los individuos.
En conclusión, la DJGLS es un instrumento que puede ser utilizado para medir la soledad en población universitaria argentina, ya que demostró tener una buena consistencia interna, con buenos índices de discriminación entre sus ítems y con una estructura bidimensional que permite evaluar la soledad social y emocional; además esta escala es de fácil aplicación ya que cuenta con 6 ítems y es autoadministrable; todas estas características indican el valor de este instrumento para la investigación científica de la soledad.